[20]
Kotaro frunció el ceño, notando que su radio se había quedado sin baterías.
Con flojera, se levantó de su cama y salió de su habitación en dirección a la oficina de su padre, al entrar a esta, se sentó en la silla giratoria frente a aquel amplio escritorio de varios cajones. Ojeando el escritorio por encima, Kotaro vio que había varias fotos suyas y de su madre, cosa a la que no le tomó mucha importancia.
Él comenzó a abrir varios cajones de aquel escritorio, en busca de baterías para su radio. Al encontrar las baterías en uno de los cajones no tardó en tomarlas, sin embargo, al notar como el cajón, en ciertas partes, tenía señales de que un objeto era pasado constantemente por los lados, luego de sacar todos los objetos de este y comprobar que ninguno podría provocar aquellas marcas no pertenecía a ninguno de ellos, notó que aquel cajón tenía un fondo falso.
El chico frunció el ceño, sacando con delicadeza la tabla que hacía de fondo falso. Kotaro no tardó mucho en ojear el único objeto que yacía allí. Una carpeta con su apellido escrito en la portada.
Al abrir la carpeta, lo primero que vio fue una foto de su padre con un hombre idéntico a él. Su gemelo. Al girar la foto, en el reverso leyó: "Tetsuo y Kenji, babyshower de Hayame."
<< No sabía que tenía un gemelo. >>, pensó, haciendo la foto a un lado y notando que había más fotos de ellos dos, una de estas junto a una mujer pelinegra que sonreía ampliamente.
Pero eso no fue lo que lo asombró.
Algo que nunca pensó ver se encontraba en sus manos en aquel momento.
Su certificado de nacimiento original.
Kotaro pasó una mano a través de las hebras de su cabello, leyendo el nombre de sus verdaderos padres: Kenji Honma y Hayami Honma.
Siguió leyendo el certificado, con aún más preguntas que antes.
"Hayami Honma ingresó al hospital el día cuatro de Mayo, presentando un neumotórax severo, varias lesiones en costillas y piernas, llevaba muerta alrededor de quince minutos. Rápidamente, la mujer fue llevada al quirófano para realizar un cesárea de emergencia, el neonato parecía haber nacido muerto, sin embargo, tras unos cuantos masajes en el pecho su corazón comenzó a latir.
Kotaro Honma, nombre que su madre llevaba escrito en el vientre, fue diagnosticado en una posible enfermedad mental genética al realizarle las tomografías que indicaba el protocolo. luego de un mes en cuidado natal el neonato fue dado de alta, entregado a su progenitor y tutor legal Kenji Honma."
Kotaro comenzó a tronar sus dedos luego de leer aquello.
Luego de tomarle fotos con su celular a todo lo que había visto, Kotaro puso todo en su lugar, era como si nadie lo hubiera tocado, acto seguido, se dirigió al archivador de su padre y buscó su nombre en este, encontrado su certificado de adopción, el cual indicaba que había sido adoptado por Tetsuo el día dieciséis de agosto.
Kotaro frunció el ceño.
¿Qué había sucedido con su padre biológico durante el tiempo después de que Kotaro fue dado de alta del hospital? Era claro que se había quedado con él durante un tiempo, ¿por que no se había quedado con él? ¿Por qué lo adoptó su tío? ¿Por qué no había ni siquiera una foto de Kenji en la casa de su abuela?
¿Qué había pasado?
Era extraño.
—Vas a empeorar —susurró una voz risueña en su oído, parecida a la suya.
El azabache se apresuró a salir del estudio, dejando todo impecable, tiró las baterías en su cama y pasó su mano por su rostro, intranquilo.
—Mierda, el efecto va a pasar en tres horas —gruñó al darse cuenta que el efecto de las pastillas tardaría en pasar.
Rápidamente, Kotaro salió de su casa, Dai estaba aún en la escuela y no podía visitarlo. Se le ocurrió ir a ver a Izuku, era lo único que lo distraía, en aquel momento no se le ocurrió otra mejor idea que correr.
corría lo más rápido que sus piernas le permitían, las voces en su mente no se calmaban, pedían a gritos respuestas y cada vez se encontraba más agotado. No tardó en soltar suspiró cuando se encontró frente a UA, sobre todo al ver que Izuku bajaba apresuradamente las escaleras junto a Ochako, la amiga de la que tanto hablaba.
El azabache sonrió ampliamente al verlo, se sentía más relajado.
—¿Puedes creerlo? vencí a Kacchan y saqué un diez en el examen de entrenamiento —exclamó Izuku, extasiado, Kotaro lo miró de lejos abrazar a su amiga de la cintura, haciendo que sus pies dejaran de tocar el suelo y girando mientras reían—. siento que puedo hacer lo que sea.
Cuando Izuku dejó a Ochako en el suelo, agarró el rostro de este y sonrió:—Yo también —dijo, besando al pecoso. Él no correspondió, pero tampoco la apartó.
Kotaro borró su sonrisa, los miró con inexpresión, sus ojos se oscurecieron, desvió la mirada por un instante y luego la devolvió hacia ellos, acto seguido, dio la vuelta y comenzó a caminar sin rumbo fijo.
No se sentía triste, eso lo sabía, era un sentimiento diferente a cualquier otro que hubiera sentido. Tenía un mal sabor en la boca. Era una mezcla de alivio y decepción. Pero ciertamente estaba molesto, tanto así que, al llegar a casa, lanzó su frasco de medicinas contra la pared, rompiéndolo.
<< Todo es culpa de estas mierdas. >>, pensó, sin embargo, luego se agachó y tomó una << Dai no debe tardar en llegar. >>
Kotaro metió la pastilla en su boca y fue hacia el pasillo
○○○
Kotaro miró el cigarro entre sus dedos y le dio una calada, soltando el humo segundos después. Se encontraba sentado en las escaleras de entrada al edificio. Esperaba a Dai.
—No es suficiente —dijo la voz que rondaba por su mente.
Se sentía confundido, acorralado y apurado.
—No es suficiente —volvió a decir.
Kotaro le dio otra calada al cigarro, poniendo una mueca por el dolor de cabeza repentino que le había dado.
—No es suficiente —repitió.
¿Quién era él?
Su padre nunca le ocultó el hecho de que era adoptado, pero nunca pensó que hubiera tanto misterio detrás de su nacimiento, detrás de sus padres. ¿Realmente era él? ¿Y si era otra persona? ¿Cómo saber que es mentira? ¿Cómo saber que es cierto?
Estaba totalmente perdido, pero ¿Quién podría esperar una sorpresa como esa?
—¡No es suficiente! —Gritó la voz en su cabeza.
¿Quién era para él?
No estaba seguro de si Izuku le gustaba, pero ¿Qué pasaba con él? Pudieron tenerlo todo estando juntos, pero la prefirió a ella. ¿Quién demonios seria tan tonto como para besarse con alguien mas teniéndolo a él? Nunca conseguiría entenderlo.
Todo ese resentimiento había sido ocasionado por las pastillas, todos aquellos sentimientos, pero se sentía tan bien que no quería dejarlas. Era un dolor demasiado placentero.
—¡No es suficiente! —gritó la voz aún más fuerte, haciendo que Kotaro tuviera la necesidad de sostener su cabeza con sus manos y tapar sus oídos.
Todos aquellos pensamientos, recuerdos y voces comenzaban a atiborrar su mente al mismo tiempo, martillando, dañándose, rompiéndolo. Dolía mucho, tanto que Kotaro comenzó a llorar.
—¡NO ES SUFICIENTE! —gritó la voz, distorsionando y convirtiéndose en algo siniestro.
Kotaro golpeó su cabeza, la presionó y, sin soportarlo más, gritó.
El grito desgarró su garganta y secó su boca, pero aun así, consigo eso que estaba buscando. Silencio, podía pensar aun mas claro, mas rápido.
Kotaro tomó su teléfono, intentando recordar un número de teléfono mientras limpiaba sus lágrimas. Al recordarlo, llamó y después de tres tonos la otra persona contestó.
—Hey, ¿puedes darme el número de quien te consiguió lo que fumamos la otra vez?
Sonrió, colgando el teléfono y revisando sus mensajes, ampliando su sonrisa aun mas.
—¿Estás bien? —le preguntó una voz conocida.
Kotaro levantó la mirada y le sonrió a Dai, quien se sonrojó al instante, sin embargo, al ver que el contorno de los ojos de Kotaro notó que estos estaban tan enrojecidos como sus ojos frunció el ceño.
—Mejor que nunca —respondió, con voz rasposa, levantándose, tirando el cigarro al suelo y pisándolo para apagarlo, sonriente.
Segundo capitulo de hoy.
y díganme, ¿Cómo están? espero que bien, no como Kotaro.
JAJAJAJAJAJAJAJ
En fin, espero hayan disfrutado el capitulo, no olviden dejarme sus votos y sus comentario, me animan mucho para escribir, suelo leerlos todos.
Siendo todo por hoy:
Gracias por leer.
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