022. and i just wanna see ya...
CUANDO EL EQUIPO DE LA UAC LLEGÓ a la dirección proporcionada por Olivia Specter para emergencias, Spencer Reid sintió un escalofrío recorrerle el cuerpo, en especial cuando al llegar notó la puerta entreabierta, un detalle que ya de por sí era inquietante. Pero lo que realmente disparó sus alarmas fue el aroma sutil y apenas perceptible que flotaba en el aire.
Era un olor extraño... olor a ajo.
"Eleanor desprecia el aroma a ajo" pensaba mientras notaba al equipo rodear la casa por cualquier situación
Fue entonces cuando una señal de alerta sonó en su cabeza y su memoria le trajo de inmediato un recuerdo de los textos químicos que había leído hacía años.
Fósforo blanco, una sustancia altamente reactiva y peligrosa, era conocido por desprender ese mismo olor antes de encenderse o liberar vapores tóxicos...
El simple hecho de percibir ese aroma apenas perceptible fue suficiente para encender todas las alarmas en su mente. No podía ignorarlo. Si el fósforo blanco estaba presente, significaba que las personas en el interior debían de estar inconscientes por la exposición tan prolongada.
—Esperen —dijo de repente, levantando una mano para detener al equipo— Hay un aroma en el aire. Es fósforo blanco. Si está presente en esta casa, alguien podría estar desmayado o inconsciente...
El equipo intercambió miradas rápidas, confiando en el juicio de Spencer, y procedieron con cuidado a abrir las ventanas desde el exterior sin cruzar el umbral. La tensión creció cuando Reid tomó su radio para emitir una solicitud urgente.
—Necesitamos atención médica inmediata en el domicilio registrado a nombre de Olivia Specter en Virginia —dijo con voz firme y decidida— Soliciten ambulancias equipadas con máscaras de oxígeno para todo el personal.
Spencer se quedó mirando la puerta abierta, sintiendo cómo su pulso se aceleraba con cada segundo que pasaba. Sabía que cruzar ese umbral sin respaldo era imprudente, incluso suicida, pero la idea de que Eleanor estuviera en peligro era suficiente para ahogar cualquier sentido de autopreservación.
— ¡Eleanor! — gritó su nombre con toda la fuerza de su voz, esperando desesperadamente una respuesta que nunca llegó.
Detrás de él, la voz firme de Aaron Hotchner lo alcanzó, cargada de alarma y frustración.
— ¡Reid! ¿Qué haces? Tú mismo dijiste que era peligroso. ¡Regresa ahora mismo!
Hotch dio un paso hacia la entrada, claramente dispuesto a detenerlo por la fuerza si era necesario.
Spencer apenas giró la cabeza, su expresión tensa y sus ojos fijos en el oscuro pasillo frente a él.
— ¡Eleanor me necesita, no puedo dejarla!
Esa declaración hizo eco en el grupo que observaba desde la distancia. Seaver frunció el ceño, confundida.
— ¿Cómo que Eleanor lo necesita? ¿Acaso ellos se conocen? — preguntó Ashley Seaver, sus palabras dirigidas a nadie en particular.
Morgan, quien había estado observando en silencio hasta ese momento, soltó un suspiro, su mandíbula apretándose con resignación.
— Sabía que algo pasaba entre ellos desde el día del hospital— dijo con un tono lleno de frustración. Dio un paso adelante, mirando a Aaron— No voy a dejarlo solo ahí dentro. Voy por él.
Aaron asintió. No estaba nada convencido de aquella decissión, sin embargo sabía que nada detendrá a Morgan de entrar.
Mientras tanto, Spencer seguía avanzando, sus pasos cada vez más rápidos. Cada puerta que abría sin encontrar a Eleanor lo llenaba de una mezcla de desesperación y enojo.
— ¡Eleanor!— volvió a gritar, su voz desgarrándose un poco con el esfuerzo.
El silencio que siguió fue ensordecedor, una ausencia que parecía consumir todo a su alrededor. Spencer comenzó a abrir puertas al azar, su corazón latiendo desbocado, su mente inundada con las peores posibilidades.
Cuando llegó a la cuarta puerta, lo que vio hizo que su cuerpo se congelara momentáneamente. Tres figuras yacían inmóviles en la habitación. Dos estaban recostadas en la cama, mientras que la tercera se encontraba en el suelo, una maraña de cabello oscuro desparramado alrededor de su cabeza.
Olivia Specter. Louis Brookshire. Sabrina Howey.
El aire pareció desaparecer de sus pulmones mientras se acercaba a ellos. Se arrodilló junto al cuerpo en el suelo primero, sus dedos temblorosos buscando un pulso. Un alivio breve lo recorrió al encontrarlo, pero no fue suficiente para calmar su agitación. Pasó rápidamente a los otros dos, repitiendo el proceso.
Todos estaban vivos.
— Aquí Reid. Tres cuerpos inconscientes encontrados, se trata de Olivia Specter, Sabrina Howey y Louis Brookshire. Solicito ambulancias inmediatas— Su tono era cortante, casi automático, mientras daba el aviso—
Sin embargo, el alivio no duró mucho. Eleanor no estaba allí.
La ausencia de la pelinegra era como un peso opresivo en su pecho. Su mente, normalmente tan rápida y calculadora, parecía haberse detenido, atrapada en un bucle de incertidumbre y miedo. Cada segundo que pasaba sin encontrarla hacía que su control se desmoronara un poco más.
Sus ojos recorrieron la habitación una vez más, como si esperara que Eleanor apareciera por arte de magia. Pero todo lo que encontró fue el eco vacío de su propia respiración.
Un torbellino de pensamientos oscuros y escenarios catastróficos inundó su mente. ¿Y si no llegaba a tiempo? ¿Y si ya era demasiado tarde? ¿Y si la imagen que tanto temía ver se encontraba detrás de la siguiente puerta?
Por primera vez en mucho tiempo, Spencer Reid se sintió completamente perdido.
— Aquí Morgan. Dos cuerpos inconscientes encontrados, se trata de Taylor y Enzo Specter. Solicito ambulancias inmediatas— se escuchó decir a Morgan desde los radios
Spencer se sentía debil, aunque no precisamente por encontrarse aspirando el fosforo blanco, si no mas bien por la preocupación que cada momento se hacía mas grande. Eleanor no estaba por ningún lugar.
¿Cómo no se dio cuenta antes de las conexiones? ¿Por qué no le hizo caso a aquella corazonada que le decía que algo andaba mal con el tiroteo en donde Olivia estuvo presente?
Morgan, al entrar en la habitación, encontró a Spencer parado en medio de la escena, sus ojos perdidos y su mente lejos.
— Reid, tenemos que salir de aquí, no podemos estar expuestos tanto tiempo al fosforo — insistió Morgan, su tono firme pero preocupado.
Pero Spencer no se movió. Era como si sus pies estuvieran enterrados en el suelo, como si una fuerza invisible lo mantuviera en su lugar.
— Chico, ¿estás bien? — preguntó Morgan, su voz suavizándose mientras se acercaba, tratando de conectar con su compañero.
— Estaba hablando con ella... estaba hablando con ella y le dejé de responder — murmuró Spencer, incapaz de mirar a su compañero a los ojos, perdido en la confusión y el miedo.
Morgan se acercó más, poniendo una mano en el hombro de Spencer, buscando anclarlo a la realidad.
— Escúchame, Reid. Necesito que me mires. No podemos ayudar a Eleanor desde aquí. —decía Morgan desesperado por salir de la propiedad— Necesitamos salir, y luego podremos buscarla juntos.
Spencer finalmente giró su mirada hacia Morgan. Sus ojos reflejaban una mezcla de miedo, algo que el moreno jamás había visto.
— ¿Y si no la encontramos? — la pregunta salió como un susurro, cargada de la vulnerabilidad que normalmente mantenía oculta.
Morgan, viendo la angustia en el rostro de su amigo, apretó su agarre con un poco más de fuerza.
— No lo sabemos. Pero si te quedas aquí, no habrá una oportunidad para encontrarla. — dijo antes de dar un tirón firme
Morgan no esperó otra respuesta, simplemente empezó a guiar a Spencer hacia la salida.
Los pies del castaño parecía moverse de manera automatica mientras todos los mensajes que había intercambiado con Eleanor en los últimos meses comenzaban a repetirse en su cabeza.
Recordó el primer mensaje que recibió y lo confundido que se sintió cuando comenzó a leer aquellas palabras hostiles.
Recordó aquel 12 de Abril cuando Eleanor volvió a buscarlo para contarle que le habían expedido la orden de restricción en contra del fotógrafo que no dejaba de molestarla. Ese fue el día que las cosas dieron una vuelta de 180 grados, puesto que gracias a ese día, sus interacciones se volvieron más frecuentes, y aquel simple "buenas tardes, Spencer" que ella solía mandar, se convirtió en algo que realmente esperaba.
Recordó las "reaction pics" que Eleanor le enviaba. Al principio, eran imágenes un poco raras que lo dejaban confundido, pero poco a poco se transformaron en una parte esencial de su día. Cada vez que recibía una, no podía evitar sonreír.
Recordó el día en que abrió su corazón con ella y decidió contarle sobre la pérdida de Emily. Eleanor jamás lo supo, pero sus conversaciones hicieron que su corazón encontrara algo de calma. A pesar de extrañar a su amiga, empezaba a asimilar que ella no volvería. Y es que eñ hablar con Eleanor le había ayudado a procesar su dolor y a recordar los buenos momentos sin sentirse abrumado por la tristeza.
Y luego estaba aquella confesión que hizo que su corazón diera un vuelco. Eleanor le contó que tenía una lista de cosas que le recordaban a él. Eso lo sorprendió y lo hizo sentir especial de una manera que no podía explicar. Cada mensaje de ella se volvía un motivo para que su corazón latiera más rápido...
Fue entonces cuando lo supo, supo que aún sin necesidad de conocerse frente a frente él se había enamorado profundamente de Eleanor.
— Spence, ¿qué tienes?— preguntó la voz suave de JJ, rompiendo el trance en el que se encontraba.
Las palabras se le ataron en la garganta. No podía encontrar la manera de explicarle a JJ lo que realmente sentía. Era un lío de emociones, un torbellino de miedo y desesperación. Finalmente, dejó escapar un susurro entrecortado:
— No puedo... no puedo y no quiero perderla.
En un impulso, se lanzó a abrazar a su amiga. JJ, bastante confundida, lo envolvió en sus brazos.
Sin embargo, Spencer no pudo evitar que su mundo se desmoronara. Sus piernas flaquearon, y en un instante, se encontró de rodillas en el suelo, abrazando a JJ con fuerza mientras las lágrimas caían sin control.
— Spencer... —murmuró JJ, dándole palmaditas en la espalda, tratando de consolarlo.
Pero la verdad era que tenía miedo. Miedo de perder a Eleanor, de que esa luz en su vida se apagara para siempre. Era una sensación aplastante, como si un peso enorme le oprimiera el pecho. Sentía que, si la perdía, perdería también esa parte de sí mismo que había comenzado a encontrar a su lado.
(...)
En cuanto los paramédicos llegaron, todos se encargaron de sacar a las cinco personas que se encontraban en el interior de la casa. Spencer observó con ansiedad mientras veían salir a Sabrina Howey en la camilla, las lágrimas volvían a brotar sin control, y JJ lo abrazó de nuevo, intentando ofrecerle algo de consuelo.
El equipo los miraba en silencio, esperando por la respuesta a la pregunta que todos se estaban haciendo: ¿Por qué Spencer conocía a Eleanor y por qué se veía tan afectado ante todo lo ocurrido?
— Yo... conocí a Eleanor hace siete meses —empezó a hablar Spencer, su voz entrecortada y temblorosa— Fue un accidente. Me escribió creyendo que era otra persona... se equivocó de número. Ella buscaba a un fotógrafo que la había estado acosando para que posara para él, pero ella siempre se negó. Cuando le dije que no era la persona que buscaba, comenzó a disculparse...
Spencer sonrió de manera involuntaria en el momento que esas palabras salieron de su boca.
— Sé que es peligroso hablar con alguien que no conoces de esa manera, pero algo en mí me decía que esto no era malo— seguía explicando mientras veía al suelo— Incluso le di los consejos básicos para que pudiera levantar una orden de restricción. Me agradeció y me dijo que su nombre era Eleanor. Yo le dije que el mío era Spencer, y no volvimos a hablar.
Se detuvo un momento, sintiendo la presión aumentar en su pecho ante los recuerdos. Su mente estaba llena de imágenes de esas conversaciones, cada una más significativa que la anterior.
— Un mes después, me volvió a buscar para agradecerme por los consejos... ya había logrado obtener aquella orden— decía mientras las lágrimas continuaban cayendo por su rostro— Desde ese día comenzamos a hablar. Al principio era una conversación a la semana... no nos importó no conocer nuestras identidades. Yo me sentía seguro hablando con ella... así que las conversaciones empezaron a aumentar, llegando al punto de que diario debíamos hablar, por lo menos, cinco minutos...
— ¿Estuviste meses hablando con ella sin saber que era Eleanor Howey? —preguntó JJ con sorpresa, mirando a Spencer
— Yo ni siquiera sabía quién era Eleanor Howey. Si supe de su existencia fue gracias a García aquella noche que fuimos al cine. Yo sabía que la Eleanor con quien hablaba era modelo y compositora, nunca esperé que fuera la artista del momento... —rió de manera amarga, sintiendo cómo la frustración y la tristeza lo inundaban—. Pero nada de eso me importaba en realidad. Lo que me importaba era la Eleanor que yo estaba conociendo... la chica que ama los gatos y que mandaba imágenes graciosas para comunicarse con sus amigos... la chica que le pone un apodo en diminutivo a todos aquellos que son importantes en su vida... la chica que tiene un corazón tan noble que renunció a sus sueños con tal de ayudar a su madre a pagar las cuentas y a pagarle la universidad a su hermana... la chica que no le gusta conducir porque se estresa...
Spencer sintió todo en su interior romperse de una manera que jamás había experimentado.
— La chica que ama "El lago de los cisnes" y los tulipanes rojos... esa es mi Eleanor, es la Eleanor de la que me enamoré— confesó antes de esconder su rostro entre sus manos
Nadie dijo nada. Todo el equipo permaneció en silencio, respetando el momento mientras Spencer se desahogaba. Las palabras que llevaba tanto tiempo reprimiendo ahora fluían cargadas de dolor.
—Ayúdenme a encontrarla... —pidió con la voz rota, sus ojos llenos de lágrimas—. No quiero perderla...
Rossi, dio un paso adelante, colocándole una mano firme en la espalda.
—La vamos a encontrar, Spencer. No vas a perderla —aseguró Rossi con un intento de mantener la calma en su voz— Pero para eso te necesitamos con nosotros. Tú la conoces mejor que cualquiera aquí. Sé que va a doler, pero necesitamos que recuerdes tus conversaciones con ella. ¿Alguna vez mencionó a alguien que quisiera hacerle daño? ¿Algún ex, un acosador, tal vez ese fotógrafo del que nos hablaste cuando se conocieron?
Spencer levantó la mirada, sus ojos enrojecidos por todas las lágrimas que había derramado. Limpió sus lágrimas con la manga de su camisa, intentando recuperar la compostura.
—Me habló de tres de sus ex parejas —dijo finalmente, con la voz quebrada—. Sé que terminó mal con dos de ellos, pero ninguno sería capaz de hacer algo así... Los dos son parte del medio, igual de vigilados que ella. —Se detuvo unos segundos, recordando cada detalle—. Su ex novia... Terminaron por temas personales, pero todavía se llevan bien. Hasta la fecha siguen en buenos términos. Ella tampoco haría nada en su contra.
—¿Y el fotógrafo? —preguntó Seaver, manteniendo un tono suave pero directo—. ¿Sabes su nombre? García puede investigarlo.
Spencer respiró hondo antes de responder.
—Desde que le otorgaron la orden de restricción, no volvió a insistir. Parece que por fin entendió... —hizo una pausa breve, luchando contra la incomodidad que le provocaba recordar ese episodio—. Nick. El fotógrafo se llama Nick, pero nunca me dijo su apellido.
—Hablaré con García. Tal vez pueda encontrar los registros de la orden —dijo JJ mientras sacaba su celular y se alejaba unos pasos para hacer la llamada.
Spencer la miró con gratitud, pero antes de que pudiera decir algo, agregó con preocupación:
—Dile todo con delicadeza... Eleanor es la artista favorita de García. Antes de que nos fuéramos, estaba muy preocupada por todo esto
Su petición fue un reflejo de su empatía, incluso en medio de su angustia.
JJ asintió sin dudar y se retiró para comunicarse con García.
Mientras tanto, otro silencio pesado cayó sobre el grupo. Spencer cerró los ojos y, con las manos temblorosas, repasó mentalmente cada conversación que había tenido con Eleanor en los últimos meses. Cualquier detalle podía ser crucial. Rossi observó a su compañero con preocupación, preparado para intervenir si lo necesitaba.
Cuando Rossi estaba a punto de hablar, un paramédico se acercó al grupo de agentes.
—Disculpen, ¿alguno de ustedes irá al hospital para realizar entrevistas a los pacientes que siguen inconscientes? —preguntó el paramédico, mirando al equipo.
Seaver, levantó la mano de inmediato. —Yo iré, si alguno despierta se los haré saber. Mantenganme al tanto de todo lo que pase
(...)
El equipo ya estaba dentro de la casa, ahora descontaminada tras la intervención. Morgan había descubierto que el sistema de ventilación fue utilizado para liberar fósforo blanco. Al ser casi imperceptible, su presencia había provocado que todos en la casa cayeran desmayados, sin tener tiempo de reaccionar.
Spencer se encontraba en la habitación de Olivia, acompañado por JJ. Ambos revisaban el espacio en busca de cualquier pista que el secuestrador pudiera haber dejado atrás.
El silencio del lugar era perturbador, roto solo por los ligeros sonidos de los objetos que eran movidos por JJ en la búsqueda de alguna pista. Fue entonces cuando JJ, agachándose para inspeccionar debajo de la cama, encontró un celular. Al intentar desbloquearlo, se detuvo al observar la imagen de fondo: un retrato familiar de Eleanor, Olivia, Louis, Sabrina y Payton.
— ¿Sabes si este teléfono es de Eleanor?— preguntó JJ acercándose a Spencer
Él lo observó solo un instante antes de asentir. Reconocería ese celular en cualquier lugar; hacía tan solo un par de días que lo había visto en el hospital... junto a ella.
— Tal vez aquí podamos acceder a sus mensajes y revisar si tenía algún tipo de amenaza— decía JJ mientras veía como desbloquearlo
Spencer guardó silencio, sus ojos fijos en el celular mientras su mente viajaba al momento en el hospital, al instante en que Paul había aparecido para reclamar la atención de Eleanor. La amarga sensación de aquella escena seguía presente.
—Vas a encontrar muchas... y comentarios demasiado hostiles en sus redes sociales —respondió con un tono que delataba su frustración—. Hace unos días comenzó a recibir mucho de eso por salir con otro actor.
JJ suspiró, moviendo los dedos por la pantalla sin éxito.
—Le tendremos que pedir a García que nos ayude a filtrarlas. No puedo desbloquearlo; está protegido con una contraseña y no tengo idea de cuál podría ser.
—¿Son números o letras? —preguntó Spencer, volviendo a enfocarse en el presente.
—Letras.
Spencer frunció el ceño. Había pocas oportunidades para acertar antes de que el dispositivo se bloqueara por completo, pero debía intentarlo. Su mente procesó rápidamente las posibilidades
No tenía muchas oportunidades para adivinar la contraseña, puesto que corría el riesgo de bloquearlo, sin embargo, quiso intentarlo.
Lo clásico podrían ser tal vez los nombres de su hermana o sus amigos, pero eso lo hacía demasiado fácil de adivinar, cosa que no convenía siendo ella alguien tan popular, por lo que cualquiera de esas opciones quedó descartada.
Su contraseña debía ser algo que pocas personas conocieran sobre ella, algo que no cualquiera pudiera pensar para evitar cualquier intento de robo de información, ¿pero que podría ser? ¿podría ser algo que incluso él no supiera?
Algo en él le decía que la respuesta a su pregunta estaba en ese mismo espacio, sin embargo, al estar rodeado de tantas cosas, no lograba concentrarse en una sola. Su cabeza aún seguía bloqueada de alguna manera y eso solo podía hacerlo sentir más desesperado.
Miró los muros de la habitación, encontrándose con varias fotografías pegadas. Eran como un viaje por la evolución de Eleanor y Olivia, tanto como amistosamente, como profesionalmente. Era como si esos muros estuvieran contando toda una historia, una historia en donde Olivia siempre se encontró presente para apoyar a Eleanor y visceversa.
Fue cuando un grupo de fotografías en específico captaron su atención. Eran fotografías de Eleanor con el vestuario del lago de los cisnes en un escenario, algunas otras en vestidores o incluso como un disfraz de halloween.
"La primera obra de teatro que intenté protagonizar fue una versión del lago de los cisnes"
"Las melodías de Tchaikovsky son de mis favoritas"
— Tchaikovsky, intenta eso— sugirió Spencer sin apartar la mirada de las fotografías.
JJ asintió y escribió en la pantalla.
—Intentaré primero con minúsculas... —murmuró, pero el celular rechazó el intento—. Ahora con mayúsculas... —pero no funcionaba—. Una mayúscula y el resto minúsculas...
Spencer se inclinó para mirar la pantalla justo cuando JJ celebraba:
—¡Funcionó! Wow, funcionó. Jamás hubiera pensado en esa contraseña.
Sin embargo, la sonrisa en el rostro de Spencer no duró mucho, puesto que al desbloquearse el teléfono, pudo darse cuenta que lo último que Eleanor había hecho antes de que su celular se bloqueara, era comenzar a escribirle un mensaje de texto... uno que no pudo ser enviado.
eleanor: Spence, me suentm mal. Creqo que mos amigos estab igual, ayyud...
Spencer sintió que el aire abandonaba sus pulmones al leer las palabras torpemente escritas. Podía imaginarla luchando por mantenerse consciente, resistiéndose al efecto del fósforo blanco hasta el último segundo.
JJ rompió el silencio:
—Veamos qué más tiene...
Los chats no mostraban nada fuera de lo común: conversaciones con su grupo cercano de amigos, algunos nombres desconocidos, pero nada que indicara amenazas directas.
—Tiene demasiados mensajes y notificaciones. Lo mejor será que se lo enviemos a García —suspiró JJ—. Aunque puedo seguir revisando y tal vez descartar cosas mientras tanto.
Spencer asintió y volvió su atención a la habitación.
El cuarto estaba lleno de flores, lo que Spencer asumía había ayudado a que el aroma a ajo no fuera detectado, sin embargo, entre todos los arreglos, hubo uno en específico que llamó su atención... tulipanes rojos.
Las flores favoritas de Eleanor.
Habían pasado tan solo unos días desde que él había comprado unos, por lo cual era consciente de que conseguir aquellas flores en esa epoca del año no era nada sencillo. Él había tenido que llamar a cinco florerías diferentes en Los Angeles e incluso pagar cargos extra por conseguirlas...
El presentimiento que tenía era uno demasiado ambiguo, cualquiera podría decir que aquellas flores habían sido enviadas solo por ser bonitas, sin embargo, algo no terminaba de encajar en su cabeza, por lo que se acercó hasta ellas.
Una pequeña nota sobresalía de ellas.
"From hand to hand a flagon was passed round"
— Estas flores, necesitamos averiguar quien las envió o de dónde— le dijo Spencer a JJ— Estas no eran para Olivia, eran un mensaje para Eleanor
— ¿Cómo sabes eso?— preguntó JJ confundida acercandose
Spencer tomó aire antes de responder, intentando organizar sus pensamientos, aunque la presión en su pecho seguía aumentando.
—Hace unos días le envié flores a Eleanor. Tulipanes rojos, sus favoritos —comenzó, con la mirada fija en el ramo frente a ellos— Se las envié citando una frase específica de un poema de Khosrow and Shirin. Es una historia de amor entre el príncipe Khosrow y la princesa armenia Shirin. Al mismo tiempo, el poema introduce a Farhad, un escultor profundamente enamorado de Shirin. A petición de Khosrow, Farhad acepta una tarea casi imposible, la cual es tallar un canal en una montaña para demostrar su devoción...
— Aunque suena como una gran historia necesito que me digas que tiene que ver esto con los tulipanes rojos y Eleanor— interrumpió JJ con tono directo, intentando que Spencer no se desviara demasiado
Él asintió, apretando los labios antes de continuar.
— Khosrow, quien está celoso de Farhad, le envía la falsa noticia de la muerte de Shirin. Devastado, Farhad pierde toda esperanza y termina con su vida, convirtiéndose en un símbolo de amor puro y sacrificio. Según la leyenda asociada al poema, los tulipanes rojos nacieron del suelo donde cayó la sangre de Farhad... la frase que cité en las flores que le di a Eleanor era el verso que va antes de lo que dice esta nota— dijo Spencer sintiendo nuevamente una terrible presión en el pecho— Lo que no sé es como quien envió las flores supo eso
JJ, quien aún revisaba el celular esperando encontrar alguna pista, alzó el aparato cuando algo captó su atención
— ¿Cuál es la frase que citaste?— preguntó JJ viendo el celular
— Healing the heart with its reviving power— respondió él
JJ asintió lentamente antes de girar el celular hacia él.
— Ella subió una foto de las flores a sus redes— mostró JJ— Y su descripción fue la frase que citaste
Spencer sintió que el aire abandonaba sus pulmones al ver la imagen. Aquella publicación, probablemente hecha sin pensarlo demasiado, se había convertido en una pieza clave para quien estaba detrás de todo.
———————————
Hola, hola, este es
el capítulo más largo y pensé
en escribir más, pero eso será
para otro día, jsjsjs
Por cierto, voy a estar
editando algunos detalles
pequeños en la historia, por
si les llegan notificaciones, soy
yo editando gráficos y títulos.
¿Les gusta la nueva portada
y el gráfico del inicio?
Los hice ayer y yo estoy
muy encantada
con el resultado.
80 comentarios para
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siguiente capítulo
Kat. ♡
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