Ryota Miyagi +18
voten si quieren q actualice ya saben eh!! ♡ escuchen la canción uwu
No vas al club por estar conmigo.
Tal vez chupartela en algún baño.
Los chicos están enojados
porque no follo con feos.
Doja cat -agora hills
—Mierda —. Susurró Ryota, tragó saliva y lanzó su cabeza hacia atrás, su manzana de adán se marcó fuertemente —S-sigue.
Te moviste en su muslo vestido y jadeaste por la fricción que ocasionaba en tu entrepierna.
Ya no te acuerdas cómo empezó esto, cómo llegaron a eso; tú montando su muslo. Solo sabes que ambos lo estaban disfrutando.
—Ahg, R-ryota —gemiste, tus caderas bajaron lo más que pudieron a su gruesa extremidad. Estabas pegajosa y toda caliente ahí abajo. Ya no era suficiente.
Ryota estaba demasiado excitado como para hacer algo más que no fuera verte, desesperada sobre él.
Abriste más tus piernas y te lanzaste a su rostro, él solo atinó a acercar su boca a la tuya. Mordió levemente tu labio inferior y te sacó otro gemido. Sus manos se dirigieron a tu ropa superior, en un abrir y cerrar de ojos, tu polera estaba en algún lugar de la habitación.
Miyagi besó tus labios y fue deslizándose por todo tu cuello. Lamió tu clavícula y gruñó al llegar a tu sostén. Sus manos temblorosas se fueron a tu espalda. Pusiste las tuyas sobre sus hombros y seguiste frotándote. Jugó con la prenda hasta que logró zafarte de ella. Tus pezones se endurecieron ante la acción.
Ryota agarró una de tus manos, la beso calidamente y lamió. Abrió sus labios sobre ella y escupió un poco.
—Tócate —. Dijo, la excitación iba aumentando. Asentiste después de comprender su petición.
Con la mano que había pasado por su boca, agarraste uno de tus pechos. Lo acariciaste por unos segundos, ante la expectante mirada del castaño. Dejaste de moverte sobre su pierna y rozaste tu pezón. Diste un par de vueltas y lo pellizcaste fuertemente, soltaste un gemido; mezclado de dolor y placer.
El jugador sentía como su entrepierna iba aumentando con la constancia de tus toques, no sabía porqué pero verte así lo calentaba demasiado.
—Yo s-sigo —. Aceptaste y chillaste apretando los ojos al sentir su lengua sobre tu pecho. Lo mordisqueó suavemente, soltabas maldiciones bajas. Sabía lo que hacía, conocía tu cuerpo muy bien, incluso más que tú misma.
Mientras tu pareja atendía tu torso, bajaste la mirada y posaste una de tus palmas en medio de sus muslos y la otra en el sofá. Sin antes percatarte de su abultado pantalón.
—Debe doler —. Farfullaste y lo tocaste por unos segundos. Ryota gimió audiblemente sin dejar de lamerte. Estaba demasiado sensible.
—Sí.
—Ya veo —. Tus dedos palparon el cierre de su pantalón y lo hiciste sonar cuando lo bajaste. El hombre se emocionó al saber lo que significaba eso.
Desatendiste por un momento tu hinchada entrepierna y bajaste tu cara hasta que tu aliento chocó con el miembro de Miyagi. Por la posición, dejaste de ser acariciada por la lengua de tu pareja.
Bajaste la fina tela de su ropa interior, la cuál ya estaba manchada. El chico suspiró de alivio al sentir su erección por fin libre.
Con un poco de apuro, deslizaste la lengua por toda la longitud. Ryota apretó los dientes, mirando toda la acción. Tus mejillas rosadas por todo lo anterior; los labios que él había besado, rojos y brillantes. Todo lo enamoraba más.
Separaste tu boca de su pene y, antes de que reclame, tus dedos se envolvieron alrededor de este. Apretaste por unos segundos y con el índice recorriste el grosor.
Si pudieras verlo en ese mismo instante, con sus castaños rulos pegados a la frente. Sus labios entre abiertos, soltando maldiciones por lo bien que lo tocabas, seguramente llegarías a un orgasmo en ese mismo entonces.
Orgasmo, te habías olvidado de él para preocuparte de tu novio, pero el dolor en tu clitorís te lo recordó.
Volviste a balancearte sobre su pierna, suspirando por el ligero toque. Era un tanto difícil hacerlo y sobre todo, si estabas ocupada con Ryota.
—Jódete —. Dijiste, presionando los labios cuando Ryota levantó su extremidad, haciéndote estremecer.
Sonrió a medias y repitió esa acción varias veces, los gemidos de ambos se confabulaban en el cuarto.
Presionaste el pulgar sobre la punta, unos minutos más y el cuerpo del otro empezó a temblar, preparándolo para su clímax.
Cuando sintió el líquido avanzar por dentro de su miembro, golpeó tu mano; con la poca fuerza de voluntad que le quedaba.
—¿Qué? —frunciste el ceño, mirándolo con extrañeza.
—Quiero que lo disfrutemos al mismo tiempo —. Susurró, tomó la mano mojada que antes lo tocaba y la llevó a su pecho. Con la fuerza que tenía, te levantó y sentiste todos los líquidos chorrear por el interior de tus piernas. Estabas acuclillada contra su pelvis, sus manos soportando a tus caderas. Cuando, sin previo aviso, te dejó caer sobre su necesitado miembro.
Gemiste con ganas al sentir como las paredes de tu vagina de estiraban para recibirlo. Apoyaste tus puños en su marcado pecho y dejaste que te moviera a su merced.
—Te amo —. Habló bajamente, lo miraste y te dejó un casto beso en la boca.
Podía soportar estar así toda la noche.
olaa como están?? Les gustó??
Este es más largo q el de rukawa pq me inspiré ah
Recuerden votar y comentar y, si aun no me siguen, ¿¿Qué esperan para hacerlo 🤨??
Besos, más de 27 votos para la próxima actualización. Eso q el otro ni llegó a los 25.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro