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❤️‍🔥Prólogo❤️‍🔥

La princesa del Infierno; Charlie Mornigstar, no era lo que muchos creían pues un pasado oculto ella tenía. Un pasado del cual ella no se atreve a hablar, un pasado del cual no se arrepiente pero es concientes de todo el daño que había hecho. La personalidad que ahora portaba era todo la contrario a lo que ella era antes.

Muy pocos saben cómo era en verdad Charlie en el pasado y entre ellos estaban su padre; El rey del Infierno Lucifer Mornigstarnear, Los siete pecados capitales y quiénes fueron alguna vez miembros de la Corte del Caos que ella dirigía y había creado.

La Corte del Caos; solo los demonios más poderosos, sin importar de que clase o raza sean, que rivalizen el poder de los pecados capitales pertenecen a esa corté, los más fuertes eran los Jinetes, los Jinetes del Apocalipsis que lideraban la Corté pero especialmente Charlie; Jinete de la muerte.

Al final dejó todo atrás por razones desconocidas, cerró la Corté del Caos por completo y mando a los miembros de ella a vivir sus vidas a como ellos gusten. Para Charlie no fue la mejor decisión pues le divertía mucho el caos y por algo creo la corté.

Con el pasar del tiempo Charlie se aburría aún más, había llevado a cabo un proyecto sobre la redención de demonios, esa idea le parecían tonta pero al fin y al cabo no era la idea de ella, solo cumplía ese proyecto por ella...

Formó una relación con una ex Exterminadora; Vaggie, aún que para ser sinceros Charlie confundido amor con cariño pero cuando se dio cuenta de ello ya era pareja de Vaggie, trató de terminar la relación en el momento que se dio cuenta pero decidió no hacerlo cuando se dio cuenta que la Exterminadora podría serle útil en el futuro. ¿Se sentía mal por utilizando a Vaggie?, un poco pero ya vería la manera de como haber arreglado su idiotez.

Alguien que fingía ser amable y gentil con todos cuando en verdad era una maldita manipuladora doble cara...¿Cómo pudo terminar tan perdidamente enamorada?.

¿Cómo terminó enamorada de una Seraphin?.

Su obsesión por el amor de esa Seraphin la estaba consumiendo...no podía comer, no podía caminar, ver, dormir, respirar sin dejar de pensar en ella.

Desdé que volvió del cielo no se había podido quitar a la Seraphin de su cabeza, por más que trataba de quitarse a Emily de la cabeza nunca daba resultado. Desdé que volvió del cielo sus sentimiento hacia Vaggie desaparecieron, no..., eso fue en el momento en que vió por primera vez a la Seraphin.

¿Por qué no podía dejar de pensar en ella?, ¿Que es lo que la Seraphin le había hecho?. No tenía idea...pero si tenía idea de una cosa....

Y es que sea como sea, Emily; La mejor de los Seraphines, debe de ser suya a cualquier costó.

Anhelaba volver a verla, anhelaba volver a oír su voz, anhelaba besarla, tocarla, cuidarle, darle su amor y que ella le diera el suyo...Anhelaba a la Seraphin.

Se había enamorado... ¿No es un poco apresurado?, Nop, porque ya conocía a la Seraphin desde mucho antes... desdé que eran una niñas pero por lo visto solo ella lo recordaba...

Charlie hará todo lo que estuviera a su alcance para poder tener a Emily...aún si eso signifique traer de nuevo a la Corté del Caos.

(Imaginene que hay otra silla en medio y a bajo de las demás)

Murmullos se escuchaban por todo el lugar, algunos se oian alterados mientras que otros más calmados y con curiosidad.

Había varios demonios pero entre ellos resaltaban dos que estaban enfrente de los asientos principales del lugar.

Suspiró. —¡No puedo creer que estemos de nuevo aquí!—. Se quejó el pecador Serpiente alzando la mirada mientras tenía una mano atrás y con la otra se acomodaba sus lentes.

¡Era Sirpentius!, solo que lusia muy diferente (está vestido como en la imagen del Cast) e incluso llevaba lentes.

—Oh vamos, no te quejes—. Volteó el rostro la peli-rosa para ver a su amigo con una mirada sin interés, era Velvette (también estaba vestida como en el Cast). —Tiene más de 8 años que no nos vemos, deberías estar feliz—. Trató de animar a su amigo dándole una sonrisa.

—Lo dice la que no estuvo aguantando a tres de los jinetes. Reviro los ojos al recordar como se anduvo asegurado que ninguno de ellos hiciera algo malo, otra vez.

—¡Tal vez no los aguante a ellos pero si me tuve que aguantar a una polilla calenturienta y la cara de telé!—. Cruzó sus brazos haciendo un pequeño puchero volviendo a su posición de antes.

—Ay cierto...—. dió media vuelta para ver a Velvette. —Tu anduviste cuidando al amado del jinete de la peste—. Y por un momento Sirpentius sintió pena por ella.

—Y no fue nada bonito—. Sintió incomodidad al recordar las "cosas" que Vox y Valentino hacían luego por la noche. —A él no le va a gustar nada cuando se enteré que ellos hicieron "eso"—. Vió fijo con nervios tratando de mantenerse seria, a la puerta esperando que alguien pasará por ahí.

—No me digas que...—. Sirpentius trago saliva al terminar de decir eso; Velvette asintió. —Nos jodimos....—. Jaló parte de su "cabello(?)" hacia adelanté, y Velvette asintió ante las palabras dichas por su amigo.

Una presencia oscura y poderosa apareció de la nada en el lugar causando que algunos temblaran de miedo, otros sintieran un escalofrío, otros mostraron una mirada de miedo pero todos se quedaron callados.

Lentamente Sirpentius y Velvette se dieron la vuelta poco a poco para ver los tronos que estaban vacíos. Al terminar de voltear quedaron sorprendidos e hicieron una reverencia de inmediata...

Los Jinetes del Apocalipsis ya habían llegado...

Ellos estaban sentados en los tronos, la hambruna en el trono de más a bajo, la guerra en el trono de la derecha, la peste en el trono de la izquierda y por último pero no menos importante la muerte en el trono de hasta arriba.

¿Quién diría que los jinetes serían ellos?. Blitzø el jinete de la hambruna, Angel Dust el jinete de la peste, Alastor el jinete de la guerra y la líder de ellos y a la vez de la corte del Caos; Charlie Mornigstar, jinete de la muerte.

Los cuatro no parecían ser los mismos de siempre parecían tener su personalidad (casi) contraria a la que según todo es la original. También llevan puesta ropa diferente y se veían diferentes (la ropa y apariencia de Charlie, Angel, Alastor y Blitzø es la misma que la de Cast) no parecían ser los mismos, no, su personalidad de verdad a queda a la vista de quienes de verdad los conocen.

—¿¡Que tal putos~!?—. Blitzø fue el primero en hablar de los cuatro jinetes, una sonrisa arrogante estaba en sus labios y sus ojos brillaban en un intenso amarillo; los ojos de Angel brillaron de color rosado, los de Alastor en un tono oscuro con verde y los de Charlie en un rojo amenaza. —¿Nos extrañaron?—. Sonrió mostrando sus filosos dientes.

Alastor no estaba sonriendo, no llevaba aquella sonrisa por lo que lo caracterizaba solamente estaba serio, cuando notó a Velvette fue cuando sonrió.

—Sacerdotisa Velvette—. La nombrada maldigo a lo muy bajo haber sido llamada por Alastor.

Charlie alzó la mano (bueno, medio y la alzó) en señal de que todos podían dejar de hacer reverencia a lo que todos obedecieron y se sentaron en sus respectivos lugares a excepción de Velvette y Sirpentius que su lugar era estar parados a los lados de enfrente de los jinetes al ser los sacerdotes con la mayor autoridad.

—¿Cuánto tiempo a ha pasado?, ¿Cómo se encuentra el Santo Grial?—. Pregunto Alastor manteniendo una sonrisa "gentil" al ver a la peli-rosa.

—E-Esta en per-perfectas condiciones, su majestad—. Maldición, había tartamudeo un poco de los nervios.

—Ya veo...—. miró fijamente a Velvette y sus ojos brillaron de un verde intenso que hizo temblar un poco a la contraria, ya se había dado cuenta que la Sacerdotisa sabía algo.

—Oh vamos, Al!, ¡Es la primera vez que nos reunimos todos después de sabrá la capitana cuántos siglos, no intimides a la pobre Sacerdotisa del Santo Grial!—. Interrumpió la pequeña conversación de Velvette y Alastor, Angel, quién miraba algo mal a su amigo. En ese momento Velvette se sintió demasiado agradecida con el jinete de la peste.

—Bien...—. Dejó de sonreír el peli-rojo para volver a su posición recta con la pierna cruzada al sentarse. —Pero que no crea que hemos terminado—. La vio de reojo como si fuera una presa.

'Ya valí...'. Fue lo único que pudo pensar Velvette respecto a eso, una vez que le diga a Alastor sobre lo de Valentino y Vox empezarían a rodar cabezas ya sean de civiles o no.

Blitzø parecía estar buscando a alguien con la mirada. —Carajo. ¿Alguien ha visto a Eva?—. Arqueó la ceja mostrando curioso por el paradero de la rubia.

En el mundo de los humanos se encontraban en una tienda de un centro comercial dos mujeres rubias de cabello largo pero una tenía los ojos negros y la otro ojos verdes.

Esas mujeres no eran nada más y nada menos que Lilith; Primera humana y esposa de Lucifer, y Eva; Segunda humana y esposa de Adam. La primera mujer parecía verse alguien seria y calculadora (y así es) y la segunda mujer lusia más tierna y amable, parecía una niña pequeña al ver los vasos de la tienda.

Lilith se encontraba viendo el estante de maquillajes, cuando Eva llegó corriendo directo a ella.

—¡Lilith, mirá!—. Llegó corriendo hacia ella como niña pequeña.

La mayor se volteó. —Uh?—. Notó lo que Eva llevaba en las manos y le mostraba con tanta felicidad. —¿Vasos con Manzanas?—. Arqueó una de sus cejas su confundida.

—¡Sip!, ¡Son muy lindo! ¿¡Verdad!?—. Sonrió muy alegre, al parecer le habían encantado esos vasos.

—Mhp, llévatelos si quieres al final de cuentas pagaré yo—. Se cruzó de brazos para darse de nuevo la vuelta y seguir viendo el maquillaje.

Eva se le quedó viendo a Lilith unos segundos y su sonrisa se transformó en una mirada desanimada.

—Ahora los dejó—. Eva se dio vuelta triste.

—¿¡Que!?, ¿¡Pero por qué!?—. Volteó de inmediato Lilith un poco nerviosa al ver que había hecho algo (que ella desconocido) para desanimar a Eva.

—¡Porque no piensas utilizarlo!—. En eso Eva tenía razón; La de ojos verdes se había volteado también para verla. —¡Sino me los llevo y no lo utilizas no tiene gracia!—. Hizo un pequeño puchero.

—No seas tonta—. Lilith golpeó la frente de Eva con cuidado.

—...¿Odias las manzanas?, ¿Verdad?—. Los ojos color esmeralda de Eva se cristalizaron por completo.

Lilith no respondió por unos segundos ante eso y apretó fuertemente los puños al recordar algo, al final suspiro para poder tranquilizarse.

—No, como crees—. Era sarcástica pero sabía que Eva no sabía nada sobre ser sarcástica por lo que no podría diferenciarlo. —Me encantan las manzanas.

—¿De verdad?—. Los ojitos de Eva brillaron y una sonrisa se mostró en sus labios.

—Las de comer—. Siguió cruzando los brazos, dió media vuelta y una sonrisa burlona.

Por un momento Eva casi se deja caer de una forma graciosa por lo que había dicho Lilith pero pudo mantener bien el equilibrio, vio a la mujer mayor que ella por algunos meses y le saco la lengua para poner los vasos en la canasta.

—Igual los llevaré y lo vas a utilizar te guste o no—. Infló los cachetes Eva mostrando una cara molesta aunque aún así se veía muy tierna.

Lilith le sonrió a Eva dando un mini suspiro, un pequeño sonrojo apareció en sus mejillas por un momento mientras veía como Eva acomodaba todo en la canasta para hacer más espacio para poner otra cosas.

El golpe de la punta de la lanza del mango contra el piso hizo que todos callaran, Charlie los había mandado a callar por lo que obedecieron. Aquella mirada que la princesa del infierno daba era de temer, una mirada que no mostraba sentimientos a alguno y que parecía solo buscar una excusa de derramar sangre.

—Ha pasado mucho tiempo desde que nos vimos por última vez—. Comenzó a hablar Charlie con sus pies cruzados, el codo en la silla y el brazo izquierdo sosteniendo su lanza; Angel sonreía con superioridad, Alastor no sonreía y seguía con pierna cruzada y Blitzø solo se encontraba un poco aburrido pero aún así sonreía mientras estaba acostado en el torno. —cuando decidí cerrar la Corté del Caos—. Todos prestaban atención a lo que la rubia decía. —pero ahora, después de tantos años decidí que...—. hizo una pequeña pausa. —¡¡Volveré a abrir la corté del Caos!!—. Anunció con la voz más alta.

Gritos y aplausos de alegría y felicidad llenaron de inmediato la Corté, los demonios pertenecientes ahí estaban muy felices pues desde que la Corté había cerrado sus vidas se habían vuelto aburridas y sin vida. Hubo unos demonios que empezaron a llorar de alegría.

Sirpentius sentía que le estaba dado un infarto, debe de admitir que si le da alegría que la Corté volvería pero ¿A qué costó? ¡Al costo de que tendría que volver a ser la niñera de todos ellos!.

Velvette solo daba saltos y brinca de la emoción, le había fascinado el anuncio de que la corté volvería.

El ruido estaba incrementando por lo que Charlie tuvo que volver a golpear el mango de la lanza contra el piso y fue así que todos se callaron de inmediato.

—Pero recuerden esto; Trabajaremos entre las sombras y seremos mucho más discretos que antes—. El tono de voz había cambiado en Charlie, ahora sonaba más amenazante. —No quiero que suceda lo mismo que la última vez—. Sus ojos brillaron de forma amenzante a lo que todos (a excepción de los otros jinetes) temblaron de miedo.

—¡Oh cierto!—. Angel interrumpió a Charlie. —¡Capitana~!—. Volteó su cabeza hacia atrás sonriendo con diversión. —No se le olvida mencionar la razón por la que abrió de nuevo la Corte!—. Blitzø y Alastor sonrieron al recordar la razón.

Todos quedaron algo sorprendidos, ¿Había una razón en específico?.

—Gracias, Angel—. Bajó un poco la vista para mirar al jinete de la peste y volver a levantarla. —Hay una razón en específico por la cual decidí abrir la Corté.

—Creanme!, ¡Les gustará mucho saber la razón!—. Alastor sonrió.

—Tanto usted, princesa, cómo yo y todos los que estamos presentes tenemos algo en común...la obsesión por el amor de quién nos enamoramos....—. Todos prestaron atención de inmediato al oir las palabras que había dicho Blitzø una vez que el IMP se había levantado de su tronó.

—Serán ustedes—. Susurró a lo muy bajó Sirpentius para que nadie pudiera oírlo.

—Nos hemos enterado que la gran mayoría de nosotros se enamoró en el tiempo en que la Corte había cerrado—. Angel fue el siguiente en hablar sin dejar de sonreír, tenía su mano izquierda en su mejilla y el codo de la misma mano en el tronó.

Nadie le llevo la contraría a los jinetes pro dos simples razones, uno; les tenían miedo y dos; ellos tenían razón.

—Y a la vez que ustedes se enamorón de ese demonio o lo que sea, nosotros también nos enamoramos—. Las palabras que Alastor había dicho dejó a todos en Shock.

¿¡Los Jinetes!?, ¿¡Sus líderes!?, ¿¡Enamorados!?, ¿¡Ya había llegado el día del juicio!?.

—¿Que les parece la idea utilizar el poder de nuestra corté para poder obtener al ser que amamos?—. Y Charlie por fin sonreía pero no era una sonrisa que a cualquiera le podría transmitir confianza. Varios se quedaron pensando una vez que escucharon eso, no era mala idea. —Ustedes solamente deben de hacer que nosotros, los jinetes, consigamos al ser de que nos enamoramos y tendrán al demonio o ser del cual se enamoraron para ustedes solamente—. Se levantó de su trono sin dejar de sostener su lanza mostrando una sonrisa de locura pero a la vez seria.

Los gritos volvieron a la corté, solamente que esta vez se escuchaban más fuerte y entusiasmados. Todos estaban felices de aquello, bueno, menos Sirpentius.

'Esto será una amasacre...'. pensó desanimado Sirpentius al pensar que el sería la paloma mensajera y a la vez el único que sería conciente de toda esa locura.

¿Estaba feliz de que volviera la Corte?, sip, ¿Pero a qué costó? Al costó de volver a ser niñera no solo de los jinetes ahora de toda la corté.

Mientras Sirpentius se comenzaba a deprimir del Caos que tenía que tranquilizar al ser el único (según él) con la madurez necesaria para saber que esto era una locura, se podía escuchar los gritos de fondo pero sobretodos los de Velvette quién gritaba que ya había conseguido Suggar Mommy.

Los jinetes solo sacaron una foto, esa foto era la imágen de quién se habían enamorado.

Tanto como en el infierno y en el cielo ya era la hora de dormir, por lo que Emily; la Seraphin menor se encontraba durmiendo plácidamente en sus cama.

En el Hazbin hotel estaba Husk también durmiendo. En el edificio de los Vees, estaba Vox en su habitación durmiendo con la boca abierta y los pies en el lugar donde debería ir la cabeza y no los pies.

Stolas apenas se iba a dormir, por lo que se arropó y apagó las luces con ayuda de su magia para poder dormir plácidamente.

Esa sería la última vez que ellos dormirían bien...

Que alguien me diga que jinete va primero y cuál es el último, por favor.

Esperó y le haya gustado, ahora está Autora se despide, ¡Adiosito!.

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