18. Marietta la serpiente
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—He declarado el cuarto año como el peor de todos —dijo Adhara a Hermione, quien dejó de hacer sus deberes de Runas Antiguas para poder ver a Adhara.
La Gryffindor y la Slytherin se encuentran sentadas al fondo de la biblioteca, en una de las mesas cerca de la sección prohibida, que es donde menos personas hay y pueden charlar sin ser mal vistas por los alumnos que estudian o hacen deberes; aparte, ahí la bibliotecaria parece ignorarlas.
—Solo, hablen —murmuró—, escríbele una carta.
—No —negó.
Pero la realidad es que Adhara ya le había escrito cinco cartas de las cuales no había mandado ninguna por temor a que Harry las rechazara.
—Ad tú y Harry son tan orgullosos que... que si siguen así van a perder su amistad.
Adhara sintió un dolor en su pecho, no quería que eso sucediera. A pesar de que no se hablaran, ella se encontraba al pendiente de todo lo que le sucedía al chico, porque ella había prometido que le iba a ayudar y lo estaba haciendo, indirectamente, claro.
—Quiero hablarle, Herms, pero... es el hecho de que...
—¿Salga con Cho? —Adhara sintió una punzada en su corazón—. No sale con ella —negó.
—No, eso no me importa —negó—. Me llamo traidora, Hermione —la chica hizo una mueca y frunció el ceño—. Y eso fue lo que más me dolió por... por qué, yo sé cómo piensa Harry acerca de los Slytherin, no quiero que él pienso eso de mí solo porque soy una Slytherin —susurró.
—Adhara, Harry nunca pensaría eso de ti —aseguró tomando su mano—. Lo dijo porque estaba molesto y quizá celoso —alzó sus hombros sin saberlo muy bien—. Pero tienen que arreglar sus problemas, ya me cansé de ser una lechuza —Adhara resopló ante el dramatismo de la leona.
—Ilumíname, Hermione —pidió rendida.
—Si no le quieres hablar, escríbele una carta, una muy buena carta —aclaró.
Adhara resopló rendida y tomó un pergamino nuevo para comenzar a escribir.
Querido Harry (¿o debería decir rayito?)
Esta es la sexta carta que te escribo y... espero poder dártela por que las otras cinco no las envié por temor a que las ignoraras, pero creo que ya estamos prolongando nuestra ley del hielo (o lo que sea que estemos haciendo) y en realidad, debería estar apoyándote de la misma forma que apoyó a Cedric porque... somos amigos y los amigos se apoyan.
Perdón por no haberte comentado que estaba ayudando a Cedric, lo que pasa es que mientras tu te hundías con los deberes de pociones yo ayude a Cedric, aparte de igual forma si lo ayudaba a él técnicamente también te ayudaría a ti, y siento no comentarlo antes pero... no todo la culpa la tengo yo, ¿entiendes?
Espero que estés consciente que no todo es mi culpa.
Cómo sea, este no es el punto de la carta.
La verdad es que te extraño, extraño hablarte de las estrellas y extraño tu pesimismo (no puedo creer que acabo de escribir eso), pero sí, lo extraño. Quiero que sepas que yo siempre voy a estar ahí para apoyarte y cuidarte, porque, aunque no te des cuenta, yo siempre estoy ahí para protegerte, Harry.
¿Quién crees que te envío las branquialgas? Escuche una conversación de Moody y McGonagall, casi me descubren, Potter, casi.
Espero... espero que al menos podamos... volver a ya sabes, platicar acerca de cosas que para las demás personas no son interesantes, pero para ti y para mi si lo son.
Te extraño, Potter.
Adhara x.
Adhara releyó la carta al menos cinco veces, corregía y tachaba algunas palabras o frases, el problema es que nuevamente no estaba conforme con lo escrito, así que arrugó el pergamino y tiró la bola suspirando, Hermione la miró con una mueca y la Slytherin pegó su cabeza a la mesa.
—No es tan difícil —murmuró Hermione.
—Lo es, es muy difícil —suspiró Adhara con frustración—. No lo sé, creo que... —se quedó en silencio recordando las palabras de Cedric, hablando sería más sencillo—, será mejor ir a hablar con él.
Los ojos de Hermione brillaron—. ¡Por fin! —una ola de «shh» hicieron que ella cubriera su boca, olvidando que se encontraba en la biblioteca.
—No cantes victoria, Herms, espero también una disculpa por su parte —admitió tomando sus libros.
—La recibirás, te lo aseguro —dijo sonriendo.
—Bueno, iré a buscar a ese idiota.
Sin más que decir, Adhara sonrió un poco a su amiga y comenzó a caminar fuera de la biblioteca. El mes de marzo ya está por terminar y la primavera se está haciendo presente en los jardines y terrenos de Hogwarts.
Pero Adhara no pudo seguir caminando al ver a Harry caminando junto con Cho, ambos tienen sus escobas en la mano y se dirigen al campo de quidditch. Una mueca se formó en su rostro al ver como empezaban a volar y resoplo cruzándose de brazos sintiendo su corazón latir rápidamente.
Celosa, sí, estaba celosa por que se supone que ellos dos vuelan juntos, Harry y Adhara no Harry y Cho.
—A mí tampoco me agrada —Adhara se giró para ver a Ron con el ceño fruncido—. Se está robando a mi mejor amigo.
—¿Quieres ir a tomar jugo de calabaza y comer grageas de todos los sabores? —propuso Adhara con una mueca triste, Ron asintió con su cabeza.
—Quién vomite primero, hace los deberes del otro.
—Trato.
...
Adhara acababa de dejar a Daphne y Theo en medio de una discusión por quien era el más inteligente en encantamientos, por supuesto que cuando Adhara puso a levitar a ambos chicos se dieron cuenta de que ella era la mejor y para alejarse de las pelea de Daphne y Theo salió rumbo al Gran Comedor donde se sentó junto con Hermione.
Claro que Harry estaba ahí pero eso no le impidió estar hablando con la chica, de igual manera por más que quisiera hablar con Harry tenía que hacerlo en privado.
—¿Vamos a caminar? Extraño nuestras caminatas por los corredores —Hermione hizo un puchero y Ron fue el primero en hacerle segunda.
Adhara no tuvo que decir nada para pararse detrás de su amiga y comenzar a caminar mientras Hermione y Ron se encargan de mantener un tema de conversación. Y aunque trataron de hablar quidditch para hacer que Adhara y Harry también participaran no funcionó.
Hermione miro a Ron algo irritada y él señalo a Harry para darle a entender que toda esa charla era tan incómoda gracias a que el azabache se comportaba ahora más raro debido a su extraña amistad con Cho Chang que no le agradaba ni a Hermione y mucho menos a Ron.
—Entonces, la tercera prueba es un mes —dijo Hermione y miró a Harry—. ¿Cómo te encuentras?
—Nervioso —admitió sin dejar de mirar al frente.
—¿Ya sabes en qué consiste la prueba? —preguntó Ron.
—Nos lo dirán hoy, les avisare en cuanto lo sepa —aseguró mirando a Hermione y a Ron.
Por el rabillo del ojo, Harry vio como Adhara pegaba sus libros a su pecho mirando los retratos.
—Tengo que ir a la biblioteca para ayudar a Zabini con pociones, nos vemos —dijo Adhara deteniéndose en seco.
—Adiós, Ad —dijeron Hermione y Ron.
Pero Harry no dijo ni snitch.
En cuanto la joven se fue, Hermione le dio un tremendo zape en la cabeza que hasta a Ron le dolió y miro con pena a su amigo.
—¡Hermione! ¿Qué carajos fue eso? —gruño llevando su mano a su nuca.
—Es que tú eres un idiota, ¡ya discúlpate con ella! Tú fuiste el que la llamó traidora —le recordó furiosa—. Ron y yo estamos hartos de tener que partidos a la mitad para poder hablarles a ambos.
—Sí Harry, se están tardando demasiado, y te estas comportando medio extraño, bajale a tus humos de héroe —murmuró con una mueca, y antes de que Harry replicará, continuó—, ¿qué si en la tercera prueba mueres y ni siquiera pudiste disculparte con Adhara?
Los ojos de Harry se abrieron de golpe
—¡Oi Ronald! —lloriqueo Hermione. Esta vez, Ron sintió el golpe de verdad—. ¡Eres un insensible! ¡No puedes andar por ahí diciendo que alguien puede morir!
—¡Ou! Pues Trelawney siempre lo hace y nunca nadie le da zapes —murmuró colorado.
—Idiotas —gruñó Hermione.
Y mientras Hermione iba maldiciendo y regañando a ambos jóvenes, Adhara se posiciono en una de las largas mesas de la biblioteca, tratando de ignorar a algunos de los Hufflepuff de cuarto año que hablaban con emoción acerca de la tercera prueba.
—¿Quién crees que gane? —pregunto Justin Finch-Fletchley a sus amigos de Hufflepuff, Adhara les lanzó una mirada discreta.
—Apuesto toda mi mesada a que será Cedric —dijo bastante confiado Ernie.
—Sería increíble, ¿no? —esta vez fue Susan Bones con un brillo en sus ojos—. Que Cedric ganará...
—Sí y ganará —aseguro Hannah—. Va a la delantera.
—Junto con Harry —le recordó Justin.
—Sí, pero Harry no sabe tanto como Cedric —les recordó Ernie—. Ese pobre sigue con vida por pura suerte —admitió soltando un suspiro pesado.
Adhara tosió.
—Mierda, lo siento Adhara —habló rápidamente mirando a la Slytherin.
—Descuida —murmuró.
—Sigue siendo un misterio para mí cómo es que él puso su nombre —dijo Hannah dejando su pluma—. Adhara, tu eres su amiga...
«Uy sí, sobre todo en estos momentos».
—... ¿Cómo lo hizo?
—Él no lo hizo —dijo dejando de leer su libro de encantamientos—. Harry no puso su nombre en el cáliz de fuego, creí que después de tanto tiempo ya lo habían entendido —murmuró.
—Sí tú lo dices —bacilo Hannah—. Bueno, entonces ¿tú y Cedric ya son novios? —preguntó con emoción.
—¿Cedric y yo? No para nada, es un buen amigo —aseguro sin alzar mucho su voz.
—¿Solo un buen amigo? —preguntó burlona Susan—. Tengo que admitir, que me agradas más tu que Cho.
—¿Me acabas de comparar con ella? —preguntó indignada, los Hufflepuff trataron de no reír—. Estoy muy ofendida, Susan, muy ofendida —admitió llevando su cabello hacia atrás.
—¿Por qué estás ofendida? —miro atrás para ver a Blaise y a Theo que se sentaron al lado de la chica, Blaise miró con una mueca a los Hufflepuff, pero Theo les dedicó una amable sonrisa.
—Por nada, Blaise —murmuró.
—Bien, ¿me vas a ayudar con pociones? —preguntó abriendo su libro.
—No tengo otra opción —murmuró al verlo hacer un puchero.
...
Dos Slytherin caminan codo a codo abriéndose el paso entre los corredores del castillo, mientras que la mirada de Draco irradia puro egocentrismo, Adhara permanece con su usual expresión seria pero sus ojos dorados demuestran ternura pura. Es bastante impresionante la coordinación que tienen ambos chicos, pie derecho seguido del izquierdo, un ligero movimiento de cabeza para ver a la izquierda y luego a la derecha para juzgar mentalmente y continuar con su camino.
Si tan solo alguien fuera lo suficientemente observador podría darse cuenta que los chicos son familia.
—Entonces, ¿tú y el cara rajada ya no se hablan? —preguntó con algo de burla.
—Vuélvele a decir cara rajada y me encargare de arruinar tu rostro —respondió con amargura—. Pero por el momento... no hablamos.
—Que amistad tan rara tienes ustedes dos —admitió.
—Fue su culpa —fue lo único que dijo.
—¿Por qué? —preguntó queriendo saber más.
—Eso no te incumbe —respondió cruzándose de brazos.
—¡Adhara! —ella se detuvo al escuchar su nombre y giró para ver a Cedric que viene corriendo—. ¡Hasta que te encuentro! Malfoy, ¿te importa si me llevo a Adhara?
—Te la regalo —murmuró poniendo los ojos en blanco.
—¡Gracias! —sin más, el Hufflepuff tomó la mano de Adhara para comenzar a correr.
Llegaron a un aula vacía del segundo piso y ambos comenzaron a tratar de recuperar el aire.
—¿Qué pasa? —pregunto Adhara apoyándose en un pupitre.
—Un laberinto, Adhara, la última prueba —Cedric se dejó caer en la silla y cerró sus ojos—. La copa va a estar en el laberinto, quien la tome es el campeón —ella abrió sus ojos.
—Eso suena... divertido —murmuró confundida.
—Eso mismo pensé —admitió Cedric—. Hasta que dijeron que tendríamos que enfrentarnos a bichos que Hagrid está cuidando y a hechizos que han hecho —Adhara abrió los ojos.
—¿Qué clase de bichos? Porque si mal no recuerdo, Hagrid está criando escregutos que ya miden más del metro —murmuró con una mueca.
—Lo sé, los vi cerca de su cabaña —el llevo sus manos a su nuca—. Pero... estoy muy confiado, ¿sabes? —él puso su mejor sonrisa y Adhara sonrió.
—Genial, Cedric, eso es muy importante, aparte, estás preparado, ¿no es así? —el asintió.
—Sí, sí y mis amigos me han dicho que vamos a practicar hechizos de defensa.
—Bien, porque necesitas estar muy preparado para enfrentarse no solo a los bichos que Hagrid cuida, sino también a cualquier maleficio que puedan ponerles —él Hufflepuff asintió—. Supongo que... Harry ya lo sabe, ¿no? —murmuró.
—Claro, él estuvo presente —Cedric hizo una mueca al ver como Adhara miraba el piso—. ¿Siguen sin hablarse? —ella asintió—. ¿Quieres que le pegue?
Adhara soltó una risita—. No... pero Cedric, si... si te topas a Harry y... y él bueno...
—Descuida, no es como si lo dejaría morir en el laberinto —dijo sonriendo un poco.
...
La ansiedad de Adhara iba aumentando conforme los días para la tercera y última prueba comenzaban estar siendo contados por todos, su madre le había dicho que tenía que hablar con Harry antes que fuera tarde y eso le causaba pánico, el hecho de que Harry estuviese en riesgo le preocupa demasiado.
Sí, sí, Adhara llevaba viviendo con preocupación desde los once años y todo por culpa de Harry quien cada año en Hogwarts le sorprende con alguna peligrosa aventura.
Así que se armó de valor y busco a Harry Potter por todo el castillo y afortunadamente no tuvo que ir tan lejos ya que encontró a Harry platicando con Cho en el patio de la torre del reloj, ambos están sentados en la misma fuente donde Adhara y Harry vieron las estrellas la última vez.
Sintió un dolor en su estómago y comenzó a observar al resto de los estudiantes que están en el patio.
Adrian Pucey le dedicó una sonrisa ladeada que Adhara regresó un poco más tímida.
¿Qué pasaría si Harry la rechaza como la primera vez que intento a hablarle?
«Vamos Adhara, solo hazlo.»
Pero no pudo dar un paso cuando dos Ravenclaw se pusieron en su camino.
—¿A dónde vas? —preguntó a la que reconoció como la mejor amiga de Cho.
—Y eso a ti que te importa —respondió con arrogancia Adhara.
—¿Ibas con Harry? —preguntó nuevamente—. Por merlín, Tonks, su amistad es tan rara que ni siquiera debería de existir —dijo la otra chica—. Harry y Cho están hablando, no los interrumpas.
Adhara soltó una risa burlona al escuchar eso—. ¿Las contrataron de sus sirvientas? Sí, claro que sí, ¿qué otros trabajos podrían tener ustedes dos? —preguntó mirándolas con molestia.
La ternura de Adhara se convirtio ligeramente en maldad, alzo unas cejas para juzgarles.
—¿Cuánto ganan al día? ¿Un sickle? ¿O dos? —puso una mano en su barbilla y las mejillas de las chicas enrojecieron—. Por si no lo notaron, tengo cosas más importantes que andar cuidando a dos chiquillos... no como ustedes —sonrió con malicia y se dio la vuelta sintiendo molestia.
—Vuelve a las mazmorras a donde perteneces, asquerosa serpiente —la sangre de Adhara hirvió.
Se giró sobre sus talones y su varita salió de su manga—. ¡Serpensortia! —una serpiente negra y muy hermosa, salió de su varita en dirección a las Ravenclaw, la cual comenzó a enrollarse por entre las piernas de las chicas.
Ambas gritaron, llamando la atención de todos en el patio.
—¡Quítala! ¡Quítala! —chillo Marietta con lágrimas abrazándose de su amiga.
Los pocos Slytherin que estaban ahí comenzaron a reír con ganas y Adhara se cruzó de brazos con una pequeña sonrisa.
—Adhara —levantó su cabeza para ver a Harry—. Quítala —murmuró mirando a la Slytherin con algo de confusión.
—¿Por qué no le hablas en pársel, Potter? —preguntó Adhara cruzándose de brazos.
Las mejillas de Harry se tornaron un color carmesí, no fue hasta que Adrian Pucey, aun carcajeándose tomo a la serpiente con cuidado.
—Oh mira, pero si es adorable —el chico acercó la serpiente a las Ravenclaw, incluso Cho retrocedió con miedo.
—Se llamará... Marietta, ya sabes —Adhara estiró sus brazos tomando a la serpiente que comenzó a enrollarse en su brazo y le guiño un ojo a las Ravenclaw.
Marietta tiene sus mejillas rosadas y húmedas por sus lágrimas.
—Pagaras por esto, Tonks —gruño con odio.
—Sí, ¿un sickle o dos? —Adrian comenzó a reír ante el sufrimiento de las chicas.
—Venga, Adhara, hay que proponerle a Snape quedarnos con Marietta —dijo Adrian sonriendo a la joven.
Harry tragó saliva al ver como Adhara se iba junto con un grupo de Slytherin, todos admirando la hermosa serpiente negra y proponiendo diversos nombres para la futura mascota de los Slytherin.
—¿Ella es tu amiga? —pregunto Cho cruzándose de brazos.
Pero Harry no respondió, él simplemente siguió mirando por donde Adhara se había ido, sintiendo un dolor en su pecho, bastante confusión y mucha pena por como le había hablado.
¿Por qué no solo podía ir detrás de ella para pedirle perdón?
Nota de autora:
"háblale en parsel" ASSSSAAAIIAAASAAAAAAAEEEEEH
Perdón, dure un año riendome
O sea yo me imagino a Adhara en plan TPWK pero tampoco se iba a quedar de brazos cruzados mientras la insultan, o sea obvio no mi ciela, tiene que sacar las garras raw.
Lots of love, Cici x
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