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33. Poción para animagos y San Valentín


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Hermione soltó un pequeño jadeo preocupada, Adhara ni siquiera lo noto porque con sumo cuidado giro la cuchara sobre el líquido rojizo que se encontraba dentro del caldero. La poción para animagos se estaba realizando y Adhara estaba sumamente concentrada al momento de su realización.

—Ad, ¿estás segura de eso? —preguntó temblorosa Hermione—. Aquí dice que si es mal preparada pueden llegar a suceder mutaciones mitad humanas, mitad animales —dijo mientras leía el libro, soltó un chillido y alzó su mirada rápidamente para ver a Adhara, quien tiene una pequeña sonrisa divertida—. ¡Y SON IRREVERSIBLES! 

Un ligero humo comenzó a salir de la poción, Adhara frotó sus manos en su pantalón y se giro para caminar a Hermione, llevando una mano al hombro de la chica.

—Relájate Herms, todo va marchando bien.

Adhara se había enfocado por el momento en encontrar todos los ingredientes para la poción de animagos, que en estos momentos es lo único que la mantiene concentrada y pensando en algo que no sea Harry o el extraño comportamiento de Blaise con ella. 

Estaba realmente decidida a que ese sería el año en el cual se convertiría en animaga.

Y claro que Hermione se había ofrecido para ayudarle en lo qué necesitará, Adhara por supuesto no pudo negar aquello, ya que su amiga la leona es de las mejores en pociones (junto con ella, claro) y que mejor que dos para hacer una poción realmente complicada. 

—Solo, solo veo toda la visión —respondió suspirando frustrada—, ya sabes, es que... ¡ay!, eres mi mejor amiga —lloriqueo—, no quiero que te pase nada malo.

—Descuida Herms, todo estará bien —aseguró con una pequeña sonrisa. 

La puerta de la sala de menesteres se abrió, Adhara separó su mano del hombro de Hermione y ladeo una pequeña sonrisa al ver a Harry entrar junto con Ron, ambos tienen galletitas en una bolsa y el rostro de los chicos se iluminó al ver a las amigas ahí.

—Te dije que aquí estarían —le codeo Ron a Harry para apresurarse a llegar a Hermione—, ¿cómo va todo? —preguntó viendo por el hombro de la castaña.

—Bien, todo va bien —respondió aceptando las galletas. 

—¿Cuándo estará lista? —preguntó esta vez Harry.

—La poción ya está lista —dijo Adhara, quien dió una pequeña mordida a la galleta—. La tengo que dejar reposar y ahora solo necesito una hoja de mandrágora para ponerla debajo de mi lengua por treinta días...

—¿Treinta días? —repitieron Harry y Ron sorprendidos.

—Ajá, sin quitarla o moverla de ahí. No será difícil —aseguró—... creo —susurró bajando su mirada, haciendo que Ron soltará una risita.

—Podrás hacerlo, Ad —le animó el pelirrojo—. ¿Y después qué sigue? —preguntó curioso.

—Después de los treinta días se debe sacar la hoja mojada con saliva y colocarla en un frasquito de cristal mientras es bañado con la luz de la luna, junto con el cabello, la cucharita de rocío y la crisálida de polilla. 

—Woo, eso suena realmente... difícil —susurró Harry.

—Hum, lo único que me preocupa es conseguir la hoja de mandrágora —admitió Adhara—. Hay en el invernadero dos, pero Sprout no deja de rondar por ahí.

—¿Has intentando distraerla?

—Lo hemos hecho —respondió Hermione apoyándose en una silla—. Pero tiene un ojo bien puesto en el invernadero —musitó—, creo que unos chicos descubrieron cómo crear alucinaciones con la hoja y bueno... —los cuatro soltaron risitas divertidas y Adhara suspiró haciendo una mueca.

Harry ladeó una pequeña sonrisa y estiró su mano para acariciarle.

—Hey, lo lograremos hacer que Sprout deje de vigilar el invernadero dos —dijo en voz muy baja.

Ron y Hermione compartieron miradas y fue la chica quien tomo la mano de Ron para salir lo más rápido de ahí, sin ser tan obvios, y Adhara estaba tan concentrada viendo los ojos esmeralda de Harry que ni siquiera lo había notado.

—Lo sé —susurró.

—Oye... Ad —Harry tragó saliva y ella alzó un poco su vista para verlo mejor.

Harry estaba comenzando a crecer y al parecer ella se hacía cada año más pequeña.

—¿Sí?

—En... en dos semanas hay salida a Hogsmeade —murmuró—, y... bueno, ¿i-irás con alguien? —frunció un poco el ceño al decirlo, Adhara parpadeo varias veces y sintió el latido de su corazón lastimarle el pecho.

Carraspeo y ladeó una mueca—. Sí, yo... bueno, Blaise me invitó en cuanto regresamos de vacaciones —le hizo saber.

—Oh —susurró algo decepcionado—, bien, eso es... genial —hizo sonar su garganta y lentamente separó su mano de la de Adhara.

—¿Lo es? —preguntó en voz baja.

—Sí, ¿no? —musitó—. Digo... se nota que le gustas, mucho —gruño a lo bajo, pero lo escondió fingiendo toser—. Entonces, ¿será tu cita para San Valentín?

—¿San qué? —preguntó en un hilo de voz.

—Sí, sí, la salida a Hogsmeade es el 14 de febrero.

Adhara mordió su labio, nerviosa—. No tenía ni idea —confesó sonrojada.

Harry ladeó una sonrisa y llevó su mano a su cuello—. Si... bueno... hum, iré a planear algo para ver como distraemos a Sprout —susurró.

—Oh... de acuerdo —respondió apretando sus labios.

—¿Nos vemos por ahí? 

—Nos vemos por ahí —Adhara ondeó su mano en señal de despedida, Harry le dedico una sonrisa ladina y el chico salió de la sala de menesteres algo cabizbajo.

En cuanto la puerta se cerró, Adhara comenzó a darse golpes en la frente con la palma de su mano.

—¡Eres una estúpida Adhara! ¡Eres una estúpida! 


...


El famoso cuarteto de amigos llegó para sentarse junto a Neville Longbottom en el comedor, el chico miro a su lado izquierdo para ver a Ron y del lado derecho a Harry quien le dedicó una sonrisa; miro al frente a Hermione quien jugueteaba nerviosa con sus manos y Adhara mostró una angelical sonrisa.

—¿Hola? —preguntó confundido.

—Hola, Neville —hablaron los cuatro al mismo tiempo.

El chico maldijo a lo bajo—. Demonios, ¿ahora qué hicieron? —preguntó suspirando pesadamente.

—Nada —respondió rápido Hermione.

—Todavía —agregó Ron sonriendo un poco. 

—Necesitamos tu ayuda —dijeron al mismo tiempo Adhara y Harry.

—Bien... ¿en qué? —preguntó temeroso. 

—Veras... —Adhara se inclinó un poco para darle un tono misterioso—, necesito una hoja de mandrágora y sé que hay en el invernadero dos —Neville alzó una ceja, curioso.

Miro a los dos chicos y luego a las dos chicas haciendo ojos de pistola.

—Oh, oigan, entiendo que varios han descubierto que la mandrágora puede ser alucinógena si se tritura la hoja...

—¡No nos vamos a drogar con mandrágora! —dijeron rápidamente Hermione y Adhara.

—¿Qué harán entonces?

Hubo un silenció por unos segundos, Ron y Harry compartieron miradas y al mismo tiempo, respondieron.

—Te mintieron, nos vamos a drogar con mandrágora.

Hermione se dio un golpe en la frente, y más al escuchar la risa de los gemelos Weasley, que claramente habían escuchado eso.

—Por favor, Neville —suplicó Adhara ignorando a los gemelos—. Solo voy a tomar una cuantas hojas...

El chico suspiró—. De acuerdo, voy a distraer a la profesora Sprout.

—Gracias, en serio, gracias.


...


Neville había cumplido con su palabra y logró ese mismo día que Adhara consiguiera unas cuantas hojas de mandrágora, afortunadamente, para dentro de dos días había noche de luna llena y al día siguiente de la luna ella podría colocarse la hoja bajo su lengua para poder dar inició con la transformación. 

Pero, aunque ella había asegurado que sería fácil no lo había sido. Se sentía tan nerviosa de tener la hoja de mandrágora debajo de su lengua que, muchas veces no lograba dormir y otras era bastante complicado comer. Sirius ya le había escrito que ese había sido uno de los pasos más complicados, puesto que, provocaba ansiedad saber que un movimiento en falso y se podría salir la hoja. 

Sin mencionar que tenía que realizar el conjuro «Amato animo animato animagus» diariamente.

—¿Cómo vas? —le preguntó Hermione la mañana de la salida a Hogsmeade.

Adhara alzó sus pulgares al aire—. Nunca mejor —respondió sonriendo un poco—, ya solo quince días más y seré libre —suspiró llevando una mano a su dije de serpiente que le había regalado Draco y observó curiosa a Hermione.

Su amiga no dejaba de observarla de arriba a abajo.

—¿Qué ocurre? —preguntó confundida.

Hermione ladeo una sonrisa—. Te ves muy guapa, ¿con quién saldrás? —curioseo.

Las mejillas de Adhara se pusieron ligeramente rosas y frunció la boca.

—Con Blaise —Hermione rodó los ojos y soltó un suspiró.

—Ay... pues... disfruta tu cita, supongo —murmuró.

—Gracias... supongo —respondió de la misma forma—, por cierto, me habías dicho que me dirias algo pero...

—Ya lo sabrás, ahí viene Blaise —le codeo y retrocedió un poco—. ¡Te lo contaré todo! —aseguró dando un brinco y corrió a su encuentro con Ron.

Adhara ladeo su cabeza algo emocionada al ver como Hermione despeinaba frenéticamente el pelirrojo cabello de Ron para después irse tomados del brazo a las carrozas.

—Woo, Adhara te ves bellisima —sonrió a Blaise y se cruzó de brazos nerviosa.

—Gracias, tu... te ves muy bien —respondió algo extrañada.

Claro que Blaise se veía bien, sin mencionar que el negro le va realmente bien. 

—¿Nos vamos? 

Observó la mano extendida de Blaise y algo insegura la tomo.

—Andando.

No había que negarlo, salir con Blaise es realmente divertido por que el chico tiene un muy buen sentido del humor, o al menos con Adhara, sin mencionar que se comportaba como alguien completamente distinto a cuando estaba junto con Draco y su pandilla de amigos. 

—¿Quieres ir a las tres escobas o prefieres ir por un café? —preguntó mientras caminaban codo a codo por la calle principal del pueblo.

—Hum... no lo sé, quizá... 

Adhara no pudo responder por que justo frente a ellos se toparon con Harry y Cho. La mirada de Blaise se posó en la de Harry, achinando sus ojos y mostrando cierto odio por el Gryffindor, pero él ni siquiera lo capto por que solo observó a Adhara. 

—Hola Ad, te ves muy linda —saludó Harry.

—Hola Harry —susurró sonriendo un poco—, gracias —musitó sonrojandose un poco. 

—Bueno... adiós —musitó tomando del brazo a Cho para alejarse de ellos, Blaise ladeo una mueca viendo a Adhara.

—¿Café? —susurró.

—Sí, café suena mejor —respondió haciendo sonar su garganta. 

Entraron a una pequeña cafetería situada al final de la calle principal, donde compraron algunos calderos de chocolate y café con esencia de calabaza. Tomaron asiento en unos sillones pegados a la ventana, sentados lado a lado. 

—Oye, hay... algo que tengo que decirte —Adhara mordió su labio nerviosa y jugueteo con el caldero.

—¿Sí? —susurró.

—Bueno, yo... yo sé que tu y yo no somos... hum —el chico pareció pensar lo que realmente quería decir—. Bien, no es normal que los amigos se besen de la forma en lo que lo hacemos tú y yo —Adhara le dió la razón asintiendo con su cabeza, sin sentirse nerviosa—, así que... estaba pensando... bueno, más bien... no quiero nada serio —aclaró, tomándola un poco por sorpresa—, pero... me gusta que nos besemos —confesó ladeando una sonrisa.

Adhara apretó sus labios y soltó una risita.

—Y... quizá podríamos ser... ¿amigos con beneficios? —Adhara alzó sus cejas sin poder ocultar su sonrisa—, ya sabes... podríamos besarnos y no sentirnos culpables... aunque, nunca me he sentido culpable —admitió haciendo que riera—, ¿qué dices? —preguntó en un susurró.

Tomo aire pensando la respuesta.

Si lo veía así, no era tan mala idea ya que bueno, Harry estaba saliendo con Cho (¿o no?) y aparte, ser amigos con beneficios no era nada formal, el lo estaba aclarando, y, ¿qué mal haría al estar saliendo con él de esa forma?

—Me... me parece bien —respondió ladeando un poco su sonrisa.

—¿Sí? 

—Sí.

Blaise sonrió ante aquella respuesta, tomo de la barbilla a Adhara y le deposito un pequeño beso en sus labios, haciéndola sonreír un poco.

—Genial. 


...


—¿¡Me estás diciendo que Skeeter es una animago?! —exclamó Daphne de forma dramática.

Hermione, Adhara y Daphne decidieron juntarse el domingo por la tarde en la sala de menesteres para hablar de lo que Hermione tenía planeado, las tres dejando a Harry, con Ron y Theo, quien prefirió refugiarse en los libros de la biblioteca, ya que su timidez le impedía decir otra palabra aparte de «hola» y «adiós»,

—¡Lo es! —respondió con voz aguda Hermione—. Es un escarabajo...

—Espera, ¡tú tenías un escarabajo...!

—¡Era ella! 

Las tres soltaron gritos agudos.

—Hija de perra —bramo Adhara—, es por eso que siempre escribía artículos sobre Harry, ella lo sabía porque espiaba a Harry, ¡eso es acoso! —chilló de forma dramática.

—Bueno, pues ya está amenazada —respondió Hermione con voz pomposa—. Escribirá el artículo de Harry, será publicado en el Quisquilloso y todos ganamos.

—Herms, eres una genio —confesó soltando un suspiró dramático. 

—Oh no, se enamoró de tí —señaló Daphne ganándose un codazo por parte de Adhara.

—Ya, ya, ahora, cuéntame, ¿cómo te fue con Zabini? —preguntó pegando sus rodillas a su pecho.

—Uy, esto me interesa —Daphne frotó sus manos emocionada.

Adhara ladeo una sonrisa—. Bien... bueno... supongo que bien —susurró.

—¿Qué ha pasado? ¿Te confesó su amor? —preguntó Hermione rápidamente.

—¿Le pateaste el trasero y le dijiste que no? —preguntó esta vez Daphne.

La chica se encogió de hombros.

—Eh... quedamos en ser amigos con beneficio.

Se cubrió rápidamente su cara al escuchar los gritos de sus amigas.

—¡ERES UNA PENDEJA ADHARA!

—¡¿AMIGOS CON BENEFICIOS?! ¡¿PERO Y HARRY??!

—¡PENDEJA! ¡PENDEJA ERES!

—¿¡QUÉ VA A PASAR CON HARRY!?

—¡VEN QUE YO TE PATEO EL TRASERO!

—¡AY NO! ¿¡PERO Y HARRY?!

—¡No me peguen que tengo la hoja de mandrágora! —les recordó.

Daphne dejó caer el cojín al piso soltando un suspiró frustrado.

—En cuanto te quites esa hoja, yo misma te pateare —aseguró Daphne.

—¿Estás segura de eso? —preguntó Hermione con una mueca.

—Pues... sí —alzó los hombros algo sonrojada—. No estoy lastimando a Blaise, y, Hermione, antes de que digas algo, Cho estaba con Harry al momento de la entrevista, ¿no?

Hermione relamió sus labios y asintió con una mueca.

—Quizá, así podamos olvidarnos de... nosotros... me refiero a... somos amigos y, así seguiremos.

Daphne resopló y se paró de un brinco algo molesta.

—Permiso, iré a patear a Harry.

—¡Pero Daphne...!


...


Los días pasaron tan rápido que cuando Adhara menos lo espero, la noche de luna llena había llegado y eso significaba que tenía que sacar (¡por fin!) la hoja de mandrágora de su boca. 

Por eso mismo, Harry les había prestado la capa de invisibilidad (a Hermione y Adhara) para que se escondieran en los terrenos del castillo y permitieran que los rayos de la luz de la luna dieran contra la hoja. 

—¿Estás nerviosa? —preguntó Hermione.

—Sí, demasiado —confesó Adhara—. No tienes una idea lo incómodo que era besar a Blaise. Temía que la hoja se moviera, pero nunca paso.

Hermione carraspeo—. No te gusta, ¿cierto?

—Ya sabes que no —respondió rodando los ojos—. Solo... somos amigos... con beneficios —respondió con voz aguda.

—Y... ¿Harry? —preguntó algo tímida.

—¿Qué tiene Harry? —respondió como quien no sabe a que se refiere.

—Oh, ya sabes que tiene Harry —Hermione se cruzó de brazos y observó a su alrededor. 

Adhara quitó la hoja de mandrágora de su boca, permitiendo que se empapara por los rayos de luz, y una vez listo la colocó en el frasquito de cristal, donde tenía un cabello de ella, la cucharita de rocío y la polilla esfinge de la muerte. 

—Harry esta saliendo con Cho —respondió después de guardar el frasco dentro de su túnica.

—¿Y no te molesta? 

—Claro que no —contestó frunciendo un poco el ceño al ver el rostro de decepción en su amiga—. Hermione...

—Siguen siendo unos idiotas —le interrumpió—, tú y él, hacen como que si no les molesta, pero Adhara... —suspiró frustrada—, ya no diré nada, no diré nada por que me molestaré y entonces te querré golpear.

—No sigas consejos de Daph, los golpes no son buenos Herms —murmuró sonriendo un poco. 

—Extraño al Harry y a la Adhara inmaduros —admitió con nostalgia, Adhara la miró sin entenderle—. Ya sabes, los que siempre se dejaban de hablar cuando sentían celos —la Slytherin carraspeó algo incómoda—. Cómo sea, ¿dónde vas a guardarla? —preguntó en referencia al frasco.

—En mi baúl —respondió tranquila—, no debe de darle luz del sol y en la sala común nunca entran los rayos del sol. Tengo una pequeña cajita de cuero de dragón que la protegerá —explicó.

—¿Has checado la sección del clima? 

—Sí, para mediados de abril pronostican una tormenta eléctrica —respondió con notoria alegría.

—Bien, será mejor que nos vayamos antes de que nos descubran. 

El resto del camino siguió en silencio vigilando que nadie las viera. Al llegar a la pared de piedra, Adhara salió de la capa y rápidamente dijo la contraseña «alas de murciélago» para encontrarse la sala común vacía.

Camino a su cuarto sin hacer ruido alguno y trato de no reír al ver a Daphne desparramada por su cama. El cabello rubio de su amiga parece que fue atacado por mil pájaros y su boca está entreabierta, uno de sus brazos está colgando de la cama y el otro está arriba de su cabeza.

«Sí, sí, por eso George la encuentra hermosa». Pensó mientras se despoja de sus ropas para ponerse el pijama.

Tomó el pequeño frasco con cuidado y lo introdujo en una caja forrada en cuero de dragón, le puso candado y lo escondió en el fondo de su baúl, cubriéndolo con una bufanda para que no le fuera a entrar ningún rayo de luz.

Y con el pensamiento de que quizá, en menos de un mes se vuelva animaga, se fue a dormir.


...


Amato animo animato animagus —Adhara sintió un cosquilleo recorrer su pecho y se acomodó su bufanda de Slytherin en el momento en que Pansy salía del baño ya arreglada.

—¿Dijiste algo? —preguntó curiosa.

—Hum, no —murmuró con el ceño fruncido—. ¿Todo bien?

—Jure escuchar voces.

—Ojo ahí. Harry escuchó voces en segundo año y resulta que era un basilisco hablando en parsél —Pansy la miró incrédula—. ¿Qué?

—¿Cómo te soportan tus amigos? —ella levantó los hombros restándole importancia aquel comentario.

—Ni idea. Pregúntale a Draco, quizá él te dé una respuesta —respondió con burla.

A veces, a Adhara le gustaba molestar a Pansy con ese tipo de comentarios, y antes de que ella pudiese responder, salió de su dormitorio rápidamente, encontrándose con Blaise, quién la esperaba apoyado en uno de los sillones, como ya era costumbre.

—¿Cómo es que te ves tan relajada cuando los TIMOs están casi a la vuelta? —le preguntó Blaise caminando hacia ella.

—No lo sé. Quizá es por que estudió, Blaise —respondió tranquila—. Aparte, papá me dice que los EXTASIS son mucho peor comparado con los TIMOs —respondió tranquila y tomando la mano de Blaise que cuelga sobre su hombro.

—Genial, me he preocupado aún más —murmuró.

—Solo, estudia y ya —dijo rodando los ojos.

—¿Estudiar y ya? Bueno, para ti es bastante fácil —farfulló el moreno mientras caminan rumbo al Gran Comedor.

—Hum, un poco —respondió alzando los hombros.

—Por cierto, ¿te parece si esta noche vamos a volar al campo de quidditch?

—No puedo —murmuró—. He quedado de estudiar con Hermione —mintió recordando la reunión del ED.

—¿Qué no puede estudiar sola o qué? —Adhara lo miró alzando una ceja—. Solo bromeo —agregó rápidamente.

Al entrar al Gran Comedor, chocaron con Cho y su amiga, Marietta.

—Muévanse —ordenó Blaise haciendo que Cho jalara a su amiga para rodear a los Slytherin.

Ambas miraron con odio a Adhara quien se limitó a sonreír un poco fría.

—Iré a desayunar con mis amigos, te veo en clases —Blaise asintió besando la mejilla de Adhara y se separaron tomando dos caminos diferentes.

—Desinfectante, por favor —pidió Ron dándole una toallita en cuanto se sentó a su lado.

—Eres un estúpido —musitó Adhara rodando los ojos.

—¿Qué? Vamos Adhara, es Zabini —dijo con repulsión el pelirrojo.

Harry que estaba sentado frente Adhara la miraba en silencio mientras come de su avena.

—¿Y qué? —replicó la chica.

—No sé cómo puedes salir con él —comentó Ron quien miró de reojo a Harry—. Puedes conseguir alguien mejor —musito ganándose una furtiva mirada por parte de Hermione.

Estaba claro que Ron quería apoyar a su amigo en eso.

—Sí —hablo Harry—. ¿Cómo puede salir con él? —preguntó tratando de esconder sus celos.

Adhara vio a los ojos de Harry sintiendo una punzada en su pecho.

—Es porque todas las chicas dicen que besa bien —dijo una cuarta voz con algo de burla.

Ella miró a Ginny abriendo los ojos, la pelirroja tiene una sonrisa traviesa y burlona.

—Es por eso, ¿no Ad? —agregó esperando ver celos por parte de Harry.

—No, no es por eso —aseguró Adhara sintiendo un ligero sonrojo.

—Ew, no queremos saber de sus besos —musitó Ron fingiendo vomitar.

Hermione y Ginny comenzaron a reír, pero Harry no mostró alguna expresión de alegría o diversión.

—¿Solo sales con él por sus besos? —preguntó Harry cruzándose de brazos y alzando una ceja.

—No —murmuró frunciendo el ceño—... quizá —respondió luego de ver la mueca de Harry—. ¿Algún problema con eso? —preguntó la Slytherin tratando de sonar relajada.

—No —respondió el chico—... quizá —musitó después de unos segundos.

Adhara sintió una punzada en su corazón y miró a Harry.

—¿Quizá qué? —preguntó Adhara perpleja y en voz muy baja.

—Quizá si hay algún problema —Adhara tragó saliva y miró a Hermione que estaba tan sorprendida como ella—. ¿Algún problema con eso?

La Slytherin abrió su boca para decir algo pero no pudo hacerlo, Harry alzó una ceja ladeando una sonrisa y al ver como Adhara no respondió, tomó su mochila y salió del Gran Comedor sin decir palabra alguna.

—Que... intenso —murmuró Hermione achinando sus ojos mirando por donde Harry había salido, para después ver a Ron quien tiene una pequeña sonrisa mientras come.

Miro por donde había salido Harry y sintió su corazón comenzar a acelerarse. No entendía a qué es lo que quería llegar Ron y Ginny y mucho menos el comportamiento de Harry.

El estaba saliendo con Cho, ¿no?





Nota de autora:

Les mentí, no tenía un plan, pero ahorita vemos que pedo.

Por favor no me funen, no sé que estoy haciendo aAaAaAaAaAa

BTW! 72K LECTURAS Y 11K VOTOS YO ESTOY ✨GRITANDO✨

 ¡MIL GRACIAS POR SOPORTARME A MÍ Y A ESTOS DOS IMBECILES! 

Lots of love, Cici x


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