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seis

ִ ִ ୨୧ tal vez es pasión darte sin condición,    

calmar esta adicción. Llámalo amor ୨୧ִ ִ

Beomgyu acompañó en silencio a su amigo hasta que finalmente cayó dormido, con su cabeza descansando en su hombro. No pronunciaron ninguna palabra, pero en el silencio compartido, Beomgyu se lamentaba internamente. Podía sentir la angustia y la furia burbujeando en su interior, pero al ver a Soobin en ese estado vulnerable, todo lo que pasó por su mente fue el impulso de abrazarlo y protegerlo.

Cuando Soobin finalmente se quedó dormido, Beomgyu se encontró en una encrucijada. Por un lado, estaba la tentación de quedarse junto a él durante toda la noche, brindándole consuelo y apoyo. Por otro lado, sentía una urgencia creciente por enfrentarse a su hermano y confrontarlo por todo lo sucedido. La lucha interna entre el deseo de quedarse y el anhelo de confrontación lo atormentaba.

La noche aún estaba en su oscuridad más profunda y su cuerpo se sentía agotado, Beomgyu decidió ceder a su cansancio. Después de un bostezo, se acurrucó a un lado de Soobin, permitiendo que lo abrazara mientras dormían juntos, algo que habían hecho desde que eran niños. La familiaridad y la cercanía les brindaban cierta calma en medio del caos emocional.

Sin embargo, cuando Beomgyu cerró sus pesados ojos, una imagen extraña se coló en su mente. Recordó que Taehyun aún estaba en la casa, y se preguntó si recordaría algo de lo que habían vivido juntos solo unas horas antes. La incertidumbre y la preocupación se sumaron a la mezcla de emociones que ya lo abrumaban, dejándolo con una sensación de intriga y aprehensión por lo que aún estaba por venir.

Mientras su mente se sumergía en esos recuerdos, Beomgyu cayó dormido en un abrir y cerrar de ojos. Incluso al despertar, interrumpido por la intrusión de la luz natural del sol, no se dio cuenta de lo rápido que se había quedado dormido.

Sentado en la cama, observó a su alrededor, como si las sábanas y las paredes pudieran proporcionarle respuestas sobre cómo había llegado allí. Su mirada se posó en Soobin, recordándole que no estaba en su propia casa y recordando todo lo que había escuchado esa noche.

Soobin seguía acostado a su lado, respirando tan profundo como si no hubiese dormido desde hace semanas, no quiso despertarlo. Se levantó de la cama para caminar hacia la cocina y prepararse un café, ya no tenía ganas de dormir. Pero en el camino se encontró con Taehyun. Este se quedó observándolo y Beomgyu se sintió nervioso ante la mirada tan confusa, era confusa para él dado que no sabía si Taehyun recordaba algo o no.

Pero para su sorpresa Taehyun lo saludó normal, como siempre lo ha hecho.

— Buenos días, cara de nalga. — dijo alegremente y su amigo rodó los ojos con molestia.

Claramente tuvo que besarlo borracho porque crudo y cuerdo nunca.

— Días. — se quejó Beomgyu comenzando a caminar hacia la cocina, ignorando por completo a Taehyun, quien lo siguió aún con esa estúpida sonrisa en su cara.

— Porque bueno estoy yo. — soltó el menor tomando unas galletas de la alacena.

— Mm...si creerlo te hace feliz...— se burló Beomgyu mientras buscaba tazas para prepararse un café. No es como si fuera la primera vez que camina por la casa de Soobin como si fuese suya.

Beomgyu recuerda que siempre quiso entrar a esa casa, incluso antes de que esté en venta. Era la más grande del lugar y era más bonita, siempre tuvo curiosidad por entrar o incluso vivir ahí y cuando Soobin se mudó tuvo la oportunidad, si por Beomgyu fuera él viviría en esa casa.

— ¿Vas a hacernos café? — preguntó el menor sentándose en los bancos de la mesada.

— Voy a HACERME café. — dijo el mayor con una sonrisa falsa hacia el menor, este bufó.

Beomgyu y Taehyun tenían ese tipo de amistad. Bueno, para Taehyun era una amistad pero la realidad era que para Beomgyu ellos no eran tan amigos, solo se hablaban y se peleaban.

— Por eso los ancianos me caen mal. — se quejó el menor levantándose.

— ¿Por qué mejor no te vas a casa y nos dejas a mi y a Soobin solos? — preguntó con calma el mayor ya con la taza de café en sus manos y el menor rio levemente acercándose a su mayor.

— Wow, que disimulado eres. ¿Quieres que te deje a solas con tu novio? — se burló.

Beomgyu, quien no tenía la mirada fija en el contrario, elevó su fija mirada hacia él.

— Cierra la boca. Hablo en serio, Soobin está mal y necesita a su amigo. — explicó mientras buscaba el café.

— ¿Y yo soy su puta o qué? Soy su amigo también, imbécil. — dijo el rubio subiéndose a la mesada.

— Bájate de ahí. — regañó golpeándolo con un trapo de cocina — Tú eres un grano en la espalda. — se burló Beomgyu. — Molesto y difícil de sacar. — dijo y dio unos golpes más al ver que el rubio no hacía nada para salir de encima de la mesada.

Taehyun rio levemente mientras se bajaba para caminar hacia el otro extremo de la mesada y Beomgyu se alejaba para buscar otras cosas para su desayuno.

— Y tú eres un autobús sin freno. — dijo el menor y Beomgyu volteando el rostro hacia él frunció el ceño sin comprenderlo — Te comes todas las paradas. ¡Ah! — gritó riéndose mientras el mayor le aventaba un pan viejo.

— ¡Ush! Taehyun yo te estoy hablando serio, mierda. — se quejó el mayor.

— ¡Tú empezaste! — aclaró el menor aún riendo. — Ya, cuenta, ¿Qué le pasó a mi nene? — preguntó mientras habría el refrigerador en busca de comida.

— ¿Qué más le va a pasar? — preguntó obvio — El tarado de mi hermano le pasa.

Taehyun alzó las cejas de sorpresa, pensando si Beomgyu ya sabía la verdad pero lo notaba tan tranquilo que dudó un poco...un poco mucho.

— ¿Qué pasó con él? ¿Se enojó porque Soobin se escondió en su baño de nuevo?— bromeó mientras sacaba unos chocolates de la nevera.

— No seas imbe-...¡No desayunes chocolates! Te van a dañar el estómago de nuevo. ¡Y te haré limpiar tu vómito con la lengua, Taehyun!

Taehyun bufó dejando los chocolates.

— Pero tengo hambre. — se quejó.

— Bien, te haré panqueques pero ya cállate. — dijo el mayor mientras buscaba todo lo que utilizaría. — Bueno, te estaba contando. — siguió la plática después de sacar unas cosas de la alacena y luego volteó hacia el menor. — Soobin y Yeonjun tuvieron sexo. — dijo como si nada, no quería que el menor se burle de él.

— ¿Mhm? — Taehyun alzó las cejas sorprendido. — No puede ser. — dijo y Beomgyu frunció el ceño. A Taehyun le confundió la acción pero no tuvo tiempo de preguntar nada pues Beomgyu comenzó a golpearlo con una espátula de cocina. — ¡¿Qué carajos te pasa?! — le gritó cubriéndose.

— ¡Tú ya sabías! ¡¿Verdad?! — cada palabra era un golpe más para el menor.

— ¿De qué mierda hablas? — dijo el menor sin dejar de cubrirse.

— ¡Esa fue la reacción más falsa que he visto!

— ¡Deja de golpearme!

Finalmente Beomgyu se detuvo y se apoyó contra la mesada, sin dejar de ver la contrario.

— Sí sabías, ¿verdad?

— Sí. — confesó el menor, un tanto incómodo.

Beomgyu no dijo nada, solo bufó y se volteó para seguir con su desayuno. Era muy personal para hablarlo con Taehyun, Taehyun no era ese amigo el cual podía hablar de su relación con su hermano y sus sentimientos hacia Soobin.

— ¿Estás enfadado con Soobin? — preguntó el menor de repente.

Beomgyu detuvo sus acciones pero no volteó hacia el menor.

— ¿Por qué estaría enfadado con él? — preguntó con la voz baja.

Él sabía que Soobin no tenía la culpa, era solo una víctima más de Yeonjun, un hombre más que había caído hacia sus encantos. Soobin no tenía la culpa de no amar a Beomgyu.

— Porque Soobin también sabía que te molestaría si Yeonjun y él se acostaban.

Pero Taehyun pensaba distinto, Taehyun pensaba que Soobin había cometido cierta traición. Soobin sabía que lastimaría a Beomgyu si se acostaba con Yeonjun y aún así persiguió a Yeonjun hasta conseguirlo.

— A Soobin nunca le puse ninguna condición, es solo mi amigo. Pero a Yeonjun sí le puse una condición. — explicó.

Beomgyu creía que Soobin podía estar con quien quisiese, no tenía que detener algunas cosas de su vida solo por él, al fin y al cabo sólo era su amigo y nada más. Pero a Yeonjun sí le hizo prometer que no jugaría con Soobin y no lo cumplió.

— ¿Y si...él sí quiere a Soobin?

Taehyun no creía eso, conocía a Yeonjun y lo había visto infinidad de veces cerca de su universidad hablando con personas de su edad o incluso sus propios amigos hablando de él. Aunque son cosas que siempre ignoró por respeto al mayor, él no tiene idea de la vida de Yeonjun. Pero sentía que Yeonjun no tenía sentimientos por Soobin, lo que sí creía era que Beomgyu debería olvidar sus sentimientos por Soobin.

— Taehyun, por Dios. — ahora el mayor se volteó hacia Taehyun. — Tú no conoces a Yeonjun. Yeonjun y Soobin no podrían estar juntos, no funcionaria.

— ¿Por qué no? — preguntó con una expresión confusa y relajada.

— Porque mi hermano es un idiota. — dijo el mayor entre dientes, sintiendo que Taehyun estaba ignorando un tanto sus sentimientos.

— ¿Y vas a reclamarle por estar con Soobin? ¿Vas a caer bajo por él? — preguntó cruzándose de brazos.

— Nunca te pedí ningún consejo, Taehyun. No me importa si te parece bien lo que haga o no. Ahora cállate y déjame a mí con mis asuntos.

Entonces la cocina se queda en absoluto silencio unos segundos. Taehyun traga duro y sus ojos incómodos se dirigen hacia otro lado, sin voltear el rostro, entonces nota la presencia de Soobin. Soobin lo mira fijo desde el corto pasillo que separa la cocina de la sala y el resto de la casa. Por los muebles de cocina Beomgyu no podía verlo.

— Iré a casa. — avisa alejándose y dándole a Beomgyu una última mirada.

— Hey...— intenta llamarlo Beomgyu pero cuando da un paso nota que Soobin estaba justo al lado y se detiene, su mirada recae en Soobin y Taehyun al notarlo voltea una vez más cruzando la puerta para irse. — Bin. — susurró inconscientemente. — ¿Hace cuánto estás ahí?

Soobin se acerca a pasos lentos, sus ojos inquietos vagan en solo unos segundos por todo el lugar y por su amigo. Suspira hondo mientras mete sus manos en los bolsillos de sus pantalones.

— ¿Te sientes bien? — ahora pregunta Beomgyu acercándose un poco más.

— ¿Le pusiste condiciones a Yeonjun? — Soobin ataca con una pregunta que Beomgyu no esperó y traga duro antes de desviar sus ojos, cortando el contacto visual. — ¿Qué le dijiste? — insistió.

— Solo le dije que no te hiera. — Beomgyu dijo bajo y regresó su mirada a los ojos de Soobin.

— ¿Sólo eso? — preguntó sabiendo la verdadera respuesta.

Beomgyu entonces notó que Soobin lo sabía, que lo había oído.

— Yo-... Tienes que dejar de buscar a Yeonjun. — ahora atacó Beomgyu fuera de sí.

Beomgyu pronto se arrepintió de lo que había dicho pero ya era algo tarde.

— ¿Quién se supone que eres para ponerle condiciones a Yeonjun sobre acercarse a mi? — no alzó la voz pero en su tono se notaba a la perfección que estaba molesto.

— ¡No le hubiera puesto ninguna condición si no lo conociera! — gritó, su voz se quebró levemente.

Él solo estaba tratando de protegerlo y Soobin lo acusa.

— ¿No es solo por él, verdad?— preguntó, Beomgyu comenzó a sentirse avergonzado ante la suposición y negó.

— ¿Crees que porque te amo te alejaría de cualquiera que no fuera yo? — dijo y ahora comenzó a sollozar. — No soy ese tipo de persona, tú me conoces y conoces a Yeonjun mejor que yo pero sigues dejándote manipular por él.

— No es así, no me está manipulando. Yo me quedo porque lo conozco y sé que no siente lo que trata de demostrar.

— Da igual, ¿no? Te dijo que no lo busques. Lo perdiste y es por tu culpa. — dijo completamente resentido y no esperó a que Soobin diga algo, simplemente se fue abandonando el hogar de su amigo.

•bd•

Cuando el reloj marcó las 12 del mediodía, Yeonjun estaba sumido en un estado de ansiedad extrema. Sus uñas mordidas hasta la carne viva y su hogar en un completo desorden reflejaban su agitación interna. La tensión en su cuerpo era palpable, mientras su mente se llenaba de pensamientos negativos y preocupaciones que solo giraban en torno a él mismo.

El sonido de las llaves en la cerradura rompió el silencio de su hogar, y Yeonjun volteó rápidamente hacia la entrada, sin moverse de su lugar. La puerta se abrió lentamente, revelando al señor Min, cuya presencia no despertaba en Yeonjun ninguna emoción positiva

— Hola. — dijo el señor Min con una sonrisa mientras dejaba su abrigo en el sillón de la sala. —¿Cómo estás? —preguntó, acercándose lentamente para cerrar la puerta sin apartar la mirada de Yeonjun. El castaño sintió de repente una corriente eléctrica recorrer su cuerpo y se asqueó de dicha sensación. Él la reconocía como un leve miedo, pero era estúpido. — ¿Dónde están los niños? — preguntó mientras se acercaba a Yeonjun a pasos lentos.

—Kai está arriba haciendo tarea. — respondió Yeonjun en voz baja, sin mostrar ninguna señal de interés o preocupación.

—¿Estás seguro? Porque pasé por la casa del amigo de Kai para ver si él estaba allí, en caso de que quisiera que lo pasara a buscar. Y efectivamente, Kai estaba allí. Me dijo que fuera por él más tarde. — comentó el señor Min, con decepción en su voz.

El señor Min sintió un arrepentimiento momentáneo por haber empujado a Yeonjun con tanta fuerza. Suspiró pesadamente y se acarició las sienes, tratando de calmar sus propias emociones.

—¿Por qué te fuiste temprano?— preguntó de repente, su voz llena de dolor y sospecha. —Volviste a salir, ¿verdad? Volviste a estar con otros hombres.— dijo el hombre y por primera vez en años tocó ese tema con Yeonjun, porque él siempre lo supo.

Yeonjun aclaró su garganta, intentando mantener la calma en medio de la tensión. Si su madre estuviera presente, seguramente lo juzgaría por su falta de carácter.

— Fui a buscar a Beomgyu—, respondió con claridad y sin murmurar, tratando de transmitir verdad en sus palabras.

— Beomgyu nunca sale de casa. — atacó el señor Min, lleno de amargura y desconfianza.

— Pues lo hizo, y hasta ahora no sé dónde está.— afirmó Yeonjun.

El señor Min suspiró nuevamente, acercándose más al castaño. Su agotamiento ante la falsedad con la que Yeonjun vivía su vida era evidente en su voz.

— Jamás vas a dejar de mentir, ¿verdad?— preguntó entre dientes, cansado de las mentiras constantes de su esposo. —Sé dónde está Beomgyu porque él siempre me avisa si sale de casa. Confía más en mí que en ti.

—Entonces es su maldita culpa, porque lo he estado buscando toda la noche.— respondió Yeonjun, su voz llena de resentimiento y rabia

El ambiente se volvió aún más tenso, con ambos involucrados atrapados en un ciclo de acusaciones y dolor. Las heridas emocionales se profundizaban, dejando en evidencia el egoísmo y la falta de empatía de Yeonjun, así como el dolor y la decepción del señor Min.

Sin previo aviso, el señor Min le propinó un golpe en el rostro con la palma de su mano. Yeonjun tocó su rostro, ahora enrojecido y dolorido, mientras levantaba la mirada hacia su esposo, furioso ante la violencia de sus acciones.

—Me tienes harto, Yeonjun. ¿Crees que no me doy cuenta de todo lo que haces? — dijo el señor Min, frustrado y adolorido.

Por otro lado, Yeonjun estaba enojado. Enojado por sentir miedo de ese hombre y enojado porque ya no podía seguir mintiendo.

—¿Quién crees que eres para golpearme?— gritó Yeonjun mientras se levantaba bruscamente.

— Alguien necesitaba darte un golpe al menos una vez. No te tienes respeto ni a ti mismo — susurró el señor Min, con una clara rabia en su voz.

Era la primera vez que el señor Min levantaba la mano contra Yeonjun, y aunque sabía que estaba mal, su furia del momento no lo dejaba pensar con claridad. Solo quería poder regresar al pasado y jamás haber conocido a Yeonjun.

— Te he dado todo, Yeonjun. No sé por qué me haces esto — dijo el señor Min, su voz quebrada por el dolor de sentirse traicionado.

—¡Porque nunca quise estar contigo!—, gritó Yeonjun de repente, sus palabras llenas de frialdad y desprecio. —Tenía trece años y desde entonces he estado desperdiciando mi juventud. No me gusta que me toques, no me gusta que me beses, no me gustas tú.

El señor Min parpadeó varias veces, su mirada estaba llena de tristeza y desolación. Se dejó caer en el sillón, sentándose con la mirada baja, incapaz de enfrentar la realidad de que Yeonjun nunca había sentido amor o afecto genuino hacia él o hacia cualquier otra persona.

—Tú sabes que jamás te obligué a nada, te esperé. — comentó el señor Min con voz quebrada, su dolor evidente en cada palabra.

— No, no lo hiciste, pero sabías que no podía negarme. — susurró Yeonjun, su voz llena de indiferencia y egoísmo.

Yeonjun solo veía a ese hombre como un asqueroso que se fijó en un niño y el hecho de que haya esperado que crezca no cambiaba eso.

— Está bien. — dijo el señor Min levantándose lentamente, su mirada aún baja. —Haz lo que quieras, tienes razón. Estoy demasiado viejo para preocuparme por lo que será de mi vida ahora. — agregó mientras tomaba su abrigo que había dejado en el sillón. —Me iré a la casa de mi madre, Kai vendrá conmigo. — concluyó antes de marcharse.

Yeonjun sintió un leve alivio, porque en su cabeza eso pudo haber sido peor. Para él, la vida seguía siendo un juego en el que solo él importaba.

El sol se puso, tiñendo el cielo con tonos fríos, y fue en ese momento que Beomgyu regresó a casa. Había recibido un mensaje informándole de la ausencia del señor Min, lo cual solo aumentó su enojo hacia su hermano.

El señor Min había sido el padre que Beomgyu y Kai nunca tuvieron. Siempre estuvo presente en sus vidas, asistiendo a sus reuniones escolares y bailes. Beomgyu sentía un gran afecto hacia él, incluso más que hacia su propio hermano. Kai, siendo más joven, aún no comprendía completamente quién era realmente Yeonjun, pero Beomgyu nunca trató de influir en las ideas de su hermano menor. Con el tiempo, Kai se daría cuenta de la verdadera naturaleza de Yeonjun.

Para personas como Soobin y Taehyun, Beomgyu parecía estar pegado a su hermano mayor. Al principio, esto era cierto, pero a medida que crecía, Beomgyu comenzó a notar actitudes narcisistas y egoístas en Yeonjun. Parecía que su hermano disfrutaba lastimando a los demás, comenzando por él mismo. Siempre menospreciaba los logros de Beomgyu y desvalorizaba todo lo que conseguía por sí mismo.

La relación entre los hermanos se rompió por completo cuando Yeonjun no mostró ningún remordimiento cuando Beomgyu se enteró que él estaba acostándose con su novio. Incluso se burló de él, afirmando que sólo estaba tratando de ayudarlo a darse cuenta de que ese chico no era para él.

Con todo esto en mente y su enojo en aumento, Beomgyu entró a la casa y se encontró de frente con la mirada de su hermano, quien estaba sentado en el sillón bebiendo algo.

— Vaya, recordaste que tienes una casa. — murmuró Yeonjun, su mirada fija en la lata de cerveza.

— Oh, te diste cuenta de que no estaba, qué sorpresa. — respondió Beomgyu sin ánimos.

Beomgyu había tomado la tarde para reflexionar y había llegado a la conclusión de que no valía la pena enfrentar a Yeonjun por nimiedades.

— ¿Estuviste en la casa de Soobin? — preguntó Yeonjun en cuanto Beomgyu puso un pie en las escaleras.

Beomgyu sintió una gran curiosidad al escuchar esa pregunta. Curiosidad por escarbar y escarbar hasta sacar del mental inframundo a ese hermano que Beomgyu creyó tener, el que lo protegía de pequeño. Dio un paso atrás y giró su rostro hacia Yeonjun.

— Tú probablemente lo sepas. — dijo Beomgyu, sintiendo un nudo en la garganta. —Tú sabías que los estaba viendo, ¿no es cierto?

Yeonjun se levantó lentamente del sillón y se acercó a su hermano, alzando la mirada cuando estuvo lo suficientemente cerca.

— Sí. — respondió el mayor, y los ojos de Beomgyu se cristalizaron levemente. —¿Vas a llorar por eso, Beomgyu?

La voz de su hermano no sonaba fría ni burlona, pero aún así dolía.

— No estoy llorando por Soobin. — dijo Beomgyu dejando caer su mochila pero sin soltarla por completo. — Me dueles tú. — escupió — Me duele la clase de persona que eres, Yeonjun.

— Eres ridículo, en serio. — respondió Yeonjun.

— ¡¿Quieres saber lo que eres?! — Beomgyu lanzó su mochila con fuerza — Eres egoísta, manipulador, narcisista y no estás contento hasta ver que has destrozado el alma de alguien. Eres idéntico a mamá.

— Mm, ¿has estado guardando esto durante años, algo que ya me han dicho antes? — preguntó Yeonjun, ahora con un tono de burla.

— ¿Quiénes? ¿Las esposas de los hombres con los que te acuestas? — Beomgyu le preguntó con asco.

— También los hijos. — respondió Yeonjun con una ligera sonrisa, como si solo quisiera molestar.

Beomgyu negó, sintiéndose decepcionado y enojado al darse cuenta de que su hermano no sentía ni una pizca de vergüenza o remordimiento.

— Eres una basura. Por eso rechazas a Soobin, no porque sea solo otro chico. Lo rechazas porque sabes que él es demasiado bueno para ti y que no mereces tener a alguien como él. Esa fue la única verdad que le dijiste.

La expresión de Yeonjun cambió ligeramente, y Beomgyu supo que no estaba mintiendo. La mandíbula de Yeonjun se tensó antes de hablar.

— Rechazo a Soobin porque es insoportable. Deja de decir estupideces. Él me prefiere a mí, acéptalo de una vez. No te quiere a ti, así como ninguno de los imbéciles a quienes les lloraste. — respondió Yeonjun en voz baja.

— No les lloré a ellos, solo me sentí traicionado por mi propio hermano. — aclaró Beomgyu. — Me iré a vivir fuera de esta casa y haré que Soobin reaccione, cueste lo que cueste.

—nHaz lo que quieras, no necesito mucho para volver a tenerlo a mi lado. Puedo escupirle en la cara y él seguirá persiguiéndome, Beomgyu. — dijo Yeonjun en voz baja. — No me molestaría aparecerme frente a él de vez en cuando, porque soy un hombre que le gusta mirar hacia abajo y Soobin siempre estará a mis pies, te guste o no.

— Soobin no es tan tonto como crees. — respondió Beomgyu.

— ¿En serio quieres probarme, Beomgyu? Ese idiota no duraría ni un minuto. — dijo Yeonjun en tono despectivo.

— Realmente creí que en ese discurso en su habitación mostraste un poco de empatía. A ti no te importa lastimarlo, ¿verdad? No te importa mientras siga siendo tu peón. — dijo Beomgyu.

— Él se lastima solo. — respondió Yeonjun.

Beomgyu suspiró y se alejó de Yeonjun para recoger sus cosas nuevamente.

— Nunca voy a entenderte, Yeonjun.

esta noche saldrée a buscar una mujeer que me ayude a olvidar que te tuve una vez VOLVERÁAA LLORANDO BUSCANDO MIS BESSOOS. ts ts ts ts te guta lo sinsonn

q cantaba

perdón por lo pete que fue el cap, no tengo ganas de escribir este fic ya xdxd ya no sé cómo hacer a Yeonjun hdp la vdd tipo, hoy no xd

avisen errore

cap conlcuido el miércoles 24 de enero del 2024 a las 5:35 escuchando la piedra urbana pq pintó 

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