12 - 02 - 2000

Philadelphia. U.S.A.

Que clásico día de febrero era este.

Un terriblemente armonioso frío congelaba y quemaba mi piel pálida, raptando la obscuridad de mi camisa negra, inmovilizado y torturando mis sentidos.

No me provocaba ningún dolor

Al final, el sentir algo es un privilegio reservado a quien no ha siempre vivido en una herida.

Esperaba, dentro de la biblioteca, que Michelle terminara la hora de detención que había obtenido en alguna manera que no conozco.

Yo no hacía nada, en realidad, solamente admiraba libros que ya había leído y libros que me negaba a leer.

Aquellas páginas habían perdido hace tiempo el perfume embriagador de una nueva lectura, pero el encanto de una elegante escritura, jamás.

“ - Oh, Hola - escuché desde el otro lado del estante la voz de ella, quien me miraba através de un estrecho espacio creado en medio de dos libros

- Hola... - sonreí ligeramente, un travieso y singular rayo de sol iluminaba directamente su rostro, provocando una mueca de molestia - ¿Como... Que haces? - cambié de pregunta

- Nada, en verdad - habló, aún mirándome desde ese pequeño espacio - Pero, he terminado de leer “Los Novios” y... Oh, Caro mio... - su mirada parecía la de un ángel perdido, hablando de la creatura de Manzoni. ”

“ Oh... Caro Mio... ”

Aquel ese apodo dominado por el pudor del cuento italiano era ahora mi referente, un pronombre, un pseudónimo, si queremos enmascarar los malos humores que hasta mi nombre trae consigo.

Sonaba casi, o aún más, romántico que el “ Mon chèri ” de mi pálida amiga.

¿Como, me preguntaba, una joven sabía y orgullosa, llena de genio y voluntad, de modales agudos, francos y vivaces, bella, oh, ¡Muy bella! Fuego con un par de ojos enigmáticos y una boca que arrancaba besos, desperdician su colorido vocabulario en un tal honor para mi?

Mi mente volvió al final de la hora de detención.

“ - Sabes que... - con un acto ligeramente grosero, cual era levantar la mano para callar su habla, pedí su silencio.

- Perdón... Otro día, Cara mia - Imité su expresión italiana, seguramente, con menos gracia, corriendo hacia la salida de la biblioteca en busca de Michelle Duval. ”

From: Aidan Gallagher
About: Michelle Duval and ____ Mariano ( Mariano, ____)