diez
ִ ִ ୨୧ the killa, siempre seré tuyo
tú, tú, tú
no necesitas sentirte culpable ୨୧ִ ִ
Había sido un largo lunes, así que en todo el día Beomgyu y Soobin no tuvieron mucha conversación. Hasta que llegó la noche y apenas Soobin iba saliendo del baño cuando Beomgyu le preguntó; — ¿Mañana irás a la universidad? — sabía la respuesta, pero solo quería hablar con Soobin.
Sin embargo, Soobin respondió casi indiferente con un "ujum" mientras se colocaba la camisa para dormir.
— ¿Quieres que te acompañe? — preguntó el castaño con los brazos cruzados, recostado por el marco de la puerta de la habitación.
— No, gracias, Taehyun pasará por mi. — explicó el rubio sin levantar la mirada hacia su amigo, concentrado en acomodar su pijama.
— ¿Y qué harás luego? — preguntó el castaño después de un suspiro mientras se acercaba a Soobin con pasos lentos pero largos.
— Me pidió que lo ayude con unos muebles, así que supongo que iré a su casa más tarde. — dijo Soobin sin mucho interés.
Beomgyu bufó y se dejó caer sentado en la cama, observando a Soobin a los ojos, quien estaba de pie, a punto de arrojarse a la cama si no fuese porque Beomgyu se interpuso.
— Ustedes pasan mucho tiempo juntos últimamente. — murmuró el castaño.
— ¿Eso es malo? — preguntó el mayor riendo levemente.
— No, solo me parece extraño. — respondió el castaño desviando un poco la mirada.
— Taehyun es mi amigo, claro que voy a pasar tiempo con él, Beomgyu. — dijo con una voz cansada, solo quería acostarse y dormir.
— Sí pero es como si ya no quisieras pasar tiempo conmigo. — habló el castaño en voz baja — ¿Estás enojado?
— Sabes que no es eso, solo trato de dividirme en dos porque ustedes no se llevan bien. — murmuró el mayor, sonando resentido.
— ¿Me estás reclamando algo? No soy yo el problema, Soobin. — acusó el menor con rapidez y Soobin bufó esta vez.
— ¿Entonces lo es él? — reprochó y Beomgyu hizo una expresión de obviedad.
— Claro que lo es. — dijo el castaño directamente.
— No, Beomgyu. No sé qué haya pasado entre ustedes pero creo que deberían hacer las paces ya de una vez. Es ridículo que se estén peleando todo el tiempo.
— No, no lo necesitamos. Él y yo no congeniamos, es todo. Ya estuvo aquí toda la tarde la semana pasada y fueron a una aburrida y estúpida fiesta.— se quejó Beomgyu cruzándose de brazos-
— Beomgyu, tú me hiciste que te lleve a ella. — le recordó en un tono de voz más serio, intimidando un poco al castaño.
— Sí pero...ah, está bien. Solo.... no quiero quedarme solo, Taehyun tiene miles de amigos, yo solo te tengo a ti.
— ¿Qué te sucede últimamente? Estás más...sobreprotector de lo normal.
Beomgyu echó un suspiro desviando un poco la mirada, había estado evitando ese tema de conversación porque no quería molestar a Soobin ni incomodarlo con sus preguntas o acusaciones. Pero estaba harto.
— Te vi la última vez, ¿si? — dijo en voz alta, poniéndose de pie, haciendo que Soobin retrocediera por la cercanía — Yeonjun estaba a punto de besarte y no ibas a hacer nada para impedirlo.
— Estaba a punto de empujarlo hasta que llegaste. — se defendió Soobin.
— No, Soobin. Vas a caer por él de nuevo y hemos estado bien sin él estos días. — susurró y se acercó más al mayor, lentamente y con una expresión relajada — Hemos estado muy bien sin él y sin nadie, Soobin. Nosotros...juntos. — el volumen de su voz no cambió pero el tono sonaba lo suficientemente insinuante, sin contar que el castaño estaba lo suficientemente cerca para casi rozar sus labios con los de Soobin.
La respiración de Soobin se cortó y detuvo al castaño sosteniendo sus muñecas. No quería lastimarlo pero ese tipo de actitudes no eran cosa suya.
— Gyu... — dijo bajo el mayor negando — No hagas esto.
— Soobin, por favor. Deja de pensar en Yeonjun un momento y piensa en quienes te quieren en serio.
— No, Beomgyu. Esto no es lo que está bien, y tú lo sabes perfectamente. — Soobin soltó su agarre con suavidad mientras negaba y acariciaba su nuca con una mano — No quiero perjudicarte.
— No te estoy pidiendo matrimonio ni mucho menos. — soltó el castaño, sugiriendo en su tono de voz su fastidio — Soobin... deja de preocuparte por mi. — susurró volviendo a cortar la distancia entre los dos — ¿No vas a corresponderme ni un poco?
Soobin tragó saliva, sus ojos temblaron y se desviaron por todo el rostro del castaño. Con demasiadas ideas en su cabeza y sin una respuesta concreta. Pero Beomgyu no le dio el tiempo suficiente para que Soobin respondiera, pues de pronto acercó su rostro al de Soobin, quien solo observó los labios del castaño una vez más antes de que Beomgyu los juntara con los suyos. Aunque al principio se sorprendió por el repentino atrevimiento de su amigo, no lo alejó ni tampoco demostró disgusto, cerró sus ojos con suavidad y entreabrió los labios, dejándose llevar por los movimientos del castaño.
Beomgyu por otro lado, sabía muy bien qué hacía pero no tenía la certeza de por qué o de si iba a funcionar. Efectivamente Soobin jamás se fijaría en él de esa forma, quizás no si era él, quizás pretendiendo ser alguien más. Por más que le desagrade la idea, no pretendía seguir estancado, no pretendía estar en el centro, demasiado lejos y demasiado cerca. Yeonjun no perdía el tiempo y él no podía permitirlo.
Esta vez sí era Soobin, estaba un paso adelante y el resto no importaba. Soobin sostuvo su cintura cuando Beomgyu comenzó a avanzar y Soobin tuvo que retroceder hasta que cayó sentado en la cama, le dedicó una mirada perdida y desconcertada al castaño, pero este soltó una risa leve antes de tomarlo de los hombros y subirse sobre su regazo, que aunque no era nada nuevo entre ellos, esta vez incluía besos lentos, suaves y apasionados en el cuello, mandíbula y labios.
— Gyu...— alertó Soobin, pero el castaño parecía estar bastante entretenido besando su cuello, bajando hacia sus hombros — Beomgyu. — volvió a llamar, el castaño levantó la mirada y luego se enderezó, viendo a Soobin a los ojos — Lo siento...estoy agotado, solo quiero descansar.
— Oh...bien. — dijo en voz baja antes de levantarse y voltearse para marcharse pero Soobin lo tomó de la muñeca, haciendo que este vuelva a verlo.
— Hey, no te enojes conmigo. — pidió y Beomgyu negó.
— No estoy enojado, Binnie. — Beomgyu se agachó y dejó un beso en su mejilla — Descansa, estamos bien. — susurró antes de marcharse.
Soobin echó un suspiro antes de echarse hacia atrás en su cama, pensando si realmente todo estaba bien.
•bd•
En la mañana, Beomgyu se había levantado un poco tarde y la única razón del por qué seguía despierto es porque debía estar en la universidad a las una de la tarde. Al salir de su habitación y entrar al comedor hizo una mueca.
— ¿Y tú qué haces aquí? — preguntó hacia el pelinegro, quien estaba sentado en el desayunadero.
Taehyun soltó un bufido antes de acercarse al castaño.
— ¿Qué? ¿Ahora solo tú puedes estar en esta casa? — cuestionó apoyándose por la mesada.
— Eso quisiera. — dijo con una sonrisa de mala gana antes de dirigirse al refrigerador — ¿Y Soobin dónde carajos está?
Entonces Soobin ingresa a la cocina.
— Beomgyu, hoy no voy a poder llevarte a la universidad, tengo trabajos que entregar para mañana y quedé de ir a retirar unas cosas ahora. — dijo el rubio mientras se colocaba un abrigo.
— ¿Usarás el auto? — preguntó el castaño mientras sacaba la leche del refrigerador para servirse en un vaso.
— No, es todo tuyo. — respondió el rubio.
Una horas después, Beomgyu ya estaba listo para salir y Soobin lo acompañó hasta el auto.
— Avísame cuando llegues. — habló el rubio y Beomgyu asintió, despidiéndose con un beso en su mejilla.
En cuanto se separaron, Soobin pudo notar que la mirada del castaño tembló y sus labios titubearon. Iba a preguntar si le ocurría algo cuando Beomgyu lo sostuvo de los hombros y besó sus labios. Soobin, alzó las cejas de sorpresa y quiso alejar al más bajo pero decidió quedarse en el lugar, aceptándolo como si no tuviese más opciones.
Mientras se separaban, la mirada de Beomgyu se desvió levemente hacia la derecha, Soobin volteó entonces hacia esa dirección. Yeonjun se encontraba fuera de su casa, recibiendo un paquete pero su mirada estaba clavada en ellos, Yeonjun le sonrió ligeramente a Soobin, Soobin sintió que esa sonrisa no era nada más y nada menos que una sonrisa de burla.
— Nos vemos más tarde entonces, Beomgyu. — Soobin volteó hacia el auto y Beomgyu ya se encontraba en él.
— Claro, te escribo. —respondió Beomgyu con una sonrisa antes de irse.
Soobin esperó a que el auto desaparezca de su campo de visión antes de voltearse nuevamente hacia Yeonjun pero este ya no se encontraba allí. Rascó su nuca mientras pensaba en las intenciones de Beomgyu, ¿había visto a Yeonjun?
Soobin se acercó a su casa, al entrar cerró la puerta y suspiró, girándose para encontrarse con Taehyun, quien lo observaba desde el desayunadero y una expresión de evidente enojo.
— ¿Eso qué carajos fue? —soltó Taehyun sin rodeos.
— ¿Qué cosa? —Soobin trató de sonar despreocupado mientras caminaba hacia la sala.
— Se besaron. ¿Desde cuándo están juntos? —Taehyun lo siguió, sus pasos resonando en el piso de madera.
— No estamos juntos, solo... —Soobin buscaba palabras, evitando la mirada acusadora de su amigo.
— ¿Fue por Yeonjun? —interrumpió Taehyun, acercándose más.
— ¿Qué? No... —Soobin negaba con la cabeza, pero su voz temblaba ligeramente.
— Son patéticos ambos. Pero más tú por seguirle el juego a Beomgyu y seguir pensando en ese. —Taehyun señalaba hacia la puerta, su voz cargada de frustración.
— No es cierto. —Soobin apretó los puños, su postura tensa.
— Por favor, sigues atrapado con él. Haces todo esto por él. No quieres a Beomgyu como para besarlo, Soobin. —Taehyun dio un paso adelante, su rostro a centímetros del de Soobin.
— Claro que lo quiero, Taehyun. ¿Qué mierda dices? —Soobin alzó la voz, su enojo reflejado en sus ojos.
— Tú nunca te has fijado en él, mierda. ¡Van a salir heridos si siguen haciendo sus estupideces, Soobin! —gritó Taehyun, casi con desesperación.
Soobin no comprendía ese enojo, ¿a Taehyun qué carajos le importaba?
— ¿Puedes calmarte? —Soobin intentó tomarle el brazo, pero Taehyun lo apartó bruscamente.
— Vete a la mierda, estoy harto de ustedes dos. —dijo Taehyun antes de girarse y salir de la casa, dejando a Soobin solo y con una mezcla de emociones que le pesaban en el pecho.
Taehyun no solo estaba cansado del comportamiento de ambos, sino también preocupado y frustrado porque Beomgyu es un estúpido y Taehyun se preocupa tanto por él que se siente más estúpido aún. Porque Beomgyu no merece que Taehyun se preocupe así por él. Si bien en un principio solo había sido amigo de Soobin para acercarse a Beomgyu, ahora lo quería genuinamente, pero aún podía romperle la cara si Beomgyu salía herido por culpa suya.
Por supuesto, esa tarde Soobin no fue a la casa de Taehyun a ayudarlo con los dichosos muebles, aunque le mandó un mensaje para hablar las cosas, Taehyun no le respondió. Pero sí recibió un mensaje interesante.
Hoon lo invitaba a un bar, no tenía por qué negarse. Necesitaba salir un poco y la clase de su universidad se había cancelado. Soobin le dijo que vaya a buscarlo ya que Beomgyu tenía su auto y Hoon aceptó, fue a buscarlo esa tarde y lo llevó al dichoso bar.
El chico era una persona poco interesante, pero Soobin no lo juzgaba, estaban en la misma situación. Lo malo es que ninguno tenía algo que contar además de hablar sobre su erizo y todo lo que sucedió la otra vez.
— ¿Ya dejó su etapa de adolescente? — preguntó el joven mientras bebía un poco de su copa.
— Sigue igual de egoísta y manipulador. — bromeó riendo levemente mientras también bebía de su vaso, casi terminándolo de un solo trago — Pero ya no me importa tanto, o eso creo.
— Yo no lo he visto. ¿Es bonito? — preguntó el chico y Soobin asintió, frunciendo el ceño por la sensación del alcohol corriendo por su garganta.
— Creo que cada día que pasa es más bonito. — dijo y aunque también hablaba de su erizo, su cerebro no podía evitar enviarle unas imágenes de alguien más.
Esa tarde recibió un paquete, con un atuendo suelto y fresco, sus piernas descubiertas, su cabello alborotado, sus labios rojos y húmedos, como si se acabase de despertar.
Pero eran casi las una de la tarde, Yeonjun no suele levantarse tarde. Entonces Soobin no pudo evitar seguir pensando en ello y cruzó por su mente la idea de que probablemente Yeonjun estaba con un hombre en su casa y que tuvo que salir a recibir un paquete y se colocó la camisa de ese tipo. Además de su sonrisa burlesca.
Sacudió levemente su cabeza, como si quisiera sacar esos estúpidos pensamientos. No era su problema lo que Yeonjun haga.
— ¿Estás bien? — preguntó el chico sacándolo de su ensoñación.
— ¿Yo? Sí, ¿por qué? — Soobin miró al chico a los ojos y sonrió tratando de transmitir lo que decía.
— Es que parecía que ibas a romper el vaso, lo estabas apretando muy fuerte. — Hoon tomó la mano de Soobin que tenía el vaso, ahora esta estaba sujetando con menos fuerza.
— No, solo...la bebida está fría y mis dientes son sensibles, fue una reacción al dolor. — se encontró una forma rápida de evitar una charla.
— Bueno, quedé de ir a cuidar a mi sobrina a esta hora. ¿Quieres que te lleve a casa? — preguntó el joven mientras se ponía de pie.
— No, no te preocupes por mí, le diré a Beomgyu que venga por mí más tarde. — explicó Soobin haciendo una expresión con las manos de indiferencia.
— ¿Seguro? — Soobin asintió — Bien, hasta luego, Soobin. — dijo el chico con una sonrisa antes de despedirse del rubio.
Soobin por otro lado, pidió una bebida más, y otra más... y otra. Cuando sintió que ya era demasiado, quiso llamar a Beomgyu pero no contestaba el teléfono. Soltó un bufido y se quedó observando la barra unos segundos antes de pedir otra bebida.
El bartender se acercó, notando la mirada perdida de Soobin.
— Sería... —comenzó a decir el bartender, refiriéndose a la cuenta de la bebida.
Antes de que pudiera continuar, una voz familiar lo interrumpió.
— Es un amigo mío. — dijo inclinándose sobre la barra y mirando al bartender con una sonrisa segura.
Soobin volteó de inmediato, como si no lo creyera o como si estuviese esperando una ocasión como esta en todos estos largos meses.
— ¿Amigo? —preguntó Soobin, finalmente saliendo de sus pensamientos y dándose cuenta de la presencia de Yeonjun a su lado.
— ¿Qué esperabas que dijera, mm? —Yeonjun levantó una ceja, su tono burlón.
— ¿Qué haces aquí? —Soobin frunció el ceño, aún sorprendido de verlo.
— Tengo tanto derecho como tú de estar aquí. —respondió Yeonjun con calma, tomando un sorbo de su bebida.
— ¿Y por qué te tratan como si fueras el maldito dueño? —Soobin señaló al bartender, quien no le había cobrado la bebida gracias a Yeonjun.
— Un ex mío es dueño del bar y me invitó, probablemente creyendo que tendremos sexo hoy. —Yeonjun se encogió de hombros, con una sonrisa irónica.
Soobin soltó un bufido antes de tomar el vaso en sus manos, la mirada de Yeonjun se desvió un poco hacia sus manos y tragó saliva, acariciando su cuello.
— Si no vas a tener sexo, ¿para qué viniste? Creí que era tu forma de divertirte. —Soobin lo miró con desdén, tomando otro trago.
— Deja de beber, vas a emborracharte. —advirtió Yeonjun, acercándose un poco más.
— ¿Qué mierda te importa lo que haga? —replicó Soobin, su voz cargada de frustración.
— Bueno, ¿puedo saber por qué ahogas penas? —Yeonjun apoyó un codo en la barra, mirándolo fijamente.
— No te lo diré. —Soobin apartó la mirada, enfadado.
— Como quieras. —Yeonjun suspiró y llamó al bartender —Tráigame una botella más, por favor.— pidió y el empleado asintió — ¿En qué viniste? —preguntó Yeonjun, cambiando de tema.
— Hoon me trajo. —respondió Soobin con indiferencia.
— Mm, Hoon. ¿Y dónde está? —Yeonjun se inclinó un poco más cerca, su tono curioso.
— Se largó, ya no importa. —Soobin giró su vaso en la mano, evitando la mirada de Yeonjun.
— Parece importante. ¿Es por él que ahogas penas? —Yeonjun preguntó, intentando entender la situación.
— Besé a Beomgyu. —admitió Soobin de repente, su voz apenas un susurro.
— ¿Qué tiene de malo? Te vi muy cómodo. —Yeonjun levantó una ceja, claramente intrigado.
— Que ese alguien no eres tú. —Soobin lo miró directamente a los ojos, su voz teñida de algo que esta vez Yeonjun no podía comprender..
Yeonjun se quedó en silencio por un momento, observando a Soobin de cerca. Entonces, Soobin se inclinó hacia él, sus rostros a solo centímetros de distancia.
— Será mejor que te lleve a casa. —dijo finalmente, su voz suave pero firme.
A diferencia del Soobin borracho con sus amigos, Soobin parecía muy tranquilo, solo se sentó en el asiento del copiloto, con la cabeza reposada hacia atrás, observando el camino y esperando a Yeonjun, de vez en cuando sus ojos se desviaban y observaban al mayor, quien no despegaba la mirada del camino.
El semáforo estaba en rojo y fue entonces cuando Soobin se percató de que era de noche, y debía ser muy tarde porque las calles parecían vacías. Yeonjun golpeó el volante con sus dedos índices y suspiró, con clara impaciencia.
— ¿Por qué te molestas en traerme? No me respondiste antes. — habló Soobin arrastrando un poco las palabras.
— ¿Responder qué? — el mayor inclinó levemente su mirada hacia el menor.
— La razón del por qué estabas ahí. No creo que tu plan de esta noche haya sido terminar llevándome a mi casa. — Soobin se recostó en el asiento e inclinó su cuerpo hacia un lado, observando más fijamente a Yeonjun.
— Bueno, no lo era. Pero terminó así y es todo, de todos modos no estaba divirtiéndome. — confesó el mayor y Soobin soltó una risa nasal — ¿De qué te ríes?
— Porque no te rindes fácilmente, si buscas diversión la encuentras y punto, no aceptas que nada salga como no planeaste, aunque sea algo mínimo y de poca importancia.
Finalmente el semáforo cambió a verde y Yeonjun por un momento pensó que jamás terminaría, simplemente tragó saliva y avanzó en la carretera.
— Bien, ahora sal del auto, ya llegamos. — avisó Yeonjun y Soobin levantó la cabeza para observar por la ventana, no creyó que llegarían tan pronto.
Volteó nuevamente hacia el mayor y con una mirada que reflejaba inocencia dijo: — ¿Me acompañas? No creo que pueda yo solo así.
Yeonjun echó un suspiro y asintió mientras se retiraba el cinturón y rodeaba el auto para ir hacia Soobin, quien ya estaba afuera del auto.
— ¿En serio estás tan borracho? — se burló el mayor mientras sostenía al menor — A ver, vamos, camina.
— Voy, no me apures. — bufó el menor mientras era arrastrado por el mayor hacia la puerta de su casa.
De un momento a otro, Soobin empujó a Yeonjun, quien se chocó de espaldas por la puerta de madera, no tuvo siquiera tiempo de levantar la mirada cuando ya tenía a Soobin acorralandolo contra la puerta con sus brazos y manos a los lados de su cabeza. Fue entonces cuando elevó sus ojos hacia el menor y ladeó un poco la cabeza, tratando de descifrar la mirada de Soobin.
— ¿Qué planeas, Soobin? — preguntó y Soobin pudo notar una pequeña sonrisa por parte del mayor, como si supiese que esto iba a suceder.
— Eso te lo debería preguntar yo a ti. ¿Qué carajos quieres? — la voz de Soobin era grave pero suave, un tono tanto amenazante como seductor.
A veces Yeonjun pensaba que podía estar a nada de rendirse y reclamar esa voz, ese cuerpo y esa alma como suya, quería que Soobin le perteneciera completamente pero eran solo unos deseos ocultos, algo que jamás haría.
— No deseo mucho, Binnie. — Yeonjun elevó un poco la cabeza, apoyándola por la puerta, su manos subió hacia el pecho de Soobin y acarició su abrigo — Solo quería divertirme, ¿tiene algo de malo?
— ¿Encontraste tu diversión? — preguntó en un tono hosco, Yeonjun sonrió ligeramente.
— No lo sé. ¿Lo hice? — susurró un poco más cerca del menor.
Soobin no precisó un segundo más contemplando los ojos del mayor, tan refulgentes y singulares. En cuanto sus pupilas se dilataron Soobin tomó el rostro del mayor en sus manos y lo atrajo hacia él en un beso que al principio sugeriría amor e inocencia pero bastó con que Yeonjun aceptara el beso para que este se tornase en uno vehemente, ávido. La respiración de ambos comenzó a acelerarse, las manos de Soobin descendieron hacia las caderas del mayor para atraerlo hacia él; deseaba sentirlo más cerca, anhelaba que no se alejara. Yeonjun, por otro lado, tomó el rostro de Soobin entre sus manos; sus palmas eran cálidas, contrastando con el semblante helado del menor.
El rubio no comprendía por qué Yeonjun estaba aceptando el beso. Tal vez por diversión, era probable. Pero incluso antes de posar sus labios sobre los ajenos, podía sentir cómo su corazón latía desbocado, una amalgama de anhelo y desesperación oprimiendo su pecho. Amaba a Yeonjun con una intensidad que le dolía, un amor que lo consumía, pero sabía que para Yeonjun no significaba lo mismo. Era consciente de que Yeonjun solo lo veía como una presa fácil para sus caprichos. Aun así, Soobin se aferraba a esos momentos, a esos besos vacíos, porque era lo único que tenía de él. Se aferraba a la esperanza de que algún día, tal vez, esos besos significaran algo más.
Y cuando el beso pareció extenderse por una eternidad, un sonido interrumpió su frenesí y fervor, como si la intensidad del instante los hiciera vulnerables a cualquier estímulo. El leve tintineo de unas llaves cayendo al suelo fue suficiente para hacer que se separaran.
Yeonjun no necesitó girar la cabeza para identificar a la persona; desde esa distancia, podía distinguirla con claridad y esbozó una sonrisa apenas perceptible. Soobin observó el rostro de Yeonjun, frunciendo el ceño ante su expresión que parecía irónica. Al girarse, se topó con Beomgyu y su entrecejo se suavizó, sin darse cuenta, se apartó un poco más de Yeonjun.
Ninguno de los tres pronunció palabra alguna, pero sus expresiones lo decían todo. Beomgyu mordía su labio inferior, como si intentara contener el llanto o reprimirse de hablar, sin desviar la mirada de Soobin y mostrando claramente su dolor y decepción.
Beomgyu sintió un peso en el pecho, tan abrumador como una losa de piedra, un dolor agudo y persistente que parecía desgarrar su corazón en mil fragmentos. Exhausto de sus estudios, solo anhelaba recostarse en la cama junto a Soobin y disfrutar de unas palomitas. Sin embargo, al llegar, se encontró únicamente con la visión de Soobin y Yeonjun entrelazados en un beso. El mundo a su alrededor se tornó borroso, sus manos temblaron y las llaves se precipitaron al suelo, rompiendo el silencio que envolvía el jardín delantero.
Y la expresión de Yeonjun le dejaba claro que jamás podría alcanzar lo que anhelaba, al menos mientras Yeonjun estuviera presente. La maldita sonrisa de Yeonjun solo intensificaba su furia, pero tomó un breve respiro antes de girarse y empezar a caminar. No deseaba ver a ninguno de los dos.
— Déjalo, quiere estar solo. — susurró Yeonjun apareciendo tras Soobin, apoyando su cuerpo por el rubio.
— Gyu-... espera. — Soobin apartó a Yeonjun con un movimiento brusco, su voz temblando.
— Sabes que no va a oírte. — replicó Yeonjun, su tono despreocupado.
— No me interesa. ¡Gyu! ¡Espera! —Soobin gritó, corriendo tras Beomgyu, quien al oir a Soobin solo aceleró sus pasos.
— ¡No quiero hablar contigo, Soobin! — Beomgyu se detuvo por un momento lleno de nervios, sin volverse a mirarlo.
— Hey, espera. No te pongas así. No tienes motivo. — Soobin alcanzó a Beomgyu, tratando de agarrar su brazo.
"No tienes motivo" Beomgyu giró hacia Soobin esta vez, sus mejillas húmedas por las lágrimas.
— Así como tú no tienes motivo para perseguirme, déjame en paz. — Beomgyu lo apartó, su voz llena de amargura.
— ¿A dónde piensas ir? —preguntó Soobin, su desesperación evidente.
— A casa de Taehyun. —respondió Beomgyu sin titubear.
— Hey, es tarde. Quédate, ¿acaso tienes algo tuyo en la casa de Taehyun? — Soobin intentó razonar, su voz suplicante.
— Solo déjame ir, no importa. —Beomgyu miró a Soobin por última vez, antes de seguir caminando.
Soobin permaneció en medio de la calle, con la vista fija en la figura de Beomgyu que se alejaba. Era consciente de que, detrás de él, Yeonjun observaba con una satisfacción oculta, logrando una vez más imponer una distancia dolorosa entre Soobin y Beomgyu.
Beomgyu, con el rostro marcado por la tristeza, llegó a la puerta de la casa de Taehyun. Dudó un instante antes de levantar el puño para golpear, pero finalmente lo hizo. La puerta se abrió, revelando a Taehyun, quien se mostró sorprendido al ver a su amigo en tal estado.
— ¿Puedo entrar? — preguntó Beomgyu, su voz apenas un susurro.
— ¿Gyu? Bueno... sí. — respondió Taehyun, abriendo la puerta con mayor amplitud —. ¿Estás bien?
— Sí, solo... no tengo dónde dormir. — admitió Beomgyu, evitando la mirada de Taehyun y enfocando sus ojos en el suelo.
— Bueno, puedes quedarte aquí si quieres, no hay problema. — Taehyun dio un paso atrás, permitiendo que Beomgyu entrara.
— Gracias. — murmuró Beomgyu mientras se dejaba caer en el sofá, exhausto.
Taehyun cerró la puerta con cuidado y se sentó a su lado, su expresión revelando una profunda preocupación.
— ¿Quieres decirme qué pasó? — preguntó Taehyun con suavidad, su voz cargada de empatía.
— Soobin estaba besándose con Yeonjun. — soltó Beomgyu, su voz temblando con un dejo de dolor.
— Oh... — Taehyun se quedó en silencio por un momento, intentando encontrar las palabras adecuadas.
— No sientas lástima por mí, ya no importa. — Beomgyu suspiró, mirando al suelo con desánimo —. Era obvio que esto iba a pasar. Yeonjun tiene algo de razón, somos un poco parecidos, pero la diferencia es que él siempre consigue lo que quiere.
Taehyun sintió un nudo en el estómago al escuchar las palabras de Beomgyu, consciente de lo difícil que era para él admitir eso. Aunque dudaba si era la persona adecuada para ofrecer consuelo, se acercó un poco más y colocó una mano reconfortante en el hombro de Beomgyu.
— Lo siento, Gyu. — dijo en voz baja, su tono lleno de sincera preocupación.
Beomgyu levantó la mirada y encontró los ojos de Taehyun, que estaban cargados de genuina preocupación. Se dio cuenta de cuánto había subestimado al pelinegro y de cuánto había ignorado sus propios sentimientos hacia él. A pesar de sus frecuentes peleas, Taehyun siempre había sido una buena persona.
— Gracias, Tae. — dijo finalmente, dejando que una pequeña sonrisa se asomara en sus labios.
Taehyun asintió, sintiendo una mezcla de esperanza y tristeza. Era consciente de que Beomgyu seguía herido, pero al menos por esa noche, tenía la oportunidad de estar a su lado.
•bd•
Han pasado dos días desde aquella noche. Beomgyu no había intercambiado palabra con Soobin durante todo ese tiempo. Aunque había ido a buscarlo a la casa de Taehyun, tuvo que respetar su decisión de mantenerse alejado. Esa misma tarde, recibió un mensaje que vio como una señal para tomar una nueva dirección. Estaba agotado, necesitaba un respiro.
— ¿Qué estás haciendo? — preguntó Yeonjun, frunciendo el ceño mientras observaba las maletas abiertas esparcidas por la sala.
— Hyung... — murmuró Soobin, deteniéndose en medio de sus quehaceres.
— ¿Te vas a algún lugar? — Yeonjun cruzó los brazos sobre el pecho, mirando a Soobin con una mezcla de curiosidad y preocupación.
Yeonjun notó que la puerta de la casa de Soobin estaba abierta, al igual que las ventanas, lo que revelaba el desorden dentro. Se adentró y se encontró con el caos en la sala, como si alguien hubiera decidido desmantelar su vida en un solo día.
— Voy a regresar a Seúl. Me mudaré allí para estar con mis padres. — respondió Soobin, con un tono de resignación, evitando el contacto visual.
— Oh... eso es inesperado. Que te vaya bien entonces. — Yeonjun, sorprendido por la noticia, asintió lentamente, comprendiendo la decisión de Soobin.
— Gracias. — Soobin siguió empacando con movimientos metódicos, intentando ignorar el nudo apretado en su estómago que crecía a cada instante.
— No puedo creer que ese manga que te regalé siga en perfectas condiciones, mientras que tus cuadernos de secundaria solían desgastarse en meses. — Yeonjun señaló un manga meticulosamente guardado en una caja, su tono mezcla de asombro y nostalgia.
— Me lo diste tú, después de todo. Lo he guardado con cuidado. — Soobin respondió con un tono respetuoso, sin levantar la mirada.
Yeonjun sonrió, sorprendido por la formalidad que mostraba Soobin. Parecía que estaba decidido a cambiar y a dejar todo atrás.
— Te has convertido en todo un hombre, Binnie. — comentó Yeonjun, acercándose a Soobin. Este lo observó en silencio, inmóvil, salvo por sus ojos que recorrían nerviosos el rostro y el cuerpo de Yeonjun.
Yeonjun se puso de puntillas y se inclinó hacia él, intentando besarlo. Sin embargo, Soobin giró la cabeza, evitando el contacto.
— ¿Qué pasa? Nadie nos está mirando. ¿No deseas tu regalo de despedida? — susurró Yeonjun, su tono era suave, pero tenía una calidad persuasiva que no dejaba lugar a dudas.
Soobin vaciló por un momento, luchando con sus emociones, pero finalmente giró lentamente su rostro hacia Yeonjun y aceptó el beso, consciente de que podría ser la última vez que experimentara tal contacto.
— Que tengas un buen viaje. — dijo Yeonjun, separándose de Soobin con una sonrisa triunfante, mientras observaba cómo se alejaba.
Después de que Yeonjun se fue, Soobin terminó de empacar sus cosas. Con las maletas a cuestas, salió de la casa, preparado para enfrentar su nuevo comienzo. Al salir, se encontró con Taehyun y Beomgyu, quienes lo esperaban con expresiones graves.
— ¿De verdad te vas? ¿Es eso lo que quieres, que Beomgyu y yo acabemos matándonos el uno al otro? — preguntó Taehyun, su voz combinando una tristeza sincera con el humor sutil que usaba para suavizar el momento.
— Estoy seguro de que podrán manejarlo. — respondió Soobin, lanzando una mirada hacia Beomgyu, quien aún mostraba signos de dolor por lo sucedido, pero no podía permitirse despedirse sin verlo antes de su partida.
— ¿Vas a regresar? — preguntó Beomgyu, su voz temblando ligeramente, revelando el peso emocional de la pregunta.
— Es probable. ¿No piensas despedirme? — Soobin esbozó una sonrisa, tratando de aliviar la tensión que envolvía el ambiente.
— Por supuesto que sí, tonto. Te voy a extrañar, Soobin. — Beomgyu lo abrazó con fuerza, apretándolo contra sí, como si quisiera aferrarse a ese último momento.
Le molestaba profundamente perderlo de esa manera, simplemente porque Yeonjun no podía dejarlo en paz.
— Yo también te voy a extrañar, pero sabes que esto es lo mejor para ambos, ¿verdad? — Soobin le devolvió el abrazo con calidez, mirando a Taehyun por encima del hombro de Beomgyu, buscando en su rostro un poco de apoyo.
— Pero todo esto es por él... — murmuró Beomgyu, con sus ojos llenos de tristeza y resignación.
— Regresaré, lo prometo. — Soobin se acercó a Beomgyu, tomándole la mano con un gesto breve pero significativo antes de soltarla con delicadeza.
Beomgyu asintió, incapaz de articular más palabras mientras sentía el nudo en su garganta. Soobin se despidió una última vez, con una mezcla de pesar y seguridad, y se dirigió hacia su futuro incierto hacia Seúl, dejando atrás a sus amigos y un capítulo crucial de su vida.
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— No puedo creer que olvidaste mi teléfono allá, Beomgyu. ¿Dónde tienes la cabeza? — se quejó el pelinegro, con una expresión de frustración mientras movía las manos en gestos enfadados.
— Es tu culpa por dármelo a mí, yo estaba ocupado buscando mis cosas. Por si no lo recuerdas; fuimos a la casa del estúpido de mi hermano para eso. ¿Por qué se te ocurrió darme tu celular? ¿Eres estúpido o algo? — Beomgyu respondió, su tono mezclado entre enojo y exasperación, mientras se cruzaba de brazos.
— ¡Estaba bajando de las malditas escaleras tu mueble de quinientos kilos! — el pelinegro replicó, levantando una mano en un gesto de frustración.
— Como sea, yo no iré a buscarlo, no fue culpa mía. — Beomgyu se encogió de hombros, adoptando una postura desinteresada mientras sacudía la cabeza.
— Nunca te haces responsable de nada, tonto. — el pelinegro le lanzó una mirada acusadora mientras se acercaba a la puerta para buscar su teléfono.
— Tú más. — Beomgyu contraatacó, con una sonrisa desafiante antes de que Taehyun cierre la puerta de un portazo.
Su relación con Taehyun no había avanzado ni empeorado en estos cinco años. Permanecía en un estancamiento incómodo: ni más cerca ni más lejos. Durante este tiempo, Beomgyu había desarrollado sentimientos por Taehyun que nunca imaginó tener. Sin embargo, aún se encontraba en una especie de negación; no quería comprometerse con Taehyun hasta haber superado por completo sus sentimientos por Soobin.
Después de esperar durante veinte minutos a Taehyun, Beomgyu se quedó dormido en el sofá. No supo cuánto tiempo había pasado hasta que se despertó, dándose cuenta de que casi era de noche.
— ¿Qué hora es? — murmuró, frotándose los ojos y tomando su teléfono para verificar la hora.
Eran las ocho de la noche.
— ¡Tae! — llamó, pero no recibió respuesta. — ¿Todavía está en casa de Yeonjun? — se preguntó a sí mismo, frunciendo el ceño mientras la preocupación lo invadía. La imagen de Yeonjun seduciendo a Taehyun apareció en su mente, y no pudo evitar un sentimiento de ansiedad. Sin pensarlo dos veces, se levantó rápidamente, subió al auto y condujo apresuradamente hacia la casa de su hermano mayor.
Estacionó el auto a unas cuadras de la casa de Yeonjun y comenzó a caminar hacia ella, acercándose con pasos silenciosos. Al llegar, asomó la cabeza por la ventana que, por fortuna, estaba abierta. Lo que vio le hizo abrir los ojos de par en par: la figura de Taehyun y Yeonjun en la sala, y su corazón empezó a latir con más rapidez. Yeonjun tenía la mano en el hombro de Taehyun.
— Lo lamento, Yeonjun. Pero tú no me gustas. A mí me gusta Beomgyu. — dijo Taehyun, apartando con firmeza la mano de Yeonjun de su hombro.
Yeonjun frunció el ceño y se inclinó un poco más hacia Taehyun, tratando de mantener la calma.
— ¿Beomgyu? ¿El que ni siquiera te considera un amigo? — preguntó, con incredulidad en su voz.
— No me importa eso. — respondió Taehyun con determinación, sus ojos fijos en Yeonjun.
Yeonjun suspiró, intentando recuperar su compostura, su tono se volvió más persuasivo.
— Taehyunnie, Beomgyu no merece a alguien como tú. Eres demasiado gentil para él. — dijo, tratando de convencerlo.
Taehyun se enderezó, mirándolo fijamente con una mezcla de tristeza y firmeza.
— No quiero tener que ponerme brusco contigo. A pesar de todo, te respeto. Pero yo amo a Beomgyu. — dijo en voz baja, dando la espalda a Yeonjun y alejándose con decisión.
Beomgyu, que había estado observando todo a escondidas, sintió cómo su corazón se aceleraba. Cada persona que conocía a su hermano terminaba traicionándolo, pero Taehyun, sin siquiera ser su novio, lo había elegido a él. Se sonrojó, abrumado por la lealtad y el valor de Taehyun.
Beomgyu se apresuró en volver hacia el auto y condujo rápidamente hacia el departamento de Taehyun, donde estaba viviendo actualmente. Necesitaba tiempo para procesar lo que había visto y lo que significaba para su relación con Taehyun.
Cuando Taehyun llegó a casa, encontró a Beomgyu en el sillón, rodeado de palomitas y snacks. Taehyun arqueó una ceja al observar dos bebidas en la mesita de la sala. Con una sonrisa leve, soltó el picaporte y arrastró los pies hacia Beomgyu.
— ¿Y esto? — preguntó mientras se sentaba al lado del castaño.
— Nada, vamos a ver películas. — explicó Beomgyu, tomando un sorbo de su malteada de frutilla.
Taehyun aún dudó. Recordó cuando volvió de la casa de Yeonjun la primera vez, después de enterarse que Yeonjun había salido, y se encontró con un Beomgyu profundamente dormido en el sillón. Había sonreído ligeramente ante la imagen y luego sintió sus mejillas calentarse por aquél sentimiento. Era imposible enojarse con él.
— Creí que estarías en tu habitación o algo. — comentó Taehyun mientras comía uno de los fideos dulces de gomita que estaban en el bowl sobre las piernas de Beomgyu.
— Quería ver tele. — explicó Beomgyu — Y estar contigo. ¿Qué vemos?
Taehyun frunció el ceño, aún desconfiado.
— Ya dime, ¿qué te pasa? — preguntó, y Beomgyu rió levemente. ¿Taehyun lo conocía así de bien?
— ¿Por qué crees que me pasa algo? — Beomgyu respondió con otra pregunta mientras devoraba una gomita.
— Porque nunca eres tan cariñoso conmigo. — explicó el menor, y Beomgyu echó un suspiro antes de acomodarse para estar más frente a frente con Taehyun en el sillón.
— Bien. — empezó mientras jugaba un poco con su cabello — Te vi con Yeonjun hace un rato. — confesó, y Taehyun sintió como si su corazón se hubiese detenido.
— ¿E-en serio? — preguntó Taehyun, su voz temblando ligeramente mientras una sombra de pánico se reflejaba en sus ojos. Beomgyu asintió, observando atentamente cada reacción.
— Te prometo que no pasó nada, no es lo que piensas, Beom. — insistió Taehyun, sus palabras urgentes y llenas de sinceridad. Beomgyu no pudo evitar soltar una risa suave al notar la intensidad en los ojos de Taehyun, como los de un gatito asustado.
— ¿No es lo que pienso? — susurró Beomgyu, acercándose un poco más, y Taehyun negó enérgicamente con la cabeza. — ¿Entonces no me amas? — preguntó Beomgyu, una sonrisa juguetona en sus labios mientras observaba el rubor que se extendía por las mejillas de Taehyun.
Las orejas de Taehyun se calentaron y bajó la mirada, una sonrisa tímida curvando sus labios.
— Bueno, ¿vas a burlarte de mí o no? — preguntó Taehyun a la defensiva, sintiendo la vergüenza arder en sus mejillas.
Beomgyu soltó una risa ligera, negando con la cabeza mientras extendía una mano para acariciar suavemente el brazo de Taehyun.
— No, es tierno. — confesó Beomgyu, sus ojos suavizándose. — Creo que nunca he oído a alguien decir que me ama. — agregó en un tono más bajo, como si revelara un secreto guardado durante mucho tiempo.
Taehyun levantó la mirada, sus ojos encontrándose con los de Beomgyu, llenos de una mezcla de sorpresa y ternura. Se quedó en silencio, sintiendo cómo su corazón latía con fuerza. Beomgyu extendió una mano, tocando suavemente el brazo de Taehyun, y ambos compartieron un momento de conexión genuina que ninguno de los dos había experimentado antes. Quizás ese era el empujoncito que necesitaban para avanzar.
el siguiente cap es el final, iba a ser este pero me quedó largo xdxdxd me fijo si lo termino en un rato, ya lit nomas falta la última escena
no sé qué decir
cap concluido el lunes 5 de agosto del 2024 a las 04:36 hace frio
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