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uno


— ¿De verdad pensaste que Yeonjun hyung te besaría?

— ¡Tú me diste las ilusiones, Choi Beomgyu! — Reclamó el pelinegro.

— Dije que le gustó salir con jóvenes, y por más que ya seas mayor tienes que aceptarlo, Yeonjun hyung nunca estaría contigo.

— Ya verás que sí.

Ambos guardaron su equipaje y tomaron sus asientos correspondientes.

— No puedo creer que me estés obligando a ir a este campamento religioso solo porque Yeonjun te obliguen también.

— Es que tenemos un tío dueño de uno, se mudó hace poco y le dijo a Yeonjun hyung. El idiota no sabe decir que no, así que dijo que estaba muy ocupado y que yo con gusto lo haría.

— ¡¿Y yo que tengo que ver con eso?!

— Que eres mi mejor amigo y si yo me voy a una casa de monjitas ustedes también.

— ¿Ustedes?

— Ya cállense par de loleros, quiero dormir. 

Taehyun había surgido del asiento frente a ellos, con una expresión somnolienta.

— No sabía que estabas aquí. — Comentó Soobin.

— Estoy justo frente a ti, ¿Cómo mierda no?

— Eres un duende agresivo, ¿Cómo quieres que te vea si tu torso es la mitad del asiento? — Se burló el castaño y el rubio le lanzó una de las almohadillas.

—  No eres tú si no defiendes a tu novio, molesto. 

— ¡No es mi novio!

— ¡No me grites, mugroso!

— ¡Hago lo que quiero, gnomo de jardín!

Soobin bufó mientras se colocaba los audífonos e ignoraba a sus amigos.

Tendría que pasar su cumpleaños en un campamento religioso ¿de verdad sus padres se lo permitieron?

Bueno, él era un chico enérgico y risueño, no iba a dejar que unas cruces arruinen sus vacaciones.

— Gyu, ¿por qué hay una estatua realista de un hombre crucificado en nuestro cuarto?

— No lo sé, pregúntale.

Apenas entraron al campamento sus teléfonos fueron confiscados. Soobin pensó al inicio "voy a demandarlos, los discípulos satanás no me haría esto" pero más tarde se resignó y no hizo escándalo.

Los últimos tres meses no tuvo ningún tipo de conexión con el Internet.

Ni con Yeonjun, quien sintió extraño al no recibir un mensaje de Soobin excusándose para hablarle.

— ¿Qué haces, cielo?

— Limpiaba la sala, los chicos no tardan en volver del campamento.

— ¿Vuelven hoy? Creí que era hasta marzo.

— Mm...en realidad solo Gyu va a quedarse hasta marzo, el que vuelve es Soobin.

— ¿Por?

— Mala conducta, ya no lo quieren en el campamento. — Añadió mientras limpiaba la mesita de la sala de estar.

El hombre rió mientras se acomodaba su atuendo.

— ¿Vas a trabajar? — Yeonjun se se enderezó y se volteó levemente para recibir el beso de su esposo.

— Sí, volveré en la noche.

— Está bien.

Cuando Yeonjun terminó de aspirar la alfombra el timbre sonó, avisando la llegada de alguien.

— ¡Voy! — Exclamó y abrió la puerta ahora dejando a la vista a un rubio chico.

— Hola mi amor. — Soltó el menor con una sonrisa divertida — ¿Me extrañaste, bebé?

Yeonjun hizo una mueca mientras se hacía a un lado para dejar pasar al ahora rubio.

— ¿Qué te hiciste en el pelo, Soobin?

— Me orinó una monja.

— ¿Ah?

— Me lo teñí, cariño ¿Qué más? — El mayor giró los ojos mientras echaba un suspiro.

Soobin supo que ya lo estaba molestando cuando el castaño cruzó sus brazos.

— ¿Acaso viniste de un campamento de payasos? Con razón te echaron.

— No, no me echaron, hice que me echaran.

— Eres increíble. — Dijo sarcástico.

— Ay amor, lo sé.

— Soobin, no me digas así, el juego da igual pero cuando estamos solos-

— Todo es mejor cuando estamos solos. — Soltó mientras se acercaba lentamente.

— Ajá, ¿por qué no te vas a tu casa y-...?

— Mis padres no saben que volví.

— ¿Y por qué no se-...?

— Porque seguro preguntaría que hice.

— ¡Deja de interrumpirme mocoso rubio!

Soobin rió levemente mientras se dejaba caer en el sillón.

— Ahora me vas a tener aquí hasta marzo.

— De todos modos nunca estás en tu casa. — Soltó el castaño mientras se quitaba el delantal y observaba al joven en su sillón.

El mocoso ya tenía 19 años, había tenido un cambio de look y un cambio corporal. Tenía músculos, hombros anchos, mandíbula marcada, era bellísimo. Aunque Yeonjun nunca dudó en lo que Soobin se convertiría, siempre supo que más adelante sería todo un dios griego.

Pero jamás se lo admitiría.

— ¿No vas a felicitarme por cumplir 19 años, lindo? —  Soltó Soobin desde el sofá, observando a Yeonjun.

Quien solo se quitó sus lentes y comenzó a desabotonar los botones de su camisa.

— Bueno, si quieres adelantarte al regalo no tengo ningún problema. — Dijo mientras se levantó de golpe del sillón.

Yeonjun lo detuvo con una mano puesta en su pecho y lo empujó lentamente.

— Solo voy a bañarme, molesto.

— ¿Es una invitación? Porque no me dejaron bañarme antes de venir.

Sabía que Soobin jamás pararía de hablar si le responde, por lo que simplemente se fue a tomarse una ducha.

Había limpiado profundamente toda la mañana, preparó a Kai y lo llevó al colegio, también cocinó y más tarde tenía que estudiar.

Salió totalmente relajado de la ducha, el dulce aroma de frutos rojos impregnado en su piel era simplemente glorioso.

Cuando entró a su habitación pegó un pequeño salto junto con un jadeo.

— ¡Tarado, me asustas! ¿Qué haces aquí? ¡Fuera!

Soobin levantó la mirada al mayor y lo observó de pies a cabeza, con la toalla cubriendo únicamente sus caderas y sobre sus rodillas.

— Quiero hablar contigo.

— Primero déjame vestirme, al menos. — Soltó el mayor mientras caminaba hacia su armario.

— Nah, así está bien.

Soobin se acercó rápidamente mientras Yeonjun no lo veía, estaba de espaldas y lo acorraló sobre el escritorio que sostenía su espejo.

— Si no te alejas voy a echarte a patadas. — Dijo Yeonjun sin verlo mientras se untada crema en su rostro y brazos.

Soobin bajó la mirada por la espalda de Yeonjun, a centímetros de él. Por inercia su mirada bajó hasta sus glúteos, cubiertos por era toalla horrible que Soobin no sabía que odiaba.

El mayor abrió los ojos en demasía cuando sintió los labios cálidos del menor en su nuca, y sus dedos presionando su cintura.

— Soobin... ¿Qué hac-...?

— ¿Por qué nunca quisiste hacerme caso? — Preguntó repentinamente queriendo voltear a Yeonjun para quedar frente a frente.

Yeonjun al principio se resistió pero luego pensó que era mejor voltearse.

— ¿De qué hablas?

— ¿No soy suficiente para ti o qué? ¿Qué tienen los demás que yo no?

— ¿Estás loco?

El mayor soltó un jadeo cuando las manos en su cintura lo atrajeron hasta el dueño.

— Tú me haz vuelto loco. — Confesó — Dímelo ahora, ¿qué más hace falta?

— ¡Dios, Soobin! ¿falta para qué? — Soltó tratando de alejarlo, impaciente por saber a qué se refería, por más que supiese.

— Para que hacerme caso, para aceptarme un beso como mínimo.

— Soobin, soy casad-...

— ¿Crees que voy a creerme ese cuento? — Indagó mientras intentaba acercarlo más pero los brazos de Yeonjun en sus hombros lo detenía. — ¿Para mí estás casado pero para esos idiotas de los clubes y chicos de la universidad no?

— ¿Tú cómo-...?

— Seré joven pero no ciego, Yeonjun.

Oh, mierda, lo había llamado por su nombre.

— Solo dime el por qué.

— Soobin, te conozco desde que eras un niño, no puedo...

— No, ese no es el problema. — Interrumpió, como de costumbre — Lo sé porque si fuera así no tendrías ese comportamiento conmigo, sabes que te deseo y te gusta jugar conmigo.

— Eso es un juego inofensivo.

— ¿Ah sí? pues tu juego trajo consecuencias.

— Deja de ser ridículo, sal y déjame vestirme.

Soobin no digo nada y mucho menos lo soltó, por lo que Yeonjun trató de zafarse solo.

— ¿Cómo te hiciste tan fuerte? Suéltame, mocoso maleducado.

— Primero responde, y con la verdad.

— ¿Ahora qué quieres?

— ¿Por qué nunca me hiciste caso?

— ¡Suéltame!

Yeonjun comenzó a moverse bruscamente pero nada  resultaba y sus brazos estaban atrapados entre los de Soobin.

— Responde.

— Suéltame primero.

— Responde primero.

— ¡Suéltame!

— ¡Responde!

— ¡Porque eres amigo de Beomgyu!

Soobin lo soltó lentamente.

— Ya, ahora déjame en paz.

— ¿Solo por eso? No tiene-...

— Para mi sí tiene sentido. — Ahora Interrumpió.

— ¿Entonces el problema no soy yo?

Yeonjun negó lentamente mientras y comenzó a caminar por el cuarto buscando la camisa que quería, evitando a Soobin.

— Yeonjun...

— Sirve de algo y pásame mis lentes. — Dijo sin verlo mientras se colocaba la camisa blanca.

— Ten. — Dijo el menor mientras extendía su mano con el objeto.

— Gracias, ahora puedes irte.

— ¿Puedo preguntar algo más?

Yeonjun asintió mientras se acomodaba los lentes.

— ¿Me harías caso si no fuera amigo de Beomgyu?

El mayor colocó sus manos en su cintura, dejando ver su silueta y observó al menor a los ojos. Quien sintió su corazón derretirse al ver al mayor con su cabello castaño algo mojado, esa camisa casi transparente y sus lentes que lo hacían ver más atractivo aún.

— ¿Si te digo que sí vas a dejar de molestar?

— No.

— Entonces no.

Cuando el mayor quiso salir de la habitación el contrario volvió a presionar su cintura para atraerlo hacia él.

— Dejaré de molestar si me dices la verdad.

Yeonjun levantó la mirada hacia el menor, observando sus cabellos rubios y sus hoyuelos marcados al presionar su mandíbula desde adentro.

No le podía mentir, Soobin era el joven más guapo que lo había deseado alguna vez.

— Sí, Soobin, estaría contigo, mil y un veces. — Dijo sarcástico, sarcasmo que Soobin no captó.

Soobin alzó las cejas sorprendido y Yeonjun sonrió levemente por esa reacción, esperando otra totalmente diferente.

— ¿Eso querías oír? ¿Necesitabas eso para alimentar tus pajas nocturnas donde soy tu protagonista, Soobin? ¿Ya vas a dejar de hacerte el don Juan?

— Yeonjun-...

El mayor volvió a sonreír ligeramente mientras el menor lo soltaba.

— ¿Por qué no me dices de una vez qué quieres? Para ser un chico coqueto no vas al grano.

Y el menor se quedó completamente mudo, sintiéndose ridículo frente a Yeonjun.

¿Qué giro fue ese?

— Ya puedes dejar de fingir tu personalidad, Soobin. Sé perfectamente que no eres así, sigues siendo el mismo Soobin de trece años.

— No es verdad.

— Sí lo es, te intimidan más rápido de lo que crees.

El mayor volvió a acercarse y acarició los hombros del menor.

— Pero ese Soobin me gusta, era obediente. — Confesó — ¿Por qué no mejor de una vez me dices lo que quieres? ¿o debería adivinarlo?

¿Acaso Soobin estaba en un sueño?

Si no era así parecía de esos sueños en los que no puedes moverte ni hablar.

— Supongo que... quieres tenerme igual que esos chicos que dices. ¿Quieres eso Soobin-ah?

— ¿Es otro juego tuyo?

Yeonjun solo relamió sus labios mientras alzaba los hombros con desinterés.

Y en ese momento Soobin notó que la camisa que Yeonjun traía era suya.

— Si no vas a responderme sal de mi habitación, ¿Quieres que me olvide que eres amigo de Beomgyu y tener sexo sí o no?

Soobin tragó duro, pensando en si podría ser solo una trampa para terminar lavando el auto o algo.

— ¿No hay ningún truco?

— Perfecto, sal de mi habitación ahora.

— ¡Sí! Si quiero. — Soltó repentinamente cuando Yeonjun quiso empujarlo hasta la puerta.

El mayor detuvo sus movimientos casi al instante.

Soobin siquiera tuvo tiempo de pensar porque tenía al mayor casi sobre él, devorando sus labios.

Yeonjun se podía engañar a sí mismo, había comenzado a desear a Soobin desde sus diecisiete años pero se sentía culpable, porque él en ese momento tenía veintinueve.

Soobin al principio quedó shockeado pero más tarde disfrutó cada segundo, presionando su cintura, acariciando bajo la camisa, y tratando de seguir el ritmo del mayor, quien enredó su cuello con sus brazos y siguió el beso con la misma pasión y vehemencia.

El sonido peculiar del chasquido paró en cuanto los dos quedaron sin aire.

— Acuéstate. — Soltó el mayor e hizo sentar al menor en la cama.

Soobin comprendió cuando los dedos delgados de Yeonjun tomaron con desesperación el borde de su camisa, con la intención de levantarla. Así que se quitó su camisa arrojándola por algún lugar de la habitación.

Yeonjun acarició los anchos hombros y besó los labios ajenos, bajando hacia su mandíbula y por la posición incómoda tuvo que abrir sus piernas y sentarse sobre el menor.

Soobin tomó coraje por la excitación y comenzó a besar el cuello de Yeonjun, dejando un camino de besos húmedos y abriendo los botones para llegar a sus pezones. Yeonjun se había arqueado y tirado su cabeza hacia atrás pero Soobin lo sostenía, sus manos sostenían perfectamente la espalda de Yeonjun.

— Soobin... ¿ya haz hecho esto antes? 

¿Decir la verdad o mentir?

— Sí. — Murmuró el menor y Yeonjun dudó, sonriendo con burla.

— ¿Seguro? — Soobin asintió — Bien, de todos modos puedo darme cuenta si es verdad.

— ¿Ah? ¿Cómo?

La sonrisa burlona de Yeonjun comenzó a verse traviesa mientras se bajaba del menor y se arrodillaba en la alfombra.

— No suelo hacer esto, siéntete afortunado.

Soobin entendió y arrugó las sábanas bajo sus dedos al sentir los nervios recorriéndolo.

Yeonjun no pudo evitar sonreír por su reacción.

El mayor tenía un tipo de debilidad por los adultos jóvenes y sin experiencia.

Soobin dejó escapar un jadeo cálido de sus labios cuando el mayor acarició su miembro erecto sobre la tela, este acariciaba el largo y jugaba con la hendidura, causando en el menor pequeños espasmos.

Impaciente, Yeonjun liberó el miembro del menor finalmente, sentía que podría babear en ese instante. Quizás lo estaba haciendo un poco. Soobin era grueso y medianamente largo. Era todo lo que esperaba.

La luz cálida y opaca iluminaba ciertas zonas de la habitación, razón de la clara visibilidad del líquido preseminal.

Soobin selló sus labios con fuerza, evitando soltar un gemido cuando Yeonjun rodeó su pene con sus dedos, acariciándolo rítmicamente.

— Dios...— Murmuró el menor dejando caer su cabeza hacia atrás.

Yeonjun relamió sus labios ansioso, y cuando Soobin comenzó a mover sus caderas en busca de más contacto con la mano ajena, Yeonjun redujo la velocidad y rodeó todo el miembro desde la base hasta la punta, con su lengua. Cuando succionó y ocupó su mano masajeando los testículos del menor este finalmente dejó ir un gemido, comenzando inconscientemente a follar sus labios con un movimiento de caderas.

Yeonjun gimió ante la sensación de asfixia y la vibracion de su garganta causó que Soobin suelte otro gemido corriéndose en la boca del otro tan rápido como Yeonjun supuso que pasaría.

El mayor lo tomó y cuando se alejó un poco sonrió burlón, usando sus dedos para retirar el resto que escapó de sus labios.

— O eres un sensible o un virgen.

— Ambas...— Confesó Soobin con la respiración agitada.

— Bien, virgen, espero hayas disfrutado esa corrida porque yo aún no estoy satisfecho.

Soobin dirigió su mirada al mayor, quien dejó caer sus pantalones flojos, dejando al descubierto sus blanquecinas y suaves piernas que a Soobin volvieron loco y Yeonjun lo sabía, Yeonjun sabía todo lo que Soobin sentía.

El mayor caminó hasta el contrario, acariciando nuevamente sus hombros y empujándolo hacia atrás para darse su lugar. Sobre Soobin y con sus piernas abiertas a cada costado del menor.

Soobin bajó la mirada hacia sus muslos y sus manos al aire fueron inmediatamente a esa zona, acariciándolo como tanto quiso.

Yeonjun sonrió ligeramente acomodándose más, sintiendo como el miembro del menor volvía a despertar.

Con su índice levantó el rostro del menor desde el mentón, haciendo que este lo mire a los ojos. Soobin observó con lujuria la imagen de Yeonjun sobre él, sus labios humectados, cabello revuelto y algo húmedo por la ducha y el aroma de su piel tan sofocantemente excitante. Y Yeonjun al ver tanto deseo y anhelo en sus ojos no pudo detenerse y volvió a colisionar sus labios con los ajenos, tomándolo desde la nuca para el impulso y devorando sus labios con tanta avidez que el menor fue sintiendo ardor en ellos.

— Soobin...— Gimió finalmente deteniendo el beso pero Soobin no pareció conforme y comenzó a besar nuevamente su cuello, clavículas y pecho. — Por favor... — Imploró arrugando sus dedos en los hombros del menor mientras su cabeza inconsciente se levantaba para dejar paso a los besos húmedos del menor.

El menor pareciera estar en su mundo, por lo que Yeonjun pensó que era mejor demostrarle lo que quería.

El mayor tomó las manos del mejor, guiándolas a su cintura, haciéndolas bajar hacia sus caderas y posteriormente a sus bóxers. Hizo que los dedos de Soobin jugaran con el elastico un poco, haciéndole entender lo que necesitaba.

Soobin se levantó de la cama, aún con Yeonjun sobre él, sosteniéndolo de los glúteos, el mayor rodeó su cuello con sus brazos y su cintura con sus piernas mientras Soobin volteaba y dejaba caer a Yeonjun en la cama para estar ahora sobre él.

Yeonjun no pudo decir una palabra, porque al instante el menor estuvo entre sus piernas, devorando sus labios y bajando su ropa interior de solo un tirón, que hizo que Yeonjun se sobresalte, aún así no dejó de besarlo.

— H-hay condones en el pirmer cajón...— Murmuró Yeonjun, casi no podía sentir sus labios.

Soobin lo observó un segundo, y Yeonjun admiró su rostro sonrojado y húmedo por el sudor. Cuando salió de ese trance, Soobin se estiró un poco y abrió el cajón.

Yeonjun observó sus piernas, abiertas casi extremadamente por tener a Soobin entre ellas. No había mejor forma de notar lo mucho que había crecido, pensó.

Cuando el menor obtuvo lo que buscaba no se apresuró, porque también había encontrado algo para entretenerse.

El mayor abrió sus labios soltando un jadeo seco, arqueando su espalda y hundiendo su cabeza en la almohada mientras el menor esparcía el lubricante en su entrada, tanteándola hasta que entraron dos de sus dedos.

Esos dos dedos estaban siendo suficientes para el mayor, no quería imaginar el resto.

El menor no se detuvo, siguió, deleitándose con los sonidos y maldiciones que soltaba el mayor, sintiéndose como en sus mayores fantasías. Tan soñador que no notó que tenía tres dedos dentro del mayor.

— Estoy listo, ya, por favor...— El mayor juntó sus piernas débilmente, mordiéndose el labio inferior y arrugando las sábanas bajo sus dedos como si eso le ayudará a evitar correrse.

Soobin se detuvo y retiró sus dedos, Yeonjun soltó un jadeo, dejando salir todo el oxígeno de sus pulmones, sintiéndose vacío en muchos aspectos.

El mayor bajó la mirada, observando al menor con el condón.

— ¿Quieres que lo haga yo? — Soobin levantó su mirada hacia el mayor pero no dijo nada, ya era bastante penoso.

Pero Yeonjun comprendió y se levantó un poco para colocarselo él mismo, sin hacerlo sentir incómodo, más bien todo lo contrario. Lo acarició de la base a la punta para luego colocárselo.

Soobin siquiera tiempo de apenarse tuvo, Yeonjun había usado su mano restante para tomar su nuca y acercarlo hacia él con vehemencia mientras volvía a tirar se hacia atrás, llevándose a Soobin y devorando sus labios. La otra mano fue hacia el miembro erecto del menor y lo alineó en su entrada, mordiendo el labio inferior del menor ante la sensación.

Soobin también soltó un gemido ante eso y alejó un poco el rostro para bajar la mirada hacia su parte íntima. Yeonjun también lo hizo y aruñó inconscientemente la nuca de Soobin cuando este se fue introduciendo un poco lento, y duro.

— Oh, ¿te lastimé? — Soobin alzó rápidamente la mirada hacia el mayor.

— Hazlo más rápido. — Dijo casi en un susurró y no se lo tuvo que decir dos veces.

Sintió al menor retirarse hasta casi dejar todo fuera, pero pronto entró hasta más de la mitad en una estocada, haciendo que el mayor gima algo alto.

— Así...más rápido. — Rogó.

Y el menor repitió la acción cada vez siendo más rápido y más profundo, haciendo que el cuerpo del mayor se sacuda. Se detuvo a ver el rostro de su mayor, sus ojos cerrados con fuerza, sus labios algo abiertos, a veces sellados con fuera para evitar gemir más alto, su pecho con zonas rojas y mordidas, su cabello húmedo. Siquiera en sus sueños pudo tenerlo tan explícitamente.

— Amor, nadie está, puedes gritar todo lo que quieras.

Yeonjun negó aprisionando más al menor entre sus piernas, causando que sus embestidas lleguen hasta su punto límite.

— ¡A-ah! Soo...— Gimió alto, sintiendo incluso que sus ojos soltaban pequeñas lágrimas.

Soobin tomó las rodillas del mayor, las juntó y alzó hasta que toque el pecho del mayor, sin dejar de embestir ahora tomando una mejor posición.

El mayor comenzó a sudar más y su cuerpo reaccionaba con desesperación en cada embestida. sus brazos se extendieron y Soobin tomó sus manos mientras aumentaba la velocidad. Yeonjun cerró con fuerza sus piernas y gimió sin poder contener un solo grito ni jadeo.

— Yeonjun...— Murmuró el menor, deteniéndose lentamente al llegar finalmente al clímax, descargándose en el condón y Yeonjun en su propio pecho.

Soobin sintió como si una ráfaga de sueño lo tomase. Limpió el pecho de Yeonjun con una toalla, tiró el condon y se acostó a su lado. Yeonjun tuvo la misma sensación de sueño.

— Quiero dormir toda la semana ahora. — Murmuró el menor.

— No puedes, en media hora tengo que ir a retirar a Kai del colegio.

El menor bufó y abrazó al mayor, rodeando su cintura.

— ¿Cómo estuve? — Preguntó sin contenerse.

— Bien, creo. — Bromeó el mayor.

— ¿Crees?

— Pues supongo, no está en el top 10, pero...— Siguió bromeando.

— Entonces seguiré hasta estar número uno en el top. — Dijo y Yeonjun negó.

— Ya no habrá otra vez, Soobin. — Le dijo y Soobin dejó de sonreír, esperando que siga bromeando.

— ¿Qué? ¿Por qué? — Se levantó colocándose su ropa con rapidez al ver al mayor caminar con las sábanas por casi todo el dormitorio.

Yeonjun echó un suspiro sin querer explicar.

— Porque es absurdo, además supongo que una vez es suficiente. — Soltó con indiferencia mientras buscaba su ropa, ahora debía volver a ducharse.

— No juegues así conmigo, no estuve años tras de ti para sexo y ya.

— ¿Ah no? — Preguntó irónico y sonrió de la misma forma.

— Hablo en serio.

— Y yo igual. — Dijo mientras se colocaba su camisa ya con el pantalón puesto.

— Pero-...

— Soobin, tienes 19 años, yo 31 y supongo que el sexo está bien pero no hay que exagerar, es algo que jamás funcionará.

— ¿Por qué no?

— Porque estoy casado y sí, de vez en cuando me acuesto con jóvenes pero no llega a nada más. — Dijo y confundió al menor.

— No es como que seas menos infiel solo por acostarte y nada más. — Le dijo.

— Soobin, le soy infiel, eso lo sé y me importa un bledo. — Confesó — Estuve obligado a casarme y tenía la edad que tú tenías cuando llegaste aquí, nunca tuve la oportunidad de disfrutar lo que quería por malgastar mi tiempo en un viejo de mierda y no voy a dejar que pases por lo mismo.

— Pero yo sí quiero estar contigo, más de lo que crees. Tú estuviste obligado pero yo no.

— Pero yo no estoy interesado en ti. — Dijo finalmente y Soobin se alejó, sin poder verlo a la cara — Eres muy apuesto, y si yo tuviera tu edad sin duda estaría contigo. Deberías intentarlo con otras personas, como Beomgyu, él te quiere. — Ahora Soobin volteó, hacia el mayor, pero su expresión no era la misma y Yeonjun lo notó — Es por eso que no quería estar contigo en un principio. Tampoco debes contarle lo que pasó con nosotros, no necesito que sepa lo mala persona que es su hermano.

El menor asintió lentamente, sintiéndose decepcionado, como si todas sus expectativas se hayan roto cual cristal atravesado con un ladrillo.

— Voy a estar siempre para tí de todos modos. — Dijo el mayor, sintiéndose culpable y con la intención de acariciar la mejilla del menor pero este se alejó.

— Vendré luego, cuando Beomgyu esté aquí. — Soltó el menor casi inaudible. Dejando a Yeonjun solo con una bata y sus pensamientos.

Hola, acá termina el OS. Por ahora no pienso hacer una fic completo de esto, así que si a alguien le gustó la idea y la quiere seguir en su cuenta adelante xd Les dejo el final a su imaginación también, no hace falta que lo suban xdxd

Por si no leyeron está casi 100% basado en Jungkook y Yeonjun de mi fic "Adicto"

Y nada eso, cap concluido el lunes 21 de noviembre del 2022, adiós ♡♡

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