Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

61. Después de la Guerra


 ⋆*・゚:⋆*・゚:✧*⋆.*:・゚✧.: ⋆*・゚: .⋆



Los rayos de sol iluminaba un poco la habitación del bebé Teddy. En el cuarto de color blanco y paredes amarillas se encuentra dormitando el sobrino de Adhara, quien como todas las mañanas, se encuentra haciendo guardia para ver que se encuentre bien. 

Apoyada en la cuna, con algo de ternura y miedo, se encuentra observando dormir plácidamente al bebé. 

En realidad, no es como si Adhara le tuviese miedo alguno a Teddy, sino que lo ama demasiado que tiene miedo que el pequeño deje de respirar; esto debido a que había pasado las noches leyendo los libros de maternidad que Remus algunos meses atrás había leído, informándose de todo lo que pasaban los bebés, y en uno de los temas mencionados en el libro, habían explicado como los bebés podían ahogarse con su propia saliva. 

Eso le había dejado gran miedo a Adhara, ya que cada que el bebé decidía dormir (lo cual sucedía en su mayor parte del tiempo), ella tiene un ojo puesto en él, con su varita lista en dado caso que suceda algo que pueda poner en riesgo su pequeña y corta vida. 

Afortunadamente, no ha pasado nada en realidad. 

Acarició con ternura el suave cabello del bebé. Su pequeña boquita se encuentra entreviera y sus ojos están cerrados, luciendo cual tierno angelito bajado del cielo. 

De un momento a otro, el tono castaño de su cabello se tiño a rosa, provocando que los ojos de Adhara se cristalizaran y tuviera que recurrir a morder su labio. 

No podía ponerse a llorar, ya que eso despertaría a Teddy. 

Pero es que habían pasado solo cinco días desde que la guerra había terminado; cinco días, en los cuáles los magos y brujas habían abierto por fin las ventanas de sus hogares y habían salido de ellos a disfrutar de la paz y tranquilidad que estaba por comenzar a reinar en su mundo mágico. 

Tan solo habían pasado cinco días en los que muchas familias perdieron a sus seres queridos; entre ellos, los Tonks. 

—Sabes Teddy, mamá dice que te pareces a Dora —dijo en voz baja, acariciando su cabello—. Pero, en realidad, luces más como Remus... tienes incluso la nariz pequeña —toco su nariz sonriendo un poco. Apoyo sus brazos en la cuna y recostó su mejilla en estos—. Tus padres, eran grandes personas...

Adhara comenzó a hablarles de ellos. Sabía que Teddy se encontraba dormido, pero estaba segura de que quizá, podría soñar con él, si es que, claro, los bebés de tan solo semanas de nacidos eran capaces de soñar. 

Se encontraba tan entretenida hablando de Nymphadora, Remus y de su padre Ted, que nunca escuchó cuando la puerta se escuchó. 

Afortunadamente, Andrómeda (quien preparaba la formula de Teddy), fue a atender la puerta, para encontrarse a nada más y nada menos que con el Salvador del Mundo Mágico frente a ella. 

—Harry, hola cariño —saludó con dulzura al verlo lucir tan nervioso. 

—Hola, señora Tonks —saludó algo tímido, mostrando una pequeña sonrisa. 

Pese a que hace cinco días había terminado todo, Harry había permanecido escondido en Grimmauld Place, ya que todo el mundo quería estar cerca de él; y ni mencionar todo el trabajo en el que se encontraba debido a que un quedaban cientos de mortífagos que enviar a Azkaban. 

Por lo que no había podido visitar a las familias que habían perdido familiares en la guerra y aunque le había escrito cartas a Adhara cada día, por fin podría verla. 

—Pasa, por favor Harry —pidió Andrómeda, tomando con cariño del brazo del chico para adentrarlo al hogar.

Harry miro con una pequeña sonrisa la casa tan pintoresca que había visto hace casi un año. 

—¿Cómo se encuentra, señora Tonks? —preguntó llevando sus manos a los bolsillos de su pantalón—. Siento mucho lo de su esposo y, lo de Dora —susurró, inclinando su cabeza algo apenado. 

—Yo también lo siento Harry —respondió con tranquilidad—. Pero no te preocupes, ellos están en un mejor lugar —aseguró con la mirada triste—, y tienes que saber que nada de esto es tu culpa, ¿si? 

Miro sus zapatos, sin poder evitar sentir culpa.

Andrómeda observo la mirada tan pura del chico, que sin evitarlo, se acerco a él y le dio un cálido y reconfortante abrazo.

—Gracias —le susurró Andrómeda.

Al separarse, Harry la miró algo confundido—. Disculpe, ¿por qué? —curioseo.

—Por salvarnos, una vez más —dijo con una sonrisa.

—Yo...

—No lo hiciste solo, lo sé —le interrumpió—. Pero si arriésgate tu vida en busca de los Horrocruxes, aun sin saber exactamente que es lo que serían. 

—¿Usted...?

—Adhara me lo contó —afirmó con una pequeña sonrisa.

—¿Ella está aquí? —preguntó, mirando alrededor. 

—Claro, está arriba con Teddy, ¿aún no lo conoces, cierto? 

—No, no había podido venir antes, lo siento —se disculpó una vez más. 

—Deja de disculparte, Harry. Entiendo que no hayas venido antes, si yo estuviera en tu lugar no hubiese salido en todo un mes —bromeó un poco con él, provocando que soltará una risita—. Oh, debo advertirte, mi hija parece estar perdiendo un poco la cabeza —señalo, mientras caminaban hacía las escaleras. 

—¿Cómo así? —preguntó alzando una ceja.

—Veras, ha leído muchos libros de maternidad y, bueno —rodó sus ojos algo divertida—. Teme que Teddy muera ahogado mientras duerme —comentó. 

—¿Eso es posible? —preguntó asustado. 

—Sí, pero no es como si le fuera a pasar a él —dijo rápidamente—. No teniendo a Adhara velando sus sueños. 

Harry no sabía si eso era tierno o raro.

Se limitó a reprimir una risita.

Se detuvieron en el pasillo y Andrómeda abrió un poco la puerta de la habitación de Teddy. Adhara sigue en la misma poción, salvo que esta vez, está cantándole una canción de cuna, mientras que con su dedo empuja los colgantes de la cuna. 

—Adhara, cariño, vas a desgastar a Teddy de tanto cuidarlo —dijo Andrómeda mirando a su hija y negando lentamente.

—No eso no es posible —aseguró la joven sin voltear—. ¿Sabías que si sus párpados se mueven es porque está soñando? Los parpados de Teddy parecen estar moviéndose, quizá esta soñando con la historia de unicornios que le Conte. Fue una linda historia —dijo sin dejar de mirar al bebé.

—Suerte —le susurró Andrómeda a Harry, dándole dos golpecitos en el hombro, para dejarlos solos.

Lentamente, Harry dio un paso al frente y habló en voz baja—. ¿De que iba la historia? 

Adhara dio un brinco de sorpresa tras escuchar aquella voz y se giro rápidamente sobre sus talones para ver a Harry. 

Una enorme sonrisa se formo en sus labios; sus ojos brillaron y ambos acortaron las distancia que les separaba para darse un fuerte abrazo. 

—Oh, Harry, te extrañé —susurró Adhara, rodeando con fuerza la espalda del chico. 

Harry cerró sus ojos. Sonrió disfrutando aquel abrazo y respirando del aroma frutal de Adhara que tanto le atrae, sintió nuevamente la seguridad. 

—También, yo, mi Estrellita, también yo —musito acariciando con cariño el cabello de Adhara.

—¿Cómo has estado? Creí que te habías olvidado de mí —dijo frunciendo el ceño—. Las cartas no son suficientes —murmuró, tomando su mano. 

Harry sonrío un poco acariciando el cabello de Adhara.

—¿Bromeas? Nunca me olvidaría de ti, Estrellita —soltó un suspiro llevando su mano a la mejilla de Adhara—. Perdón por no venir antes, es solo... es solo que todo es un caos y estuve escondido en Grimmauld Place que también es un caos —susurró rodando los ojos—. Ya no podía respirar —admitió suspirando. 

Adhara ladeó una pequeña sonrisa. 

—Me imagino —Adhara acarició las mejillas de Harry.

Hubo un silenció en la habitación. Sus ojos se buscaron y no tardaron en encontrarse. Las manos de Harry permanecieron acunando el rostro de Adhara, mientras observaba sus ojos brillar como nunca antes. 

—Te amo, demasiado —susurró Harry, acercando su rostro—. Como no tienes una idea, te amo y te extrañe, mucho.

Dejaron las palabras de lado para unir sus labios en un desesperado beso, mientras Harry soltaba pequeñas palabras como «te amo», «te extrañe» y «perdón» .

Adhara soltó pequeñas risas entre cada interrupción de besos. 

—¿Eso significa que seguiremos siendo novios? —preguntó cuál niña pequeña, algo tímida y moviendo su pie, ligeramente nerviosa.

—Obviamente —respondió Harry haciendo que Adhara riera—. Si es que quieres, claro —agregó rápidamente, algo nervioso—. Si quieres, ¿cierto? —susurró. 

—Claro que quiero seguir siendo tu novia, Potter —dijo rápidamente.

La chica tomó las mejillas de Harry para juntar nuevamente sus labios en un beso lleno de amor y desesperación. Harry apretó con fuerza la cintura de Adhara y recorrió sus manos por la espalda de la joven juntando sus cuerpo con fuerza. Adhara enredó sus brazos alrededor del cuello de Harry y comenzó a jugar con el cabello del chico.

—Hum, hum... hay un bebé presente —ambos se separaron de golpe, y bastante sonrojados miraron a Andrómeda, quien tuvo que reprimir una risa—. Así que... pueden ir a buscar otro lugar a donde darse todo su amor.

—Oh, mamá —masculló Adhara bajando su cabeza y tratando de cubrir su rostro sonrojado con su cabello.

—Me refiero a fuera de esta casa, por el bien de Teddy y mío —Harry tuvo que morder su labio para no comenzar a reír de los nervios—. Dejaré la fórmula y me iré lentamente esperando que hagan caso de mi consejo —sin más que decir, les miro de forma divertida hasta salir de la habitación. 

Adhara pegó su cabeza en el pecho de Harry y soltó una risa nerviosa, mientras Harry la toma de los brazos. 

—Perdón, por eso —susurró sonrojada.

—Descuida, tu mamá tiene razón, Teddy está aquí —dijo mirando a la cuna.

—¡Oh Teddy! ¡Harry aún no lo conoces! —recordó.

Ella jaloneo a Harry para acercarse a la cuna.

Los gritos de emoción de Adhara hicieron que los ojos de Teddy se abrieran, más el bebé no lloro. Soltó un bostezo y estiró sus brazos en dirección a Adhara.

—Oh, es tan pequeño y hermoso —susurró Harry mirándolo.

Teddy ladeó su cabeza y estiró sus brazos nuevamente, esperando que sea cargado.

—Y es muy tranquilo, aunque solo le da por llorar en las noches —murmuró Adhara—. Teddy quiere que lo cargues —le ánimo. 

—Hum, ¿y si se me cae? —preguntó asustado.

Adhara negó divertida, ella estiró sus brazos con cuidado para cargar al bebé.

Observó la manera en la que Adhara lo había sostenido, con facilidad y delicadeza. Lentamente, se acercó aun más a Harry quien estiró sus brazos, nervioso. 

—Solo, cuidado con su cabeza —le dijo a Harry. Él un tanto nervioso aceptó al bebé, Adhara se colocó a su lado, para darle más confianza y seguridad.

Harry y Teddy se miraron a los ojos. El color chocolate de los ojos de Teddy pasaron a ser tan verdes como los de Harry, provocando que sonriera con nostalgia. 

—Hola Teddy —susurró Harry con cariño, acariciando su cabello—. Soy Harry, tu padrino —dijo mirando de reojo a Adhara quien sonrió—, y también tu tío —con ojos cristalizados, continúo—. Perdón por no haber venido antes, pero... tenía mucho trabajo —susurró—. Pero ya estaré más tiempo contigo —aseguró en voz baja—. Y, prometo cuidarte muy bien, con mi vida entera.

Teddy alzó sus bracitos y babeó un poco. Sus ojos regresaron a tomar un color chocolate y su cabello se cambió de rosa a castaño.

—Se parece demasiado Remus —notó con tristeza. 

—Sí —asintió Adhara acariciando la cabeza del pequeño con amor—. Eres todo un Lupin, ¿no es así? —el bebé no entendió por su puesto, pero el hecho de que Adhara le hablara le cautivó su mirada.

Teddy mostró una enorme sonrisa a Adhara, para después ver a Harry, aún sonriendo, provocando ternura en ambos.

—Te mira con tanto amor —reconoció Harry mirando a Adhara. 

—Claro que me mira con amor, yo soy quien le da de comer en la noche —bromeó Adhara sonriendo. 

La pareja de jóvenes caminó hasta el sillón frente a la cuna, para tomar asiento y continuar charlando.

—¿Cómo has estado, Estrellita? —preguntó Harry.

—Pues... bien —susurró confundida—. Teddy me mantiene distraída. A ambas, a mamá y a mí —aclaró—. Es nuestro soporte.

Adhara llevó su mano hasta el hombro de Harry, dándole un pequeño abrazo. Recargo su barbilla en él, para poder ver al bebé. 

La mirada de Teddy paso de Adhara a Harry, como si estuviera memorizando el rostro de los jóvenes.

—¿Cómo estás tú, rayito? —preguntó en voz baja Adhara, acariciando la nuca de Harry. 

Tardo un poco antes de responder—: Realmente no se como me encuentro —confesó, mirando un poco a Adhara, quien se separó de él para poder verlo mejor—. Es solo que, tengo demasiados sentimientos encontrados —aclaró—. Estoy... estoy feliz por que por fin Voldemort se ha ido —susurró—. Pero, estoy triste por todas las personas que murieron —agregó en voz baja—. Y, me encuentro estresado por que hay mortífagos sueltos, ya sabes, muchos aseguran estar bajo la malidición imperius —suspiró pesadamente y negó con su cabeza—. Son muchas cosas, la lista sigue, no quiero abrumarte —murmuró.

—Harry, tu nunca me abrumas —aseguró con ternura—. Sabes que estoy aquí para escucharte, sé que tú más que nadie estás sufriendo muchísimo y ni siquiera estás viviendo tu duelo.

Harry no dijo nada, no por unos segundos, por eso mismo, Adhara volvió a hablar en cuanto los ojos del chico se cristalizaron mirando a Teddy.

—Todos hemos perdido, pero todos nos estamos en ese proceso de sanación, salvo por ti Harry —le dijo con ternura—. Al día siguiente fuiste al Ministerio de Magia, no pudiste siquiera asimilar que realmente acababas de derrotar a Voldemort —mordió su labio ladeando una mueca—. Estoy para escucharte, quiero que me digas como te sientes y si no quieres hablarlo, sabes que estoy para ti, siempre Harry, pero, no te quedes con ese dolor para ti solo, por que no lo estás.

Tomó un poco de aire mirando a Adhara, y es que ella tenía razón en todo lo que estaba diciendo. 

A veces, Harry sentía una presión en su pecho por las noches, recordando a los muertos en la batalla y a sus familiares llorando y no se lo podía decir a nadie.

Recordaba a sus padres apareciendo frente a él junto con Sirius y Remus. Recordaba a Voldemort mandarle la maldición asesina y en su mente se repetían una y otra vez las palabras de Dumbledore. Recordaba el llanto y los gritos de George al ver a su gemelo muerto. Recordaba a su novia abrazándose de Daphne y Theo mientras lloraba porque su hermana estaba muerta. Cuando cerraba sus ojos podía ver el gran comedor con los cuerpos de los caídos.

No se dio cuenta cuando Adhara tomó a Teddy en sus brazos y lo depositó en la cuna. Un melifluo comenzó a arrullar al bebé que miraba los adornos que colgaban de la cuna.

Adhara abrazo a Harry con tanta fuerza que terminó por romper en llanto todo eso que llevaba guardado desde incluso era un niño. 

Había perdido a sus padres a manos de Voldemort; se había enfrentado a él a sus once años, lo había visto una vez más un año después de eso. Su padrino ni siquiera pudo tener la libertad que merecía y por culpa de Voldemort, Adhara había perdido a uno de sus grandes amigos y él no había podido hacer nada para salvar a Cedric. 

Harry estaba por fin, sacando todo aquello que llevaba guardado por años atrás; sumando ahora el dolor que sentía con la guerra finalizada, él sentía que nunca podría terminar de derramar esas lágrimas. 

—Está bien, amor —susurró lentamente—. Llora, te ayudará. Sentirás un alivio en tu corazón y podrás respirar con tranquilidad —dijo procurando evitar derramar lágrimas. 

Harry sollozó abrazando con fuerza los brazos de Adhara que lo rodean, su respiración es agitada y se ve tan pequeño.

—Todo ha terminado —le recordó besando su cabeza. 

—¿A-a qué precio? —preguntó—. Todas las personas... Cedric, Sirius, Remus, Dora, Fred, Colin, Snape... —Harry no pudo continuar y negó lentamente—. Adhara, m-me duele saber q-que todo eso fue provocado por mí.

Los ojos verdes de Harry se encontraron con los ojos miel de Adhara.

—No amor, te estás confundiendo —susurró Adhara reteniendo sus lágrima—. Todo eso pasó, para conseguir un futuro mejor —aseguró limpiando con ternura las lágrimas de Harry—. Remus y Dora pelearon porque sabían que el bien iba a triunfar, sabían que tú podías vencer a Voldemort y lucharon para que Teddy creciera en un entorno donde no tendría crear ejércitos y grupos contra los que practican artes oscuras —Harry parpadeó varias veces mirando a Adhara—. Fred murió como un héroe, Fred murió con una sonrisa en su rostro —recordó Adhara el relato de Hermione con lágrimas en sus ojos—. Por su familia, por sus amigos, por una vida mejor. Sí, Harry, todo esto sucedió porque Voldemort quería acabar contigo, pero, ellos pelearon a tu lado y murieron en la batalla por que sabían que tú lograrías vencerlo —trato de acomodar el cabello rebelde de Harry, pero le fue imposible. 

Las lágrimas recorrieron su mejilla al decirle—: No es tu culpa amor, no es tu culpa que ellos hayan muerto. 

Entre las caricias que Adhara le daba, su respiración logro controlarse poco a poco, mientras las lágrimas aun brotaban de sus ojos. 

—Voldemort ya no está —susurró con emoción Adhara—. Tú lo hiciste, Harry. Venciste a Voldemort con ayuda de cientos de personas, dónde sí, algunas dieron su vida por ello, pero al final de cuentas, tú conseguiste derrotar al mago más tenebroso —susurró juntando su frente con la de Harry.

—¿Cómo es que siempre sabes que decir? —susurró con tranquilidad Harry.

—¿Me creerías si te dijera que no lo sé? 

Ambos sonrieron.

Sus rostros se encentraron y se unieron en un tierno beso de esquimal, donde sus narices permanecieron unidas y sus respiraciones se mezclaron. Harry junto su mano con la de Adhara, la elevó lentamente y besó la palma de su mano. 

Se dieron un tierno y corto beso, dejaron sus frentes juntas y Harry tomo la mano de Adhara.

—Estrellita —susurró.

—¿Sí?

—Prometo ya no irme —Adhara miró los hermosos ojos de Harry y sonrió, de una forma tan linda y pura, con tanto amor.

—No soportaría tener que dejarte ir. No de nuevo —dijo en voz baja acariciando la mejilla de Harry.

—Se... sé que no he sido el mejor novio...

—Harry, no digas eso...

—Por favor, déjame terminar —pidió en voz baja—. Y-yo sé qué, qué me fui sin decirte nada, pero todo lo hice para protegerte —ella asintió—. No quería que te pasara nada, no hubiese podido soportarlo —Harry bajó su cabeza, el respiro profundamente—. Pero ya no me alejare —Adhara sonrió y acarició la mejilla de Harry.

—Lo sé —susurró Adhara—. Te amo, Harry —sus frentes se juntaron y Harry sonrió.

—Yo también te amo, Adhara —sus labios se juntaron en un tierno beso y al separarse sus rostros quedaron lo suficientemente cerca como para sentir sus respiraciones.

—Todo mejorara —dijo con voz tranquila Adhara—. De ahora en adelante, todo será mucho mejor —Harry asintió cerrando sus ojos.

—Sí, lo será.

Se escuchó un pequeño llanto y ambos se pararon para ver a Teddy. El bebé tiene sus brazos estirados y un puchero. Es hora de su comida.

—¿Puedo? —preguntó Harry a Adhara.

Harry tomó en brazos a Teddy y Adhara le paso la fórmula, el con cuidado le dio el biberón a Teddy. Quien a pesar de estar tomando con rapidez de la fórmula, mira con sus ojos bien abiertos a Harry, como si tratase de entender el papel que iba a tener en su vida.

La pequeña mano de Teddy se puso sobre la mano de Harry que sostiene el biberón, sintió su pecho comprimirse y sonrió un poco al ver como Teddy cerraba sus ojos.

Adhara tenía razón y Harry lo sabía: todo iba a mejorar no solo para él, sino para ellos. 

No por algo las estrellas le habían dicho hace unos años que después de la guerra sus vidas cambiarían y mejorarían a raíz de esto. 


Fin.

























a bitch is crying and that bitch is me. 

lots of love, cici x

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro