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19

CAPÍTULO DIECINUEVE
• QUIDDITCH Y MÁS •

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Hoy es el primer partido de quidditch de la temporada y qué mejor que empezar con uno de los clásicos, Gryffindor vs Slytherin, las casas más rivales de Hogwarts, haciendo así que no solo los jugadores estén eufóricos y con la tensión en el aire, sino también los alumnos que ya están con sus rostros pintados, camisetas de su casa, banderines y más, incluso las apuestas están por todas partes, tanta emoción que el comedor está lleno de distintas voces esperando ansiosos por ir a ver ya el partido.

Eris acaba de entrar con una sonrisa de emoción contagiándose de la felicidad de algunos, ella por supuesto no se quedó atrás y también tiene las mejillas pintadas en líneas horizontales, la única diferencia es que de un lado tiene los colores de Gryffindor y del otro de Slytherin, además de dos banderines, aunque el verde es más grande que el rojo dado que Narcissa se lo dio a propósito, justamente está con ella quien le comenta de lo nervioso que se encuentra Regulus y que fue a la cocina porque no cree poder soportar la presión de sus compañeros al ser el buscador.

— Antes de que el partido empiece iré a verlo, ¿me acompañas?

— Eso no se pregunta linda, claro que lo haré — sonrió y entrelazó su brazo con el suyo yendo con sus amigos.

— Y después debemos hablar sobre eso.

— Lo haremos — respondió más seria — Nos encontraremos cerca de la casa de Hagrid a las cinco, ahí casi nadie va y mucho menos hoy.

La menor solo asintió ya que justo llegaron con el resto y dado que en su círculo de amistad están más de la casa de los leones decidieron sentarse ahí por hoy, inmediatamente fueron recibidas por un alegre Sirius.

— ¡Primas! — exclamó sin darse cuenta hasta que Remus le metió un fuerte codazo cayendo en cuenta de su error — Digo prima y Eris ¿Cómo están? ¿Listas para vernos ganar hoy?

— Já! Ya quisieras, Slytherin les pateará el trasero — habló con orgullo Narcissa levantado el mentón y viéndolo como si fuera inferior a ella.

— Sueña prima, hoy gana Gryffindor.

— Yo digo que habrá empate y al final el buscador determinará quién ganará — habló Eris sentándose al lado de James que no pudo siquiera mirarla.

En cuanto a él digamos que volvió a ignorarla desde que se enteró, bueno, no una gran ignorada ya que también necesita de su atención, solo que trata de pasar menos tiempo con ella a solas porque se pone nervioso y empieza a decir cosas sin sentidos haciéndole sentir bastante avergonzado y como un niño que no sabe cómo actuar frente a alguien que le gusta, lo bueno es que mientras está alrededor de sus amigos puede ser el James de siempre, como si ellos fueran su respaldo y fuerza, aunque eso no evita que sin querer a veces se comporte como tonto, algo del cual hace que sus amigos se burlen un montón, especialmente Sirius que desde la fiesta anda bromeando al respecto o tirando indirectas frente a la rubia haciéndole pasar vergüenza. Realmente se siente raro saber que le gusta alguien más que no es Lily y se siente perdido sin saber qué hacer, si seguir detrás de la pelirroja o intentar conquistarle a Eris sin importar que tenga algo con Rosier o que posiblemente pierda su amistad, por el momento mientras resuelve su lió mental solo sigue actuando como su amigo.

— Nah, no creo que sea así, nosotros anotaremos mucho sin depender del buscador — dijo Sirius decidido llevándole la contraria.

— ¿Quieres apostar a que estoy en lo cierto?

Ocultó sus ganas de reír sabiendo que ella tiene la razón y ambos se quedaron mirando fijamente hasta que Sirius finalmente entendió porqué se le ve tan segura y abrió la boca indignado porque ella tiene ese don y luego frunció el ceño causando que Eris se ría por fin. Mientras tanto el resto miraba extrañado la interacción de ambos y de como parecían entenderse sin hablar siquiera.

— Son tan extraños — acotó Peter.

— Solo tienen una unión única, una amistad destinada por segunda vez que les permite entenderse bien — le comentó Narcissa para luego meter un pedazo de comida en su boca.

— ¿Amistad destinada? — le preguntó Remus confundido viéndola.

— No lo entenderían.

— ¡Bien! Me rindo, no quiero apostar.

— ¿Miedo a perder canuto? — se burló James.

— Con ella sí, nunca apuesten nada con Eris o van a perder todo.

— Yo me arriesgaría — dijo James atreviéndose por fin a mirarla — ¿Qué quieres apostar?

Eris se le quedó mirando fijamente pensando en qué podría quitar de él pero realmente no le interesa nada, ni siquiera el dinero, solo había dicho lo anterior para molestar a Sirius.
James no pudo soportar tanto tiempo su mirada y fingió volver su atención a su comida ignorando su corazón latir con ferocidad.

— Me contaron que hay un árbol lleno de bowtruckle y si gano quiero que me acompañes a verlos.

— Ay Eris, pídele algo más, no sé...dinero quizás, él tiene mucho — se metió Sirius.

— ¿Para qué? Yo también tengo y no es que me importe tanto, además se nota que él ya no quiere pasar tiempo a solas conmigo y ese sería un castigo para él.

James se atragantó con el jugo ante su sinceridad y empezó a toser con fuerza mientras el resto se ríe, menos Peter que empezó a golpear la espalda de James por las dudas y que no se muera ahogado.
Luego de unos segundos le hizo una seña al rubio para que pare de golpearle y este asintió haciendo que James respire normal por fin con el rostro rojo de tanto toser.

— ¿De dónde quitas que ya no quiero pasar tiempo a solas contigo? — preguntó una vez que se pudo calmar bien.

— No hace falta que me lo digas, se nota muchísimo por la forma en que evades cada invitación mía para pasar tiempo juntos, pero bueno, no soy quien para reclamarte...¿Aceptas la apuesta?

Le extiende su mano para cerrar trato ante la atenta vista de sus amigos que parecen viejas chismosas.
James dudó por un momento pero luego estrechó su mano mirándola fijamente a esos hermosos ojos que tanto le gusta.

— Acepto, y si tú pierdes te diré luego lo que quiero a cambio.

— Entendido.

Eris sonrió entusiasmada sabiendo que ganará y empezó a servirse la comida ante la atenta vista de James que al parecer ya no puede disimular ni un poco, por lo tanto Peter que está a su otro costado le dio un codazo y cuando llamó su atención le dio una mirada que el azabache no entendió y el rubio rodó los ojos acercándose a su oreja para susurrarle.

— Deja de verla tanto si no quieres que se dé cuenta que te gusta.

Se separó y volvió a lo suyo mientras que el otro se sonrojó un poco y agachó la cabeza jugueteando con su comida, todo esto ante la atenta vista divertida de Sirius y Remus que justo están frente a él, el primero está haciendo todo lo posible para no burlarse.

— ¿Alguien ha visto a Eloise? — preguntó Narcissa dándole una mirada a cada uno.

— No — respondieron al mismo tiempo los merodeadores como si estuvieran conectados.

— Está con su novia en la habitación, las dos me echaron de ahí — respondió Eris para después darle una mordida a su comida.

— Esa desgraciada, le echa a mi bebita para hacer sus cochinadas — dice Sirius fingiendo indignación.

— Si algún día te vuelve a echar puedes venir a nuestra habitación sin problema — habla James mirándola.

— Claro, y tú encantando ¿verdad cornamenta? — se burló Sirius ya no pudiendo contenerse.

El susodicho lo miró de la peor manera y le mandó una patada por debajo de la mesa haciendo que suelte un grito de dolor y sorpresa que llamó la atención de prácticamente todo el comedor, pero luego trató de disimular aunque no pudo tanto tiempo ya que empezó a maldecirle a James mandándole otra patada y eso fue el inicio de mandarse varias patadas haciendo que el resto de sus amigos se levanten para que no le den a ellos.

— ¡Cálmense ahora mismo! — exclamó Remus molesto.

Los dos al instante se detuvieron pero aún seguían mirándose mal, Narcissa y Eris le observaron asombradas a Remus ya que ambos le hicieron caso de inmediato, y es que la verdad es que a los dos le intimida el castaño cuando está molesto y es mejor no hacerlo enojar peor.

— Parecen dos niñitos peleándose de esa forma — continuó retándolos — miren, por su culpa la mesa se llenó de jugo arruinando la comida del resto.

— Lo sentimos Remus — dijeron al mismo tiempo poniendo una falsa expresión de culpabilidad.

Eris se colocó al lado del castaño agarrándole del brazo y este la observó relajando poco a poco su expresión de molestia.

— Es injusto que uses tu don en mí — le susurró.

— Lo siento pero es que me dan pena.

Ambos voltearon coordinadamente a verlos y los dos dejaron de mirarse mal de inmediato para fingir una cara de arrepentimiento y Eris se sintió estúpidamente ingenua al creer que de verdad estaban arrepentidos, Remus por su parte negó decepcionado.

— ¿Sabes qué? Te los dejo, yo me voy con Regulus.

Le soltó del brazo y le dio una mirada a Narcissa que rápidamente entendió y se puso a su lado entrelazando de nuevo sus brazos y caminando fuera del comedor oyendo los gritos de Sirius suplicándole que vuelva y que no lo deje en manos de Remus, ante esto las dos soltaron una risita divertida porque a la única persona que el peliengro le tiene miedo es al castaño.

— ¿Crees que les haga algo? — preguntó la mayor.

— No, quizás les rete un poco más y luego los deja ir, es que ya falta poco para el partido.

— ¿Sabes por qué se empezaron a pelear? — preguntó para ver si se dio cuenta porque claramente ella sí lo hizo.

— No tengo idea, pero son Sirius y James, los dos discuten por cualquier cosa y luego se ponen todo cariñoso con el otro, parecen casados.

— Tienen una linda amistad, me alegra que James lo haya ayudado a salir de esa casa, pero una pena que no le llevó a Reggie con él.

Eris dudó en sí contarle o no el plan que tiene junto al mencionado y sus padres, no es que no confíe en ella, sino que tiene la creencia de que entre más personas se enteren de un plan este saldrá todo mal, así que siguiendo su creencia decidió no hacerlo.

— Hablando de él, deberíamos ir a verlo en la cocina.

— En realidad a este punto ya no creo que esté ahí, lo más seguro es que se habrá ido con el equipo. Mejor vamos a las gradas para agarrar ya un buen lugar.

— Estoy nerviosa.

— ¿Por qué? — preguntó extrañada.

— Es el primer partido que voy a estar, ¿y si me cae una bludger en la cara?

Narcissa no pudo evitar reír un poco ante su expresión de miedo y Eris continuó pensando en miles de escenarios en donde la tienen que quitar medio muerta porque le cayó una de esas bolas de hierro, no quiere morir de eso y ya se imagina en su funeral diciendo que se murió por culpa de una bludger.

— Tranquila linda, no te va a pasar nada.

— ¿Me lo prometes? — dice mirándola aún con un poco de miedo a lo que la rubia sonrió enternecida viéndola.

— Te lo prometo.

— Bien, entonces vamos rápido.

Deshizo el agarre de sus brazos más emocionada que antes y le agarró de la mano, las dos con una sola mirada se entendieron y empezaron a correr hacia el campo riendo y esquivando personas, y así estuvieron casi hasta llegar pero Eris se detuvo al verle al Black menor.

— ¡Regulus! — gritó corriendo junto a él.

Este volteó al oír su nombre y se detuvo al ver que trata de ambas chicas, le dijo a Barty que luego iría y este le dejó solo.
Apenas Eris llegó se lanzó a sus brazos haciendo que casi caigan los dos pero el pelinegro logró equilibrarse a tiempo devolviéndole el efusivo abrazo.

— Mucha suerte en el partido, ya verás que van a ganar gracias a ti.

— No sé, no creo que ganemos, la última vez perdimos contra Gryffindor...¿y si no logro atrapar la snitch? ¿y si me caigo de la escoba?

La rubia se separó del abrazo al oírlo tan nervioso y por más que no debería hacerlo le transmitió un poco de tranquilidad y confianza, y claramente esto se notó ya que él frunció el ceño confundido pero decidió dejarlo pasar creyendo que el hablar sobre como se siente fue lo que le ayudó.

— Esta vez todo será diferente, tú vas a atrapar esa snitch y le demostrarás a todos que eres el mejor buscador de esta época.

— ¿Eso crees? — preguntó un poco inseguro aún.

— Sí, yo confío en ti Reg.

El menor sonrió mucho más aliviado y confiado en sí mismo y le dio otro abrazo a Eris, ella por supuesto le correspondió, todo ante la atenta vista de Narcissa que los ve con una sonrisa de ternura esperando que nada se arruine cuando le cuenten que ambas y Sirius tienen dones.

— Bueno, ya me voy, las veo ahí.

— Suerte — dijeron ambas.

Asintió regalándoles una última sonrisa y luego se fue corriendo, por su parte las dos volvieron a ir hacia el campo entre varias conversaciones que pronto se les unió Remus y Peter y entre los cuatro se subieron en las gradas, Narcissa y Peter empezaron a hablar de algo que por sus expresiones les parece muy interesante, Remus por su parte quitó un libro y empezó a leer ya que no le gusta el quidditch y se va solo en apoyo a sus amigos, y finalmente está Eris que ve todo con una sonrisa de emoción jugando con sus banderines y su emoción aumentó cuando el comentarista ya empezó a hablar.

— ¡Estoy emocionada! — chilló abrazando el brazo de Remus que está a su lado.

— ¿Ya no tienes miedo? — preguntó dejando de lado su libro para verla con una mini sonrisa ante su felicidad.

— ¿Cómo sabes que tenía miedo? — dice confundida.

— Ayer me lo dijiste ¿no recuerdas?

— Oh, sí sí, se me había olvidado, pero no, ahora mi emoción puede más..¿Cuándo salen los jugadores?

— Supongo que en unos...

Y no pudo terminar porque los jugadores de Gryffindor salieron haciendo que el público se ponga eufórico y Eris por supuesto también empezó a gritar junto a Peter quien tiene todo el rostro cubierto de pintura.
Por otro lado James empezó a mirar el público buscándole a Eris y al verla gritando y moviendo su banderín rojo sonrió más entusiasmado yendo a colocarse en su posición teniendo en mente ganar por ella, solo en un intento de mostrar su talento en el quidditch.

— ¿Dónde están Sirius y James? — le preguntó Eris a Peter al no lograr verlos.

Pero justo cuando le iba a señalar los jugadores de Slytherin salieron y esta vez en esa grada solo Narcissa y Eris gritaron en apoyo ganándose varias miradas de los Gryffindor's a su alrededor pero a ellas ni les importó.

— ¡Vamos Regulus! — gritó la rubia menor moviendo su banderín de un lado a otro con fuerza.

— ¡Patéale el trasero a los Gryffindors! — gritó Narcissa ganándose miradas feas de la mayoría.

— ¡Vamos Slytherin! — gritó de nuevo Eris.

Remus al notar todas las miradas se encogió en su asiento pero luego decidió intervenir así que le agarró de la muñeca a Eris dándole un leve tirón para llamar su atención y así fue, ella volteó para verlo.

— ¿Qué pasa Rem?

— Creo que no es el lugar adecuado para alentar mucho a la casa contraria.

Con eso la rubia volteó por todos lados dándose cuenta que algunos las están mirando y sus mejillas se sonrojaron con fuerza y se sentó rápidamente al lado de Remus abrazando su brazo otra vez queriendo esconderse en donde sea.

— Me emocioné y no me di cuenta.

— Lo sé — sonríe un poco viéndola — y no te hubiera interrumpido si no fuera porque algunos son realmente fanáticos y son capaces de hacerte algo.

— ¿En serio hay gente que llega al punto de hacer daño por fanatismo? — pregunta asombrada.

Asintió en respuesta y Eris inmediatamente se levanó yendo hacia Cissy explicándole la situación y esta al instante también se calmó.

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Y tal como Eris lo había dicho Slytherin ganó luego de quedar empatados y Regulus haya agarrado primero la snitch haciendo que el público de la casa verde estén rebosando de felicidad y los del rojo enojados y triste, especialmente los jugadores que se retiraron al instante.

— Iré a ver que James y Sirius no se maten — dijo Remus levantándose con su libro en mano.

— No creo que lo hagan — le dijo Eris.

— Sí que son capaces, en fin, nos vemos luego en la cena o quizás antes.

Se despide con la mano y le hace una seña a Peter para irse con los otros dos y este camina a su lado triste porque su casa perdió, por otro lado Narcissa se acercó a su prima con una gran sonrisa de felicidad entrelazando su brazo con el suyo como de costumbre y comenzando a caminar.

— ¿Te parece si adelantamos la conversación para ahora? — le preguntó viéndola brevemente.

— Sí, pero podríamos ir a ver a Reg primero, me gustaría felicitarlo.

— Claro, vamos a los vestidores.

Y así nuevamente emprendieron camino entre algunas conversaciones, esta vez más que nada hablando de lo que fue el enfrentamiento y algunas ocurrencias de Eris sobre temas que ni Narcissa sabía y por ende la escuchaba atenta e incluso le hacía preguntas al respecto.

Unos minutos después llegaron frente al vestidor de Slytherin esperando que Regulus salga mientras continuaban hablando. Sin embargo, no salió y recién el primero en salir fue Barty con una gran sonrisa de felicidad seguido de Lucius.

— ¡Barty! — le llamó Eris al verlo.

El susodicho volteó y fue hacia ella al verla llamándole con la mano, Lucius al verle a Narcissa también fue con ellas.

— Chica nueva — saluda con una sonrisa — ¿Qué puedo hacer por ti?

— Pero ya pasó tiempo de mi venida, ya no soy nueva, soy una más.

— Hasta que aparezca un estudiante nuevo mayor de once tú seguirás siendo la chica nueva para mí.

Iba a cuestionarle pero se calló al percibir incomodidad y volteó a verle por unos segundos a Narcissa y Lucius dándose cuenta que proviene de ellos, él la está observando intensamente y ella está con la cabeza agachada.

— Está bien, lo entiendo y lo que quería preguntarte es si Regulus sigue dentro — señala el vestidor con su cabeza.

— Recién entró a ducharse y tardará como treinta minutos así que les recomiendo verlo luego — sonríe de lado viéndola fijamente — En fin, debo ir a restregarle en la cara a los Gryffindor's que ganamos. Hasta luego.

Luego de eso se va con Lucius dejándole a ambas en silencio, aunque la menor le está viendo fijamente a la otra rubia quien sigue con la cabeza agachada.

— ¿Qué pasa con Malfoy? — pregunta curiosa.

— Te lo contaré pero vamos a otra parte, ya después le felicitamos a Regulus.

Asiente en respuesta y las dos comienzan a caminar en silencio hacia el lugar en donde anteriormente habían quedado en verse.
Tiempo después llegaron cerca de la cabaña de Hagrid y fueron a sentarse bajo un árbol.

— Yo sabía que en algún momento esto pasaría pero ayer me llegó una carta de padre informándome que el 24 de diciembre harán una fiesta de celebración no solo por navidad, sino que también para oficializar mi compromiso con Lucius.

Eris hizo una mueca de pena y le agarró la mano en apoyo al verla tan triste luego de contarle.

— ¿Tú quieres esto? — preguntó solo para asegurarse al 100%.

— Por supuesto que no, ni siquiera lo amo.

— Entonces no aceptes, escápate conmigo, mi casa es lo suficientemente grande como para hospedarte también.

Narcissa le dio un apretón en la mano sonriéndole apenas. Por más que desearía aceptar su propuesta no puede, tiene miedo de huir y también de decepcionarle a sus padres cuando han esperado hace tiempo comprometerla con una familia como los Malfoy's.

Mi deber como mujer sangre pura es casarme y no tengo alternativa, pero te prometo que siempre tendrás mi apoyo en cualquier situación.

Sabiendo que no hay forma de hacerle cambiar de opinión por más que lo intente solo pudo abrazarla y la mayor se aferró a ella haciendo todo lo posible de no llorar y mostrarse débil porque eso nadie puede verlo.

— Igual si necesitas algo no dudes en pedírmelo que yo haré lo que sea para ayudarte.

— Lo sé, ahora dejémonos de tristeza y vamos a lo directo — se separa del abrazo para verla — ¿Qué tanto sabes?

— De ti prácticamente nada, la tía Melania solo nos dijo que tú también tienes y que te está entrenando, lo que me hace querer saber desde cuándo lo tienes.

— De hecho no desde hace mucho, se me activó uno el 19 de junio de este año y recién en julio la abuela me empezó a enseñar.

— ¿Alguien más lo sabe?

— De momento solo Sirius y tú.

Eso le hizo pensar que posiblemente Regulus se enoje cuando se entere que prácticamente fue el último en saber ya que hasta sus amigos lo saben, menos James, o no del todo al menos, pero aún así ahora teme un poco por su reacción ya que no quiere perderlo.

— ¿Crees que Reg se enojará cuando se entere que no le contamos antes?

— Conociéndolo, sí — hace una mueca mirando a lo lejos — se sentirá traicionado por ocultarle tanto tiempo y quizás dolido al saber que a nosotros tres sí se nos activó y en él jamás lo hará.

— Entonces...¿le contamos o no? — pregunta ahora más insegura que nunca.

— Hay que hacerlo, mientras más tardemos peor será.

Solo asiente en respuesta rogando en su interior porque no salga todo mal y que no se aleje de todos, lo mismo pasa en la mente de Narcissa, más ahora que se está abriendo con más personas y teniendo nuevos amigos, algo que a él como también a ella les faltaba luego de que solo se tenían a ambos.

— Oye..¿y qué dones tienes? — pregunta curiosamente ya que quería saberlo desde que se enteró.

— De momento solo tengo el don de la sanación tanto para en humanos como animales, la intuición bien activada que tenemos todos y algo parecido a lo de Sirius.

— ¡Eso es fabuloso! — chilla emocionada — Podrías curar a muchos animalitos y personas, podrías ser medimaga inclusive.

— ¿Sabes? Siempre he querido ser medimaga — sonríe recordando cuando jugaba serlo de niña — pero sé que no se podrá, así que me alegro de tener al menos este don que cada vez lo voy controlando más.

— En serio estoy feliz de que tengas dones — sonríe emocionada — ¿Y a qué te refieres con uno parecido al de Sirius?

— Ah, no sé si sea como el de él pero puedo saber quiénes estuvieron juntos en vidas pasadas, ya sea como amigos, familia o pareja.

— ¿Cómo? — dice confundida.

— Uy, no sé cómo podría explicarte — se rasca el mentón pensativa — Sirius y tú también fueron mejores amigos en su anterior vida, por eso eres más unida a él que con cualquier otro y se entienden bastante.

— ¿Qué? — susurra anonadada.

Eso definitivamente no se lo esperaba; de principio creyó que su gran unión se debía a la confianza que tienen entre los Macmillan pero con Narcissa y Regulus no se dio tanto así y ahora todo tiene más sentido de lo rápido que se volvieron unidos y de como a veces parecen entenderse con tan solo verse.

— Sí, lo sé, es extraño saberlo pero así es, en parte de ahí influye la gran amistad que tienen, ustedes no se reconocen pero sus almas sí.

— Wow...¿Puedo decirle? — pregunta ya emocionada por ver su reacción.

— Claro que puedes, aunque si eso les volverá más chicles de lo que ya son mejor no que no quiero perder a mi amiga — bromea.

— No me perderás, puedo ser amigas de todos al mismo tiempo — dice inmediatamente sin captar que está bromeando.

— Lo sé — sonríe dándole un leve empujón con su cuerpo ya que están sentadas juntas — Ahora cuéntame qué pasó entre Rosier y tú, me enteré por ahí que se besaron en una fiesta hace días atrás.

Eris se sonrojó al instante y bajó la cabeza avergonzada comenzando a jugar con sus dedos.
Seguro se preguntarán qué pasó entre ellos luego de eso, y la respuesta es nada, luego de hablar sobre ello llegaron al acuerdo de que fue por estar los dos drogados y continuaron siendo amigos, aunque la tensión entre ambos era inevitable a veces ya que claramente los dos se gustan pero ninguno se atreve a dar el paso, pero eso sí, ahora tienen más roces entre ellos e incluso Alexander dejó un poco más de lado su frialdad y le da algunas muestras de afectos más que solo agarrar su mano.

— Sí, pero en mi defensa estaba drogada — la ve avergonzada.

— ¡¿Qué?! ¿Quién te dio eso? Dime para matarlo.

— No te lo diré, además yo acepté porque quería experimentar un poco y la pasé realmente bien.

La observó incrédula de que ella haya decidido consumir por cuenta propia, no la veía de esa manera, la tenía más como inocente e incapaz de meterse eso en su cuerpo.

— Bueno, supongo que está bien pero no exageres con esas cosas — la señala con su dedo índice tratando de verse amenazante.

— No lo haré — dice distraídamente ya que está observando como una hormiga camina en su brazo.

— Pero no cambiemos de tema, dime qué pasa entre ustedes — insiste entusiasmada.

— Nada, solo somos amigos y ya.

— Mm..por tu voz puedo deducir que no estás tan de acuerdo.

Eris le deja a la hormiga en el suelo soltando un suspiro y levanta la cabeza para verla.
La verdad es que sí le gustaría ser algo más pero a la vez no, no después de seguir con la sospecha de quién es su alma gemela, además Alexander le gusta pero no cree que lo suficiente como para ilusionarlo porque no sabe si lo suyo durará mucho, teme dañarlo y arruinar la amistad que tienen.

— No es eso, o sea sí pero no..agh, es complicado.

— Lo entiendo, debes aclarar tu mente antes de dar ese paso para evitar daños colaterales.

— Eso haré.

Luego de eso continuaron hablaron de distintas cosas por varias horas en donde nadie fue a molestarlas hasta que llegada la cena les tocó volver y se reunieron con el resto, no sin antes felicitarle a Regulus quien estaba muy feliz. Y finalizada la cena Eris corrió detrás de James que se retiró rápidamente al no estar de buen humor.

— ¡James! ¡Detente!

El susodicho se detuvo al instante al escuchar su voz y volteó con lentitud viéndola sin ánimos de hablar. Eris por su parte finalmente llegó hasta él respirando con un poco de dificultad pero se repuso rápidamente.

— No quiero ser grosero pero ahora mismo no tengo muchas ganas de hablar.

— Sí, solo te quería decir que eres un excelente jugador con un gran futuro en las ligas mayores de quidditch y que no deberías desanimarte solo por haber perdido una vez, además no siempre uno sale ganando y eso también está bien, no por perder eres mal jugador.

Ambos se quedaron mirando fijamente y como si estuvieran coordinados se sonrieron mutuamente.
La razón por la cual le dijo eso es que Remus le chismoseo en la cena que James andaba diciendo a cada rato que es un mal jugador y por eso perdieron.

— Ahora sí te dejo solo.

Volteó dispuesta a alejarse pero James agarró su muñeca deteniéndola y haciendo que voltee de nuevo.

— No..digo em..¿quieres ir un rato a pasear conmigo?

Eris por supuesto aceptó al instante sonriendo feliz de que por fin puedan pasar tiempo a solas de nuevo, James estaba de igual forma aunque era más un manojo de nervios repitiéndose en su mente que no debe cagarla con su estupidez, sin saber que a Eris realmente le agrada más por su personalidad que otra cosa y si supiera que está intentando ocultar cierta parte de ello tal vez le daría todo un discurso como de costumbre.

Y así fue como esa noche volvieron a unir de nuevo esa amistad que tienen hablando por horas hasta que a James le entró el sueño y tuvieron que despedirse para ir a dormir cada quien por su parte pero pensando en el otro.

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