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──𝐅𝐥𝐚𝐬𝐡 𝐁𝐚𝐜𝐤

𝐅𝐥𝐚𝐬𝐡 𝐁𝐚𝐜𝐤 ━ 𝐅𝐔𝐋𝐋 𝐌𝐎𝐎𝐍

𝐍𝐨 𝐯𝐨𝐲 𝐚 𝐝𝐞𝐣𝐚𝐫 𝐪𝐮𝐞 𝐦𝐢𝐬 𝐝𝐞𝐦𝐨𝐧𝐢𝐨𝐬 𝐠𝐚𝐧𝐞𝐧, 𝐦𝐢 𝐮́𝐧𝐢𝐜𝐨 𝐫𝐢𝐯𝐚𝐥 𝐞𝐬𝐭𝐚 𝐝𝐞𝐧𝐭𝐫𝐨❞.
Rɪᴠᴀʟ — Rᴜᴇʟʟᴇ.

ES BELLA LA LUNA, alta y deslumbrante, llena de cicatrices que la adornan y marcas que se arrugan al sonreír. Llena, dejando una vista a un brillo que no es suyo, sino del sol, pero que luce con elegancia y naturalidad.

──Pídele un deseo a la luna, Ev──le indicó viendo a su amada pequeña ser iluminada por el satélite.

──¿Puedo pedírselo a las estrellas también?──preguntó con inocencia viendo a las nombradas brillar.

──Claro que si, cariño──accedió──, tal vez puedan ayudarse entre todos para cumplir tu deseo.

──¿Por qué les importaría tanto?──cuestionó intentando comprender lo que pasaba allá arriba, donde no podía llegar.

──Porque tú también eres una, ¿no es asi, estrellita?

¿Lo era? Se preguntaba si las estrellas pensaban lo mismo que su padre y de ser así, ¿por qué la dejaron bajar? Tal vez había hecho algo mal que debía pagar. Aun así dejo sus dudas de lado y cedió decidiendo confiar en el asiático una vez más. Cerró los ojos suspirando.

──Que pueda controlar al lobo──susurró la pequeña de rubios cabellos aferrando sus manos al balcón. Abrió los ojos viendo fijamente a la estrella del Norte──. Por favor.

Y su cuerpo se relajó plenamente confiada de que la luna no la dejaría, respiró con tranquilidad calmando sus nervios, no dijo palabra alguna y tampoco la recibió. Juraría que las estrellas brillaron con más fuerza solo para ella, respondió asintiendo con conficialidad.

La paz reinó, luego se quebró.

──No──susurró──, no quiero.

Del centro de su estómago su parte licantropa rugía con fuerza buscando salir, pero su parte humana la contenía tanto como podía. Su padre se acercó con cuidado quedando solo a pocos metros.

──Caramelito...──negó, ella podía con eso, tenía que.

Sus orbe se iluminaron de un hermoso verde esmeralda mientras que apretaba la mandíbula y el barandal a la vez con fuerza sobrehumana. Levantó la cabeza hacia el cielo con lágrimas en los ojos.

──Lo siento, luna──se soltó, girando en su propio eje y quedando frente al brujo──. Papá...

Cayó al suelo con la gran mayoría de sus huesos tronando antes de que el asiático pudiese siquiera reaccionar. El cuerpo de la menor cambió rápidamente a su forma no mundana.

Magnus intentó contenerla, sin embargo, la pequeña logró esquivar toda magia que llegaba a ella. No es que desconfiara si quiera un poco del mayor, pero su instinto solo podía entender algo; la estaba atacando.

Así que corrió, pasó a un lado del pelinegro con velocidad sin darle oportunidad de derribarla. Saliendo del departamento tomó dirección hacia la salida que daba al parque con toda intención de ir hacía ahí.

Magnus atravesó la puerta del exterior y su mirada cruzó con la loba que giró en forma de ataque. Era blanca por completo, de un tono tan claro y limpio que parecía nieve, ojos  brillantes bajo la luz de la luna, era grande, no como un lobo adulto lo es pero lo era, generaba miedo e incluso aterraba, sin embargo, su mirada inocente y belleza deslumbrante cautivaban a todo aquel que la viese.

El brujo quiso avanzar unos cuantos pasos más pero el gruñido de su hija lo detuvo, reconocía el olor de su padre, y si bien la gran parte del tiempo quería acercarse a él y nunca soltarlo en esa ocasión se negaba a que se acercará.

──Está bien, cariño──dio un paso más con lentitud──no me vas a morder ¿o si?

La loba podría jurar que aquello sonó casi como un reto. Estaba lista para atacar en cualquier momento, tenía una postura amanazante que asustaria a cualquiera, pero Magnus era demasiado terco para conveniencia de cualquiera.

──Tienes que calmarte, estrellita.

Los pasos del mayor eran lentos e insonoros, sus manos en alto a la vista de la licantropa.

──Vamos Ev, hay que entrar.

La mencionada relajó levemente su postura cediendo a la idea de ir, su loba estaba dispuesta a seguir al brujo, sin embargo, este se confió y avanzó sin mucho cuidado. La joven se sintió atacada.

La de pelaje blanco gruñó con fuerza y brinco en direccion a su padre con toda la intención de terminar con él. El brujo reaccionó rápidamente y con su magia activada logró dormirla a escasos centímetros de su rostro. La menor cayó de golpe en el suelo con fuerza, sin embargo, no lo sintió.

Su forma no cambiaría hasta que el sol comenzará a asomarse en la mañana siguiente. El asiático la llevó a su cuarto cuidadosamente dejándola dormir.
























──¿Por que estamos aquí, Mags?──cuestionó la rubia viendo el restaurante frente a ambos.

──Ya veras──contestó el asiático ligeramente ofendido por como había sido llamado por la pequeña.

──No creo que sea para comer ¿o si? ──pesco la mano del mayor caminando a su lado──No es tu estilo.

El brujo rio levemente por el comentario y la forma en la que su hija adoptiva lo había dicho.

──Claro que no──respondió haciendo una mueca de desagrado──. Hemos venido a visitar a un amigo mio.

──¿Por qué no fue él al departamento?──cuestionó sabiendo que a su padre no le gustan los lugares así.

──¿Por qué haces tantas preguntas?

──¿Por qué no respondes?

Magnus suspiró rendido, él intentaba darle una sorpresa y la niña de ojos azules no estaba cooperando para nada. Ni siquiera estaba realmente sorprendido de su actitud.

──Ya verás, estrellita──guió a la menor hacía el lugar quedando en la puerta antes de que ella hablara de nuevo.

──Tengo ocho años──recordó con obviedad──, es normal que pregunte tantas cosas. Perdón.

──No te disculpes, cariño──le revolvió el cabello y le dio un beso en la cabeza──. Yo siempre estaré para responderte todo.

Magnus abrió la puerta llamando la atención de todos aquellos presentes, el lugar estaba lleno de licantropos, quienes más de uno les gruñó con fuerza. La híbrida, tan protectora como siempre, se colocó frente al de cabellera negra y emitió el mismo sonido de vuelta, con toda la intensidad que su garganta le permitía, estaba lista para atacar.

──Tú debes ser Evolet──un hombre de tez morena se visualizó entre los demas, acercandose al par que acaba de llegar con tranquilidad ──. Está bien chicos, los conozco.

Los licantropos del lugar accedieron a calmarse a regañadientes, aun que la rubia no cambió su postura en ningún momento.

──Si, ¿y tú eres?──cuestionó con desconfianza la menor, alzando una ceja con curiosidad.

──Luke Garroway──el se hincó a la altura de la rubia extendiendo su mano, ella la tomó──, un gusto.

──¿Él es tu amigo?──la ojiazul se dirigió a su padre.

──Asi es, cariño──respondió saludando al mayor con un gesto de majo que le fue devuelto con una sonrisa.

──¿Por qué venimos a verlo?

──Él te enseñará a controlarte──ella frunció el ceño extrañada──. Sabes que es un licantropo.

──Huele a perro mojado──admitió con sinceridad la rubia causando que el moreno riera.

──Te ayudaré tanto como pueda para que aprendas a tener control sobre ti──le comentó entusiasmado──, también te enseñaré a pelear.

──Yo ya sé pelear──les respondió la menor al morenl.

──¿Cómo licantropa?──ella negó ligeramente.

──Aceptas, Ev──cuestionó el brujo.

──Quiero algo antes──condicionó.

──¿Cuál es tu condición?

──Deja de tratarme así.

──¿Así cómo?──preguntó el lobo sin comprender.

──Como niña de 3 años──aclaró apuntando con su dedo el hecho de que él se encontraba hincado a su altura.

──Trato──Luke se levantó con una sincera sonrisa que la menor le devolvió. Le agradaba.
































Las visitas de la chica de cabellera dorada se volvieron constantes. La emoción la invadía cada vez que su padre la llevaba, alegre por poder sacar su lado licantropo sin temor alguno de lastimar a alguien.

La manada se acopló rápidamente a que una pequeña de ocho años los visitará constantemente, muchos sacando su instinto paternal al exterior, dandole cariño. Ella también se adaptó a la gente adulta del lugar.

Se había ganado su puesto; no se lo habían ofrecido ni ella lo había pedido, pero todos ahí simplemente lo supieron. Sintieron que algo cambió. Ellos tenían la confianza de ella, y ella  de ellos pese a que ya sabían la verdad de su especie.

Luke se volvió una segunda especie de figura paterna para la menor, ya que no sólo había logrado ayudarle a cobtrolarse y a pelear como un licantropo lo haría, si no que también la cuidaba siempre. La tenía en la mira y se encargaba de recordarle de todas las maneras posibles que podía confiar en el. Y la consentia, oh, tal vez más de lo que debería, pero no dejaría de hacerlo en un futuro cercano.

──¿Es todo lo que tienes, lobito?──La de cabello dorado tenía un gesto divertido en el rostro. Se encontraba peleando cin el de tez morena sin cambiar su forma mundana por completo──Creí que aguantabas más.

──Yo creí haberte dicho que no te confiaras tanto──el mayor levantó una ceja y después comenzó a convertirse en un lobo realmente grande──. Alcanzame, si crees lograrlo.

Ese idiota, la estaba retando. Sasha sonrió con emoción oculta tras el egocentrismo. Iban a jugar. Ambos disfrutaban aquello, una extraña clase de atrapados con la que se divertían, el ganador conseguía un helado del sabor que gustase. En raras ocasiones algunos pocos miembros de la manada se unían al juego olvidando sus responsabilidades, e incluso, que eran ya adultos.

Evolet había logrado que los gruñones licantropos dejaran de serlo tanto cuando estaba ella. Todos buscando que la menor olvidará sus problemas y se entretuviera con ellos.

La pequeña Bane no dudo en comenzar a transformarse en la loba de pelaje blanco que ahora podía controlar. Aullo levemente antes de correr en direccion al mayor con ayuda de su olor.

Magnus vía todo desde un poco lejos, había pasado por ella para ir a casa, pero él no podía interrumpir un juego cuando apenas empezaba. Sonrió de lado contento, amaba ver a su hija feliz, estaba seguro de que ese lugar y su gente, la habían feliz.

Había echo bien en llevarla. Ahora su pequeña había encontrado otra familia.

Era parte de una manada.

En general no modifique la idea del Flash Back, sin embargo, lo escribí diferente y ahora no me disgusta.

En unas horas presento y no estudie, pero a mi la vista numero 10 de como entrenar a tu dragón nadie me la quita.

Suerte en todo lo relacionado a la escuela, por cierto.

Si votan los amo más. Adiositoooooo razita.

DARK

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