XXVI
H.
El plan era bastante sencillo, en una de las tantas visitas de Louis al departamento de Melissa, él se encargó de dejar una pequeña cámara escondida, además de que le dio la llave del apartamento a Liam para que este pudiera entrar y colocar todo en posición mientras ella venía aquí a gritarnos hasta de lo que nos íbamos a morir.
La sorpresa eran algunas fotos mías con Louis mientras nos besábamos, nos abrazábamos, de algunas salidas que habíamos tenido durante el tiempo que llevábamos conociéndonos, incluso algunas pocas capturas del sextape que habíamos grabado, todas pegadas en las paredes del lugar. La cámara era para poder tener una visión de su reacción, la desactivaríamos al concluir el plan, era evidente que ninguno de los dos quería volver a saber algo de Melissa.
— ¿¡Pero que... que carajos es esto!?— se escuchó la voz de Melissa salir del aparato, por lo que ambos volteamos al aparato— ¡Los odio, los odio malditos enfermos!
Se vio como Melissa arrancó con furia y desprecio todas las fotos colocadas en los muros.
No soy partidario de reírme de las desgracias ajenas, pero en este caso era mas que evidente que debía hacerlo, la chica se lo había ganado al hacer cosas tan bajas en un intento de llamar mi atención.
Volteé para ver a Louis y sentí como mi corazón latió un poco mas rápido al verlo sonreír.
Pero decidí apartar la mirada antes de que él pudiera notarlo.
No sabía porque estaba sintiendo tales cosas por verlo, pero no quería averiguarlo.
— ¿Crees que busque alguna manera de vengarse?— me preguntó Louis sacándome de mis pensamientos— Porque mírala, de verdad está furiosa
Observé la pantalla y así era, Melissa ya no solo arrancaba las fotos de sus muros, también rompía todo lo que encontraba a su paso, eso lo hacía mucho mas preocupante.
— No lo creo— negué— Debe de sentirse completamente humillada por todo lo ocurrido, así que espero que tenga la decencia de dejar todo tal y como está
— ¡Oye, en esa mesita fue donde coloqué la tarjeta del psicólogo!— se quejó Louis al ver como la castaña aventaba el mueble— ¡Así nunca se va a atender!
— ¿La que?— pregunté confundido
— Por supuesto que estoy furioso con ella, pero Melissa necesita atenderse, no es normal que haga todas esas cosas que hizo solo con tal de llamar la atención— me respondió con tranquilidad— Así que le dejé una tarjeta de un psicólogo para que busque ayuda, la va a necesitar
Y fue cuando sonreí de nuevo. Louis era una gran persona.
Podría detestar a Melissa, pero por una parte me sentiré eternamente agradecido de que por este evento tan desagradable, pudiera tener algo bueno y ese algo es a alguien como Louis en mi vida.
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