━━━━━━chapter one; the reunion.
❨➷𝐍𝐎𝐓𝐀 𝐃𝐄 𝐋𝐀 𝐀𝐔𝐓𝐎𝐑𝐀: Finalmente me digno a publicar el primer capítulo. Antes de comenzar quiero aclararles que en todos los capítulos van a haber miles de referencias cinematográficas. ¡No se frusten si no las entienden!❤️
También recuerden que Deadpool tiene una personalidad bastante especial, todos los capítulos van a incluir lenguaje vulgar y entre otras cosas. Va a ser tal cual como en las películas. Cabe destacar que la protagonista va a tener una personalidad masomenos parecida a la de Wade.
Sin más que decir, por ahora, les dejo el primer capítulo. ¡Recuerden votar y comentar!🙏❩
TOTAL DE PALABRAS: 4554
THEY TELL ME I'M SO HUMBLE
I SAY I'M TURNING RED
THEY LET ME LIE TO THEM
AND DON’T FEEL LIKE
THEY’VE BEEN MISLED
MY ORDINARY LIFE, THE
LIVING TOMBSTONE
NARRADOR OMNISCIENTE
Wade observaba a su chica desde la distancia, incapaz de acercarse y enfrentarla. Su rostro, siendo honesto, era un desastre, y eso solo aumentaba su reticencia. Tenía la oportunidad de explicarle a Vanessa la razón de su abrupta partida, pero no lo hacía. El miedo lo paralizaba como nunca antes; temía que Vanessa no pudiera aceptarlo por su apariencia.
Y, siendo sincero consigo mismo, no la culparía. En su lugar, tampoco aceptaría a un tipo con la cara completamente desfigurada.
Finalmente, Wade reunió el coraje suficiente y, con el corazón en la garganta, cruzó la calle apresuradamente. Mantuvo a Vanessa a una distancia prudente, cuidando cada paso para no llamar su atención. En su mente, rezaba para que ella girara de repente y lo descubriera.Lo último que quería era espantarla. Pero, como si el universo conspirara en su contra, el escenario de una de sus tantas pesadillas comenzó a hacerse realidad.
Los murmullos de la gente alrededor lo envolvían como una niebla pesada. Algunos susurraban, otros ni se molestaban en bajar la voz. Las miradas que le lanzaban no eran disimuladas. Lo observaban como si fuera un fenómeno, un monstruo salido de alguna película de ciencia ficción. Cada vez que un grupo pasaba a su lado, sentía las punzadas de esos ojos curiosos y aterrorizados sobre su piel, como agujas invisibles clavándose en sus cicatrices.
Intentó no darle importancia, pero, impulsivamente, frenó su paso y agachó la cabeza. Cerró los ojos, y lo único que pasaba por su mente eran los murmullos de la gente, junto con la imagen de las reacciones de cada uno de ellos que se repetía constantemente. Su respiración se volvió agitada, incapaz de resistir la presión que lo invadía. Cuando levantó la cabeza bruscamente, vio a Vanessa entrar al edificio, aún sin percatarse de su presencia.
Sin embargo, las palabras de todos resonaban en su mente como ecos persistentes, cada frase marcando un punto de dolor que no podía ignorar.
"Cielos, que tipo tan horrible"
"Mira su rostro"
"¿Qué le sucedió?"
"¡Dios mio! ¡pobre de él! Cariño, no te quedes mirando"
Por tan solo un momento, él comprendió por qué su queridísima exnovia lloraba cada vez que la gente la miraba de forma extraña y la despreciaba por lo que era. Experimentar esto en carne propia se convirtió en el karma de Wade. Al ver su reflejo en el vidrio de la entrada del edificio se sintió peor. Su autoestima decayó completamente.
(...)
—Olvídalo. No haré su vida tan horrible como la mía—aclaró Wade, aún cabizbajo y encapuchado, sin siquiera dirigirle la mirada a Weasel. Estaba sentado en una esquina del bar, el cual, afortunadamente, estaba vacío.
—Por favor Wade, ¡no puede estar tan mal!—exclamó y Wade gruñó, un sonido grave y áspero que resonó en el ambiente como un eco sombrío. Su paciencia estaba a punto de agotarse.
—¡Eso es mentira!—reprochó, levantándose de su lugar con un movimiento brusco que hizo que la silla rechinara contra el suelo. Sin perder tiempo, comenzó a caminar hacia la mesa donde Weasel estaba sentado, su mirada era ardiente, llena de furia contenida—Soy un monstruo por dentro y por fuera. Debería estar en un puto circo.
—Wade, Vanessa te ama. No le importa tu apa...—
Sus palabras se cortaron abruptamente cuando Wade, en un acto casi desafiante, se quitó la capucha de la campera, revelando la monstruosidad que ahora llamaba rostro. Weasel quedó paralizado al ver las quemaduras, las cicatrices y el aspecto deformado que tenía frente a él.
—Oh...oh...—balbuceó, sin saber qué más decir. Sus ojos recorrieron el rostro de Wade, intentando procesar lo que veía.
—¿Te gusta lo que ves?
—No—comentó, con su rostro torciéndose en una mueca—Es como si un aguacate hubiera tenido sexo con otro aguacate más viejo y asqueroso.
—Si.
—Y no lento. Fue sexo de odio—continuó Weasel, su tono seguía siendo despreocupado, como si hablara de algo trivial—Algo andaba mal en la relación y pues... fue la única catarsis que encontraron sin violencia.
—Y el único que puede arreglar esta puta y monstruosa cara es el inglés idiota de la fabrica de mutantes. ¡Pero se largó, puff!—exclamó, extendiendo sus brazos de manera dramática, como si el solo gesto pudiera encapsular la frustración que lo consumía.
—Si, pues tienes que hacer algo para remediarlo, porque ahora solo tienes una salida—comentó, inclinándose un poco hacia adelante, intentando ofrecer algún tipo de consejo.
—Exacto—asintió Wade y su expresión se tornó más decidida—Hallar a Francis.
—Películas de terror propias—agregó Weasel al mismo tiempo, como si fuera una idea brillante.
Wade parpadeó, confundido.
—¿Qué?
—Protagonizar películas de terror propia—repitió—Parece que Freddy Krueger se cogió al mapa topográfico de Utah.
—Esto es lo que voy a hacer... —murmuró, dejando de lado la absurda sugerencia de Weasel. Se dejó caer pesadamente en la silla, la madera crujió bajo su peso— Perseguiré a su gente hasta que lo delaten, lo obligaré a arreglar esto —sugirió, señalando su propio rostro con rabia contenida— Le meteré una bala en el cráneo y luego se la voy a meter en ese hoyo.
Weasel arrugó la nariz en una expresión de asco genuino.
—No quiero ver eso, ni imaginarlo. Pero, ese imbécil cree que estás muerto, ¿no? —preguntó.
Wade asintió repetidas veces, casi de manera mecánica.
—Sí.
—Excelente, que siga pensándolo.
—¿Sugieres que...use una máscara?
—Si, una máscara demasiado gruesa. Todo el tiempo. Lo siento pero estás...de terror—añadió, hablándole con total honestidad—Tu rostro es de pesadilla.
—Igual que un testículo con dientes.
Weasel asintió, tomando otro trago de su bebida.
—Exacto, morirás solo. Digo, si tan solo pudieras morir sería lo ideal. Por el bien de todos.
—¿Te callas?—inquirió, con el tono de alguien que estaba a punto de perder la paciencia. Su amigo se encogió de hombros y decidió seguir con su idea original.
—Solo necesitas un traje y un buen apodo, como "Wade, el chispa" o "el Aterrorizador", o "el señor inmortal"——sugirió, aunque cada apodo era más ridículo que el anterior. Wade lo miraba con una mezcla de incredulidad y diversión, pero no podía negar que estaba considerando alguna de esas ideas—Ay, carajo...—susurró Weasel.
—¿Qué?
Weasel dirigió su mirada hacia el enorme pizarrón en la pared del bar, donde había apostado todo su dinero en un juego.
—Aposté todo mi dinero en ti... —dijo con un suspiro.
Wade, confundido, miró hacia el pizarrón y sus ojos se detuvieron en un nombre que captó su atención de inmediato.
—...y ahora me doy cuenta de que nunca voy a ganar el...
—Deadpool —lo interrumpió Wade, completando la frase.
Pozo de la muerte...
Ambos se quedaron en silencio por un momento, procesando lo que acababa de decir.
—Capitán... Pozo de la Muerte —finalizó Wade, visiblemente satisfecho por el apodo que había conseguido.
La seriedad en su rostro solo duró unos segundos antes de que ambos se miraran, compartiendo una breve, pero intensa, mirada de confusión.
—No, solo... Deadpool, sí —asintió Wade, corrigiéndose.
—Solo deadpool.
Weasel levantó su vaso con una sonrisa.
—Un brindis, señor Pool —propuso, y Wade, aún con una sonrisa sarcástica, lo imitó, levantando también su vaso—Deadpool. Suena a que amerita una franquicia.
Wade entrechocó su vaso contra el de Weasel, y ambos bebieron en silencio. La espuma de la cerveza se deslizó por el borde de su vaso, goteando sobre la mesa mugrienta del bar, pero a ninguno de los dos le importaba. Wade dejó el vaso sobre la mesa con un golpe seco, relamiéndose los labios antes de soltar una risa entre dientes.
En ese mismo momento, la caja de ideas de Wade se abrió repentinamente, dándole luz a una idea que, honestamente podría costarle la dignidad y, de paso, también la vida.
—Se me acaba de ocurrir una increíble idea—dijo Wade de repente, su tono era mucho más bajo, casi conspirador, como si estuviera por compartir el secreto mejor guardado del mundo. Se acomodó en la silla, inclinándose hacia adelante. Weasel frunció el ceño ante el comportamiento de su amigo, pero conocía demasiado bien a Wade como para no seguirle el juego.
—¿A qué te refieres con una "increible idea"? —preguntó Weasel, entrecerrando los ojos mientras lo estudiaba—Sabes que no me gustan tus "grandes ideas", porque siempre suelen terminar con explosiones o peor...
—Tengo un plan —anunció, hablando en susurros, como si estuvieran discutiendo una operación encubierta—Pero necesito... a alguien especial para ejecutarlo.
—¿Plan A o plan B? —preguntó con sarcasmo.
Wade lo miró y, con un gesto dramático, levantó dos dedos.
—Plan A, mi favorito, involucra magia—respondió Wade, enfatizando la palabra "magia" con un tono místico, moviendo sus manos como si lanzara un hechizo invisible.
Weasel lo miró fijamente, como si Wade acabara de decir la cosa más estúpida del mundo.
—Magia... ¿En serio? —dijo Weasel, no del todo sorprendido, pero sí incrédulo—. ¿Ese es tu gran plan? ¿La magia? ¿Vas a contratar a un mago de cumpleaños o qué?
—No, no, no. Necesito a alguien que realmente sepa de magia, alguien que pueda encontrar a Francis... desde el otro maldito lado de la realidad si es necesario.
—¿Y ya tienes a alguien en mente?—inquirió—Porque no creo que el Doctor Strange esté dispuesto a ayudarte con esto.
—Él no deja de ser una opción—elevó los hombros—Pero tan solo quiero que adivines de quien estoy hablando, Weas—murmuró y entrelazó sus manos—¿Te doy pistas?
—Por favor, o sino voy a enloquecer.
—Bien, comienzo...—comentó—Es una persona con un temperamento muy fuerte, ama Star Wars, está perdidamente enamorada de Anakin Skywalker aunque yo considero que él es todo un imbecil, sabe de magia, y, lo más importante, tiene la capacidad de transformarse en loba de manera voluntaria.
—Alguien con magia... —murmuró Weasel, mientras su mente intentaba procesar la información respecto a esas caracteristicas— ¿Quién demonios...? —De repente, como si un rayo lo hubiera alcanzado, Weasel abrió los ojos de golpe— ¡No! ¡No me digas que hablas de...!
Wade asintió lentamente, con una expresión que rozaba lo travieso.
—Exactamente—dijo, arrastrando las palabras con una satisfacción evidente—Hablo de...redoble de tambores por favor...—Habló para sí mismo y hizo un redoble de tambores contra la mesa— Mi queridisima Amelia Elizabeth Prescott.
—Eres un puto suicida.
—Jamás le digas que yo te revelé su segundo nombre. Lo detesta, siente que no combina con el primero.
Weasel se llevó una mano a la cara, tapándose los ojos como si acabara de escuchar la idea más descabellada de la historia. Soltó un suspiro largo y agotado antes de dejar caer la mano sobre la mesa.
—Wade, es la peor idea que escuché en toda mi vida. Esa mujer es el diablo, te hará pedazos en cuanto te vea.
—No es para tanto —respondió con una sonrisa confiada, como si se tratara de un pequeño malentendido que podría resolver con una simple charla— Ella va a ayudarme, estoy seguro.
Weasel lo miró fijamente, tratando de medir cuánta locura había en esa sonrisa, pero todo lo que encontró fue la arrogancia de alguien que claramente no había entendido en lo que se estaba metiendo.
—Wade, ella es mitad bruja, mitad loba, y tiene el temperamento de ambas cosas. Literalmente te arrancaría la cabeza y luego se aseguraría de que no quede ni polvo de ti. ¡Ella no va a ayudarte! —Weasel enfatizó cada palabra, esperando que Wade comprendiera la gravedad de lo que estaba sugiriendo. Pero Wade solo rió, esa risa despreocupada y ligeramente maniaca que lo caracterizaba.
—Vamos, Weasel, no seas tan dramático. Ammy y yo tenemos... historia. Claro, la dejé con una carta, pero vamos, ¿quién no ha cometido errores en una relación? —dijo con tono ligero, como si el pasado entre ellos fuera algo trivial que ya había quedado atrás.
Su amigo lo miró con incredulidad, incapaz de creer lo que estaba escuchando.
—¿Tú te escuchas, Wade? ¡Le dejaste una maldita carta y desapareciste! ¿De verdad crees que va a recibirte con los brazos abiertos y un café preparado?
—Nada que unas flores, un abrazo y unos cuantos chistes no puedan resolver. Ella va a entenderme.
—Estás asustado.
—¡Estoy jodidamente asustado!—admitió golpeando la mesa, los nervios se notaban a millones de kilómetros—¿Qué carajos se supone que voy a hacer cuando la tenga frente a mi? Unas disculpas no son suficientes, y mucho menos que me arrodille para suplicarle un poco de misericordia.
—Va a destruirte. Y si no puedes morir, ella se va a encargar de que torturarte hasta convertirte en cenizas.
—La conozco mejor que nadie, ella no perdona a absolutamente nadie—confesó—Pero supongo que conmigo puede hacer una excepción.
—¿Y qué harás si ella no acepta ayudarte?
—Esa no es una opción.
—No te lo crees ni tu.
—Si Ammy no me mata, eso significa que está destinada a ayudarme. Plan A: magia. Si no, plan B: buscaré a los secuaces de Francis por mi cuenta hasta que uno de esos idiotas lo delate.
—Está bien, tú verás. Solo no vengas llorando cuando te convierta en una bola de carne irreconocible.
WADE POV
Huelo...problemas emocionales.
Fue mi primer pensamiento al entrar al bar de mutantes, como si lleváramos años evitando cualquier lugar que pudiera llamarse decente... lo cual, para ser justos, era más que cierto. Weasel caminaba junto a mí, tan inútil como siempre, rascándose la cabeza y probablemente preguntándose cómo tiene el honor de estar junto a alguien tan magnífico como yo.
La música golpeaba con fuerza, como un Hulk con esteroides, y para mejorar la situación, The Real Slim Shady sonaba a todo volumen. Eminem siempre supo cómo crear el ambiente perfecto para los marginados, los locos… y los mercenarios que buscan a su ex, aquellos que vuelven arrastrándose como una lombriz por un poco de ayuda
Obviamente, ese último soy yo. Y, aunque no me guste decirlo en voz alta, sí que me da un poquito de miedo que esa extraordinaria mujer me dé una patada en las bolas en cuanto me vea. Pero, tranquilos, es solo un toque de miedo, nada serio. Lo juro por el amor que mi ex siente por ese maldito genocida mata niños.
De inmediato, mi mirada empezó a vagar como si fuera el mismísimo Terminator buscando a Sarah Connor, pero en lugar de una guerrera del futuro, estaba buscando a Ammy. La misma chica a la que abandoné como un verdadero hijo de Thanos dejándole solo una miserable carta. Ya sabes, el clásico "es por tu bien, pero en realidad soy un imbécil". Porque, seamos sinceros, si Deadpool te deja, es porque no quiere ver cómo te va mejor sin él.
Pero, ¿qué esperabas de un tipo que tiene más voces en la cabeza que el maldito Yoda en sus días de retiro?
—No está aquí—expresé en voz alta, y miré a mi compañero—Es técnicamente imposible que alguien tan centrada como ella esté en este lugar de bastardos.
—¡No olvides que ahora tu eres uno de ellos!—exclamó.
—¡Cállate!—le espeté, tratando de sonar intimidante, aunque mi tono absurdamente agudo hizo que se echara a reír a carcajadas.
No la veía por ningún lado. Quizá no estaba allí. Me aflojé un poco los pantalones (no literalmente, no se preocupen, no soy el tipo de entretenimiento que están buscando), y me di una vuelta por el bar junto a Weas. Y justo cuando estaba a punto de perder la esperanza, a lo lejos vi a dos chicas bailando sobre una mesa, sus siluetas moviéndose al ritmo de Eminem mientras la gente gritaba y animaba como si se estuviera reproduciendo la escena del Episodio IV cuando Luke explota la Estrella de la Muerte.
Por un segundo, solo por un segundo, pensé que era una de esas chicas random que intentan imitar a Leia con sus rodetes espaciales... hasta que una de ellas giró.
Ahí estaba ella. Ammy. Mis ojos, jodidos y deformados, pero muy funcionales, se dieron cuenta de que la otra chica estaba más borracha que los chicos de The Hangover en Las Vegas.
Pero Ammy, estaba sobria. Completamente sobria. Podía notarlo por cómo movía las caderas, con ese control tan sereno y sensual que solo alguien en control total de sus sentidos podía tener. Y, por si no lo mencioné, se veía malditamente bien con esos jeans ajustados y esa musculosa negra que abrazaba su cuerpo mejor que un wookiee abrazando a Han Solo.
Todo se volvió borroso para mí, como si de repente me hubiera golpeado una ola de confusión y desconcierto. Los sonidos se distorsionaron por completo y lo único que podía ver era a Ammy, riendo, disfrutando, moviéndose como si nunca hubiera recibido esa maldita carta. Esa carta que yo, como un imbécil de proporciones galácticas, le había dejado.
—¿Te has fijado en lo borracha que está la otra? Probablemente piensa que está bailando con el presidente—comentó Weasel a mi lado, mientras yo seguía embobado viendo cómo Ammy bailaba detrás de la chica borracha, cuidando de ella como si fuera su propia sombra.5
—Más bien como Palpatine bailando con Anakin... en Mustafar— respondí automáticamente, mi cerebro atrapado entre las referencias de Star Wars y la dolorosa realidad de ver a Ammy. Joder, se veía tan bien, tan jodidamente viva, como si el pasado nunca hubiera sucedido.
Weasel me dio un codazo.
—¿Vas a quedarte aquí babeando como Tony Stark frente a un nuevo traje o vas a hacer algo? Mira, Deadpool, yo sé que eres un desastre, pero no puedes quedarte paralizado por—
—En este momento no soy Deadpool— interrumpí, mi voz más seria de lo que había planeado—Solo... solo Wade. Y no tengo ni puta idea de qué hacer, Weasel. ¿Me acerco y le digo 'hola' como si no hubiera sido más cobarde que un niño asustado escondiéndose detrás de su madre?
Mientras tanto, la chica borracha dio un paso en falso y casi cae de la mesa, pero Ammy la atrapó sin siquiera romper el ritmo de su baile. Joder, qué increíble estaba. No necesitaba poderes mutantes para ser especial; brillaba por sí sola. Y ahí estaba yo, Wade Wilson, sin traje, sin máscara, sin la maldita excusa de ser Deadpool para enfrentar el hecho de que la dejé.
—Te apuesto lo que sea a que Ammy está completamente sobria, ¿ves esa elegancia al esquivar a esa cosa borracha? Parece Obi-Wan en Mustafar saltando sobre la lava.
—¿Qué harás, Wade? —preguntó Weasel, más serio de lo que esperaba.
Y fue entonces cuando, como si el universo tuviera un sentido del humor más retorcido que el mío, la música cambió abruptamente. Eminem fue asesinado, brutalmente reemplazado por las dulces notas de Careless Whisper. Un saxofón que parecía burlarse de mi miseria, añadiendo una capa extra de romanticismo al momento.
Ammy frenó en seco, y su cara fue un poema. Un poema de asco, claro. Sus labios se torcieron en una mueca que gritaba: "¿En serio, ahora esto?" Sin dudarlo, dio un salto elegante desde la mesa y se dirigió hacia la barra. Su postura era la de alguien que buscaba un trago para olvidar, o al menos para evitar el mal gusto musical del DJ.
Weasel me miró de reojo, y sin decir una palabra, comenzó a arrastrarme hacia ella. Intenté resistirme un poco. Vamos, no soy tan idiota como para no saber que acercarme a Ammy en este estado —escondido en una piel que ni mi madre reconocería— no iba a ser fácil. Pero Weasel tenía un plan, o al menos fingía tener uno.
Ammy ya estaba en la barra, pidiendo algo que seguramente le quemaría la garganta como si estuviera tragando lava. Weasel se plantó detrás de ella, Ammy no notó su presencia, y yo... bueno, yo me quedé unos pasos atrás, en completo silencio.es lo mejor que podía hacer en un momento así.
La quemadura en mi cara era el mejor disfraz que podía tener. Ella no me reconocería. No por cómo me veía ahora. No por la voz que podría traicionarme. Solo tenía que mantenerme callado y asentir. Solo asentir. Justo cuando Ammy le dió un sorbo a su bebida, mi acompañante decidió hablar.
—¡Señorita Prescott! Qué coincidencia encontrarla aquí —exclamó con una sonrisa. Ella se volvió hacia él, bajando lentamente el vaso y tragando despacio, aún con la sorpresa reflejada en su rostro. Tras unos segundos, esbozó una amplia sonrisa.
—¡Weas! —dijo en el mismo tono. Si tan solo supiera que este imbécil la había llamado "diablo" hace como una hora—. Pues debo decir que soy yo la que está sorprendida de verte por aquí.
—Me gusta... explorar lugares nuevos —respondió, titubeando. El cabrón estaba tan asustado que apenas podía hablar. Y ni siquiera fue él quien rompió su frágil corazoncito.
—Siempre es bueno cambiar de aires—rió y, finalmente, fijó su mirada en mí. Me dedicó una leve sonrisa y luego miró a Weasel. Ay, Amelia, no me mires de esa forma que me siento aún más culpable—¿Finalmente te hiciste otro amigo además del otro imbecil traga pitos? Bien por ti.
Honestamente, no sé qué dolió más: que me llamara idiota o el insulto tan vulgar. Creo que la segunda opción fue peor.
—Ehhh... —tragó saliva, nervioso. Me miró rápidamente y luego volvió a centrarse en ella. Yo, mientras tanto, seguía sin decir ni una sola palabra— No, él es mi primo... Jonathan.
Eres un puto imbecil, Weas.
¿Jonathan? ¿En serio? Había opciones mucho mejores.
—Como puedes notar, tuvo un pequeño problemita en la cara. Se tomó demasiado en serio lo de hacer cosplay de Freddy Krueger—continuó, provocando que Ammy riera.
—Es el mejor cosplay que he visto en mi vida—respondió ella con una sonrisa divertida. Luego me miró y extendió su mano con amabilidad—Soy Ammy, un placer.
No me atreví a aceptar su mano. Ella ladeó la cabeza, frunciendo ligeramente el ceño, visiblemente confundida ante mi reacción. En lugar de estrecharla, me limité a meter las manos en los bolsillos de mi campera, tratando de disimular mi incomodidad. Un silencio incómodo se instaló entre nosotros, lo que hizo que mi corazón latiera más rápido. Nervioso, busqué con la mirada a Weas, esperando que interviniera de alguna manera. Él, percibiendo la tensión en el aire, carraspeó antes de improvisar rápidamente una excusa, con una sonrisa algo forzada, tratando de desviar la atención.
—Disculpa a mi primo, él... él detesta el contacto físico —explicó con una sonrisa algo incómoda—Es un tipo bastante raro y, seamos honestos, bastante estúpido también, ¿no te parece? —añadió con un toque de burla—Ojalá fuera tan especial para cerrar la boca de vez en cuando.
—¡Oye! ¡Mira quién lo dice! —respondí, visiblemente molesto, mientras me giraba para enfrentarlo—Yo no fui el idiota que inventó el nombre más ridículo para su propio primo.
Luego de soltar aquella estupidez, a pesar de haber prometido mantener la boca cerrada, fruncí los labios con fuerza y giré lentamente la cabeza, mirando hacia cualquier lado para evitar hacer contacto visual con mi adorable exnovia. Sin embargo, eso no duró mucho tiempo. Me atreví a mirarla, y, por Dios, creo que ese líquido que corre por mis piernas es un verdadero río de pipí.
¿Por qué les cuento esto? Porque esta mujer salvaje me está devorando con la mirada. Donde antes había una sonrisa honesta, ahora hay una joven desafiante, con el aire de alguien que podría patearme el trasero en cualquier momento.
—Hola, Ammy—la saludé, riendo con un nerviosismo notable.
Como si el mero sonido de mi voz la hubiera enfadado, rompió inmediatamente el vaso que sostenía en la mano con tan solo apretarlo, dejando que los pedazos cayeran al suelo con un sonido estruendoso. En ningún momento apartó la mirada de mí; sus ojos ardían con una mezcla de furia y sorpresa. Dios mío, sé que nunca te pido nada, pero lo único que necesito en este momento es tu maldita protección.
—¡Oye!—reprochó el chico de la barra, ganándose la atención de Ammy—. ¡Maldita sea, Ammy! ¡Es el quinto vaso que rompes esta semana! ¡Recuerda que no eres la puta esclava que limpia!
—¡Cierra la puta boca, Max!—respondió, visiblemente molesta. Luego volvió a mirarme, y la pelinegra frunció los labios, su enojo palpable en el aire. Empezó a acercarse a mí, y, por impulso, retrocedí unos pasos mientras su mirada se llenaba de furia—Wade... el cobarde... Wilson—masculló, pronunciando cada jodida palabra con un odio que cortaba como un cuchillo
—¡Mi chiquita linda! Pasó tanto pero tanto tiempo desde la última vez que nos vimos. ¿Como estás? ¿Bien? ¿Mal? ¿Aún te gustan Anakin y su pequeño retoño?—expresé aún más nervioso sin dejar de retroceder—Oye, entiendo que estás demasiado enojada, no niego eso. Pero quiero que me escuches atentamente. Te tengo una maravillosa propuesta que estoy seguro de que no vas a rech-
Antes de que pudiera terminar la frase, Ammy estampó su puño en mi cara con una fuerza sobrenatural, haciendo que mi rostro se girara violentamente hacia un costado. Sentí un ardor punzante en la mejilla y, por un instante, me quedé atónito, tratando de procesar lo que acababa de suceder.
—Bruja hija de puta—expresé fingiendo estar indignado—Eso si que dolió. ¡Disculpate ahora mismo!—reproché y dejé escapar un grito agudo cuando ella me tomó de mi campera.
—Créeme, no soy yo la que tiene que disculparse—aclaró, lo suficientemente furiosa como para darme un puñetazo.
Busqué a Weas, lanzando una mirada suplicante en busca de ayuda, pero el muy cobarde ya había desaparecido, esfumándose entre la multitud como si jamás hubiera estado allí. Me las va a pagar—Me estoy conteniendo de aniquilarte aquí mismo, frente a todos estos miserables que huelen a mierda.
—¿Un...un besito recompensa todo?
—Verte tres metros bajo tierra solucionaría las cosas.
Auch, que ruda.
—Ni te gastes en intentar matarme. Te aseguro que me curo demasiado rápido.
—¿Ah, sí? —preguntó, simulando sorpresa, y yo asentí, maldición, me estoy cagando de los nervios. Ella me soltó de la chaqueta, y sentí una ola de alivio recorriendo mi cuerpo—¿Te convertiste en una especie de Wolverine 2.0 o qué?
—Puede ser...—murmuré—Ammy, por favor, tienes que escuch-
—Eso es increíble, tu si que tienes suerte, Wade—comentó en un tono "dulce", interrumpiendome—Pues veamos cuanto tiempo tardas en recuperarte de esto.
—¿Qué...?
Y en cuestión de segundos, esta triple hija de su madre me rompió el cuello, dejandome completamente inconsciente. Ay, Jesucristo, lo que me espera.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro