43. Fiesta de Slug
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Adhara miro con cierto asco y repugnancia a Lavender Brown. Ella en realidad, había sido una de las personas que Adhara nunca había soportado y quizá, nunca llegaría a soportarla. No lograba entender cómo es que ella y Ron estaban besuqueándose ahí frente a ellos.
—Bien, esto es asqueroso, iré a hacerme un obliviate —dijo sintiendo un escalofrío.
Beso la frente de Harry antes de irse corriendo hacia la biblioteca. Tenía que encontrar a Hermione y darle su teoría del motivo por el cual Ron estaba saliendo con Brown.
Su amiga estaba susurrando en una de las últimas mesas de la biblioteca con Daphne, Theo también estaba ahí, pero él no parecía estar interesado en la plática más que en su libro de pociones.
—Entendí todo —Adhara se dejó caer frente a las chicas y al lado de Theo, los tres la miraron algo confundidos.
—Buenas tardes, Ad —ironizó Theo.
—¿Qué? —preguntaron sin entender Hermione y Daphne.
—Lavender le dio Filtro de Amor a Ron y por eso comparten babas a cada cinco segundos —dijo con asco.
—Adhara, tu compartes babas con Harry —le recordó Theo.
—¡Pero en privado! —chillo en un susurró e inclinándose sobre la mesa—. Digo, la gente debe de respetar la visión pura de los demás.
—¿Pura tú? —preguntó con burla Daphne—. Desde que besaste a Blaise dejaste de ser pura —comentó con burla.
—Ay, olvida eso ya, si tantas ganas de besar a Blaise tienes, solo hazlo —dijo rodando los ojos.
—Ya lo besé, no es la gran cosa —comentó levantando los hombros.
Hermione tuvo que reprimir una risa.
—Miren, tengo un plan —murmuró Daphne, inclinándose sobre la mesa. Los tres se inclinaron para que pudiese hablar en un susurró—. Hermione, dale celos a Ron y el recapacitara —Theo resoplo.
—No es un buen plan, Daphne —reconoció Theo, rompiendo el pequeño círculo que habían logrado, recargándose en la silla—. Aparte, Hermione es inteligente —señaló el chico.
—Tiene un punto —comentó Hermione con una pequeña sonrisa.
—Pues... si lo intentas, quizá si le den celos a Ron —canturreo Adhara algo divertida con la idea de Hermione saliendo con alguien para ver la reacción de Ron.
—Deberías invitar a alguien a la cena de navidad del club Slug —chasqueo Daphne—. ¡A Theo! —chillo moviéndolo de los hombros.
—¿Por qué las personas me utilizan para dar celos? —preguntó suspirando con cierta nostalgia.
—Por qué el amor no fue para ti, para ti la cerveza de mantequilla y las pociones —Theo alzó los hombros ante la aclaración de Daphne.
—Puedo vivir con eso —comentó sonriendo un poco.
—Hola Granger —los cuatro giraron su rostro, encontrándose a Cormac McLaggen. El joven Gryffindor le guiño un ojo a la única leona en la mesa para continuar pavoneándose por la biblioteca..
Theo lo señaló y dijo en voz baja—: Encontramos al guapo que utilizara Hermione para darle celos al zanahoria número seis.
...
Adhara se estaba volviendo loca. ¿Cómo es que Harry pasó de ser un raro a ser el chico por el cual todas se moría por salir? Y no es que desconfiara de Harry, simplemente le molestaba el hecho de que aunque todos los estudiantes estaban conscientes de la relación amorosa en la que se encuentran, las chicas se le insinuaban y le pedían una cita como si él no tuviese novia o fuese aceptar alguna cita.
¡Incluso a veces en frente de Adhara!
Se escucharon un par de risas tontas. Como en años anteriores, Adhara y Harry se encontraban sentados en la ventana del corredor del cuarto piso, mientras que Harry leía el libro de pociones, Adhara leía la estrellas desde un libro que su padre le había regalado. Las risas se escucharon aún más fuerte, Harry alzó un poco su cabeza para ver como Adhara fruncía el ceño.
La Slytherin cerró su libro para ver a un grupo de chicas de diversas casas, todas ahí, admirando a El Elegido.
—Hola, Harry —corearon con cierta emoción, soltando pequeñas risitas y sonrisas coquetas.
Adhara se enfureció.
—Hili, Hirry —les imito Adhara con fastidio.
Soltó un gruñido. Harry ni siquiera les había respondido, pero ellas seguían viéndolo soltando risas bobas, por lo que sin pensarlo dos veces, Adhara se inclinó molesta y tiró de la bufanda escarlata con dorado del chico para juntar sus labios de una forma realmente apasionada y explícita.
Le importo un poco que las chicas les vieran, por que, como Adhara bien había dicho, lo suyo no era besarse rodeados de personas, sin embargo, quería dejarlas en claro que no importaba cuantas risas bobas o citas le pidieran a Harry, él se encontraba saliendo con ella.
En cuanto se separaron, Adhara sonrió al ver como el grupo de chicas ya se iba por el corredor rápidamente.
Harry ajustó sus gafas y sonrió—. Woo, ese... fue un gran beso —admitió parpadeando continuas veces con una pequeña sonrisa.
—Oh, callá —murmuró sonrojada.
—Si sabes que nunca les haré caso, ¿cierto? —le preguntó dejando su libro de lado.
Adhara ladeo una mueca—. ¡Yo lo sé! —chilló inclinándose para quedar frente a él—. ¡Es solo que fingen como si no existiera y eso me frustra! —murmuró.
Ahora fue el turno en que Harry tomará la bufanda de Adhara para juntar sus labios en un tierno beso.
—Solo ignoralas, es lo que hago —susurró sobre sus labios—. Te quiero, Estrellita.
—Y yo a ti, rayito —respondió en un pequeño puchero—. Por cierto, Harold, serás mi cita para lo del club Slug, ¿cierto?
Harry hizo un puchero—. ¿Me obligarás a ir?
—Sí —ella carraspeó—. Sino, tendré que ir sin cita, pero no me gustaría estar sola, así que creo que le preguntaré a Gi...
—¡Por supuesto que seré tu cita! —le interrumpió rápidamente. Adhara comenzó a reír y Harry resopló—. ¿Espera ibas a decir Ginny? —preguntó recapacitando, ella asintió con una sonrisa—. Uh, deberías ir con ella...
—¡Harry! —le llamó ofendida, Harry soltó una pequeña risita inocente.
—Solo bromeo, muero por tener una cita contigo en una estúpida fiesta —murmuró con una boba sonrisa.
Una ráfaga de viento provocó que la piel de Adhara se erizará. Al notar Harry como su novia tiritaba, se bajó de un brinco y la cargo por la cintura para bajarla del marco del gran ventanal.
—¿Quieres ir a las cocinas por un chocolate caliente?
—Me ofende que me preguntes, Potter —respondió entrelazando su brazo con el de Harry, consiguiendo un poco de calidez.
Pero no llegaron muy lejos porque Adhara se detuvo en el baño de chicas al escuchar el nombre de su novio. Tiro un poco de él para acercarse a la entrada del baño.
—...y si le doy un filtro de amor, ya saben, del que venden en Sortilegios Weasley quizá Harry quiera invitarme a lo de Slug.
Adhara pestañeo varias veces al escuchar aquello. Harry cerró sus ojos apretando su boca en una mueca incómoda y la Slytherin apretó sus puños. Harry la detuvo antes de que se metiera en problemas.
—Amor, no —susurró.
—Déjame... solo déjame golpearla —suplicó.
A rastas, Harry logró llevarla hasta un aula vacía, sin embargo, para lograr aquello tuvo que cargarla de la cintura, ya que se negaba a irse de ahí.
Una vez que los pies del Adhara tocaron el suelo, miro a Harry ligeramente molesta—. ¿Por qué no me dejaste golpearla?
—Porque eres prefecta y no quiero que eso se vea afectado —respondió con tranquilidad.
—¡Pero Harry...!
Harry la interrumpió con un beso—. ¿Crees que podré aceptar algo que venga de ellas? —preguntó en susurró acariciando los labios de Adhara con los suyos.
Ella jadeo en forma de respuesta.
—No, Adhara —susurró para después besarla nuevamente.
El beso fue lento, tierno y romántico. Harry acarició las mejillas de Adhara con cariño, mientras los brazos de Adhara rodeaban el cuello de Harry en un beso.
—Lo siento —suspiro Adhara—. Es solo que... —ella cerró sus ojos.
—¿Qué? —preguntó confundido Harry.
—Me da coraje que de un día para otro se den cuenta de que eres guapo solo porque eres El Elegido —murmuró.
—Adhara, ¿quién ha estado siempre para mí? —le cuestionó acariciando su mano.
Con ligera confusión, Adhara respondió—: ¿Hermione?
A Harry no le importo darse un golpe en la frente ante la respuesta de Adhara.
—Aparte —gruño rodando los ojos.
—¿Y-yo? —tartamudeo.
—Tú, así es —asintió acariciando la mano de Adhara—. Tú siempre has estado para mi aun cuando nos peleábamos. Cuando me llamaban mentiroso y tramposo, tú me creíste —susurró—, así que a mí las demás personas me importan poco —admitió alzando los hombros—. Por qué te tengo a ti —ella sonrió bajando su cabeza—, y ya no pienses en eso —pidió con ternura—. Te adoro, ¿uh? ¿Entiendes? Siempre estás en mi cabeza —confesó.
Adhara soltó una risita nerviosa—. Bien... pero sí una de ellas se trata de pasar de lista las dejare calva.
—Maravillosa idea, ahora, ¿puedo besarte? —preguntó sonriendo un poco y balanceándose sobre sus talones.
Soltó una pequeña risita y asintió con una sonrisa—. Sí Haz, puedes besarme.
...
Adhara no podía creer que Ginny y Luna se habían enfrentado con el club de admiradoras de Harry Potter. Muchas habían quedado con la cara llena de gargajos debido a que Ginny es increíble en el maleficio de mocomurcielagos. La joven Slytherin casi llora de emoción al ver que la habían defendido mientras un grupo de chicas conspiraba en su contra.
—Amor, ¿has visto a Hermione? —preguntó Harry mientras ambos tomaban asiento en la mesa de los leones.
—Hum, estaba con Theo —Ron que había estado escuchando lo que Lavender le decía al oído se giró para verla.
—¿Nott y Hermione? —preguntó con una ceja alzada.
Adhara sonrió triunfante—. Pues sí, ¿quién más? —preguntó rodando los ojos.
—¿Qué hace con Theo? —preguntó curioso.
—A ambos les gustan las pociones y las runas antiguas, son algo así como... nerds, ajá eso —comentó haciendo que Lavender riera—. No es para que te rías, Lavanda, es admirable ver como hay personas que logran comprender la complejidad en ciertas materias —le dijo molesta.
—Lavender —le corrigió molesta.
—Lavanda, Levander, Lavandera, como sea, es lo mismo —respondió rodando los ojos.
—Eres comiquísima, Tonks —bufó Lavender—. Te veo en la sala común, Won-Won.
—Won-Won —Ginny fingió vomitar—. Harry sigue así, porque hasta ahora mi cuñada favorita sigue siendo Adhara —dijo con una sonrisa.
—Pero...
—No te atrevas a decir que no somos hermanos Harry James Potter —le amenazó la menor apuntándole con su varita.
Harry utilizo de escudo a Adhara quien comenzó a reír.
—Entonces, ¿Hermione irá con Theo? —preguntó Ron mirando con extrañes a sus amigos.
—Ni idea —confesó Adhara.
Y es que en realidad no sabía si iría con Theo o con Cormac, pero cualquiera es un buen partido para darle celos a Ron.
—Merde, tengo que escribirle a Dora.
—¿Desde cuando hablas francés? —preguntó divertido Harry.
—Desde ayer cuando encontré un libro en la biblioteca —dijo sonriente, beso la mejilla de Harry se estiró para despeinar a Ron—. Nos vemos por ahí.
—Nos vemos por ahí —respondió Harry.
Entre brincos, Adhara salió rumbo a la lechucería mirando lo mucho que ha cambiado el ambiente en el castillo. Pese a ser navidad, hay muchos alumnos que se mantienen con miedo y otros han incluso abandonado el castillo por ataques a sus familiares o por precaución.
Al entrar a la lechucería, Adhara busco a Dabih a quien encontró acurrucada al lado de Hedwig.
Pero no eran los únicos.
Hedwig había hecho un nido y hay cuatro lindas lechuzas con ella.
—¡Santísimo Salazar soy abuela! —grito Adhara abriendo sus brazos.
Pero no se acercó a las lechuzas, se dio la vuelta y corrió rápidamente nuevamente al gran comedor, jaloneo a Harry entre gritos de emoción y miradas de curiosos por parte de todos presentes.
—¿¡Adhara que pasa!? —exclamó Harry mientras corría hacia la lechucería.
Pero Adhara estaba muy emocionada como para hablar y solo grito con emoción.
Al llegar, guió a Harry al nido que había hecho Hedwig y Harry abrió sus ojos y ajustó sus lentes como si no creyera lo que sus ojos ven.
—¿Tienen crías? —preguntó sorprendido.
—¡Somos abuelos! —chillo Adhara dando brinquitos.
Harry quería acercarse, pero Dabih abrió sus alas y soltó un picotazo, él retrocedió levantando las manos.
—Oye tranquilo, Dabih, solo quiero ver a mis nietos —dijo con una sonrisilla.
—Mira, mira, son tan lindos, ¿como no nos dimos cuenta antes? —preguntó Adhara tomando del brazo a Harry que ve a Hedwig con nostalgia.
—A crecido tanto —fingió limpiar una lágrima y Adhara soltó una risita.
—¿Cuánto crees que tienen? Ya están grandes como para que sean recién nacidos —Harry hizo una mueca, como si estuviese pensando.
—Deberíamos ir por Hagrid, quizá él sepa —Adhara asintió y sin más, ambos tomaron sus manos y salieron de la lechucería.
Se emocionaron bastante al saber que las crías ya debían tener aproximadamente dos meses y según Hagrid dentro de un mes, ellas ya estarían listas para ser lechuzas mensajeras, ya que podían empezar a valersi por sí mismas.
—No se preocupen, dentro de un mes podrán acariciarla. Para Dabih y Hedwig aún son unos polluelos, pero ya saben, el tiempo pasa diferente para los animales que para nosotros —es lo que les había dicho Hagrid.
Y debido a la increíble noticia, Adhara se encontraba relatarles la historia a Daphne y Hermione.
—¿Alguna vez conocieron a una abuela tan joven y guapa como yo? Porque yo no y mírenme, aquí ando —abrió sus brazos con una sonrisa.
—¿Qué harás con las lechuzas? —preguntó Hermione tratando de ignorar el egocentrismo de Adhara al reprimir una risa.
—Pensamos en hablar con Dumbledore para ver si podemos dejarlas aquí y que sirvan para el correo de la escuela —explicó tranquila mientras hojea un libro—. A no ser que encontremos quien quiera una lechuza.
—Astoria quiere una —le hizo saber Daphne—. Dice que su sapo solo se esconde cada que puede —las tres soltaron una risilla.
—Bien, hablaré con Tori. ¡Oh estoy tan emocionada! —comentó dando pequeños brincos.
—A veces te veo y me dan ganas protegerte —confesó Daphne—. Después me golpeas y se me pasa...
Las tres soltaron carcajadas, escucharon un par de cuchicheos y logran ver a Brown y Patil caminar juntas, mirando en su dirección.
—¿¡Se les perdió algo!? —exclamó Daphne.
Parvati tiró del brazo de Lavender para alejarse de ahí, Hermione solo suspiró algo cansada.
—Entonces Lavender te tiene celos —señaló Daphne a Hermione—. Y media población femenina te tiene celos —dijo mirando a Adhara—. ¿Qué le pasa al mundo? ¡Hay cosas más importante que los chicos! —murmuró con desesperación.
—No puedo desperdiciar mi tiempo hablando de este estúpido tema —respondió Hermione.
—Concuerdo con Herms —dijo Adhara.
—Mejor dime, ¿con quién irás a la cena de navidad del viejo Slug? —preguntó interesada Daphne, dando por terminado el tema.
Con una pequeña mueca, respondió—: Cormac.
Daphne aplaudió como si esa fuera la mejor decisión, pero Adhara la miro con los ojos bien abiertos.
—¿No sería mejor ir con Theo? Digo... Theo es Theo —murmuró.
—A Theo no le gusta ser visto y no voy a hacerlo sufrir —respondió cruzándose de brazos—, y bueno... a Cormac le fascinó la idea —musitó.
—Amo nuestros planes de poner celosos a los hombres —dijo la rubia con una emoción.
Adhara y Hermione compartieron miradas confundidas—. Pero... —intentó decir Hermione.
—Yo no pongo celoso a Harry —dijo con el ceño fruncido.
—Tu no cuentas —le dijo Daphne haciendo un ademán de mano.
—¿Y tú a quien pones celoso si George no está aquí, Daph? —Daphne carraspeo ante la pregunta de Hermione.
—Buen punto, pero pongo celoso a Theo diciéndole que Blaise es mi mejor amigo, es casi lo mismo, ¿no? —las tres rieron a lo bajo y negaron lentamente.
...
Adhara pasó una mano por su vestido, su madre lo había mandado hace cuatro días. Es de terciopelo color tinto de manga larga y ceñido al cuerpo; tiene unas medias semitransparentes negras con brillos y unas botas negras que tienen un poco de tacón. Jugo con sus manos un poco nerviosa y sonrió al ver a Harry llegar.
Él sonrió bobamente a su novia.
—Te ves hermosa —susurró Harry tomando su mano y dándole un tierno beso.
Adhara soltó una risita nerviosa—. Gracias Harry, también te ves hermoso —sonrió sonrojándose un poco.
Al comenzar a andar, muchas miraban y susurraban ante la pareja de Harry, Adhara tragó saliva sintiéndose ligeramente nerviosa.
Ni en el baile de navidad se había sentido tan nerviosa como en esta ocasión.
—No sé qué les sorprende —dijo Harry rodando los ojos y pasando un brazo por la cintura de Adhara para caminar aún más pegados—. Tú fuiste conmigo al baile y a nadie parecía importarle y ahora... ugh —rodó los ojos, como si de tan solo pensarlo le causara coraje—. Igual, tu eres mi novia y espero que siempre lo seas —hablo lo suficientemente en alto para que muchas chicas escucharan aquello.
Adhara sintió sus mejillas sonrojar y beso la mejilla de Harry para seguir con su camino a la oficina de Slughorn.
—Las has dejado calladas —comentó divertida.
—Bueno me estaba tardando —murmuró—. Eres mi novia y me molesta que hablen de ti como si no estás ahí, ¿qué esperabas que hiciera? —respondió obvio.
—Un mocomurcielago hubiese estado bien —Harry comenzó a reír y negó lentamente.
—No, no, eso es de Ginny —le recordó.
Adhara carraspeó—. Cierto, lo tuyo es el Expelliarmus.
Conforme más se acercaban a la oficina el rumor de las risas, música y las conversaciones iba creciendo. El despacho de Slughorn era más grande de lo habitual y tenía una decoración en las paredes de color esmeralda, carmesí y dorado, lo que daba la impresión de estar en una tienda.
—¡Harry, amigo mío! —saludó Slughorn llegando a la pareja—. ¡Pasa, pasa! ¡Hay un montón de gente que quiero presentarte!
Slughorn tomó el brazo de Harry para guiarlo entre el tumulto de personas, Harry sostuvo la mano de Adhara quien estaba por escabullirse, pero él se lo impidió.
Llegaron al centro de la fiesta y Slughorn le presentó al joven Gryffindor a Eldred Worple y su amigo Sanguini.
Adhara sintió las emociones de aburrimiento del vampiro y procuro no reír.
Pero pronto, el escritor Worple comenzó a hablar sobre escribir una biografía acerca de la vida de Harry Potter.
—Y... oh, ¿quién esta bella joven? —preguntó el mago al ver que Sanguini no dejaba de verla.
—Mi novia —respondió Harry y fulminó al vampiro con la mirada. El pronto, dejo de ver a Adhara para mirar a un grupo de chicas que no paraban de ver al vampiro.
—Hum, te he visto antes, ¿no es así? —señaló el mago con una mano en su barbilla, sin embargo, Adhara negó con su cabeza, algo confundida—. ¡Ya sé a quién me recuerdas! —chasqueó con notoria emoción—. Bellatrix y Andrómeda —dijo con seguridad.
—Andrómeda es mi madre.
—Una increíble bruja, ¿eh? Todos aseguraban que era la más bella del trío de Black's, una lástima que tu tía Bellatrix se haya vuelto tan demente —comentó tranquilo, Adhara trago saliva nerviosa—. Así que novios, ¿uh? ¿Cuánto tiempo llevan saliendo? —curioseo como si quisiera empezar aquella entrevista del libro de Harry.
—Con todo respeto eso no es de su incumbencia —respondió Harry incómodo—. Ahora, si me permiten, acabo de ver a una amiga —sin decir más, Harry camino llevándose a Adhara con él.
—Que metiche —murmuró Adhara mientras trataban de encontrar a Hermione.
—¡Oh! ¡Harry! ¡Adhara! —exclamó Hermione quien parecía haber estado huyendo.
—¿Qué ocurre Herms? Por cierto, te ves divina, me enamoraste —le halagó Adhara.
Harry la miró alzando una ceja—. Nota mental, no dejarlas solas o terminare sin novia y sin mejor amiga —ambas comenzaron a reír y Hermione agitó su cabeza moviendo un poco su cabello.
—He dejado a Cormac —murmuró sonrojada—, para ser exacta, debajo de un muérdago —ambos alzaron sus cejas.
—Cuidado Hermione, los muérdagos tienen nargles —le dijo Adhara.
—Sí, nunca te beses debajo de uno —continuó Harry.
—¡Oh! ¡Ya hablan como Luna! —chillo preocupada. Cada quien tomo una copa de hidromiel y siguieron a Hermione—. Aquí podremos ver si se acerca, es muy alto —murmuró bebiendo un poco de su copa nerviosa.
—Debiste haber venido con Theo —carraspeo Adhara—. Él no besa a las personas que considera sus amigos, dice que es ilegal —comentó tranquila—. Es más, creo que Theo es un vampiro y no siente atracción por las personas —agregó con una sonrisilla para tratar de tranquilizar a Hermione.
—Oh, cállate, Theo es adorable —musitó Hermione alzando su cuello.
—¿Más que Ron? —preguntó con burla Harry.
Hermione no dijo nada y solo los miro.
—Aclaremos una cosa. ¿Piensas decirle a Ron que amañaste las pruebas de selección del guardián?
—¿De verdad me consideras capaz de caer tan bajo?
—Hermione, estás con Cormac, ya caíste bajo —le dijo Adhara cruzándose de brazos, ella rezongó.
—Eso es diferente —se defendió la chica—. No tengo intención de decirle a Ron lo que pudo o no haber pasado en esas pruebas.
—Qué bueno, porque entonces, volvería a derrumbarse y perderíamos el próximo partido.
—¡Díselo! —le animo Adhara, Harry la miró ofendido—. ¿Qué? Digo, no es como que si quisiera que Gryffindor perdiera... —carraspeo inocentemente.
—¡Quidditch! ¿Por qué siempre tenemos que hablar de eso? —se encendió Hermione—. ¿Es lo único que les interesa a los chicos? Cormac no ha preguntado nada sobre mí. Solo habla de las cien mejores paradas de Cormac McLaggen. ¡Oh no! ¡Viene hacia aquí!
Hermione no dijo más porque salió corriendo dejando a la pareja solos.
—¿Acaso me llamo chico? —preguntó ofendida Adhara.
—¿Han visto a Hermione? —preguntó Cormac llegando con la pareja.
—No, lo siento —negó Harry.
Él se fue dejándolos solos nuevamente.
—Entonces... ¿vienes seguido por aquí? —preguntó Adhara haciendo una mueca, Harry comenzó a reír.
—No, pero mi novia me obligo —Adhara lo miró ofendido, pero él le dio un abrazo—. ¿Irás a la madriguera para navidad? —susurró, como si fuese a ser escuchado por alguien más.
De la misma manera, Adhara respondió—: Quizá a la hora de la cena —al separarse del abrazo, ambos se miraron a los ojos y Adhara ajustó los anteojos de Harry que estaban solo un poco ladeado.
—¡Harry! ¡Ah! Te estaba buscando —dijo Slughorn sonriente y con su sombrero ladeado.
—Iré al tocador —murmuró Adhara.
—Ad... —pero ella se escabulló de los brazos de Harry para correr a los baños.
Donde encontró a Hermione recargada en la pared y con los ojos cerrados.
—Besé a Cormac y por poco me vomito encima de él —confesó al ver a su amiga.
Adhara soltó una carcajada al ver a Hermione tan sonrojada.
Nota de autora:
EW, BOYS
Tengo un conflicto con la relación de Ad y Harry, en plan estan pendejos los dos, pero siento que si dejo que dejen de estar pendejos perderían su toque JAJAJA, whoops.
Lots of love, Cici x
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