Chào các bạn! Vì nhiều lý do từ nay Truyen2U chính thức đổi tên là Truyen247.Pro. Mong các bạn tiếp tục ủng hộ truy cập tên miền mới này nhé! Mãi yêu... ♥

20

CAPÍTULO VEINTE
• DÍA DE JARIS •

═══════════════

— ¿Estás segura de querer ir a ver con él? — le pregunta Eloise una vez más.

— Sí.

— No entiendo cómo puedes seguir intentando ser su amiga cuando él se comporta como un idiota ignorándote cada que se le plazca — dice molesta frunciendo el ceño — Ya no me cae bien ese maldito cuatro ojos.

— Quizás debe tener sus razones.

Agarra su bolso colgándose en su hombro y mirándola mientras que la morena suspira negando preguntándose por qué tiene que ser tan buena, si fuera ella ya le hubiera mandando al infierno a James Potter por todas las veces que se comportó como un verdadero imbécil solo por no tener claro lo que siente, y sí, es más que obvio que ella sabe la razón, cualquiera lo notaría, aunque menos Eris al parecer.

— Si después de este día vuelve a hacer lo mismo te juro que me voy a vengar en tu nombre y no me importa si tú no quieres.

— Está bien, vamos ya — dice con una gran sonrisa mientras agarra su mano para salir.

Solo se dejó llevar con el semblante aburrido no queriendo ir al comedor, hoy prefiere mil veces más estar en la cocina pero su deber como mejor amiga es ir a amenazarle a James antes de que ambos vayan juntos a solas.

— ¿Cómo te va con Florence? Ya no me hablas tanto de ella.

— Nos va bien, aunque debo admitir que a veces me aburre, y no es ella el problema, sino yo que me gusta estar siempre en constante estimulación y ella es muy calmada, hasta en el sexo y a mí me gusta experimentar, me gusta lo fogoso.

— Entiendo ¿Ya hablaste de esto con ella?

— No, me da un poco de vergüenza decirle.

Hace una mueca apartando la vista de Eris quien la ve intensamente sin soltar aún su mano, costumbre de ambas caminar agarradas así, tanto que algunos antes pensaban que eran pareja.

— No debería darte vergüenza, la clave de toda relación para que funcione es la comunicación y claramente entre ustedes no hay.

— Lo sé, pero bueno, ya veré qué hacer, después de todo el amor adolescente no dura mucho y lo más seguro es que lo nuestro tampoco.

— No estoy de acuerdo en eso, algunos sí duran.

— ¿Por obligación o por amor? La mayoría de los que duran son porque su pareja quedó embarazada.

Y con eso dieron un debate sobre el amor adolescente y lo que esto implica entre otras cosas hasta detenerse cerca del comedor ya que se toparon con los merodeadores, Eris como siempre fue directo hacia Remus abrazándolo primero a él quien ya acostumbrado a su afecto le devolvió el abrazo ya suponiendo lo que sucederá a continuación como cada vez que pasa.

— Me duele cada vez que le eliges primero a lunático, yo debería ser ese — dramatizó Sirius cruzándose de brazos mientras los observa serio aunque en realidad quiera sonreír.

— A él da más gusto abrazarle, además tiene olor a chocolate, libros y es calentito, eso me agrada — dice aún sin soltarlo.

— Ya mejor confiesa que te gusta Remus.

— ¿Celoso Black? — se burló Eloise.

— Para nada.

— Ajá, igual creo que harían linda pareja, más que con ciertas personas — al decir lo último le observó fijamente a Sirius y James con los ojos achinados, más al último — Él sí la valoraría y no como otro que es un idiota.

Ambos la observaron indignados pero no dijeron nada porque muy dentro suyo creen que no se merecen a Eris y Remus, por otra parte ellos desde que Sirius especuló que la rubia se gusta de él ya se metieron en una charla ignorando lo que pasa ya deduciendo lo que pasaría luego teniendo en cuenta que está Eloise quien aprovecha cualquier oportunidad para molestarle al pelinegro a pesar de que ahora se llevan mejor que antes.

— También debo contarte lo que pasó con Sarah — le susurró el castaño a la rubia quien era la única que sabía que ayer tendrían otra cita más.

— Está bien pero antes dime ¿Ya son parejas? — preguntó susurrando también.

— No, solo que..bueno, nos acostamos — murmuró con las mejillas sonrojadas.

— ¡¿En serio?! — exclamó pero rápidamente se tapó la boca al darse cuenta — Pero creí que ibas a esperar primero a ser parejas — le susurró esta vez.

— Y esa era la idea pero las cosas se dieron...y ya sabes — se rasca el cuello nervioso y aún con las mejillas sonrojadas.

Claramente la única persona que sabe absolutamente todo sobre lo que pasa entre ambos es Eris, Remus no se atrevió ni siquiera a contarle a sus amigos pero a la rubia sí le dijo hasta los mínimos detalles, de ahí se da la confianza de hasta contarle que tuvieron sexo.

— Eso es genial creo, ya sabes que no he tenido relaciones, no sé casi nada de eso así que mejor dime qué harás ahora.

— Le voy a pedir que sea mi no...

— ¿Qué cuchichean tanto ustedes dos? — interrumpió James viéndolos con los ojos entrecerrados parándose frente a ambos.

— Tiene razón, ya desde hace rato que andan hablando — le siguió Sirius.

— Celosos — susurró Eloise rodando los ojos.

— Es algo que no les incumbe a ninguno — les dijo Remus con el semblante serio.

— ¡Pero somos tus amigos! — chillaron al mismo tiempo.

— Nos merecemos también que nos cuentes — habló esta vez Sirius.

— Ya hablamos del concepto de privacidad Sirius — interrumpió el momento Eris poniéndose frente a Remus — No puedes ir presionándole a todo el mundo que te cuente cada cosa suyo, solo espera.

— Pero...agh, bien — se cruza de brazos molesto.

— Pero si nos vas a contar luego ¿verdad lunático? — preguntó James mirándolo fijamente.

— Sí, pero cuando esté listo, ahora vamos a comer — le observa a Eris haciéndole una seña que luego hablarán y ella le entendió al instante asintiendo.

Después de eso los cinco se marcharon hacia el gran comedor yendo directamente hacia la mesa de Ravenclaw ya que hoy les toca sentarse juntos ahí, poco después se les unió Narcissa y Regulus y las dos rubias al instante se dieron una mirada que entendieron y ambas negaron. Ya habían pasado cuatro días de la conversación que tuvieron y ninguna aún le contó al menor de los Black sobre los dones.

— Entonces hoy es día de Jaris — habló Sirius con una sonrisa pícara.

— ¿Jaris? — preguntó confundida Eris.

— No le hagas caso, son tonterías suyas — dijo inmediatamente James lanzándole una mirada de advertencia al pelinegro, algo que claramente no le importó.

— Es que si juntas James + Eris da como resultado Jaris.

— Oh..es lindo ¿y cómo sería si quiero juntar Sirius + Remus?

Y por primera vez todos en la mesa le vieron sonrojarse a Sirius quien agachó rápido la cabeza fingiendo comer algo, cosa que les divirtió a la mayoría, menos a Remus que no entiende por qué le juntarían a ambos.

— Cierto canuto ¿Cómo sería el nombre de ambos juntos? — se burló James — Estoy seguro que ya lo habrás pensando.

— ¿Por qué pensaría algo como eso? — preguntó confundido Remus.

— Y yo creyendo que era el más inteligente — susurró Regulus ganándose un codazo de Cissy quien lo escuchó.

— Por nada en especial, solo les gusta molestar — le dijo Sirius mirándolo solo por cortos segundos para luego volver la atención a su comida.

— Mm bien.

Se quedó mirándolo por un rato nada convencido pero a lo lejos le vio a Sarah y se distrajo, más cuando ambos se daban miradas y sonrisas, una interacción que claramente Sirius se dio cuenta y tuvo que hacer todo lo posible para disimular sus celos, aunque sus dedos muy blancos por estar apretando el tenedor lo hicieron muy obvio, claro, solo si eres observador y sabes de la situación.

— ¿Alguien sabe si puedo tener una mantícora de mascota en Hogwarts? — preguntó de la nada Eris rompiendo el silencio incómodo que se formó.

— ¿Estás loca? ¿Quién querría una mantícora de mascota? — habló Eloise mirándola extrañada.

— Yo tengo uno en casa, o sea mi papá tiene uno en su maleta y lo extraño, es mi amigo.

— ¿Eres amiga de animales? — preguntó esta vez Regulus viéndola confundido.

— ¡Sí! — exclamó emocionada recordándolos — Tengo muchos amigos animales, me llevo bien con la mayoría y ya los extraño, se siente raro no pasar todos mis días con ellos como antes lo hacía. Mi papá siempre me dejaba estar rodeada de ellos y también ponerle nombre a cada uno, algunos incluso tienen nombre de personajes de libro, es más, la mantícora que les mencioné se llama Darcy.

Todos sonrieron con ternura viéndola hablar emocionada del tema, uno de sus favoritos cabe recalcar, aunque ciertamente les parezca un poco extraño que se junte con animales catalogados como peligrosos y que sus padres la dejen.

— Interesante elección de nombre — se metió Remus dejando de verle a Sarah para prestarle atención — Sería genial poder conocer distintos animales.

— Si quieres ven a mi casa al día siguiente de navidad y te muestro — sonríe viéndolo y luego repasa la mirada por cada uno — es más, les invito a todos, mis padres estarán encantados de conocerlos finalmente.

— Yo me voy — dijo rápidamente James.

— ¡Genial! Además somos vecinos, no te quedará lejos.

— Yo por supuesto voy, en donde sea que ustedes dos estén yo estaré, seré la sombra de ambos — dijo Sirius en tono de broma aunque muy en el fondo sabe que es cierto.

— También voy, mi casa es aburrido y no tengo ganas de soportarle a mis hermanos.

Eris sonrió en grande emocionada y le dirigió una mirada a Remus y Narcissa esperando confirmación, algo que no tardó en venir por parte del hombre lobo quien también accedió.

— No creo que pueda, ya sabes por qué Eris — hizo una mueca viéndola con pena.

— Oh sí, lo olvidaba, no hay problema, quizás otro día puedas.

— ¿Por qué no puedes prima? — preguntó Sirius curioso.

— No puedo decirte, no aún.

— Está bien — accedió por primera vez sin presionar cosa que le sorprendió más que nada a sus amigos — ¿Y tú Regulus?

Y al instante el mencionado y Eris se miraron y ella negó disimuladamente no queriendo que le cuente el plan que tienen días antes, un plan que están esperando que todo salga bien y que al final del día Regulus Black ya no se encuentre en esa casa lleno de maltratos, sino en una casa lleno de amor y paz como lo es el de los Macmillan.

— No podré — mintió mirándole directo a los ojos con seriedad para hacer más creíble.

Sirius hizo una pequeña mueca de decepción ya que esperaba pasar más tiempo con él pese a que su relación de hermanos aún no se haya arreglado del todo, ambos aún no tienen el suficiente valor para acercarse al otro y pedir para hablar a solas.

— Bueno, solo queda preguntarle a Peter. ¿Saben dónde está? — pregunta Eris mirándole a los chicos.

— Jugando una partida importante de ajedrez en donde si gana obtendrá varios galeones — informó James sonriendo orgulloso — Él es un genio en eso.

═══════════════

Apenas terminaron de almorzar James y Eris se levantaron de la mesa y se despidieron de sus amigos obteniendo burlas por parte de Sirius y amenazas por parte de Eloise hacia el azabache, algo que ambos solo se tomaron con humor y ahora mismo ya están en camino al bosque. Sin embargo, su camino fue detenido por un llamado hacia la rubia quien volteó topándose con Alex.

— Veré qué quiere y vuelvo en un rato.

— Pero..— ni siquiera pudo terminar ya que ella se marchó — maldito Rosier.

Se quedó ahí quieto de brazos cruzados y mirándole al chico con el ceño fruncido, molesto por haber aparecido justo hoy cuando es su día con ella.
Por otro lado Eris se detuvo frente al pelinegro saludándole con una sonrisa en su rostro.

— Lamentó interrumpir lo que sea que iban a hacer pero te estaba buscando porque te olvidaste de esto hoy en la mañana — de su bolsillo quita la pluma mostrándole — más bien creo que se te cayó.

— ¡Por Merlín! — agarra rápidamente la pluma y toca su cabello recién dándose cuenta que no trae consigo — Muchas gracias Alex, no me di cuenta que se cayó.

— No hay problema — se la queda mirando fijamente y luego hacia James viendo la forma en que lo ve — Creo que lo mejor será que me marche, ya se le ve impaciente a Potter.

Eris volteó a verlo y James rápidamente relajó su expresión y miró otro lado tratando de disimular, algo que le causó gracia a Alexander quien le sigue divirtiendo verlo celoso e intentando fingir que la ve como amiga.

— Me contaron que hay un árbol lleno de bowtruckles y nos iremos a ver, estoy emocionada — le contó con una sonrisa, algo que inevitablemente hizo que Alexander sonría.

— Entonces ya no te retengo más y ve a mirar esos bowtruckles — la miró dudoso por unos segundos pero luego se inclinó dándole un beso en su mejilla — Que disfrutes tu tarde.

Con eso se dio la vuelta alejándose y dejándole a Eris muy sonrojada y tardando un poco en reaccionar pero una vez lo hizo se dio la vuelta yendo hacia un James que está haciendo todo lo posible por ocultar sus celos al ver el beso y más aún cuando pudo observar las mejillas sonrojadas de la rubia y esa leve sonrisa.

— ¿Quería algo? — preguntó tratando de hacer como si nada.

— Solo me entregó mi pluma, al parecer se me calló.

Le mostró y comenzó a caminar siendo seguida por James que veía la pluma curioso, siempre quiso saber la razón por la cual lleva ya que no es muy normal verle a alguien con plumas en el cabello, así que vio la oportunidad perfecta para preguntar.

— ¿Por qué lo llevas siempre?

— Es un objeto de valor para mí.

— Pero si es tan valioso deberías guardarlo en lugar de llevar contigo con el peligro de que se pierda.

Eris se puso a pensar qué decirle, no le gusta para nada mentir y tampoco es tan buena haciendo, además no puede decirle el significado verdadero que hay detrás del porqué lo lleva siempre.

— Mm sí, pero siento que estará más seguro conmigo.

Guarda la pluma en su bolsillo para evitar más preguntas curiosas mientras se adentra al bosque observando todo a su alrededor.

— Si tú lo dices — se mantuvo en silencio por unos segundos hasta volver a hablar — Lo siento.

— ¿Por qué? — preguntó viéndolo confundida.

— Por evitar pasar tiempo a solas contigo, y sí, tenías razón, es solo que..— por un breve momento pensó en confesarle pero luego se arrepintió — no puedo decirte la razón, solo espero que me disculpes y te prometo ya no volver a hacerlo.

— Lo entiendo James, y estás perdonado, solo por favor cumple tu promesa esta vez porque la primera lo rompiste, además me gusta pasar tiempo contigo a solas, eres alguien muy interesante.

— ¿En serio crees que soy interesante? — preguntó entre sorprendido y un poco inseguro mientras la ve fijamente sin importarle tropezarse en su camino.

— Por supuesto que sí, me agrada bastante tu forma de ser, generalmente hablando, y no he encontrado nada de ti que me desagrade.

— ¿En serio? — dijo nuevamente sin poder creer lo que escucha — ¿No piensas que soy un arrogante, insoportable, engreído, egoísta y más?

Eris se detuvo volteando a verlo con el ceño levemente fruncido percibiendo la inseguridad de él y se preguntó quién le hizo creer todas esas cosas que nunca ha notado en él, al menos nunca se comportó alrededor suyo de esas formas que menciona.

— ¿Quién te dijo que eres todo eso?

— Lily siempre me lo dice.

— ¿Lily? ¿Nuestra Lily? ¿La pelirroja encantadora? — habló sin creerlo del todo y ve que él asiente — Wow, eso no me lo esperaba, no parece ser ese tipo de personas que juzgan de esa manera a alguien, al menos yo nunca escuché.

— Es que ella parece odiarme — murmura un poco triste.

Eris se acercó a él y envolvió su mano con el suyo haciendo que el de gafas baje la cabeza para mirar fijamente sus manos unidas sintiendo un extraño y ligero cosquilleo en ello que le agradó bastante así que le dio un leve apretón deseando internamente que no lo suelte aún.

— No creo que te odie, más bien no te tolera tanto porque tiene una perspectiva distinta de ti que se creó a base de me imagino algunas situaciones pero si se da la oportunidad estoy segura que le vas a agradar muchísimo — vuelve a caminar sin soltarle la mano mientras piensa en algo que posiblemente no debería decir sabiendo las preferencias de Lily pero aún así lo dijo — Quizás hasta te vea de otra forma más que amigo como deseas, es más, si quieres puedo ayudarte a que pase.

James no supo qué decirle, una parte suya sigue anhelado por tener una oportunidad con Lily después de tantos años, pero también está esa otra parte que prefiere tener una oportunidad con Eris, que sea ella quien lo vea más que como un amigo. Sin embargo, el miedo a arruinar su amistad lo llevó a elegir la primera opción.

— Eso estaría genial y te agradecería un montón.

La rubia frunció un poco el ceño ya que pensaba que reaccionaría más feliz, pero no dijo nada al suponer que se está dando cuenta de a poco lo que ella supo desde hace meses atrás.

— Solo no te hagas ilusiones porque no sabemos si lograremos.

— Sí..¿Podemos cambiar de conversación? Sinceramente no tengo ganas de hablar de Lily.

Se detuvo por un momento volteando a verlo sorprendida y él le hizo una seña confundido a lo que ella negó y continuó caminando por el bosque.

— Bien, ya nada de hablar de Lily. ¿Algo en particular del cual quieres hablar?

— La verdad no sé, que sea de cualquier cosa.

— Hablemos del hecho de que ya llegamos — comenta con una gran sonrisa de emoción y al tener aún sus manos unidas comienza a tirar de él para llegar más rápido.

— ¿Dónde está?

— Justo aquí.

Se detiene un poco alejada del árbol y señala soltando su mano para quitar de su bolso un paquete con cochinillas. James por su parte se puso a observar fijamente todo el árbol y sonrió al ver algunos bowtruckles andando por ahí y por inercia se acercó pero Eris lo detuvo del brazo.

— Ten cuidado que si se sienten amenazados querrán arrancarte los ojos, por eso primero debes ofrecerles esto — sacó del paquete unas cuantas cochinillas y le puso en la mano de James — y muéstrate pasivo, yendo lentamente hacia ellos y no como lo hiciste recién.

— Entendido...¿Sabes qué? Mejor ve tú primero, no quiero que me arranquen los ojos, ya suficiente tengo con no ver bien.

Eris soltó una risita al sentir un poco de temor provenir de él pero aún así ella se acercó lentamente llamando la atención de varios bowtruckles que la ven atentos.

— Hola pequeños, vengo en son de paz, no quiero su árbol ni tampoco lastimarlos — extiende su brazo mostrándole las cochinillas — solo vengo para ofrecerles comida y también para verlos porque me emociona muchísimo conocerlos desde cerca.

Cada vez se iba acercando más ante la atenta vista de James y de los animalitos, de las cuales uno fue el que más confianza tuvo y saltó en su mano agarrando una cochinilla comenzando a comer, lo que hizo que Eris se contenga lo máximo posible de no chillar de la emoción y más aún porque al quedar cerca del árbol otros más se subieron en ella.
La rubia volteó a verle a James abriendo los ojos enormes y con una sonrisa radiante que inevitablemente le hizo sonreír al azabache.

— Vamos, ven James.

El susodicho con más confianza se acercó y tiempo después ya los dos estaban dándole de comer a cada uno, algunos incluso están encima de ellos, especialmente el primero que se subió en Eris quien parece no querer separarse de ella pese a ya no estar comiendo, solo se mantiene sentado en su hombro observando todo.

— ¡Esto es genial! Gracias por traerme Eris — habló James con una gran sonrisa de felicidad mientras la mira — Nunca creí que tendría la oportunidad de conocer un bowtruckle.

— No es nada, lo volvería a hacer con mil gusto, es más, dentro de un mes podrás conocer muchas criaturas más.

Antes de que James pueda decir algo se distrajo cuando las criaturitas que estaban encima suyo volvieron todos al árbol, lo mismo que con lo que estaban con Eris, menos claro el que sigue en su hombro.

— ¿Qué hay de ti pequeño? Debes volver con el resto — le habló Eris agarrándole con cuidado viendo como niega — Pero no puedes quedarte conmigo.

Le acercó al árbol queriendo ponerle en una rama pero este se agarró de su dedo y volvió a subirse en su mano aferrándose a su muñeca sin posibilidad de poder dejarlo.

— Al parecer quiere quedarse contigo.

— Pero no puedo.

— ¿Por qué no? Digo, qué de malo habría si se queda contigo, además estoy seguro que tú lo cuidarías muy bien.

Eris le observó insegura al bowtruckle que sigue aferrado a ella, como si estuviera esperando su respuesta y como tiene el corazón tan frágil no se pudo negar ante esos ojitos que la ven fijamente y terminó por asentir llevándolo de vuelta a su hombro a lo que este hizo un raro festejo haciéndola reír.

— Nunca puedo resistirme a los animales, ya me veo en un futuro en mi casa propia teniendo lleno de animales de todas clases. ¿Qué es lo que a ti te gustaría tener en tu futura casa propia?

Se sienta en el suelo y lo llama para que haga lo mismo a lo que este por supuesto se sienta a su lado, aunque un poco alejado al ver que el bowtruckle le miró con los ojos entrecerrados mostrándole sus manos como si lo estuviera amenazando, algo que le sorprendió pero no dijo nada al respecto.

— Me gustaría tener un mini campo de quidditch y poder jugar con mis hijos.

Eris se puso a imaginar a un James adulto jugando con varios niños mientras ríen y compiten entre todos, la imagen mental le hizo sonreír inconscientemente.

— Te veo siendo un excelente padre.

— ¿Tú crees? — pregunta viéndola asentir — Eso espero la verdad porque me gustaría tener varios hijos. ¿Quieres hijos?

— Sí, pero mucho más adelante, ni ahora mismo ni como en dos años me veo capacitada para ser madre, además me gustaría primero terminar lo que estudiaré al salir de acá.

— Déjame adivinar, magizoología.

— Exacto — sonríe volteando a verlo — A ti te veo siendo jugador profesional de quidditch, aunque creo que ya te lo dije.

— Me lo mencionaste, y sí, es uno de mis mayores sueños desde niño pero estos últimos días viendo las matanzas que publican en el profeta prefiero ser auror para ayudar en evitar todo y capturar el máximo posible de mortífagos.

— Es muy noble de tu parte pero creo que ya hay suficiente aurores que puedan hacer eso, en cambio tú deberías seguir tu sueño mientras puedas. Bueno, es tu decisión claramente, yo solo doy mi opinión.

James asintió poniéndose a pensar en lo que dijo ya que estos días ha estado en esa duda de cuál camino elegir.

— Tendría que pensarlo bien.

La rubia gesticuló un sí para después comenzar a rebuscarse en su bolso hasta que lo encontró quitando y extendiéndole la pulsera de hilo color rojo con un pequeño cristal en medio.

— Es un regalo para ti, lo hice yo misma.

— ¿Para mí? — murmuró sorprendido viendo la pulsera y luego a ella.

— Sí, espero te guste, es que siempre me decías que te gustaría tener también un cristal y decidí darte uno — sonríe un poco avergonzada con las mejillas ligeramente sonrojadas.

— Por supuesto que me gusta — sonríe y le vuelve a pasar la pulsera — Pónmelo mientras me cuentas para qué sirve ese cristal.

Asiente feliz de que le haya gustado y no rechazado y agarra la pulsera comenzando a ponerle mientras habla.

— Es un citrino, sirve para atraer la felicidad, prosperidad, éxito, creatividad, también te ayuda a eliminar y protegerte de pensamientos y emociones negativos mejorando tu estado de ánimo e incluso te ayuda a conciliar el sueño tranquilamente. Además de eso el hilo rojo también actúa como protección.

Termina de contarle y ponerle levantando la vista topándose de lleno con sus ojos que tiene cierto brillo que de alguna forma la reconfortó bastante y sintió como si pudiera ver durante mucho tiempo y no se cansaría jamás. Por otra parte queda decir que James está de lo más embobado por ella.

— Entonces..¿qué dices? — pregunta la rubia un poco cohibida ya que no ha dicho nada y solo la observa.

— Digo que me encanta y que lo llevaré por siempre conmigo.

Eso la hizo sonreír nuevamente y los dos se quedaron mirando por largos segundos hasta que ella apartó la vista al sentir un pequeño tirón en su cabello causado por el bowtruckle.

— Esa criaturita me odia — bromea James, aunque muy en el fondo no es broma, más aún cuando vio que le quitó la lengua.

— No creo que lo haga.

— Lo hace y seguro en la noche se va a colar en mi habitación para arrancarme los ojos.

Eris soltó una risita negando y a partir de ahí los dos siguieron hablando y pasando juntos todo el día metidos en su burbuja hasta que llegada el atardecer salieron del bosque entre charlas y ciertos roces de manos, volviéndose más unidos que antes y conociéndose aún más. Y no está de más decir que Eris tiene una pequeña nueva mascota de color verde que no se despega de ella.

Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro