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🇦🇷 ➵ Capítulo Catorce.

Habían pasado ya un mes desde lo que había pasado, Argentina se sentía mejor, más al tener a México con él. Hacia un mes estaban saliendo, y todo estaba bien entre ellos, se amaban, se amaban demasiado, pero era obvio que no podían dejarse ir, siempre están agarrados de la mano, a veces algunos besos de por medio por parte del mexicano, el cual adoraba abrazarlo todo le día. Los besos más subidos de tono los reservaban hasta que llegarán a casa, pero en público eran cariñosos, dando paseos mientras hablaban, sus dedos entrelazados, las sonrisas, todo era perfecto.

Poco sabían de que Rusia los había estado observando desde hacía días, esperando el momento preciso para acercarse a Argentina y agarrarlo. Rusia estaba lejos de ellos, algo escondido y haciendo como si escuchaba a China, pero la verdad es que solo lo estaba ignorando y fijaba sus ojos en la pareja que estaba ahí, jugando entre ellos, dándose lindos besos a veces mientras hablaban sentados en una banca.

Una vez que China se había ido, dejo a Rusia ahí, el cual vió una oportunidad. México se había ido debido a que Estados Unidos le había hablado, y para no ser tan grosero fue a hablar con él, dejando a Argentina ahí, solo, completamente solo sentado en la banca, esperando a su amado, pero viéndolo de lejos para vigilar que Estados Unidos no quiera hacerle algo malo al mexicano.

Argentina suspiro para después sentir su corazón comenzar a latir de forma fuerte, su respiración se volvió agitada al sentir un pañuelo en su nariz, con las fuerzas que le quedaba miró a ver quién era: Rusia.

—Спокойно спать.
『 trans; duerme bien. 』

Rusia sonrió y al ver que el argentino había cerrado sus ojos, lo agarró en brazos y camino por un lugar solitario, un lugar el cual solo el sabía, ese lugar lo llevaba a su hogar rápidamente sin ser visto, además que no pasaba nadie por ahí. Rusia tenía a Argentina en sus brazos, caminando normalmente hacia su residencia. Su rostro tenía una expresión de seriedad, no le importaba mucho, el cloroformo era bastante fuerte. El ruso al llegar a casa, bajó las escaleras hacia el sótano y colocó al argentino en el frío suelo de aquella habitación. Lo amarró de igual manera que esa vez, esta vez sin amarrar los tobillos, solo sus manos que estaban en su espalda, en un perfecto nudo que le habían enseñado años atrás.

Rusia se sentó en una de las sillas que estaba en frente del cuerpo de Argentina, saco un cigarro y comenzó a fumarlo de lo más normal a esperar a que despierte, por lo menos una hora y ya debe de despertar. Rusia se quedó despierto, pero ya se había aburrido así que decidió darle un golpe al argentino, el cual despertó rápidamente.

—¿Uh?—Pronunció abriendo sus ojos, viendo borroso por unos instantes, no sabiendo donde estaba, su visión era horrible. Cuando pudo ver bien, solo vio aquella silueta rusa sentada frente a él.—¡Rusia! ¡¿Qué es esto?! ¡¿Por qué estoy aquí?!—Preguntó desesperado y moviéndose para tratar de escapar.

—You know very well why are you here, don't be such an idiot. I told you that I wanted you to be away from Mexico.
「 Trans; Tu sabes muy bien porqué estás aquí, no seas tan idiota. Te dije que te quería lejos de México. 」

Rusia se levantó y se colocó de cuclillas frente a Argentina, agarrándolo del cuello y haciendo que lo mirará directamente a los ojos. Sacó un pequeño cuchillo de ahí, el cual era bastante filoso, perfecto para cortar piel. Rusia lo acercó al rostro del contrario, sonriendo, se acercó más a él hasta dejar sus labios a pocos centímetros de tocarse, la tensión era horrible, el ambiente pesado, la respiración de Argentina rápida al igual que su corazón, latiendo, su cuerpo temblando al no poder hacer nada, si se movía, se iba a cortar, e iba a hacer peor.

Rusia pasó aquel instrumento peligroso por la camisa del contrario, cortando los botones y la tela además. Argentina, asustado trato de gritar o algo, pero no salía, su voz estaba perdida por el miedo. Cada vez aquella prenda se rompía más. Rusia sonrió al ver el cuerpo expuesto del argentino.

—Did you have fun with Mexico?—Preguntó para después agarrar y romper lo que quedaba de esa prenda con sus manos.

—D... detente, no podés hacerme esto...

—Oh, yes I can...


—¡Argentina! ¡Argentina, cariño!—México trataba de buscar a su amado con ayuda de otros, Chile lo estaba ayudando con eso. Estaba nervioso.

México no encontraba a su querido argentino en ninguna parte, se estaba poniendo nervioso, ¿Qué iba a hacer si la ha pasado algo malo? No iba a dejar de buscarlo. Tenía miedo de que alguien le haya hecho algo malo a su amado. En su búsqueda, se encontró con el teléfono del argentino en el suelo, lo agarró y vio que había un pequeño camino hacia a algún lugar. Camino hacia donde le guiaba, y se encontró frente a la residencia que menos quería ver en su vida.

—Rusia.

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