EPÍLOGO
Las gradas del estadio de quidditch se encuentran temblando debido a los gritos y brincos que los aficionados dan. Adultos, jóvenes y niños se encontraban apoyando a su equipo juvenil favorito mientras ondeaban banderas, hacían sonar matracas y cantaban canciones en apoyo a los jugadores que vuelan por el campo de quidditch como si de profesionales se trataran.
Y es que, gracias a la escuela de Quidditch Przybylski estaban a casi nada de ser profesionales.
El comentarista, habló con emoción.
—¡Potter toma la quaffle! ¡Se la hace llegar a Weasley quien la pasa a Pusey! ¡La tiene Morrison, Potter, Pusey, de regreso a Potter, yyyyyyy!
Se escuchó un grito cuando la pelota atravesó uno de los aros.
—¡GOL DE LOS CANIS LUPUS!
El joven de cabello castaño oscuro alzó su puño al aire mientras escuchaba como gritaban y vitoreaban su nombre. Desde la tribuna principal, con orgullo y emoción, Adhara y Harry gritaron al mismo tiempo.
—¡Bien hecho James!
A su lado, una niña pelirroja y un pequeño de cabello castaño, daban brincos emocionados mientras veían a uno de sus hermanos mayores lograr un gol que les daba más ventaja en el partido.
—¡Papi no veo a Al! —exclamó el más pequeño de sus hijo, ligeramente preocupado por su hermano.
—Debe estar detrás de la snitch, Ced, no te preocupes campeón —le aseguró despeinando su cabello.
Y entonces, cómo si de una bala atravesando el campo se tratara, el más joven del equipo de los centauros se encontraba volando en picada en su encuentro con la pelota dorada.
—¡Albus Potter parece haber visto la snitch! —exclamó el comentarista—. ¡Joy Luna del equipo de las Corona Cetus parece que intenta acercarse a Potter!
—¡Vamos Albus tu puedes! —gritaba la familia Potter, en apoyo a uno de sus hijo.
—¡Pusey anota otro gol! —se escuchó el grito del comentarista—. ¡Potter toma la quaffle y esquiva a Winters! ¡Uy esa bludger estuvo cerca!
Y entonces, Albus Potter se elevó en el cielo al momento que estiraba su brazo con la snitch en la mano y gritaba:
—¡Tengo la snitch!
Sus ojos verdes se iluminaron al momento en que buscaba a su familia entre la multitud de personas. Adhara y Harry se encontraban gritando y aplaudiendo mientras sus dos hermanos menores se paraban en el asiento.
Los hermanos Potter se reunieron en un brazo, ya que James decidió brincar a la escoba de su hermanito para despeinarlo mientras gritaba con emoción:
—¡Ganamos! ¡Mi hermanito tomo la snitch! ¡En su cara perdedores!
Albus comenzó a reír ante la emoción de su hermano y aterrizó ya que el resto del equipo lo estaba haciendo. Conformado por cuatro mujeres y tres hombres, el equipo de Canis Lupus comenzó a festejar junto con el público que le aplaudía orgulloso.
El equipo contrario de las Corona Cetus, se acerco a los ganadores para estrechar sus manos tras aquel gran partido; y con túnicas del mismo color, azul con doradas, las cuales tenían una constelación plasmada en su espalda, Oliver Wood y Adhara Tonks se acercaron mientras cargaban una gran copa en sus manos.
—¡La copa del año será por primera vez entregada a los Canus Lupus!
Entre aplausos y gritos, las y los sietes integrantes del equipo, se acercó a la tarima que por arte de magia apareció para recibir aquella copa de oro, en la cual su nombre se grabo con letras plateadas, mientras cada nombre de los integrantes del equipo aparecía.
—¡Bien hecho Jamesie! —gritaba Cedric, el menor de los Potter, mientras que se encuentra sobre los hombres de un joven de cabello azulado con ojos verdosos.
—¡Lo lograste, Al! —apoyaba Teddy al más joven del equipo de los Canus Lupus, que sonrió dejando ver un par de hoyuelos, mientras sus mejillas se tornaban ligeramente rosas al ver como todos le felicitaban.
Hubo fotografías y cada integrante del equipo fue felicitado por los propietarios de la escuela de vuelo Przybylski, Adhara y Oliver.
—Estoy muy orgullosa de ustedes —susurró Adhara a dos de sus hijos, mientras besaba las mejillas de ambos con felicidad y emoción.
Poco a poco, el estadio fue despejándose. Las personas comenzaban a retirarse y había despedidas entre los estudiantes de vuelo, que aseguraban verse en cuanto las clases en Hogwarts iniciaran.
La familia Potter se reunió para felicitar a dos de sus jugadores estrellas.
Cedric, comenzó a brincar alrededor de sus hermanos, provocándoles un par de risas.
—¡Volaste como águila! —le dijo a James—. ¡Y The-the fuiste muy rápido! —este vez se lo dijo a Albus, quien soltó una risita.
—Gracias Ced, tus gritos me animaron —comentó, mientras abrazaba a su hermanito.
—Yo lo sabía —respondió con emoción aquel abrazo.
—¿Iremos a festejar? ¿Podemos? ¿¡Podemos?! —exclamó Lily, mirando a sus padres con sus ojos verdes bien abiertos.
—¡Claro que sí! —exclamó Harry—. Tenemos que celebrar que mis hijos son el cazador y el buscador más rápidos del mundo.
James y Albus se miraron con una gran sonrisa y chocaron sus cinco.
—Sí seguimos así, seremos más icónicos que mamá y papá, Al —aseguró algo divertido James.
—Oh, serán mejores que nosotros —dijo con seguridad Adhara, mientras sonreía.
A tropezones, Teddy Lupin se lanzo para cargar a Albus, quien soltó un grito de susto.
—¡Estuvieron magníficos, enanos! —Albus se carcajeo al sentir cosquillas y pataleo logrando que Teddy lo bajará.
—¡Ou ya quiero poder estar en un equipo de quidditch! —lloriqueó Lily, mirando a su madre mientras hacía un puchero.
—En cuanto cumplas doce años podrás entrar a los equipo de la liga jr, tranquila Lils —le recordó Adhara.
—Pero soy tu hija —le recordó pestañeando varias veces.
Adhara se carcajeo—. Si bueno, ¿acaso has visto que Sadie entro a los once años a la liga jr? No —respondió por Lily.
La única pelirroja de la familia Potter giro su rostro para ver a Sadie Wood, jugadora de las Corona Cetus acompañada de sus padres, Oliver y Ginny.
—Ya solo unos meses más y podrás entrar Lils —le recordó Teddy sonriendo—. ¿Iremos a festejar? ¿Iremos? —preguntó abriendo sus ojos.
—Por su puesto, será mejor que se cambien —dijo señalando a sus hijos—, y vayamos a casa...
—¿¡A casa?! —exclamó James—. ¿Por qué a casa? ¡Vamos a algún lugar muggle! —propuso sonriendo—. Y, oh, no nos podemos cambiar —le dijo tirando del brazo a Albus—. Tenemos el olor de la victoria.
—Humildad, James, humildad —le pidió Adhara a su hijo, que soltó una pequeña risita inocente.
—Dejalo ma, es el usual olor de James —dijo Lily olfateando y haciendo muecas de asco.
—¿El de la victoria? ¡Claro que lo es! —exclamó emocionado—. ¡Eh Sadie! ¿Qué se siente el olor de la derrota? —grito, mientras corría hacia la pelirroja.
—¡Oh cállate gnomo! —le respondió, mientras procura esconderse detrás de su padre.
—Bueno, será mejor que vayamos a casa —dijo Harry, pasando un brazo por los hombros de Adhara, para comenzar a caminar por detrás de sus hijos.
—¡James no vayas a lastimar a Sadie! —grito Adhara al ver como su hijo cargaba a la mayor de las Wood, poniéndola de cabeza.
—No te preocupes ma, no es como si Sadie no pudiese poner a su lugar a James —le recordó Teddy algo divertido.
Dicho y hecho, se escucho un gran grito y es que Sadie Wood estaba torciendo el brazo de James, mientras Ginny se carcajeaba y Cedric corría a auxiliar a su hermano mayor, ya que Lily y Albus también se encontraban riendo.
...
Las puertas del carro se cerraron casi al mismo tiempo, James continúa acariciando su brazo, mientras hace muecas de dolor.
—Les juro que casi pierdo el brazo —Adhara rodó los ojos al escuchar como su hijo continuaba dramatizando.
—Dios James, es como escuchar al tío Draco, ya cállate —pidió Lily mientras daba brincos subiendo las escaleras para llegar a la puerta blanca de su casa.
—¿El tío Draco está aquí? —preguntó Cedric sonriendo.
—No amor, Lily soló menciono al tío Draco —le aclaró Harry.
Cedric soltó un «oh» con tristeza.
—Sigo sin entender por que tuvimos que irnos en carro al estadio —comentó Albus, mientras sacudía sus tenis en la escalera—. Digo, podíamos haber utilizado las chimeneas —murmuró.
Adhara abrió la puerta de la casa. Como niffler detrás del oro, Cedric paso corriendo para después soltar un grito de susto y emoción.
La sala se encuentra decorada con el logo de los Canus Lupus, mientras que el gran lugar es ocupado por la familia Weasley, Malfoy, Nott, Longbottom y el resto de amigos más cercanos.
—¡Ya llegaron las estrellas! —grito con emoción Juniper, provocando que el resto comenzará a gritar.
Hubo sonrojos por parte de los hermanos Potter, mientras que sus primos y amigos se acercaban a felicitarles.
—¡El tío Draco está aquí! —señaló con emoción Cedric.
—¡Eh pequeñuelo! —le llamó Draco, mientras se unía con su sobrino en un abrazo, a quien el cabello le cambió a plateado.
—¡Al, Al! ¡Volaste increíble! —grito dando brincos, su único primo Scorpius—. ¡Y James anotaste muchísimos tantos! —James acepto el abrazo soltando risas.
—Bueno sí, fue un gran trabajo en equipo —comentó James ladeando una sonrisa, mientras despeina el cabello del niño.
—Quienes quieran un abrazo de James, por favor hacer una fila de este lado —pidió un pelirrojo de la misma edad que el chico—. Son cinco galeones, diez si quieren fotografía.
—¡Fred! —le regaño su madre, Daphne, mientras le lanzaba una mirada furtiva.
—No me m ires así madre, soy su represéntate —explicó, dándole dos golpecitos en su espalda—. Hermano, tendrás a todas las chicas y chicos detrás de ti, nunca creí tenerte envidia —le susurró, provocando que James se carcajeara.
—¿Qué dices Fred?
El pelirrojo miro asustado a su tía Adhara—: ¿Qué dije? —preguntó con voz chillona—. ¡Nada! —exclamó, para irse corriendo.
Dos pelirrojas idénticas se acercaron a sus primos para felicitarles por el partido, quienes poco a poco, comenzaron a saludar a su familia.
Pero con mucho amor y emoción, saludaron a su abuela Andrómeda Tonks, quien tiene en sus piernas a Lily.
—Siento no haber podido ir al partido pequeños, pero estuve haciendo todo esto —señalo, refiriéndose a las decoraciones.
—No importa mamá Andy, gracias por todo esto —James empujo a Lily provocando que cayera al sillón para lanzarse a los brazos de su abuela.
—Oye, mi cabeza tonto —murmuró, sentándose en el sillón—. ¿¡Eso son dulces de la abuela Molly?! —exclamó señalando la mesa de dulces, donde un pelirrojo se encontraba devorándolos—. ¡Déjame uno, Hugo!
Corriendo se acerco a la mesa con dulces, mientras su primo, Hugo Granger-Weasley, intentaba tomar tantos como podía.
Adhara un tanto divertida, se acerco hacía sus mejores amigos, quienes se encuentran cerca de la mesa donde las bebidas están servidas.
—¿Entonces James y Albus serán jugadores profesionales? —preguntó Theo, mientras veía a los hijos de su amiga con una sonrisa.
—Albus, quizá, James quiere defender elfos domésticos —respondió sonriente.
—Oh no Granger, arruinaste a un gran cazador —le reprimió Blaise.
—Yo no hice absolutamente nada —se defendió alzando una mano, mientras ladea una pequeña sonrisa—. Pero quizá, cuando Adhara tenía que entrenar a las arpías y Harry aun no terminaba informes, yo aprovechaba para contarle de los elfos —murmuró a lo bajo, provocando que rieran.
—De igual forma aun son jóvenes para saber lo que quieren —agregó Harry—. Y no se atrevan a presionar a mis hijos —les advirtió—. Esto va para ti Ron —dijo específicamente a su pelirrojo amigo.
—¿Qué? ¡Yo jamás haría algo así! —habló ofendido.
—Ronald fuiste tu quien convencía a Teddy a ser auror, por que todos los días le decía: «se auror» —le recordó Adhara, rodando los ojos.
—Bueno, era solo un consejo —murmuró, cruzándose de brazos.
—Bueno pero Harry tiene razón —señalo con una pequeña sonrisa Mars Lovelace—. James tiene, ¿quince?
—James quince, Albus trece, recién cumplidos —les recordó sonriente Adhara.
—Que rápido —susurró Draco, con una pequeña sonrisa, viendo como su hijo Scorpius, su sobrino Albus y Rose Granger-Weasley, se encontraban en la esquina de la gran sala, escuchadno con atención lo que Sadie Wood decía—. Aún recuerdo cuando eran bebés, todos.
Hubo un silencio por parte de los pocos adultos que estaban ahí, mirando a sus respectivos hijos y sobrinos.
Adhara tomo la mano de Harry que se encuentra sobre su hombro, sus ojos se cristalizaron al ver como Teddy le enseñaba a usar de la metamorfomagia a Cedric, quien cerraba con fuerza sus ojos para lograr que su cabello dejara de ser plateado, cambiándose a rosado.
Lily, por otra parte, se encuentra con Hugo y Hunter Wood, mientras se pelean por algunos dulces que Theseus Nott y Blair Zabini intentan quitarles.
—Nott, enséñale a tus hijos a compartir —le regaño Adhara un tanto divertida.
—¡Ah, eso es culpa de Mars! —señalo a su esposo, quien alzó sus manos inocente.
—Blair corrompió a Theseus —se defendió, causando que Blaise abriera su boca—. No tengo pruebas, tampoco dudas —agregó, alzando sus hombros.
—De mi hija no vas a hablar, pedazo de simio —le advirtió, causando que Ron y Draco se carcajearan.
—¡Simio!
Mars frunció el ceño ante aquel apodo y se cruzo de brazos ofendido.
—Dios, siguen siendo uno niños —susurró Adhara.
—¿Y apenas te das cuenta? —Pansy llegó cargando de un bebé—. Hola por cierto, alguien no quería levantarse y por eso se nos hizo tarde —dijo señalando a su bebé.
—¡Patch! Mira que grande estás —hablo con ternura Draco.
El bebé ladeo una sonrisa y pego su cabeza al pecho de su madre.
—Entonces, ¿supongo que ganamos? —preguntó emocionada.
—Claramente, ganamos —respondió Harry con emoción.
—¡Tía Pansy! ¡Hola tía Pansy! —Cedric llegó al circulo de adultos, aumento su altura y su cabello se tornó plateado como el de Draco, mientras que sus ojos se ponían azules.
—¡Cedric! No juegues con la tía Pansy de esta forma, tu no eres tan alto —le dijo divertida.
—Pero lo seré —aseguró alzando un dedo, con una gran sonrisa—. ¿Puedo ver a Patch? —preguntó con emoción.
—Con cuidado, cariño —le hablo Adhara.
Cedric cargó al bebé de un año en sus brazos, acaricio su mejilla con emoción y Patch estiro su brazo en dirección al cabello del niño que tomó un tono morado, ante eso, el bebé soltó una carcajada.
—Le agrado —dijo sonriendo a los adultos.
—¡Miren un bebé! —exclamó Fred, quien dejo de lado el plato con papas fritas para correr a Patch—. Hace mucho no veía uno, ¿me lo puedo quedar?
—Daphne aleja a tu hijo de mi bebé —advirtió Pansy a su amiga, quien se carcajeó ante eso.
—Róbatelo Fred —le pidió Daphne.
—Lo que ordené, señora madre.
Fred tomó a Patch para cargarlo, haciendo muecas y despeinando su cabello. James no tardo en unirse a su primo para comenzar a mimar al bebé que soltaba carcajadas emocionado al ver toda la atención que tenía en él.
—Patch es tan agradable —habló con ternura Blaise—. Nada como su madre...
—¡Blaise! —le regaño Theo, mientras Draco soltaba una nueva carcajada.
—Jodete Zabini, jodete —gruño la morocha, mientras Adhara negaba con una sonrisa, al ver como Blaise le lanzaba besitos, completamente divertido.
—¡Oigan! —el grito provino de Lily.
Todos callaron para ver a la pelirroja que se encogió al ver que tenía la atención de todos.
—¿Qué vamos a comer? —preguntó con inocencia.
—Ay no —susurró Percy al ver que había hecho aquella pregunta.
Pronto, los más jóvenes comenzaron a preguntar con gritos que es lo que sería que comerían, aunque en realidad, Fred y James solo estaban balbuceando, imitando a Patch que tenía sus brazos estirados.
—Será mejor que vayamos a la cocina a preguntarle a Kreacher que puede hacer —susurró Adhara a Harry, quien asintió con su cabeza.
Los Potter recorrieron la sala y atravesaron el recibidor para llegar al comedor, en donde Bill, Juniper, Tulip y Charlie se encuentran charlando con tranquilidad.
—¿Ya les hartaron? Por que a mi ya —murmuró Bill, bebiendo de su copa con whiskey.
—¿Qué tanto gritan? —curioseo Juniper.
—Quieren comida —respondió Adhara.
De la cocina, una rubia y Teddy salieron con helado.
—Son unos salvajes —indicó Glory Weasley, tomando asiento al lado de su madre, Juniper.
—Dan miedo pa, ¿qué esta mal con ellos? —preguntó Teddy, sentándose al lado de Charlie, para darle uno de los helados que tenían.
—Eso mismo me preguntó —confesó Harry.
—En la cocina están la abu Molly y Kreacher —señaló Glory.
—Bien, veremos que podemos hacer —dijo Adhara.
—Podríamos ordenar pizza —propuso Harry, siguiendo a su esposa.
—Rayito, necesitaríamos al menos quince pizzas —ante eso, él ladeo una mueca.
—Sí, se alimentan muy bien —murmuró.
—¡Adhara! ¡Harry! Oh, estoy ayudando a Kreacher a preparar un banquete —señalo la señora Weasley al verlos entrar.
—¿En que te ayudamos? —preguntó Adhara, viendo como la comida volaba.
—Eh, si, en que te ayudo, yo —aclaró Harry—. Ella no, yo —repitió, señalando a Adhara mientras negaba con su cabeza.
—Muy gracioso —murmuró, cruzándose de brazos, y es que Adhara no era muy buena en cuanto a la cocina.
—Kreacher y la señora Weasley tienen todo bajo control —hablo el elfo domestico—. Ahora Kreacher le pide a la ama Adhara que salga de la cocina. Kreacher no quiere apagar otro incendio —murmuró.
Harry no contuvo su carcajada y Adhara abrió su boca indignada al ver como el elfo la empujaba de las piernas para que saliera de ahí.
Al regresar al comedor, se encontró con Neville y Hannah tomando asiento junto con Percy.
—¿Ya no los soportaron? —Adhara no tenía que irse a la sala para saber que seguían hablando de comida.
—George comenzó a decir que comprarían pizza, parece que nunca antes han comido pizza —murmuró Percy.
—Bueno, alborota a uno y se alborotan todos —señalo Adhara.
—Por eso Hannah y yo decidimos no tener hijos —confesó Neville, mientras la rubia asentía con una sonrisa.
—Hicieron bien —murmuró Bill, ganándose un codazo por parte de Juniper—. Amo a mis hijos, pero hicieron bien en no tener, ¿imagínate dos más acá? ¡No podríamos! —dramatizo.
—No es como si tu los cuidaras a todos —le recordó Adhara, cruzándose de brazos.
—Oh vamos, tú y Harry tienen un jardín convertido en campo de quidditch, ¡obviamente todos quieren estar aquí! —le recordó Charlie, un tanto divertido.
—Al menos juegan quidditch y no se drogan con mandrágora —señalo Tulip.
—¡Hey! Del tío Neville no van a estar hablando —señaló Teddy.
—¡Edward! —le regaño Adhara, mientras todos se carcajeaban ante el comentario hecho por el metamorfomago—. Que confianzudo, muchachito —le dio un zape, causando que su cabello dejará de ser azul para tomar un color rosa chillón.
Antes de que Teddy pudiese decir algo, de la cocina, grandes platones repletos de comida comenzaron a salir volando. Charlie fue el primero en pararse y relamió sus labios con emoción.
La voz de Harry se escuchó por toda la casa.
—Favor de pasar al jardín si es que quieren comer, repito, favor de pasar al jardín si es que quieren comer.
No tuvo que decir eso dos veces para que Charlie saliera corriendo. Entre risas lo siguieron para ver como todos intentaban llegar de una u otra forma al jardín.
—Epale, ¡mi piernita! —lloriqueó James.
—¡Como lloras! —grito Sadie, dándole un zape.
Tras eso, lloró aun más fuerte—. ¡Soy sentimental! —se quejó James.
Con ayuda de Venus Weasley, la hija del medio de Bill y Juniper, fue capaz de pararse y un tanto sonrojado salió al jardín para juntarse con Fred Wealsey, quien soltó carcajadas.
—Aléjate de mi prima, idiota —le pidió aun sonriendo.
Una gran mesa en forma de u, tenía sillas y platillos suficientes para que todos pudiesen sentarse a comer, y así lo hicieron.
Lado a lado, Adhara y Harry se sentaron, frente a Ron y Hermione.
—¿Quién lo diría eh? —susurró Ron inclinándose, mientras que a su lado, Draco tomaba asiento—. Estoy sentado al lado de mi mejor amigo, Draco.
Hubo risas por parte de los adultos.
—Cállate si no quieres que te convierta en comadreja, Weasley.
—No me importaría hacerte hurón, Malfoy.
Hermione jadeo—: Merlín, dame paciencia.
—Ya los quiero ver de viejos —confesó Theo—. Llorando por que alguno de ustedes dos muera —Daphne cubrió su boca para no escupir el agua, tras pasarla, se carcajeo.
Con una pequeña sonrisa, Adhara recorrió su mirada por la gran mesa, viendo como sus sobrinos (quienes en realidad solo son hijos de sus mejores amigos), se encuentran charlando con emoción entre ellos, siendo no solo mejores amigos, sino que también una familia.
Pudo ver a su madre caminar a uno de los asientos acompañada de Narcisa, tomando asiento al lado de Molly y Arthur para comenzar a prestarle atención a sus nietos, quienes tenían grandes cosas de que hablarles.
Soltó una risita al ver como George era el único adulto entre los jóvenes adolescentes, que se carcajeaban con cada cosa el desorejado Weasley les enseñaba y sin poder evitarlo, sus ojos se cristalizaron al ver como Teddy y Cedric hacían de su rostro como el de los animales, provocando que algunos de los Weasley soltara risas.
Harry, siguió la mirada de su esposa y tomó su mano.
—¿Todo bien? —preguntó en voz baja.
Adhara suspiró.
Trago saliva y cerro sus ojos mientras que con una pequeña sonrisa asentía con su cabeza, sin poder evitar que sus ojos se cristalizaran y derramar un par de lágrimas.
—Las estrellas tenían razón, Harry —susurró.
Hermione, sonrió a su mejor amiga, mientras estiraba su brazo para tomar su mano, en señal de apoyo.
—Todo va bien, Estrellita, y créeme, irá mejor que nunca —aseguró Harry, besando la mano de su esposa.
Antes de que Adhara pudiera decir algo, se escuchó como alguien golpeaba un vaso. Las mirada de todos fueron a parar a James, quien propiamente se había parado de su silla.
Adhara ladeo una sonrisa al ver como su hijo se colocaba su anteojos.
—Necesito verlos bien a todos antes de hablar —aclaró, causando un par de risas—. Bien, me gustaría hacer un brindis, familia —comentó, con una sonrisa—. Por que bueno, mamá y el tío Oli tuvieron la gran idea de hacer una magnifica escuela de vuelo...
—¡Todo fue idea de Ad! —le interrumpió Oliver sonriendo, mientras Adhara negaba con una sonrisa y mejillas sonrojadas.
—Bueno sí, pero su magnifica gran escuela, nos une a todos, día con día —confesó—. Y, es divertido venir a festejar siempre que ganamos...
—¡No siempre ganan! —exclamó Sadie, apuntándolo con un cuchillo.
—¡Ginny controla a tu mini fiera! —dijo preocupado Charlie, mientras las risas se escuchaban.
Fue Lucy quien le quito los cubiertos a su prima.
—El punto es, que aunque no todos apoyemos al mismo equipo, al final del día salimos ganando, ¿no?
Adhara asintió viendo a su hijo, mientras sus ojos se cristalizaban y asentía lentamente con su cabeza.
—Brindemos por eso —propuso alzando su copa con gaseosa—. Por que somos unos ganadores, y... aunque quizá nuestras familias perdieron mucho, creo que han ganado también demasiado —dijo sonriendo.
—¡Sí! ¡Yo soy un gran regalo! —exclamó Fred, causando que George y Daphne soltarán un par de risas, mientras su hermana pequeña le soltaba un gran codazo.
—¡Salud, familia!
A coro, todos dijeron—: ¡Salud, familia!
Adhara y Harry juntaron sus copas para beber y cerrar aquel brindis con un beso, mientras una gran sonrisa se formaba en sus labios y es que su hijo tenía razón; habían perdido tanto hace muchos años que ahora, solo se encontraban ganando en cada paso de su vida, y es que las personas no merecían tanto sufrimiento.
Ellos habían conseguido una gran y extraña familia.
Su familia.
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