46. Horrocruxes
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Adhara se había despertado muy tarde como para ir a desayunar, así que se vistió muy rápido y tomo sus cosas para caminar hacia el tercer piso sintiendo sus tripas rugir. Nunca antes había asistido a clases sin desayunar y su papá siempre le decía que no podía saltarse esa comida, la más importante del día.
Pero, debido al tiempo que había pasado en la torre de Astronomía mientras hablaba con las estrellas (procurando no recordar que Harry la había dejado plantada), el sueño le había ganado e ir a por comida a las cocinas no era una opción.
Lo peor de todo, es que llegó tarde a clase y si Flitwick no soportaba algo era la impuntualidad, quien no tardó en reprimirla por su retraso.
—Señorita Tonks, llega quince minutos tarde —notificó viendo su reloj de muñeca—. Cinco puntos menos para Slytherin. Ahora pase a buscar su asiento.
Gimoteo en respuesta y apresurada se sentó junto con Daphne, ignorando la mirada curiosa de Hermione y Ron.
—Gracias por levantarme —murmuró.
—Lo intente, me golpeaste —susurró la rubia en respuesta.
Harry por su parte, se estaba dando golpes con un libro justo en su cabeza.
—¡Señor Potter! —todos se giraron para ver a Harry y rápidamente dejó el libro—. ¿Acaso es usted un elfo doméstico para estar golpeándose?
—No, señor —murmuró Harry sonrojado.
—No, no lo es. Ahora, quiero que continúen convirtiendo su vinagre en vino —pidió el pequeño mago.
Aunque el profesor había pedido que regresaran a la lección, muchos comenzaron a hablar de lo sucedido porque Harry se había estado dando golpes en la cabeza en cuanto vio la presencia de su novia, Adhara, quien, por cierto, había llegado tarde a una clase cuando ella nunca había hecho tal cosa.
Brown y Patil ya estaban cuchicheando sobre eso.
—¿Por qué tu novio se golpeaba como si tuviese torposoplos en su cabeza? —preguntó Daphne. Su vinagre terminó convirtiéndose en un líquido rojo oscuro y sonrió.
—No lo sé, quizá los tiene —respondió tranquila.
—Hum, sí, quizá —murmuró Daphne, el líquido de Adhara se convirtió en un color rojo oscuro, como el de Daphne.
—Muy bien, muy bien —les halagó el profesor Flitwick sonriendo a las jóvenes—. Señorita Tonks, espero que no vuelva a llegar tarde a mi clase, es de las más brillantes en esta clase —ella asintió apenada.
—No volverá a pasar, profesor —comentó sonriendo un poco.
—¿Qué ha pasado? —volvió a preguntar Daphne en cuanto el profesor veía a los demás practicar.
—Bueno, Harry me dejó ayer plantada en la torre de astronomía y aproveche eso para leer las estrellas, ya sabes —dijo con tranquilidad.
Sin embargo, Daphne ahogó un grito y cerró sus ojos negando lentamente, como si planeara alguna terrible venganza.
—Un pecado mortal, eso no se hace —chillo—. ¿No te mandó ni una carta o algo con Dabih? —ella negó transformando nuevamente su vino en vinagre.
—Nada —susurró—. Digo, entiendo que tiene muchas cosas en las cuales pensar, pero... —Adhara ladeo una mueca y apoyó su codo en la mesa viendo a Daphne—. ¿Sabes a qué me refiero no? Era mejor que me dijera que no iba a poder ir a quedarme esperándolo —Daphne carraspeo y ladeo una mueca.
—Sí, claro —musitó.
Cuando la clase termino, Adhara se colgó su bolso y guardo su varita en su túnica, tomó con fuerza la tira del bolso y caminó fuera del aula, donde Harry la esperaba ansioso y nervioso.
—Adhara, yo... —ella puso una mano en sus labios para que callará.
—Aquí no, Harry —musitó al ver a algunos curiosos.
La Slytherin comenzó a caminar guiando a Harry por el corredor del tercer piso y logró entrar a una puerta que Harry reconoció como la habitación en donde Fluffly vivía.
—Ahora, ¿qué decías? —Adhara miró a Harry cruzándose de brazos.
El Gryffindor tomo aire para hablar—: Lo siento, yo... —más no termino la oración ya que inclino su cabeza ladeando una mueca.
—¿Tu qué? —preguntó ligeramente curiosa.
—Ad, lo olvide —murmuró apenado.
Alzo su cabeza viendo a Adhara que apretó su boca y formuló una mueca.
—Sí, me di cuenta —respondió en un chasquido de lengua.
—Amor, perdón, es que... —ladeo su cabeza buscando las palabras. Pasó una mano por su revoltoso cabello y suspiró frustrado—. Verás, ¿recuerdas mis clases con Dumbledore? —la Slytherin asintió con su cabeza—. Bueno, tengo que hacer una tarea y es tomar un recuerdo de Slughorn y ayer, bueno, ayer tome un poco de Felix Felicis porque a Ron se le ocurrió y...
—¿Ron tuvo una idea? —preguntó sorprendida.
—Sí, claro, también me asombre —agregó—, pero bueno, yo... lo olvidé y es que mira que tuve que ir al funeral de Aragog...
—¿La araña que casi te come a ti y a Ron? —volvió a preguntar alzando una ceja.
—Sí, sí, pero es que todo era idea de Félix y...
—¿Te refieres a la suerte líquida?
—¡Ad no me interrumpas! —chillo desesperado Harry.
—Lo siento —murmuró bajando su mirada y mordiendo su labio.
Rápidamente Harry tomó sus manos—. No, no, perdón amor no quería hablar así —susurro—. Es solo, que, en serio quería ver las estrellas contigo, pero... la suerte líquida, el trabajo que Dumbledore me dejó, yo...
Adhara le interrumpió—. Harry, no te preocupes, tenías tu trabajo que hacer, lo entiendo —respondió tranquila.
—¿En serio? —preguntó un tanto confundido.
—Claro —asintió suspirando—, todo eso es más importante.
—¿Qué? No, pero tú eres más importante —agregó algo nervioso.
—No, Harry, enserio, lo entiendo —aseguró Adhara tomando la mano del chico, y soltando una pequeña risita ante la mirada de Harry, como si fuese algo no creíble lo que decía—. Digo, es lo que te ayudará a vencer a Voldemort, ¿no es así? —él asintió un tanto liado.
Y a pesar de que Adhara notó la confusión de su novio, ella no entendía el por que. En realidad, Adhara entendía el motivo por el cual la había dejado plantada, tenía sentido. A parte la suerte líquida básicamente le había dicho que es lo que tenía que hacer, no fue del todo su culpa.
—Sí, pero... en serio Adhara, no volverá a suceder —prometió acariciando su mano.
—Descuida, Haz, te creo —dio un tierno beso en sus labios—. Yo, iré a la cocina, muero de hambre —confesó abriendo la puerta.
—¿Quieres que vaya contigo?
—Hum, la verdad, quiero escribir un poco, ayer no llevaba ni diario conmigo y tengo que escribir lo que me dijeron —Harry asintió con una mueca.
—¿Nos vemos en Defensa Contra las Artes Oscuras?
—Sip —Adhara volvió a darle un beso tierno—. Te quiero, Haz.
—Y yo a ti, Ad —susurró viendo como Adhara se iba abrazándose de su bolso.
Harry camino aún confundido hacia la sala de Gryffindor. Tenía periodo libre por dos horas antes de que iniciara la clase de Denfensa Contras las Artes Oscuras y en la sala de los leones encontró a Ron y a Hermione sentados en una de las mesas.
—¿Cómo te fue? —preguntó Ron—. No me digas, ¿terminaron? Porque hoy es el día de las rupturas...
—No terminamos —dijo rápidamente y sintiendo una punzada en su corazón—. ¿A qué te refieres con que el día de las rupturas? —preguntó confundido.
—Bueno, ya sabes, Lavender y yo terminamos y bueno, Ginny también terminó con Dean —comentó Ron.
Los tres buscaron a la pelirroja, que está hablando bastante tranquila con Neville.
—Solo, me dijo que entendía el motivo por el cual la había dejado planteada, pero le prometí que nunca volvería a pasar eso de nuevo —el rasco su cabeza y miró a Hermione en forma de ayuda.
—¿No crees que deberías decirle sobre los Horrocruxes? —susurró Hermione.
—Pero, Dumbledore dijo que...
—Es tu novia, Harry, creo que ella debe de enterarse que tu vida corre más peligro ahora que tienes que ir buscando los objetos en los Voldemort puso su alma —Harry carraspeó y miró sus manos, nervioso—. Estoy empezando a dudar de tu confianza por...
—¡Confió mucho en ella, Hermione! —explotó Harry parándose.
—Hey —le calmó Ron—. Lo que Herms quiere decir es que a ella le estas dando solo una imagen pequeña de lo que sucede —dijo Ron estirando su mano para que Harry volviera a sentarse.
—Es solo que siento que voy a explotar —susurró—. La final de quidditch, los deberes, las clases con Dumbledore, tratar de encontrar tiempo para salir con Ad y el estúpido de Voldemort haciéndose más fuerte —Harry dejó caer su cabeza en la mesa tirando de su cabello y soltando un gruñido.
—Date un respiro, Harry —murmuró Ron dando golpecitos en la espalda de su amigo—. Es imposible que alguien siéntate tanto...
—Ronald, cállate —pidió Hermione rodando los ojos—. Pero tiene razón —Harry alzó un poco su cabeza, sus lentes se enchuecaron, pero no le importo—, date un respiro, Harry —él tomó aire y suspiro.
—Sí, quizá eso necesite.
...
Adhara dio vuelta a la página de su libro y mordió una vez más su sándwich de crema de maní. Había pasado el tiempo en las cocinas hasta que las clases de defensa contra las artes oscuras dieran inicio, donde tomó la lección del día sentada junto con Harry, quien había decidió no prestar atención en lo que él temido profesor les enseñara, ya que había pasado los dos periodos de clase tratando de hacerle cosquillas a Adhara y dándole pequeños besos en la mejilla cuando el profesor no estaba mirando.
Una vez terminadas las clases, Harry se disculpó con Adhara ya que tenía que planear sus siguientes jugadas en quidditch y ella fue a hacer exactamente lo mismo.
Solo que era muy complicado ya que Pansy y Blaise no dejaban de golpearse.
—¿Por qué se golpean tanto? —preguntó Adhara bajando su libro de quidditch, para ver a Pansy que tiene su puño en el aire, dispuesto a meterle otro golpe a Blaise.
—¿Uh? Oh, es mi... nuevo pasatiempo —Pansy fingió una sonrisa, y Adhara alzó una ceja, algo curiosa.
—No le hagas caso a Daphne, Pansy, golpear no es divertido —dijo para después regresar su vista a su lectura.
Theo camino hacia su grupo de amigos e hizo sonar su garganta antes de hablar.
—Ad, Harry te está buscando —la chica miró a Theo algo confundida—. Está en el lago negro —continuó—. O sea, deja de leer babosa, ¡tu novio te espera en el lago negro! —exclamó al ver que ella no reaccionaba.
Adhara se paro de un brinco y dejó su libro en la mesa ratonera.
—Tú...
—Sí, sí, lo que escuchaste, esta en el lago negro, ahora mueve esas piernas —la apuro—. Y si, soy una lechuza —agregó mirando a Blaise quien parecía estar apunto de soltar un comentario burlesco.
Tras ser empujada por Theo a la salida de la sala común, Adhara camino con paso firme hacia los terrenos del castillo para poder llegar al lago negro, y, aunque se suponía que no debían de estar por esos lados debido a la seguridad que se había implementado en el castillo desde el inicio del curso, ella no tuvo ningún problema debido a su insignia de prefecta.
Cuando llegó al lago, se cruzó de brazos y sonrió un poco al ver a Harry escondido detrás de un gran roble, recostado en una manta y viendo el cielo nublado.
Sigilosamente camino hacia él, se recostó a su lado y él Gryffindor se enderezó al verla a su lado.
—Hola —susurró sonriendo.
—Hola —respondió Adhara entrelazando su brazo con el de Harry.
Se inclinó para besar sus labios y ambos sonrieron sin poder evitarlo. Habían perdido la cuenta de cuántas veces se habían besado, pero todos y cada uno de sus besos les provocaba una inmensa felicidad.
—Adhara, perdón —susurró Harry acostándose a su lado—, perdón por... perdón por dejar las cosas a medias, perdón por haberte dejado plantada y...
—Hey, Haz, te perdono —aseguró Adhara tomando su mano—. Cuando te lo dije, hable con la verdad. Sé que tienes muchas cosas en tus hombros, digo... Voldemort, tus clases con Dumbledore, los deberes, quieres hacer que Gryffindor gané la final y...
—Pero eso no importa, porque tú eres más importante que todo eso —Adhara rodó los ojos con un pequeño sonrojo y negó con su cabezaZ
—No, tus clases con Dumbledore son más importantes —aseguró, a lo que él negó.
—¿De qué carajos va a servir todo eso si tu no estas a mi lado?
Adhara no logró esconder su sonrisa e inclinó su cabeza algo tímida.
—Por que, si, quiero vencer a Voldemort —confesó—. Pero quiero tenerte, a ti —susurró tomando su mano—. Y... hay algo que no te he dicho del todo bien —confesó besando su mano.
—¿Qué ocurre? —indagó con curiosidad.
Antes de hablar, Harry soltó un suspiro pesado.
—¿Recuerdas que te dije que veíamos la historia de Tom Ryddle? —la joven afirmó—. Y, ¿recuerdas cuando te dije que tenía que encontrar un recuerdo de Slughorn? —Adhara volvió a asentir.
Harry se sentó mirando el lago y Adhara le imito, solo que ella lo tomó de la espalda, apoyando su barbilla en su hombro.
—¿Qué es lo que sucede?
—¿Sabes lo que es un Horrocrux? —tras escuchar aquella palabra, Adhara lo meditó por unos segundos, sin embargo contestó sin chistar.
—Nunca había escuchado de eso —admitió.
—Bueno, un Horrocrux es un objeto en el cual un mago o bruja deja un fragmento de su alma para así alcanzar la inmortalidad —Adhara se separó de Harry un tanto sorprendida y confundida.
—Bien... eso suena a magia muy peligrosa, y ¿cómo sabes eso? —preguntó en voz baja.
—Es a lo que voy —murmuró, Harry carraspeó e hizo sonar su garganta—. Es un acto vil de las artes oscuras y es... es romper todas las leyes de la naturaleza y mortalidad de su creación —explicó. Ladeo su mirada para ver a Adhara con el ceño fruncido—. Debes estar muy confundida, pero...
—Voldemort tiene un Horrocrux y por eso no puede morir —susurró Adhara perpleja.
Harry asintió—. No solo uno... tiene seis —aclaró.
Ahogó un grito y miró perpleja a Harry.
—¡¿Seis?! —exclamó—. Merlín Santo, si uno ya suena terrible... ¿seis? —repitió sin creerlo.
—Ya destruimos dos...
—¿Destruimos? —preguntó apoyando sus manos en la manta—. ¿Cómo que destruimos?
—Dumbledore y yo —explicó—. Yo destruí el diario de Tom Ryddle, en segundo año, ¿lo recuerdas? —Adhara asintió achinando sus ojos—. Bueno, era un Horrocrux. Dumbledore destruyó el anillo de Sorvolo Gaunt, el abuelo de Tom —ella tragó saliva y miró a Harry.
—Me estás diciendo que quedan... ¿quedan cuatro horrocruxes para destruir a Vol-Voldemort? —parpadeo dos veces esperando la respuesta de HarryZ
—Sí —susurró Harry suspirando.
—Y... ¿tienes que destruirlo tú solo? —preguntó confundida.
—Bueno, quizá con ayuda de Dumbledore —murmuró Harry.
—Pero, ¿eso no es peligroso? Digo, ¿cómo sabes que es un Horrocrux?
—Dumbledore cree que la copa de Helga Hufflepuff puede ser un Horrocrux ya que Tom descubrió de su paradero y también creemos que el guardapelo de Slytherin sería otro. Para Tom, Hogwarts es realmente importante y, tiene sentido, ¿no? —Adhara negó con una mueca, a lo que Harry ladeo una sonrisa—. Veras, había una señora llamada Hepzibah Smith que era descendiente de Helga Hufflepuff y ella guardaba la copa como la reliquia de su familia, Tom, quien era muy apuesto cuando era joven logró seducir a la mujer para que le enseñara lo que guardaba.
—¿Bromeas? ¿Hablas de que el calvo era guapo? —Harry soltó una carcajada y miró a Adhara incrédulo.
—¿Es lo único que prestaste atención? —preguntó tratando de no reír.
—No, no, Hepzibah Smith, descendiente de Helga Hufflepuff y ella tenía la copa, ¿qué más? —inquirió interesada.
—Bueno, ella no solo tenía la copa de una de los fundadores de Hogwarts, sino que también tenía el guardapelo de Salazar Slytherin —Adhara abrió sus ojos.
—Ándale —susurró sorprendida.
—Ajá, y bueno, dos días después Hepzibah murió y nadie encontró la copa —ella carraspeó.
—Entonces, mató a Hepzibah y... ¿creó un Horrocrux con la copa? —Harry asintió—. Pero, ¿el guardapelo?
—Pues con alguna de las tantas muertes que ha causado —Adhara hizo una mueca y tomó la mano de Harry.
Ella se recargo en el hombro del chico, ambos mirando a al lago.
—Eres tú, ¿verdad? —susurró—. ¿Eres tú el único que lo puede matar?
—Y aunque no lo fuera... lo haría —respondió en voz baja Harry—. El mato a mis padres —susurró—, los mato por una estúpida profecía —Harry cerró sus ojos y Adhara lo abrazó con fuerza—. Perdóname por no decirte antes, Ad... es solo que, hay veces en las que siento que al estar contigo te pongo en riesgo y...
—Oh, cállate Potter —gruñó Adhara separándose de él—. No vayas a empezar a decir que por salir contigo corro peligro —él suspiro.
—Ya viste lo que pasó en el ministerio el año pasado —susurró—. Casi te matan...
—Pues tendrán que intentarlo de nuevo por que estoy muy viva —Harry jadeo cerrando sus ojos.
—Por favor, no digas esas cosas como si fuera algo completamente normal —Adhara tomó la mano de Harry.
—Tarde o temprano tendré que morir, es algo normal, Harry —él negó cerrando.
—Sí, pero no sucederá en estos momentos, ni un año o dos, yo... no quiero estar en una vida sin ti —Adhara sonrió un poco y se acercó para besar los labios de Harry.
—Descuida, aún sigo viva, Harry —él gimoteo—. Ya, ya, no hablaremos de eso.
Le movió su hombro tratando animarle, pero Harry ladeo una mueca.
—Perdón, no quise decirlo de esa forma —murmuró Adhara—. Sabes que morir no me da miedo, pero...
—Todos vamos a morir, nacimos para morir, pero perder la vida a causa de mortífagos o Voldemort es algo que no quiero que le pase a nadie —confesó Harry.
—Lo sé, nadie merece morir de esa forma —susurró.
—No hablemos de eso —pidió Harry.
—No, ya no hablaremos de eso —Adhara dio un corto beso en los labios de Harry.
—Puedes besarme, eso me alegra —comentó con inocencia.
Adhara soltó una pequeña risa y ladeo una sonrisa—. ¿Te alegran mis besos?
—Como no tienes una idea —confesó Harry.
Se inclinaron para volver a juntar sus labios en un beso más profundo y sin embargo, delicado. Las manos de Harry se posicionaron en la cintura de Adhara y sin mucho esfuerzo, logró hacer que la joven se sentara sobre él.
Las manos de Adhara recorrieron el cuello de Harry hasta llegar a su cabello rebelede y entrelazó sus dedos tomándolo con algo de fuerza, mientras Harry la sujetaba sin querer soltarla.
Se separaron debido a que el oxígeno comenzó a hacer falta y se dedicaron una pequeña sonrisa.
—Te quiero tanto Ad —susurró Harry rosando su nariz con la de la Slytherin, en un tierno beso.
—Yo también te quiero, Harry —respondió sobre sus labios.
Juntaron sus frentes y permanecieron en silencio por unos segundos. Entrelazaban sus manos de vez en cuando o solo se miraban a los ojos mientras apreciaban el silencio del lago negro, ignorando al calamar gigante que movía sus tentáculos por el aire, hasta que juntaron sus labios en un nuevo beso.
Adhara dio un ligero empujón al pecho de Harry provocando que se recostará en la manta y soltando pequeñas risitas continuaron con el beso que poco a poco comenzó a subir de intensidad, mientras las manos de Harry se posicionaban sobre los muslos de Adhara.
Sin embargo, el carraspeo de una garganta, los hizo separarse de golpe.
Adhara se paro de un brinco y Harry le imitó al ver como la profesora McGonagall les miraba con los brazos cruzados y de forma desaprobatoria.
—No quiero ni preguntar cómo lograron llegar sin que un Auror les detuviera, y tampoco quiero volverlos a encontrar en esta situación tan comprometedora.
Al escuchar esas palabras, Adhara quería hundirse en el lago negro, mientras Harry deseaba que la tierra se lo tragara.
—Y más porque usted es una Prefecta, señorita Tonks —soltó una pequeña disculpa poco audible e inclino su cabeza, mostrando pena—. ¿O le gustaría que el titulo pase a su compañera Parkinson?
—No, profesora —respondió rápidamente, alzando su mirada para verla.
—No volverá a ocurrir —aseguró Harry apretando sus labios.
—Bien, ahora, andando, la cena no debe tardar en iniciar —ella hizo un ademán para que pasara primero—. Y que no vuelva a ocurrir —advirtió mirando severamente a Adhara y Harry, quienes asintieron con su cabeza en señal de respuesta.
Sin más, comenzaron a caminar en silencio escuchando a la profesora siguiéndoles, pero en cuanto entraron al castillo y ella tomó un rumbo diferente, ambos se miraron.
Comenzaron a reír nerviosos y Adhara se abrazó de Harry escondiendo su rostro en su pecho.
—Ya no podré ver a la profesora McGonagall nunca más —confesó en un pequeño berrinche. Harry besó su cabeza un tanto divertido.
—Dímelo a mí, es mi jefa de casa —se separaron lentamente y entrelazaron sus manos para dirigirse al Gran Comedor.
—¿Te imaginas si hubiese sido Snape? —Harry hizo un gesto de susto.
—Veinte mil puntos menos para Gryffindor —Adhara soltó una carcajada al ver como Harry rodaba los ojos—. Con él respiro y ya perdí diez puntos...
—Bueno, tu respiras en frente de Dumbledore y el ya te dio veinte puntos...
—¡Hey! —se quejó provocando que Adhara riera.
—Épico, tendremos más cuidado —aseguró la chica.
—Siempre lo tenemos, hasta ahora nunca nadie nos había encontrado —comentó Harry frunciendo el ceño.
—Sí, bueno... triple cuidado de ahora en adelante —exageró Adhara—, bueno, iré a mi mesa.
—De acuerdo, te quiero, estrellita.
—Yo más, rayito —sus manos se soltaron y Harry caminó a la mesa de Gryffindor mientras que Adhara se dirigía a la de Slytherin.
—Mira esa sonrisita —comentó Daphne un poco burlona—. ¿Cenaste antes de venir?
—Oh, cállate Greengrass —murmuró rodando los ojos.
—Cállate cochina, puerca —dijo Theo negando lentamente—. Tu hermanita está a tres asientos de aquí —el señalo a Astoria, que está soltando risitas al lado de dos niños.
—Mírala, una don Juana —Adhara soltó una carcajada y rodó los ojos.
—Daphne, eres una idiota —le hizo saber rodando los ojos.
La mirada de Adhara se desvió hasta la de su primo, quien camino hasta ella para tomar asiento a su lado. Ambos se dedicaron una pequeña sonrisa, sin embargo, Adhara al notar lo enfermizo que lucía no pudo mostrar más que preocupación. Observo a Blaise y Pansy sentarse entre Daphne y Theo.
—¿De qué hablamos? —preguntó Pansy mirando el tenedor como si fuese lo más interesante del mundo.
—De que Daphne está dañada —señaló Theo.
—¿Y apenas te das cuenta? —murmuró Blaise.
—¿Qué? Solo digo lo que pienso —dijo con inocencia—. Por ejemplo, estoy pensando que tengo ganas de patear la cabeza de Zacharias Smith como si se tratase de una bola esa con la que juegas con los muggles.
—¿Te refieres al fútbol? —preguntó Adhara.
—Ajá, eso, futbul —chasqueo Daphne sonriente—. Sí, patearlo y que le explote el cráneo...
Sus amigos miraron a la rubia un tanto preocupados.
—¿Qué? —preguntó inocente.
—Creo que hoy dormiré en la sala común —susurró Pansy inclinando su cabeza.
—Dormiremos —aclaró Adhara mirando con preocupación a Daphne.
Nota de autora:
JAKSDJKD perdón tenía que hacer eso de que Minnie los encontrará por que k oso amigüa.
Anyways, nos leemos pronto, espero les haya gustado, tomen awua, wash your hands and síganme en tiktok que pienso subir edits de estos dos pendejos o veanme en mis momentos de aburricion adorelupin ua ua 🤠
Lots of love, Cici x
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