nueve
ִ ִ ୨୧ tú con él tienes el mundo ahí en tus pies
¿qué carajos hago yo buscándote? Si no vas a volver୨୧ ִ ִ
Cuando Beomgyu entró en la cocina de Soobin, dejó escapar un bufido de frustración. Después de un día tan agotador, lo último que quería era encontrarse con Taehyun allí.
— ¿Acaso no tienes un hogar donde te espere gente que sí te quiere? — preguntó con una sonrisa forzada mientras dejaba sus pertenencias sobre el sofá de la sala, a pocos metros de la cocina. Al instante, el otro hombre se giró hacia él.
Taehyun soltó una risa nasal antes de volver su atención al desayunador de la cocina.
— Es bastante irónico que seas tú quien diga eso. — se burló Taehyun, sin perder la sonrisa, lejos de sentirse ofendido, ya que sabía que tenía razón.
Beomgyu entendió el punto y simplemente apartó a Taehyun de su camino para abrir el refrigerador y buscar su jugo de uvas.
— ¿Por qué estás vestido así? Pareces un camarero de cuarta. — comentó sin poder contenerse, aunque el tono parecía más serio de lo que pretendía.
Taehyun solo hizo una mueca de desagrado. Su atuendo era completamente negro, con una camisa ligeramente desabotonada, el cabello ahora negro y desordenado, zapatos brillantes y pantalones elegantes. Si fuera un camarero, la gente pagaría solo para verlo.
— Voy a una fiesta de graduación. — explicó sin intención de discutir con Beomgyu.
— ¿Y es aquí la fiesta o...? — soltó el castaño, queriendo saber qué hacía Taehyun allí.
— Vine porque Soobin me pidió que esté aquí, él vendrá conmigo. — comentó Taehyun, ignorando la mala actitud de Beomgyu.
La expresión de Beomgyu se volvió más seria y negó con la cabeza.
— Oye, no, Soobin y yo siempre nos quedamos viendo películas hasta tarde los viernes. — lo detuvo Beomgyu, ahora mirándolo fijamente.
Taehyun frunció el ceño, incrédulo ante el comentario. Como si Soobin no tuviera derecho a hacer otras cosas.
— No sabía que Soobin tenía que pedirte permiso para salir, no seas ridículo. — soltó Taehyun, evitando el contacto visual mientras ajustaba su traje. — Me reprochas como si yo lo hubiera invitado, pero fue un amigo de ambos quien lo hizo, y él no va a negarse solo porque tú se lo dices.
— Bueno, él no me dijo nada. — replicó Beomgyu, aunque pensaba: "Si se lo pido, se quedaría, por supuesto". Se encogió de hombros mientras buscaba un vaso para servirse jugo.
— ¿Tiene que decirte algo? — ahora Taehyun respondió, más molesto de lo que pretendía.
Beomgyu notó el tono agrio en su voz y se acercó un poco más al menor.
— ¿Acaso la tanga te está rozando los huevos? ¿Estás irritado? — preguntó con burla, usando una frase familiar.
— No más que tú después de ver a tu hermano cogerse a Soobin. — replicó Taehyun antes de tomar el jugo servido de Beomgyu como si fuera un shot. — Nos vemos. — dijo por último antes de acercarse a la puerta decidiendo que era mejor esperar a Soobin afuera.
Sin embargo, cuando se acercó para girar la perilla, fue sorprendido por la presencia de su amigo. Taehyun retrocedió a medida que Soobin se aproximaba.
— Hey, Tae. — saludó el alto — Voy a tomarme una ducha rápida e iremos, ¿te parece bien?
La mirada de Taehyun se desvió un segundo hacia Beomgyu, quien estaba cruzado de brazos sobre el desayunador de la cocina, observándolos fijamente. Luego, Taehyun volvió a mirar a Soobin, quien se deshacía de su abrigo.
— No tengo problemas. — comentó Taehyun.
— Bien, gracias.
Cuando Soobin giró, se encontró con los ojos de Beomgyu fijos en él.
— Beom... ¿Cómo estás? — dice acercándose con una sonrisa.
— ¿Por qué no me dijiste que irías a una fiesta hoy? — el castaño fue directo al grano, sus brazos cruzados indican su descontento.
— Bueno, no creí que fuese necesario. Además, no lo conoces y nos invitó porque nos llevamos bien con él y varios de su curso. — explica Soobin, como si hubiese cometido una falta — No creí que quisieras ir.
— No quiero ir. — Beomgyu responde casi al instante — Pero se supone que hoy veríamos películas hasta tarde.
— Podemos hacerlo mañana, es sábado.
— Lo hacemos siempre los sábados desde los doce años. — murmuró Beomgyu en voz baja, con la mirada hacia el suelo.
Taehyun solo rodó los ojos ante la escena y se recostó en uno de los sillones.
— Volveremos rápido, no te preocupes.
— No lo creo, amigo. Después de eso, nos dirigimos a otro lado, así que... — Taehyun se acercó y rodeó su brazo alrededor de la espalda de Soobin, descansando su muñeca en su hombro izquierdo.
La mirada de Beomgyu se alzó hacia Taehyun y entrecerró los ojos, sabiendo que el pelinegro planeaba algo.
— Probablemente hoy Soobin esté fuera de casa toda la noche. — terminó Taehyun su frase. — ¿O no, Bin?
— Bueno...
— Entonces iré con él. — decidió Beomgyu, rodeando el desayunador para acercarse a los otros dos.
— ¿Qué? — exclamaron ambos a la vez.
— No, ¿quién te carajos te invitó? — preguntó Taehyun.
— Binnie, ¿puedo ir? — Beomgyu sonrió hacia el alto como un niño pequeño pidiendo su cereal favorito.
— Bueno... no veo por qué no. — soltó Soobin, aún dudoso.
— No puedo creerlo. — susurró Taehyun — No tienes toda tu ropa aquí, tendrás que ir a casa de tu hermano. — dijo, y Beomgyu se encogió de hombros.
— Eso es lo de menos. Me ducharé primero. — dijo Beomgyu antes de subir hacia el baño de la habitación de Soobin, dejándolo a solas con Taehyun en la sala.
Taehyun se alejó de Soobin para verlo de frente.
— ¿Estás loco o qué? — le preguntó directamente, y Soobin hizo una mueca confusa.
— ¿Por qué lo estaría?
— Porque invitaste a Beomgyu a una fiesta, sabes lo insoportable que es. — se quejó Taehyun en voz baja.
— No le voy a decir que no. Hoseok no tiene problemas con que lleve a alguien más.
Taehyun soltó una risa y negó, desviando la mirada.
— ¿Qué carajos tienen ustedes dos últimamente? Se odian más que de costumbre. — dijo Soobin mientras se quitaba la camisa.
— No, te equivocas. Él me odia más que de costumbre, y sabes que se está comportando como un estúpido.
— Oye, no le digas así.
— Pues lo es, y me trata peor. Pero, ¿qué vas a saber tú si cuando estás presente él cambia completamente?
— Él no es así. — susurró Soobin sin intenciones de discutir del tema.
Taehyun no quiso seguir con la conversación, evitando una discusión con Soobin sobre Beomgyu.
Soobin se dirigió al baño de la habitación de sus padres para darse una ducha rápida. Salió solo unos minutos después de Beomgyu, habiéndose vestido con un traje negro poco formal pero elegante. Decidió peinar su cabello rubio hacia atrás antes de bajar a la cocina. Taehyun estaba sentado en uno de los sillones cuando Beomgyu salió en pijama al escuchar a Soobin.
— Iré ahora por mi ropa. — dijo Beomgyu.
— Te acompañaré. — respondió Soobin, ajustándose el reloj en la muñeca.
— No necesito-...
— Solo vamos. — insistió el rubio. Beomgyu tragó saliva y asintió, notando que esa apariencia le daba a Soobin un aire más dominante de lo habitual.
Beomgyu tocó la puerta de su casa dos veces, sus manos heladas ardieron ante el contacto, la puerta fue abierta por Yeonjun, quien ya sabía de quiénes se trataba.
— ¿Necesitan algo? — preguntó Yeonjun, ladeando la cabeza sin mirar a Soobin en ningún momento.
— Vengo por mi ropa, nada más. — explicó Beomgyu en un tono hosco. Yeonjun se relamió los labios antes de hacerse a un lado para que Beomgyu ingresara. Cuando Soobin intentó seguirlo, Yeonjun se interpuso nuevamente en la puerta, recorriéndolo con una mirada lasciva de arriba a abajo.
— ¿A dónde van? — preguntó Yeonjun con una expresión inocente, y Soobin deseaba tener ese control sobre sus propias expresiones.
— A una fiesta de graduación. Un amigo se gradúa. — respondió Soobin, tratando de sonar seguro, aunque le molestaba lo cerca que estaba Yeonjun con su pijama de camisa corta y piernas descubiertas, sus labios húmedos y entreabiertos, y su cabello negro cayendo como una cascada hasta su cuello. La mirada de Soobin también lo recorrió, deseando poder controlar mejor sus expresiones porque no estaba seguro de cómo lucía su rostro en ese momento.
Evidentemente, fue suficiente para que Yeonjun sonriera, mostrando su dentadura perfecta, y se acercara un paso más a Soobin. La mirada del menor se fijó en los ojos de Yeonjun.
— Qué bien. — susurró Yeonjun, ajustando la corbata de Soobin y casi rozando sus labios con los ajenos, poniéndose de puntillas sobre sus pies descalzos.
Soobin tragó duro, sus ojos temblaban.
— Sé lo que estás haciendo, Yeonjun. — advirtió Soobin, consciente de que eso solo excitaba más al mayor pero esa no era su intención.
— ¿Vas a dejar que lo siga haciendo? — replicó Yeonjun, rozando sus labios. Soobin pudo oler y saborear el bálsamo labial de cerezas.
— Ya vámonos. — interrumpió Beomgyu, rompiendo la tensión. Soobin se apartó al instante, como si hubiera salido de una hipnosis, y Yeonjun se alejó, dejando espacio para que su hermano pudiera salir.
Después de que Beomgyu se vistiera en silencio, todo parecía haber vuelto a la normalidad, aunque estaba claro que el castaño seguía molesto. Si no fuera por Taehyun, probablemente Soobin ya estaría de mal humor esa noche.
Beomgyu no era precisamente el mejor acompañante para fiestas, y Soobin lo comprendía; simplemente, a Beomgyu no le gustaba ese entorno. Durante su adolescencia, Beomgyu disfrutó de ir donde quisiera y cuando quisiera, mientras que Soobin, por sus padres estrictos, no tenía esa libertad. Ahora que eran adultos, Beomgyu estaba harto de fiestas y Soobin ansiaba ir a ellas. En cuanto a Taehyun, él era más impredecible. A veces sí, a veces no. Sin embargo, últimamente, Taehyun había demostrado ser el mejor acompañante.
Beomgyu podía ser bastante... ¿dramático? Soobin necesitaba a alguien que buscara soluciones o que, con su humor y ocurrencias, lo hiciera olvidar los problemas, y ese era Taehyun. Cabe aclarar que Beomgyu solo tenía esa actitud en las fiestas; tal vez habían sucedido muchas cosas malas en esas ocasiones, o eso pensaba Soobin, pero nunca había preguntado.
Soobin no quería imaginarse la actitud de Beomgyu ahora que estaba molesto. Probablemente lo seguiría por todo el salón de fiestas y le preguntaría a cada segundo si ya iban a irse. Pero no fue así. Fue como si Beomgyu no hubiese ido. Simplemente, se dedicaba a observar de lejos y no hablaba con nadie mientras Soobin paseaba con Taehyun, hablando con los graduados. Incluso más tarde, en la casa del amigo que los invitó, todo estaba bien y Soobin pensó que probablemente se había equivocado y que Beomgyu no estaba enojado.
Pero Taehyun lo conocía, tal vez un poco mejor.
Desde la distancia, Taehyun divisó a Beomgyu sentado en un sillón rojo, con las piernas cruzadas y los brazos cruzados, su mirada fija y seria.
— ¿Qué tienes? — murmuró Taehyun, dejándose caer en el sillón junto a Beomgyu.
— ¿Qué tengo? Ganas de largarme. — respondió Beomgyu, sin hacer contacto visual con Taehyun. — ¿Dejaste a Soobin solo?
— Uy, lamento haber dejado a Soobin allá. Olvidé que es un niño de cuatro años. — replicó Taehyun con tono exagerado. — ¿Para qué viniste si vas a tener esa cara de culo toda la noche?
— Para que no te salgas con la tuya. — contestó Beomgyu mientras estiraba los brazos para cruzar los dedos sobre su rodilla.
— ¿La mía? — Taehyun mantuvo su mirada fija en el perfil de Beomgyu y se sentó correctamente en el sillón para escucharlo mejor.
— Querías alejar a Soobin de mí, ¿no? — los ojos de Beomgyu se desviaron hacia los de Taehyun.
— Sí, algo así. — admitió Taehyun sin rodeos. — Tú querías arruinar los planes de Soobin.
— ¿Arruinar? — replicó Beomgyu, casi riendo.
— Sí, lo quieres tener en tu bolsillo porque no quieres que alguien te lo robe.
— Por favor, que me guste no significa que sea un tóxico. — la mirada de Beomgyu regresó al frente, vagando por la sala.
— ¿Pedirle a Yeonjun que se aleje de él no es tóxico? — Taehyun se burló.
— Yeonjun es... diferente. — murmuró Beomgyu.
— Entonces, ¿no tienes problemas con que Soobin guste de alguien más?
— No, mientras no jueguen con él. — Beomgyu suspiró levemente. — Soobin es guapo, tendrá muchos pretendientes, y no les haré la guerra a todos. Simplemente lo entiendo, así como también comprendo que alguien como él no podría fijarse en mí. Nunca nadie lo ha hecho, al menos les gusto hasta que van a mi casa.
Beomgyu no sabía por qué estaba compartiendo sus frustraciones con Taehyun. Tal vez porque Soobin era su único amigo y eso era algo que no podía hablar con él. Sería humillante.
— Si han estado con tu hermano, es porque los hombres somos unas máquinas de hormonas. Cualquier culo que se les ponga al frente, van a ir por él, de preferencia el que más rápido se deje coger. — Beomgyu negó, girando los ojos. Cuando estaba por hablar, Taehyun lo interrumpió. — No todos, yo no. — dijo alzándose de hombros.
— Eres un idiota.
— Bueno, no soy bueno consolando. — explicó Taehyun.
— Lo noté. — Beomgyu volteó ahora hacia él.
— Yo... creo que solo has tenido mala suerte. — Taehyun dijo en voz baja. — Porque... yo creo que si fuera tu novio, no te cambiaría por un acostón con tu hermano.
Sí, mañana se arrepentiría de eso, probablemente.
Taehyun tragó saliva, sus ojos temblaban tratando de analizar la expresión de Beomgyu, que se mantuvo igual, como si no hubiera dicho nada. Antes de que Taehyun explotara e hiciera algo estúpido, Soobin apareció, tirándose sobre él.
— ¡Pesas! — gritó Taehyun mientras Soobin se acomodaba en su regazo.
— Taehyunnie, me dejaste solo, puto. — murmuró Soobin, arrastrando las palabras, sus ojos entrecerrados.
— Te dejé un segundo y ese maldito Hoseok te emborrachó. — se quejó Taehyun, siendo completamente ignorado por el rubio.
— Es mejor que nos vayamos. — dijo Beomgyu, y Taehyun estuvo de acuerdo.
Ni Beomgyu ni Taehyun habían visto borracho a Soobin, al menos no a ese punto. El solo llevarlo a casa fue un pequeño problema.
— ¡Que no. Soobin! No puedes salir por la ventana del auto. — regañó Taehyun tratando de mantener a Soobin sentado.
— Sería mucho más conveniente que tú manejes y yo lo atienda. — explicó Beomgyu con un tono de molestia.
— Me revocaron la licencia, no puedo. No vas a morirte si no le chupas el pito un segundo.
— ¡Me tienes harto! — gritó el castaño y volteó hacia el menor como si quisiese golpearlo.
— ¡Luz roja! — el pelinegro estaba más preocupado por el camión que venía por el lado izquierdo que por el puño de Beomgyu en su cara.
Beomgyu se volteó rápidamente para tomar el volante y desviarse del camino del camión lo más rápido posible, haciendo un gran escándalo en medio de la carretera.
Cuando el auto frenó en seco los tres casi salen disparados hacia el frente, para su fortuna tenían puesto el cinturón.
Soobin estaba durmiendo como un maldito bebé luego de ser alimentado, Taehyun lo estaba abrazando como si eso hubiese evitado su muerte y Beomgyu tenía su mirada clavada en el volante, procesando si estaba vivo o no.
— Bueno... estamos bien. — dijo Beomgyu volteando hacia Taehyun y este negó con una expresión de enojo e ironía juntas.
Entonces sus rostros se iluminan de un rojo y azul, tras ellos se oye el sonido de una sirena de policía y tras ellos estaciona una patrulla.
— Carajo. — murmura Beomgyu.
Una oficial se acercó al auto, golpeando la ventana con una linterna. Beomgyu bajó la ventana lentamente.
— Buenas noches, oficial. — dijo Beomgyu, intentando sonar calmado.
— Licencia y registro, por favor. — dijo la oficial, mirándolos detenidamente. — ¿Saben por qué los detuve? — preguntó mientras tomaba los documentos.
— Um, no exactamente... — respondió Beomgyu, aunque sabía perfectamente la razón.
— Pasaron una luz roja y casi provocan un accidente con ese camión. ¿Se dieron cuenta de lo peligroso que fue eso? — dijo la oficial con tono serio.
Antes de que Beomgyu pudiera responder, Soobin, aún ebrio, se entrometió.
— Yo quiero una hamburguesa con doble queso, señorita y-...
— Shhh, Soobin. — dijo entre dientes Taehyun cubriendo la boca del mayor.
La oficial frunció el ceño ante la actitud del chico.
— Salgan del auto, todos. — ordenó. — Vamos a hacer una prueba de alcoholemia.
Beomgyu salió del auto, intentando explicarse.
— Oficial, fue un accidente. Solo uno de nosotros está alcoholizado, por eso no está manejando.
— Eso lo decidiré yo después de las pruebas. — respondió la oficial mientras sacaba el equipo para las pruebas de alcoholemia.
La oficial comenzó con Soobin, quien se tambaleaba ligeramente al salir del auto. Ella sacó el alcoholímetro y lo preparó para la prueba.
— ¿Qué va a hacerme? — preguntó Soobin, parpadeando confuso.
— Le voy a hacer una prueba de alcohol. — respondió la oficial.
— No estudié.
La oficial suspiró, tratando de mantener la compostura.
— Muy bien, señor comediante. — dijo ella con tono seco. — Solo sople en el aparato hasta que le diga que se detenga.
— ¿Pido un deseo?
— Señor, por favor. — dijo entre dientes la oficial.
Soobin siguió las instrucciones y sopló en el alcoholímetro. La oficial esperó a que el aparato procesara los datos y luego miró la pantalla.
— Está usted por encima del límite legal. — dijo la oficial. — Todos ustedes están siendo multados por su comportamiento peligroso en la carretera.
— Esto no puede estar pasando. — murmuró Beomgyu mientras firmaba la multa.
El camino a casa luego de la situación fue más silenciosa y más tranquila, además de Soobin haciendo preguntas estúpidas.
— Bueno Soobin, es hora de ir a la cama. — dijo Taehyun tratando de guiar a su amigo hacia su habitación.
Soobin no se opuso pues ya se estaba durmiendo un poco en el auto.
— Llévalo, no dejes que vaya solo. — dijo Beomgyu frunciendo levemente el ceño y cuando estaba por subir las escaleras Taehyun lo detuvo al hablar.
— No es un puto niño. — dijo obvio y Beomgyu voltea hacia él — ¿Qué carajos le va pasar?
Y entonces se escucha un golpe y algo romperse, ambos dirigieron su mirada rápidamente hacia las escaleras.
— ¿Me ayudan a levantarme? — se oyó la voz de Soobin y Beomgyu volteó nuevamente la mirada hacia Taehyun, elevando una ceja con una expresión que decía que la situación le estaba dando la razón.
— Puede levantarse, ya te dije que no es un niño.
— Creo que me oriné. — murmuró el mayor.
— ¡¿Puedes dejar que te ayude una maldita vez?! — gritó Taehyun hacia Soobin.
Beomgyu echó un suspiro mientras giraba los ojos y comenzaba a dirigirse hacia Soobin quien se encontraba tirado en el suelo y los pantalones mojados, una maceta con agua se le había caído encima.
— Dios, ven, te llevaré a la bañera.
— ¡No! — se quejó Soobin con sus ojos cerrados — Solo déjame dormir.
— No puedes dormir aquí en el suelo, te llevaré en tu habitación entonces. — pero Soobin ya no podía responderle porque al segundo estaba durmiendo en el suelo.
Lo alzó hasta tirarlo en su cama y poder quitarle los pantalones mojados, cosa difícil porque Soobin no quería quedarse quieto pero cuando finalmente pudo Beomgyu lo cubrió con una manta y salió de la habitación.
Cuando bajó las escaleras, se encontró con la inesperada sorpresa de Taehyun bebiendo una cerveza. La visión lo hizo soltar una risa nasal mientras se acercaba lentamente a la mesada, observando con una mezcla de curiosidad y desdén.
— ¿Qué haces bebiendo si acabas de venir de una fiesta? —preguntó, con una chispa de incredulidad en su voz.
— No lo sé, estaba ahí —respondió Taehyun, encogiéndose de hombros. Sin embargo, antes de que pudiera terminar la frase, Beomgyu le arrebató la botella y comenzó a beber también.
— Hey, tú no puedes beber mucho —advirtió Taehyun, intentando ocultar una sonrisa de burla.
Beomgyu frunció el ceño, evidentemente confundido, y negó con la cabeza, mostrando una expresión de incredulidad.
— ¿Qué dices? Soy tolerante al alcohol —replicó con firmeza.
— No es cierto. Apuesto que ni siquiera recuerdas lo que sucedió el día que salimos los tres —dijo Taehyun, lanzando un desafío con su mirada.
— Claro que recuerdo todo —contestó Beomgyu, adoptando un tono desafiante, aunque internamente esperaba que Taehyun no recordara aquel detalle específico. Sin embargo, para su mala suerte, Taehyun no era estúpido y no dejaría pasar la oportunidad.
— No te creo, pero podría ayudarte a recordar mejor —se atrevió a decir el pelinegro, acercándose más al castaño con una mirada provocadora. Este último solo soltó una risa sarcástica.
— Ja, mira, Taehyun, la única razón por la que yo haya posado mis lindos labios en tus estúpidos labios de sapo es porque mi cuerpo pasó de ser 70% agua a 70% alcohol. No hay manera, eres insignificante —respondió Beomgyu con desdén.
Lejos de ofenderse, Taehyun hizo una expresión burlona que Beomgyu comprendió rápidamente.
— Sonaste idéntico a... —comenzó Taehyun, pero Beomgyu lo interrumpió rápidamente.
— Cierra la boca, ni lo digas —dijo alejándose del pelinegro, intentando evitar cualquier mención incómoda.
— ¿Estás seguro de que Soobin está bien en tus manos, Yeonjun 2.0? —preguntó Taehyun con tono burlón.
Beomgyu se volteó abruptamente y amenazó a Taehyun con el dedo, su expresión mostrando una mezcla de irritación y desafío. — Vuelves a decirme así y... —comenzó, pero Taehyun lo interrumpió.
— Hazme lo que quieras, pero sucederá si sigues comportándote como un idiota —sentenció Taehyun, dando por finalizada la conversación. Con un movimiento rápido, le arrebató nuevamente la botella a Beomgyu y subió las escaleras, dejando a su interlocutor abajo, sumido en una mezcla de frustración y rencor.
Beomgyu se quedó unos momentos en silencio, observando cómo Taehyun subía las escaleras. Sus sentimientos eran una mezcla de irritación y un extraño tipo de desprecio hacia el pelinegro. Mientras tanto, Taehyun, aunque sonreía, no podía evitar sentir una leve satisfacción. A pesar de que trataba de ignorar esa punzada en su pecho.
creo que el siguiente es el último, depende si me sale largo o no. Y NO, NO HAY EXTRAA, ya es avaricia
no me rompan los huevos q en este momento estoy internada, son las 5am y encima estoy escribiendo, una banda dhsjjd
avisen errores q la medicación no me deja ver bien, o sea peor q antes q de por sí no veo bien xd la pasaba re mal la mina chau
cap concluido el viernes 5 de julio a las 5:25 del 2024 casi pongo 1014
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