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siete

ִ ִ ୨୧  así   es   tu   juego
nunca   logro   entender
lo   que   quieres   hacer   conmigo ୨୧ ִ ִ

El tiempo cayó con rapidez sobre los dos hermanos Choi, las dos semanas parecieron minutos y a pesar de vivir en la misma casa, rara vez veían sus caras. Yeonjun pasaba la mayoría del tiempo en su cuarto, algunas veces en la sala y Beomgyu pasaba rara vez en su casa.

Un lunes temprano, Beomgyu se estaba preparando para ir a la universidad. Tomó su teléfono y llamó a Soobin mientras seguía guardando algunas cosas en su mochila.

— ¿Bueno? — se escuchó desde la otra línea, Beomgyu lo había puesto en altavoz.

— ¿Acaso oigo voz ronca? ¿Por qué no estás levantado? — se quejó Beomgyu, pero realmente no estaba molesto.

— No lo sé, Gyu. Quizás porque no vamos a la misma facultad ni tampoco en el mismo horario. — murmuró Soobin y soltó una risa mañanera, Beomgyu podía sentir que moriría ahí mismo con ese dulce sonido.

— Yo soy tu responsabilidad, idiota. — dijo el menor alzando un poco la voz — Tú eres el amigo con dinero y auto así que más te vale estar afuera de mi casa en dos minutos.

— ¿Dos minutos? ¿Soy flash o qué?

— ¡Soobin, vives al lado! — dijo el menor entre risas y Soobin rio también.

Beomgyu, con el teléfono cerca del odio y oyendo las respiraciones y risas de Soobin de pronto relamió sus labios imaginando al mayor acostado, entre sus sábanas, con su cabello desordenado y probablemente sin camisa. Una sonrisa se formó en sus labios inconscientemente y cuando entró en razón carraspeó frunciendo el ceño y cambiando a una expresión seria como si Soobin pudiera verlo.

— Ahí estaré, Beom. — dijo el mayor antes de colgar y Beomgyu dejó ir un suspiro antes de guardar su teléfono.

Últimamente una de sus mejores motivaciones para ir a la universidad era pensar en Soobin llevándolo en el auto, un recorrido de 40 minutos (sin contar el tráfico) ellos solos en un auto. ¿Y solo los lunes? No, de lunes a jueves. Quizás Beomgyu se emocionó un poco con la idea y se anotó en demasiadas materias solo porque Soobin le de el aventón. Lástima la materia del viernes era virtual.

Si bien su última conversación no había sido una muy amistosa, al poco tiempo comenzaron a hablar como si nada, ninguno de los dos tenía aquella costumbre, pero por alguna razón presentían que ese tema de conversación tenía un mal final o simplemente no lo tenía.

En cuestión de minutos Soobin se encontraba estacionado frente a la casa de Beomgyu y tocando la bocina como loco.

— ¡Shh! ¡Vas a despertar a todos! — se quejó el menor casi corriendo hacia el auto.

— ¡¿Por qué haces esperar a tu chofer?! — exageró Soobin fingiendo mal humor mientras Beomgyu abría la puerta del copiloto.

— Cállese y conduzca, yo le pago el sueldo. — bromeó el menor colocándose el cinturón de seguridad.

Soobin soltó una risa nasal antes de arrancar el auto.

— No me estás pagando nada. Soy explotado.

— ¿Cómo quiere que le pague? — soltó el menor ladeando levemente la cabeza y Soobin soltó una risa mientras doblaba hacia la ruta principal.

— En los videos me salto esta parte.

— Sucio. — soltó el menor mientras rebuscaba en su mochila.

Soobin observaba a Beomgyu de reojo de vez en cuando mientras conducía.

— Supongo que me trajiste algo de desayunar. — mató el silencio mientras esperaba que el semáforo cambiara a verde.

— Obvio. — dijo Beomgyu mientras sacaba de su mochila su termo y unos mini sandwiches.

— ¿Es café? — preguntó el mayor y Beomgyu asintió.

El camino siguió con regularidad como siempre, nada nuevo, pero ambos sabían que tenían una charla pendiente. Soobin era mejor disimulando pero Beomgyu por otro lado suspiró con pesadez, acomodándose en su asiento.

— Soobin...— dijo suave.

— ¿Mm? — soltó el mayor mientras le daba un sorbo a su café y no desviaba su mirada del camino.

— Quiero decirte que lamento haberle puesto condiciones a Yeonjun y lamento haber dicho que todo fue culpa tuya. — dijo con la mirada baja — No tenía malas intenciones, solo...protegerte de él. — Beomgyu sabía que decir eso último era arriesgado, pero al fin y al cabo era la verdad.

— Te comprendo, y ya te he perdonado. — dijo el mayor — Y entiendo tu preocupación, pero ya no necesitas cuidarme de Yeonjun.

Beomgyu volteó casi de inmediato hacia Soobin y alzó las cejas.

— ¿Ya no? — preguntó curioso y por alguna razón emocionado — ¿Qué quiere decir que ya no?

— Quiere decir que soy un adulto y puedo cuidarme solo. — comentó pero sin amargura o nada por el estilo en su voz, se oía risueño.

— Oh. — soltó el menor casi decepcionado — Entonces... ¿no te ha dejado de gustar?

— No es como que el sentimiento desaparezca de la nada. — dijo el mayor y Beomgyu asintió aún inconforme.

En algún momento debería rendirse o darse cuenta quién es Yeonjun.

Las semanas de poco interés terminaron para uno de los Choi cuando alguien poco esperado tocó a la puerta. Yeonjun abrió la puerta con rapidez, no esperaba visitas y al verlo alzó las cejas con sorpresa mientras se apoyaba por la puerta que no estaba del todo abierta.

— ¿Qué haces aquí? — preguntó, sus ojos nerviosos se desviaron hacia el exterior por unos segundos.

La mirada oscura del señor Min se suavizó al ver a Yeonjun, como si hubiese ido con un objetivo que pereció en cuanto tuvo a Yeonjun al frente.

— Yo... — el hombre dudó de sus palabras — ¿Puedo entrar? — preguntó sin evitar contacto visual. Los ojos de Yeonjun dudaron pero tomó su decisión y se hizo a un lado, con la mirada baja y abrió más la puerta, dejándole el paso al señor Min.

Cuando el hombre estuvo en la casa por completo, Yeonjun cerró la puerta tras él, sin subir la mirada, está clavada en el suelo mientras su cabeza no dejaba de tener pensamientos relacionados con el hombre frente a él. De pronto pensó que quizás podía verse muy vulnerable y con rapidez se enderezó en la puerta y alzó la mirada hacia el hombre, este lo observaba fijo.

— ¿No vas a decirme a qué viniste? — preguntó el menor y se cruzó de brazos, no tratando de parecer cruel pero aún sin intención sonaba de cierta forma.

— Regresé porque quería hablar contigo. — confesó y Yeonjun entrecerró levemente los ojos. Min suspiró y se acercó a Yeonjun para tomar una de sus manos. Yeonjun bajó la mirada hacia ese movimiento y dejó que el hombre tome su mano.. — Yeonjun, ¿me odias, en serio? — preguntó, se oía dolido.

Yeonjun se estremeció levemente. El hombre regresó a pesar de saber la respuesta a esa pregunta. Sonrió de sus adentros, porque a pesar de sus sentimientos negativos, su fijación por ser adorado y deseado era algo que le resultaba gratificante y alimentaba su ego. Llegaba a ser una debilidad.

— ¿Por qué piensas que eres la víctima ahora? — dijo el menor evitando a toda costa que el hombre se percate de su gozo, se soltó de su agarre pero el señor Min volvió a tomar su mano.

— No creo eso. Quiero decir, ¿te hice tanto daño para tirar a la basura todo lo nuestro? Te he perdonado muchas cosas, Yeonjun, pero no puedo tolerar que me digas que no quieres estar conmigo. — él rogó.

— No es culpa mía que no alcances mis expectativas. — respondió con simpleza.

— Yeonjun, yo te he dado todo. — el menor bufó nuevamente y el hombre cambió con rapidez su postura — Pero estoy dispuesto, ¿está bien? si he hecho algo mal lo lamento, pero no me dejes, por favor.

Del otro lado de la puerta, el Choi del medio negó con la cabeza en silencio. Dolido por el comportamiento del señor Min, un hombre correcto, difícil de manejar y a pesar de todo Beomgyu tenía la idea de que siempre pensaba con la cabeza fría, pero ahora estaba casi de rodillas por Yeonjun, como todos, como un cualquiera.

— Te veías muy decidido a dejarme, incluso me golpeaste. — dijo y la última frase con rabia en su voz.

— ¡No puedo soportar la idea de que otro te toque! — el hombre levantó la voz y Yeonjun con rapidez tomó a Min del cuello de su camisa y lo acercó a su rostro.

— Si no fueras un pésimo esposo no necesitaría buscar a otros. — escupió sin cambiar su tono — ¿Acaso no puedes verme? Estoy en mejor forma que cualquier puta estrella porno y a ti no te ha interesado ni en lo más mínimo mis placeres. Solo me quieres tener aquí como tu mucama.

— Está bien. ¿Qué es lo que quieres, Yeonjun? ¿Es eso? ¿Sexo desenfrenado? — preguntó y Yeonjun pudo notar un poco de disgusto en su voz, en la idea de tener solo sexo sin sentimiento como salvajes siguiendo sus instintos.

— Olvida eso, cometiste un error, cuando puedas enmendarlo te perdonaré. — lo soltó brutalmente y se alejó.

— ¡¿Qué quieres que haga?! — el señor Min comenzó a desesperarse, pero Yeonjun se mantenía sereno.

— Ven hoy a las diez de la noche. — dijo con calma — Si no te arrepientes de lo que hiciste después de hoy, no te atrevas a volver.

— ¿Qué planeas?

— Un tregua, nada más. — sonrió relamiendo sus labios y Min tragó en seco.

•bd•

Beomgyu echó un suspiro cuando notó que llegaron a su casa. Volteó hacia Soobin y sonrió.

— ¿Qué tienes? — preguntó Soobin riendo levemente.

— Bueno... ¿qué tal si me quedo a dormir en tu casa? — Beomgyu preguntó alzando lo hombros.

— Oh, ¿Hoy? — Soobin rascó su nuca algo inconforme.

— Sí, hoy. ¿Por qué-...?

— ¡Soobin! ¡Amigo! — fue interrumpido por la presencia de Taehyun, quien les abrió la puerta.

— Carajo. — murmuró Beomgyu, su mirada fija en la estúpida sonrisa del rubio.

— Sí, Beomgyu. — empezó Soobin observando al castaño — Taehyun se quedará a cenar y dormirá aquí. — explicó.

— Si es así entonces los dejaré-...— Beomgyu dio un paso atrás y Taehyun bufó.

— ¿Por qué se comportan como mis papás cuando papá trae a su amante a casa? — preguntó casi riendo y Soobin y Beomgyu se vieron entre sí confundidos — Hay que estar los tres juntos, vengan.

Taehyun tomó a ambos y los arrastró hacia el interior de la casa. Beomgyu frunció el ceño al ver la casa de Soobin tan desordenada.

— Lamento el desorden, Taehyun y yo estuvimos toda la tarde aquí y aún no recogimos nada. — habló Soobin mientras recogía algunas cosas del suelo.

— Mm, puedo verlo. — comentó Beomgyu viendo con disgusto los cubiertos sucios en el lavabo.

— ¿Qué hacemos? ¿Cenamos y vemos películas? — Taehyun propuso.

— Me parece bien. — Soobin estuvo de acuerdo.

— Oh, no, primero van a limpiar este desorden. — Beomgyu se interpuso y colgó su abrigo. Los otros dos bufaron. — ¿Tienen hambre, no? Limpien y yo haré para cenar, pero si no encuentro limpia esta casa les tiraré la comida en la cara. — dijo sin ver a ninguno de sus amigos a los ojos y se dirigió a la cocina, esta estaba impecable porque los dos estúpidos no saben cocinar.

— ¿La tanga te está rozando los huevos o por qué te oyes tan irritado? — Taehyun soltó burlón y retrocedió cuando Beomgyu alzó la mirada hacia él con una sartén en sus manos.

— ¡Yo no uso tanga! — amenazó con la sartén pero Soobin se la arrebató.

— Bien, suficiente. — Soobin dijo y dejó la sartén en la mesada — Taehyun, vamos a limpiar. Gracias Beom. — agradeció mientras arrastraba a Taehyun hacia la sala.

Beomgyu echó un suspiro hondo mientras comenzaba a buscar algunas cosas en la cocina. Tanto Soobin como Taehyun eran sencillos, nunca querían probar algo nuevo y diferente.

— Quizás ramen. — propuso en voz baja — ¡¿Les parece bien el ramen?! — gritó esperando una respuesta.

— ¡Si! — festejaron ambos al unísono y Beomgyu soltó una risa nasal mientras comenzaba a cocinar.

Unos minutos después Taehyun bajó sin decir nada. Beomgyu no lo notó hasta que volteó, tampoco dijo nada, solo siguió con lo suyo mientras Taehyun tomaba asiento en una silla de la mesada en medio de la cocina.

— ¿Se te perdió algo? — preguntó Beomgyu sin alzar la vista hacia el rubio.

Taehyun solo tragó duro antes de soltar una risa.

— Solo vine a molestarte.

— Eso lo haces a diario. — soltó el castaño.

Taehyun a veces se preguntaba si Beomgyu lo odiaba como para tratarlo de cierta forma, pero él solo reía y fingía que no se arrugaba su corazón cada vez que hablaban.

— Solo quiero verte cocinar, ¿qué tiene de malo?

— ¿Terminaste de limpiar? — Beomgyu preguntó casi al instante y casi ignorándolo.

— Si. — respondió Taehyun bajando un poco la mirada — Soobin se quedó arriba arreglando su cuarto.

Beomgyu solo alzó las cejas, aún no levantaba la mirada hacia Taehyun, solo estaba concentrado en hacer el ramen y Taehyun estaba tan fijo en él.

— Gyu. — empezó a hablar el rubio — ¿Podemos hablar de lo que sucedió esa noche?

— ¿Soobin está arriba dijiste? — ahora Beomgyu alzó la mirada, automáticamente haciendo contacto visual con Taehyun.

— No-...bueno, sí, lo está.

Beomgyu apagó la cocina.

— Esto ya está, puedes servirte si quieres. — dijo Beomgyu y salió de la cocina, dirigiéndose a la habitación de Soobin.

Taehyun soltó un suspiro exasperado maldiciendo a Soobin inconscientemente. Amaba a su amigo, por supuesto, pero a veces quisiera que desapareciera un segundo.

Cuando Beomgyu entró a la habitación de Soobin este estaba terminando de guardar su ropa limpia.

— Hey, ¿terminaste? — preguntó Soobin hacia su amigo y este asintió con una sonrisa — ¿Pasa algo?

— Nada, solo... — el castaño se acercó a Soobin y acomodó su cabello rubio algo alborotado — Iré a casa por algo de ropa y mi cepillo de dientes.

— Tienes uno aquí. — recordó el rubio.

— Lo tiré y también quería buscar otras cosas más para traerlas. ¿Me acompañas? — Soobin asintió y ambos salieron de la habitación.

— ¿A dónde van? — preguntó Taehyun, sorbiendo los fideos.

— Siéntate para comer. — regañó Beomgyu.

— Iremos a buscar algo de Beomgyu, no tardamos. — explicó Soobin y ambos salieron de la casa.

Beomgyu se volteó antes de abrir la puerta y miró a Soobin.

— No es necesario que me sigas, espérame aquí. Ya regreso. — Soobin asintió retrocediendo.

Beomgyu se adentró en la casa y subió directamente a su habitación con rapidez. Sabía que necesitaba llevar consigo algunas pertenencias, como ropa, un cepillo de dientes y sus útiles de la universidad. Rápidamente, cargó todo en su mochila, consciente de que planeaba quedarse unos días con Soobin.

Mientras bajaba las escaleras, escuchó unos gemidos y quejidos que lo hicieron detenerse en seco. Un escalofrío recorrió su espalda y, por alguna razón, decidió fijarse en la hora. Eran las 22:34 de la noche. Beomgyu tragó saliva con dificultad y se acercó lentamente a la habitación de su hermano, de donde provenían los sonidos perturbadores. La puerta estaba entreabierta de manera misteriosa, lo que aumentó su curiosidad.

Aunque dudaba, Beomgyu decidió observar lo que sucedía. Yeonjun nunca había llevado a alguien a la casa, por lo que necesitaba saber la razón detrás de aquellos gemidos. Después de escuchar una conversación que le había inquietado, sentía que algo no iba bien.

Con cautela, se asomó por la puerta y se encontró con una escena que lo horrorizó. El señor Min estaba atado a una silla, retorciéndose y tratando de cerrar los ojos, pero un hombre lo golpeaba cada vez que intentaba hacerlo. Beomgyu tragó saliva con dificultad al presenciar esa horrible escena. Cuando dirigió la mirada hacia donde Min estaba mirando, se le secó la garganta. Vio a su hermano, completamente desnudo, sobre el sillón, mientras dos hombres estaban debajo de él y a su lado, besándolo y tocándolo de manera lasciva. Yeonjun gemía sin inhibiciones, siendo observado por su esposo a la fuerza. La escena era aún más perturbadora de lo que Beomgyu podía imaginar.

El horror y la incredulidad se apoderaron de él, y casi dejó caer su mochila debido a la presión en su garganta. En su intento de retroceder, chocó con alguien y se dio la vuelta rápidamente. Era Soobin, quien observaba la misma escena con un horror aún mayor que el de Beomgyu. En ese momento, Beomgyu sintió que Soobin estaba a punto de hacer algo muy estúpido.

ayyyyy ke pasó 

ya casi termina esto dios al fin jiji me van a matar con el final abierto NO QUIERO DECIR NADA BUENO SI QUIERO PERO NO PUEDO AAAAA

avisen errores. Cap concluido el lunes 13 de mayo del 2024 a las 02:02 

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