fünf (5)
Estaba mirando a los ojos del chico que me llamaba, hasta que escuché algo, ¿su voz, tal vez?
esa voz la podría reconocer, aunque, sinceramente, ya no tenía su tono chillón. Me temblaron las manos, y al girar me topé con unos hermosos ojos color avellana con caramelo. sus lindos y hermosos ojos.
Había cambiado físicamente, su vestimenta era negra, pantalones holgados y su cabello estaba teñido rubio.
— ¿has visto donde se metió Talia?-volvió a preguntar, esta vez deteniendo su mirada sobre mi.
— J..Jack-logré a completar su nombre, ya que estaba sorprendida de verlo, después de dejarlo tantos años, a todos.
El frunció el ceño, como si no me reconociera, hasta que abrió poco a poco los ojos.
— ¿Raven?-preguntó aún no muy seguro.
— La misma, Jack te extrañé-lo intenté abrazar pero solo me empujó con fuerza, haciendo que cayera sobre el regazo de Finn.– ¿que te sucede?-pregunté tratando de no llorar.
— ¿que carajos crees qué haces?-menciona con mucha rabia en su cara- mi maldita vida estaba mejor sin ¡TI!-volvió a gritarme- ¡NO HUBIERAS VENIDO AQUÍ!-soltó, estaba algo ebrio y pude notarlo en el olor por su boca.
Ebrio o no, solo consiguió hacerme llorar, Finn tomo a Jack y lo alejó de mi, mientras Jaeden se encontraba abrazándome mientras soltaba lágrimas por su hombro.
— Hey, preciosa. ¿te sientes mejor?-sus ojos azules me miraron fijamente.
— Jae, gracias, pero yo, tengo que irme-solté con un suspiro.
Salí de prisa de la fiesta, tomando mi teléfono y texteándoles a mis amigas que tenía sueño y regresaría a la fraternidad a dormir, apreté mi teléfono contra mi pecho y seguí llorando. No quería echar a perder el momento de diversión que estaban teniendo Sophia y Millie en aquella fiesta.
Caminé de prisa, limpiando mis lágrimas.
Hacía bastante frío y el camino estaba tan oscuro que parecía una película de terror, lo único que pude hacer fue abrazarme a mi misma.
¿Como pude ser tan tonta y pensar que él iba a cambiar? ¿Por que rayos dice que es mi culpa? me siento terrible.
Pasos atrás de mi me hicieron suspirar y girar mi vista.
— ¿te acompaño?-preguntó un chico de cabellos claros- ¿todo en orden, Raven?-me miró preocupado.
— Estoy bien, Asher-sonreí- aunque no me molestaría en lo absoluto un poco de compañía.
— Estás helando-dice tocando mi hombro- tienes que ponértela, te vas a enfermar-quita su sudadera y me la da.
— Vaya, el Niño de los tres nombres me agrada mucho-le sonreí.
— A mi también me agrada la chica de los tres nombres.
Comenzamos a reír, mientras me ponía la sudadera encima de mi vestido.
— ¿y por que te fuiste tan temprano?-me preguntó con una sonrisa.
— Digamos que, tengo mucho sueño y yo quería ir a .. dormir, y no les avise a Millie y a Sophia por que ellas, se divierten.
— Wow-comenta él con una risa muy linda.
— ¿que?-enmarcó una ceja, estaba confundida por su respuesta.
— ¡Esa, es la excusa más ridícula que he escuchado!-comenta divertidamente- sin ofender, pero.. ¿me dirás por que te fuiste tú sola a mitad de la noche, sola, con frío, mirando al suelo y con riesgo de que alguien te lastime en el trayecto o te asalte?
— ¿sabes que? tal vez si necesite compañía-le sonreí de lado, mirando sus lindos ojos claros.–le sonreí, y que bueno que no tuve que explicar nada.
El regresó la sonrisa mientras metía sus manos en los bolsillos y caminaba a mi lado, dejando que el silencio no estuviera entre nosotros, siempre sacaba un tema.
Al hablar me di cuenta que es un chico divertido, lindo y que tenemos cosas en común.
Por ejemplo, ama los helados de pistacho, tiene tres nombres, ah, y es actor.
— Bueno-le dije con una media sonrisa- es aquí-apreté mis labios incómodamente mientras miraba la entrada de la casa.
— ¿eh?-abrió los ojos de golpe- ah si si-comenzó a reírse- bueno Raven, nos vemos-nos despedimos ambos con una seña.
Lo vi retirarse y entré a la casa con una sonrisa, cerré la puerta dejando las llaves sobre la mesa, continuamente subí las escaleras rumbo a la habitación y rápidamente me quité los tacones, masajeando mis pies.
— ¡que fastidio!-me quejé del dolor en la planta de la extremidad.
Los dejé en el closet y me puse una pijama que consistía en un short y una blusa floja. Tomé mi cepillo de dientes y fui al baño a cepillarme.
Sujeté mi cabello en un chongo flojo y me dirigí a la cocina a tomar un vaso de agua frío.
Regresé a la habitación cuando escuché unas vocecitas por la calle que hicieron que me atragantara con él agua, suponía que eran Sophia y Millie apunto de entrar.
Rápidamente dejé el vaso en el grifo y corrí como si mi vida dependiera de ello, saltando en la cama y cubriéndome, cerré los ojos con fuerza, fingiendo estar dormida.
— Ya me había asustado–dice Millie– pobre, estaba cansada.
— ¿pero, por que no nos avisó? seguro se fue sola..–la pelirroja afirmó.
— o con un chico-Millie comenzó a decir, lo cual le hizo gracia a Sophia.
— Muy guapo, seguramente ya tiene novio– la risa inundaba la habitación.
Me daban ganas de jalar el cabello de ambas o decirles "tontas, las puedo escuchar", pero me contuve y seguí "dormida".
Pero, suele suceder que cuando se finge estar dormido, uno de verdad se queda dormido, y eso, eso mismo me pasó...
[...]
La alarma sonó, lo que hizo que de mala gana me despertara, me metí al baño y abrí el grifo de agua caliente, me quedé un instante bajo el chorro de agua caliente, pensando en lo pasado la noche anterior, JACK..ASHER..
¡Salgan de mi cabeza, ya!
Tomé jabón y me tallé, apliqué shampoo y depilé con rastrillo mis axilas, piernas y otras partes..
Enjuagué todo el resto y con una mano tomé la toalla para secar mi cabello y mi cuerpo.
Me puse un pantalón rosado, una camiseta de cuadros pequeños grises con blanco y unos zapatos altos de color negro.
Cepillé mi cabello, apliqué perfume olor vainilla, me dirigí a la habitación para tomar un bolígrafo y un cuaderno para notas.
— hey, buenos días-comenta Sophia vestida con una blusa negra, unos pantalones rasgados y unas botas negras.
|(La Sophia Lillis Universitaria, supongamos)|
— Buenos días Soph, ¿y Millie?
— Justo detrás de ti-Millie me ha tomado por sorpresa, hoy vestía con una falda rosada, una camisa de mangas blancas y unos tenis beige.
Sonreí.
— Vámonos a clase de Artes Dramáticas–digo, llevando conmigo mi teléfono.
Las chicas asienten, solo espero que Asher no comente nada.
— cierto, vámonos-pide Sophia, jalándonos a la salida como si fuera nuestra madre.
El tirón de Sophia hizo que en menos de un minuto estuviéramos en saliendo por puerta principal.
¡Estoy ansiosa por esta materia! Teatro, libros y actuación es lo que estaríamos estudiando, que emoción.
Al llegar al salón, me percaté de que Jack, me miró pero rápidamente se giró. ¿ups?
Es obvio que recuerda lo de anoche, pero no si quiera se arrepiente, nos sentamos al lado de nuestro grupo de amigos, les sonreímos, prestando atención a la clase, con la maestra "Miel" como le decían, aunque en realidad se llamaba Pansy .
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