
𝐂 𝐈 𝐍 𝐂 𝐎
El agua caliente recorre su cuerpo desnudo y cayendo en la tina, desapareciendo por el desagüe. Ha sido un momento de calma para pensar y despejarse. Tanto del comportamiento extraño de los hermanos de su pareja y de lo que le dijo sobre sus padres.
Hyunjin no debió haber tenido una buena infancia y asocia esos sucesos a la actual actitud que tiene él y los trillizos. Simplemente no confían mucho en él, Hyunjin siempre ha sido su pequeño de cristal y no estarían conformes con cualquiera.
Felix lo entiende, por supuesto. Porque le hará daño a Hyunjin cuando lo deje, está seguro. Ni siquiera el mismo Felix se siente conforme estando al lado de Hyunjin.
Sale de la ducha envolviendo su cadera con una toalla y avanza hacia el espejo para retirar el vaho de ahí. Sin embargo, ve a una mujer tras él, el rostro agrietado como una roca, serpientes en su cabeza, lengua de una y ojos verdes brillantes. Felix se quedó estático, con el corazón desembocado, no podía moverse ni aunque quisiera. Aquella mujer terrorífica cogió con una mano los cabellos de detrás de su cabeza y estampó esta hacia el espejo.
En cuanto se hizo añicos frente sus ojos, Felix despertó envuelto en un sudor frío. Otra pesadilla.
Esta vez Hyunjin se despertó al notar su desespero, quien se giró hacia él sentándose en la cama y pasando una mano por su espalda, mojada en sudor.
— ¿Has tenido una pesadilla?
— Sí —se pasa la mano por la cara, quitando los restos de sudor—. Siento haberte despertado.
— No importa. ¿Has traído tus pastillas?
Sus pastillas. Aquellas que calmaban su trastorno de pánico, el que aparecía en momentos de estrés tras un pequeño suceso meses atrás.
— No las he traído —le dice levantándose de la cama y caminando hasta la ventana.
Hyunjin le observa volviendo a acostarse.
— ¿Es por los exámenes?
— Puede que sí —responde Felix cruzándose de brazos. No le puede decir que los reyes de sus pesadillas son monstruos extraños o incluso sus hermanos. Sería raro.
— Últimamente no estás durmiendo bien.
Puede ver el jardín delantero que da al barranco y, de fondo, el mar. Seungmin está ahí abajo, sentado en una silla y lo está mirando directamente. El jardín tiene estatuas de diosas esparcidas, ocultas tras matojos que no han sido cuidados ni arrancados. Por eso estas solo pueden verse de día.
— Creo que no le caigo bien —es lo que dice el pecoso.
— ¿A quién?
— A Seungmin —Hyunjin suspira.
— Seungmin es así, es su personalidad.
— ¿Le pasó algo en la infancia para que sea así?
Felix no deja de pensar en la historia de Medusa y Poseidón. Seungmin y su padrastro. La víctima y el agresor.
— No —hace una mueca típica de él cuando está pensando—, siempre ha sido extraño. Piensa mucho y dice poco, no es tan apegado a Minho y Chan. Busca su propio espacio.
— ¿Crees que lo de tus padres le afectó? —Felix le retira la mirada a Seungmin y se pasea por su habitación.
— Tengo la sensación de que ellos lo sabían de antes.
— ¿Por qué?
— Fue todo muy natural para ellos, quiero decir, no mostraron sentimientos hacia lo que pasó —explicó—. Luego fui creciendo y pude entender mejor. Ellos eran mayores, supongo que se dieron cuenta. No es lo mismo cuando eres un niño.
— ¿Alguna vez le has preguntado a tu madre por que quería tenerte?
— Soy su hijo, Felix —contesta con obviedad.
— Lo sé, pero tenía otros tres hijos.
— Creo que quería demasiado a su hermano como para rechazar a sus hijos.
— Entiendo —dice sentándose en la cama de nuevo.
Hyunjin le mira de una forma que no puede explicar, es como si estuviera cansado de hablar, cansado de escucharle. Entiende que no le gusta ser el centro de atención y que le hagan muchas preguntas de su vida, menos si conlleva hablar de su pasado. Pero Felix es así, no se puede quedar con la duda de nada. Cuando algo llega a su cabeza, no lo puede dejar marchar. Y decide hacer la pregunta.
— ¿Vuestro padrastro alguna vez se sobrepasó con vosotros? —Hyunjin frunce el ceño.
— ¿A qué te refieres?
— ¿Abusó de alguno de vosotros?
El rostro de Hyunjin en general se frunce y Felix jamás había visto sus ojos tornarse más oscuros de lo que ya eran con sumo enfado en ellos.
El alto se levanta con brusquedad y camina a trompicones hacia la puerta.
— Tienes muchas preguntas estúpidas, Felix.
Es de noche de nuevo, pero Felix no puede dormir. Se siente mal por haber preguntado eso a Hyunjin de forma tan impulsiva. ¿Qué se creía?
Sale de la cama dispuesto a caminar un poco para que le entre el sueño, cosa que siempre le suele funcionar. Pero no contaba con empezar a escuchar los gritos provenientes de aquella habitación, los que pertenecían al niño y el hombre.
Esta vez está dispuesto a adentrarse en esa habitación sin ninguna interrupción y sus pies caminan decididos en esa dirección. Los gritos del niño se han metido en su cabeza y, una vez frente a la puerta, gira el pomo y la abre. Llevándose la sorpresa de que la habitación se encuentra a oscuras y vacía. Completamente vacía. Los gritos y llantos se han esfumado. Solo hay silencio.
Sin embargo, son reemplazados por otras voces que escucha más lejanas. Un pasillo gira a la derecha y, de una habitación al fondo, con la puerta entreabierta, ve luz del interior y de dónde provienen las voces. Estas hablan bajo a propósito de no ser escuchadas, pero Felix había desarrollado un buen sentido de la audición.
Despacio se dirige hacia allí y ve por el hueco de la puerta que los trillizos se encuentran en el interior. Están esparcidos por la habitación iluminada con velas.
— Creo que lo sabe —dice Seungmin, parece nervioso.
— ¿Cómo va a saberlo? —por su parte, Chan está calmado.
— Ese crío hace muchas preguntas —salta Minho—. Es un estorbo.
Felix siente su corazón salirse del pecho. ¿Hablan de él?
— Pues habrá que adelantar lo previsto —decide el mayor.
— ¿Hyunjin está listo? —cuestiona Seungmin. No le ve, pero sabe que se está mordiendo las uñas.
— Debe estarlo.
— Por fin estará con nosotros para siempre —el tono de voz de Seungmin cambia drásticamente a uno de felicidad.
— Y todo saldrá según lo planeado —dice el de en medio.
¿Hacer qué? Felix se siente muy impotente con las palabras de los hermanos y pretende entrar a plantarles cara, pero una suave brisa se hace presente y cierra la puerta con un golpe. Entonces, Felix queda completamente a oscuras y en silencio.
— ¿Qué haces aquí?
La piel de Felix se ha puesto de gallina rápidamente al sentir el aliento de Hyunjin en su cuello. Aunque está asustado, señala la puerta.
— Tus hermanos...
— Están durmiendo —dice somnoliento— y tú deberías hacer lo mismo.
— No, ellos están ahí dentro —se puede identificar el desespero en su voz temblorosa.
— Ahí no hay nadie, vamos —Hyunjin agarra suavemente el brazo de su pareja, pero Lee se aparta.
— Te digo que sí y están teniendo una conversación extraña.
Hyunjin bufa exasperado y molesto.
— Joder, Felix.
Abre la dichosa puerta con brusquedad y enciende las luces. No hay nadie. Ninguno de los hermanos, ninguna vela. Nada.
— ¿Qué mierda te pasa? ¿Otra vez estás con tus episodios paranoicos?
Pedí la portada a un bookcover pero lleva más de un mes sin actualizar :(
No quiero que me pase como con happy death day que la conseguí para el último capítulo
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