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Después de algunas semanas desde que revelé mi identidad como "Damosius", el gran inversionista, en la inauguración de la academia imperial, mi vida dio un giro inesperado. Las visitas de jóvenes nobles comenzaron a llegar casi a diario. Todos querían convencerme de invertir en sus diferentes negocios, cada uno presentando sus proyectos con gran entusiasmo. Mi tiempo se dividía entre estas reuniones y la gestión de la academia, lo que mantenía mi agenda llena.

Una tarde, estaba en el patio del jardín trasero de la mansión Williams, disfrutando del aire fresco y la serenidad del lugar. Jessy y Annie, mis sirvientas de confianza, me avisaron sobre la llegada de otro grupo de jóvenes nobles. El aire estaba lleno de expectativa, y el sonido de sus pasos se acercaba, mientras yo me preparaba para escuchar las nuevas propuestas.

— Señorita Damaris, los jóvenes nobles han llegado para la reunión. -Anunció Jessy, asomando la cabeza por la puerta del jardín-

— Gracias, Jessy. Hazlos pasar. -Respondí con una sonrisa-

Entraron tres jóvenes, vestidos con elegancia y mostrando un nerviosismo evidente en sus rostros. Cada uno llevaba consigo carpetas y portafolios, apretándolos contra su pecho como si fueran tesoros. Estaban listos para presentar sus ideas, sus ojos brillando con una mezcla de entusiasmo y ansiedad. Se acercaron con respeto y se detuvieron ante Damaris, esperando ansiosos la oportunidad de exponer sus proyectos.

— Bienvenidos, por favor, tomen asiento. -Dije, invitándolos a sentarse en las sillas del jardín-

El primero en hablar fue un joven con cabello oscuro y mirada decidida.

— Señorita Damaris, mi nombre es Alexander y mi familia ha estado trabajando en un proyecto de energías renovables. Creemos que con su inversión podríamos revolucionar la industria y proporcionar energía limpia y asequible para todos. -Explicó, desplegando los planos de su proyecto sobre la mesa del jardín-

Escuché atentamente mientras Alexander y los otros dos jóvenes presentaban sus propuestas. Me impresionó la pasión y dedicación que mostraban en cada detalle de sus ideas. Sabía que debía ser cuidadosa al elegir en qué proyectos invertir, considerando no solo la viabilidad económica, sino también el impacto que podrían tener en la sociedad.

Después de escuchar sus presentaciones, les agradecí por su tiempo y esfuerzo. Con una sonrisa cordial, les prometí que revisaría sus propuestas detenidamente y que les daría una respuesta en los próximos días. Los jóvenes nobles se retiraron con una mezcla de nerviosismo y esperanza, confiando en que sus proyectos recibirían el apoyo que tanto anhelaban.

— Les aseguro que consideraré sus ideas con atención y les haré saber mi decisión en los próximos días. Gracias por venir. -Dije, despidiéndolos con una sonrisa-

Una vez que se fueron, tomé un momento para respirar y pensar. El impacto de mi revelación como "Damosius" había atraído a tantos hacia mí, y aunque era agotador, también era una oportunidad para hacer una diferencia significativa.

Además de las visitas de jóvenes nobles, también recibí numerosas visitas relacionadas con la academia. Uno de los temas más discutidos fue la implementación de una beca para ayudar a los estudiantes de clase más baja a pagar sus estudios. La idea era ofrecer ayuda económica a aquellos que lo necesitaran, pero con ciertos requisitos a cumplir.

Una tarde, me reuní con el comité de la academia en el mismo patio del jardín trasero para discutir los detalles de esta beca. Jessy y Annie, mis sirvientas de confianza, estaban a mi lado, tomando notas y asegurándose de que todo estuviera en orden. El ambiente estaba cargado de entusiasmo y determinación, sabiendo que la implementación de esta beca podría marcar una gran diferencia en la vida de muchos estudiantes. Mientras discutíamos los detalles, sentí una profunda satisfacción al ver cómo este proyecto tomaba forma, sabiendo que estaba contribuyendo a un futuro mejor para Obelia.

— Queremos asegurarnos de que esta beca realmente marque la diferencia para aquellos que lo necesitan. -Dijo el director de la academia, ajustando sus gafas- Pero también debemos establecer criterios claros para asegurar que se otorga de manera justa.

— Estoy de acuerdo. Debemos definir los requisitos con cuidado. -Respondí, tomando notas- Propongo que se considere el rendimiento académico, la situación económica y el compromiso con los estudios.

— Eso suena razonable. -Jessy intervino, asintiendo con entusiasmo- También podríamos considerar la participación en actividades extracurriculares y el servicio comunitario como parte de los criterios. -Sugirió-

— Queremos fomentar no solo el rendimiento académico, sino también el desarrollo integral de los estudiantes. -Annie añadió, con una sonrisa alentadora- Incluir estos aspectos ayudará a crear una comunidad más fuerte y comprometida.

— Buena idea, Jessy y Annie. ¿Alguna otra sugerencia? -Dije, asintiendo-

El comité continuó discutiendo los detalles y, al final de la reunión, llegamos a un acuerdo sobre los requisitos de la beca. Me sentí satisfecha con el progreso y emocionada por la oportunidad de brindar ayuda a aquellos que más lo necesitaban.

De repente, mi hermano Cristophe apareció, seguido por Annie, quien parecía agotada. Cristophe, con una expresión preocupada en su rostro, se acercó rápidamente a mí. La atmósfera de la reunión se llenó de tensión al ver la urgencia en su llegada, y me preparé para escuchar lo que tenía que decir, sabiendo que debía ser algo importante.

— Señorita Damaris, lo siento, él insistió en venir. -Dijo Annie, respirando con dificultad-

— Está bien, Annie. Gracias. -Le respondí, sonriendo para tranquilizarla-

Cristophe se acercó a mí con un libro en la mano.

— Damaris, ¿Puedes leerme esto? -Preguntó, sus ojos brillando con curiosidad-

— Claro, Cristophe. Vamos a sentarnos en el jardín y leer juntos. -Respondí, guiándolo hacia una banca cómoda bajo un árbol-

Nos sentamos y abrí el libro, comenzando a leer en voz alta. Mientras leía, Cristophe se apoyó en mí, escuchando atentamente. La suave cadencia de las palabras parecía calmarlo, y su expresión mostraba una mezcla de concentración y serenidad.

Después de un rato, cerré el libro y comenzamos a hablar sobre algunas cosas que él aún no recordaba debido a su pérdida de memoria. A medida que discutíamos, surgieron momentos y detalles que le parecían familiares, provocando destellos de reconocimiento en sus ojos. La conversación fluyó con naturalidad, y poco a poco, Cristophe se sintió más cómodo, reconectando con fragmentos de su pasado y sintiendo una renovada esperanza para el futuro.

— Damaris, a veces tengo sueños extraños sobre lugares y personas que no recuerdo muy bien. Es como si conociera esas cosas, pero no puedo recordarlas del todo. -Dijo Cristophe, con una expresión de confusión-

— Eso es normal, Cristophe. Tu memoria está empezando a recuperar fragmentos del pasado. No te preocupes, con el tiempo recordarás más cosas. Estoy aquí para ayudarte en todo momento. -Le respondí, acariciando su cabeza con ternura-

Pasamos el resto de la tarde en el jardín, leyendo y hablando. Aunque había muchas responsabilidades y preocupaciones, estos momentos con mi hermano me recordaban lo importante que era estar presente para él. La calidez de su compañía y su confianza en mí me daban fuerzas para seguir adelante y enfrentar cualquier desafío que se presentara. El suave murmullo del viento entre los árboles y el canto de los pájaros creaban un ambiente de serenidad, fortaleciendo aún más el vínculo entre nosotros mientras compartíamos esos instantes preciados.

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En la habitación de Damaris, Jessy entró con una expresión seria. Llevaba en la mano un diario, claramente preocupada por algo. Su rostro reflejaba una mezcla de urgencia y preocupación, mientras se acercaba a Damaris con pasos decididos. Cada movimiento de Jessy transmitía la gravedad de la situación, y Damaris sintió un nudo en el estómago al prepararse para escuchar lo que su sirvienta tenía que decir.

— Señorita Damaris, necesito hablar con usted sobre un asunto importante. -Dijo Jessy, cerrando la puerta detrás de ella-

Damaris levantó la vista del libro que estaba leyendo y notó la preocupación en el rostro de su sirvienta. Jessy, con su expresión seria y el diario en la mano, parecía tener algo importante que decir. Damaris cerró el libro con calma, lista para escuchar atentamente las noticias que Jessy traía consigo.

— ¿Qué sucede, Jessy? -Preguntó Damaris, dejando el libro a un lado-

— Hay rumores que se están esparciendo sobre su hermana Simone. Desde que Elara confesó todo y el incidente de la desaparición de Cristophe, estos rumores han crecido y ahora están escritos en el diario. -Explicó Jessy, entregándole el diario a Damaris-

Damaris tomó el diario y comenzó a leer. Su expresión se tornó más seria mientras avanzaba en la lectura.

— Sabía que esto iba a suceder. Pedí a Annie que esparciera estos rumores en la alta sociedad de manera educada, pero parece que se han salido un poco de control. -Dijo Damaris, suspirando-

— Señorita, ¿Cree que deberíamos hacer algo para controlar los rumores? -Preguntó Jessy, con preocupación-

Damaris negó con la cabeza, mostrando una expresión decidida.

— No, Jessy. Simone y yo tenemos una relación complicada y estos rumores no cambiarán eso. Ella ha tomado decisiones que han afectado a nuestra familia, y ahora está enfrentando las consecuencias de sus acciones. -Dijo Damaris con firmeza-

En ese momento, Annie entró en la habitación, también luciendo preocupada.

— Señorita Damaris, he escuchado sobre los rumores y pensé que deberíamos hablar sobre cómo manejarlos. -Dijo Annie, acercándose-

— Gracias, Annie. Pero he decidido que no vamos a intervenir. Simone ha causado mucho daño y es hora de que enfrente las consecuencias. Lo mejor que podemos hacer es centrarnos en proteger a nuestra familia y asegurarnos de que Cristophe esté a salvo. -Respondió Damaris, con determinación-

Jessy asintió, entendiendo la decisión de Damaris.

— Lo entiendo, señorita. Si necesita algo más, estoy aquí para ayudar. -Dijo Jessy, con una expresión de apoyo-

— Gracias, Jessy. Y gracias a ti también, Annie. Apreciaré cualquier ayuda que puedan brindarme mientras nos enfrentamos a esta situación. -Dijo Damaris, con una sonrisa agradecida-

Annie asintió, su preocupación dando paso a la determinación.

— Haremos todo lo posible para apoyarla, señorita Damaris. Estamos a su lado en esto. -Dijo Annie con una sonrisa-

Damaris se sintió un poco más aliviada sabiendo que contaba con el apoyo de Jessy y Annie. Sabía que la situación con Simone no sería fácil, pero estaba decidida a proteger a su familia y enfrentar cualquier desafío que se presentara. La determinación en su corazón se fortalecía con cada momento, y con el apoyo incondicional de sus seres queridos, se sentía preparada para enfrentar cualquier adversidad y asegurar la seguridad y la unidad de su familia.

— Muy bien. Ahora, vamos a prepararnos para lo que venga. Sabemos que la alta sociedad siempre tiene algo que decir, pero nos aseguraremos de que nuestra familia salga adelante. -Dijo Damaris con determinación-

Jessy y Annie asintieron, listas para apoyar a Damaris en todo lo que necesitara. Con renovada determinación, Damaris se preparó para enfrentar los desafíos que se avecinaban. Sabía que, con el apoyo incondicional de sus seres queridos, podría superar cualquier obstáculo que se presentara en su camino. La fuerza y la confianza que encontraba en aquellos a su alrededor la impulsaban a avanzar, enfrentando el futuro con valentía y convicción.

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❨ Después de unas horas. ❩
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Estaba sentada en mi salón privado, tomando un poco de té. Clara, mi fiel sirvienta, me acompañaba, charlando conmigo sobre trivialidades para mantenerme distraída y relajada. El aire fresco del jardín entraba por las ventanas abiertas, trayendo consigo un leve aroma a flores. La brisa suave acariciaba mi rostro, mientras Clara me entretenía con historias y anécdotas, haciendo que me olvidara por un momento de las preocupaciones del día.

— Señora Simone, el jardín está especialmente hermoso hoy. Las rosas están en plena floración. -Dijo Clara, con una sonrisa suave-

— Me alegra escuchar eso, Clara. El jardín siempre ha sido un lugar de tranquilidad para mí. -Respondí, tomando un sorbo de té-

Mientras Clara seguía hablando, mis ojos vagaron hacia el periódico que tenía en la mesa. Decidí hojearlo, buscando alguna noticia interesante. Sin embargo, mi atención se centró rápidamente en un artículo que mencionaba mi nombre.

Empecé a leer y, a medida que avanzaba en el artículo, mi corazón comenzó a latir con fuerza. Los rumores hablaban de mi implicación en la desaparición de Cristophe, el heredero de la familia Williams y mi medio hermano. Sentí cómo el temor y la ira se apoderaban de mí.

Mis manos comenzaron a temblar, y antes de que pudiera controlarlas, mi taza de té cayó al suelo, haciendo un ruido ensordecedor al romperse. La angustia y la indignación se mezclaban en mi mente, mientras Clara se apresuraba a recoger los pedazos, mirándome con preocupación.

— ¡Señora Simone! ¿Está usted bien? -Exclamó Clara, preocupada, mientras se apresuraba a recoger los pedazos de la taza rota-

— Clara... los rumores... están hablando de mí y de la desaparición de Cristophe. ¡Esto es inaceptable! -Dije, mi voz temblando de indignación-

Clara levantó la vista, con el rostro lleno de preocupación.

— ¿Qué dicen exactamente, señora? -Preguntó, mientras recogía los fragmentos de porcelana-

— Dicen que estoy implicada en su desaparición. ¡Esto no puede ser! -Respondí, sintiendo cómo la ira crecía dentro de mí-

Clara suspiró, tratando de mantener la calma.

— Señora, ¿Cree que estos rumores han sido esparcidos intencionalmente? -Preguntó, con un tono de voz cuidadoso-

— Estoy segura de ello, Clara. Alguien está tratando de arruinarme. Y no es difícil adivinar quién podría estar detrás de esto. -Dije, apretando los puños con fuerza-

— Señora, debemos pensar en cómo manejar esta situación. No podemos permitir que estos rumores sigan creciendo. -Dijo Clara, con determinación-

— Tienes razón, Clara. No permitiré que me destruyan con mentiras. Debemos encontrar una manera de desmentir estos rumores y proteger mi reputación. -Respondí, recuperando un poco de mi compostura-

Clara asintió, decidida a ayudarme en todo lo que fuera necesario.

— Haremos lo que sea necesario para aclarar la verdad, señora. Estoy a su lado en esto. -Dijo Clara, con una mirada firme-

Me sentí un poco más tranquila al saber que tenía el apoyo de Clara. A pesar de la ira y el temor que sentía, estaba decidida a enfrentar esta situación con valentía y a encontrar la manera de limpiar mi nombre. Sabía que no sería fácil, pero no iba a permitir que los rumores me destruyeran.

De repente, la puerta se abrió y apareció Amelia, mi suegra, con una expresión preocupada. Su rostro reflejaba una mezcla de inquietud y determinación, mientras sus ojos buscaban los míos, listos para compartir la gravedad de la situación y ofrecer su apoyo en esos momentos difíciles.

— Simone, querida, vine tan pronto como leí el periódico. Quería ver cómo estabas y tomar té contigo. -Dijo Amelia, acercándose con una mirada de preocupación-

— Amelia, gracias por venir. Estoy... estoy un poco alterada por lo que dice el periódico. -Respondí, tratando de mantener la compostura-

— Entiendo, querida. Estos rumores son horribles y estoy aquí para apoyarte en todo lo que necesites. No estás sola en esto. -Dijo Amelia, sentándose a mi lado y tomando mi mano-

— Gracias, Amelia. Estoy agradecida por tu apoyo. No sé cómo voy a manejar todo esto, pero saber que estás aquí me da fuerzas. -Dije, sintiendo un poco de alivio por su presencia-

Clara sirvió más té para nosotras, y Amelia me miró con ternura.

— Simone, eres fuerte y capaz. Juntas, encontraremos una manera de enfrentar estos rumores y proteger tu reputación. Debes mantener la calma y pensar con claridad. -Dijo Amelia con suavidad-

Asentí, sintiéndome un poco más tranquila gracias a las palabras de Amelia. Sabía que con su apoyo y el de Clara, podría enfrentar lo que viniera y luchar por limpiar mi nombre. La fortaleza y la determinación de Amelia me daban el impulso necesario para seguir adelante, y con Clara a mi lado, sabía que no estaba sola en esta batalla. Juntas, nos prepararíamos para enfrentar los desafíos y demostrar la verdad, sin importar cuán difíciles fueran los obstáculos en el camino.

— Gracias, Amelia. No podría hacerlo sin tu apoyo. -Respondí, con una sonrisa agradecida-

Juntas, comenzamos a planear los próximos pasos mientras tomábamos té, sabiendo que sería una batalla difícil, pero decididas a enfrentarla con valentía y determinación. La conversación fluía de manera estratégica y serena, mientras cada sorbo de té nos recordaba la fortaleza y unidad que teníamos. La determinación en nuestros corazones se reflejaba en cada detalle del plan que trazábamos, listas para enfrentar cualquier obstáculo con firmeza y coraje.

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❨ En otro lado. ❩
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Damaris se había liberado de sus responsabilidades y consiguió hacer dormir a su hermano Cristophe, quien había tenido un día pesado. No hacía mucho que había iniciado sus clases de sucesión para ser el futuro duque de la familia Williams, lo que implicaba una carga de estudios considerable. A pesar de su cansancio, Cristophe había terminado sus tareas a tiempo y, como de costumbre, había exigido pasar su tiempo libre junto a su hermana mayor, Damaris.

Los dos hermanos pasaban el tiempo leyendo libros o jugando juegos de mesa, y a menudo tomaban el té juntos mientras charlaban. Esta rutina se había convertido en un ritual que ambos apreciaban profundamente. Sin embargo, después de un día tan largo, Damaris estaba exhausta.

Rápidamente, se dirigió a su habitación, donde fue recibida por sus sirvientas de confianza, Annie y Jessy. Ambas la ayudaron a cambiarse y a ponerse el pijama. Mientras se preparaban para la noche, Jessy decidió compartir una noticia que había estado guardando. Damaris, curiosa y un poco preocupada, se detuvo un momento para escucharla con atención.

— Señorita Damaris, quería hablarle sobre algo. -Dijo Jessy, mientras ajustaba la almohada de su señora-

— Claro, Jessy. ¿Qué sucede? -Respondió Damaris, con una sonrisa cansada-

— Es sobre mi enamorado, Thomas. Él trabaja en el periódico y recientemente aplicó a la academia imperial. -Comenzó Jessy, con un brillo de emoción en sus ojos-

Damaris se acomodó en la cama, interesada en lo que Jessy tenía que decir.

— ¿Thomas? Me alegra saber que sigue persiguiendo sus sueños. ¿Y cómo le fue? -Preguntó Damaris, animada por la noticia-

— ¡Consiguió la beca que usted implementó, señorita! -Exclamó Jessy, incapaz de contener su entusiasmo- Gracias a usted, podrá continuar con sus estudios sin preocuparse por los gastos.

— Eso es maravilloso, Jessy. Estoy muy feliz por Thomas y por ti. Saber que la beca está ayudando a personas con tanto potencial me llena de alegría. -Dijo Damaris, sintiéndose reconfortada por las buenas noticias-

Annie, que había estado arreglando las cortinas, se unió a la conversación.

— Señorita Damaris, su trabajo está marcando una diferencia real en la vida de muchas personas. Es inspirador ver cómo se están abriendo nuevas oportunidades para quienes más lo necesitan. -Dijo Annie con una sonrisa-

— Gracias, Annie. Saber que puedo ayudar de alguna manera me da fuerzas para seguir adelante, incluso en los días más agotadores. -Respondió Damaris, sintiéndose agradecida por el apoyo de sus sirvientas-

Con una última sonrisa de gratitud, Damaris se acomodó en su cama y cerró los ojos. Mientras se sumía en un merecido descanso, se sintió reconfortada por el hecho de que, a pesar de los desafíos y las responsabilidades, estaba rodeada de personas que la apoyaban y se preocupaban por ella. Jessy y Annie la arroparon con cuidado, asegurándose de que estuviera cómoda y abrigada. Luego, apagaron las luces y salieron de la habitación en silencio, dejando que su señora descansara en paz. La tranquilidad de la noche envolvía a Damaris, permitiéndole relajarse y recuperar fuerzas para enfrentar un nuevo día.

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En la tranquila noche, Claude utilizó su magia para teletransportarse a la residencia de la familia Williams. Apareció cerca del balcón de la habitación de su amada. La luna brillaba en el cielo, iluminando suavemente el balcón y el interior de la habitación.

Claude se acercó con cautela, asegurándose de no hacer ruido. Abrió la puerta del balcón y entró silenciosamente. Al observar a Damaris dormida, su corazón se llenó de ternura. La luz de la luna se reflejaba en su rostro, haciendo que su belleza resplandeciera aún más.

Sin dudarlo, Claude se acercó con cuidado y se arrodilló junto a la cama de Damaris. Acarició suavemente su mejilla, sintiendo la calidez de su piel bajo sus dedos. Con ternura, se inclinó y besó su frente, susurrando su nombre. La paz y el amor que sentía en ese momento lo envolvieron, y se quedó allí, velando su sueño, disfrutando de la serenidad de la noche y la presencia de su amada.

— Damaris... -Murmuró, su voz llena de amor y suavidad-

Damaris comenzó a moverse ligeramente, despertando del profundo sueño en el que estaba sumida. Sus párpados se levantaron lentamente, revelando sus ojos aún llenos de somnolencia. Parpadeó un par de veces, tratando de ajustar su visión a la luz suave de la luna. A medida que sus sentidos volvían a la realidad, sus ojos se enfocaron y se encontraron con los de Claude, quien la miraba con una mezcla de amor y ternura. El rostro de Claude se iluminó con una sonrisa suave, transmitiéndole una sensación de calma y seguridad. La conexión entre ellos era palpable, y en ese momento, Damaris supo que todo estaría bien mientras estuvieran juntos.

— Claude... ¿Qué haces aquí? -Preguntó Damaris, todavía un poco adormilada pero sorprendida de verlo-

— No podía esperar más para verte. Te he extrañado, mi amor. -Respondió Claude, con una sonrisa llena de afecto.

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¡Hola, queridos lectores! 🌙

Espero sinceramente que se encuentren bien y ojalá pueda seguir contando con su apoyo, se los agradecería.

Con cariño,
LadyBeluna019 🌹