cuatro
ִ ִ ୨୧ Me tienes donde me quieres
Yo a ti te tengo solo en sueños
Pídelo ya tu lo tienes
Prisionero a tus crueles besos ୨୧ ִ ִ
Taehyun sabía que estaba mal, sabía desde el momento en el que Beomgyu dijo que incluso sobrio lo besaría, él sabía que Beomgyu creía que era Soobin. E igual aceptó el beso.
No era estúpido, sabía qué tipo de relación tenía con Beomgyu y era imposible que Beomgyu de un día para el otro olvide su enamoramiento por Soobin. E igual lo besó, porque era un estúpido, un estúpido por Beomgyu.
Lo alejó lentamente, y solo lo alejó porque le asqueaba la idea de que Beomgyu esté imaginándolo con Soobin. Taehyun quería a Soobin, era su amigo pero odiaba cuando estaba a solas con Beomgyu y este lo único que hacía era hablar de Soobin. Taehyun lo odiaba y había llegado a mandar a la mierda a Beomgyu por ello.
— Duerme. — le susurró a Beomgyu y este sonrió asintiendo con los ojos cerrados.
Taehyun no tenía pensado dormir, solo fingir que dormía hasta que Beomgyu se duerma pero cayó en su propia trampa, quedando profundamente dormido con Beomgyu en su pecho.
Por otro lado, Soobin buscó a sus amigos por doquier porque no podía irse sin ellos, literalmente porque Taehyun era el único con licencia para conducir.
— Hey, Soobin, ¿qué pasa? — alguien lo detuvo y cuando volteó observó a Hoon.
— Nada, Hoon. ¿Has visto a Taehyun o a Beomgyu?— preguntó alzando un poco la voz por la música.
— Los vi saliendo del club. — comentó el menor.
— ¡¿Qué?! — soltó asustando un poco al menor — Lo siento, Hoon, tengo que ir a buscarlos.
El rubio se alejó dejando a Hoon casi hablando solo. Caminó entre las personas hasta salir del lugar y bufó cuando no vio el auto estacionado.
— Hijos de puta. — susurró mientras marcaba en su teléfono los número de Taehyun y Beomgyu, ninguno contestó.
¿Cómo carajos iba a regresar a casa ahora? O en todo caso, ¿por qué se fueron sin él? ¿Le habrá sucedido algo a alguno?
Bufó negando con la cabeza y mediante eso notó a unos metros un auto que reconoció, se acercó sigilosamente pero a pasos rápidos.
El dueño del auto aún a unos pasos pudo notar al rubio y abrió con prisa la puerta del piloto para entrar pero Soobin fue más rápido y corrió hacia él, cerrando la puerta rápidamente.
Yeonjun no dijo nada, siquiera lo miró, solo intentó abrir la puerta como si Soobin no la estuviese cerrando. Intentó muchas veces, Soobin no decía nada solo lo observaba con gracia. Yeonjun soltó un berrinche golpeando la puerta del auto.
— ¿Qué mierda quieres? — preguntó hacia el menor.
— ¿De ti? muchas cosas. — bromeó el menor. Tendía a ser más insistente cuando Yeonjun estaba enojado.
El mayor lo observó serio, no hizo ninguna expresión e intentó abrir la puerta del auto una vez más pero con más desesperación, haciéndole saber a Soobin que no estaba de humor para hablar con él.
— Bromeo. — aclaró el menor colocándose frente a Yeonjun y cubriendo la puerta. — Necesito que me lleves.
— Ve en un autobús. — mandó el mayor intentando mover a Soobin del camino.
— Dejé el dinero en el auto y los desgraciados se lo llevaron. — explicó el menor. — Yeonjun, solo te estoy pidiendo que me lleves.
— Lo sé, ya dije que no.
— Mierda, ¿ahora por qué carajos estás enojado? Eras tú el que decía que había que actuar como si nada. ¿Vas actuar así frente a Beomgyu también? Porque yo no tengo problema en hacerlo, no tengo nada que ocultar.
El mayor soltó una pequeña risa cargada de muchos sentimientos y ninguno era humor.
— ¿Quieres manipularme con eso? Adelante, tampoco tengo problema con eso, Soobin. ¿Quieres ir y contarle que me acosté con su crush de casi toda la vida? ¡Hazlo! Me importa una mierda ya.
— ¿Por qué siempre terminamos peleando? ¡Solo te estoy pidiendo un aventón!
— ¡Ve caminando! — gritó y luego trató de regular su respiración y llevó su cabello hacia atrás con su diestra. — ¿Ves por qué no funcionaríamos? ¿En serio piensas que si en caso de un puto milagro terminamos juntos vamos a tener una buena relación? A este punto deberías darte cuenta, Soobin. Tú mismo me acusas de ser infiel y ves perfectamente cómo son las cosas, ¿Qué te asegura que no te seré infiel también?
— A él no lo quieres. — soltó con tranquilidad.
— Soobin, tú y yo somos muy diferentes. Tanto que siquiera la estupidez de que los opuestos se atraen funciona con nosotros. ¿Todavía te importa?
— Me gustaría decir que no. — confesó — Sé que hay más contras que pros entre tú y yo y conozco cosas de ti que a lo mejor me deberían alejar pero por más que lo desee, quiero seguir aquí. Y a ti te gusta que esté obsesionado contigo, yo creo que podría funcionar.
— Estás loco. — soltó el mayor con más calma.
— ¿Tú si me crees? — preguntó de repente y Yeonjun frunció el ceño ligeramente sin entender. — Cuando digo que estoy enamorado de ti, ¿me crees?
— Creo que es lo que tú piensas, pero no estoy seguro de que sea amor.
— ¿Te gusta que te ame o que esté obsesionado contigo?
— ¿Por qué de repente quieres hacer tantas preguntas? — se quejó el mayor alzando un poquito la voz.
— ¿Por qué nunca quieres hablar las cosas? — el menor también alzó un poco la voz.
— Ya lo hablamos demasiado. — Yeonjun cubrió su rostro con una de sus manos ya harto de toda la situación. — Ya no quiero pelear, Soobin. Muévete, voy a llevarte a casa si quieres.
— ¿Tú casa? — indagó el menor con una sonrisa mientras se alejaba del auto para dejarle el camino al mayor quien ya tenía las llaves en mano.
— Tú casa. — aclaró el mayor.
Las calles estaban casi vacías y el silencio en el auto no fue incómodo gracias a la música que se reproducía del auto. Eran solo unos diez minutos en auto.
Soobin de vez en cuando miraba de reojo a Yeonjun, quien nunca quitó su mirada del camino, ni en las luces rojas.
— Si quieres que pare lo haré. — dijo de repente el rubio y en los diez minutos que habían pasado al fin Yeonjun volteó a verlo.
— ¿De qué hablas? — preguntó el mayor viéndolo, aprovechando el semáforo en rojo.
— Ya no voy a buscarte, ni tirarte piropos, tampoco acercarme con esas intenciones. Vamos a hacer como si nunca nos hubiésemos acostado, como si nunca me gustaste.
Yeonjun solo lo observó fijamente, de vez en cuando sus ojos iban en dirección al suelo.
— Voy a dejar esa obsesión por ti. Solo dime que es lo que quieres.
El semáforo cambió a verde y Yeonjun rápidamente se acomodó para volver conducir y seguir en el camino.
Soobin desvió su mirada también ante el silencio por parte del mayor, silencio que duró hasta llegar a la casa del menor. Para suerte de ambos fue poco menos del minuto.
Si estaba tan harto debía responder de acuerdo a la idea del menor. Eso pensó Soobin.
Yeonjun estacionó en la cochera de su casa, después de todo Soobin vivía a un lado.
— Llegamos, bájate. — mandó el mayor saliendo del vehículo.
El menor se bajó de inmediato y rodeó todo el vehículo para acercarse a Yeonjun.
— Espera, Yeonjun. — soltó antes de que el mayor entre a la casa por la puerta trasera. — No respondiste.
— ¿A qué? — preguntó el mayor.
— ¿Quieres que deje mis sentimientos por ti?
— Tú no controlas eso. — soltó el mayor intentando voltearse para irse pero Soobin lo impedía.
Yeonjun quería golpearlo. Se lo estuvo pidiendo mucho tiempo, ¿por qué Soobin actúa como si la idea de parar su enamoramiento fuera suya? Aún así, no se sentía bien cuando Soobin se lo pedía. Sin duda, Yeonjun entendió que era todo un narcisista.
— Sabes de qué hablo.
— Soobin, quiero ir a dormir ya, déjame ir.
— ¿Por qué te cuesta más pedírmelo cuando te lo propongo yo?
— Eres en serio insoportable. — Yeonjun cerró los ojos con fuerza de repente sintiendo un fuerte dolor de cabeza y volvió a cubrir su rostro con sus manos.
— ¿Qué pasa? ¿Te sientes mal? — el menor se acercó un poco más al mayor con preocupación en caso de que este se desmayase o algo por el estilo.
Yeonjun soltó una pequeña risa aún con su rostro enterrado en sus manos. Le causaba gracia el tono tan preocupante del menor y el hecho de que no podría ignorarlo como promete.
— Sí...solo estoy mareado. — explicó.
— ¿Quieres una pastilla?
— No, tomé antes de traerte. Soobin, estoy bien. Ve a casa. — el mayor ya no quería estar platicando por lo que reguló su voz a una muy tranquila y acarició el rostro del menor suavemente.
Y Soobin pensó que estaba perdido al sentir su respiración tan acelerada por una simple caricia. No se lo esperó en lo absoluto por lo que se congeló un instante haciendo que todo a su alrededor pase velozmente. Ni siquiera notó que la piel del mayor estaba ardiendo. Salió de su trance cuando el mayor se desvaneció dejándose caer en su pecho.
— Yeonjun. — llamó el menor con preocupación y observó al mayor quien estaba pálido y con una expresión de dolor. — Hey... — Soobin sostuvo el cuerpo de su mayor y abrió la puerta trasera para llevarlo adentro pero este lo detuvo.
— No, no me lleves adentro. — susurró negando el mayor mientras se sostenía de los brazos del menor.
— ¿Qué? ¿Por qué?
— Él ya está despierto, voy a tener problemas si me encuentra así. Solo llévame a-a otro lugar. — soltó casi murmurando.
— ¿Dónde quieres que te lleve? — preguntó retóricamente — Entremos a tu casa, yo le hecho una mentira, no sé.
— Llévame a tu casa. — rogó el mayor cuando oyó el sonido de unas llaves y pasos que se acercaban a la cochera.
Soobin no habló más al respecto y cargó al mayor en su espalda para caminar rápidamente hacia su casa. Cuando estuvo fuera del jardín del mayor pudo ver a señor Min salir a la cochera y vagar la mirada por doquier mientras sacaba unos cigarros. Soobin se agachó usando los arbustos como escondite.
Llegó finalmente a la puerta de su casa y bajó a Yeonjun en el suelo, sosteniendo su cintura para que no cayera mientras abre la puerta con sus llaves.
Yeonjun soltó un leve gemido de dolor tocándose la frente y Soobin se apuró en entrar.
— ¿No quieres ir al hospital? — preguntó hacia el mayor mientras lo sentaba en el sillón.
— No, no es necesario. Es culpa mía el dolor de cabeza. — murmuró.
— ¿Por qué?
— Porque se supone que no debo tomar si estoy medicándome.
— ¿Medicarte? ¿Qué tienes? — preguntó el menor con preocupación .
— Tranquilo, es algo leve, da igual. — soltó con tranquilidad — Tengo que tomar agua hasta quitar todo el alcohol. — comentó el mayor intentando levantarse pero Soobin lo sentó nuevamente.
— Te traigo yo. — dijo obvio y caminó hacia la cocina mientras Yeonjun se tumbaba en el sillón.
Segundos después Soobin se acercó con una botella de agua ya que Yeonjun debía tomar constantemente. El mayor agradeció y bebió.
— ¿Tus padres? — preguntó el mayor dejando la botella en la mesa frente a él.
— Vuelven la semana que viene, se fueron a ver a los familiares de Seúl.
— ¿Por qué no fuiste con ellos? Recuerdo que cuando llegaste querías regresar.
— No tenía ganas de ir y además tengo clases. — Yeonjun asintió levemente — ¿Vas a quedarte a dormir?
— ¿Qué? No, voy a esperar a que mi esposo se vaya a trabajar e iré a mi casa.
Soobin bufó y se levantó.
— Bueno, faltan cuatro horas para eso.
— ¿Y qué? Puedo esperar. Además estoy muy débil para levantarme.
De repente Soobin se acercó al mayor y lo cargó pero ahora en sus brazos. Yeonjun se asustó pero estaba débil y no podía más que hablar.
En ese momento notó que estaba lo suficientemente vulnerable para que Soobin haga con él lo que se le de la gana. Si hubiera sido otro hombre estaría asustado pero Soobin no era así.
— ¿A dónde me llevas? — preguntó el mayor arrastrando un poco las palabras.
— Voy a acostarte. — dijo caminando hacia las escaleras.
Yeonjun suspiró y enredó sus brazos al cuerpo de Soobin, apoyando su cabeza en su hombro mientras Soobin lo cargaba cual recién casados. Soobin olía tan bien, Yeonjun siempre amó su olor y fue imposible no hundirse en su cuello buscando más de ese olor.
Cuando Soobin dejó a Yeonjun sobre la cama este al enredarse a su cuello, lo estiró hacia él y Soobin cayó en su cama sobre él. El menor quedó hundido en el cuello del mayor, quien se aferró a sus hombros y abrió ligeramente sus piernas para no lastimar al menor con sus rodillas, rodeándolo . El menor se alejó lo suficiente para poder ver el rostro de Yeonjun pero sin despegar su cuerpo del ajeno. Quería ver la expresión del mayor. Él sonreía.
¿Por qué carajos sonreía? Soobin se quedó perplejo, con algunas dudas en su mente. Pero de repente, aún con esa sonrisa, el mayor alejó a Soobin sin brusquedad, este cayó sentado en la cama.
— ¿Qué piensas? — preguntó el mayor sentándose igual en la cama, con sus manos estiradas hacia atrás, sosteniendo todo su peso en sus palmas y exhibiendo sus hombros y clavículas que ante la pose sobresalían. La mirada del menor bajó de sus clavículas a los muslos del mayor, piernas y rodillas que se tocaban entre sí. Allí notó que Yeonjun traía poca ropa, ropa para salir.
— ¿Yo? — preguntó el menor subiendo su mirada hacia los ojos del mayor.
Yeonjun ladeó ligeramente su cabeza, sin despegar su mirada del menor y sin borrar de sus tentadores y rojizos labios esa sonrisa atrevida que confundió a Soobin desde el principio . Yeonjun no dijo más nada y se extendió en la cama boca arriba, observando el techo.
— ¿Vas a dejarme dormir en esta habitación? — Soobin asintió, a pesar de que Yeonjun no podía verlo pero este supo que Soobin no se había negado. — ¿Entonces qué haces aquí?
El menor como si de un sirviente cometiendo un error se tratase, se levantó de inmediato de la cama y Yeonjun rio ante la acción.
— Solo bromeo. — explicó — No tengo sueño aún, dormiré en mi casa pero igual voy acostarme aquí.
Soobin simplemente asintió antes de bajar la mirada al suelo mientras Yeonjun acomodaba las almohadas y mantas. La habitación se sumió en un ambiente extraño, al menos para Soobin. El silencio era menos seco que haces unas horas y Yeonjun parecía menos enfadado, quizás porque se encontraba débil pero aún así Soobin lo encontró confuso. Pareciera que toda esa escena de gritos y lágrimas jamás hubiese pasado. Yeonjun solía ser ese tipo de persona.
— ¿Qué haces ahí? — Yeonjun sacó al menor de sus pensamientos y este levantó la cabeza con suavidad, sus ojos se conectaron con los contrarios al instante. — Acuéstate. — pidió el mayor. Soobin no se movió, solo observó a su mayor con una mirada confusa hacia sus peticiones y Yeonjun suspiró liando sus piernas con las mantas. — Solo si quieres. — aclaró como si no fuera casa del menor.
— Yo puedo dormir en cama de mis padres. — explicó el menor con una sonrisa muy leve, sus ojos se deslizaron de Yeonjun hacia el suelo nuevamente antes de terminar la oración y dio media vuelta para caminar hacia la puerta pero Yeonjun lo detuvo.
— No es necesario. — dijo el mayor y el menor siguió con su mirada confusa pero esta vez con algo de enojo en sus ojos. Yeonjun suspiró pesadamente y acercó a Soobin hasta que este quede sentado sobre la cama. — No me mires así, sé lo que piensas. — le dijo el mayor.
La mirada de Soobin se oscureció u poco más. Ya no comprendía a Yeonjun, quería odiarlo.
— ¿Entonces por qué lo haces? — preguntó, su tono de voz hosco, casi gritando. — ¿Por qué me tratas como un problema y luego quieres que me acueste contigo? Sé que te guste jugar conmigo pero necesitas decidirte.
— Tú no me entiendes. — le dijo el mayor. Yeonjun se colocó de rodillas sobre la cama y gateó hacia el menor. Lo abrazó, rodeó su cabeza con sus brazos y lo acomodó en su pecho. — No quiero que pienses que te odio. Yo te quiero, te quiero mucho.
La mirada de Soobin se relajó al igual que su respiración.
— Eres como un hermanito para mi, no quiero perderte. Pero no me entiendes. — Yeonjun arrugó su frente con preocupación y dolor en su expresión cuando Soobin lo alejó de golpe.
— ¿Un hermanito? — soltó riendo sin humor — Sí, ¿desde hace cuando me ves como un hermanito? — indagó mientras se alejaba levemente de la cama, Yeonjun tenía intenciones de perseguirlo.
— Soobin-...
— ¿O cuando dejé de serlo? ¿El día que llegué del campamento? — interrumpió viendo fijamente al mayor, quien cambió su expresión de tristeza a una de enojo.
— ¡Trato de arreglar las cosas pero en serio eres imposible! — Yeonjun alzó la voz.
— No puedes arreglar algo que ya rompiste, Yeonjun. — dijo el menor con un poco más de calma.
Yeonjun frunció levemente el ceño ante sin entender a qué se refería Soobin. ¿Roto posteriormente? ¿Se refería a Beomgyu o sus antiguas relaciones?
— ¿Por qué me miras así? Probablemente sabes de lo que hablo, o no porque no tienes idea de que no fuiste tan discreto.
— ¡Deja de hacerte el misterioso! — regañó el mayor mientras el contrario se acercaba a él.
— Antes del campamento, ya habías cometido un error conmigo. — dijo el menor. Yeonjun sintió un pequeño nudo en el pecho, temiendo de las palabras del menor. Se quedó en silencio y Soobin lo tomó como una señal para continuar. — Cumplí 16 años y dormí en tu casa ese día.
Yeonjun retrocedió, tenía miedo por alguna razón. Un sentimiento extraño para él. Realmente no tenía razones para temer. Pero el ser descubierto, el que Soobin lo enfrente le producía un caos en su ser.
— Sí lo recuerdas, ¿no es cierto? Lo que hiciste. — Soobin dio un último paso, Yeonjun cayó sentado sobre la cama y Soobin se inclinó hacia el mayor.
— No sé de qué carajos hablas.
— Me besaste mientras pensabas que yo dormía. Tú tenías 29. — dijo lo último con un tono burlón, queriendo hacerlo sentir más culpable.
lo voy a dejar ahí pq soy mala gente
avisen errores ji
cap concluido el viernes 29 de septiembre del 2023 a las 00:21
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