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𝐂𝐀𝐏𝐈́𝐓𝐔𝐋𝐎 𝐈

Allí iba nuevamente la chica rara. Aquella chica que todos hacían de menos solo por su aspecto físico sin importarles el daño que le están ocasionando.

Siendo ella reconocida por los absurdos sobrenombres que en el colegio le ponen; siendo "Fea" el más conocido y usado por todos. Esas personas reían al verla llorar en silencio, al verla soltar lágrimas en las que pedía ayuda incansablemente. Ella gritaba en silencio, anhelaba que alguien la ayudase, pero nadie parecía preocuparse lo suficiente por ella como para ayudarla.

Era el blanco de burlas y bromas por parte de los grados superiores, era el blanco de críticas en su casa, era el de acoso en las calles; ella era todo lo indeseable en el mundo.

Excepto para una persona, Hwang YeJi estaba perdidamente enamorada de la chica de cabellos castaños, la que llevaba siempre sus prendas de mangas largas aunque hiciera un calor insoportable.

Y es que Hwang no se explicaba lo que la había cautivado de aquella chica. ¿Serán sus ojitos que brillan al ver a los animalitos? ¿Será su tímida sonrisa que deja ver cuando algo le ha salido bien? ¿Será aquella dulce voz que la llenaba de amor por dentro?.

Para YeJi, ChaeRyeong era una persona muy especial, tierna y por sobre todo, hermosa. Podrá ser callada, pero eso la hacía mucho más bella.

Hwang se había prometido a si misma, que si lograba tener una sola oportunidad con ella, la cuidaría y abrazaría repitiendole lo hermosa que es hasta quedarse sin aliento. Quería besar cada una de sus inseguridades hasta que esta comenzace a amarse a si misma, y es que para YeJi, ChaeRyeong era perfecta con todas sus imperfecciones.

- ¿Hwang? - le habló su amiga - ¿¡Hwang!?... ¿¡Hwang YeJi estás escuchandome!? - Espetó.

- Si, eh, puta - balbuceó YeJi en respuesta.

Su amiga la miró extrañada - ¿¡No estabas prestando atención!?.

- Si... por supuesto que si - soltó nerviosa.

- ¿Si?... a ver ¿Qué te estaba contando? - preguntó en burla su amiga.

YeJi cayó rendida a su cama - Tú ganas Shin - respondió - Es que... no puedo sacármela de la cabeza.

 - ¿Hablas de Lee? - preguntó curiosa - YeJi, sabes que nunca notará tu existencia si no te le acercas.

- ¿Qué quieres que haga RyuJin? - pregunta exasperada la mayor - Tengo miedo de fallecer apenas me hable.

- No sé... ¿Acercarte quizá? - respondió sarcástica RyuJin.

YeJi golpeó a la menor antes de hablar - No me jodas Ryuk, te estoy diciendo que puedo fallecer apenas me mire.

RyuJin se acomodó más en la cama mientras dejaba el celular a un lado - Tienes problemas de confianza por lo que veo.

- Confianza, autoestima, vergüenza, ganas de morir - agregó la mayor.

- Exagerada - RyuJin río.

- ¿Cuándo fue la última vez que bromeé con querer matarme? - preguntó YeJi.

- Te lo diría YeJi pero un capítulo no es suficiente para contarlo - respondió en burla la menor.

YeJi la miró con enfado al soltarle las palabras "te odio" a su mejor amiga, esta solo soltó una risa ante las acciones de su mayor.

Pasaron el resto del día hablando sobre la chica que robó los suspiros de YeJi y como comenzaría a tener interacción con ella, y es que, a pesar de demostrar ser una persona muy segura, YeJi tiene sus propias inseguridades como toda persona.

Mientras que en otra parte en la misma ciudad; una joven estaba dando todo de sí misma para poder conseguir aquellas excelentes calificaciones que tanto necesitaba para que su familia no la vea como una decepción. Se esforzaba el doble que muchos jóvenes en su salón, y era eso lo que la hacía ver como una rara. Era aquel saco de boxeo para las chicas de grados superiores a la par que era el blanco de burlas de los chicos de su salón y otros grados.

A sus cortos diez y ocho años ya había pasado por tanto que llegó a la conclusión de que de allí, no había escape. Era una maldita pesadilla que estaba harta de vivir. Torpemente pensó que todo acabaría el día en que sonriese por todo y se alejase de todos.

Aun así; esas personas la seguían lastimando, reconocería sus caras en todas partes, le dolía recordarlos.

- "Hazlo Chaeryeong... después de todo a nadie le importará si desapareces..." - la tentó aquella voz en su cabeza.

Con lágrimas en los ojos; la joven toma una cuchilla en sus frágiles manos y la acercó hasta su muñeca. Temblando recordó cada uno de los insultos de aquellas personas.

- "Hazlo, después de todo ¿Quién te querrá? Eres horrenda Chaeryeong" - La obligó aquella voz.

Soltó una lágrima y temblorosa dio el primer corte, justo al lado de aquella que se había hecho la semana pasada. Gotas de sangre resbalaban por el brazo de la menor cayendo directo al agua. Se sentía libre luego de haberlo hecho, y así siguió con cortes más largos que el anterior, recordando cada una de las críticas hacia su apariencia. Cada una de las bromas y burlas, cada palabra que en su corazón dolían.

- "Sigues siendo horrenda, pero lo has hecho bien" - Volvió a molestarla su voz en la cabeza.

Sin nada más que hacer ni perder, se echó a llorar tratando de borrar cada una de las atrocidades que le han dicho, estaba más que rota, sin salida, sin compañía...

Era ella sola contra sus demonios internos, no tenía a nadie a quién recurrir, nadie a quién pedirle consejos, nadie quién la abrace... nadie quién la quiera... Bueno, eso pensaba hasta que descubrió a LOONA; un grupo que se ha convertido en su lugar seguro, su hogar, su razón de existir.

Si podía llegar a ser feliz; era gracias a aquellas doce chicas que, sin saberlo, la salvaron en su más bajo momento. Y es que aún recuerda aquella canción con la que las conoció.

"Vuela como una mariposa... hasta el final del camino..."

Volaría hasta el final con tal de salir de aquella asquerosa vida que le tocó vivir. Estaba aterrada de salir y que la gente comience a señalarla nuevamente. No era la favorita de la casa, no era la amiga favorita, no era nada comparado con otras personas.

Pareciera que nadie se preocupaba por ella por la forma en la que la trataban, los que decían llamarse sus amigos la ignoraban, su familia la criticaba, sus hermanos la dejaban de lado y cuando parecía encontrar una persona que la quiera, era todo producto de una apuesta. Estaba harta de su vida.

Lentamente se ve al espejo, se odiaba. Odiaba cada parte de su rostro gracias a aquellas personas que le recordaban siempre lo horrible que era; odiaba su cuerpo lleno de cicatrices que en vez de desaparecer, seguían aumentando. Odiaba ver sonreír a los demás mientras ella intentaba con todas sus fuerzas no largarse a llorar por las burlas. Observó las gotas de sangre en el suelo del baño y no pudo evitar reír. Lo haría una y otra vez si eso significaba que su dolor acabaría.

Oyó varios golpes en la puerta, temía que entrasen y la vieran en ese estado así que solo permaneció en silencio.

- ¿ChaeRyeong estás ahí dentro? - preguntó su hermano; Lee Felix.

- Si oppa - soltó nerviosa.

- ¿Llevas ahí mucho tiempo o acabas de entrar? - preguntó nuevamente.

- A-acabo d-de e-entrar oppa -respondió temerosa.

Felix soltó un bufido - No te tardes mucho allí adentro ¿De acuerdo?.

Chaer respondió con un tímido si antes de oír a su hermano marcharse, sin saberlo había ganado más tiempo para limpiar todo el desastre que había causado.

Rápidamente tomó un paño para remojarlo en agua y lanzarlo al suelo para limpiar aquellas gotas traviesas que de su brazo brotaban. Vió como el agua se deshacía de la sangre seca y las nuevas gotas que brotaban por medio de sus heridas. A veces pensaba en no querer volver a hacerlo pero era débil, sus demonios internos eran aún más fuertes.

Se lavó las heridas delicadamente sintiendo como ardían al sentir el contacto con una pequeña espuma. Agarró uno de los paños y se secó completamente las heridas evitando que quedasen manchas de sangre, agarró unas vendas para comenzar a tapar cada una de las cicatrices que se había hecho en tan poco tiempo.

Limpió el baño completamente dejándolo limpio, seco y con un buen aroma a lavanda; temía que su hermano supiera de su pequeño secreto y la regañase, temía que su familia se enterase y la condene de nuevo, temía que los demás supieran y se burlasen aún más de ella.

Observó detalladamente el baño antes de salir, no encontraba ningún indicio que delate lo que realmente pasó allí. Rápidamente se vistió poniéndose una camisa a cuadros que cubrieron sus vendajes. Salió del baño encontrándose nuevamente con su hermano quién la miró extrañado, se acercó a ella y la miró de pies a cabeza. Su nerviosismo era tal que su hermano podría notarlo, aun así se mantuvo firme ante la mirada de este.

- Es raro, tienes el pelo seco aunque lleves la toalla mojada - suelta confundido.

- No quise mojarme el pelo, es todo - responde temblorosa la menor.

- Bueno, hazte a un lado que quiero mear y ya no me aguanto - dice empujando a su hermana para luego cerrar la puerta con seguro.

Chaer abandonó el pasillo y rápidamente se metió a su recamara, se lanzó a la cama esperando a que su laptop encendiese para pasarse horas viendo videos de sus favs. No pensaba ir al colegio, eso lo tenía muy claro, pero no podría hacer nada si su hermano la obligaba.

El aparato encendió dejando ver la pantalla principal, apenas entró a la aplicación su hermano la llamó.

- ¡Chaer debes ir al colegio! - Le gritó - ¡Vamos que llegaré tarde a la empresa si no te apuras!.

- ¡Ya voy! - le gritó ChaeRyeong.

Frustrada apagó la laptop dejándola a un lado para ponerse a buscar sus cosas, de veras que no quería ir pero no tenía opción, su hermano no pensaba dejarla sola en la casa cuando el tardaría horas en la empresa en la cuál es aprendiz y está próximo a debutar como idol.

Estaba orgullosa de su hermano, pero sentía extra presión al saber que era la única que no compartía el mismo sueño que sus hermanos. Ya había una idol en la familia; ChaeYeon era miembro del grupo IZ*ONE y Felix estaba próximo a debutar en un grupo llamado Stray Kids bajo JYP Entertainment. Su madre estaba orgullosa de sus dos hijos mayores y esperaba lo mismo de ChaeRyeong, pero esta decepcionó a todos al contar que ella no quería eso.

El que sea hermana de ChaeYeon le había traído problemas, pues muchos la insultaban diciéndole que era una mentirosa, que ChaeYeon era muy bella comparada a "La fenómeno ChaerRyeong", otros la usaban para llegar hasta su hermana y sacar provecho de ella y esto hizo que la menor de los Lee se reserve mucho más de las personas.

- ¡Vamos Chaer que JYP es capaz de echarme de nuevo¡ - volvió a gritarle de nuevo.

- ¡Ya voy Felix! - le gritó en respuesta la menor.

Bajó las escaleras con sumo cuidado tratando de esconder sus vendajes de la vista de su hermano, si esta pasaba desapercibida de él, lo haría también de sus bullies.

- Ya te tardabas - Espetó su hermano - En serio, no puedo creer que uses esa camisa con este calor Chaery.

Chaery... nunca le había hablado por un apodo que no sea ''Chaer".

- E-es q-que-soltó nerviosa - E-en la... en la clase hace frío - respondió dudosa.

- Voy a fingir que te creo - dice en burla su hermano - Vamos, se hace tarde.

ChaeRyeong se subió al coche junto a su hermano dándose ya camino a la institución.

Felix observaba constantemente las acciones de la menor intentando ver algo raro en ella, sin embargo no obtuvo éxito. Chaer no dejó pasar esto pero simplemente se mantuvo en silencio, al final del día era lo mejor; el chico aparcó el coche justo en la entrada del instituto y giró hacia su hermana, Chaer se sorprendió ante las acciones de su mayor puesto que casi nunca se interesaba en ella.

- Chaer... - habló Felix finalmente - ¿Hay gente que te molesta?.

La pregunta dejó helada a la pobre Chaer; no sabía si debía confesarle a su hermano que era el blanco de burlas constante en la escuela. Miró a los ojos de su hermano intentando descifrar si no se trataba de una broma pesada pero no lo hallaba, así que solo decidió callar y pasar por alto la pregunta.

- N-no oppa  - respondió con pesadumbre.

- Sé que no he sido el mejor hermano Chaery - le habló el mayor mirando hacia el frente - Pero intentaré reparar mis errores...

Felix sonrió levemente al volver a ver a su hermana pero esta no hizo más que evitarlo, no sabía que podría llegar a decirle y eso la aterraba.

- Está bien que quieras hacer eso oppa - respondió en un susurro - Pero hablo en serio cuando digo que no me pasa nada.

- ¿Segura? - preguntó el peligris - Por qué no me parece que tengas amigas que te esperen o vayan a buscarte a la casa.

ChaeRyeong palideció, miró hacia los lados a ver si habría alguien cerca a quien acercarse y pedirle que la ayudase, pero luego recordó que no existía persona capaz de ayudarla sin querer algo a cambio.

- O-oppa, ya debo irme - susurró la pequeña.

- Está bien - soltó decepcionado el mayor - Ten un buen día Chaery.

ChaeRyeong bajó del coche viendo como su hermano comenzaba a alejarse del lugar, miró atentamente hacia la entrada antes de dar un paso, pues temía que las chicas la molestasen apenas llegue.

Una vez se aseguró que no había nadie, comenzó a adentrarse al patio de la institución, observaba a varios jóvenes allí jugando, otros hablando y sacándose fotos, vio a una pareja disfrutando del tiempo libre, y no pudo evitar sentirse mal. De verdad necesitaba a alguien con quien pasar tiempo; y no hablaba específicamente de un chico, sino de una persona con la que pueda pasar momentos inolvidables sin miedo a que se aleje por ser "rara", que compartan la misma neurona y estén siempre felices con la compañía de la otra.

Ella solo anhelaba un amigo y el mundo se le ha negado tantas veces que solo le queda imaginárselo.

Entró a la institución con la mirada baja esperando que ninguno de sus bullies la reconociecen; estaba aterrada pues siempre que estaban ellas era simplemente para lastimarla.

- Buenos días pequeña Chae - Le habló una chica de voz chillona a un lado.

"Mierda" dijo para si misma.

Chaer se mantuvo en silencio mientras aceleraba el paso para así evitar a Kim, quién solamente se disponía a molestarla por diversión.

- ¿A donde vas Chae? Solo quiero charlar contigo - soltó en burla.

El grupo estalló en risas mientras agarraban a ChaeRyeong de los brazos. Esta palideció.

- La próxima vez mírame a los ojos cuando te hablo escoria - Sentenció la azabache antes de dejar un fuerte golpe en el estómago de la menor.

Chaer cayó al suelo agarrándose el vientre; el grupo aprovechó esto y comenzó a golpear a la pobre quien solo rogaba a cualquiera por ayuda, estaba asustada y contenía las ganas de llorar. Sintió como una de ellas aprovechó su distracción y rápidamente dejó una patada bajo su rostro, eso hizo que soltara unas lágrimas del dolor.

Una vez más estaba sola, sin nadie a quien recurrir, sin nadie quién la ayudase a salir de allí.

Una de las chicas la agarró del pelo y la levantó bruscamente mientras se burlaba de ella.

ChaeRyeong estaba sola una vez más, no sabía que hacer aparte de llorar y esperar a que su tortura acabe, vio a las otras chicas destruyendo sus cosas y arrebatandole el dinero que se suponía era para su merienda.

- ¿Por qué mejor no te matas de una vez? Horrendo saco de mierda - soltó en burla la azabache.

Esta levantó la mano con la intención de darle un último golpe a la menor y acabar con su diversión de entrada, cuando fue detenida por una persona ajena a todo lo que estaba sucediendo.

- Será mejor que no lo hagas...

Denle la bienvenida a esta nueva historia que por cierto es preciosa y me gusta mucho como va quedando :D
En fin, voten y comenten los tkm <3

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