❪𝟭𝟮❫ ; 𝘀𝗵𝗶𝗻𝘆.
❪ARC ONE; DESTINY❫
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CAPÍTULO DOCE;
BRILLOSO
❛sol y arena❜
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©Shanxlabyx
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SUS OJOS ESTABAN EXTENDIDOS EN GRANDE MIENTRAS QUE OBSERVABA LA CAJA RECTANGULAR Y LEVEMENTE PEQUEÑA QUE TENÍA EN SUS MANOS, SU CUERPO ESTABA TIESO y completamente quieto sentada en aquel sofá algo viejo, pero no había que olvidar lo ensimismada que se encontraba observando aquel regalo que Imaushi Wakasa le había dado luego de haberla abrazado cariñosamente, y también molestado a su papá cuando le dijo que la soltara. Sabía a ciencia cierta que a su padre no le agradaba, simplemente porque no le caía bien, y al parecer su tío sólo por molestarlo comenzaba a fastidiar a proposito, según sabe cuando comenzaron a relacionarse un poco por medio de su madre cuando eran adolescentes no le cayó bien. Aunque más de ser disputas violentas, eran graciosas; por parte de su papá eran las quejas y exigencias y por parte de Wakasa era hacer el doble de las cosas que no le gustaba para molestarlo por gusto.
—Si tanto querías darle un regalo a Masumi por su cumpleaños, hubieras venido cuando cumplió años, no tres meses despues. —replicó Kaito con sus brazos cruzados viendo enfurruñado hacia Wakasa quien tenía a las más pequeñas de la casa encima, Aki estaba acostada y abrazada a su regazo, Sumi estaba abrazada a su costado y Yume estaba encima de su espalda abrazándolo de atrás, se veían bastante contentas y a gusto con él. No era mentira que le tenían cariño, Wakasa las ganó por regalarle caramelos casi siempre que los visitaba y les daba pequeños regalos. Y bueno, como eran niñas, se cautivaron, aquello le molestaba mucho a Kaito.
—Estaba ocupado, al menos la llame para desearle feliz cumpleaños. Además, mi moto estaba en reparación y no fue hasta hace poco que ya estuvo lista. —dice Wakasa mientras sus otras tres sobrinas seguían encimándose en él, subiendo ahora una incluso hasta su cabeza para abrazarle esta misma, tapándole uno de sus ojos aunque él no se inmutaba, sólo se aseguraba de sostenerlas para que no se cayeran.
—¡La llamaste a las doce y media de la noche! —replicó con fastidio el azabache de cabello ligeramente largo mientras sus ojos estaban blancos por el enojo, Wakasa cerró sus ojos de forma rasgada y perezosa mientras resoplaba un poco, dejando salir luego de su nariz una profunda respiración.
—Fuí el primero en felicitarla, eso cuenta, Kai-chan. Es otra cosa que no pude venir personalmente.
—¡Deja de llamarme así! —El Kiyoko mayor y de pila hace un gesto con sus manos como si fueran garras mostrando gran enojo y rabia, tenía incluso una aura roja y diabolica a su alrededor, Hikari estaba mirando con cansancio aunque una leve sonrisa en sus labios la escena, observando el enojo de su esposo—. ¡Podrías haber venido en autobus o que alguno de los otros locos motorizados te trajera! Ni que fuera tan lejos.
—Kaito-san. —se escuchó la voz algo molesta de Hikari al momento que ella colocó su mano en el hombro de su esposo a quien se le esfumó cualquier enojo por nervios y temor por sentir la aura pesada que estaba emitiendo su esposa en esos momentos. Kaito comenzó a girar lentamente hacia atrás para ver la sonrisa tensa de la Imaushi de sangre junto con las ondas de oscuridad a su alrededor, un pequeño tic estaba en su ojo izquierdo dando a entender que si estaba enojada, al parecer ya comenzó a quebrarse su paciencia.
Masumi elevó su mirada un poco para ver a sus padres mostrándose desconcertada y a su vez aún ensimismada en el regalo que le había dado Wakasa, miró a este mismo observando como se veía bastante tranquilo con sus tres hermanitas practicamente encima, cargándolas con bastante facilidad y sin dificultad alguna. Wakasa simplemente bostezó un poco mientras soplaba alguno de los mechones largos que caían por su rostro de forma algo descuidada aunque despues tuvo que contener pequeñas muecas cuando Sumi le jaló dicho mechón de cabello con fuerza sacándole un pequeño gruñido al chico invitado... no invitado, quizás. Masumi pensó que fue un invitado sorpresa y de imprevisto, aunque no era bien recibido por su padre. Todo aquel ambiente era peculiar pero de cierta manera tranquilo, lleno de serenidad y a su vez un toque de humor por la forma en la que Hikari regañaba y a su vez intimidaba a su esposo al estar enojada, Kaito parecía querer cubrirse con sus brazos o con cualquier cosa que estuviera a su alcance.
Una sonrisa se asomó en los labios de la primogénita Kiyoko mayor al ver aquello; no era usual ver a su madre molesta de esa forma. Realmente no era algo totalmente raro verla en aquel estado de humor ya que cuando sus hermanitas hacen ese tipo de travesuras saca su mamá estricta e intimidante interior y las regaña para que aprendan a comportarse, y como sus hermanas son igual de sensibles que ella y su padre (agregando que eran niñas pequeñas rondando los seis años) se colocaban a llorar activando la empatía y preocupación de su madre para consolarlas. Ahora que lo pensaba, sus padres eran bastante sensibles y emocionales, uno mas que otro y a su propia manera, eran distintos pero a su vez muy similares al mismo tiempo, lograban complementarse recordando que ha sido así desde jovenes y desde que se conocieron. Siempre pensaba en el tiempo que llevaban juntos y haciéndola recordar lo jovenes que eran sus padres. Su madre la había tenido bastante joven, a decir verdad.
❛Recorde a Hana-chan y sus conspiraciones locas de mi mamá y Shin'ichirō-kun❜ pensó Masumi colocando sus ojos algo estrechados de manera cómica mientras miraba hacia a la nada, simulando una expresión de cansancio e incredulidad por pensar como rato atrás su amiga de mechas rosas pensaba exageradamente del significado de la confianza de su mamá y el hermano mayor del apodado Mikey. Suspiró un poco para ver nuevamente la caja de color lila de un tamaño rectangular entre sus manos cerrado con un listón violeta, sonrió de manera algo enternecida y tonta por la combinación de colores, le gustaba. Podría decirse que esa gama de colores le gustaba mucho. Mientras en el fondo se escuchaban las risas animadas de sus hermanitas y las excusas de su padre para defenderse de su madre, llevó su mano hacia la punta del pequeño moño para jalarlo con cuidado y comenzar a abrirlo, se preguntaba que podría haber en una caja de ese tamaño.
¿Tal vez dulces? ¿algún accesorio? aunque no tuviera gran variedad le gustaba colocarse accesorios como aretes y collares, era un gusto que había obtenido cuando observaba en la anterior tele vieja a mujeres súper bonitas y exitosas llevar joyeria fina, tomando ese gusto en ese momento al colocarse de meta llegar a ser una mujer así de llamativa y hermosa llena de joyeria, que tenga a su mamá llena de joyas así como sus hermanas. Sonrió al recordar como ella de más pequeña alegaba que iba a tener mucho dinero de adulta para darle esos lujos a su familia, sinceramente, ese pensamiento no se ha ido con el tiempo.
Volviendo a la realidad mientras sonreía de forma nostálgica y a su vez interesada y curiosa, finalmente abrió la caja con sus ojos rosáceos destellando una gran emoción, sus párpados se levantaron un poco más demostrando su asombro cuando observó poco a poco el contenido que había en aquella pequeña caja. Casi perdió el aliento cuando su mirar vislumbró lo que había casi quedándose ensimismada mientras retenía un poco su respiración por algunos segundos que fueron eternos para ella. Sus dedos agarraron con cuidado el pendiente que había dentro de la caja, bueno, uno de ellos ya que el otro permanecía comodamente en un pequeño cojín de color blanco que casi camuflaban aquel accesorio; en sus ojos se reflejó el pequeño brillo que tintineó cuando un colgante simulando una cadena delgada cayó hacia abajo balanceándose, teniendo al final de este algo que parecía una piedra transparente en forma de gota de agua y a su vez un diamantes. Observaba sorprendida y casi en shock el detalle de aquel pendiente, viendo lo peculiar y curioso que era.
—Son hermosos, Wakasa, parecen joyeria fina... —murmuró Hikari quien había fijado su atención en su hija mayor al querer ver la reacción que tenía al ver su regalo observando como ella sostenía entre los dedos con suma delicadeza lo que parecía ser un broche ligeramente largo que la hacía pensar profundamente a la Imaushi mayor de como iba aquel arete en su oreja. Masumi estaba viendo con detalle y fascinación el pendiente bajando la mirada para tomar entre su otra mano el otro que era identico, sólo que para el uso de su oreja contraria.
—Pensé en la Florecita cuando los ví. Sé cuanto le gustan los aretes y esas cosas. —añadió con tranquilidad Imaushi Wakasa mientras bajaba con cuidado a Aki quien ahora estaba sentada en sus piernas, Aún tenia a Sumi en su espalda mientras que Yume pareciendo ser atraída por lo brillante y puro que se veía el material de los pendientes liberó a Wakasa y gateó por el sofa hacia su hermana para ver más de cerca. El de cabello rubio y cabellos de un color morado algo descolorido sonrió un poco mientras inclinaba un poco su cabeza para levantar su mano y llevarla a la cabeza de Masumi quien finalmente reaccionó al sentir el tacto de la mano de su tió quien revolvió su cabello gentilmente—. Y como ella tiene cara de ángel, al verlos inmediatamente supe que serían perfectos para ella.
Masumi vislumbraba con fascinación la parte del pendiente que iba recorriendo su helix, teniendo la curiosa forma de un ala, siendo plateada y con un poco de pedrería haciéndolo ver mas fino y brillante de lo que por si era, sus ojos estaban reflejando los pendientes en un brillo de asombro aunque luego sintió unas grandes ganas de llorar cuando vio a su tío sintiendo un gran sentimiento de agradecimiento y felicidad de que le regalara tal cosa, para ella cualquier regalo ya sea pequeño siente una gran felicidad en su pecho, conmoviéndola inmensamente. Aún así, ella trataba de controlarse un poco para no llorar tanto como antes aunque aún asi sus ojos casi se habían cristalizado de la emoción.
—T-tío Wakasa... —murmuró Masumi con una voz temblorosa y un enorme brillo en sus ojos rosáceos, el aludido sonrió nuevamente volviendo a revolver su cabello apenas sostenido por un pequeño recogido aunque ahora varios de sus cabellos se habían revuelto y ahora estaban fuera de su lugar, viéndose despeinada—. ¡Muchas gracias! te lo agradezco mucho, s-son demasiado bonitos...
—No agradezcas, florecita. Me gusta verte sonriendo. —alegó el rubio con mechas teñidas dándole una muy leve sonrisa hacia su sobrina mayor contrayendo su mano a él luego de revolverle el cabello mientras daba un gran suspiro y colocaba nuevamente una expresión somnolienta y algo seria cerrando un poco sus ojos—. Además, se parecen al que uso yo. Así podrán recordarme cuando lo vean, sobre todo Kai-chan. —se mofó aún con una expresión seria y hasta ese punto de aburrida mientras que el aludido lo observó con enojo.
—¡Bastardo! ¿Esa era tu verdadera intención? —replicó con enojo el de cabellera oscura y alborotada mientras agitaba su puño hacia él siendo retenido ahora por atrás por Hikari quien pasaba sus brazos por debajo de las axilas de su esposo evitando que fuera hacia él—. ¿Que me acuerde de ti cuando vea esos pendientes? ¡Jamás! ¡Veré a mi pequeña niña y no a ti!
—Va para los catorce años, ya no es una niña. Puede que hasta tenga novio y tu no lo sepas. —Masumi se sobresaltó un poco al escuchar esas palabras viéndolo de golpe con un enorme sonrojo en sus mejillas, Wakasa abrió sus ojos estirando sus brazos hacia arriba para quitar las asperezas que sentía en su cuerpo al tener tanto sueño en esos momentos, sobretodo por ser rodeado por la comunidad de donde era su otra casa, a palabras de él—. Yo a su edad ya tuve parejas por ahí, y como ella es igual de bonita que su tío, debe tener muchos pretendientes. ¿Verdad, florecita?
—¡Cállate, está muy pequeña para andar buscando novio! ¡Mi Masumi no va a tener novio hasta los cuarenta años, no, hasta que yo me muera, ni ella ni mis otras bebés tendrán ningún novio! —Kaito comenzó a agitar su brazo frenéticamente de arriba hacia abajo tratando de zafarse del agarre de su esposa, incluso alzando una de sus piernas como si quiera alcanzarlo y tratar de patearlo. Las trillizas estaban observando curiosas y entretenidas a su papá, aunque algo confundidas apenas escucharon todo lo que decía.
—Me enteré por ahí que se la pasa mayormente con un grupo de chicos que siempre andan por ahí en motos, sólo es cuestión de tiempo. —Masumi volvió a mirar sorprendida y con una cómica expresión de shock por escuchar eso, preguntándose cómo lo supo. Aunque luego miró a su madre quien tenía una sonrisa tensa en sus labios tratando de retener a su papá, quizás ella le dijo... A no ser que la misma Masumi le haya mencionado eso en llamada alguna vez y no recuerde—. Y en estos tiempos a veces la juventud es una locura.
—¡Basta! —exclamó nuevamente Kaito pero ahora de manera airada volviéndose a zarandear.
—Bueno, aunque ya tienes perforadas la orejas aún hay que hacerles una pequeña perforación más para que puedas usarlos completamente. —lo ignoró el Imaushi nuevamente reincorporándose y salvándose unos momentos cuando sus hermanitas fueron a ver los pendientes que aún sostenía con pequeñas lágrimas Masu. Aunque al escuchar las palabras no sólo ella lo volteó a mirar, si no tambien Kaito y Hikari—. Sabes más o menos como son los piercings, ¿no? Mira, estos pendientes tambien tienen un enganche por acá arriba, son como los piercings. —el chico se inclinó un poco mientras sostenía con cuidado su regalo entre sus dedos y señalaba con su dedo un leve enganche circular en la parte superior del ala del pendiente, siendo similar a los piercings circulares que iban en la zona de la hélix. Masumi parpadeó dificultuosamente para ver hacia las manos de su tio para tocar con su propia mano aquella zona de su oreja.
❛¿Me van a perforar otra vez las orejas? me dolió mucho la primera vez.❜ Pensó Masumi tragando un poco de saliva mientras sus labios se abultaban un poco en una especie de puchero mezclado con una sonrisa nerviosa al recordar como lloraba al momento que le perforaron las orejas hace unos años, aún recordaba el dolor. Aun asi suspiró y una linda sonrisa se formó en sus labios mientras miraba los pendientes que le había regalado su tio, con una especie de nervios y a su vez adoración, un brillo apareció en sus ojos mientras sonreía un poco más. ❛Tendré que pasar otra vez por eso, por el regalo del tio Wakasa...❜
—¿¡Como que piercings!? ¡ella no va a usar piercings, está bien con sólo aretes! ¡Es lo que usan las señoritas como ella! —bramó nuevamente Kaito zarandeándose de un lado a otro aún siendo retenido por parte de su esposa quien aun mantenía una sonrisa tensa en sus labios junto con un signo de enojo encima de su cabeza. Wakasa simplemente le sacó la lengua sin cambiar de expresión mientras que Masumi ahora miraba a su padre de manera un tanto nerviosa.
—Así se verá más bonita y atraerá más pretendientes para yo elegir quien es el indicado para ella y asegurarme que nadie le haga nada o se la verá conmigo.
—¡No necesitamos nada de eso! El que evitara que le hagan daño a mi hija seré yo, ¡pero primero y principal ella no va a buscar novio ahorita! —chilló nuevamente en protesta hacia el de cabellos originalmente rubios quien volvió a sacarle la lengua mofándose de que no podía ir contra él gracias a su hermana mayor.
Mientras tanto las trillizas estaban observando con atención al sentarse juntas el como su padre estaba tratando de lanzarse contra su tio quien estaba más que tranquilo y hasta provocándolo más con sacarle la lengua o ignorarlo, miraron a su hermana mayor que seguía observando nerviosa y hasta con un sonrojo leve en sus mejillas viéndose algo cohibida por toda aquella escena que se estaba formando con los adultos.
—¿Le deberíamos decir a papá que Mikey-kun nos dijo que él será el novio de nuestra Onee-chan? —comenzó a cuchichear entre leves murmuros una de las trillizas, siendo la mayor; Sumi, quien se habia inclinado un poco hacia sus hermanas que estaban pendientes de la escena.
—Mikey-kun es muy lindo, si Onee-chan no lo acepta yo si lo acepto, ¡es como un principe! —se emocionó ahora la trilliza del medio que era Aki quien habia puesto un gesto emocionado y soñador mientras que Sumi la miraba con incredulidad y Yume, la más pequeña, negaba rapidamente con su cabeza apretando sus puños con fuerza.
—No, no, Mikey-kun dijo que será el novio de Onee-chan. Será el principe de Onee-chan. —susurró Yume con insistencia entre su pequeña disputa silenciosa sin ser notada por los mayores y ajenos a ella.
—Hummp... — se lamentó Aki mientras inflaba sus mejillas con enojo mientras que Sumi seguía observándola con una expresión extrañada.
SUS OJOS ROSÁCEOS OBSERVABAN CON ATENCIÓN Y CIERTA FASCINACIÓN EL PAISAJE QUE LOGRABA OBSERVAR DE LA COSTA DESDE LA CARRETERA, AÚN avanzando en la moto detrás de la conductora que en esta ocasión era Hana quien mantenía una gran sonrisa en sus labios mientras su cabello rubio con mechas rosáceas y a su vez teñidas se balanceaba con el aire en una coleta alta debido a la presión del viento mientras avanzaban.
—Que bonito... llevo tiempo que no voy a la playa... —dice Masumi con una sonrisita en sus labios teniendo una de sus manos en el asiento del vehículo motorizado y otra sosteniendo el hombro de la rubia de ojos verdosos quien sonrió al alcanzar a escucharla a pesar del zumbido del aire mientras avanzaban velozmente y con facilidad con la Honda de Hana.
—¡Yo no hace mucho fuí! aunque no fue precisamente en esta, pero es bonito ir. —canturreó mientras echaba su cabeza hacia atrás disfrutando el aire que azotaba con gentileza contra su cara y su cabello, Masumi mantenía su propia cabeza inclinada hacia un lado para evitar que su cabello le golpeara en la cara; ella tenía una media cola en su cabello oscuro y rizado que se balanceaba de igual manera con el viento. La de cabellera oscura sonrió por aquella idea mientras que trataba de distinguir a lo lejos la playa observando como Ryūguji Ken fue quien se adelantó antes que los demás en su moto, yendo casi todos a la par. Sus ojos deslumbraron el bordado dorado en la espalda del más alto que relucía un poco por la tela oscura que tenía con aquella prenda.
La chaqueta de la TōMan.
—¡Ya veo la playa! —exclamó Draken lo suficientemente fuerte para que todos los presentes escucharan su aviso, y efectivamente tenía razón, no tardó en sentir una refrescante brisa que sólo se sentía al estar cerca del mar.
—¡Demonios! ¡esto es genial! —exclamó con emoción Keisuke que de igual manera iba en su propia motocicleta. Él al igual que Draken, ella y Hana usaba la misma chaqueta con el mismo diseño, demostrando así su uniforme.
—¡La brisa marina es lo maximo! —secundó Kazutora quien tenia una sonrisa en sus labios avanzando casi a la misma par que el moreno. Masumi no evitó sonreír mientras los observaba por sobre su hombro al momento que la rubia de mechas rosáceas había comenzado a ir con emoción más a la par de Draken quien era el que iba a la cabeza.
—¡Habrán niños lindos en traje de baño! —chilló con entusiasmo Hana con un sonrojo emocionado en sus mejillas, Masumi giró su cabeza lentamente hacia ella con una expresión de pena y cierta confusión por escuchar tal declaración de emoción venir de ella, incluso tenía una emocionada sonrisa en sus labios.
—¿Nosotros? —se burló Kazutora quien iba un poco más atrás de ellas con una sonrisa en sus labios.
—¡No! —respondió Cherry sin dudar mirándolo unos momentos de reojo con una sonrisa algo tensa volviendo a mirar hacia el frente en donde poco a poco alcanzaba a Draken.
Masumi sonrió sucesivamente al escuchar toda la emoción de sus amigos junto con el motor rugiendo de todos haciéndola pensar un poco en el hecho de que técnicamente era la unica que no tenía un vehiculo así. Divagó un poco en sus pensamientos al respecto recordando los momentos en donde casi tenía un infarto siempre que subía por primera vez en esas motos, recordó con una sonrisa algo tensa mientras suspiraba al recordar la primera vez que la llevaron siendo Draken el que conducía cuando conoció a los demás finalmente. A partir de ahí comenzó a dejar el miedo a un lado debido a que de cierta forma ya se había acostumbrado, a comparación de antes ya no se aferraba a quien estaba conduciendo, aunque aún así tenía temor de ir con Kazutora o Keisuke ya que ellos a veces aceleraban a propósito para sacarle tremendo susto a ella.
Quizás podía aguantar mejor ir en una moto, pero todavía cuando aceleran de la nada su corazón está que se sale de su pecho. Llegaba a molestarse mucho de que ese par lo hiciera a propósito para espantarla.
Miró levemente a sus lados para poder distinguir que todos seguían estando cerca y ninguno se haya quedado atrás, distinguiendo a Pah y a Mitsuya poco despues quienes a pesar de que iban más atrás comenzaron a estar a la par, aunque se dio de cuenta que faltaba alguien más en particular percatándose aún más cuando la mayoria se detuvo fijándose efectivamente que faltaba alguien, no había sido la única en notar quien era el que faltaba.
—¡Mikey! —llamaron todos con cansancio mientras ella se mantuvo en silencio girando su cabeza de igual manera hacia atrás para poder distinguir al aludido que iba bastante atrás de ellos.
Los ojos rosáceos de Masumi distinguieron poco a poco como Sano Manjirō se iba acercando lentamente a ellos en una sencilla y roja motoneta que iba bastante tranquila y lenta en cuanto a velocidad, sobretodo comparada con las motos de sus demás compañeros. El pequeño rubio tenía una expresión vacia y bastante tranquila sin demostrar nada realmente a comparación de sus compañeros y amigos que estaban bastante emocionados con ir a la playa, aunque considerando que a veces Mikey colocaba ese tipo de expresiones aburridas quizás no era nada... o quizás si considerando que su bonita y pequeña motoneta no se veía tan impresionante como los vehículos de los demás, tomando en cuenta cual era el verdadero gusto de él. Masumi lo conocía bastante bien.
Hana veía con sus ojos entornados como el más bajito de todos estaba acercándose lentamente en la motoneta rojiza, poco a poco ella apretó sus labios en una sonrisa temblorosa por el sonido que esta provocaba mientras él se iba acercando muy lentamente como una abuelita en una silla motorizada, creyendo que iba al mismo ritmo que esta. Comenzó a emitir pequeños sonidos de estar aguantando el reírse cuando vio como luego de varios minutos él finalmente llegó quedando en medio de todos cuando desaceleró; Cherry no se aguantó y terminó ahogando una risa desviando la cara mientras cubría esta con su mano. Eso no pasó desapercibido por Manjirō quien la volteó a mirar con mala cara mientras ella miraba hacia otro lado tratando de aguantar la risa y mirarlo al pensar que se iba a carcajear con sólo mirarlo, Masumi le dio un suave golpe en el hombro para que se controlara.
—Vamos, Mikey, ¿hasta cuando piensas usar esa motoneta? Eres el comandante. Usa una moto de verdad. —dijo Ken con seriedad y serenidad aunque un leve tono de regaño hacia el más bajo de todos los presentes. Se habían detenido todos en una acera para poder tomar un leve descanso, sobretodo porque era un viaje largo, aunque no faltaba mucho para llegar, ya se veía la playa.
Todos se habían bajado de su respectivo vehículo motorizado a excepción de ella que estaba aún sentada en la Honda de Cherry quien tenía sus brazos apoyados en los aceleradores blancos de su "pequeña", como ella le decía.
—Esta está bien como está. No te burles de mi nena; ¡es una CB250T DE 50 c. c.! —alardeó con suficiencia Manjirō mientras sonreía de manera y confiada respecto a su actual vehículo que relucía por su color rojizo—. ¡La Hawk Urbana!
—Que Hawk ni que ocho cuartos, es una motoneta. —alegó incredulo el más alto con su ceño algo fruncido mientras Manjirō seguía sonriendo tranquilamente—. Ni puedes dar discursos en esa cosa.
—Está bien y ya. Además, a Masu-chan le gusta tambien. A que es genial, ¿no, Masu-chan? —canturrea el de cabellera rubia mientras sonreía a su dirección buscando una respuesta positiva de ella mirándola fijamente y de manera sonriente.
—¿Eh? bueno... —murmuró Masumi un poco desconcertada por escuchar esas palabras de parte del más bajo. Miró con atención la motoneta rojiza que montaba Mikey y un gesto pensativo y algo dudoso en su rostro pensando en que decir.
—Todos sabemos que Masu, sea una motoneta o una moto de verdad, siempre dirá que está bien o que le gusta. —interrumpió ahora un poco divertido Draken interrumpiendo el leve silencio pensativo de la de cabellera oscura y rizada quien extendió sus ojos mirándolo fijamente por aquella acusación burlesca hacia ella, Masumi no tardó en emitir un sonido de cierta ofensa de que dijera algo como eso.
Aunque... no era mentira, ella no quisiera hacer sentir mal a Manjiro o algo así. Pero tampoco era mentira que le gustaba su "Hawk Urbana", realmente le gustaba, era bastante bonita en su más sincera y personal opinión, quizás era porque se veía menos gigantesca que las motos de los demás y podía ser del gusto de ella aunque no ha fijado un gusto por alguna moto o motoneta al no estar aún interesada en algo así. Aunque ya varios le han estado diciendo que se buscara una al ser vicecapitana junto Draken, para que los tres al mando, siendo ella con Draken y Mikey, tengan su propia moto, así como alegaba el del tatuaje del dragón sobre que el rubio tenía que encontrar una moto al ser en si el capitán.
—Es que Kimi-chan es como una mamá, dirá que algo es genial aunque no lo sea como la motoneta de abuelita que lleva Mikey-kun. —Cherry siguió hablando con lo que había dicho Draken al respecto de su actitud "inclusiva", por así decirlo, al respecto de que sea genial o no ella dirá algo positivo. Masumi con su mirada rosácea entornada la volteó a mirar de que alegara eso.
—Sé de alguien que sale arrancando cuando intenta hacer rugir el motor. —sigue la burla Mitsuya con sus brazos detrás de la cabeza en una postura relajada.
—Hablas de Mikey, ¿no? —dice Pah con una sonrisa burlona en sus labios.
—Al ser tan lento, tampoco importa. —y Kazutora se une.
—Dejen de molestar a Manjirō-kun. —regañó Masumi mirándolos con su ceño algo fruncido desde su lugar reprendiéndolos con la mirada de que estuvieran burlándose tan así del más bajo quien tenía un puchero molesto en sus labios mirando con cierto enojo hacia los que se burlaron de su motoneta aunque luego miró hacia la de mirada rosácea quien miraba con cierta desaprobación hacia ellos—. Aunque no tenga una moto como la de ustedes no es razón de burlarse de él, es genial a su manera sea o no sea lenta.
—Admites que es lenta. —responde nuevamente Kazutora con cierta diversión una sonrisa burlona en sus labios hacia la segunda chica uniformada con el uniforme oficial de la TōMan; tanto el de ella como el de Hana tampoco eran diferentes al de los demás, sólo cambiaba los bordados del kanji donde se decía el puesto que cada una tenía; el de Masumi en su espalda podía leerse "subcomandante" en Kanji al igual que Draken, el de Hana tenía el mismo de Mitsuya.
—Mamá Tenshi al rescate. —canturrea Mitsuya con una sonrisa en sus labios mientras que Masumi se sonrojaba levemente por el hecho de que la llamaran de esa manera, especificamente por el "mamá".
—Una madre siempre protege a su bebé. —dice Pah cerrando sus ojos con su puño cerrado, como en una obra de teatro.
—¡Bebé Mikey! —chilla han entre risas y a su vez en un cantón burlón hacia el más bajo quien ahora se veía todavia más ofendido de que lo molestarán como si fuera un bebé, abultó más sus labios en una mueca molesta con una vena marcándose en su frente en señal de enojo.
Masumi suspiró con pesadez al haber iniciado de alguna manera esa nueva burla hacia el más bajo quien miraba aún con enojo hacia los demás quienes se habían burlado de él, al menos le tranquilizaba que fuera una burla amistosa. Despues de todo, era mejor que cuando se colocaban a pelear y a golpearse como solían hacer por ser tan brutos. Bueno, así los quería.
—Sé que sólo te interesa la CB250T, ¿pero que piensas hacer si nadie te puede prestar una? —cuestionó nuevamente con seriedad Draken mirando hacia Mikey mientras ignoraba la burla de sus demás amigos hacia el más pequeño quien sin quitar su mueca lo miró para prestarle atención y a su vez ignorar el impulso de golpearlos por burlarse de él.
—¡Miren, miren! ¿es en serio? Son unos bebés con chaquetas de pandilleros. —de la nada escucharon un tono de voz desconocido junto con el rugir de varias motocicletas. Los fundadores de la TōMan observaron como un grupo de pandilleros con uniformes purpuras se detenían a un lado de ellos, siendo el que habló un chico cabello teñido de rubio con aquel peinado tan famoso entre los pandilleros.
—¿"Tokyo Manji"? No los conoce ni su mamá. —mencionó uno burla e incredulidad luego de haber visto el nombre en la bandera que cargaba Pah sobre su pandilla.
❛Que groseros...❜ pensó Kiyoko con una leve mueca en sus labios mientras arrugaba su nariz sintiendo como ciertos cabellos de su flequillo caían encima de uno de sus ojos teniendo que quitarlo levemente con su mano, al menos su cabello no caía en toda su cara como antes.
—¿De donde salieron ustedes? —se burló un tipo que parecía ser el más robusto de los presentes, quien tenía piel algo bronceada y cabello oscuro. Él tenía una sonrisa burlesca en sus labios—. Si van a jugar a las pandillas, mejor haganlo en sus casas. No se metan a Yakohama.
—¡Y miren nada más! Dos chiquillas vienen con ellos. ¿Acaso son sus noviecitas? —mencionó nuevamente el rubio quien llamó su atención haciendo tensar un poco a las dos únicas chicas presentes, Masumi casi se agazapó contra la espalda de Hana al sentirse algo intimidada en esos momentos aunque más que nada incómoda de esa atención repentina en ella, la rubia simplemente quitó su rostro cauteloso con uno fruncido.
—¿Que clase de pandilla tiene mujeres? En serio, que estupidez. Mostrarán más vergüenza y debilidad con chicas en una pandilla. ¿Desde cuándo eso pasa? Sólo dan pena. —se burlaban de su presencia recibiendo comentarios similares. Después de todo, no era usual o normal en esos tiempos que una mujer estuviera en una pandilla, era inusual y a ojos de varios (como ese grupo en particular) una burla.
—Oh, ya sé para que están. —canturreó uno de manera descarada quien cubría parte de su rostro con un pañuelo viendo de arriba hacia abajo a las dos únicas chicas presentes—. ¿Para que más que complacer servirían unas chicas en una pandilla?
—Hey, psst, rubiecita. ¿Qué te parece mejor unirte a nosotros? Demuestranos tus "habilidades". —Cherry gruñó levemente mientras le lanzaba una mirada afilada y arrugaba sus labios en una leve mueca por tal comentario hacia ella. En ningún momento dejó de lanzarles una mirada de muerte aguantándose el insultarlos de todas las maneras posibles.
—Hey tu, la de cabello rizado. Tienes una cara y una boca bonita. ¿Por qué no me enseñas que puedes hacer con ella? —llamó el moreno hacia la de orbes rosáceos quien simplemente frunció el ceño fulminándolo un poco con la mirada teniendo un leve temblor imperceptible en sus manos sintiendo unas enormes ganas de hacer una mueca más notoria al sentir desagrado—. Ho~, vamos, demuestren que las mujeres si sirven para algo.
Nuevamente Masumi se tensó observándolos con una mirada algo opaca al sentirse cada vez más molesta sintiéndose incluso ansiosa, como cuando se enteraba de que sus hermanitas estaban siendo molestadas por alguien en su escuela y regresaban llorando. Ella apretó sus labios mientras una de sus piernas, siendo la del lado contrario hacia el campo de visión de los demás de la Honda, se movió levemente con cierta ansiedad al sentirse exasperada con esos tipos. No era alguien que realmente reaccionara con molestia o impulso de querer darles una bofetada para hacerlos respetar, pero en casos como esos el impulso aún así surgía. Odiaba ese tipo de comentarios, ni siquiera los soportaba en películas o novelas que veía con su mamá todas las tardes.
❛Quizás ya se me estaban apegando la forma de pensar de los chicos y Hana-chan❜ pensó Masumi de manera inconsciente por percatarse de que quería darles algun golpe en la cara para que se callaran.
—Vete al infierno. —bramó harta Cherry aún con una mirada filosa en sus ojos verdosos, ya no había aguantado más el escuchar tales cosas hacia ella y Masu, y en general de las mujeres.
—¿Hah? ¿que dijiste, zorra? —contestó el mismo tipo que insinuó asquerosidades de manera más directa hacia ellas, se escuchaba ofendido y molesto a pesar de que él había sido el primer ofensor.
Mientras este le mandaba ahora una mirada de enojo hacia la rubia quien le sacó la lengua mientras le levantaba el dedo del medio en respuesta a su reacción, uno de los tipos siendo el del tupé rubio se bajó de su propia moto con un bate en su mano el cual colgaba con sorna en uno de sus hombros golpeando suavemente este con aquel equipo normalmente en béisbol pero que en esta ocasión era un arma de asalto y a su vez intimidación.
—Bueno, ya que estoy aqui, destrozaré esa motoneta inservible que tienes. —canturreó de manera vaga y burlona el pandillero de uniforme púrpura dirigiéndose hacia Manjirō.
Este mismo despegó su mirada del tipo del pañuelo, a quien anteriormente estaba observando de manera bastante fija, para mirar con cierto desinterés al pandillero quien se acercaba bastante dispuesto en dañar su Hawk urbana. Entornó sus ojos un poco observándolo de reojo para alzar las comisuras de sus labios en una leve sonrisa.
—Si le pones un dedo encima a mi Hawk Urbana, te mato. —respondió Sano Manjirō mientras sonreía con una mirada que se podía considerar sombría. El chico se quedó observándolo incrédulo al comienzo por sus palabras hasta que se fijó en sus ojos; oscuros y sombríos que demostraban más de lo que sus propias palabras podrían llegar a decir.
Silencio fue lo que inundó el lugar el lugar al momento que Manjirō había dicho esas palabras, el tipo se quedó quieto tensando sus labios en una sonrisa para encogerse de hombros ocultando el hecho de que si se había intimidado por su mirada, se veía tan vacía al punto de que le había recorrido un escalofrio en todo el cuerpo; observó por unos instantes de reojo hacia los demás fijándose un momento en las dos jovencitas presentes, ambas le lanzaban su propia mirada de molestia aunque no se comparaban con el más bajito. Se encogió de hombros de manera indiferente y se fue con su pandilla quienes en medio de gritos burlescos y hasta amenazas finalmente se fueron. Todos los siguieron con la mirada en silencio.
—¿Que hacemos? ¿los matamos o que? —Baji rompió el silencio con cierta molestia en su voz mientras se giraba a mirar hacia Manjirō y Ken principalmente. Kazutora sonrió interesado apenas escuchó esas palabras viéndose un poco menos serio o enojado que los demás, aunque se notaba cierta irritación.
—¡Suena bien! Son tan pocos que no tardaríamos nada.
—¡Yo quiero ir a patearles las bolas! ¿Puedo? Ven, Kimi-chan, para que te desquites también. —asintió con una sonrisa molesta la femenina más alta mientras apretaba el acelerador de su Honda como si tuviera intención de acelerar e ir detrás de aquellos pandilleros, ella se veía bastante enojada en esos momentos, quería desquitarse y darles una lección a esos tipos
—No suena mala idea... groseros... —murmuró en un tono algo incómodo y hasta podría decirse molesto la de cabello rizado mientras cerraba sus ojos con sus cejas algo fruncidas. El hecho de escuchar tales insinuaciones de parte de esos tipos le dejaba un mal sabor de boca al punto de tener un impulso de bofetearlos, por mucho que ella sea alguien que prefería alejarse de ese tipo de incomodidades.
—Kimi-chan finalmente quiere acceder a patearles las bolas a alguien, ¡entonces vamos! —apretó el acelerador con cierta adrenalina y una sonrisa molesta bastante dispuesta a acelerar e ir detrás de esos tipos.
—Soy tonto, así que todo me da igual. Aunque no estaría mal ir y darles una paliza para que aprenden a respetar a las mujeres. —comenta el robusto chico de la cicatriz con una expresión aburrida aunque al mencionar lo ultimo una mueca había aparecido en sus labios.
—La verdad desde que comenzaron a hablar quise golpearlos pero luego se intensificó. —bufó Keisuke mirando de igual manera hacia Hana quien estaba enfurruñada en su lugar murmurando quien sabrá que cosa, Masumi miraba perdidamente hacia otro lado con su ceño fruncido—. Tengo hambre también, no debería desaprovechar la oportunidad de quemarles las motos.
—Mejor no. Ya se fueron. —suspiró con una sonrisa algo tensa Mitsuya mirando hacia sus demás compañeros fijándose un momento en las chicas observando como cada una reaccionaba a su manera; Hana se veía más molesta que Masumi quien se veía incómoda aunque no evitaba el mostrarse algo inconforme, hasta molesta.
—¿Pero si podemos después? —cuestionó Hana nuevamente casi como una niña pequeña a pesar de que su tono de voz en realidad era aún grave y molesto.
Masumi le sobó suavemente la espalda en un intento de consolarla en su momento de rabia y a su vez molestia, aún así ella suspiró con pesadez mientras miraba hacia la dirección en la que se habían ido aquel grupo de pandilleros tratando de recordar de donde era recordando como ellos mismos se habían proclamado. Entrecerró un poco sus ojos rosáceos y miró hacia un costado en donde a lo lejos se veía la costa de la playa aunque alejada de la zona de las personas ya que sólo se veía la arena y el mar, pero eso significa que efectivamente estaban cerca tranquilizándola de cierta manera. Aún tenía un mal sabor de boca pero lo positivo es que no estaba sola y podían ir a divertirse tranquilamente.
Miró hacia los demás cuando Draken alegó que el hecho de que esos pandilleros se hayan acercado había sido por culpa de Mikey al estar en una motoneta, quizás en forma de broma aunque probablemente si era la verdad debido que ese vehículo tampoco era usual en un grupo que a simple vista eran pandilleros. No tenía en claro eso ya que habían bastantes posibilidades, escuchando como todos secundaban lo dicho por el más alto y se reían cuando este se quejó, como el hecho de que simplemente los vieron y querían molestar. Fuera de eso esperaba no volverselos a encontrar.
—Bueno, en vez de molestar a bebé Mikey de que por andar en una motoneta de viejita se nos acercaron unos imbéciles, ¡sigamos a la playa! ¡necesito sol, playa y ver chicos lindos para poder tranquilizarme! —chilló recomponiéndose de manera ansiosa la rubia mientras se enderezaba rapidamente (Manjirō puso de nuevo mala cara hacia ella), la más baja entre las dos se sobresaltó levemente mientras sus manos se aferraron al asiento al momento que la chica más alta había encendido nuevamente su Honda y tambien la había hecho rugir sacando humo por el escape—. ¡Carrera a la playa! ¡el que pierda nos compra helados a todos!
—¡Oye, espera! ¡maldita tramposa! —replicó Baji cuando la rubia aceleró y avanzó velozmente teniendo una enorme ventaja ya que tanto ella como Masumi (aunque ella más bien se fue obligada al ir con ella) ya estaban encima de la Honda y fácilmente sólo acelera y se van, como justo ahora.
❛Piensa en el sol y la arena, piensa en el sol y la arena❜ pensaba Masumi con sus labios apretados mientras se aferraba con fuerza a la cintura de la de mechas rosáceas y una expresión algo tensa por sentir como la chica había acelerado de la nada. Definitivamente aún no se acostumbraba a eso como pensó.
El arete que Wakasa le regaló a Masumi es este mismo, así es su diseño;
¿A qué nos son bonitos? La verdad me encanta mucho su diseño, fue algo difícil encontrar unos pendientes en este estilo pero de que se pudo se pudo y la verdad son mejores de lo que imaginaba.😽
Aunque ojito, nuestro angelito Masu aún no los usa👀
Amo la interacción de su familia y Wakasa, Hikari y Kaito me encantan❤️😇.
Espero que hayan disfrutado el capítulo, no olviden comentar y votar ❤️
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