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Yo estoy aquí, siempre estuve aquí.

Sus ojos lilas miraban la pira en llamas, donde antes estaba recostada el pequeño cuerpo sin vida de su hermana, los sollozos de su madre se podían escuchar en aquel pequeño lugar, algo dentro de eso se molestó ante eso, pero rápidamente descartó ese sentimiento.

Sintió como una mano tomaba la suya, y ella le dio un apretón, ella sabía quien era por eso no volteo a verlo.

Aerionna miro a su madre, la cual lloraba la perdida de su hija no nato, pero también lloraba la muerte de su padre, la de mechón blanco frunció el ceño, su madre había deseado tanto que ese embarazo tuviera una niña a la cual llamaría Visenya.

Rhaenyra, su madre alagada aquel embarazo como si fuera a tener una hija mujer por primera vez, cuando ella estaba ahí, existiendo a su alrededor, pero jamás fue notada.

Soltó la mano de Lucerys, se dio la vuela y se fue si importale nada, ella ya no aguantaba más estar ahí.

Intento calmarse, busco calma en el lazo que tiene con su dragón.

Aerionna era consciente de algo, su madre nunca la quiso. Y era algo que siempre le dolió, nunca la miro con amor como a sus hermanos y siempre paso sobre ella, a ella no le importaba el trono pero ver cómo anuncio a su hermano menor como su Heredero sin dirigirle una mirarla fue algo que aún más la destrozó.

Aerionna siempre fue hija de su padre Leonor, nunca de Rhaenyra Targaryen.

Ella entró a su habitación soltando un suspiro tembloroso, toda su vida busco el amor de su madre, pero cuando cumplió doce, se dio cuanto que cualquier cosa que hacía nada era suficiente, así que solo la ignoro como ella lo hacía con ella.

ㅡ Será mejor irme con la abuela.- susurró para ella misma mientras miraba sus aposentos, se dirigió hacia las puertas para pedir que llamen a sus doncellas.- esto ya no es mi hogar.

Una vez que sus doncellas llegaron, ella les pidió que le ayuden a recoger algunas de sus ropas, mientras ella se colocaba su ropa de montar.

Ella ignoró el ruido que hizo su puerta cuando fue abierta, y siguió colocandose su ropa.

—¿Donde iras? — la voz de padre Daemon hizo que volteara a verlo.

—Me iré a Marcaderiva — respondió mientras se colocaba sus guantes.

ㅡ ¿Por qué?.- pregunto desconcertado Daemon.

Aerionna soltó un suspiro mientras miraba al hombre que amaba como a un padre.

— No tengo nada que hacer aquí — comenzó a decir —Madre ahora es Reina, Jacaerys es el príncipe Heredero, todos tienen un papel ahora, yo no — dijo ella.

ㅡ Ari, mi niña.- susurró Daemon mientras se acercaba a ella.- tu madre perdió a su hija, no te vayas.

Aerionna lo miro con lágrimas en los ojos.

—Yo sigo aquí —dijo ella mirándolo — Siempre estuve aquí.

Daemon no sabía cómo manejar la situación, no era secreto para nadie que Rhaenyra ignoraba a su primogénita como si no existiera.

El amaba a sus hijas, a Rhaenyra y a sus hijastros. Pero el amor que sentía hacia Aerionna era mayor, era el vivo recuerdo de su difunta esposa, de su Laena.

ㅡ Nunca fui hija de Rhaenyra, siempre fui hija de Leonor y tuya.- Aerionna sostuvo las manos de su padre.- es momento de que haga mi camino, mi vida. Siempre estaré para mis hermanos y para ti *Kepa*.

El principe canalla asintió, mientras abrazaba a su hija, su pequeña joya del mar.

ㅡ Mantenme informado siempre.- pidió Daemon mirando fijamente a la princesa.- te amo hija mía.

—*Te amo tres millones papá*— dijo ella en alto valyrio, mientras lo abrazaba.

Después de eso Aerionna salió de su habitación con un bolso sobre su hombro, ignoro a todo aquel que la miraba por los pasillos de Rocadragón, ella solo tenía un lugar donde ir ahora.

En su mente había un millón de pensamientos, no sabía si estaba siendo una cobarde en irse en este momento o estaba haciendo lo correcto, por en verdad sentía que perdería la cabeza.

Llego a la guardería, saludo con la cabeza al guardia y sin más entro, una vez que entro, se sorprendió al ver a todos sus hermanos ahí,kis cuales voltearon a verla.

—¿*Donde iras*? — pregunto Lucerys mirando a su hermana mayor.

—*Me iré a Driftmark*— respondió ella mientras se harcaba a ellos.

—¿*Por que*? — Baela la miró con sospecha pero con preocupación.

<Por que siento que moriré aquí >, quiso resporderle, pero se calló.

—*Di la verdad, hermana*— pidió Jace mirándola.

Aerionna soltó un suspiro mientras buscaba las palabras correctas, no quería sonar egoísta o una mimada.

—*Madre acaba de perder a la hija que tanto soñó *— dijo con seriedad, sus hermanos la miraron con preocupación —*Y yo jamás seré aquella hija que ella soño, ya tengo diecisiete años y ella jamas me notado *— soltó con tristeza.

Jace miro a su hermana con preocupación junto a los demás. El amaba a su hermana mayor y si irse la hacía feliz, lo aceptaría.

ㅡ Si es lo que te dará paz , está bien hermana. Pero, escríbenos.

Aerionna sonrió ante eso, abrazo a Jace con fuerza, después lo hizo con cada uno de sus hermanos, se despido de ellos con un beso en la frente y con la promesa de escribirles.

Después de unos minutos más n la guardería, se fue, camino por los pasillos hasta pasar sobre la habitación de su madre, donde los sollozos se podían escuchar aún.

Se quedo quieta mirando la puerta, algo de ella le decía que entrará, pero la otra decía que no, Rhaenyra jamás la consoló cuando ella lloraba, ¿por que ella debería hacerlo?.

A si que se fue, siguió de largo hasta salir del castillo, solo un suspiro cuando el viento fresco tocó su rostro, mientras seguía caminando hacia la cueva donde estaría su fiel compañero.

ㅡ Es momento de ser un poco feliz, querido compañero.

Y sin más, emprendió vuelo sin mirar atrás porque sabía que si veía como sus hermanos menores lloraban, no tendría fuerza para irse.

1016 palabras

Espero y les guste.