
Capítulo 2
[𝐃𝐢𝐟𝐞𝐫𝐞𝐧𝐭𝐞𝐬 𝐩𝐞𝐫𝐬𝐩𝐞𝐜𝐭𝐢𝐯𝐚𝐬]
Corrías por las calles respirando agitada, estabas tan asustada que por la adrenalina ya siquiera abriste tu paraguas, tu ropa estaba empapada por la fuerte tormenta, sostenias temblorosa la caja de galletas
, estabas aguantando las lágrimas, habías quebrado la ventana del automóvil de un maestro.
Cómo pudiste habías levantado todo rastro sobre que tu eras la culpable de hacer tal atrocidad, ya habías razonado y estas segura de que ese carro era de él maestro Shinazugawa Sanemi.
La pesadilla de todos los estudiantes de segundo año, por suerte ese maestro no daba en todos los grupos de tercero y no tuviste que darle ya más la cara, es nombrado oficialmente como el peor y mejor maestro del mundo, Zohakuten por más carácter que tuviera nunca tuvo problemas con él, en cambio tú, después del pleito con su hermano, Genya en segundo año, te encargó el doble de tarea, por dos meses estuvo al tanto de tus errores, tu caligrafía y sobre tu uniforme.
Todo esto junto al segundo maestro considerado su mini en brutalidad con los estudiantes, Iguro Obanai, el maestro de química, con él tenias problemas por el simple hecho de su serpiente enroscada en su cuello, evitabas ir a sus clases, hasta que Zohakuten ya no te quiso explicar fue cuando tuviste que ir.
Usaba un cubre bocas, ya lo habías visto bajo este cuando habías ido a suplicarle que no llamara a tu padre puesto que tenías muchas faltas, te sorprendió verle pequeñas cicatrices pero a cambió de que no dijeras nada te iba a quitar el citatorio, él es muy llevado con Sanemi, ya tiene mala reputación por "insinuarse" a Kanroji.
No soportarías tener que verles a la cara para volver a ser humillada por ellos, serías oficialmente la más odiada de la preparatoria kimetsu.
Te quedaste en la banqueta imaginando los insultos de los estudiantes.
>>NOS ENCARGÓ EL TIPLE ¡TODOS PAGAMOS POR ÉL HECHO DE TU ESTUPIDEZ!
>>T/N ES LA PEOR PERRA ANTES VISTA, MERECE MORIR.
>>TODO ES POR TU CULPA.
>>POR ESO ZOHAKUTEN PREFIERE A AKIRA
>>NO CABE DUDA QUE NACISTE PREMATURA.
>>MIRA LO QUE HICISTE.
Mordias tus uñas con miedo con el solo hecho de pensar eso, tiraste las galletas al momento de resguardarte de la lluvia bajo un techo de una tienda de antigüedades, mirabas al piso sin saber siquiera que hacer.
Siempre actuabas bajo Zohakuten..ahora estabas oficialmente sola, tu amor ahora se encontraba seguro entre los brazos de su novia, no sabías con quien hablar, siempre habían sido ustedes dos contra todo ¿Decirle que por el coraje de ser rechazada rompiste la ventana de un maestro?
—<<¡No! Por dios que estupideces estoy pensando, me va a tachar de ramera o que estoy intentando manipularlo>> —Analisaste al instante rechazando la idea.
El olor a tierra mojada en compás a la fuerte lluvia que azotaba a la calle y edificios era mínima relajante en cierta parte, al menos tu mochila era impermeable.
—¡¡T/N!! —grito esa voz familiar...una voz suave pero dura a la vez en medio de una tormenta, era ciertamente relajante.
Hasta que bajaste la mirada para divisar el auto azul marino de Aizetsu, no lo creías ¿acaso era él?
—¡T/N VEN, MÉTETE! —Volvió a gritar confirmando tus sospechas.
Sin más que esperar corriste adentrandote el auto sin siquiera saludar, lo normal es que saludarias alegre, siempre eras así, pero no había energía que te motivara a realizar aquella acción, bajaste tu cabeza abrochando tu cinturón.
Sin mucho cuidado pasaste tus húmedas manos por tu rostro intentando borrar tus pruebas de haber llorado antes.
—Se lo que pasó T/n —confesó Aizetsu, el tambien se ahorro la molestia de saludar.
—¿Qué cosa? —murmullaste sin ánimos recuperando el aliento.
—Tu sabes bien a lo que me refiero, la relación de Zohakuten con esa muchacha —su mano se acercó a la caja de radio pero prendió la calefacción del asiento.
Cabizbaja suspiraste sintiendo las lágrimas cayendo en tu falda ya húmeda.
—Eso ya no importa Aizetsu, no pasa nada, después de todo a Zoha es mi amigo—forzaste una leve sonrisa, ya estabas resignada— yo me ilusione.
—¿Al menos le dijiste? —suspiro pesadamente ante tu falta de respuesta— lo vas a super-.
—¿Por qué no le pude gustar? —interrumpiste— se que soy estúpida pero...siempre estoy allí, me he metido en problemas por él, no tiene sentido, encima con Akira—exclamaste tallando tus ojos— cumplo lo que el quiere.
Eso fue repentino, el oji azul te miro con lastima, casi toda su familia lo hacía, estabas consciente de eso.
—No puedo responder eso —objetó como si supiera algo.
—¿Por qué no? —insististe— ¿Es por qué? Digo tal vez si cambió o tal vez lo moleste ¿y si le dije algo? ¿Es por insistirle sobre danza? —para este punto a los ojos del moreno ya estabas murmullando a ti misma como una cotorra— por que seguro es por-.
—¡T/n! —Bramo alzando la voz— es porque le pareces un simple juego, eres linda pero no lograrias nunca ser alguien deseable.
En sus ojos se pudo ver el arrepentimiento de decir aquellas palabras, viste por la ventana que ya estaban cerca de tu casa, ya no estabas soportando esto, fue como un balde de agua escuchar esa dura confesión.
¿No ser deseable? ¿Juego? Desabrochaste tu cinturón de seguridad, te importaba poco si es que el auto estaba en movimiento, ya habías estrellado uno como para temer miedo de bajarte de uno.
—¡Lo siento, si! —Tomó tu brazo y te mantuvo en tu lugar— te vas a mojar, no hay razón clara, los sentimientos tienden a no ser claros, pero a veces no llenamos los estándares de los demás y tienes que aceptarlo, para él, siempre serás su amiga.
—¿Desde cuando sabías qué Zohakuten salía con Akira? —bajaste la cabeza soltando la manija.
—Me lo contó recientemente, haz estado en nuestras vidas demasiado tiempo y te tocará cumplir con el papel que aceptaste hace años, no puedes culparlo del todo cuando ni siquiera hiciste el esfuerzo por demostrar tus intenciones.
Pusiste una leve sonrisa secando tus lágrimas con los nudillos helados de tu húmeda mano.
—Tranquilo, lo entiendo, eres demasiado bueno Aizetsu, te lo agradezco.
—Sabía que lo entenderías —te cubrió de manera genuina con un abrazo, cosa rara en él debido a su desinterés en asuntos ajenos.
Rodaste tus ojos con la cabeza ya metida en ese pequeño espacio en su cuello, no te atreverias a responderle de manera altanera por un apoyo moral.
—Pronto encontrarás al indicado —alentó dando unas palmaditas en tus hombros, apartandote.
Sonreiste débilmente, era algo muy absurdo, la familia Hantengu al ser de puros hombres y tu estando todo el día metida en su casa, sabías perfectamente los estándares tan rígidos de los hombres, tú no tenías siquiera categoría solo un desesperado ciego como Zenitsu Agatsuma seria tan imbécil como para ver a cualquier hermosa.
—Te agradezco mucho —Bajaste tu cabeza para notar que con lo húmeda que estaba tu camisa, le habías dejado una mancha enorme por todo su pecho.
Ibas a dialogar unas disculpas cuando solo negó con la cabeza.
—No te preocupes, como quiera tendría que lavarla —tranquilizó para que salieras de una vez.
Apenada finalmente saliste del auto siendo golpeada por el frío viento que arrastraba la feroz lluvia.
Cerraste la puerta del automóvil he ingresaste a tú pórtico, para pronto ingresar, Aizetsu nada más tuvó que conducir dos pequeñas casas del otro lado de la banqueta.
Dejaste caer tu mochila, suspiraste el tibio ambiente, al menos tu padre no había dejado las ventanas abiertas.
Tu padre no estaría en casa, bueno posiblemente hasta mañana, era miércoles y hoy volvería a tomar como nunca, lo que ahora sin tener a quien hacerle de comer, tus ojos se cerraron al recordar lo que habías hecho.
Tallaste tus ojos fastidiada, Zohakuten en tu cabeza ya no era el problema.
Ahora era ¿Qué te harían después de haber estrellado la ventana de un maestro? ¿Te expulsarian? ¿Te suspenderian?
O es que acaso pasaría como en una novela de wattpad que varios maestros abusaron de la protagonista por traer la falda un poco más arriba de lo indicado, no fue un gran trauma pero desde entonces procuras tener la falda al centímetro correspondiente, al menos lo tuyo si era excusa como para lo que sucedió.
No como esa porquería
Eso te dió escalofríos, no podías faltar, serías la primera sospechosa, todo estaba de mal en peor.
—Soy una idiota —tiraste tu mochila en la sala, tendrías que darte una ducha.
Decaída dejando que tu imaginación te carcomiera lentamente te dirigiste a tu habitación con tu celular en mano, como siempre, sin ningún mensaje por parte de nadie.
Abriste instagram para ver vídeos pero antes por supuesto tenías que buscar ropa en tu basurero de cuarto.
Pusiste el celular sobre la cama para quitarte todo, tendrías que recoger desde hace un mes, agarraste un vestido tirado que parecía el más limpio de todos y tomar ropa interior de tu cajón, al quitarte tus aretes quedaste horrorizada con tu reflejo, tenias todo el rimel corrido.
¿Como no pudiste darte cuenta?
Sacudiste la cabeza llena de vergüenza, al menos ya sabías porque la señora de la frutería te veía de esa manera, sacaste un cigarrillo para ponerlo en tus labios y prenderlo, eso siempre lograba calmarte de cualquier situación.
Con una toalla envuelta sobre tí y con tu celular de vuelta, Zohakuten había subido algo, alzaste una ceja confundida y entraste.
Era una historia de él y Akira.
Arrugaste el ceño con indiferencia, la comisura de sus labios estaba levemente curveada en una sonrisa apenas visible.
Él odia las fotos o según tu recordabas, las odiaba, se abrazaban, estaban en su cuarto, tu corazón pareció detenerse.
Avisando que las lágrimas volverían pero sólo diste un típico "me gusta"
—<<Ojalá hubiera un botón de "me desagrada">>—pensaste soltando todo el humo de tus pulmones.
Saliste de allí y te metiste a la ducha.
Sin poder dejar de pensar con las lágrimas resbalando de tus ojos en conjunto a la caliente agua que regaba la ducha.
—<<Jamás seré suficiente para nadie>> —Pensaste hundiendote en tu baño.
[Zohakuten]
—Tienes que admitir que salió perfecta Zo —chillo Akira con su celular en mano.
—¿Como terminé haciéndote caso? —rodo ligeramente los ojos con los brazos cruzados viendo quien había visto la foto.
—Porque me amas —respondió Akira confiada recargandose en el pecho del chico— todos deben saber nuestro amor.
Zohakuten no siguió con esa "pelea" era verdad, él bien sabía que entre esos "todos" estaba en especial T/n.
Akira si bien ya había cambiado, la desagradable forma en que se comportaba con las chicas y la sumisión hacia él por parte de T/n, la hacia creer que si ella no sabía su posición, de alguna forma se metería en la relación.
Al pensar esto, no le había respondido a la rubia, quien fruncio ligeramente el ceño.
—¿Pero tu amiguita no? —Prosiguió Akira con recelo en su voz.
—No me refiero a eso —contesto ligeramente frustrado— sabes perfectamente que jamás me gustaría alguien tan débil como T/n, a ella le tiene que importar un carajo.
—Oye pero es bonita —metida en su pecho una sonrisa ladina se poso en sus labios— tiene un bonito cabello, me da miedo que ella quiera usar sus cualidades para alejarte de mí.
Su voz tenía un deje de victimización, cosa que servía,Zohakuten sorprendido la tomó del rostro con delicadeza depositando un suave beso.
—El único cabello que me gusta es el tuyo —la rodeó de manera que estuvieran mas pegados— si te hace algo que no te gusta hablaré con ella.
Sus respiraciones mezcladas hicieron un caliente hilo que los conecto más.
—Yo solo intentó ser linda con ella, pero viste como me respondió esta tarde —rodeó su cuello de manera que se veía tan pacífica— ojalá algún día sienta lo mismo que yo siento por tí con otra persona.
Esto no pudo evitar llamar la atención del moreno quien entorno los ojos pero la abrazo.
—Sí, ojalá.
[...]
La charla sobre ella había terminado hace una hora, el resto del tiempo habían estado hablando sobre cosas.
Akira eventualmente se había quedado dormida en su cama, saco su celular para revisar si T/n le había enviado algo, cuando a veces ella tenía que salir, lo invitaba y si no aceptaba mandaba demasiados mensajes diciendo que se quedaría en su casa.
Era la primera vez que nada de eso pasaba, ahora su prioridad era cuidar a Akira.
Ahora en ese vacio chat solo se encontraban los mensajes de la mañana apurandola para que ya llegará y ese me gusta en la historia que subió.
No estaba en línea en ig y era obvio que estaría jugando algún videojuego o habría salido, cosa que era extraña.
Las palabras de Akira le carcomian la mente.
T/n era su amiga de la infancia, lamentablemente desde el vientre, recordaba el día que su union se volvió eterna por parte de ella.
El día que unos idiotas de grados más grandes la acosaban al enterarse de la deshonra de su madre en su matrimonio a los doce, ella llevaba la situación hasta cierto punto tolerable.
Nunca se metió en esas cosas, el sobrellevaba sus cosas, pero verla tirada en ese callejón en peligro rodeada por esos tipos, por más que intentará alejarse, tuvo que intervenir, ese brillo en sus ojos verde esmeralda jamás se boraria de su mente.
Fue la primera que tuvo que soportar un abrazo tan espantosamente largo.
—<<La idiota solo está malacostumbrada a estar conmigo, pero...¿Por qué otros amigos?>>
[T/n]
—¿Es todo, señorita? —pregunto la cajera cuando acabaron de empaquetar todo— serían 3802 yenes ¿Seria en efectivo?
—Sí, sería en efectivo—respondiste sacando tu cartera para pagar.
Habías comprado la despensa para la semana, obtuviste tu cambio y con tus bolsas en mano te retiraste.
Eran ya las 6:00 pm, tuviste que limpiar toda la casa, estabas mucho mejor "no hay lugar para el dolor en esta casa" el lema de tu padre.
Saliste del mercado ya deseando solo cenar y dormir, tendrías que pasar por un parque para volver a casa.
Alrededor todo estaba demasiado solo, los juegos siempre tenían niños, era bonito verlos jugar con su animación, en una ocasión te tocó ver cómo el perro se revelaba con la familia.
Siempre te subía el ánimo cuando venías sola, por lo general Zohakuten ayudaba con una bolsa después de la escuela.
Te quedaste quieta mirando como unos cinco niños reían felices.
Deseabas volver a esa época.
Sin embargo, el momento de un momento a otro se volvió llanto.
Quedaste helada, un niño al momento de correr se resbaló desde arriba del tobogán corriendo, salió volando de manera que rodo sobre la tierra.
No había adultos cerca, correiste hacía el, su gritos eran horribles, sus amigos miraban con miedo la escena y varías madres miraron asustadas.
El pequeño se veía apenas de unos cuatro años, habías dejado las bolsas en el suelo revisando su cuerpo.
—¡¿Quién es la madre del niño?! —Gritaste, mientras el pequeño sollozaba, se había hecho unos raspones en los ante brazos.
Empezaste a sobar suavemente esas partes, no sabías que hacer.
—¡Rokuta! —Escuchaste un gritó algo lejano.
Esa voz era reconocible, lo miraste y tus sospechas eran ciertas, no sabías como es que alguien tan "amable" había dejado a su hermano solo.
El menor se acurruco en tus brazos cegado por el dolor como si fueras una especie de madre, no se había hecho tanto daño como creías.
—He-hermano..—Sollozo el menor hacia él todavía teniendolo en brazos.
El pelirrojo llegó jadeando, tu atención estaba en el menor pero sentías su mirada sobre tí.
—Kamado —saludaste algo preocupada pero molesta— ¿como quedó solo?
—¿T-t/n? Eres tú —su voz sonaba alarmado por su hermano quien había dejado de llorar— es mi hermanito, recibí una llamada.
—Por suerte solo tiene unos pequeños raspones...
El pelirrojo intentó tomarlo pero el menor estaba aferrado a tí, suspiraste aliviada acariciando la cabeza del niño.
Las personas los miraron curiosos, no poder quitarte a ese niño era un problema.
—<<Ya se va a bajar>> —pensaste mirando tus bolsas a lo lejos, las habías tirado para ir corriendo por el niño.
[...]
Para tu mala suerte tenías al pequeño en tus brazos de camino a la panadería de los Kamado, la cual esta en el extremo del parque.
—Mis más sinceras disculpas T/n, Rokuta hace eso muy seguido con algunas señoras, siempre está con mi madre —expresó algo avergonzado cargando tus bolsas.
—No te preocupes, solo tiene tres, esa edad es muy temprana para alejarse de una madre.
El recorrido volvió a quedar en un silencio abrumador, era tu compañero de clase, ustedes dos por múltiples razones no cruzaban palabra.
—No sabía que cocinaras —interrumpió el silencio de manera repentina— solo por rumores.
—No tienes porque ser tan honesto — reiste un poco mesiendo al ya dormido Rokuta— y sí, es algo que me gusta hacer.
—<<Por eso el señor Kyojuro le insiste varias veces comida>>
—Creí que como eras cercana al maestro Kyojuro sabrías que el tragon ese solo me habla para que comparta.
Lentamente, la conversación lejos de ser desagradable...en algún punto empezaron a conectar
Próximo episodio
[¿𝐂𝐮𝐥𝐩𝐚𝐛𝐥𝐞 𝐨 𝐧𝐨?]
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