58. Batalla de Hogwarts
⋆*・゚:⋆*・゚:✧*⋆.*:・゚✧.: ⋆*・゚: .⋆
El silencio se los tragó de nuevo. Cada cabeza se giró, cada ojo de la habitación pareció posarse en Harry, sujetándole para siempre en el resplandor de miles de rayos invisibles. Entonces una figura se levantó de la mesa de Slytherin, y Adhara maldijo cuando vio a Pansy Parkinson que levantó un brazo tembloroso y gritó:
—¡Pero está allí! Potter está ahí. ¡Alguien lo atrape!
Adhara corrió a ponerse frente a Harry con su varita en alto señalando a Pansy, pero no fue la única; todos los Gryffindor, Hufflepuff y Ravenclaw habían rodeado a Harry. Todos con sus varitas en alto apuntando a la Slytherin.
—Gracias señorita Parkinson —dijo la profesora McGonagall con la voz cortante—. Abandonará el comedor la primera con el señor Filch. El resto de su casa puede seguirlo.
Adhara vio como Daphne y Theo fueron los únicos en quedarse en la mesa, les sonrió a sus amigos y se giró para ver a Harry, su mirada se ve confundida.
El resto de los Ravenclaw menores de edad comenzaron a salir del gran comedor, seguidos por los Hufflepuff y Gryffindor, mientras que la profesora McGonagall vigilaba que ningún menor de edad se quedará dentro del castillo.
Adhara camino hacia Daphne y Theo, quien luce algo nervioso.
—¿Estás seguro de que te quedarás? —le preguntó a su amigo.
—Sí —asintió—. Es lo correcto —aseguró y pasó una mano por su cabello—. Es momento de empezar a tomar mis propias decisiones e ignorar la de mi padre.
—¡Así se habla, hermanito! —chillo Daphne emocionada, tomando el brazo de Theo con algo de orgullo.
Kingsley dio un paso hacia adelante en la plataforma elevada para dirigirse a los que se habían quedado. En su mayoría, se encontraban los pertenecientes a la casa de Gryffindor y Hufflepuff, había unos cuantos Ravenclaw, y solo se encontraban Adhara, Daphne y Theo en representación de la casa de Slytherin.
—Sólo tenemos media hora hasta la medianoche, así que tenemos que actuar con rapidez. Ya se ha aceptado un plan de batalla entre los profesores de Hogwarts y la Orden del Fénix. Los profesores Flitwick, Sprout y McGonagall van a llevar a grupos de luchadores a la parte de arriba de las tres torres más altas (Ravenclaw, Astronomía y Gryffindor) donde tendrán una buena visión general, excelentes posiciones desde donde lanzar hechizos. Mientras tanto Remus —señaló a Lupin—, Arthur —apuntó hacia el señor Weasley, sentado en la mesa de Gryffindor—, y yo, llevaremos grupos a los terrenos. Necesitaremos a alguien que organice la defensa de las entradas o de los pasadizos hacia el colegio...
—Eso suena a un trabajo para nosotros —gritó Fred, indicándose a George y a sí mismo, y Kingsley asintió con aprobación.
—Muy bien, ¡que vengan aquí los líderes y dividiremos las tropas!
Adhara dio un brinco y corrió hacia Kingsley, le jalo de la túnica cual niña pequeña y el hombre miró a Adhara algo curioso.
—¿Sí, Adhara?
—Debemos volar, Kingsley —él frunció el ceño sin entenderle muy bien—. En escobas, me refiero. Atacar desde el aire. Conseguiremos tomarles por sorpresa y podremos atacar mejor —el hombre sonrió ante aquella idea y asintió con su cabeza.
—Esa es una increible idea, Adhara —reconoció Kingsley con una sonrisa y asintiendo lentamente con su cabeza. Giro su rostro en busca de una persona, y al encontrarla hablo—: Madame Hooch, ¿le gustaría guiar a los pilotos? —le preguntó a la instructora de vuelo, quien se vio honrada.
—Dalo por hecho, Kingsley.
Adhara vio como Harry salía del Gran Comedor corriendo, y antes de que fuese detrás de él, su nombre se escuchó para decirle que volaría junto con Juniper, Wood, Spinnet, Johnson en compañía de tres Ravenclaw y dos Hufflepuff.
Los diez jóvenes iban detrás de Madame Hooch, todos con sus escobas en manos y varitas listas mientras caminaban en un grupo rumbo a los terrenos. Adhara vio a Daphne en el grupo de Lupin y ambas amigas se dedicaron una sonrisa.
—Merlín santísimo cúbrenos con tu túnica preciosa —habló la Slytherin, provocando que muchos soltaron risitas nerviosas. Adhara le dedicó una sonrisa a Daphne que estaba persignándose.
—¡Hey rubia! —la chica se giró, un pelirrojo desorejado llegó corriendo y tomo las mejillas de la chica para besarle como si ese fuese el último beso que se darían—. Cuídate, ¿sí? Aún no te pido que seas mi esposa y...
Adhara dejo de prestarles atención, tenía que darles un poco de privacidad. Miro con atención el circulo de protección que rodeaba el castillo, creando un aro de luz azulada. Hubo un silencio. Vio cómo el señor Weasley guiaba a un grupo hacia el lado izquierdo, Remus tomaba un lado derecho y Kingsley se quedaba al frente.
—Monten sus escobas —ordenó Hooch.
Todos obedecieron. Adhara miró a su lado derecho donde se encuentra Oliver, hablando con Juniper.
—¿Qué tal el Puddlemere United? —preguntó tratando de sonar tranquila e integrándose a la conversación que tenían los jugadores de quidditch.
Él sonrió un poco—. Bien, solo que los partidos se vieron cancelados por... Voldemort —ella asintió con una mueca—. Ya lo veo como algo personal —soltó una risita nerviosa y tomó con fuerza el mango de su escoba—. Me entere que eres capitana del equipo de Quidditch de Slytherin —ella asintió—. Una lástima no jugar contra ti, Potter siempre decías que eres muy buena.
—Lo es —aseguró Juniper sonriendo—. Yo la enseñe a volar —juro, mostrando una gran sonrisa.
Hubo un silencio y entonces miles de hechizos comenzaron a atacar la barrera. La plática se vio terminada y Adhara tomó una bocanada de aire.
—¡Ahora! —exclamó Kingsley.
Los once pilotos se elevaron con rapidez en el aire, Adhara lanzó una maldición en cuanto vio como los mortífagos comenzaron a entrar a los terrenos del Castillo. Voló hacia la torre de Ravenclaw y en voz alta grito:
—¡Protego maxima! —una de las maldiciones que estaba por golpear en la torre de Ravenclaw rebotó en el encantamiento escudo y siguió volando.
—¡Finjamos que los hechizos son bludgers! —escucho decir a Wood, que vuela en formación junto con Angelina y Alicia, como si fuesen cazadores esquivando bludgers.
—¡Wood estás demente! —exclamó Angelina esquivando una maldición.
Adhara bajó en picada cuando vio dos mortífagos acorralándola. Los mortífagos tuvieron que frenar cuando vieron que estaban por chocar contra el piso, pero Adhara maniobró y terminó por pararse en su escoba, comenzando a surfear.
—¡Avada Kedavra!
Se inclino tomando con fuerza el mango de su escoba. Ágilmente apunto al mortífago que no lucía tan seguro al estar volando en escoba y atacando al mismo tiempo, por lo que no pudo esquivar la maldición que lanzo Adhara:
—¡Crucio!
El mortífago exclamó soltando la escoba, logrando caer de esta para terminar sin vida en el piso.
Se había desecho de uno y quedaba otro que la seguía por detrás.
—¡Avada Kedavra!
Comenzó a ir en zigzag con rapidez. Sentía los nervios y su respiración comenzaba a acelarse debido a que solo soltaba maldiciones y hechizos sin siquiera pensarlos del todo bien.
Tenía que salir con vida, no importaba como, pero tenía que salir con vida.
Le tomó de los pelos de la escoba. Adhara exclamó molesta y solto una patada intentando que el mortífago la soltará. Forcejearon en el aire, a unos cuantos metros cerca del suelo. Grito al sentir como le apretaba el brazo, enterrándole las uñas, para así impedir que se defendiera usando su varita, y cuando el mortífago la apunto, un rayo verde dio en dirección a su espalda, provocando que se soltará del agarré de Adhara y callera muerto.
Debido a que había perdido el equilibrio, Adhara quedo colgando como perezoso, logrando ver que su hermana mayora, había sido quien había matado al mortífago.
—¡¿Qué haces aquí!? —le preguntó con molestia, mientras que en un rápido movimiento fue capaz de acomodarse y aterrizar al lado de Nymphadora.
—¡Salvando tu pellejo, idiota! —bajo de un brinco de su escoba y la tomó. Nymphadora esquivo una maldición que iba a golpear contra ambas hermanas.
—¡Pero Teddy...! —Adhara se interrumpió a si misma cuando vio a unos mortífagos apuntarles—. ¡Desmaius! —exclamó la joven.
—¡Está roncando! —respondió Nymphadora cubriendo a Adhara con su cuerpo, para lanzar la maldición asesina, la cual dio a un mortífago que atacaba a dos Hufflepuff—. ¿Has visto a Remus? —preguntó alzando su cuello.
—¡Estaba peleando con Dolohov! —exclamó en respuesta montando su escoba—. ¡Mantente con vida, rosita!
—¡Tú también, estrella!
Se elevó de nuevo en el cielo. Se sentía con mayor confianza al estar atacando desde las alturas, que en el piso, ya que tenía una mejor visión y podía moverse con más facilidad.
Recordó las palabras de Ojoloco Moody, las cuales se repetía una y otra vez «matar si es necesario», pero por más que intentará pronunciar aquellas palabras, solo era capaz de lanzar la maldición cruciatus, esperando ver como los mortífagos se debilitaban y dándole tiempo más a aquellos que estaban siendo directamente atacados.
Una maldición dio contra el mango de la Nimbus 2000 de Adhara y terminó rompiéndose en dos. Gritó asustada al verse caer, pero se transformó en mariposa rápidamente, antes de llegar golpear contra el piso.
Se transformó en humana de nuevo y una risa llegó a sus oídos.
—Que linda mariposa —dijo Bellatrix balanceándose sobre sus talones.
Adhara atacó sin pensarlo dos veces; sin embargo, Bellatrix desvió la maldición.
—Mira, te diré esto —habló la bruja con su varita en manos, miles de hechizos se veían pasar a sus costados, pero el duelo entra ambas no sería interrumpido.
Bellatrix se inclinó, fingiendo susurrar, pero con emoción y dijo—. ¡Remus Lupin ya está muerto!
Adhara sintió un dolor en su pecho y negó con su cabeza, queriendo no creer las palabras de la mortífaga, que paso su lengua sobre sus labios con emoción.
—Sigues tú —agregó Bellatrix, haciendo un puchero.
Adhara respondió lanzando una maldición sin necesidad de hablar, pero Bellatrix la desvió.
—Tranquila, después seguirá la adorable Nymphadora —prosiguió y esquivo otra maldición que Adhara lanzaba con odio y mano temblorosa—. Mi hermanita quedará tan destrozada que no podrá defenderse cuando la mate...
—¡Avada Kedavra! —exclamó con odio y furia.
Por un pelo y caía en el brazo de Bellatrix, ella vio a Adhara molesta.
—¡Y después me quedaré con Teddy y...
—¡Avada Kedavra! —Bellatrix soltó una carcajada al ver como la rabia se había invadido de Adhara—. ¡Eso no sucederá si puedo matarte!
—¿Crees que puedes hacerlo Adhara? ¿¡LO CREES?! —grito con emoción—. ¡Crucio! —esquivo la maldición y Adhara sintió su mano temblar.
Le dolía el pecho. Tenía que ser fuerte. Bellatrix comenzó a reír al ver que había logrado lo que tanto deseaba.
—¡Y Teddy servirá al señor tenebroso!
—¡Ni muerta eso sucederá! ¡Avada Kedavra! —Bellatrix dio brincos emocioanda y soltó una aguda carcajada.
El duelo entre ambas dio inicio. Bellatrix gritaba cada cierto tiempo y alejaba a los mortífagos que querían ponerse a pelear a su lado, estaba claro que la mortífaga no necesitaba que alguien le ayudará para acabar con Adhara.
—¡Hey arpía! —se escuchó una llamado.
Bellatrix se giro sobre sus talones protegiéndose de la maldición que Nymphadora Tonks había lanzado, dejándola un poco atonta.
Ambas hermanas comenzaron a pelear codo a codo al lado de Bellatrix, quien ya no le estaba viendo lo divertido por que las dos, estaban destinadas a terminarla.
Sin embargo, un segundo mortífago se posiciono al lado de Bellatrix y sin siquiera notarlo, lanzo la primera maldición cruacitus a Adhara, provocando que cayera automática al piso, para comenzar a retorcerse de dolor.
Pero un rayo dio contra el pecho de Adhara y gritó retorciéndose en el piso.
—¡Sigue haciéndole sufrir! —exclamó Bellatrix a su cuñado, Rabastan Lestrange, quien obedeció las ordenes de la mujer que se encargo de entretener a Nymphadora para que no fuese capaz de ayudarla.
—¡Crucio! —el grito de Adhara se vio opacado por los demás gritos de horror, maldiciones y maleficios. Rabastan comenzó a reír emocionado—. ¡Crucio! —repitió con más fuerza.
Adhara sintió como su cabeza comenzaba a punzar. Rabastan no tenía planeado dejar de provocarle aquel dolor y Adhara sentía que poco a poco la poco cordura que tenía terminaría, por que realmente, ella deseaba que todo ese dolor y sufrimiento terminará.
Lo sabía, sentía que pronto todo dejaría simplemente de tener sentido.
Pero entonces, en un pequeño rayo de luz, vio a Nymphadora atacar a Rabastan. La silueta de Angelina y Alicia se posicionaron al lado de su hermana y las lágrimas comenzaron a salir continuamente de sus ojos, cuando por fin la maldición se detuvo.
Pero el dolor seguía en todo su cuerpo y su cabeza no dejaba de doler.
Trato de impulsarse con sus manos para pararse, pero le fue imposible hacerlo. Sus piernas temblaban y no podía ni siquiera apoyar sus manos en la tierra por que no podía tener el control de ellas.
Cerró sus ojos permitiendo derramas varias lagrimas al ver como la varita de Bellatrix la apuntaba a ella.
Sabía que la iba a matar, estaba apunto de hacerlo.
Bellatrix Lestrange llevaba un año esperando matar a Adhara y esta vez no perdería aquella oportunidad.
Y realmente, Adhara se sentía tan mal que esperaba que simplemente pronunciará aquellas palabras y la dejaran por fin descansar. Pudo ver como el cielo las estrellas eran poco visibles. Tanta luz impedía que se vieran, pero sabía que pronto podría estar con ellas y cuidaría de Harry, de su hermana, de su madre y su sobrino desde arriba. Quería ver a su padre y acompañar a Remus para decirle que vigilarían a Teddy desde dónde se encontraban.
Y entonces, se escuchó:
—¡AVADA KEDAVRA!
La voz de Bellatrix hizo un eco en sus oídos, por el rabillo de sus ojos pudo ver el brumantte rayo verde que daría por terminado con su vida.
Pero eso nunca sucedió, por que sintió como alguien caía sobre sus piernas.
La cabellera rosada de Nymphadors perdió el color mientras que sus ojos chocolate perdieron vida viendo a Adhara, quien gritó con horror al ver como su hermana acababa de dar la vida por ella.
Se escuchó la risa de Bellatrix cuando cinco estudiantes comenzaron a pelear contra ella. Adhara intentó arrastrarse pero todo fue en vano por que sus piernas parecían no querer reaccionar, sin hablar del peso muerto del cuerpo de Nymphadora que se encuentra sobre ella.
Jadeo entre sollozos y apoyo con firmeza sus manos en el piso, sus brazos temblaron y apretó sus labios mientras fruncía el ceño y se impulsaba para pararse.
Cayo de golpe al piso y exclamó frustrada al ver que su cuerpo no parecía reaccionar.
—¡Vamos! ¡VAMOS! —se ordenó con fuerza.
Bellatrix lanzó una furtiva mirada a Adhara al verla continuar con vida y cordura, no obstante decidió no acercarse a ella, ya que se estaba viendo acorralada y aunque la mujer es una increíble duelista, tenía seis personas rodeándola, por lo qué huir fue su mejor opción.
Los dedos de Adhara se estiraron sobre el piso tratando de alcanzar su varita, saco un poco su lengua mientras jadea algo cansada y gruñó al ver que no podía conseguirla.
Pero entonces, su cuerpo se vio mucho más liviano y sus piernas se sintieron de gelatina. Oliver Wood fue capa de levantarla y la sujetó con fuerza mientras se aferraba a su varita.
—¡Vamos Adhara, intenta pisar! —le ánimo.
Se resbalo al principió. Jadeo con desesperación y tomó con fuerza los brazos de Oliver mientras más lágrimas continuaban saliendo de sus ojos.
—¡No puedo! ¡No puedo! —dijo con desesperación, mientras sollozaba viendo una y otra vez como su hermana caía muerta sobre ella.
—¡Si puedes! ¡Puedes hacerlo! —aseguró con firmeza—. ¡Puedes hacerlo Adhara! —exclamó. Dejó de animarla solo para expulsar a un mortífago lejos de ellos.
—Tengo, tengo que... —jadeo lanzando una mirada hacia atrás, viendo cómo el cuerpo de su hermana seguía inerte en el suelo—. ¡No! ¡Oliver no puedo dejarla! —señalo al ver como Oliver la guiaba en dirección contraría.
—Adhara no puedes hacer nada —le dijo Oliver con calma—. ¡Accio varita! —la varita de Adhara llegó a la mano de Oliver, él se la tendió, pero apenas y pudo sujetarla en sus manos.
Como si de una bebé se tratará, Oliver tomo la mano de Adhara para que tomará su varita. La cerro en su puño viéndola y habló.
—¿Puedes tomar tu varita si te suelto?
Intento soltarla, sin embargo, sus dedos continúan temblando, por lo que su varita resbalo.
—¡No podemos dejarla sola! ¡No puede ni sostener su varita! —exclamó Angelina con preocupación—. Yo abriré el camino, no sueltes a Adhara —ordenó.
Oliver obedeció a Angelina, quien junto con Alicia se encargaban de liderar su regreso al castillo para encontrar un lugar donde dejar a Adhara, quien era sujetada por Oliver, casi siendo cargada por él, ya que lograba hacer que sus pies se mantuvieran en el suelo, pero su cuerpo continuaba estremeciéndose debido a las maldiciones que había recibido.
—¡Cuidado! —señalo Alicia al ver como arañas comenzaban a trepar por las paredes, queriendo ingresar al castillo.
Tres voces se escucharon al mismo tiempo, señalando a distintas arañas—: ¡Arania Exumai!
Los cuatro se giraron para ver a George acompañado de Theo y Ginny—. ¡Adhara! ¿Qué...? —pero no pudo terminar.
Oliver dejó a Adhara apoyada en una pared; sin emargo, cayó al piso al no tener fuerza. Theo intento sacar un frasco de su cinturón poscionista, sin embargo, primero tenía que evitar que las arañas pasaran al interior del castillo, por lo que comenzó a atacar a las criaturas, mientras miraba de reojo a Adhara.
La Slytherin tomo su varita entre sus dedos, saco un poco su lengua intentano concentrarse y cerró sus ojos. Su cabeza dolía, pero tenía que ser fuerte y conectar todos sus sentidos para ser capaz de caminar por si sola y siquiera sujetar su varita.
Sí, sujetar su varita es realmente primordial si es que quiere salir con vida.
Fue capaz de alzarla un poco, y al ver como un mortífago apuntaba a Theo, lo atacó.
«¡Inmobulus!»
El mortífago cayó de golpe al suelo. Adhara apoyó con fuerza su mano en el piso, vio cómo sus dedos temblaban y cerró sus ojos.
«No es momento para ser débil, ¡levántate!»
Logró ponerse de rodillas. Apoyó una de sus manos en su rodilla izquierda y poco a poco levanto su brazo.
—¡Pullus! —el embrujo golpeó a un mortífago que terminó por convertirse en gallina, Theo y George rieron y vieron a Adhara, quien aún sostiene su varita en alto.
—¡Hagamos una granja de gallinas! —propuso George, quien convirtió a otro mortífago en gallina.
—¡Me gustan más los patos! —exclamó Daphne uniéndose al grupo.
Las gallinas comenzaron a chocar unas con otras. George reía a carcajadas junto con Daphne, los mortífagos no sabían que hacer más que correr del lado contrario, chocando con estudiantes o siendo aplastados por el gigante Grawp.
Mientras que, Adhara procuraba dar pasos firmes por que simplemente continuaba cayendo al piso.
Cuando la voz de Voldemort resonó por las paredes del castillo y todos los alrededores.
—Han peleado —dijo la voz fría y aguda— valientemente. Lord Voldemort sabe valorar el coraje.
—¡Incarcerous! —un mortífago terminó atado fuertemente por un par de cuerdas.
—... aun así, han sufrido grandes pérdidas. Si continúan resistiéndose a mí, todos ustedes morirán, uno por uno. No quisiera que esto pasara. Cada gota de sangre mágica que se derrama es una perdida y un desperdicio.
—¡Avada Kedavra! —Daphne brinco hacia George antes de que la maldición le diera en el pecho y George rugió molesto contra el mortífago.
—... Lord Voldemort es piadoso. Ordeno a mis tropas retirarse inmediatamente —y antes de que el pelirrojo lanzará una maldición, con frialdad, el mortífago dejo el lugar.
Al igual que todos los que estaban ahí, pero el grupo seguía con su varita en mano, mirando a todos lados, preparados por cualquier ataque.
—Tienen una hora. Preparen su muerte con dignidad. Traten a sus heridos.
Adhara cayó del golpe al piso al ver como las gallinas (literalmente), salían corriendo del castillo. Observo a George abrazar a Daphne y las lagrimas en sus ojos comenzaron a salir sin poder siquiera controlarlas.
—Ahora te hablo a ti, Harry Potter. Has permitido que tus amigos mueran por ti en vez de enfrentarte conmigo. Esperaré durante una hora en el Bosque Prohibido. Si cuando acabe esa hora no has venido a verme, si no te has rendido, entonces la lucha se reiniciará. Pero esta vez yo mismo entraré en la batalla, Harry Potter, y te encontraré, y castigaré a cada hombre, mujer o niño que trate de protegerte. Una hora.
Hubo un silencio que se vio interrumpido por el llanto de Adhara, Theo se aproximó a su amiga con rapidez y saco el frasco que había intentado darle.
—Bebelo todo, todo —dijo con preocupación.
Lo paso haciendo muecas. Su llanto se combino con la tos por la asquerosa poción y sintió una gran calidez en su cuerpo. Cubrió su boca viendo a Theo y sin decirle nada, él la abrazo.
—Vamos al Gran Comedor —ordenó Oliver—, ayudaré a llevar los cuerpos.
—Voy contigo —murmuro Angelina pasando una mano por su cabello.
Daphne y George se acercaron a Adhara, sus piernas se doblegaron al intentar levantarse y alcanzaron a tomarla antes de que cayera nuevamente al suelo.
—Dora —fue lo único que dijo.
No tuvieron que escuchar más para entender el motivo por el cual Adhara lloraba tan descontroladamente.
Su hermana estaba muerta y no solo ella, Remus también.
Nota de autora:
Estuve a nada de matar a la Estrellita, pero no soy tan cruel todavía (ay ajá) como para hacer eso.
ES QUE YO QUIERO QUE HARRY Y ADHARA TENGAN MUCHOS BODOQUITOS (lit los tendrán).
Sorry pero yo simp al imaginarme a los mortifagos convertidas en gallinas, no se como a JK no se le ocurrió antes 🤠
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro