27
CAPÍTULO VEINTISIETE
• REGRESO •
═══════════════
𝟹𝟶 𝚍𝚎 𝚊𝚐𝚘𝚜𝚝𝚘 𝚍𝚎 𝟷𝟿𝟽𝟽
— ¿Por qué hay un ciervo en nuestro patio? — habló desconcertada.
Hace unos pocos minutos habían llegado de su viaje y se le ocurrió ir a abrir la ventana de su habitación para ventilar pero vaya sorpresa se llevó al toparse con un ciervo tan quieto que parece disecado, además este la mira fijamente lo cual es sumamente raro.
— ¿Cómo que hay un ciervo? — preguntó Regulus confundido.
— Sí, ven a ver.
Volteó a verlo notando que se acerca con el ceño fruncido y cuando ambos se quedaron uno al lado del otro mirando hacia el patio el ciervo ya había desaparecido.
— No hay nada Eris ¿no estarás alucinando?
— Claro que no, te juro que había uno mirándome fijamente.
Regulus hizo una mueca no tan convencido, aunque no es la primera vez que le dice ver algo y que al final cuando le muestra él no vea nada.
— Era un ciervo muerto entonces y viste su espíritu.
Antes de poder seguir discutiendo sobre el tema la puerta se abrió bruscamente y unos emocionados James y Sirius aparecieron.
— ¡Volvieron! — gritaron al unísono.
Ambos se dirigieron a la par hacia Eris y la abrazaron tan fuerte que hasta perdió el aire, así que les dio una palmadita en sus espaldas diciéndoles a lo que ambos dejaron de hacerlo muy fuerte pero que ni aún así se separaron.
— No sabes cuanto te extrañé Eris, todas las vacaciones tuve que soportarle solo al tonto de James y sus ocurrencias.
— ¡Oye! Te estoy escuchando maldito, además el que tuvo que aguantar fui yo y tu lloriqueo constante porque mamá te cortó el cabello.
Eris se separó al instante al escuchar eso y le miró a Sirius abriendo al instante su boca de la sorpresa al verlo con el cabello corto, por primera vez le ve así y realmente no le queda nada mal, hasta diría que se ve más guapo desde su perspectiva.
— Pero que guapo te ves Sirius, me gusta tu nuevo corte.
— ¡Me veo horrible! — chilló soltando un falso lloriqueo — Todo es culpa de James que me pegó chicle en mi amado cabello.
— En mi defensa fue solo una broma y creí que saldría fácil— soltó una risita.
Con eso se ganó un golpe en su brazo por parte del pelinegro que le estaba mirando mal, el de gafas en lugar de quejarse volvió a reír al recordar como literalmente lloró mientras su mamá le estaba cortando el cabello, además de quejarse por horas y no hablarle durante dos días hasta que él se disculpó, mejor dicho suplicó para que lo perdone, claro que no fue fácil, Sirius le hizo hacer varias cosas para que consiga su perdón.
— Ahora me quedaré sin ligues — suspiró dramáticamente.
— En realidad yo creo que tendrás más, así te ves más maduro y llamativo, capaz y hasta le gustes a Remus.
— ¿En serio lo crees? — la miró ilusionado ante lo último.
— Sí, aunque tendrás que dejar de salir con tantas personas y demostrarle que puedes estar en algo serio, claro, y conquistarlo por supuesto.
James se acercó a Regulus al verlo callado mientras los observa, así que lo saludó e intentó formar una conversación aunque esto sea complicado ya que el Black responde cortante.
— Será difícil pero está bien, lo intentaré por él porque realmente ya lo quiero solito para mí.
— ¿Estás enamorado? — preguntó aún sabiendo la respuesta.
— Creo que sí.
— No lo dudes, dime si realmente lo estás y si eres capaz de tomarle en serio dejando atrás el ser tan promiscuo para no lastimarlo, solo así voy a ayudarte este año para que estén juntos.
— Estoy enamorado de Remus y soy capaz de dejar todo solo para estar con él — respondió mucho más confiado.
— Bien, pronto estarán juntos — aseguró sonriendo.
Sirius sonrió enorme dando un saltito emocionado y la abrazó efusivamente dándole un sonoro beso en su mejilla.
— En serio te amo un montón cerebrito, eres la mejor.
— Yo también te amo, pero ahora dime cuál es el otro favor que quieres pedirme — preguntó al sentirlo gracias a la intuición.
Ambos se separaron del abrazo y el pelinegro miró hacia su hermano que sorpresivamente está sonriendo un poco ante lo que sea que le dice James.
— Pensé mucho estos días y me gustaría recuperar mi hermandad con Reggie, ya es momento — susurró solo para ella lo que causó de inmediato una sonrisa de felicidad en esta.
— No necesitas tanta ayuda Sirius, solo pídele hablar y él accederá porque también ya quiere arreglar las cosas, pero no le digas que te dije.
— ¿Lo hago ahora? — preguntó inseguro.
— Sí, ve y mientras tanto yo hablo con James.
Él asintió en respuesta y respiró hondo tomando valor y se acercó a su hermano pidiéndole hablar y este tal como ella lo dijo accedió y ambos salieron de la habitación para tener más privacidad.
— ¿Es lo que creo es? — habló James acercándose a ella.
— Lo es, ya pronto los veremos convivir sin pelear tanto — sonrió.
— Espero que sí, Sirius ha estado hablando mucho sobre eso pero al parecer necesitaba tu opinión para tomar valor.
Eris sonrió enternecida ante eso, no hay forma de explicar lo mucho que adora al pelinegro, y esto es mutuo, siempre andan buscando la opinión del otro antes de tomar una decisión. Son muy unidos.
— Entonces esperemos que se arreglen, pero en fin, cuéntame cómo has estado.
— Bien pero extrañándote un montón— confesó suspirando — Yo que tenía muchos planes para salir contigo y tuviste que irte sin poder hacer nada.
— Aún tienes dos días para hacer eso que tenías en mente, podemos empezar ahora mismo.
No va a mentir que la idea de que le diga que creó planes para hacerlo con ella no le emocionó porque si lo hizo, más el que le tenga el cuenta de esa forma, sin contar que sintió un revoltijo en su estómago ante eso.
— Oh bueno — gesticuló un poco sorprendido al no esperar que le pida hacerlo — No tengo mucho tiempo para organizar todo ahora pero podríamos ir a tomar helado mientras los hermanos hablan, es que se abrió una tienda nueva como a diez cuadras de aquí.
— ¡Sí! Amo el helado — sonrió emocionada.
— Es una cita — se atrevió a decir mirándola nervioso ante su respuesta.
— Una cita será entonces.
Los dos se observaron fijamente con una sonrisa y las mejillas ligeramente sonrojadas, pero fue Eris quien reaccionó primero y fue a buscar un bolsito metiendo dinero por las dudas.
— ¿Sabes andar en bicicleta?
— Mm..más o menos.
— ¿Cuántas veces? — lo observó ya dudosa ante su inseguridad.
— Dos veces de las cuales uno fue con esas rueditas de soporte.
— Oh, en ese caso mejor vayamos de otra forma.
— ¡No! — exclamó al instante — Es decir, vamos en eso si quieres, puedo acostumbrarme.
Eris siguió dudando mientras lo ve pero terminó asintiendo y agarró su mano saliendo de la habitación y dirigiéndolo hacia la cochera. Apenas llegaron quitó las sábanas que cubren las bicicletas.
— Agarra uno James.
— Está bien.
Mientras ella abría la puerta de la cochera él agarró uno viendo que no tiene rueditas de soporte rogando internamente no caerse ya que ni siquiera se acuerda de cómo andar, la última vez fue a los 13 años.
— No creo que a Sirius y Reg les moleste que los dejemos solos unas horitas — habló la rubia agarrando su bicicleta.
— Regulus no sé pero a Sirius definitivamente no le molestará.
— Está bien, vamos.
Ambos salieron llevando las bicicletas sin subirse aún y cuando estuvieron en la calle la primera en subir fue Eris quien le observó a James esperando que lo haga y este bastante dudoso se subió tambaleando un poco y eso fue suficiente para que ella sepa que tendrá que ayudarlo a andar así que se bajó y fue hasta él.
— Puedo hacerlo solo — dijo al instante como si supiera lo que haría.
— No pasará nada si aceptas ayuda James, así que adelante, súbete y confía en mí — le sonrió para darle más seguridad — Yo te estaré atajando desde el asiento de atrás.
— ¿Lo prometes?
— Lo prometo — le dio un asentimiento cruzando los dedos detrás de ella.
Y así fue como el comenzó a andar despacio con ella sujetándolo y ambos siendo observados por unos divertidos y a la vez enternecidos Marcus y Alhena Macmillan quienes se acordaron de ellos mismos de jóvenes.
— Ellos dos van a terminar juntos — aseguró la mujer.
— Aunque me cueste admitir que mi bebita tenga novio, yo también intuyo lo mismo.
Cuando Eris vio que ya maneja mejor que antes lo soltó sin que se dé cuenta mientras él le decía emocionado que ya está mejorando y aceleraba el ritmo, hasta que cayó en cuenta que ella no podría seguirle así, por tanto miró hacia atrás y de inmediato abrió grande los ojos asustado al verla lejos y ya sin sujetarlo.
— ¡Eris!
— ¡Tranquilo! ¡Lo estás haciendo bien!
— ¡Ayudaaa! ¡No sé cómo frenar! — cada vez iba más rápido y por el susto ni se acordaba de cómo hacerlo — ¡Eris!
— ¡Aprieta ese que parece palanca que está frente a tus manos! ¡Pero hazlo de a po...
Fue tarde. James apretó de una sola vez y la bicicleta frenó de golpe haciendo que él caiga soltando un grito que todos los vecinos habrán escuchado, de hecho algunos hasta asomaron su cabeza por la ventana para ver, en cambio unos niños que estaban jugando afuera comenzaron a reírse de él sin pudor alguno.
— ¡Ya vooooy! — gritó preocupada.
Se subió a su bicicleta andando hasta él a toda velocidad y apenas llegó se bajó de inmediato y fue hasta él que está tumbado boca arriba con los ojos cerrados mientras suelta algunos bajos quejidos a lo que la rubia rápidamente lo inspeccionó bien notando que solo tiene una algunas partes del brazo y rodilla raspados.
— Me quedaré paralítico toda mi vida — dramatizó.
— No te quedarás así, solo tienes unos raspones — quitó la varita de su bolso y con un simple hechizo lo curó de inmediato — Ya está ¿te duele otro lado?
— Mis labios, tal vez un besito lo curará — bromeó sonriendo sin abrir los ojos aún.
— Uy, lastimosamente tendrás que aguantar ese dolor porque no te daré nada — sonrió divertida causando un exagerado suspiro en él.
— Al menos lo intenté — finalmente abrió los ojos y se quedó mirándola fijamente con un lado de sus gafas roto — Yo creo que morí y ahora estoy viendo un bello ángel.
Eris soltó una leve risa negando y agarró sus gafas arreglando el vidrio roto para luego acomodar sobre sus ojos.
— Ya deja de alucinar y levántate, esos helados nos esperan.
— ¡¿Qué?! ¿Me quieres obligar a subirme a esa monstruosa bicicleta de nuevo y solo por un helado?
— Es helado James, por supuesto que sí — lo miró como si fuera obvio subiéndose a su bicicleta — Además ya sabes andar, solo no frenes de golpe.
— Ay merlín, todo lo que tengo que hacer por ti mi querida Eris — suspiró dramáticamente subiéndose de igual forma a la bicicleta que no tuvo ningún daño — Tomaremos un atajo por el campo, así nos quedará más cerca.
— Está bien.
Y tal como dijo comenzaron a andar hacia ese camino, al principio ella solo lo seguía pero luego si ya se pusieron uno al lado del otro e incluso hicieron una carrera llena de risas y de las cuales Eris ganó teniendo que él comprarle un helado gratis.
— Miraaa, ya sé andar sin manos — habló el chico con entusiasmo mostrándole.
La rubia estuvo a punto de regañarlo y decirle que podría caerse nuevamente pero al ver su sonrisa de pura emoción se calló y sonrió de igual forma contagiándose de su felicidad y encantándole verlo de esa forma, deseando que nunca se borre esa sonrisa de felicidad que casi siempre trae, pero sabe que es imposible con todas las cosas que se avecinan.
— Yo también sé hacerlo, ¿apostamos otro helado con quien dura más tiempo?
— Sigo diciendo que deberías dejar de juntarte tanto con Sirius porque te muda sus cosas y tú a él — sonrió negando — Pero está bien, acepto.
— Genial, a la cuenta de tres...
Empezó el conteo y cuando llegaron a uno ambos empezaron a andar sin tocar el manubrio y por obvias razones de tener más experiencia ganó la rubia quien levantó un puño riendo.
— ¡Te gané! Me debes otro helado — canturreó sonriendo enorme.
— Te compraré lo que quieras si sonríes así — susurró mirándola embobado sin ver que va hacia un árbol al no mirar su camino.
— ¡Cuidado James!
Rápidamente miró su camino y de pura suerte logró desviarse a tiempo y tuvo que hacer todas unas maniobras hasta poder estabilizarse soltando un suspiro de alivio.
— Eres todo un peligro encima de una bicicleta — bromeó la rubia.
— No soy yo, es la bicicleta que me odia.
— Ajá — sonrió negando.
═══════════════
Al final de tantas apuestas que hicieron en el camino James terminó comprándole un pote de helado de un kilo dadas las veces que perdió.
— Hoy definitivamente la suerte no está de mi lado.
— No digas eso, además te puedo convidar.
James negó con una leve sonrisa ante su ofrecimiento, solo ella puede compartir aquello que se ganó de manera justa en lugar de ser egoísta.
— Estoy bien con mi cono, mejor cuéntame qué hiciste en las vacaciones mientras disfrutamos de este delicioso helado.
— Te diré si me cuentas tú también.
— Es un trato, pero empieza tú.
Con eso ella le puso al día de todo contándole que fueron en Suiza y Brasil, que hicieron y que conoció muchas cosas en ambos países de los cuales fue contando algunas experiencias, incluso le comentó que Regulus tuvo un amorío de verano con una brasileña.
— Te juro que no le veo a él de novio.
— Es súper tierno, todo lo contrario a su actitud de siempre, pero no le digas que te conté o me mata por revelar que tiene un blando corazón en el romance — sonrió enternecida recordando todo.
— No le diré pero mi mente sigue sin poder imaginar eso, además cómo es que estuvo con ella — preguntó curioso.
— Se conocieron el primer día que pisamos ahí ya que nos hospedamos en una casa cerca de la playa y ella era nuestra vecina, hablaron ese mismo día y luego los siguientes hasta que muy pronto comenzaron a tener algo. Yo digo que fue amor a primera vista.
James asintió escuchándola atento pero más que nada pensando en si ella también tuvo un amorío de verano y tan solo la idea de imaginar le pone celoso y a la vez triste.
— Supongo que debió ser lindo, pero dime algo.
— ¿Qué cosa?
— ¿Tú no tuviste ningún amor de verano?
Internamente estaba rogando que lo niegue y al oír su respuesta sintió un gran alivio.
— Oh no, yo solo fui espectadora de eso.
— Por suerte no — dijo sin pensarlo hasta que se dio cuenta — Es decir, no vale la pena tener un amor de verano, se acabará pronto y luego se sufre, prefiero tener algo con una persona cercana, mejor aún si incluso vive cerca de mí.
— Hm supongo. ¿Alguna vez tuviste novia? — preguntó curiosa.
— ¿Sirius cuenta como novia? — bromeó por las veces que fingieron serlo — No, nunca lo tuve, siempre estuve muy enfocado en Lily esperando que ella sea mi primera novia, pero ya ves que no se podrá.
Eris asintió viéndolo enternecida y es que le parece lindo que haya esperado tanto tiempo por una persona cuando pudo haber tenido miles de chicas, aunque bueno, quizás si tuvo cosas sin compromiso con otras, pero ella nunca lo vio desde que llegó a Hogwarts, incluso lo vio rechazando varias invitaciones.
— Ya llegará el momento de que tengas novia, pero si quieres ¿no?
— Sí, pero solo me haré de pareja si la chica realmente me gusta o si estoy enamorado.
De ti por ejemplo. Pensó con ganas de decirle pero siendo cobarde al mismo tiempo, igual no se apura, irá paso a paso, pero esta vez ya no piensa fallar como lo hizo con Lily, esta vez Eris si será su primera novia, es su objetivo.
— Estoy de acuerdo.
— ¿Y tú lo quieres?
— Solamente si me pasa por lo mismo que tú, de lo contrario no pienso arriesgar mi libertad y paz por alguien que no me gusta tanto, además sería injusto para la otra persona y no me gusta dañar.
Él solo asintió en respuesta y con eso se quedaron unos breves minutos en silencio disfrutando del helado mientras se dan miradas furtivas.
— ¿Te gustaría tener más citas conmigo? — se atrevió a preguntar después de un rato.
— Por supuesto James — respondió tranquilamente regalándole una sonrisa.
¿Por qué acepta a todo? James no lo sabe pero la idea ya le comienza a ilusionar creyendo que existe una posibilidad en que ella esté comenzando a sentir algo por él, y es que lo dijo, no se tomaría a la ligera estas situaciones, eso hace que se emocione, aunque también cabe la posibilidad de que crea que son citas de amigos, pero no piensa que sea tan tonta por así decirlo ¿o sí?. Sea lo que sea definitivamente lo va a aprovechar.
Y así fue como dio inicio a todas las siguientes citas que tendrían más adelante.
═══════════════
Una vez más Eris se encuentra en la estación a punto de enmarcarse en otro año más en Hogwarts, aún recuerda todo como fue la primera vez que pisó ahí el año pasado y sigue sintiendo esa emoción y a la vez nerviosismo.
— ¿Entonces si llevas todo?
— Sí mamá, esta vez ya no les pediré que me envíen nada.
Si dijo una respuesta no escuchó ya que un poco lejos de ahí le vio a Remus mirando a su alrededor y rápidamente corrió hacia él con una gran sonrisa pegada a su rostro.
— ¡Remus!
El susodicho volteó su cabeza en busca de quien lo llamó y sonrió al darse cuenta de quien pertenece, y a tiempo ya que Eris como de costumbre saltó sobre él colgándose de su cuello al ser demasiado alto, por supuesto la atrapó y dio unos giros causando la risa de ambos.
— Te extrañé muchísimo.
— Yo también te extrañé Eris — sonrió deteniendo las vueltas — Tendrás que contarme todo sobre tus vacaciones.
— Lo haré pero tú igual, además de decirme cómo está la tía Hope.
La mujer y ella tienen una buena relación luego de haber pasado el 27 y 28 de diciembre en la casa de Remus, desde ese entonces se habían mandado cartas y Hope más que nada le solía enviar postres que hace, incluso en las vacaciones antes de que se vayan ella pasó nuevamente unos días ahí, se convirtió como en la hija que siempre deseó.
— Ella está bien, pero extrañándote, ya hasta pienso que te quiere más a ti que a mí— bromeó bajándola en el suelo.
— Claro que no, sabes que te ama más que a nada.
— Lo sé. De todas formas me hizo unos postres para poder compartir contigo y no pudo venir porque anda más enferma, ya sabes — hizo una mueca.
— Deberían aceptar que mis padres le paguen la quimioterapia.
— Ya intenté convencerla pero es terca, no quiere aceptar, pero si tus padres van a hablar con ella quizás podrían convencerla.
— Apenas lleguemos a Hogwarts les enviaré una carta para que vayan.
— Gracias nuevamente.
Volvió a abrazarla un poco más fuerte sintiéndose bastante agradecido porque esté dispuesta a ayudarle dado que la situación económica de la familia no se les puede permitir pagar las quimioterapias que necesita su mamá y lastimosamente no pudo conseguir un trabajo de verano dado que aún es menor de edad.
— No lo agradezcas, una vez te prometí que estaré por siempre contigo en las buenas y en las malas y pienso cumplirlo hasta el día de mi muerte.
— En serio eres como un ángel Eris — sonrió viéndola enternecido y dejó un beso en su frente — Y sabes también que esa promesa es recíproco.
— ¡Eris Macmillan! ¡Amor de mi vida!
La rubia rápidamente volteó con una gran sonrisa al escuchar el griterío de Eloise viéndola correr hacia ella empujándole a las personas lo que le causó risa pero también avanzó a su encuentro y ambas se fundieron en un gran abrazo que casi hizo que caigan ante el impacto de sus cuerpos chocando.
— Maldita desgraciada, la próxima me llevas contigo si o si en tus viajes, en las maletas aunque sea pero lo haces que no sabes lo mucho que te extrañé.
— ¿Por qué tanto escándalo? — soltó una risita — ¿Acaso te fue tan mal?
— Fue horrible, tuve que soportar a la familia de mi madre que vinieron a quedarse en mi casa y son insoportables, especialmente una tía que a cada rato me decía que ya debo tener novio hasta que un día no aguanté y le grité que me gustan las vaginas, debiste ver su cara — explicó rápido riendo al final — Te diré todo de camino en el tren.
— Definitivamente quiero oír eso — sonrió divertida separándose y agarró su mano — Vamos con Rems, él también debe ponerme al tanto.
Apenas llegaron Eloise lo saludó con un corto abrazo y luego Eris agarró también la mano del castaño y entre los tres avanzaron en el tren subiéndose y por el pasillo se toparon con Peter quien se les unió y pronto se metieron en un compartimento del cual tuvieron que agrandar el interior con magia cuando media hora después James, Sirius y Regulus ingresaron, los dos primeros riendo y el último con su expresión seria de siempre.
Las horas que pasaron dentro estuvieron poniéndose al tanto de como cada uno pasó sus vacaciones y al terminar solo hablaron de cosas banales, comieron, rieron, los merodeadores planearon bromas y más. Nuevamente están todos juntos y un año nuevo más en el colegio los espera.
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro