T H R E E
Un pequeño individuo se removió llevando sus manitos a su pecho por el frío que había pegado en su cuerpo hecho bolita sobre la cama, a pesar de que estuviese cubierto de cinco sabanas encima, la temporada de invierno le ha afectado demasiado a él. Y no entendía el porqué de esta temperatura tan baja en su habitación, tal vez sea que duerme sin compañía, aun así la calefacción que le habían instalado dentro debería estar haciendo su trabajo y mantenerlo calentito.
Inició por abrir los ojitos en cuanto el sueño se fue, parpadeando dos veces antes de visualizar el color rosa pastel del techo que había sido pintado por el mismo hace unos años. Se incorporó sobre la orilla del colchón tallando con su puño las pestañas con lagaña que estaban ahí, retirándolas de su lugar dejándole una mejor visión del panorama.
-Buenos días, señor bigotes.- sonrió de forma tierna viendo a su grande gatito blanco acostado en una litera especial color rosa. Recibió un "meow" que lo tomó como una respuesta.
Se levantó de la cama caminando hacia él; descalzo. Hincado, acaricio el hermoso pelaje suavecito de su mascota que comenzó a ronronear sintiendo los dedos del peli rosa abajo de su mentón. Él sabía que ahí era su debilidad y como buen amo le estaba dando sus mimos mañaneros de todos los días.
Como era costumbre, los cambios de humor y personalidad eran frecuentes cada día, sucedía en cualquier momento y cuando volvia a ser el mismo, un chico adolescente cuyos sueños se hicieron pedazos en cuanto su madre había muerto, no tenía que ser un criminal, no tenía que matar a nadie inocente, incluso si no lo fuera; sería incapaz de hacerlo. No era ese loco narcisista cuyo nombre empieza con kitty y termina en Gang.
Odiaba tener que lidiar con su otra mitad, su "otro" yo como así lo llama.
-Otra vez estoy lastimado...- susurró mirando su bracito vendado que tenía una mancha de sangre sobresaliendo.
Supuso que Jin se encargó de curarlo.
Había un silencio que le extrañaba al pequeño rosado, en algunas ocasiones sus compañeros hacían mucho ruido durante las mañanas discutiendo porque desayunar o algo tonto. Sus orejitas se levantaron y su cola esponjosa se envolvió en su cintura con la corriente de aire que choco con su cuerpo provocándole escalofríos, se abrazó a sí mismo temblando su quijada que sus dientes hacían ruido por la acción. Fue mala idea dormirse con ese mini short azul y su camisón de seda. Se dispuso a salir de su habitación mirando a su alrededor comprobando que la casa estaba incluso hasta sola, hizo un puchero al pensar en eso, ellos se fueron a un lado dejándolo solo.
-¿Jin hyung?- susurró por instinto, ya que el silencio era demasiado.-¿Hola?- alargo la última letra mientras caminaba por el pasillo que da a la cocina.
Asomó sus ojitos hacía la cocina aún sin encontrarse a nadie ahí, lo único que pudo ver fueron una galletas recién horneadas (lo supo porque salían humo arriba de ellas) sobre un plato de gatitos, sonrió como un niño pequeño acercándose a las mismas tomando una llevándosela a la boca. Hizo un sonido de un suspiro muy alargado y exagerado, en verdad que le gustaban las galletas con chispas de chocolate, tal vez con un poco de leche le sabrían mejor.
Se dirigió al refrigerador pero sus piesitos se detuvieron cuando un leve ruido habían detectado sus orejitas. Posiblemente están en el sótano pensó corriendo de inmediato hacía la puerta que da al sótano de la casa.
Tenía entendido que los chicos iban al sótano solamente cuando había una junta importante, algo ilógico para el pues la sala está hecha para crear un vinculo más familiar, dónde la comunicación es importante, en ese caso el sillón que había comprado con sus ahorros no tendría caso. Jimin los consideraba como una familia, su única familia después de la muerte de su madre, Jin tenía aquel toque maternal que tanto le hace falta en su vida, que le agradece todos los días por darle espacio en su casa.
Mojó sus labios resecos con su lengua antes de tomar la perilla con delicadeza, como si temiera que esta se pudiera romper. Abrió la puerta bajando las escaleras despacio manteniendo su mirada abajo, contaba las escaleras una por una en su mente, la madera le estaba picando en la planta de sus pies que estaba por seguro que ya tenían un tono color rojo.
-Jin hyung, ¿Estan ahí abajito?- dijo al estar a tres escaleras por terminar.
Piso el último escalón brincando al Pavimento, mantenía una sonrisita que reflejaba diversión, pero se borró al ver que no solo estaba Jin, Tae y Jungkook ahí, si no también otros tres quienes al igual que él, lo miraban confundidos. Jimin sintió su rostro arder, la sangre seguramente estaba ya en sus orejas humanas, si, porque el pequeño y tímido Jimin, tenía orejas gatunas y orejas de Humano.
-¡Hey! Es ese muchacho rarito de ayer, ¡Él robó mi diamante!- Yoongi sentía que moriría por ver a ese chico gato otra vez.
-¡No soy rarito!- respondió Jimin haciendo puñitos y cerrando sus ojos con fuerza. -Y no robe tu diamante, fue...- calló, no quería decir algo de más. -Fue alguien más...-
El rubio fruncio sus ceño con las recientes palabras de Jimin, era imposible que otra persona con los mismos rasgos, mismo cabello y mismo cuerpo se le atravesara en sus planes, como si existieran dos personas completamente iguales en este mundo (si es que se le puede considerar persona) puede que sea algo despistado, pero no idiota. Miró al chico rosado de pies a cabeza, analizándolo, lo primero que pudo ver fue su rostro, tenía grandes labios (que ya se los había visto aquella vez) pero verlos con más luz se podía dar cuenta que eran demasiado rojos, tenían pequeñas grietas que tal vez si hizo mordiendoselos, sus mejillas rechonchas, y sus ojos, esos ojos color violeta, recuerda que eran color avellana en la noche anterior.
Jimin soltó un chillido corriendo hacía Jin, no estaba acostumbrado a que lo miraran tanto y eso le aterraba, la mirada del otro seguía atento al peli rosa que daba miedito.
Yoongi lo siguió con la mirada, percantandose de su cola de gato he iinmediatamente avizoró que tambien tenía sus orejas, definitivamente tenía que ser el y había una forma de comprobarlo. Pasó a uno de sus brazos, hallando la respuesta que quería.
-Si no eres él, entonces ¿Que hace esa venda en tu brazo? Yo recuerdo haberle disparado a ese tipo en el mismo lugar.- sonrió, el pequeño solo se encogió en su lugar aferrandose a su hyung.
-Basta, si el dice que no es el, es por que no lo es.- interrumpió justo a tiempo el de lentes. Tomó la mano de Jimin haciendo que se siente en su sillita para niños de gatitos. -Este chico de aquí, es el último integrante de mi pandilla, será tu acompañante de ahora en adelante, Yoongi.-
Yoongi bufó cruzándose de brazos, le era un poco ridículo que ese niño gato fingiera que jamás se habían conocido (o visto) y que evitara el hecho de que hurto su preciado diamante, al final resultó que lo robó para ellos y pudieran negociar, así que no estaba molesto del todo.
-Ya que vamos a trabajar Juntos...-
El cabeza de naranja se acercó rápidamente a Taehyung tomándole su mano sin consentimiento dejando al castaño sorprendido. -¡Un gusto! ¡Me llamo Hoseok, pero muchos me conocen como Hopeline Miami! Lo se, es un apodo muy largo, pero se te queda grabado después de un tiempo.-
Tae soltó una leve risita por lo carismático que era el chico naranja, en toda su vida como delincuente vio a una persona que le emocionara trabajar con el, excepto Jungkook, pero ellos ya se conocían de años así que era normal que estén juntos.
-Bueno, yo soy Tae, pero me dicen Gucci Gang.- respondió con una sonrisa.
-Adivino, ¿amante de la marca?-
-¿Que comes que adivinas?- ambos rieron por sus respuestas sarcásticas, la sonrisa cuadrada de Tae era única entre todas, y bueno, la risa de Hobi es muy escandalosa.
Jungkook miraba a aquellos dos desde de su lugar, apretaba con fuerza sus puños calmando sus ganas de ir y golpear al chico nuevo que se está interponiendo en él y su Taehyung, ¿Que si estaba celoso? Nah, más bien no quería que éstos extraños le hagan algo a sus amigos, se veían sospechosos. Debía mantenerse alerta de cualquier movimiento. Ahora vio a Jimin, seguía sentado en aquella sillita jugando con sus pequeños deditos regordetos, sus orejas estaban abajo y su cola entre sus pies, no parecía estar agusto con esto y no era el único. Jamás pensó que las ideas locas de Jin llegaran muy lejos, tener de aliados a la pandilla del Ala sur, ¿En verdad? Si no fuera porque Jin es el mayor de los tres le pondría el puño en la cara.
-Veo que se divierten, pero creo que deberíamos presentarnos todos.- interrumpió Jungkook caminando al centro del circulos que formaban todos.
-¿Qué se supone que es esto, niño? ¿Una reunión de rehabilitación? No voy a hacer una mierda de esas.-
-Oh vamos Yoonie, será divertido, o bueno, si no lo haré por ti.- Hoseok se paro detrás de Yoongi tomando sus mejillas, las apachurro dejando ver una tierna boquita de pato en el. -El es Yoongi, mejor conocido como Agust D, puede ser un poco gruñon pero es muy bueno con las armas, descuartizar gente y-
-Suficiente, si no quitas tus manos sudadas de mi rostro a quien voy a descuartizar va a ser a ti.- Hoseok hizo caso estallando a carcajadas, adoraba molestar a su lider todos los días, recibiendo ese tipo de amenazas que no pasan a mas que solo eso.
El temperamento del líder rubio estaba a su máximo, y era que además de soportar a su equipo ahora tendrá que soportar a los miembros de Jin, parecían ser más tontos que los suyos. Estaba seguro que si alguno se atrevía a molestarlo no dudaría en matarlos, de la forma más lenta y placentera posible.
Namjoon cerró su libro con mucho cuidado dejando un separador en la página en la que se había quedado para mirar a los demás y levantó una mano sin ninguna expresión. No había lugar en la que no llevara un libro de cualquier tema interesante para el y esta no era la excepción.
-Mi nombre es Namjoon, muchos me conocen como RM. Es un placer conocerlos.- al final mostró una pequeña sonrisa dejando ver sus hoyuelos.
-Yo soy Jungkook, me conocen como Killer Bunny.- sonó desinteresado mirando a Yoongi, ambos lo hacían cruzados de brazos esperando algún ataque por parte del otro sin tener una razón para hacerlo.
El silencio apareció nuevamente en el sótano, hasta que la pequeña vocecita del rosadito llamó la atención de todos. Tarareaba una canción de cuna jugando con sus deditos, mirando como se movían y las heridas que anteriormente se había hecho ya estaban cicatrizando dejando costra.
Sintió las miradas Retomarse en él y levantó su rostro, se sintió nervioso que comenzó a temblar con los ojos sobre él, odiaba sentirse así, como si hubiese hecho algo malo y lo estaban regañando, justo como él lo hacía. No había hecho nada malo y buscaba la respuesta en los ojos de Jin, estaba suplicando que le diera una respuesta en que decir con esto.
-Y-yo...- le costo trabajo incluso tragar saliva, sentía que se ahogaría muy pronto con sus propios líquido bucal.
-¿Cuál es tu nombre?-
-¡Si! Dinos como te llamas, ¿O tienes un apodo?- ánimo Hoseok parándose a un lado del peli rosa.
Jimin tartamudeaba cosas al azar, inaudibles que ni él podía escuchar, no sabía que decir, buscó nuevamente la salida en Jin, este lo miraba serio esperando a que contestara de la manera correcta para no delatar cosas que no debía. Llevó sus manitas a su pecho cerrando con fuerza sus ojos, para continuar tarareando aquella canción.
Abrió su boquita decidido en responder a su pregunta, pero Yoongi lo interrumpió.
-Dejenlo.- Jimin lo miro. -Si no quiere decirlo no lo obliguen, es su problema.- El rubio se levantó de la sillita de niños estirándose en el camino, estaban entumecidas sus piernas y ahora le dolía la jodida espalda. -Quiero descansar, ¿Pueden mostrarnos las habitaciones?-
-Taehyung, llévalos a las habitaciones vacías.- El mencionado asintió invitándoles a los chicos que salieran del sótano, cuando solo quedaba el para subir tomó su brazo con fuerza acercándolo a su cuerpo y susurrarle. -Y encárgate de que estén lejos de la habitación de Jimin.-
Los cuatro chicos caminaban por uno de los pasillos de la casa teniendo al anaranjado y el castaño al frente, mientras que Yoongi y Namjoon los seguían desde atrás. Para ser una casa de un solo piso era demasiado extensa en longitud, desde afuera se veía algo abandona, con la pintura desgastada y el jardín marchito, como una casa de terror, pero por dentro era muy diferente. Incluso podría llamarla acogedora. Había demasiadas habitaciones para solo cuatro personas viviendo en este lugar, lo cual era algo sospechoso para Yoongi, Sabía que todos ellos no eran como otro delicuente o mafioso, según ellos eran los "buenos" y que solo mataban si era necesario, algo incongruente pues Jin le acaba de decir que le ayudara a matar con toda una corporación.
-Se lo que piensas Yoongi.- rompió el silencio Nam.
-¿A qué te refieres?- frunció su ceño mirando al moreno.
-Estas a la defensiva, lo sé por que tu mano no se ha despegado de tu arma.- aclaro un poco su garganta, frunciendo ahora su ceño mirando a los dos que estaban adelantados que estaban carcajeando y hablando como si fuesen los mejores amigos de la infancia.
—No confío mucho en ellos, no quiero caer en una trampa. Mantente alerta y si ves una anomalía, solo avísame.— Tendría que vigilar de ahora en adelante cada movimiento que realicen, no es como si le tuvieran miedo, ya que saben defenderse a la perfección, pero bajar la guardia haría que cayeran en su trampa. Su amabilidad solo los hacía más sospechosos. Haría cualquier cosa para conseguir su diamante, en cuanto acabara esta "misión" se largarían de aquí.
—Bien, después de esta puerta, son sus habitaciones, pueden ponerse cómodos y cualquier cosa que necesiten, llámenme.— sonrió Taehyung haciendo una reverencia, se despidió de Hobi agitando su mano y simplemente se fue dejando solos a los tres chicos.
—Entonces ya te llevas muy bien con el, ¿cierto?—
—Es un chico maravilloso, sabe hacer armas caseras, dijo que me enseñaría a hacerlas después.— levantó los hombros el peli naranja manteniendo su peculiar sonrisa, era normal que estuviera siempre feliz por cualquier cosa, incluso si está matando a alguien.
—No estés muy confiado Hoseok, no sabes que plan estén tramando.— pasó por un lado de Hobi abriendo la primera habitación, asomo su rostro y entro apuntando con su arma a varias direcciones, estaba verificando que todo estuviera en orden.
—No seas exagerado Yoonie, ellos nos pidieron ayuda por algo, somos la pandilla más ingeniosa de Seul, ¿Si ubicas la pandilla de Don gato?— Namjoon y el entraron seguido de su lider quien seguía a la defensiva, miraba a su alrededor con sus ojos gatunos entre cerrados. —Basta, solo es una habitación normal.—
—Primero, solo es una caricatura, nosotros estamos en la realidad y segundo, nada de aquí es seguro si está ese niño rosa en la casa.— guardó su arma soltando un bufido.
—¿El chico gato del sótano? Es tan adorableeee.—
—¿Adorable? ¡JA! No, no es adorable, es una amenaza, se ve horrible con esas orejas y cola de gato, odio a los gatos.— añadió esto último dándole escalofríos en todo su cuerpo.
—Es irónico, tu pareces un gato y el ya casi es uno, son la pareja perfecta.— Hoseok suspiro alargado dejándose caer en la cama. —Que romántico, ¿Verdad Namjoon?— miró al moreno que asintió desinteresado en el tema que trataban sus compañeros.
—Creo que alguien quiere morir el dia de hoy.— amenazo otra vez apuntando su arma hacía Hobi que seguía acostado en la cama.—Ese chico no es normal, y voy a llegar al final de esto.—
—¿Ya podemos irnos? Dejémosle este cuarto a Hobi Hobi, quiero continuar con mi lectura y si ustedes siguen hablando me desconcentro.— protesto Namjoon saliendo de ahí, Yoongi negó varias veces. Tenía a un par de tontos en su grupo y era pesado tener que lidiar con ellos. No podía hacer nada, no tenían remedio y aunque aveces le hagan perder la cabeza, son su única familia en años desde ese día.
—Me voy, recuerda avisarme si ves algo extraño Hoseok, no quiero que les pase algo..—
—Aww...Min Yoongi, el rey del Crimen esta sentimental? Necesito una foto de tu cara preocupada.— se sentó formando un puchero en sus labios burlándose de su líder.
—¿Sabes que? Olvídalo, púdrete en el infierno.— gruño el rubio saliendo, azoto la puerta detrás suyo y metió las manos en los bolsillos de la chamarra de cuero que llevaba puesta.
Mordió la pared de su mejilla, miró a sus lados notando que estaba completamente solo y que Namjoon ya se había retirado a su dormitorio correspondiente. Caminó unos pasos hacía la última habitación, pero se detuvo al escuchar unos sollozos cerca de aquí, dio la media vuelta poniendo total atención para averiguar de donde provenía los sonidos. Si algo era bueno Yoongi, era en detectar sonidos de cualquier tipo a cualquier distancia, se podría decir que es uno de sus miles de dones.
Avanzaba poco a poco por el pasillo donde vinieron, pasando por las puertas aparentemente cerradas con seguro, hasta que vio una entre abierta de todas las demás. No debía meterse en donde no lo llaman, pero algo le decía que alguien estaba sufriendo, por la tonalidad del llanto, parecía llena de impotencia y de dolor.Estaba decidiendo entre si ver quien estaba o no, interrumpir algo tan intimo lo que es desahogarse llorando, el sabía lo que era ese sentimiento, de estar solo y llorar hasta quedarse dormido, lo sabía pero no iba a volver a suceder, Debía mantenerse al margen que todos conocen, ya no, yo no sería débil otra vez. Apretó sus puños dispuesto a averiguarlo.
Caminó de regreso por el pasillo donde vinieron, cada vez que se acercaba el llanto se prolongaba más fuerte, eso significaba que estaba cerca. Diviso a lo lejos una puerta entre abierta de todas las demás, así que opto por acercarse a ella.
Paso las yemas de sus dedos sobre la madera; sosteniéndola con fuerza para que no se moviera y hacer el más mínimo ruido que podría delatarlo. Los sollozos provenían del chico rosado. Estaba en el suelo de rodillas cerca de la orilla de la cama, reposaba sus bracitos delgados en el colchón escondiendo su rostro en ellos.
—Mi pequeño...no llores.— escuchó la voz de Jin en la habitación, entonces ambos estaban juntos. —Sabes que debes seguir el tratamiento.—
—Lo se...es solo, que es difícil...— Jimin sorbio su naricita roja varias veces secando sus lágrimas con el ante brazo.
Yoongi pegó más su oreja a la puerta, ahora solo se oía susurros inentendibles, no entendía como pudieron llegar tan rápido hasta aquí, jamás sintieron su presencia al venir aquí con ese chico Taehyung, puede que haya pasadisos o solo imaginaba cosas. En un instante la puerta fue arrebatada de sus manos haciendo que se tambaleara al punto de caerse, retomo su postura mirando que estaba justo al frente el chico de lentes.
—Que. ¿Que mierda haces aquí?— su ceño estaba fruncido, bueno, eso era obvio. —No debes humear como si esta fuese tu casa.— vaya, con que el chico Jin amante del rosa tambien tenía un lado rudo.
—El ir a ayudar a alguien que está llorando no estaba en las reglas.— miró por el pequeño hueco que dejó Jin entre el y la puerta al chico algodón. Jimin estaba parado detrás de ellos cargando a un gato esponjoso entre sus manos, miraba la escena algo confundido. O eso creía Yoongi.
—Pues todo esta controlado, no debes pasar por aquí al menos que lo indique ¿Bien?. Ahora retírate a descansar o lo que sea.— ordeno Jin moviendo su mano para correrlo de ahí.
El rubio quería protestar cuando noto que la mirada del más bajo estaba fija en él, sus ojos cambiaron a aquel tono avellana nuevamente y sonreía en forma de burla. Apretó sus puños sintiendo varios escalofríos recorrer su espina dorsal, sentía una mala vibra en el lugar en específico.
El chico alejó su mano derecha del gato hasta llevarla a su cuello y hacer una señal de cuchillo con el dedo índice y pasarlo a lo largo simulando una cortada.
—Bye Bye...~— no había hablado pero movió sus labios entendiendole a la perfección.
Yoongi retrocedió y miró a Jin una última vez antes de regresar por donde vino, su corazón se había acelerado que sentía que explotaría por esta sensación extraña en su pecho. El cambio radical de ese niño fue alarmante. Sus ojos y su expresión.
Todo era extraño.
¡POCO A POCO VA AGARRANDO
FORMA LA HISTORIA! AHHHH.
Se que posiblemente estén algo
confundidos pero se van a aclarar
las cosas a su tiempo.
TODO EN LA HISTORIA TIENE UN
PORQUE, SI, EL COLOR DE LOS
OJOS IGUAL.
Pido una disculpa por el retraso
del capítulo, pueden golpearme
si quieren, pero deben entender
que no soy una maquina de escribir
No todo el día estoy en wattpad y
no todo el tiempo tengo la sufi-
ciente inspiración para hacer
todo en un día.
Además el tiempo que tuve sin
escribir nada de la historia me
dio la oportunidad de cambiar
algunas ideas y hacerlas algo
mejor.
En otras noticias....
¡YA SOMOS 2K DE ESTRELLITAS!
Con solo dos caps y el prologo.
Neta los amo un chingo, gracias
Por apoyar este proyecto ✨🍡.
20/01/21
💛Yellow2Min🍡
Bạn đang đọc truyện trên: Truyen247.Pro