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CAPÍTULO DIECIOCHO
• CUMPLEAÑOS DE SIRIUS •
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Había llegado el día y los cuatro desaparecieron desde muy temprano faltando a todas las clases y dejándole a Sirius entre confundido y triste porque esta vez despertó sin los gritos de sus amigos felicitándole, tuvo esperanza de encontrarlos en el desayuno pero no fue así y cuando le buscó a Eris se sintió aún más decepcionado al no encontrarla tampoco, por lo tanto se acercó a Eloise y le preguntó dónde está y ella solo le respondió que se escapó a Hogsmeade porque su mamá necesitaba hablar con ella y que los chicos la acompañaron y no quisieron despertarle, algo que le molestó otra vez pero que también le preocupó pensando que podría haberle pasado algo y él estaba siendo egoísta necesitando atención solo por ser su cumpleaños.
Así estuvo toda la mañana esperándolos y recibiendo muchos regalos y felicitaciones de los estudiantes pero no de las personas que desea recibir, por esa razón se encaminó triste hacia el comedor para almorzar y con la esperanza de verlos ahí, pero nuevamente no se encontró con ninguno y se sentó al lado de Marlene y Lily con la expresión derrotada.
— ¿Qué te pasa? — le preguntó la rubia.
— Los chicos y Eris se escaparon a Hogsmeade y no me llevaron con ellos. Al parecer se olvidaron de que hoy es mi cumpleaños.
— Si que eres tonto — le dijo Lily dándose cuenta al instante de lo que sucede.
— ¡Oye! No a la agresividad que hoy es mi cumpleaños.
— ¿En serio te vas a justificar todo el día con eso? — se burló Marlene.
Hoy en una clase se quedó dormido y en otra llegó tarde excusándose con lo mismo y sí que funcionó porque los profesores lo dejaron pasar.
— Déjame en paz que estoy triste.
— Ay pobre niñito, sus amiguitos no le hacen caso — se burló otra vez ganándose un leve empujón del pelinegro haciendo que ella se ría.
— Cállate que hieres mis sentimientos estúpida.
En otro lado los chicos y chicas se están viendo entre ellos y riendo de lo ridículos que se ven mientras que Eloise les quita foto para el recuerdo.
— ¿Para dónde tan sexy Remus? — le dijo Peter en broma.
El susodicho solo rio avergonzado tratando de adaptarse a la ropa y James soltó una carcajada mirando su trasero sin disimulo alguno.
— No sabía que tenías el trasero grande lunático, se ven bien.
Eris y Eloise se carcajearon al ver el rostro del chico empezar a volverse rojo por lo halagos de los chicos. La verdad es que ambos están diciendo eso para que se relaje más ya que se nota bastante incómodo.
— Parecen los viejos verdes de mi barrio — se burló la morena.
— ¿Existen viejos de color verde? — preguntó Peter confundido.
Los tres no tardaron en reírse con fuerza y Eris al sentir pena por la vergüenza de su amigo decidió responderle pacientemente, como si hablara con un niño pequeño.
— Por lo que sabemos no existen, pero ese es un término para referirse así a los señores que le acosan a las chicas todo el tiempo diciéndole cosas vulgares, silbándole como si fueran perros o "piropeándole", algo que las hace sentir sumamente incómoda.
— Maldito patriarcado — habló con rabia Eloise.
— Oh, ya entiendo, cerca de mi casa también hay un viejo verde y me molesta como le trata a las chicas, incluso le toca a veces sin su consentimiento a las que pasan por ahí.
— Maldito patriarcado por dos — dijo James.
— Por tres — continuó Eris.
— Por cuatro.
— Por cinco — terminó Peter — Les hace una buena falta de modales.
— Bueno, mejor vamos que el idiota ya está al borde de la depresión sin ustedes. Hasta parecía querer llorar.
— No seas exagerada — le dijo Peter.
— Ay pobrecito, vámonos rápido.
La rubia rápidamente caminó hacia la puerta y los demás la siguieron y fueron entre bromas y risas hacia el comedor ganándose todas las miradas del pasillo, silbidos, burlas, risas y algunos comentarios horribles pero a ellos no les importó, aunque Remus es el más avergonzado y nervioso de todos, además de sentirse inseguro por la cantidad de cicatrices que están a la vista y por eso Eris lo lleva de la mano transmitiéndole de vez en cuando tranquilidad a consentimiento de él.
Se preguntarán qué es lo que llama tanto la atención. Pues la razón es que los cuatro llevan una corta falda con tela de tul de los colores del arcoíris y varios brillitos en el acompañado de un crop top rosa chillón con el rostro maquillado de distintos colores y también con brillos, mientras que los chicos llevan unos tenis blanco Eris lleva una bota larga por encima de la rodilla de cuero y color rojo que la hace ver más alta acompañado de algunos accesorios llamativos y de su cabello pintado temporalmente con algunos mechones rojos para combinar con sus botas.
Al llegar cerca del comedor Eloise fue la primera en entrar con una radio semi grande para que suene fuerte escondido en su mochila y cuando se colocó en su posición quitó la radio y todo el comedor inundó la canción Dancing Queen de ABBA ganándose la atención de todos, esa fue la señal de los cuatro y entraron al comedor abriendo las puertas con fuerza y Sirius se carcajeó al verlos al igual que el resto de los estudiantes e incluso algunos profesores.
Los cuatro empezaron a bailar con la coreografía que practicaron desde el lunes mientras cantan moviéndose de un lado a otro sin perderle de vista a Sirius que está de lo más feliz entendiendo porqué faltaron toda la mañana.
Los únicos que saben cantar entre ellos son Eris y Remus, los otros dos son un desastre pero cantan como si fueran los mejores cantantes del mundo.
— See that boy — cantó Eris señalándolo y cambiando la última palabra — Watch that scene...
— Dig in the dancing queen... — gritó James.
Eris corrió hacia él poniéndole una corona de plástico en su cabeza a lo que él empezó a reír y luego agarró la mano que le extiende levantándose y empezando a bailar con ella. Mientras tanto James se subió a la mesa de Hufflepuff, Remus en la de Gryffindor y Peter en la de Ravenclaw, los cuatro empezaron a bailar moviendo su cuerpo y su trasero ganándose muchos silbidos y por sobre todo risas. La gran mayoría del comedor empezaron a acompañarlos cantando y algunos se levantaron bailando también.
— ¡Mueve también ese trasero Sirius! — le gritó Marlene aplaudiendo.
Este la escuchó y se subió a la mesa de Gryffindor pisando la comida y rompiendo cubiertos al igual que el resto pero no le importó y le ayudó a subir a Eris en la mesa con mucho cuidado. Cuando estuvieron juntos el pelinegro pasó su brazo por sus hombros.
— You're the dancing queen, young and sweet only seventeen... — cantaron en coro los cuatro señalándole a Sirius en compañía de otros estudiantes.
A ese punto ya casi todos estaban bailando y Sirius nunca estuvo tan feliz en su vida como en ese momento, incluso lagrimeaba de la emoción mientras también cantaba y bailaba en compañía de Eris y el resto de los chicos que bajaron de las otras mesas para subirse con sus amigos.
Cualquiera que tuviera problemas en ese momento se olvidaron por completo divirtiéndose, incluso ningún profesor está enojado y sonríen aplaudiendo porque en tiempos oscuros se necesita un momento de felicidad y esos cuatro alumnos vestidos extravagantemente lo trajeron.
Cuando estaba por terminar la canción los cuatro hicieron la coreografía final en donde prácticamente consiste en modelar cruzándose entre ellos tirando besos al público para luego entrelazar su brazos y mover sus caderas de un lado a otro haciendo que sus faldas se muevan con ellos. Sirius al captar su movimiento se unió entrelazando su brazo con Remus realizando lo mismo con una enorme sonrisa que no se le quita nadie. Lo mejor vino luego cuando del techo estallaron un montón de confetis de todos los colores llenando el comedor de una maravillosa vista en donde la mayoría miró hacia arriba también con una gran sonrisa y algunos abrieron los brazos dando vueltas.
Cuando cayeron todos el comedor se llenó de gritos y aplausos pero se callaron cuando de la puerta entró un destello que pronto se convirtió en muchos más que luego explotaron formando un "FELIZ CUMPLEAÑOS SIRIUS". Y al desvanecerse Eloise colocó a todo volumen la canción favorita de Sirius quien no se contuvo y empezó a llorar abrazándole a Remus y Eris quienes están más cerca suyo para luego llamarle a James y Peter haciendo un abrazo grupal lleno de sentimientos.
— Gracias, gracias y mil gracias. Fue la mejor sorpresa que me pudieron dar, los amo — dijo al separarse.
— Te lo mereces — dijeron al mismo tiempo.
— Y se ven jodidamente bien con esa ropa. Me hicieron reconfirmar mi bisexualidad — dijo lo último en broma riendo.
— Nos vemos sexy ¿a que no? — dijo engreídamente James dando una vuelta — Ahora si me siento toda una diva.
— Eris les gana — habló Lily que está sentada bajo ellos causando que los cinco la vean — ¿Qué? Solo digo la verdad.
— Gracias Lily, estoy segura que tú también te verías bien, aún más preciosa.
La susodicha se sonrojó con fuerza y Marlene se empezó a reír y burlar de su amiga, mientras tanto James las está viendo con el ceño fruncido al notar como se ven y se sintió celoso, la gran pregunta sería ¿de quién?.
— ¡Mierda Eris! Deja de ser tan shippeable con todos — se quejó Sirius.
Todos rieron menos James que hizo una mueca en desacuerdo que fue vista por Eris pero decidió fingir que no y justo para sentirse más celoso llegó Alexander llamándola y ella sonrió al instante de verlo y con su ayuda bajó de la mesa quedándose agarrados de la mano como es costumbre.
— Te ves preciosa — le susurró cerca de su oreja haciendo que se sonroje inmediatamente.
— Cuidado con lo que le dices — le advirtió Sirius en broma riendo al final.
El resto se bajaron de la mesa colocándose frente al dúo y mirándolos fijamente, Rosier le observó al pelinegro haciendo un asentimiento.
— Feliz Cumpleaños Black.
— Gracias Rosier, estás invitado en la fiesta que habrá hoy.
— Ahí estaré, y por cierto, lo hicieron genial chicos.
— Sí, fue mi idea — dijo rápidamente James.
— Pues buena idea. Bueno, los dejo, solo venía a felicitarte y Eris ¿nos vemos hoy en la tarde en el lugar de siempre?
— Sí, llevaré a mostrarte lo que te dije.
Alexander asintió y le dio un beso en la mejilla como forma de despedida para luego despedirse también de los chicos ignorando completamente la mirada de celos de James, en realidad lo encuentra divertido y a la vez patético ya que él nunca ha sido del tipo celoso en exceso, en ese ámbito es bastante relajado y tiene la idea de que por más que te pongas celoso de alguien o le des todo este terminará engañándote de todas formas si se da la situación y por más que duela con eso sabrás que no vale la pena tenerle a su lado, además lo único que haces es llenarte de sentimientos negativos que no sirven de nada. Todo eso aprendió en su antigua relación que no fue el mejor ya que ella le engañó, además de que eran tan diferentes que llegó un momento en que ya no congeniaban para nada y por eso harta de él ella andaba con alguien más mientras él continuaba tratando de hacer que su relación funcione porque después de todo la quería bastante.
— ¡Cierto! Debo traer algo, espérenme un momento que ya vuelvo.
Eris corrió como pudo hacia Eloise y los chicos se quedaron mirándola pero luego como si estuvieran coordinados le observaron a James que ya de entrada se sintió atacado porque siente que es el único que no le cae bien Alexander.
— ¿Qué fue eso? — le preguntó Remus a James.
— ¿Qué?
— Pasa que nuestro querido James no puede fingir sus celos, lo hubieras visto en la práctica el domingo, estaba peor — habló Sirius divertido pasando un brazo por sus hombros.
— No digas tonterías, solo que no me cae bien, no sé, no confío en él.
— Tranquilo, es de confianza o de lo contrario Eris no estaría con él.
— ¿Cómo estás tan seguro? ¿Y si es un mortífago camuflado muy bien?
Sirius no supo qué decir dado que él aún no sabe sobre los dones de Eris y tampoco puede ser el que le cuente lo de ella, al menos ahora tiene la tranquilidad de saber que puede hablar de eso con Remus y Peter, pero le hace sentir culpable que su amigo más cercano no lo sepa.
— Tranquilo James, no lo es y solo admite que tu paranoia se debe a que Eris te gusta — habló rápidamente Remus al ver que Sirius se quedó mudo.
— Agh, solo admítelo y ya — le presionó Peter ya cansado.
Justo en ese momento Eris venía corriendo otra vez hacia ellos con una gran sonrisa y él se la quedó mirando fijamente con miles de pensamientos pero todos con el mismo fin. Que es jodidamente hermosa y a sus ojos es como una obra de arte digna de admirar.
— A mi mente le cuesta aceptar lo que mi corazón ya sabe — susurró.
— ¡Feliz Cumpleaños Sirius! — se lanzó a sus brazos y el pelinegro la abrazó con gusto — Eres la mejor persona que he conocido y el mejor amigo que haya deseado. Te quiero infinitamente.
— Oww, yo también te quiero infinitamente Eris, eres mi alma gemela platónica.
Los chicos los miraron con una sonrisa enternecida, adoran el lazo que formaron ambos, es la amistad más pura que le vieron tener a Sirius, claro, aparte de ellos.
Los dos se separaron y la rubia agarró la mano de Sirius colocando una pequeña caja.
— Espera, todavía no abras que tiene un hechizo de encogimiento.
— Eso se puede solucionar.
De lo más ansioso se sentó y colocó la caja en su regazo para luego quitar su varita y apuntar revirtiendo el hechizo haciendo que la caja azul vuelva a su tamaño, rápidamente lo abrió y empezó a quitar las cosas viendo todo con una gran sonrisa de emoción topándose con varios discos de su banda favorita y otros más, también las ropas que suele usar frecuentemente, pósters nuevos también de su banda favorita, algunos anillos y finalmente un collar con un cuarzo, algo que tanto le había pedido a Eris.
— Las ventajas de tener una amiga millonaria — bromeó riendo.
— Dame espacio, yo también quiero ver — dijo James empujándole y sentándose como pudo en el pequeño espacio vacío a su lado para luego quitarle la caja y mirar todo — Wow, que bueno está nuestro regalo Sirius.
— ¿Cómo que tuyo? ¡Es mío!
— Nuestro.
— ¡MÍO!
— Lo tuyo es mío y lo mío es tuyo compadre.
— Cierra la boca maldito ciego.
— ¿Por qué tanta agresividad? ¡¿Ya no me amas acaso?! — exclamó dramáticamente poniendo una mano en su pecho.
— ¡Ciego! — dijo Eris en voz alta sin darse cuenta haciendo que los cuatro volteen a verla — No puede ser, no, no creo que sea, sería imposible.
— ¿De qué estás hablando? — le preguntó James confundido.
— Ay no, mierda — susurró Remus sabiendo lo que está pasando.
Eris le miró fijamente a James con seriedad con un gran desastre de pensamientos y él le hizo una mueca aún más confundido pensando que hizo algo malo que no se dio cuenta, pero finalmente la rubia le sonrió fingidamente en donde claramente se le nota muy incómoda.
— Nada...eh..iré a la cocina, nos vemos luego y espero que te haya gustado el regalo Sirius.
Antes de que alguien le pueda decir algo se alejó a grandes zancadas negándose mentalmente a aceptar su posible teoría.
— Nunca le entenderé a las mujeres — habló el pelinegro.
— Y por eso ninguna chica te quiere para algo serio — le dijo Remus.
— ¡Oye! Yo puedo tener novia.
— Ajá, lo que digas.
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Frente al cuadro de Gryffindor se encuentran una Eris y Eloise bastante impacientes por entrar, aunque bueno, la verdad es que solo la segunda está más impaciente que nunca, tanto que se puso a discutir con la Dama Gorda para que las deje entrar ya que al parecer James se olvidó de ellas, mientras tanto la rubia está observando callada la interacción sin tantas ganas de querer estar ahí porque tiene un terrible dolor de cabeza pero no quería fallarle a Sirius, además de que su mejor amiga le insistió un montón para que la acompañe, tanto así que se dejó vestir, maquillar y peinar a su propio gusto porque ella no tenía ganas de hacer nada de eso, lo que por resultado hay una Eris completamente diferente a lo que suele ser, o mejor dicho a lo que suele vestir porque su maquillaje le hizo natural y su cabello solo le hizo ondulaciones más definidas de lo que ella tiene.
— ¡Si no me abres la jodida puerta juro que vendré de noche y destruiré tu cuadro!
Justo en ese momento se abrió apareciendo Lily quien la observó extrañada.
— ¿Qué hacías?
— ¡Lily querida! Gracias por abrir la puerta, el maldito cuadro no nos quería dejar entrar y el desgraciado de Potter se olvidó de nosotras.
— ¿Nosotras?
Eloise se apartó de su frente y le señaló a Eris, Lily al verla se quedó en un mini trance sin parpadear siquiera. Eloise abrió la boca enorme al verla al darse cuenta de lo que pasa y luego empezó a reír bajo pensando en lo que pasaría si James se entera que a su adorada Lily le gusta también la misma chica que a él.
— ¡Hola Lily! ¿Cómo estás? — saludó la rubia más alegre acercándose a ella.
— Oh...eh...sí...digo Hola, estoy bien ¿y tú?
— Bien también, te ves muy linda.
Las mejillas de la pelirroja se volvieron sumamente rosas y asintió avergonzada apartando sus ojos de ella.
— Gracias, tú te ves hermosa como siempre — sonrió volviendo a mirarla — No se queden ahí y pasen.
Les cedió el paso y la primera en pasar rápidamente fue la morena para darle espacio a ambas chicas ya shippeando en su interior, incluso ya se está imaginando un dramático triángulo amoroso.
Mientras tanto Eris entró siendo recibida por la fuerte música que le aturdió bastante pero disimuló y esperó a que Lily pase pero ella parecía dudar mirando hacia afuera.
— ¿No vienes?
— Es que iba a ir a la cocina para estar en un lugar más tranquilo y comer algo.
— Oh entonces vete, no te retengo más. Solo cuídate de camino que no me gustaría que te pase nada.
— ¿Sabes qué? Mejor me quedo, no quiero peligrarme.
Más decidida cerró lo que sería como la puerta de la sala y fue hacia Eris con una minúscula sonrisa, la susodicha le empezó a buscar a su amiga pero esta ya desapareció y con tanta gente ya no la ve. Soltó un suspiro negando por haberla abandonada de entrada.
— Veo que Eloise te dejó..¿Quieres ir en la mesa de bebidas?
— Claro, pero guíame.
Con eso le agarró la mano a Lily con toda la confianza y esta nerviosa la empezó a llevar empujando a las personas en su camino para que le den espacio.
— ¿Qué deseas tomar? — le preguntó al llegar a la mesa semi gritando por el sonido.
— ¡Cerveza de mantequilla!
La pelirroja asintió y agarró dos vasos sirviendo para luego pasarle a la rubia, ella le agradeció y le dio un trago mientras observa a su alrededor en busca de sus amigos, pero no le encontró a ninguno y no le conoce a nadie, así que volteó para hablar con Lily pero ella está hablando con una chica morena con rastas bastante bonita que tiene un plato con brownies, eso fue suficiente para acercarse.
— ¡Hola! — saludó llamando su atención.
— Hola, eres Eris Macmillan ¿no?
— Sí, ¿y tú?
— Dorcas Meadowes, un gusto— sonrió y le extendió el plato — ¿Quieres brownies?
— ¡Por supuesto!
Iba a agarrar uno pero Lily sujetó su muñeca deteniéndola y llamado su atención.
— No creo que sea buena idea Eris...emm..digamos que tiene ciertos ingredientes mágicos — explicó incómoda.
La rubia se quedó por unos segundos mirándola sin entender hasta que finalmente captó y se encogió de hombros restándole importancia agarrando uno con su otra mano libre haciendo que Dorcas sonría en grande y Lily niegue.
— Vamos Lils, solo come uno como la rubita.
— Pero no quiero drogarme.
— Tranquila, esta vez no puse tanto — mintió ya que hoy puso aún más.
Mientras ellas discuten sobre el tema Eris ya estaba comiendo disfrutando del exquisito sabor. Nunca antes había comido brownies con marihuana pero como se prometió a sí misma experimentar cosas que antes no podía decidió comerlo, justo como lo está haciendo la pelirroja ahora mismo quien se dejó convencer por la morena que también está comiendo. En ese momento llegó Alexander y Eris se lo quedó viendo encantada por lo atractivo que se ve, él ya desde hace rato se fijó en lo hermosa que se encuentra ante sus ojos, por lo tanto no dijo nada al verla y le habló directamente por lo que está comiendo.
— No deberías comer de esos, tienen marihuana.
— Lo sé...¿Quieres?
Dorcas que estaba atenta a la conversación le colocó el plato frente a sus ojos y este retrocedió viéndola con el ceño fruncido.
— Un poco no hace daño a nadie.
Alexander se quedó viendo unos segundos el plato indeciso y luego a las chicas que lo ven atentas y finalmente se rindió aceptando uno llevándolo a su boca para probar, al hacerlo asintió y solo así las tres chicas dejaron de verlo fijamente.
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Eris y Alexander nunca se sintieron tan felices y relajados como en ese momento que están bailando juntos alocadamente con el resto de los estudiantes mientras ríen a carcajadas importándoles muy poco que alguien los vea raro, aunque la mayoría ya están ebrios o drogados dejándose llevar por la canción movida de fondo al igual que ellos dos que a este punto ya no están tan arreglando como al principio, mientras Rosier se desabrochó por completo la camisa dejando su pecho al descubierto por tener calor Eris se ató el cabello en un desordenado rodete y se quitó los tacones dejando en algún lado que ni recuerda.
— ¡HASTA EL AMANECER! — gritó Lily a su lado que está bailando con Dorcas iguales de drogadas, aunque también ebrias luego de hacer varias rondas de shots alentadas por Eris y Alex que también tomaron pero solo dos.
A lo lejos dos chicos están sentados viendo a ciertas personas en específico, estos son James y Sirius que la fiesta no les está siendo de su agrado dado los terribles celos que sienten, el de lentes obviamente por Eris que ya la ha visto desde hace rato e iba acercarse cuando estaba solo con las chicas pero luego retrocedió al ver que junto a ellas llegó el Slytherin, ese quizás fue su peor error en la noche ya que ahora está viendo como ambos disfrutan juntos y él la agarra a veces de la cintura y le pega a su cuerpo y ella solo se deja notándose claramente cómoda junto a él. Luego le tenemos al pelinegro que arde de celos y también de tristeza al verle a Remus bailar hace horas con la chica que ahora sabe su nombre, Sarah, le mata ver como están demasiado juntos y él se siente cómodo con ella, algo que nunca se ha visto y eso en cierta forma le molesta, del por qué justo ahora que puede aceptar que siente algo hacia Remus él decide abrirse por primera vez y mantener algo con alguien.
— La detesto — habló el pelinegro dándole un largo trago a la botella de whisky que tiene en su mano.
— Y yo al idiota de Rosier.
— Nah, es un sujeto agradable — dice viendo hacia la pareja — Déjale a Eris experimentar su primer amor.
— Te digo lo mismo a ti con Remus.
— Cállate, a ti no te sale.
Ambos continuaron su papel de observador mientras justo para la mala suerte de ambos sonó una canción lenta y romántica haciendo que las parejas se acerquen mucho para bailar pegados, entre ellos los causantes de su mala noche.
— Estoy odiando este cumpleaños— se quejó con amargura Sirius.
Alexander colocó sus manos en su cintura y Eris solo dejó sus manos en sus brazos recostando su cabeza en su pecho mientras ambos se balancean lentamente disfrutando de la cercanía entre los dos con la bonita música de fondo creando un ambiente agradable. Y en un momento dado la rubia levantó la cabeza para verlo haciendo que sus ojos conecten con el otro y en ese momento sintieron perderse, sin él poder evitarlo se fue acercando lentamente deteniéndose a pocos centímetros de sus labios esperando una reacción de desacuerdo por su parte pero al notar que no se aleja decidió acortar la distancia uniendo finalmente sus labios, Eris se quedó por un momento quieta sin reaccionar pero luego cerró los ojos correspondiéndole y ambos se fundieron en un beso lento en donde ambos disfrutaron, pero lastimosamente la sensación que les genera la acción no es recíproca, si bien a Eris le gusta no siente esa chispa, esas ganas de querer besarlo eternamente como suele leer en los libros o como su tía Melania le narró el primer beso con su esposo...Simplemente no se siente mágico, aún así continuó esperando encontrar aquello.
Y en una parte de la sala común dos corazones se acaban de romper por la misma razón, de parte de James por el beso y por parte de Sirius igual pero porque Remus le besó a la chica y ahora ambos se están besando con muchas ganas mientras los dos los ven con un desastre de emociones revueltas.
— Me gusta Eris — admitió James mirando su vaso fijamente sintiéndose mal.
— Y a mí me gusta Remus — admitió también mirando el techo derrotado sin ganas de siquiera festejar que su amigo lo haya aceptado por fin.
— Somos unos completos idiotas, recién nos damos cuenta cuando ambos ya tienen algo con otra persona — se lamentó.
Sirius asintió sin ganas de continuar viendo eso y se levantó sin decir nada más y le agarró a la primera chica que sabe que se gusta de él y la empezó a besar con pasión para luego llevarla afuera con una clara intención. Por su parte James soltó un largo suspiro sintiéndose el hombre más imbécil que pueda existir, así que sin ganas de querer estar ahí como su amigo también se levantó, pero a diferencia del otro que quiere olvidarse del problema teniendo sexo él fue a su habitación y se acostó en su cama haciendo lo posible por dormir pero su mente no ayuda y solo viene miles de recuerdos en donde Eris es protagonista, especialmente el condenado beso que vio hace minutos atrás, repitiéndose una y otra vez torturándolo.
Y esa noche no solo hubo dos corazones rotos, sino también uno bastante alegre y otro muy confundido por varias razones.
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Holaa...¿Cómo están?
Lamento haber tardado tanto en subir un capítulo nuevo pero es que ocurrieron varias cosas que me dejaron sin inspiración, pero hice lo posible y les traje este capítulo que si bien no considero que haya quedado como quería espero que aún así les guste.
Eris y Alexander se besaron...¿Qué opinan?
Y finalmente James aceptó que siente algo por ella.
Me despido y les deseo un buen resto del día. Hasta luego <3
Ingrid.
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