[23]
El padre de Kotaro aflojó su corbata, observando a su hijo por un largo rato, luego vio a Akane y luego a Dai:—Niño, este es un tema de familia así que lo mejor será que te vayas —dijo.
Kotaro sostuvo con fuerza la mano de Dai.
—Él se queda —dijo por primera vez, con voz firme pero algo apagada.
—Como quieras —dijo el otro hombre—. Bueno, lo mejor será decir quien es el pobre hombre magullado en el suelo, él realmente no mentía. Él es Tetsuo.
>> Hace años perdí a mi esposa, Hayame, en un accidente de auto. Estaba desesperado. Había perdido a mi esposa y tenía un hijo que cuidar, ciertamente me sentía algo celoso de mi hermano por tener lo que yo había perdido. Si bien sabes, Akane, Kotaro es incapaz de sentir empatia sin ayuda de medicamentos. Eso lo heredó de mi. Su padre biológico. Kenji Honma.
>> Verás, un día pillé a tu marido con otra mujer, aquello me enojó bastante, teniendo en cuenta que eres una mujer muy hermosa y buena, a cambio de mi silencio le ofrecí un trato. Él haría lo que quisiera con todas las mujeres que quisiera a cambio de que yo me quedara con su vida. Básicamente él sería Kenji y yo Tetsuo. Así el tendría la vida que quería y yo tendría lo que yo tanto necesitaba. Una esposa y una madre para Kotaro.
Kenji se quedó en silencio gracias a que Akane le había callado de una bofetada mientras varias lágrimas corrían por sus mejillas.
—¿Como es posible que ustedes dos fueran tan cinicos en jugar conmigo de esta manera? Con Kotaro...—dijo, enojada—. ¿Se divirtieron viéndome la cara de estúpida? Eso no va a pasar más, ustedes dos se irán de mi departamento y de mi vida de inmediato, no quiero volver a verlos nunca en mi vida.
Las lágrimas comenzaron a salir de los ojos de Kotaro, estaba demasiado confundido, las voces, los recuerdos, golpeaban su mente, saturando esta de una manera brutal.
—Bueno..., entonces, mi hijo y yo nos iremos. Vendré a hablar contigo más tarde cuando...
Akane interrumpió a Kenji:—Kotaro es mi hijo, no te lo vas a llevar a ninguna parte.
Kenji frunció el ceño.
—No te confundas, si eres la madre de Kotaro es porque yo lo quise así, él es mi hijo. Tiene mi sangre. Vendrá conmigo.
—Roto como el cristal del baño —susurró la voz en su cabeza—. ¿Realmente eres quien crees? ¿Acaso no serás otra persona?
Kotaro soltó a Dai, este lo miró con preocupación.
—Callense, necesito pensar —susurró.
—Solo, roto, ¿quién eres?
Kotaró agarró su cabeza con sus manos.
—¡¿Quien eres?!
Dai alertó a Akane.
—¡¿Quien eres?! ¡¿Quien eres?!
Las lágrimas salían de los ojos de Kotaro, desbocadas, mientras presionaba sus oídos y cerraba los ojos con fuerza, dejando caer en el suelo y quedando en pocision fetal.
—¡¿QUIEN ERES?!
El chico gritó, el grito casi desgarra su garganta, su corazón latía a mil, sentia que no podía respirar. Había comenzado a hiperventilarse.
Akane sostuvo a su hijo en sus brazos, a pesar que este luchara, a pesar que gritara y la golpeara, no lo soltó hasta que Kotaro se fue calmando poco a poco.
La mujer miró de inmediato a Kenji, quien tomó unas pastillas que tenían escondidas y un vaso de agua.
—¿Quien soy? ¿Quien soy? —repetía. Susurrando.
—Toma —Kenji metió dos pastillas a la boca de Kotaro y se las hizo pasar con agua.
Dai sostenía la mano de Kotaro, llorando, no le gustaba verlo sufrir, pero no podía dejarlo. Cuando Kotaro apretó su mano, Dai se acercó más a él.
—Mamá..., me estoy volviendo loco —dijo, mirando a Akane
—Eres Kurutta, no Kotaro —susurró la voz.
La mujer, quien lloraba de manera desconsolada, negó con la cabeza y abrazó aún más a su hijo.
○○○
Kotaro soltó un largo suspiro, abrazando a la figura que lo acompañaba en la cama aquella noche. Él no había tomado sus pastillas, aunque era normal tener crisis en situaciones como aquellas, no terminaba de entender porque la presencia de aquella persona era tan vital para él en aquel momento.
—Dai —susurró.
—¿Mhm?
—¿Vamos a estar bien? —preguntó.
Dai lo miró mientras acariciaba su cabello:—Si, vamos a estar bien —sonrió.
—¿Incluso si me vuelvo loco?
—No te vas a volver loco, pero si, incluso si te vuelves loco.
Kotaro pensó su siguiente pregunta por un momento.
—¿Vas a seguir siendo mio incluso si te rompo el corazón?
Dai suspiró, pensando su respuesta, iba a responder con absoluta sinceridad.
—Puedes romper mi corazón si quieres, después de todo, desde un principio, solo ha sido tuyo —Kotaro asintió, abrazando a Dai—...nada de esto es tu culpa, Kota.
Kotaro permaneció en silencio.
—Lo sé.
Ambos permanecieron en silencio, abrazados.
—Dai.
—¿Si?
—Si lo encuentras, mi corazón es tuyo y también puedes romperlo —susurró—. Perdón por no ser capaz de compartir ese sentimiento de amor que tú tienes por mi ahora mismo.
Dai, sonrojado y sonriente, lo abrazó aún más fuerte.
—Para nada, es perfecto.
Primero capítulo de hoy.
Kurutta significa loco en japonés.
Bueno, no olviden votar y comentar, nos vemos en un ratito en el segundo capítulo del día. Tal vez incluso haya 3 hoy.
Gracias por leer
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