꒰ 💌𖥻𝟎𝟏 | 𝐂𝐀𝐑𝐓𝐀 𝐏𝐀𝐑𝐀 𝐃𝐎𝐑𝐈𝐀𝐍 ꒱
𝐀𝐑𝐂𝐎 𝟏 ⟆ 𝐄𝐋 𝐓𝐎𝐐𝐔𝐄 𝐃𝐄 𝐌𝐀𝐆𝐈𝐀
:•.𝐡𝐚𝐫𝐫𝐲 𝐩𝐨𝐭𝐭𝐞𝐫;𝐠𝐨𝐥𝐝𝐞𝐧 𝐭𝐫𝐢𝐨:•.
⤿ ִׄ ›› 𝗖𝗔𝗣𝗜́𝗧𝗨𝗟𝗢 𝟬𝟭 ¦ 𝗖𝗔𝗥𝗧𝗔
𝗣𝗔𝗥𝗔 𝗗𝗢𝗥𝗜𝗔𝗡
❛ ¿𝑺𝒐𝒍𝒐 𝒅𝒐𝒔? ❜
Las calles de el vecindario siempre fueron muy concurridas, aun más por los más jóvenes de las múltiples familias que lo habitaban. No obstante, las mañanas de verano en ese lugar se caracterizaban por ser las más silenciosas, guardando una tranquilidad que hacía sentir de maravilla a los pocos vecinos.
Aúnque claro, esto no podía ser así si en el vecindario vivía esa familia, Los Chatterley. Una familia con un gran ingreso monetario, siendo el padre de esta casa dueño de la empresa de taladros Trewlye. Empresa reconocida en toda Europa y partes de América.
Los Chatterley no eran únicamente una familia bien acomodada, eran también una familia conformada de múltiples cabezas rubias, castañas y rojizas, quienes no sólo eran llamativos por su apariencia sí no por su forma de ser tan... ¿Distinta?
No lo decía la gente nomas por hablar, solo bastaba con escuchar su mañana de verano para saber que eran una rara o tal vez diferente familia.
—¡Más les vale bajar en este instante! - esa misma frase había sido gritada un total de 5 veces. Tal parecía que nadie la estaba obedeciendo - ¡Engendros del demonio!
— Amor, creo que deberías de relajarte. Los muchachos ayer apenas llegaron de Canadá, deben de estar algo cansados - Dahil sonrió relajado bebiendo su café, ignorando la mirada de su esposa sobre el - Además, alterarte puede afectar al bebé.
La mirada asesina se intensificó, Dahil trago saliva y se enfocó en su periódico, maldiciendose un segundo por haber abierto la boca.
Era mejor ignorarla y no moverse, eso de seguro la hubiera ahuyentado de su presencia.
— Dahil, tengo dos meses de embarazo, no seis - bufo, y dispuesta a ignorar a su esposo, grito - ¡Daren, Dorian, Demian, Dominic, Adele! ¡Bajen ahora mismo!
Tras terminar ese grito a los pocos segundos una fila de personas se presentó frente a ella, cada uno de sus hijos la miraba adormilados aún con sus pijamas puestas. El mal humor desapareció del rostro de la mujer, quien camino hasta ellos y beso las mejillas de cada uno, desde el mayor hasta la mas pequeña: Dorian.
— Mis niños - susurro, besando por última vez la mejilla derecha de su niña, quien la observaba con esos ojos tan diferentes a los propios.
El castaño miraba la escena enternecido, jamás se cansaria de esta rutina de verano. Aunque claro, por muy tiernas que fueran éstas escenas prefería saltarse la faceta "grito" de su mujer.
— Vengan, he preparado el desayuno
Todos se sentaron en la enorme mesa, cada uno tenía un lugar asignado en la mesa más que nada para evitar peleas que sólo se arreglarian con la pelirroja mayor interviniendo.
— No tenías porque mamá, pudimos nosotros hacernos más tarde, aun así te lo agradezco - hablo en un tono amable el mayor de sus hijos, Demian Chatterley.
Mallory estuvo tentada a volver a besar las mejillas de su hijo mayor, aunque se contuvo al llegar junto a su marido.
— ¡No le hagas caso, mamá! - replicó una segunda voz, Dominick - Estoy seguro que el sonzo ese hubiera quemado la cocina. Después de todo, lo hizo en el departamento. Estuvieron a nada de corrernos, aunque gracias a mis encantos eso no ocurrió.
Dijo, añadiendo al final su tono de egocentrismo que tanto lo podía caracterizar.
Demian rodos sus ojos azules con desgano, no replicó nada ya que su hermano gemelo tenía razón. Esto hizo que las risas comenzarán a escucharse, más por parte de los pequeños de la casa.
Aunque pronto un comentario hizo que estas se detuvieran por completo.
— ¿A tu encanto? ¿Acaso espantaste a la dueña del lugar para que no los corrieran?
Todos voltearon a la silla a un lado de su madre y esposa, mirando los largos cabellos rojizos y aquellos traviesos ojos marrones, cuáles combinaban de manera perfecta con las múltiples pecas exparsidas por el rostro de la niña.
Dorian Chatterley, la única hija pelirroja de los Chatterley.
La niña sonrió, mostrando sus perfectos y pequeños dientes. De inmediato sus hermanos mayores (A excepción de Dominic) rieron ante su comentario.
— ¿Espantar? ¿Yo? por supuesto que no, Haz - ofendido miró a la más pequeña, quien sonrió aún más al verlo reaccionar.
Demian a su lado rió con más ganas, perdiendo totalmente la compostura y de paso ocasionando que le soltaran un pequeño golpe en el hombro.
— Ya, ya perdón.. ya no me voy a reír - alzó las manos en defensa.
— Pobre mujer
— ¡Daren! - exclamó Dominic a su hermano menor, quien río junto a Demian mientras lo ignoraba por completo.
— Oye, Ren no tiene la culpa que espantes a cada mujer que se fije en ti - una nueva voz hablo, Adele, quien decidió defender a su mellizo y de paso burlarse del mayor.
El menor de los gemelos no entendía como habían llegado a esto, se suponía que a quien deberían de humillar aquellos demonios era al mayor de todos no a él, una pobre alma.
— Oh callense
Esto era visto por los adultos del hogar, quienes tomados de la mano veían a sus hijos convivir. Casi nunca, tras la partida de los gemelos a Canadá, podían tener momentos así.
Apreciaban con cariño estos momentos, era lindo verlos juntos como hermanos.
De pronto un sonido llamó la atención de todos en el hogar, por lo que la familia volteo por inercia hacia la puerta. Unos sobres habían sido arrojados en el correo de la puerta.
Los mellizos de inmediato se miraron con emoción al imaginar de donde eran. Juntos corrieron por aquellas cartas. Tras tomarlas a los pocos segundos ambos soltaron un grito al confirmar de donde eran mandadas.
Ante esto todos supieron cual era el motivo.
— ¡Adiós casa, hola tercer año de Hogwarts! - festejo Daren emocionado, la rubia a su lado asintió contenta.
— ¡Mamá, necesitamos ir al Callejón Diagon! - dijo de inmediato Adele,ahogando las ganas de gritar.
Sus padres sonrieron contentos mientras los miraban - ¡Ay, felicidades mis niños! un nuevo año en Hogwarts, verán que será increíble.
La emoción era obvia en los rostros de los mellizos, cosa que alegro a sus padres y hermanos. Aunque esta pronto se apago al caer en cuenta que solo eran dos cartas, no tres.
— Solo, solo son dos.. - susurro el de ojos azules, Adele asintió.
Rápidamente ambos miraron a la menor de la familia, quien observaba la carta con anhelo. La felicidad de aquel momento se había esfumado.
— ¿Solo dos? - preguntó, los mellizos asintieron con desgane - ¿Entonces porque esas caras? Hay que festejar, podríamos jugar en el patio con Sr Duncan.
La felicidad había desaparecido de aquellos lindos ojos, siendo reemplazada por una tristeza que pronto disfrazó para sus hermanos. Ellos merecían gritar y correr por toda la casa en estos momentos.
Ante esto el adulto decidió intervenir.
— Si, Dorian tiene razón. Hay que festejar - sonrió, los ojos de su mujer lo miraron molestos - Pero, no te desanimes cariño talvez tu carta viene mas tarde o mañana.. - comento Dahil, no queriendo ver esa mirada en su niña - Sabes que el viaje es largo, talvez la lechuzita se tomó un pequeño descanso en algún árbol.
Los gemelos asintieron rápidamente ante el comentario de su padre.
— ¡Si Dorian! talvez se canso un poco y decidió descansar. Ya veras que como dice papá mañana o en unos días llegará tu carta de Hogwarts - Demian intento convencerla.
— Eso, además también puede que el director se haya distraído a la hora de escribir tu carta - comentó Daren, Adele pronto le siguió - O también, puede que la lechuza se haya lesionado antes de salir. Dumbledore jamás mandaría a una lechuza herida ni menos para algo tan importante como tu carta.
— ¿Ustedes creen?
— ¡Si! - gritaron todos de inmediato, no queriendo que la menor pensara lo peor.
— Dorian, tu padre y hermanos tienen razón, no tienes de que preocuparte. Es totalmente seguro que tu carta llegará - por primera vez hablo su madre, abrazando de inmediato a la niña - Sin embargo, si tu carta no llega, entonces no tienes que sentirte mal ¿si? - la niña asintió - La magia no necesariamente es a través de una varita, la magia también se lleva en el corazón, cariño.
Semanas habían pasado desde la llegada de las cartas de sus hermanos, lo que hacía que faltarán dos dias en total para la hora en que estos deberían abordar el misterioso expreso del anden 9 ¾.
Sin poder evitarlo se sentía desilusionada. Había esperado con emoción dos años la llegada de esa carta, anhelando ir al Callejón Diagon por su uniforme o estar en esas increíbles clases de las que le platicaban sus hermanos por cartas.
Y es que era inevitable no ilusionarse, la primera vez que escucho sobre que la magia existía fue tras la visita de aquella extraña pero estupenda señora de maternales ojos, la cual llegó con un par de sobres en conjunto de la noticia de que su familia poseia dos seres mágicos, una bruja y un mago.
Daren y Adele eran poseedores de magia, por lo que aquel colegio (Hogwarts) les ofrecía enseñarles a controlarla y pulirla; se sintió feliz por ellos y esperanzada de que ella también pudiera asistir tras cumplir los 11 años.
Pero, esto ahora esto se veía destruido, esa carta no había llegado, y eso sólo significaba una cosa: ella no era una bruja como Adele.
Ella era lo que Daren había llamado muggle, una humana normal.
— No estés triste, corazón - escucho la voz de su progenitora, sonaba preocupada - Sabes que no importa si eres bruja o no, no tener magia no te impide ser feliz. Solo mira a tus hermanos, ellos son excelentes universitarios sin necesidad de magia.
Sus ojos miraron los de su madre, quien esperanzada quería hacer sentir bien a su hija.
— Lose y estoy feliz, mamá - suspiro - Solo que me siento algo desilusionada, esperaba también recibir mi carta, aunque no importa, aun así quiero ir con ustedes para dejar a Adele y Daren en el anden. Ellos están muy emocionados.
Mallory sonrió, amaba el como su hija era capaz de dejar de lado su sentir por sus hermanos mayores, del cómo a pesar de estar mal no intentaba hacer sentir igual a nadie. No obstante, esto también era malo, no era bueno que olvidara tanto su sentir por el de los demás.
— Y prometo que nos acompañaras, aun sea con carta o no.
Ambas sonrieron, provocando que la pequeña Dorian se acercara y abrazara con fuerza el torzo de su madre. Con ternura beso la cabeza de su hija, y repartió delicadas caricias en su espalda
Un lindo momento, aunque para desgracia de ellas fue interrumpido por un grito.
— ¡Mamá hay un tipo extraño en la puerta! ¡Ya le dije que no requerimos su servicio, pero el sigue aquí! - la voz fue rápidamente distinguida por ser la de su segundo hijo, Dominic.
— ¡Imbecil! ¡Mamá, dice que es importante! - ahora fue el turno de Demian de gritar.
Ambas mujeres suspiraron para luego separarse y dirigirse hacia la entrada de la casa. Rápidamente al llegar notaron a los gemelos mirar sorprendidos al hombre frente a ellos, y es que era inevitable, el hombre vestía unas prendas de lo más extrañas para cualquier persona.
El hombre al verlas sonrió bajo su enorme barba blanca, seguido de acomodar sus lentes. Dorian sintió a su madre tensarse a su lado tan pronto miró esto, aun así no presto mayor atención.
— Buenas tardes, lo siento por causar tanto estrago en su morada - parecía apenado.
— Oh, no se preocupe señor, no a causado ningún daño - Mallory aclaró de inmediato, no queriendo hacer sentir incómodo al señor.
El mayor asintió y junto sus manos bajo su túnica blanca. En el lugar se instaló un silencio algo incómodo, nadie hablaba y eso provocaba estragos en Dorian. Los silencios incómodos la hacían decir tonterías.
— ¿Usted es el hermano de Santa? - de la nada cuestióno tomando con su mano la camisa holgada de su madre.
Los gemelos se miraron para después mirar a su hermanita y al extraño hombre. Sin duda era similar al hombre que salía en las películas de Navidad.
— ¿O es alguno de los reyes? - sus ojos marrones miraron el calendario a lo lejos, viendo que faltaba demasiado para navidad o día de reyes - Aunque eso no tiene sentido, aun falta mucho.
— ¡Dorian! - exclamó la madre, estando a nada de decir algo más si no fuera por la risa que sólto el hombre de túnica.
Una risa llena de vida, una risa que hizo sonreír con emoción a la pequeña pelirroja.
Aquel primer encuentro sin duda había sido divertido, esperaba que esto siguiera así.
Este es oficialmente el primer capitulo de esta historia, jamás pensé publicar esta historia por lo que me emociona demasiado por fin hacerlo.
Espero y les haya gustado, hasta la próxima actualización.
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