Akira Sendoh
voten y comenten, ¡es gratis!
Tras perder el pase a las nacionales tu relación con Sendoh fue en declive.
No solo por su desmoralización ante la pérdida de las nacionales, o por que Uozomi dejó el equipo y él ahora era el nuevo capitán, sino que; Rukawa era tu hermano.
Y sabía perfectamente que, la incomodidad que sentían al verse era totalmente bilateral.
Escuchaste el chirrido de la puerta al abrirse, Rukawa partiría a entrenar como todas las mañanas.
—¡Cuídate! —gritaste en vano, después de escuchar cómo cerraba la entrada y se marchaba pulcramente. Botaste aire de tu nariz y rascaste tu nuca —Esa actitud que tiene... no me sorprende que no tenga novia.
La palabra «novia» hizo recordar tu efímera relación con el, ahora, capitán de Ryonan.
Dejaste la escoba de lado y te lanzaste a la cama, sacando tu celular del bolsillo.
Hola, Sendoh
Cómo estás?
Esperaste unos minutos a que respondiera o que, al menos, se dignara a dejarte el visto, hasta que lo hizo.
—¡Maldito, Sendoh! ¡Me dejó el visto! —A pesar de tener una muestra de que aún vivía no fue de tu agrado.
Arrugaste la nariz y seguiste con el aseo, profiriendo insultos contra su persona.
♡
Varios minutos después, incluso dirías que una o dos horas bastaron para que tu sentido auditivo te avisara de que habían tocado el timbre de tu hogar.
—¡Ya voy! —gritaste desde la segunda planta, pero la persona seguía tocando —¡Ya voy!
Llegaste a la puerta rogando paciencia, porque si el universo te daba fuerza matabas a la persona que con tanta insistencia apretaba esa alarma.
Abriste la entrada, dejándote ver a Sendoh; traía su caña de pescar, por lo que supiste dónde estaba.
—Hola —Dijiste secamente.
—Hola, lind... —Akira se acercó para abrazarte, pero te corriste hacia un lado —¿Pasa algo?
—«¿Pasa algo?» —repetiste agudamente, provocando una leve carcajada en el hombre —No me contestas hace días los mensajes ni tampoco intentas hacerlo, parece que te olvidaste que somos novios —. Fingiste una sonrisa —. Pero tranquilo eh, no pasa nada.
Tu tono fue agrio e irónico, pero parece que el pelinegro no se dió cuenta —Menos mal —. Habló el chico —Pensé que te habías enojado.
Antes de que pudieras responder el muchacho ya había entrado a la casa, dejándote con la palabra en la boca. Dijiste un «estúpido» en voz baja, para luego cerrar la puerta.
Estuvieron un rato conversando, o más bien, Sendoh conversaba y tú solo te dedicabas a responder con monosílabos, mayor fue tu molestia al ver que no se daba cuenta de tu enojo.
Fuiste a la cocina por algo de comer y Akira aprovechó a subir a tu habitación, con la confianza que tenían. Notó que Rukawa no estaba en casa, por lo que su relajo fue mayor.
Al llegar a ésta vió las fotos que tenías en tu mesa, algunas con amigos, otras con él; lo que logró sacarle una sonrisa y con tu hermano, bufó levemente y con su mano giró la imagen, dejándola cara a cara con la pared.
Mientras tanto recordó las palabras del menor «¿Sabes qué? El basquetbol no es como las matemáticas»
—¿Qué haces? —tus palabras lograron sacarle del trance en el que llevaba hace varios días, aunque fuera tan solo unos minutos diarios.
—Nada —. Susurró él, para luego lanzarse a tu cama.
—¡No! —exclamaste, angustiada.
—¿Qué pasa? —la preocupación abundó en su rostro.
—¡Recién la hice! —un puchero adorno tus facciones.
Sendoh rió —Ven —señaló un lugar a su lado —. Anda, ven. Deja esa cara de loca y siéntate conmigo.
A tus ordenes 🐶
Caminaste lentamente, arrastrando los pies por la alfombra. Hasta que tu cuerpo descansó en el lecho.
—¿Segura que estás bien? —expusó el chico, pasando su brazo por tus hombros —. Estás muy tensa.
—S‐sí —. Aseguraste, tu voz tembló al sentir las fuertes manos de Sendoh masajear tu cuello. Eliminaste la acción, sacando sus manos con las tuyas —Yo debería preguntarte eso, Akira, ¿Estás bien?
—Sí.
Ni siquiera tuvo que preguntar sobre de qué hablabas, ambos lo sabían muy bien; el triunfo de Shohoku por sobre Ryonan.
Al principio te incomodó aquello, ya que por un lado querías que el equipo de tu único hermano ganara y por el otro, que tu gran novio también lo hiciera. Por lo que tu ausencia en el partido no asombró a nadie.
—¿Seguro?
No obtuviste respuesta, no se sentía tan seguro cómo para decir que todo estaba bien. Por lo que se limitó a pasar sus brazos por tu cintura y arrastrarte con él a la parte con almohadas.
—Sendoh... ¿Qué haces?
—Quedémonos un rato así —dijo, acomodando su cabeza en tu pecho —, por favor.
Pasaste tus manos por su espalda, moviendolas lentamente sobre esta.
El adolescente aprovechó a inhalar profundamente tu aroma, le encantaba y relajaba. Se sentía mal por no haber respondido a tus llamadas, así que quería recompensar el tiempo perdido.
—Perdón por no responder ni venir a verte, soy un mal novio.
Y para cuando dijo esas palabras tu enojo se había disipado como el frío cuando el verano llega —Tranquilo, no lo eres.
—No quería incomodar acá —. Continuó —Ni a ti ni a Rukawa.
Enredaste tus dedos en las hebras de su fino cabello, dándole caricias —No te preocupes por eso, Sendoh. No incomodabas, y tampoco a Rukawa, creo. Según lo que veo es maduro y sabe separar un juego con la vida real.
Un «ajá» salió de su boca al recordar la vez en la que no se dignó a darle la mano tras perder el amistoso. Supo que no conocías a tu hermano, y no te culpo, eras una chica dulce y cariñosa, pero la actitud distante de Kaede no aportaba en mucho o nada.
—Estás cansado, deberías aprovechar a dormir.
—Solo si duermes conmigo.
—Lo haré.
Te levantaste y trajiste hacia ustedes una manta que estaba a los pies de la cama, no era muy grande, por lo que solo sus piernas fueron cubiertas.
Ninguno dijo más, se restringieron a unir sus manos y sonreír, para luego cerrar los ojos y dormir como tanto lo ameritaban.
...
—Sendoh, ¡Ya! Corre tu pierna, pesa mucho —. Gruñiste al sentir su extremidad rodear tu cuerpo.
No recibiste respuesta y parece que no le tomó importancia a lo que dijiste, porque te acercó más hacia a él, abrazándote.
Su mano libre tocó tu nariz y acomodó un mechón atrás de tu oreja.
—Qué cursi eres
Sonrió, como a ti tanto te gustaba, logrando un sonrojo en ti —Oye, ¿Dónde está el peluche que te regalé?
—¿El oso? —Fingiste demencia.
—Sí, el oso de la feria.
—¡Ah! Ese oso, bueno... Lo mordió un perro.
—¿Qué? —preguntó juguetonamente —Menos mal no te regalé un animal de verdad.
Bajaste las cejas y arrugaste el ceño —Igual no es para tanto, lo logré salvar, pero le falta un ojo.
Empezaste a buscar el peluche estirando tu mano y al no ver nada te impulsaste, quedando encima de Sendoh. Sentiste sus músculos tensarse debajo tuyo, pero estabas muy concentrada buscando el regalo como para darte cuenta de ello.
—Y-ya no importa —. Susurró Akira, planeaba soltar tu cuerpo. Sin embargo, algo en él le motivó a seguir en esa posición.
—Esper-... —Sendoh agarró tu cuerpo y rápidamente cambió la situación. Ahora tú estabas abajo y el arriba, sosteniendo su peso con ambas manos —¿Qué haces? —tartamudeaste, inquieta.
—¿Te puedo besar? —La pregunta asombró a ambos, incluso al chico. No pensaba que su "breve" visita terminaría así, pero no haría algo que tú no quisieras.
«Eso no se pregunta, tonto»
Y con esas palabras se dispuso a cortar la distancia, pero la voz de Rukawa interrumpió el ardiente momento.
—Váyanse a un hotel —. Y cerró la puerta de tu cuarto fuertemente, no le habían oído llegar.
Te moviste deprisa, saliendo por un lado del apresamiento de tu novio.
—Qué vergüenza.
¿cómo están?
Saben quería hacer uno de Sendoh pq a mí me encanta es muy rico
Bueno eso, si ven incoherencia es pq me dio cringe volver a leerlo y arreglarlo 😭jxkdkdkd
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro