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45. Disculpas


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Cuando Adhara entró a la sala común, los Slytherin pudieron percibir la molestia de la joven prefecta. Muchos incluso, se abrieron el paso al verla caminar dando grandes zancadas hasta algunas mesas arrinconada, donde se encontraban Blaise, Pansy, Theo y Daphne. 

Antes de llegar a sentarse con ellos, respiro e inhalo tratando de relajarse y al sentirse solo un poco más calmada, tomó asiento al lado de Pansy, quien la miro con curiosidad y ligera preocupación.

No era simplemente normal ver a Adhara molesta. 

—¿Estás bien? —preguntó Pansy alzando una ceja. 

—Sí —susurró mirando sus manos.

—¿Quieres una varita de regaliz? —le ofreció Blaise, ella lo tomó ladeando una mueca y le dio una pequeña mordida. 

—¿De qué hablaban? —preguntó curiosa.

—Oh, ya sabes, de que nuestros padres son mortífagos y nos quieren llevar entre las patas —dijo fingiendo tranquilidad Theo.

Blaise soltó un suspiró y con voz tranquila, hablo—: Bueno, yo no tengo papá —comentó—. Pero mi madre le parece fascinante darle asilo a los mortífagos —murmuró rodando los ojos.

—Pues mi abuelo ya se fue a Francia —comentó Daphne suspirando—. Él no está para nada de acuerdo con las ideas de quien-no-debe-ser-nombrado y papá está en un conflicto por que su padre fue mortífago y cree que debería serlo también —explicó en voz baja—. Aunque, se la piensa porque mamá está paranoica —musitó.

Adhara miró a Pansy, para escuchar que es lo que ella tenía que decir. La joven de ojos verdes apoyó sus codos en la mesa y pasó sus manos por su rostro. 

—La verdad, estoy muy preocupada —confesó en voz baja—. No quiero ser mortifaga, solo quiero... mierda, ni siquiera se que quiero —murmuró—. Pero definitivamente no quiero...

Blaise le dio golpecitos en la espalda en forma de apoyo.

—¿No hay nada que puedan hacer para no unirse a ellos? —preguntó Adhara jugando con sus manos.

—Ad, es que no lo entiendes —susurró Theo—. Tu puedes elegir tu camino, nosotros no tenemos otra opción —murmuró—. O eres mortifago o alguno de tus familiares tiene que sufrir la consecuencias. 

La joven ladeó un poco sus labios en una mueca, sintiendo nerviosismos por sus amigos. 

—¿Qué hacen? 

Los cinco alzaron su cabeza para ver a Draco acompañado de Crabbe y Goyle. 

—¿Todo bien? —susurró Adhara.

Él alzó los hombros y se dirigió a Adhara—. ¿Puedo hablar contigo? —la chica asintió con su cabeza y se paró para seguir a Draco hasta su dormitorio.

Tomaron asiento en la cama de Draco y él suspiro.

—¿Ya me vas a decir que ocurre, Draco? —preguntó con voz queda. 

—Es solo que... —tragó saliva y bajo su cabeza—. No sé como decírtelo Adhara, pero... hay veces que solo saber que estás aquí, m-me ayuda —confesó apenado.

—Hey, estoy aquí Draco —tomó su mano y le dedicó una pequeña sonrisa—. Por favor, dime como te puedo ayudar —suplicó.

Draco parpadeó continuas veces, sus ojos se cristalizaron y ladeo una mueca. 

—Adhara, si... si tuvieses que hacer algo, para salvar a tu familia, ¿lo harías? —preguntó con voz temblorosa. 

Adhara ni siquiera pensó su respuesta—: Lo haría sin pensarlo dos veces —respondió.  

—¿Aunque sea algo muy malo? —cuestiono mirando sus manos.

Adhara lo miró con tristeza—. Sí —Draco se giró para ver a Adhara—. Si eso los salvaría, no importa que fuese lo que tenga que hacer, yo lo haría —confesó—. Mi familia es de lo más valioso que tengo, y siempre lo será —él asintió y tragó saliva—. Sé que tu familia también es valiosa para ti, Draco —susurró—. ¿Te puedo ayudar en algo? —preguntó con voz dulce.

Negó con su cabeza.

—No, no, tú eres muy buena —aseguró mostrando una ladina sonrisa. 

—Draco, aún hay tiempo para cambiar —le hizo saber en voz baja—. Puedes ser una buena persona, nunca es tarde —susurró.

Un poco indecisa, Adhara lo rodeo con sus brazos para darle un abrazo, sin estar muy segura si eso incomodaría a Draco. 

Pero eso no sucedió, al contrario, Draco se dejó abrazar por Adhara y escondió su rostro apenado en el pecho de su prima, aferrándose con fuerza a ella. 

Lo dejo sollozar y Adhara lo abrazó con más fuerza. 

—Tengo miedo —confesó—. Adhara, tengo mucho miedo —tartamudeo un poco. 

—Está bien —susurró Adhara—. Está bien tener miedo... eso, eso nos hace ser humanos —beso la cabeza de Draco con ternura—. Pero, tienes que decirme cómo ayudarte —susurró—. No tienes por que pasar de ese miedo tu solo, no estás solo Draco... 

—Perdón —sollozó—. Perdón por ser tan malo y grosero contigo, Ad —él se separó de Adhara y ella le limpió las manos.

—Descuida, Draco —susurró acariciando su espalda con ternura.

—Es solo q-qué tengo que ser así, ¿entiendes? —ella lo miró sin entender muy bien—, tengo que ser de esta forma —continuó.

—¿Hay algo que quieras hablar? —preguntó aún más preocupada, pero él negó rápidamente con su cabeza. 

—No por ahora —confesó.

Draco limpio sus lágrimas y miró a Adhara.

—¿Te podrías quedar? —preguntó apenado—. No he podido dormir estas últimas semanas... 

—Claro —asintió.

Le ayudó quitar las sábanas y se arroparon juntos. Adhara procuró que Draco se encontrará bien tapado y le dio un pequeño beso en su frente. Aprovecho para tomar un libro que se encontraba en la mesa de noche de Draco, y apoyó su cabeza en la cabecera. 

El silencio se vio interrumpido cuando Draco habló en voz baja. 

—Mi madre se ha escrito con tu mamá —comentó en voz baja.

—¿Ah sí? —susurró Adhara con algo de asombro.

—Sí —tragó saliva y cerró sus ojos—. Me dijo que la extrañaba —Adhara sonrió solo un poco y miró a Draco quien sigue recostado en su hombro.

—Bueno, no dejan de ser familia —él asintió un poco con su cabeza. 

Adhara continúo leyendo el libro y Draco quedó profundamente dormido, pero mientras pasaba de página, Adhara comenzaba a cabecear y el libro dejaba de ser de su interés por que el sueño la estaba venciendo. No pasaron más de dos horas cuando Blaise y Theo entraron a la habitación seguidos de Crabbe y Goyle.

Adhara y Draco habían caido dormidos y ambos parecían tiernos angelitos, incluso desde ese ángulo, se podían ver las similitudes que tenían los chicos, como sus caras tan finas y sus nariz respingona. 

—¿Deberíamos despertarla? —preguntó Blaise.

—No creo —murmuró Theo—. Draco no ha podido dormir bien y míralo, se ve como el angelito que era en primero.

—Bueno, no hay que hacer mucho ruido —agregó Goyle.

Eso no fue posible, por que Theo tropezó con su zapatos y termino por golpearse la cabeza contra su mesita de noche.

—¡No mames, Theo! —exclamó Blaise al ver a su amigo lloriquear en el piso.

—Mi frente —sollozó. 

—¿Quieren callarse?—gruño Draco sentándose un poco adormilado. 

Frotó sus ojos y frunció el ceño al ver como Theo sollozaba. Blaise, Crabbe y Goyle estaban procurando no reír.

—¿Qué haces en el suelo? —preguntó alzando una ceja.

—¡Es muy cómodo! —ironizó parándose. 

Draco gruño y se volvió a acostar soltando un suspiró—. ¿Les molesta si se queda? —preguntó en voz baja.

—No, para nada —murmuró Theo sobando su frente. 

Le acomodo la almohada a Adhara, y volvió a recostarse. 

Con algo de burla, Blaise hablo—: Oye Draco... no te gusta, ¿cierto?

Se sentó para mirar incrédulo a Blaise. Puso sus ojos en blanco y con voz amarga, respondió—: No sé si te llegó el memo, imbécil, pero ella y yo somos primos. 

—Te lo dije —susurró Crabbe a Goyle. 

—Quiero a Adhara más que a ustedes, ahora duermanse —ordenó. 

Ciertamente, Adhara no le gusta. En realidad, Draco la ve como la hermana que siempre deseaba tener; sin embargo no tenía por que mentir al decir que cuando estaba a su lado se sentía mucho más tranquilo, incluso, sentía que podía ser bueno. Adhara era realmente capaz de sacarle lo mejor a las personas y eso le sucedía a él cuando estaba con ella. 

Teniéndola a su lado, Draco se siente guiado por Adhara como si fuese una luz en medio de la oscuridad. Solo que estaba consciente que eso podía ponerla en riesgo, por lo que Draco estaba dispuesto en volver a comportarse como un completo idiota para asegurar su seguridad.


...


La sala común de Gryffindor se encontraba casi desierta, muy pocos estudiantes estaban terminando sus deberes y entre ellos se encontraba el trío de problemáticos. 

El pie de Harry golpea contra el piso en rápidos movimientos mientras observa la motita con el nombre de Adhara Tonks, el cual se encuentra junto con el de Draco Malfoy. 

—¿Espiando de nuevo? —preguntó Ron dejando de lado su ensayo y tirando tinta en el pergamino.

Hermione le ayudó a limpiar aquello al ver como Ron estaba apunto de darle un sermón a su amigo. 

—No —respondió desviando su mirada por el mapa.

—Claro que es lo que estás haciendo, ya deja de hacerlo —le ordenó algo molesto Ron. 

—Harry, no está bien que hagas eso —comentó Hermione regresandole su ensayo a Ron—. Ron tiene razón, debes dejar de hacerlo. 

—No es como si lo hiciera a propósito —confesó, el dejo el mapa en la mesa para que Hermione y Ron vieran lo que él señalaba—. ¿Qué tiene que hacer Adhara en la habitación de Malfoy?

—Yo he estado en su habitación también —dijo Hermione dejando nuevamente el pergamino de Ron frente a él—. Harry, ¿estás celoso de Draco? —preguntó curiosa.

—¿Qué? No —negó rápidamente.

—Eso me suena a un sí —señaló Ron con una sonrisa burlona. 

—No estoy celoso, no —negó rápidamente.

—Pues suenas como si lo estuvieras —dijo Hermione cruzándose de brazos—. ¿Entiendes que Adhara te quiere demasiado? Digo, ha soportado mucho —murmuró con una mueca—. Fuese otra persona y ya te hubiera dejado y tú... desconfías de que este con su primo...

—No es que este con su primo —gruño—. Es que esté con ellos —hizo un círculo en la habitación de los alumnos de Slytherin de sexto año, donde se encontraban Theo, Blaise, Crabbe y Goyle.

—Son sus amigos —le recordó Hermione—. No hay nada que puedas hacer, ¿entiendes eso?

Harry siguió viendo el mapa y ladeo una mueca, sin embargo Hermione se lo arrebató y como dominaba ya muy bien los hechizos no verbales, el mapa comenzó a limpiarse hasta dejar un viejo pergamino.

—¡Hey! —se quejó Harry parándose.

—Esta noche me quedaré yo con el mapa —respondió guardándolo en su túnica—. Y será mejor que se vayan a dormir, ahora. Los dos —ordenó.

Ron maldijo en voz baja, pero terminó por hacerle caso a Hermione tomando sus cosas. Harry en cambio, se dejó caer en el sillón rojo y tiró de su cabello un tanto frustrado.


...


Adhara mordió la uña de su pulgar izquierdo mientras lee un libro muggle que Hermione le había prestado: Jane Eyre. Un libro que, sin duda alguna, le estaba gustando demasiado, tanto que se había olvidado de hacer sus deberes y pendientes como Prefecta por estar leyendo toda la tarde. 

—Hola —dejo de morder su uña y levantó su mirada para ver a Harry quien está balanceándose sobre sus talones, nervioso.

—Hola —respondió para continuar con su mirada en el libro.

Harry se sentó frente a ella y carraspeo—. Lo siento —Adhara respiro hondo y colocó un separador para cerrarlo con cuidado—. Fue muy estúpido lo que paso ayer y... lo siento, Ad —susurró.

—A veces eres un idiota, Harry, ¿lo sabías?

—Sí —respondió con una mueca—. Adhara es solo que... me preocupo por ti porque... bueno, ellos...

—Ellos son hijos de mortífagos, sí —terminó por él—. Pero Harry, solo estás viendo la imagen pequeña —comentó cruzándose de brazos—. No estás viendo todo el panorama de la situación —Harry alzó una ceja confundido.

—¿Qué panorama? —ella negó con su cabeza y rodó sus ojos. 

—Olvídalo —susurró—. Harry, ¿por qué me buscas en el mapa? —Harry tragó saliva mirando sus manos un tanto nervioso.

—No lo sé —confesó—. Solo para saber si estás... bien, supongo —murmuró.

Soltó una risa amarga—. Si tú lo dices —murmuró rodando los ojos—. Supongo que te diste cuenta de que dormí en la habitación de los chicos de sexto año, ¿no es así?

Harry tragó saliva y tuvo que apoyar su mano en el borde de la ventana. 

Él sin duda alguna no había creído que ella dormiría ahí con ellos.

—Oh... creo que no lo sabias —murmuró carraspeando.

Se lamentó de haberlo dicho y Adhara miro por el corredor. 

—Hermione me quito el mapa antes de irnos a dormir... cada quien a su respectiva habitación —aclaró en un chasquido de lengua. 

Adhara suspiro frustrada—. Pues sí, dormí en una habitación con cinco hombres y no pasó nada que no debía haber pasado —comentó cruzándose de brazos—. Y si te lo digo es para que sepas que confió en ti y que no me juzgaras por haberlo hecho, pero ya veo que aquí soy la única que pone toda su confianza ya que no piensas lo mismo de mi —Adhara se paró del suelo y sacudió su túnica para comenzar a salir de la biblioteca.

Pero Harry no tardó en seguirla corriendo, la tomó del brazo para detenerla.

—Ni siquiera te juzgue y...

—No vamos a discutir en medio pasillo, Harry.

Lo guió hacia un aula cerrada y después de lograr abrirla con un encantamiento de apertura ambos entraron.

Adhara se recargo en la puerta mirando a Harry.

—Harry tu mirada decía otra cosa —murmuró parpadeando varias veces, como si quisiera ahuyentar lágrimas—. Draco es mi primo, ¿sabes? —él carraspeó—. Me preocupo por él de la misma manera que me preocupo por ti y por Hermione, por Ron y por Daphne y Theo —confesó—. Sí, es un imbécil y nos la pasamos peleando todo el tiempo... pero así nos demostramos la forma en la que nos queremos —Harry miró sus manos con timidez—. Harry, te quiero mucho, ¿lo sabes? 

Estiró su mano un poco y Harry terminó por entrelazar su mano con la de Adhara, soltando un suspiró pesado se acercó a ella acortando la distancia. 

—También te quiero, Adhara —susurró—. Nunca te juzgaría, ¿sabes? Yo... sí, me sorprendí, pero... ¿cómo te hubieras puesto si supieras que dormí en la habitación de Hermione?

Adhara tosió y levantó los hombros—. Siempre dices que Hermione es tu hermanita... aunque técnicamente ella es mayor que tú, pero como sea —agregó rodando los ojos—. Igual, no volverá a pasar —aseguró levantando los hombros—. Draco quería hablar conmigo y bueno, terminamos por quedarnos dormidos... no era mi intención —respondió restándole importancia.

—No tienes por que pedirme disculpas —susurró Harry—. Yo debería hacerlo. Perdón, en serio —bajo su cabeza y apretó su mandíbula—. Solo, tengo tantas cosas en mente y... me estoy volviendo paranoico.

La Slytherin le dio la razón—. Sí, confirmó Potter. Estás perdiendo la poco cordura que te quedaba —ambos sonrieron y soltaron una pequeña risita.

—Perdón, ¿me perdonas? Prometo no volverte a espiar por el mapa —murmuró—. Palabra de merodeador —dijo mostrando su palma y una pequeña sonrisa ladina. 

Adhara mostró la palma de su mano y la unió con la de Harry. Entrelazaron sus manos y acercaron sus rostros para darse un corto beso. Se separaron dedicándole una sonrisa y Adhara cerró sus ojos sin poder evitar sonreír cuando Harry le dio un tierno beso en su mejilla.

Dio continuos besos en el rostro de Adhara y concluyó dando un tierno beso en sus labios, tomando entre sus manos las mejillas de Adhara, provocando que soltará una risita ya que antes de separarse, Harry soltó un «muak».

—Te quiero —susurró Adhara con una gran sonrisa.

—Y yo te quiero a ti —respondió Harry. Le tomó la mano para darle un beso en sus nudillos—: ¿Quieres ir a las cocinas por comida y perdonarme por ser un imbécil? —Adhara sonrió un poco y rodó los ojos.

—¿Cuántas veces te he perdonado por ser un imbécil?

—No lo sé, como cinco, creo —ambos comenzaron a reír.

—Bueno, perdóname tu por quedarme dormida con Draco —murmuró rodando los ojos.

—No tienes nada que disculpar, fue estúpido que reaccionara así... 

—¿Te pusiste celoso por Draco? —preguntó abriendo los ojos, Adhara soltó una carcajada al verlo ladear una mueca—. Merlín, Harry, deberías ponerte más celoso de Hermione que de Draco —aseguró tomando su mano y haciendo reír al joven. 

—Bien, ya entendí, perdón por ponerme celoso —murmuró poniendo los ojos en blanco.

—Sí, ahora, vamos a las cocinas y comamos sándwiches de mantequilla de maní —propuso sonriendo.

—Andando, Estrellita —susurró con una sonrisa.

Antes de salir, Harry le dio un beso fugaz en sus labios y sonrientes salieron del aula tomados de la mano.


...


Las cosas entre ellos volvieron a la normalidad como siempre solían arreglar sus problemas, haciendo que los tres Gryffindor y la Slytherin ya se encontraran juntos. Adhara hizo una mueca cuando Lavender se acercó hacia ellos, ya que Hermione (quien ya era muy buena escabulléndose) se había logrado ir antes de que Lavender llegará.

—¡Hola! —saludo sonriente Lavender.

—Hola —dijo Ron en voz baja, nada animado y tratando de ver por donde Hermione se había ido.

—¿Qué hacía ella contigo? —preguntó con recelo.

—Es mi amiga —respondió obvio Ron.

—Ella puede estar donde quiera —dijo Adhara un poco molesta.

—A ti no te pregunté —respondió Lavender.

—Pues me vale, si vas a hablar de ella procura no hacerlo en mi presencia o te partiré la cara —le amenazó Adhara.

Lavender retrocedió un poco—. ¿Qué harás? ¿Me aventarás una serpiente?

—Mira que no es mala idea —Lavender dio un brinquito al ver como Adhara sacaba su varita.

Harry y Ron no tenían planeado detener aquella discusión, incluso, Harry tenía una pequeña sonrisa ladeada.

—Ronnie —chillo en busca de ayuda.

—A mí ni me veas, también me dan miedo las serpientes y Adhara molesta puede ser tan peligrosa como Quien-Tú-Sabes —Lavender chillo y se fue corriendo, pero los tres se pusieron a carcajear.

Solo que las risas terminaron cuando Harry le soltó un golpe a Ron.

—¡Au! ¿Eso por qué?

—Comparaste a mi novia con Voldemort, idiota —dijo Harry cruzándose de brazos—. ¿Acaso es Voldemort? Ah, no, ¡mírala! Si ella es hermosa y tiene un gran corazón.

Las mejillas de Adhara se tornaron tan rojas como el cabello de Ron y bajo su cabeza tímida.

—Era solo una expresión —dijo entre risas Ron—. Iré a buscar a Hermione, seguro debe estar buscando a Dobby para darle más calcetas, ¿no es adorable? —Harry sonrió en dirección a su amigo y sin más Ron se fue dejándoles solos.

Adhara se colgó del cuello de Harry para darle un beso tierno.

—¿Qué harás esta noche? —susurró entre besos Harry.

—Dormir —dijo irónicamente—. ¿Tienes algún plan en mente? —preguntó mordiendo su labios. 

—Pues sí —confesó Harry, Adhara se separó un poco para acariciar su cabello con ternura—. Tú y yo en la torre de astronomía, admirando las estrellas, ¿qué opinas? —ella sonrió.

—Me parece un plan perfecto —susurró sobre sus labios.

—Cochinos, puercos, marranos —ambos se separaron para ver a Theo y a Daphne. 

El primero está negando lentamente como si estuviesen haciendo algo prohibido.

—Búsquense un cuarto, no tiene por qué atormentar a los menores con sus puercadas —prosiguió Daphne divertida al ver como ambos se habían sonrojado.

—Bueno ya, ¿ustedes que quieren? —gruño molesta Adhara.

—Joder un rato —respondió sincera Daphne—. Ya molestamos a Ron, le cante una canción muy bonita que llame «A Ron le gusta Hermione, pero le da miedo confesar su amor.»

—Ese es un título muy largo —murmuró Harry tratando de no reír.

—¡Es lo que yo le dije! —señaló Theo—. Ugh, como sea, ya hay que dejarlos solos, Daph, vamos a ver si podemos encontrar a Hermione para molestarla ahora —la rubia no pudo replicar por qué Theo se la llevo arrastrando de ahí.

—Por cierto, amor, ¿cómo te va con tus clases con Dumbledore? —preguntó mientras comienzan a caminar tomados del brazo por los terrenos del castillo.

—Bien, ya sabes, conociendo la historia de Tom Ryddle —murmuró con una mueca—. Una vida muy triste —carraspeo.

—No me digas, ¿sientes lastima por Voldemort? —preguntó curiosa y un tanto sorprendida.

—No —admitió—. Siento lastima por su madre, digo, si tan solo hubiese sido más inteligente y no lo hubiera parido, bueno... —Adhara apretó sus labios, tratando de no reír, pero le fue imposible, Harry también se unió a sus risas—. Si tan solo esa mujer se hubiese muerto un poquito antes...

—¡Harry!

—¿Qué? —Adhara soltó una carcajada y negó lentamente—. Admitamoslo Ad, si esa mujer se hubiese muerto un poquito antes —soltó un suspiró pesado y Adhara acarició su brazo—. Todo sería más sencillo —susurró.


...


Adhara pegó su cabeza en el barandal y soltó un bostezo cuando noto que el reloj marcaba la medianoche. Se giró un poco para ver la torre de astronomía vacía y resopló mirando el cielo nocturno repleto de estrellas y la gran luna iluminándolo.

—Quizá si tienen razón —dijo mirando a las estrellas—: Tal vez Harry tenía algo que hacer... 

Sus ojos brillaron al ver a Sirius brillar, no pudo evitar soltar un par de lágrimas y aprovechó la soledad para recordar a su tío mientras hablaba en voz baja diciendo todo lo que no pudo decirle. 

Se paró soltando un suspiro pesado y comenzó a caminar rumbo a la sala común de Slytherin en silencio, mientras limpiaba de su rostro cualquier rastro de lágrimas. 

Ya mañana hablaría con Harry para saber el motivo por el cual la había dejado plantada en su magnífica idea de estar juntos viendo las estrellas, ahora, Adhara solo quería esconderse entre las sábanas y no abrir sus ojos porque el leer las estrellas le había puesto demasiado nostálgica. 




Nota de autora:

Ay no, que feo caso deberás.

JAJAJA me reí, perdón toda pendejita la escritora, sEND HELP

Por si no lo notaron, amo el drama, pero igual odio la toxicidad so estoy en un conflicto interno, bc si yo fuera Adhara ya hubiese mandado a Harry a freír espárragos y me hubiese ido con Hermione 🏃🏼‍♀️🏃🏼‍♀️🏃🏼‍♀️🏃🏼‍♀️🏃🏼‍♀️

Lots of love, Cici x 

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