dos
Yeonjun tenía el hábito de que si cometía un error debía actuar como si nada hubiera pasado. Así fue toda su vida y planea que así siga siendo. Porque para él no todo debía hablarse.
¿Por qué carajos Soobin no podía ser así? ¿Es que ese niño no tiene códigos? — pensaba constantemente.
Y realmente no, Soobin no entendía su código. Él estaba enojado y nada iba a cambiar eso, siquiera la presencia de Beomgyu.
— Soob...¿estás bien? — Beomgyu interrumpió su propio tiempo de estudiar para hablar con Soobin.
— Claro, ¿por qué preguntas?
— Pues...desde que volvimos del campamento estás extraño. ¿Pasó algo allá?
Soobin observó sobre el hombro de Beomgyu a Yeonjun, quien también lo veía mientras se servía un vaso de leche. Los ojos de Yeonjun ya no lo veían con gracia o cariño, a menos que Beomgyu esté viéndolos.
— No, no pasó nada en el campamento.
Era la primera vez en tres semanas que Soobin volvía a la casa de Beomgyu, se rehusaba a ir antes por lo que sus encuentros con Beomgyu eran en su propia casa.
— ¿Entonces?
— Beomgyu, nada está mal conmigo.
— Por favor. — resopló el castaño y volteó hacía Yeonjun — ¡Dame la razón! — le exigió a su hermano mayor — Soobin está raro, siquiera coquetea contigo.
Yeonjun bebió de su vaso y luego volvió a ver a su hermano. Beomgyu esperó una respuesta, Yeonjun volteó la mirada hacia Soobin unos segundos antes de regresarla a Beomgyu y responder.
— Lo noto igual de idiota que siempre. — dijo y caminó hacia su habitación.
Beomgyu echó un suspiro de frustración ante la respuesta de su hermano y Soobin solo dejó su vista fija en Yeonjun, quien no volteó ni una sola vez.
Cuando Soobin se dignó a seguir su parte del trabajo, en silencio, notó que había tardado lo suficiente como para al voltear y encontrarse a un Beomgyu roncando y soñando plácidamente.
Soobin acomodó a su amigo en el sillón y luego caminó hacia la cocina para prepararse un café.
En ese momento oyó los pasos de Yeonjun.
Yeonjun lo observó fijamente antes de llevar su mirada a su hermano.
— Soobin. — llamó volviendo su mirada hacia el menor — Tenemos que hablar algo importante.
El menor echó un suspiro mientras se volteaba para buscar el azúcar y no dijo nada, ignoró completamente al mayor.
— Es sobre Beomgyu.
Soobin se detuvo pero no se volteó, solo se apoyó en la mesada frente a él.
— No puedes actuar así cuando está él. — soltó finalmente el mayor.
— ¿Así cómo? — indagó y Yeonjun percibió su tono de voz como irónico, lo molestó.
— No te hagas el inocente. Sabes disimular algo tan estúpido como tu enojo pero solo quieres mi atención, Soobin. Deja de jugar.
— Un poco egocéntrico de tu parte.
— Y realista también. — soltó con rapidez y molestia — Hablo en serio, deja de jugar, actúas como un niño.
— ¿El niño que llegó aquí o el que empezó a gustarte?
— ¡Carajo, Soobin! — soltó el mayor con ira, estaba comenzando a perder la paciencia — Comienza a comportarte como un adulto, por Dios. Gyu podría saber todo, no está bien.
— ¿Tú vas a decirme lo que está bien o mal? Que cínico.
— ¿Sabes qué? Está bien, vete a la mierda y haz lo que quieras como el niño que eres. — Soobin solo sonrió ligeramente, enojando más a Yeonjun. — Idiota.
Y Yeonjun se fue sin tener ganas de decirle una palabra más al menor.
Al otro día, Beomgyu no hizo presencia en la universidad, tanto a Soobin como a Taehyun les pareció extraño ya que este hubiera avisado.
— A lo mejor está enfermo. — Taehyun soltó.
— Bueno, vamos a ir a verlo entonces.
— ¿Ahora?
— ¿Tienes algo más para hacer? — preguntó Soobin y Taehyun negó comenzando a caminar para seguirle el paso a su amigo.
— Ayer vi en las historias de Gyu, fuiste a su casa. — comentó castaño, Soobin solo alzó las cejas con sorpresa.
— Sí, ¿qué hay con eso?
— ¿Por qué tardaste tanto en volver a ir?
— No me sentía con ánimos. — Soobin no despegaba la vista del suelo, pateando todas las rocas que se atravesaban en su camino.
— Estás extraño, Soobin. No haces chistes sobre Yeonjun, no vas a su casa para molestarlo. Ya dime qué sucede.
— Dios, ¿por qué a ti y a Gyu le importan tanto? — Soobin aceleró el paso y Taehyun como buen insistente hizo lo mismo.
— Porque somos tus amigos y te odiamos, esto no es normal en ti. Algo tienes.
— Si te lo digo probablemente ni me creas.
— ¿Tuviste sexo con Yeonjun? — Soobin paró en seco. ¿Tan simple de adivinar era?
— Bueno, sí. Tuve sexo con él. ¿Por qué lo sabes?
— Porque se quedaron solos un día y luego actúan así, no lo sé, lo supuse pero estaba en la sección de "0,01% de probabilidad" Lo que no creo es tu actitud, ya tuviste lo que querías, ¿y ahora?
— Taehyun, yo no solo quería sexo de una vez, quiero a Yeonjun más veces de las que me gustaría contar. Él me trae loco y él lo sabe más que nadie, lo quiero para mi y cada día eso es más imposible. Creí que al tener relaciones tendría una posibilidad pero me mandó al carajo y no puedo soportarlo. Soy mejor que cualquier hombre con el que se haya acostado, creí que después de eso estaría loco por mi. — admitió inocentemente, Taehyun rio.
— Lamento decírtelo pero era obvio que pasaría. Beomgyu y media universidad te advirtió sobre él. Respeto mucho a Yeonjun pero tampoco soy un ciego, sé que es de ilusionar jóvenes como tú, Soobin. Realmente nadie tiene oportunidad, solo su esposo.
— Su esposo va a morirse pronto, ¿a quién le interesa? Yo no soy como el resto de la puta universidad, tenemos algo distinto.
Cuando se dieron cuenta ambos se encontraban en la puerta de la casa de Beomgyu.
— Como digas, amigo.
A Soobin no le había gustado el tono de su amigo pero decidió ignorarlo y dio tres leves golpes a la puerta con los nudillos.
— ¡Ya va! — se oyó desde el interior y en menos de un minuto Yeonjun ya había abierto la puerta. — Supuse que vendrían. — soltó y abrió la puerta por completo y se corrió a un lado para que los más jóvenes pasaran. — Gyu está en su habitación, tiene fiebre.
Ambos chicos entraron a la casa y caminaron un poco hacia la sala antes observar la habitación de su amigo.
— ¿Podemos entrar? — indaga Taehyun, el pelirrosa asiente con una sonrisa cerrada.
Soobin le dedica una mirada curiosa al mayor antes de seguir a su amigo hacia la habitación de Beomgyu.
Taehyun iba a tocar la puerta pero para Soobin fue mejor idea abrir de una vez. Beomgyu cerró los ojos con fuerza por la repentina luz y echó un quejido.
— ¡Ah! Hijos de puta, ¿me quieren matar o qué? — Taehyun y Soobin rieron mientras se acercaban al castaño.
— Has estado en la cama todo el día, ya levántate mierda. — soltó Taehyun, Beomgyu negó.
— No me molestes, negro. — se quejó el castaño cubriéndose con las sábanas.
— Este tarado no tiene fiebre, solo no quiere levantarse. — soltó el rubio arrebatándole las sábanas de un tirón.
— Ay Soobin, no jodas. — pidió el castaño hacia su amigo rubio y este rio.
—¿Por qué no fuiste a la universidad pedazo de mierda? — preguntó ahora Taehyun estirando a su amigo de las piernas, este pegó un brinco asustado.
— ¿Por qué son así? — lloriqueó levantándose de la cama.
— ¿Ves que no tienes nada? ¿Por qué faltaste? — preguntó Soobin mientas Taehyun levantaba las sábanas del suelo.
— Porque no tenía ganas, no tengo ganas de nada. — murmuró Beomgyu echándose en la cama de nuevo.
Taehyun bufó y caminó por la habitación, arrastrando consigo en sus pies algunas prendas de Beomgyu.
— Ugh, los dos necesitan salir un rato de sus casas, más tú, Gyu, tu habitación huele a puberto con diarrea, ¿sabías que tienes ventanas? — Taehyun soltó antes de abrir las ventanas.
— Cierra la boca. — murmuró Gyu entre bostezos.
— Tae tiene razón, necesitamos salir un poco. — Soobin estuvo del lado de Taehyun.
— Es viernes, estúpidos, hagamos algo bueno. — dijo el menor,
— ¿Ir a la playa? —indagó Beomgyu con emoción.
— ¿El cine? — propuso Soobin en una pregunta.
— Yo pensaba ir a bailar y beber en realidad.
— Ay no. — dijeron al unísono el castaño y el rubio, ahora ambos en la cama.
— Par de viejos. — Taehyun negó con la cabeza — Por favor, era mi excusa para tomar algo, solo acompáñenme.
— ¿Qué tenemos a cambio? — Soobin se sentó en la cama viendo a Taehyun.
— El culo de tu madre, encima que los estoy sacando a beber y bailar porque sus vidas son una mierda quieren algo a cambio. — Beomgyu rio ante la indignación de su amigo. — Ahora, tú al baño para bañarte porque no voy a sacarte a ningún lado así.
— No quiero. — murmuró Beomgyu sin dejar de lloriquear — Mi baño no tiene foco, me da miedo.
— Te alumbro con mi celular mientras te bañas. — Taehyun buscó una solución rápida a la excusa de Beomgyu.
— No hay agua caliente. — Beomgyu atacó con otra excusa.
— Le doy a la ducha con un soplete, no sé, solo báñate sucio.
— No hay agua. — ahora dijo.
Taehyun bufó y metió su mano en los bolsillos traseros de Soobin, este pegó un brinco de la sorpresa.
— ¿Por qué la soluciones de ustedes dos para todo es tocarme el culo?
— Tu cállate. — soltó Taehyun y sacó su mano, no sin antes pellizcar a Soobin quien se sobó en una mueca de dolor. — Usaremos el baño de Soobin, vamos.
— Puedo solo. — lloriqueó Beomgyu.
— No soy estúpido, irás a encerarte. — Taehyun tomó una mano de su amigo y lo levantó. —¿Tú te quedas? — preguntó hacia Soobin y este asintió — No tardamos en regresar, adiós.
Soobin rio con burla hacia Beomgyu, quien por otro lado no estaba nada contento con esa expresión.
Mientras Taehyun bajaba de la habitación era seguido por Beomgyu, quien sostenía su mano y por Soobin que simplemente al estar sin sus amigos no tenía nada que hacer en esa habitación.
En la sala se encontraba no solamente Yeonjun sino que también su esposo, muy cómodos ambos en el sillón.
— ¿A dónde van? — preguntó el señor Min, viendo como Taehyun se llevaba a Beomgyu.
— A bañar a Gyu. — dijo el menor como si nada mientras Soobin le abría la puerta.
— ¿Y tu baño? — preguntó ahora el pelirrosa hacia Beomgyu.
— No anda el agua. — murmuró Beomgyu, casi durmiéndose sobre su amigo.
— Pareces borracho. — rio Soobin mientras sus amigos salían de la casa.
Cuando Soobin volteó se encontró con la según él; "odiosa escena" de Yeonjun, sentando en el sillón y con sus piernas desnudas sobre el muslo de su esposo, quien lo acariciaba con satisfacción, a toques suaves y lentos, disfrutando de la piel aperlada de su esposo. Ambos estaban en su mundo hablando, casi ignorando a Soobin por completo. Hasta que el señor Min siente la incómoda mirada del joven, y por educación lo incluye a la plática.
— Soobin, ven. — exclamó el hombre y con un movimiento suave de su mano derecha, la que posaba en las piernas de Yeonjun, le pidió acercarse, Soobin solo asintió dando unos cortos pasos hasta el sillón frente a los dos mayores.
Yeonjun lo observó sin gracia mientras acariciaba los cabellos de su esposo con las puntas de sus dedos. Soobin cerró las piernas con su manos en medio de ellas, torciendo los labios con incomodidad. La verdad era que raras veces hablaba con el señor Min, este estaba enterado del pequeño capricho de Soobin hacia su esposo y Soobin lo sabía, cosa que hacía más incómodo todo después de lo ocurrido. En cambio Yeonjun no se veía ni tímido, ni nervioso y mucho menos arrepentido, Yeonjun se reía con burla de los nervios del joven.
— Cuéntame Soobin, te conozco desde niño pero realmente no sé nada de ti. ¿Qué estudias hijo?— preguntó el hombre muy serio, no porque quisiese, su personalidad era así.
— Estudio medicina, señor. — dijo Soobin jugando ahora con los anillos de sus dedos.
El hombre curvó sus labios en una sonrisa ligera y habló:
— ¿Medicina? ¿Qué carrera piensas tomar después?
— Dermatología. — contestó el menor.
— Me parece bien. — dijo el hombre.
Ninguno tenía otra cosa para decir, el silencio se volvió pesado para ambos, menos para Yeonjun quien siquiera estaba prestando atención, simplemente observaba a Soobin, de vez en cuando a los ojos y otras veces en otras direcciones.
— ¿Y van a salir ustedes ahora? — preguntó el hombre refiriéndose a Taehyun y Beomgyu.
— Eh, sí...Taehyun quiere sacarnos a bailar. — explicó amablemente y el hombre asintió.
— Bien, me parece bien que disfruten su juventud. — el hombre le dio sorbo a su bebida y cuando bajó el vaso dijo. — De hecho, yo conocí a Yeonjun en una fiesta.
Yeonjun rápidamente volteó su mirada hacia su esposo.
— Cállate, no es cierto. — dijo el castaño entre dientes.
Soobin sin moverse, simplemente guio sus ojos hacia Yeonjun y sonrió un poco.
— Sí lo es. Aunque él era muy pequeño como para estar ahí, por suerte quien lo encontró fui yo. Cuando cumplió 18 me casé con él.
Soobin soltó una risa y se enderezó en el sillón.
— ¿Usted cree que podría encontrar a alguien que valga la pena en una fiesta? — preguntó en un tono algo sarcástico y sin dejar de ver a Yeonjun.
Y Yeonjun sabía que no era una burla que generalizaba, Yeonjun sabía que era una burla hacia su esposo y hacia él. Su esposo no lo vio así.
— Lo creo, ¿por qué no? Las personas buenas, amables y fieles también salen a bares y es el tipo de persona que siempre busqué. — el hombre sonrió viendo a Yeonjun, quien por la simple presencia de Soobin se incomodó, cosa que jamás le había sucedido.
No era algo que a diario presumía, pero Yeonjun era muy bueno para mentir, muy bueno y sobre todo sabía actuar y manejar sus sentimientos como le plazca. Para él era todo un privilegio.
Soobin quiso reír, pero selló sus labios fuertemente mientras bajaba la mirada.
— Claro. — dijo unos segundos después — Espero la encuentres. — murmuró y la punta de los dedos de Yeonjun se volvieron blancas mientras sostenía con fuerza el apoyabrazos del sillón por el enojo. Soobin soltó la pequeña risa y a juzgar por el rostro del señor Min, él no lo escuchó.
— Nunca vi que hayas presentado alguna novia o algo. — ahora dijo el hombre.
— Bueno, sí...mala suerte supongo. — dijo el menor ahora levantando su mirada hacia el hombre mayor, de reojo veía a Yeonjun.
— No puedo creerte. Eres joven y muy apuesto, ¿Cómo es que no has conseguido a alguien? Supongo que es porque no quieres, pretendientes has de tener. — el hombre rio hacia Yeonjun y este le sonrió falsamente y se notaba.
— Sí, sí, claro. Simplemente tengo un capricho con alguien. — admitió — Alguien que no quiere estar conmigo.
El hombre sonrió y se enderezó en el sillón.
— Ohh, la debilidad de todo hombre; que sean unas idiotas con nosotros. — rio el mayor mientras volvía a tomar de su bebida — ¿Es una mujer?
— Es un hombre. — Soobin relamió sus labios secos para humedecerlos y Yeonjun se removió en el sillón.
— Amor, tráele algo a Soobin para beber. — el hombre mayor palmó el muslo de su esposo y este se levantó.
— ¿Qué quieres beber? — preguntó Yeonjun viendo al menor.
El hombre mayor no parecía estar enterado que esa casa era la segunda casa del menor, que si Soobin quisiese iría a la nevera y sacaría algo para beber tranquilamente.
— Lo que sea. — respondió el menor y Yeonjun asintió caminando hacia la cocina que se encontraba a unos pasos tras ellos.
El señor Min le sonrió a su esposo mientras observaba su cuerpo con lujuria. Soobin tensó su mandíbula y observó sus manos, entrelazadas entre sí.
De pronto sintió la presencia del hombre mayor mucho más cercana que antes y cuando levantó la mirada se encontró cara a acara con el señor Min.
— Soobin, espero que sepas que hay decisiones que no debes tomar. — le susurró el hombre al menor.
— ¿Por qué me dice eso? — preguntó el menor.
— Porque ya no eres un niño, no ese niño que rogaba por la atención de mi esposo, ahora eres un adulto pero sigues esperándolo, ¿no es así?
Soobin no respondió de inmediato, solo observó al señor Min a los ojos, quien sabía perfectamente que el sentimiento de Soobin hacia su esposo no era para nada un juego.
— ¿Cree que podría robarme a su esposo? — preguntó el menor de repente.
— Por supuesto que no. Solo es un pequeño consejo de mi parte, respeta las relaciones si no quieres tener problemas.
El señor se alejó de golpe confundiendo a Soobin, pero este al alzar la mirada pudo notar a Yeonjun acercándose a pasos lentos.
— Ten. — le dijo al menor entregándole un vaso con jugo de naranja y Soobin asintió como agradecimiento.
Yeonjun volvió a sentarse en el sillón queriendo volver a colocar sus piernas sobre los muslos de su esposo pero este se levantó.
— Hey...— se quejó Yeonjun.
— Ya iré a dormirme amor. — dijo el hombre mayor y se agachó para besar a su esposo antes de irse. — ¿Vienes?
Soobin bebió el jugo de naranjas para no tener que ver la escena de la pareja besándose.
— En un momento voy, sube. — interrumpió Yeonjun cuando el hombre ya había dejado más de cuatro besos en sus labios y rostro.
Cuando el hombre dejó el living para encerrarse en su habitación Yeonjun se levantó del sillón para levantar los utensilios que el señor Min había ocupado y llevarlas al lavabo, Soobin levantó los que Yeonjun no pudo y lo acompañó hasta la cocina, viendo en repetidas veces si desde las escaleras se podría ver la cocina.
— Yeonjun...— llamó el menor pero fue ignorado. — Yeonjun... — repitió dejando las cosas a un lado de Yeonjun, quien estaba de espaldas lavando los utensilios. — Yeonjun. — esta última vez lo dijo con más fuerza y tomando la cintura del mayor para voltearlo y que estén cara a cara. — ¿Por qué carajos me ignoras?
— ¿Qué eres estúpido? — dijo con agresividad — Suéltame.
— ¿Qué tienes?
— ¿Qué tal si te escuchaba? Él sabe perfectamente que hablabas de mi, todo el mundo lo sabe.
— Me importa una mierda si escucha, debería saber la verdad.
Yeonjun empujó suavemente a Soobin para salir de ahí.
— Tú no te metas en lo que no te incumbe. — Soobin lo siguió hasta atrás de las escaleras, cerca del patio trasero.
— Tú tampoco deberías meterte en lo que no te incumbe, como hombres casados, por ejemplo.
— ¡Soobin ya cierra la boca! ¿Qué mierda te pasa? ¿Qué quieres? Problema mío con quien me meta, tú no eres nadie para decirme qué hacer.
— ¿Y si tú eres un descarado por qué yo no podría serlo? ¿Por qué no puedo ir y desenmascararte frente a tu esposo? Igual sería problema mío.
— Sería mío, idiota.
— ¿No crees que también se vuelve un problema para esas mujeres con hijos cuando te acuestas con su esposo? Eres una mierda, Yeonjun.
— Y tú un cínico. — escupió Yeonjun — A ti no te importa si me acuesto con alguien casado, divorciado o viudo, te molesta que tu estúpida fantasía no se haga realidad.
— ¿Qué fantasía? Me acosté contigo, se acabó. — Yeonjun rio negando.
— ¿Se acabó? ¿en serio? Sé que te molesta que no haya caído completamente por ti después de acostarme contigo. — soltó con un tono frio mientras se acercaba al menor — Eso querías, que deje mi vida ya hecha por ti, creías que ibas a ser alguien especial para mi. — Soobin tragó duro, sintiéndose de repente algo intimidado y acorralado entre Yeonjun y la pared pero se encargó bien de no demostrarlo — Todos pretenden usarme y que les termine rogando por atención pero desde un principio ellos lo han hecho y lo seguirán haciendo. No eres el primero que quiso tenerme como suyo ni tampoco serás el último. Eres exactamente igual que el resto, Soobin.
Yeonjun se alejó esperando que esta vez Soobin tenga las cosas claras y deje de molestarlo. En cambio el menor tomó de su muñeca y en un movimiento rápido el acorralado era Yeonjun.
— ¿Quieres que te diga la verdad? — preguntó de repente el menor. Yeonjun no dijo nada, solo lo observó fijamente pero para Soobin fue suficiente — Siempre supe que sería del montón pero de todos esos imbéciles soy yo el que más te ha rogado y me consta, Yeonjun. Sé que te gusta saber lo loco que me traes, siempre te gustó verme así, ¿no?
— ¿Quieres que te diga la verdad también? — Soobin asintió muy levemente — Sí, sí me gusta y me gustó ver las veces que te humillaste por mi, ¿vas a juzgarme por eso?
— Yeonjun, yo por tí me humillaría las veces que quieras.
Y Yeonjun no pudo evitar soltar un leve jadeo mientras Soobin se acercaba más haciendo que la espalda del mayor toque la pared.
— Estás loco. — soltó el mayor con la voz un poco agitada y Soobin rio.
— Te encanta eso. — Soobin se acercó muy de golpe al mayor quien desvió el rostro para evitar ser besado pero el menor no perdió la oportunidad y se estrelló contra el cuello del mayor, dejando besos rápidos, Yeonjun no pudo sellar sus labios por los que soltó un sonoro gemido que alentó al menor a colocar sus manos en los muslos del mayor para alzarlo y recostarlo contra la pared.
— N-no...Soobin, quítate, Soobin. — Yeonjun se regañó mentalmente al sentir su propia erección, Soobin soltó una risa.
Cuando el menor pegó más su cuerpo al del mayor este gimió por los roces en su miembro, aceptando completamente su destino en ese lugar. Hasta que oyó el sonido de la puerta.
— Soobin , aléjate, mierda. — Yeonjun se sintió desesperado y golpeó a Soobin en el abdomen para alejarlo. Soobin se retorció de dolor mientras presionaba la zona dañada y Yeonjun corrió con rapidez hacia la puerta para abrirla, eran Taehyun y Beomgyu. — ¡Chicos! Al fin llegan. — dijo el mayor con alegría. — ¡¿¿Beomgyu qué haces en bata?
— Al tarado de Taehyun se le olvidó traerme ropa.
— Que maricón. — se rio Taehyun — Ya sube arriba a vestirte, Soobin y yo nos vestimos antes de venir.
Beomgyu entre quejas accedió y subió por las escaleras en contra de su voluntad.
— ¿Qué le sucedió a Soobin? — preguntó Taehyun al ver a su amigo un poco encorvado con la mano presionando en su abdomen.
— A lo mejor le cayó mal algo. — respondió Yeonjun.
— Ya, tranquilo amigo, cuando lleguemos se te van a tirar tantas chicos y chicas encima que te vas olvidar del dolor. — animó Taehyun palmeando el hombro de su amigo.
Soobin miró de reojo a su amigo, con una expresión de confusión pero Taehyun solo le sonrió. Taehyun también quería jugar un poco con los sentimientos de Yeonjun, Soobin estuvo más que de acuerdo.
— ¿Van a dónde? — preguntó Yeonjun, la misma sonrisa pero cruzado de brazos.
— Al bar ese cerca del supermercado en el que trabaja Hoon.
— ¿Hoon va? — preguntó Soobin y Taehyun asintió.
— ¿Quién es Hoon? — interrumpió Yeonjun y Soobin iba a responder pero interrumpió Taehyun.
— Oh, es un casi algo de Soobin, están saliendo o algo así.
— ¿Sí? — preguntó el mayor hacia Soobin y este asintió.
De repente Beomgyu bajó y Taehyun se acercó a él, dejando casi a solas a Yeonjun y Soobin.
— Sí. — ahora Soobin dijo — Nos vimos unas veces.
— Bien, diviértete. — Yeonjun bajó un poco la mirada hacia los pantalones de Soobin y luego la subió hacia los ojos del menor nuevamente. — Si tienes suerte él puede ayudarte con ese problema.
— A lo mejor sí, espero tu marido prehistórico aún esté en condiciones de ayudarte con el tuyo.— soltó el menor antes de irse y Yeonjun tensó su mandíbula acariciando el interior de su boca con su lengua.
— Hijo de puta. — murmuró e ignoró a los tres chicos antes de subir a su habitación y tomarse una ducha.
Cuando subió y entró en su habitación las luces estaban apagadas, su mirada fue hacia la cama matrimonial del medio, en la que su esposo dormía y suspiró pesadamente antes de desvestirse lentamente y tomar su bata para encerrarse en la bañera.
A lo mejor era demasiado tarde para darse un baño pero tanto él como su erección la necesitaban. Abrió la llave de agua caliente y dejó que la tina se llene a la mitad para luego meterse, no sin antes agregarle al agua de sus productos favoritos que hacía que su piel sea tan suave y agradable ante el olfato. Sabía que la esencia de frutos rojos era la favorita de Soobin, este se lo había confesado un día. Eso hizo pensar a Yeonjun, el hecho de que de todos los hombres con los que estuvo, Soobin fue el único en el que se fijó tanto en los detalles, de repente mil escenas e imágenes llegaron a su mente.
Soobin comprándole esmalte de uñas de su color favorito, chocolates o dulces favoritos. Soobin acostando a Yeonjun cuando este llegaba un poco ebrio y le retiraba las almohadas porque sabía que a Yeonjun le lastimaba mucho el cuello al dormir con ellas. Cuando Yeonjun debía leer cierta cosa Soobin sin que se lo haya dicho le pasaba sus lentes. Soobin siempre fue así de atento con él, Yeonjun jamás había hablado con Soobin a cerca de sus gustos o preferencias pero Soobin sabía hasta el color de ropa que a Yeonjun le gustaba combinar específicamente de noche o de día.
Y los últimos 20 minutos de baño fueron de Yeonjun recordando todas esas veces. Incluso en el sexo fue atento para ser su primera vez, Yeonjun se preguntaba cómo sería si ahora Soobin se encargase de él. Y pensar en eso lo trajo a la realidad, seguía con esa erección y no parecía querer bajar por nada del mundo, ese problema tenía nombre y apellido y no iba a resolverse hasta que el dueño se haga cargo. Yeonjun lo sabía, y suspiró en contra del deseo de su cuerpo y comenzó a acariciar su miembro erecto con sus dedos ahora arrugados por el agua. Una suave corriente eléctrica recorrió todo su cuerpo al momento de hacer contacto y se extendió más en la tina, el agua le llegó hasta el cuello. Cuando su cuerpo dejó de tener espasmos por la repentina sensación comenzó a acariciar todo el largo desde la base hasta la punta. Inconscientemente sus ojos se cerraron y sus labios se entreabrieron dejando ir un suave gemido.
— ¿Qué haces?
La repentina voz ronca lo sorprendió, abrió los ojos de golpe y alejó las manos de su miembro todo a la vez en un rápido movimiento.
Era su esposo, quien lo observaba desde el marco de la puerta, en su rostro una sonrisa de oreja a oreja.
— Nada, me baño. — respondió el menor hundiendo casi todo su cuerpo en el agua, solo a la vista sus rodillas y cabeza, el resto cubierto de espuma.
— ¿Puedo acompañarte?— preguntó el otro hombre y completamente en vano ya que sin siquiera terminar la pregunta ya estaba deshaciendo de su camisa.
— Ya te habías dado una ducha. — le recordó Yeonjun, viendo como el otro hombre se queda completamente desnudo frente a él.
— Sí pero me dio calor. — el hombre se acercó a paso lentos a la tina y se colocó tras Yeonjun, este se movió hacia adelante para darle espacio. — ¿Te ayudo?
Yeonjun asintió débilmente mientras el hombre tras él se encargaba de tallar su cuerpo con suavidad. Yeonjun se dejó caer sobre el pecho de Min y este aprovechó para dejar besos húmedos en su cuello.
— ¿Estás cansado? — preguntó el hombre masajeando los muslos de su esposo.
— ¿Por qué lo estaría? Siquiera salgo de la casa. — dijo, el señor Min lo tomó como reclamo.
— Está bien, tranquilo. — Min rio para aliviar el ambiente — Solo relájate, el trabajo déjamelo a mi.
Las manos ásperas del hombre masajearon sus muslos hasta terminar en sus caderas, Yeonjun soltó un gemido cuando su miembro volvió a recibir atención, la pequeña descarga eléctrica en su cuerpo lo hizo sobresaltarse.
— Como sospechaba, estabas jugando solo. — soltó junto con una risa al rodear la erección con su mano derecha y Yeonjun cerró los ojos con fuerza.
— Tú dormías...— se justificó el menor.
Inconscientemente cerraba sus piernas pero nada de eso detenía al hombre.
Más tarde el agua pareció volverse más y más caliente, el vapor nublaba la vista de Yeonjun y peor aún también sentía como sus ojos se llenaban de lágrimas mientras el señor Min jugaba con su entrada. Entre medio del vapor y el deseo; Yeonjun dejó de pensar con claridad e imágenes de Soobin tras él abusaron su mente, trató de pensar coherentemente, recordándose que el hombre que lo estaba tocando era su esposo, pero la imagen de Soobin cada segundo era más clara y comenzó a disfrutar más con el filtro de su fantasía frente a sus ojos. Un agudo gemido inundó el silencio del baño, el hombre igual de ansioso tomó ambas piernas de Yeonjun abriéndolas de par en par, la izquierda fuera de la tina y la derecha justo al borde.
— ¿Prefieres así o que te de la vuelta? — preguntó el hombre de repente y Yeonjun, quien posaba la cabeza en el hombro del contrario abrió los ojos de golpe.
— No, no, quédate así. — dijo y relamió sus labios para humedecerlos.
El hombre hizo caso sin quejarse.
Yeonjun comenzó a desear que su mente sea más poderosa, podía ver perfectamente a Soobin con sus ojos cerrados, pero las manos que sostenían sus caderas eran mas pequeñas, los gemidos que oía no eran tan alentadores, ni la fuerza de las embestidas era comparable, mucho menos el miembro en su interior. No podría creer que realmente lo necesitaba, aunque sabía que tenía un sentimiento especial por él, siempre lo supo. Yeonjun sí deseaba a Soobin.
Lo deseaba tanto que no quería arruinarle la vida.
Soobin era joven, con muchas metas por cumplir, siquiera la mitad de su vida estaba hecha. Soobin prometía demasiado, y Yeonjun ya no era nadie, ya había vivido su vida, se llevaban trece años de edad. Tampoco podía tirar todo a la basura por Soobin, toda la vida que le costó construir, haber salido adelante con dos hermanitos que cuidar.
Yeonjun se ve a sí mismo como alguien egoísta, más que la misma palabra, jamás se preocupó por la vida ajena. Hasta que Soobin llegó a su vida, siempre lo vio como otro de sus hermanos, pero Soobin comenzó a crecer y ver a Yeonjun con otros ojos, Yeonjun se negó hasta que Soobin cumplió la mayoría de edad. Soobin le gustaba y no quería ver a Soobin con alguien como él.
"Eres una mierda, Yeonjun"
Y Soobin tenía razón. Yeonjun era una mierda, él mismo lo sabía y lo supo mucho antes.
Comenzó a desviar su mente hacia esas ideas, olvidándose completamente de lo que estaba haciendo, no lo recordó hasta que el hombre se alejó de él lentamente.
— ¿Todo bien? — preguntó el mayor, incluso él había notado raro a su esposo.
— Sí, estoy bien. Solo me agotaste. — dijo riendo, ya no estaba nadie que lo ponga nervioso por lo que el señor Min no dudó de las palabras de su esposo. — Ve, sécate y vístete, en un momento voy.
Ay kbron se supone q sería solo un extra y m emocioné, ya tiene 5mil palabras y recién es el principio ji xd
Lo vuelvo fic y listo dea (si lo volví fic corto siempre ganan los odio)
Cap concluido el miércoles 23 de agosto del 2023 a las 21:52 a tres días del concierto de mi fav ahhh
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