Kotaro, al ver al Izuku sentado frente a él, pensó que los estudiantes de Yūei eran realmente descuidados.

Entre las manos del pecoso se encontraba un nuevo libro. Parecía estar más concentrado que de costumbre. Sus cejas estaban levemente fruncidas mientras susurraba cosas que para el azabache era difícil de entender, sin embargo, el constante ruido le irritaba.

Izuku levantó su libro, haciendo que el título fuera visible para Kotaro, el cual decía "Calculo". La mayoría de escuelas estaban a punto de terminar el primer semestre, por lo cual, Honma supuso que Yūei estaba en semana de exámenes.

— ¿Un café con leche? —Izuku se sobresaltó al escuchar a la camarera, luego de recobrar la compostura, asintió—. Enseguida se lo traigo.

Luego de verlo por un rato, Kotaro notó que Izuku tenía una gran capacidad para escribir rápidamente, analizar y resolver problemas matemáticos con facilidad. Aunque, algunas veces, al notar que su rostro se distorsionba en una expresión de insatisfacción. Kotaro supo que no todos los ejercicios matemáticos eran fáciles para él.

Era normal, después de todo, las clases de heroes dan como máximo seis horas de clases de matemáticas a la semana.

— ¿Problemas con las matemáticas? —preguntó Kotaro. Su intención no era ayudar, su intencion era detener los intermitentes susurros de Izuku.

El peliverde suspiró y asintió, derrotado.

— ¿Me permites? —Kotaro señaló el libro, Izuku lo puso en el centro de la mesa, dudoso—. ¿Cuál es?

— Este —dijo el pecoso, señalando el problema matemático que lo había estado atormentando.

Honma levantó una ceja al observar el problema, 《¿Como pudo resolver problemas difíciles y estancarse en algo tan fácil como esto?》, pensó.

— Es fácil, son derivadas de suma y resta. Supongo que te estancaste en la raíz cuadra —dijo Honma, tomando el lápiz de Izuku que reposaba sobre la mesa y resolviendo el ejercicio—. Una raíz siempre es igual a un medio, por lo cual, puedes quitarla y usarla como potencia de la x, pero ahí no estás resolviendo la derivada. Lo que tienes que hacer ahora es multiplicar la potencia por el número frente a la x, como no hay ninguno, pones el un medio tal como está y le restas uno a la potencia.

Izuku abrió la boca con asombro.

— ¡Lo he entendido! —exclamó con emoción.

Kotaro levantó las cejas cuando observó la gran y brillando sonrisa de Izuku, tan inocente que sintió como la bilis se le subía a la garganta. Solía sentir aquello cada vez que veía a alguien tan feliz.

Kotaro no podía entender esas emociones, sin embargo, fingió que el entusiasmo de Izuku se le contagiaba. Sonrió.

En aquel momento, una llamada entrante los interrumpio:— Kotaro Honma —respondió enseguida.

— ¡Kotaro-kun! Lo siento, debo pedirte que vuelvas a la escuela, Kemy cayó sobre nuestro proyecto de sociales cuando volvía de su entrenamiento de heroes —Kotaro no sabía quien le hablaba, no solía agendar los números de nadie en su teléfono, solo el de sus progenitores.

"Guardar a personas con las que no voy a hablar es ocupar espacio en el almacenamiento de mi teléfono de manera insensata." Eso era lo que siempre le repetía a su madre cuando esta le preguntaba por qué no hablaba con sus amigos por teléfono.

— Tengo un repuesto en casa, saben mi reglas, no vuelvan a llamarme si alguien no está muriendo —dijo antes de colgar.

El azabache bostezó, observando el reloj en su muñeca y luego hacia el ventanal de la cafetería.

— Honma-san —dijo el pecoso, notando que el pelinegro se levantaba para irse—. Gracias, la próxima vez te invitaré a un café.

— No te preocupes...—Kotaro lo miró de tal manera que Izuku entendió que estaba pidiendo que le diera su nombre.

— Izuku, Izuku Midoriya —dijo con una sonrisa, luego, se puso algo nervioso—. Eh, yo..., se tu nombre porque casa vez que contestas el teléfono lo dices. No soy un acosador.

Kotaro sonrió para tranquilizarlo.

— Lo supuse —dijo antes de irse.

Holi, ¿como están?

Espero les haya gustado este segundo capítulo, no olviden dejarme su voto y su comentario ♡.

Gracias por leer.