60. El primer alba
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Un rayo rojo estalló repentinamente cruzando el cielo encantado sobre ellos cuando el borde del sol deslumbrante que apareció sobre el alféizar de la ventana más cercana. La luz golpeó ambas caras al mismo tiempo, haciendo que la de Voldemort pareciera repentinamente un borrón llameante. Harry oyó a la voz más aguda gritar y también el gritó esperando lo mejor, apuntando la varita de Draco.
—¡Avada Kedavra!
—¡Expelliarmus!
La explosión fue como el disparo de un cañón, y las llamas doradas que estallaron entre ellos, marcando el centro del círculo que habían estado trazando, en el punto donde los hechizos colisionaron. Harry vio el rayo verde de Voldemort encontrarse con su propio hechizo, vio la Varita de Sauco volar alto, oscura contra el amanecer, girando por el techo encantado y Harry, con la habilidad infalible de un Buscador, cogió la varita con la mano libre mientras Voldemort retrocedía, con los brazos abiertos y los ojos escarlata de pupilas verticales mirando hacia arriba. Tom Riddley golpeó el suelo con mundana banalidad, su cuerpo débil y encogido, las manos blancas vacías, la cara de serpiente vacía e ignorante.
Voldemort estaba muerto. Muerto por su propia maldición rebotada, y Harry estaba en pie con dos varitas en las manos, mirando al cadáver de su enemigo.
Hubo un silencio que fue interrumpido por los primeros gritos de Hermione y Adhara al ver como Voldemort se encontraba ya muerto en el piso. Fue la Slytherin quien salió corriendo rápidamente hacia Harry, quien aún se encuentra parado en el mismo lugar, luciendo un tanto aturdido.
Sin poder creer que por fin, Voldemort esta muerto.
Adhara sollozó al momento de colgarse del cuello de Harry—. ¡Lo lograste!
La abrazo. La abrazo como nunca antes lo había hecho. Dejándose llevar por la emoción, el sentimentalismo, y la alegría, Harry la tomó de las mejillas y sin previo aviso la beso. Dejaron que el Salvador del Mundo Mágico, compartiera de aquel momento con su novia, quien respondió aquel beso con amor y alegría.
Fue un beso tan cálido, lleno de amor y esperanza, un beso que tanto tiempo habían estado esperando, demostrándose lo mucho que se habían extrañado esos últimos besos.
—¡Si bueno, ya quiero amor!
Se separaron en el momento justo que Ron y Hermione se lanzaban a sus brazos. Los cuatro, entre risas y lágrimas besaron sus mejillas, tomándose con fuerza.
Poco a poco, más y más personas se unieron a ellos. Integrantes del Ejercito Dumbledore, alumnos que se quedaron a apoyar, habitantes del pueblo de Hogsmeade y todos los que permanecieron luchando en contra del mago oscuro y sus seguidores, querían estar cerca o estrechar siquiera su mano, con el Niño que Vivió.
Debido al tumulto de gente, Adhara se separó de Harry, no sin antes dedicándole una de esas hermosas sonrisas que provocan que el joven sintiera miles de snitches dentro de estomagó. Le guiño un ojo al verla caminar en dirección de una familia de magos; los tres integrantes de la familia Malfoy, permanecían en la esquina del Gran Comedor.
En su camino, las mesas se fueron arreglando, el primer alba llenó de paz y tranquilidad salió pintando el Gran Comedor de nuevas esperanzas, mientras todos se abrazaban y besaban, luciendo alegres de haber logrado terminar con aquella era de oscuridad.
Antes de llegar con su tía y su primo, Adhara se detuvo frente a Oliver Wood, quien con una gran sonrisa de alivió, se encuentra repartiendo cervezas de mantequilla junto con Lee Jordan.
—Gracias por ayudarme —dijo sonriendo, a lo que él negó con su cabeza.
—No fue nada —aseguró el chico, estrechando su mano—. ¿Cómo te sientes?
Adhara observo sus manos, temblaron un poco pero le restó importancia—. Estaré bien, tendré mi sanador personal —dijo refiriéndose a Theo.
—Me alegró. Espero verte en el algún partido de quidditch.
—No lo dudes, Wood —le dijo antes de seguir su camino hacia los Malfoy.
Narcisa y ella se miraron por unos segundos, pero fue la señora Malfoy, su tía, quien le dio un fuerte abrazo, causando un poco de emociones encontradas.
—Siento tanto lo de tu hermana —susurró sobre su oído—. Me alegra saber que Bellatrix ha pagado lo que ha hecho —se separaron lentamente. Narcisa limpio una de sus lágrimas, acarició la mejilla de Adhara y sonrió—. Te pareces mucho a Andy —ella asintió.
—Siempre me lo han dicho —dijo en un hilo de voz.
Se giró para ver a Draco, en un mismo movimiento, ambos se abrazaron fuertemente.
—Me alegra saber que estás viva, imbécil —admitió Draco besando la cabeza de Adhara con alivio; sus ojos se cristalizaron.
—También me da gusto verte vivo, hurón —murmuró sonriendo un poco.
—Es gracias a él —confesó al separarse. Adhara lo miró sin entender muy bien—. Potter me salvó... dos veces —giro su cabeza en busca del salvador. Vio el momento exacto en el que Harry se cubría con la capa de invisibilidad y sonrió un poco.
A veces seguía siendo muy raro para ella.
—Bien, puedo acompañarte a que le agradezcas —Draco ladeo sus labios, en una sonrisa.
—Sí, me gustaría que me acompañaras —confesó, metiendo sus manos a los bolsillos de su pantalón.
Adhara miró a Lucius Malfoy. Sin pensarlo dos veces levantó su brazo, esperando a estrechar su mano con la del señor.
—¿Va a rechazar mi saludó, señor Malfoy? —le retó con una ceja alzada.
Narcisa fulmino a su esposo. El hombre junto su mano con la de Adhara debido a aquella mirada de su esposa y ella sonrió un poco.
—Un placer conocerle, señor Malfoy —el hombre hizo una mueca de desagrado—. Quizá nos veamos luego —dijo a Narcisa, quien asintió con su cabeza ladeando una sonrisa—. Permiso —sin más que decir, se dio la vuelta y caminó hacia el cuerpo de su hermana, el cual permanecía en el mismo lugar, junto al de Remus.
Se detuvo detrás de Juniper, quien se encuentra al lado de Tulip. Ambas amigas llorando en el pecho de Nymphadora. La señora Weasley se encuentra peinando el desaliñado cabello de Remus, mientras derrama un par de lágrimas.
Una lágrima recorrió la mejilla de Adhara, mientras pensaba:
«Nymphadora ya está en un mejor lugar y no está sufriendo.»
«Pero ella debía estar ahí, junto con Remus, festejando la muerte de Lord Voldemort, corriendo hacia su casa para abrazar y besar a Teddy.»
«Oh, Teddy, es mi culpa que tu madre haya muerto.»
Las manos de Adhara temblaron un poco, sin siquiera poder contenerlas. Tuvo que tomarlas y juntar sus dedos entre sí para que no se vea tan notorio su estado tan afectado en el que se encuentra.
Adhara vio a Charlie acariciar la mano de la que alguna vez fue su amiga y compañera de bromas en Hogwarts, vio como beso su frente y se mantuvo con la cabeza agachada, rindiéndole un pequeño homenaje.
Se sentó en el piso sintiendo punzadas de dolor en su cabeza, en medio de Remus y Nymphadora. Juniper se separo de su difunta amiga, junto con Charlie y Tulip se acercaron a Adhara para darle un fuerte abrazo.
—¿Quieres que te traiga un poco de té? —le preguntó Juniper con voz entrecortada, mientras limpia sus lágrimas con su manga.
—Descuida, ve con Bill —señalo mirando al primogénito Weasley, que permanece con una mirada perdida sobre Fred—. Quiero estar sola —susurró.
Tulip beso la frente de Adhara antes de acompañar a Charlie para que viese por última vez a su hermano.
La joven miró una vez más a su hermana y a su cuñado; su cabeza volvió a punzar y su corazón comenzó a latir con rapidez.
—¿Cómo le diré a mamá? —preguntó en un hilo de voz alzando su cabeza, mirando el alba que ilumina el Gran Comedor.
No espero respuesta, en realidad, la pregunta se la estaba haciendo a ella misma.
¿Cómo es que le contaría que Nymphadora dio su vida por salvarla? ¿Cómo le diría que Remus murió peleando contra Dolohov? ¿Cómo llegaría a explicarle a su sobrino que su mamá murió por ella?
«Me odiará, claro que sí.»
Adhara tallo sus ojos y se paró para sentarse en una de las mesas. Necesitaba no pensar en cómo su sobrino la iba a odiar cuando creciera; debía descansar su mente tan solo unas horas antes de regresar a su madre para contarle todo lo sucedido.
Tomó asiento justo al lado de Theo, Daphne y Neville, los tres admirando la espada de Gryffindor.
—Diablos Neville, que agallas las tuyas —le dijo Theodore dándole golpecitos en la espalda.
—No sé de donde saque tanta valentía para hacerlo —confesó el chico, aun aturdido por todo lo sucedido.
—Eres un Gryffindor, ¿lo olvidas? —le dijo Daphne—. Eso es lo que hacen ustedes —Neville negó con una sonrisa.
—Los vi pelear junto con George, ustedes también fueron muy valientes.
Theo le corrigió—. Yo lo llamaría instinto de supervivencia —Adhara sonrió un poco, en parte él tenía razón.
—¿Cómo te encuentras? —le preguntó Neville a Adhara.
—¿La verdad? No lo sé —admitió la joven—. Me está doliendo la cabeza —murmuró—. Creo que es la emoción de que Harry mató a Voldemort —Theo y Daphne se miraron.
—Deberías ir con Pomfrey, ¿no lo crees? Ese dolor de cabeza me suena a que recibiste más de diez veces la maldición cruciatus.
—¡Maldición, Adhara! —exclamó Neville preocupado.
—Estoy bien —agregó rápidamente—. La poción de Theo funcionó —dijo en su defensa, pero su labio tembló un poco y sus dedos se movieron involuntariamente.
Varios chicas y chicos comenzaron a llegar para admirar la espada y a Neville, él había acabado con la serpiente y gracias a él, Harry había podido vencer a Voldemort. Miro la puerta del Gran Comedor sintiéndose algo sofocada.
—Pstt, ¿no quieres ir a dar una vuelta? —intentó sonreír a Theo y a Daphne.
Los tres salieron del Gran Comedor y comenzar a caminar, de vez en cuando, pateando los escombros que había dejado la batalla.
—¿Creen que regresemos? —preguntó ya cuando iban por el quinto piso.
El trío quería llegar a la torre de Astronomía, o lo que quedaba de está.
—Claro que regresaremos —aseguró Theo—. Digo, reconstruirán Hogwarts, ¿no? Tengo que terminar mis estudios —jadeo como si eso fuese lo más importante del mundo.
—Bueno, no me importaría no terminarlos —comentó Daphne inocentemente—. Aunque lo haré solo para tener mis unicornios —agregó rápidamente, provocando que Adhara sonriera un poco.
—¿Tú Ad? —preguntó Theo.
—No creo —negó con una mueca—. No necesito de los EXTASIS para convertirme en jugadora de quidditch —sus amigos le vieron con una sonrisa.
Adhara tropezó al girar por el pasillo. Cayó de pecho y alcanzó a poner las manos en el piso antes de que su rostro golpeara fuertemente con el piso.
Jadeo algo adolorida y resoplo.
—Oh, no, se te está desbloqueando la torpeza Tonks —gimoteo Daphne mientras Theo soltaba risitas sin poder contenerse.
Adhara vio como tres pares de zapato se veían frente a ella y alzó su cabeza para ver cómo alguien le tendía la mano.
—¿Estás bien? —preguntó el Salvador del Mundo Mágico a la chica, ladeando una sonrisa tímida.
—Sí —murmuró aceptando su mano.
Sacudió sus manos en su pantalón y levantó su mirada para encontrarse con los ojos de Harry. Hacía ya mucho tiempo que no podía verlo de esa forma. Nueve meses sin haberlo visto se habían sentido como diez años. Observó detalladamente el rostro de Harry, el cual tiene algunas heridas en su mejilla y una cortada en la ceja; le estaba creciendo un poco la barba y su cabello se veía más rebelde que nunca.
Harry por su parte miró con amor el rostro de la mujer a la cual tanto ama y por la cual nunca dejo de pensar mientras estaba en su búsqueda por los Horrocruxes. Su cabello llegaba por debajo de los hombros y sus pómulos se habían marcado. Tenía una cortada en sus labios y en su rostro se veía el sufrimiento por el cual habían pasado; pero sus ojos, sus ojos demostraban esperanza, paz y amor.
Los ojos esmeralda brillaron al encontrarse una vez más con los ojos color miel, casi gritándose lo mucho que se habían extrañado, necesitado...
Theo, Hermione, Ron y Daphne retrocedieron lentamente.
Los cuatro sabían lo mucho que habían sufrido al haberse separado. Estaban consientes que la pareja merecía estar juntos por al menos unos minutos antes de que bombardeen al Salvador del Mundo Mágico con tantas preguntas que lo iban a terminar obligar escondiéndose en Grimmauld Place o La Madriguera.
Adhara se paró de puntitas en el momento en que Harry la atrapaba con sus brazos por la cintura para unir sus labios en un beso lleno de desesperación y amor.
Fue como besarse por primera vez, sintiendo un cosquilleo recorrer cada partícula de sus respectivos cuerpos, les seguía impresionando la forma en la que sus labios encajaban a la perfección. Como sus manos habían estado hechas para estar juntas todo el tiempo.
...
La cabaña de Remus se veía muy lejos para Adhara, aunque en realidad estaba a tan solo unos cortos metros de distancia de la entrada. Sintió sus manos sudar y trago saliva caminando hacia la puerta la cual abrió con un movimiento de varita, desbloqueando el hechizo de protección que utilizaba la familia.
Todo se veía tal y como lo habían dejado.
Cerro la puerta y comenzó a caminar lentamente.
Andrómeda se encuentra en la casa, esperando a sus hijas y a su yerno, para que le dan la noticia que para ese momento, ya todo el mundo mágico debe saber.
Lord Voldemort está muerto gracias a Harry Potter.
Una voz desde la sala, se escuchó—: ¿Adhara? ¿Dora? ¿Remus?
Adhara mordió su labio lentamente. Camino cual niña pequeña esperando un regaño.
Al llegar a la sala, encontró a su madre, quien se encuentra arrullando al pequeño Teddy Lupin. El bebé con cabello rosado está mirando a su abuela de la manera más pura y dulce que puede existir; sin embargo, la mirada de Andrómeda dejo de ver el hermoso color azulado de los ojos de Teddy para ver a su hija entrar sola a la sala.
Ante su mirada, supo que algo malo había sucedido.
Depósito al pequeño Teddy en su cuna. El bebé no pareció molestarse y se arrulló con los juguetes voladores que comenzaron a distraerle.
—Cariño —le llamó con voz apagada.
—Solo Adhara —susurró la joven con ojos cristalizados, en respuesta al llamado que había hecho la señora.
Andrómeda tomo aire.
Lentamente los ojos de Adhara comenzaron a cristalizarse y sin poder evitarlo, sollozó con dolor cubriendo su boca. Andrómeda se apresuró para acercarse a su hija, y abriendo sus brazos la rodeo en un fuerte abrazo.
Ambas lloraron en los brazos de la otra.
—Lo siento, mami —sollozó la chica en el pecho de su madre.
Madre e hija rompieron en llantos en medio de la sala, por que en cuestión de segundos, ambas se sintieron realmente solas. Andrómeda no podía creer, que realmente su hija, una de sus mayores adoraciones se encontraba ahora sin vida.
¿Cómo era posible que en menos de veinticuatro horas se encontraba hablando con su hija y ahora no estaba? ¿Cómo es que su nieto había pedido a su madre y a su padre en cuestión de horas?
No hubo respuesta a las preguntas, pero, el llanto de dolor y sufrimiento, provoco que Teddy Lupin sintiera miedo y se unió a ella soltando un agudo chillido.
Rápidamente las dos se dirigieron al bebé y Adhara miró a su sobrino con pena, como si esperará que pequeño le comenzase a reclamar en cualquier momento que por su culpa su madre estaba muerta.
—Lo siento, Teddy —sollozó frente al bebé—. Lo siento mucho, lo siento, perdóname Teddy —rogó la joven.
—No es tu culpa, amor, no es tu culpa —le dijo Andrómeda acariciando el cabello de su hija, intentando ser fuerte por ella, sin embargo hacía lo que podía.
—Sí, sí lo es —asintió la chica limpiando sus lágrimas con su puño—. Me iba a m-matar a mí —gimoteo e hipó—. Bellatrix me iba a matar a mí y ella se interpuso.
Andrómeda tuvo que tomar aire. Saber que la persona a la cual una vez le llamó hermana y a quien quiso en su tiempo, había sido la que había matado a su hija ,le estaba causando mucho dolor en su corazón. ¿Qué tan podrida debía estar Bellatrix para hacer eso con tanta maldad y frialdad?
—Dime que está muerta —suplicó Andrómeda con voz entrecortada—. Dime que Bellatrix está muerta o yo misma iré a matarla —dijo mirando a Adhara con sus ojos repletos de lágrimas.
Ella asintió—. Está muerta. Bellatrix murió.
El aire regresó a los pulmones de Andrómeda Tonks y abrazó a su hija y a su nieto de manera protectora.
—Dora está con papá —susurró Andrómeda, dando un cálido beso a la frente a Adhara—. Están juntos, ¿uh? No están solos, Dora y Remus están juntos —le dio un abrazo sobreprotector y Adhara sollozó con tristeza.
—¿Y nosotras qué? —lloriqueo—. Nos han dejado.
—Teníamos que quedarnos, tenemos que cuidar a Teddy —le recordó Andrómeda tomando aire.
Ambas miraron al bebé, su cabello ya no estaba de color rosa, había tomado un color negro, tan negro que era como el de Adhara y sus ojos con un tono gris mostraba tristeza.
—Sí —susurró Adhara reaccionando—. Sí, vamos a cuidar a Teddy —musitó.
Andrómeda le dio en sus brazos al bebé, quien examinó el rostro lastimado y triste de su tía.
La pequeña mano de Teddy dio a parar en la mejilla de Adhara y ella beso la frente del bebé mientras permitía que sus lagrimas continuaran recorriendo su mejilla.
En un sollozó, dijo—: Prometo que te cuidaré con mi vida, Teddy.
...
Al caer la noche. Teddy ya había caído en su profundo sueño, si bien, Nymphadora había tenido razón diciendo que había sacado a su padre. Una vez en su cuna el pequeño ya no despertaba hasta que le daba hambre o necesitaba que le cambiaran el pañal.
Adhara se transformó en mariposa y al vigilar que la habitación de Teddy estaba asegurada salió por la ventana revoloteando hasta llegar a la azotea. Se recostó en el piso mirando el cielo lleno de estrellas y vio dos brillar con intensidad.
—Dora, Rem... —susurró—. Prometo que cuidaré de Teddy —suspiro y cerró sus ojos. Volvió a abrirlos para ver una vez más el cielo estrellado—, prometo que sabrá de ustedes y él se sentirá orgulloso de ser su hijo —continuó—. Les prometo que Teddy disfrutará de una gran vida y que nos encargaremos de que no le haga falta nada —llevo una mano a su cabeza y suspiro—, y les aseguró que le ayudaré a que se convierta en animago —soltó una risita inocente y miro con una sonrisa al cielo.
Con un hilo de voz, fue capaz de decir—: Dora, salúdame a papá.
Esa noche, Adhara no pudo dormir. Estuvo velando el sueño de su sobrino, estando para él cuando se despertaba debido a que tenía hambre o simplemente no podía dormir; y no fue, hasta que el alba se asomo por la ventana, que Adhara quedó dormida en el sillón que se encuentra frente a la cuna, mientras que Teddy soltaba un par de risas al aire, viendo los juguetes que cuelgan de su cuna.
Nota de autora:
Not me fucking crying my tears out.
El último capítulo y nos vamos 🤠
Nos vamos pero a seguirle al after raza!!!
Lots of love, Cici x
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