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Capítulo OO7

"Mis ojos ven y yo actuó como debo."

Sus cuatro dedos penetraron su entrada mientras aún se mantenía sentado en su regazo.

Sus brazos estaba desatados y le permitió que apoyara sus manitos sobre su pecho descubierto tan solo un poco. El también tenía calor al verlo gemir arriba de el. Pero no podía ponerse duro aún. Tenía que azotarlo aún. Primero el.

Sus labios estaban abiertos y querían besar al mecánico pero no podía. Tenía que obedecer.

Mientras solo podía deshacerse en gemidos y jadeos, el tomó la oportunidad de bajar su cremallera lentamente.

-Besame, sumiso. Puedes devorar mis la-

Fue el excelente permitido que había tenido después de ser obediente y dejarse solo penetrar con dedos mientras era azotado una y otra vez.

Sus labios no lo dejaron terminar cuando fue sorprendido por el rubio besándolo tan fugazmente. Abrió los ojos como platos cuando la lengua del contrario entró en su boca. Su sumiso se acababa de revelar en un beso después de esperar por el.

Eso no lo detuvo. Eso oscureció mas su mirada y lo levanto levemente por la cintura para sacar su erección de sus pantalones. Lo suficiente como para poder preparase y empezar la acción.

Se masturbo un poco mientras su boca era atacada. Siguió el movimientos de sus labios. Pero el lo profundizó más cuando llevo una de sus manos tatuadas a su cabello dorado y luego lo jaló hacia su rostro mucho más para devorar aún más.

Cuando sabía que ya estaba estimulado para recibirlo. Colocó su miembro en su entrada y la alineó para entrar exitosamente.

Tomó sus caderas y lo bajo fuertemente sobre su miembro. Sintió como lo apretaba y el rubio grito contra sus labios.

Sonrío entre medio del beso. Y creyó que era buena idea azotar sus muslos. Eso fue lo que hizo. El rubio no se lo esperó. Su piel picaba por producto de la mano estrellándose contra su muslo pero no importaba. El solo quería saltar sobre el como lo hacia ahora mismo.

El azabache tomó su pequeñas manitos y las llevó a su cabello azabache.

-Jala. Puedes hacerlo solo por esta noche. Después de todo es tu cumpleaños.

Pero el rubio no estaba seguro de hacerlo. Había sido entrenado y siempre una de las reglas decían que nunca debía jalar el cabello de un dominante. A estos no les gustaba.

-Pero.. no quiero que te enojes conmigo.

-Hazlo. Te estoy dando una oportunidad.

Pero aunque dudaba, lo hizo. Tomó su cabellera un poco fuerte y vio que soltó un quejido pero luego le mostró una sonrisa de que estaba bien.

Siguió saltando con la ayuda del mecánico y sus labios podían besarse con los contrarios. Todos los gemidos roncos del azabache eran atrapados por el rubio.

Asintió repetidas veces mientras sentía como pronto se iba a correr pero también negaba porque no quería que esto terminará tan rápido.

-N-no.. ¡Ah! No quiero... ¡No quiero venirme! ¡Mmm! ¡No!

El contrario no le importaba. Solo negaba mientras lo besaba más cada vez y luego lo miraba con superioridad. El tenía que venirse. El no podía elegir si correrse o no. Solo el dominante.

Pero lo alejó de sus labios.

-¿No quieres venirte? ¿Por qué?

-No quiero que esto termine.

-Bien.

Lo cargó en sus brazos y luego abrió la puerta del cubículo de una patada.

Camino con el hasta el lavamanos. Lo bajo y luego lo volteó para que se viera a el mismo en el reflejo del espejo.

-Bienvenido a tu reflejo. No quieres que esto termine y eso me da la oportunidad de ver algo mejor en ti entonces. Hora que me muestres esas sucias expresiones mientras te dejo sin caminar.

-Pero..

No tuvo tiempo de hablar cuando su pecho chocó contra el lavamanos y su cabello fue jalado hacia atrás para que vea su propio rostro en el reflejo.

Sus lágrimas de placer caían por sus mejillas y luego su cuerpo fue empujado hacia adelante bruscamente. Había entrado de nuevo en el. Y su rostro cada vez estaba rozando su reflejo en el espejo. Sus labios estaban abiertos y pegados al reflejo.

Su aliento caliente lo empañaba. Sus ojitos apenas podían mantenerse abiertos. Sus lágrimas no dejaban ver mucho su reflejo pero si las expresiones de placer de su dominante. Y eso lo encendía más que cualquier cosa.

Mordía su piercing negro a todo lo que podía mientras que con una mano peinó su corto cabello negro hacia atrás dejando ver su otro piercing ocultó en su ceja. Su frente estaba llena de sudor como su cuello tatuado pero no le importaba.

Su mano volvió a su cadera y la sujetó como lo hacia su otra mano. Solo podía pensar en penetrarlo hasta que todo llegará a su fin.

Pero solo eran minutos más y el rubio finalmente pidió permiso para correr. Algo que fue concedido y rápidamente se dejó liberar completamente con un grito que fue callado por la mano del contrario.

-No grites, pequeña zorra. No quiero que sospechen.

Solo asíntio mientras miraba a través del reflejo a su dominante. Está estaba cerca de acabar, así que lo hizo más fácil. Salió de el y lo volteó. Luego levantó una de sus piernas y la colocó en su hombro para luego volver a entrar en el. Esa posición fue perfecta para el rubio, quien se volvió a poner duro pero su erección no duró demasiado cuando se vino junto a su dominante una vez más.

Lo subió arriba del lavamanos después de salir de el.

Acomodó sus ropas mientras miraba al rubio. Este agitado, su pecho subía y bajaba rápidamente. Sus bocanadas de aires no era suficientes.

Buscó sus ropas en el cubículo y también su corbata.

Sería bueno con el. Lo ayudó a vestirse poco a poco. Pero era imposible. El rubio solo podía rodear sus brazos en su cuello y darle besitos en el rostro insinuando algo más pero ignoraba sus besos pero nunca se quejaba de recibirlos.

Colocó sus bragas lentamente y luego le dejó un beso en su vientre bajo, justo arriba de su pelvis.

El fue el que se puso su pantalón rojo y sus zapatos después.

Por suerte nadie entró mientras se encontraba a la vista de todo el que entrara.

Sonrío burlón cuando metió su mano en su bolsillo de su pantalón. Aún tenía su tarjeta dorada. Iba a enseñársela y eso hizo cuando el rubio de bajó del lavamanos para besarlo pero el obstáculo del beso fue una tarjeta dorada con su nombre.

Se sorprendió al verla. Pensó que la había perdido y verla en las manos del mecánico fue como una sorpresa que nunca se esperaba.

-¿Qué-

-Gracias por cómprame este traje. Realmente lo disfruté está noche.

El rubio la tomó lentamente y luego negó rápidamente. Había usado su tarjeta sin que lo supiera y el gasto estaba en ese traje. Frente a sus ojos.

-Pensé que había comprado ese traje tu mismo.

-Tengo mis trucos.

Solo recordó como buscaba en su bolso dinero y luego encontró una tarjeta dorada. Jimin era millonario. No debía preocuparse si el dinero era robado, después de todo... El dinero llegaba fácil a los Park.

-Bueno. Supongo que solo fue ese traje. Me hubiera enojado si hubiera sido más que eso.

Solo sonrío burlón una vez más y luego desvío su mirada al reflejo del espejo detrás de Jimin. Solo borró su sonrisa cuando frente al reflejo se veía diferente.

Su mirada no era la misma de todos los días y era oscura. Abrió los ojos como platos cuando el que veía en el espejo sentía que no era el. Se sentía diferente.

Jimin guardo su tarjeta y sonrió hacia Jungkook pero se preocupó cuando lo veía alejarse de él con la mirada directamente a su reflejo cuando se giró para saber que miraba tanto.

-¿Que sucede, Jungkook?

Pero este no respondió y lo miró sorprendido solo por el reflejo que acababa de ver. Trato de no preocuparlo pero único que se le ocurrió fue caminar rápido hasta la salida del baño.

Abrió la puerta y se encontró con la madre de Jimin. Su sonrisa estaba en todo su rostro. Era amable pero aún así no tenía ganas de hablar con ella.

Está intento acercarse a el pero el la mantuvo lejos y luego tomó el camino de regreso al salón.

Confundida por su comportamiento, desvío su mirada del hombre para mirar a su hijo dentro del baño, quien sonrío cálidamente y algo nervioso.

Ojalá ella no sepa que había ocurrido allí dentro o todo sería un caos.

Bajo las escaleras de los jardines de la mansión y caminó hasta su auto. Saco las llaves y cuando creyó que podía irse, Jimin lo tomó del brazo, y lo volteó.

-¿Por qué te irás? Quédate está noche.

-Me encantaría pero debo irme. Creo que ya cumplí tu fantasía. Espero la próxima pero está vez no será.

-No es necesario que cumplas más de una fantasia está noche. Quédate aqui.

Solo negó y abrió la puerta del auto sin quitar la mirada de aquellos tristes ojos azules pero tuvo que subir al auto. Cerro la puerta y Jimin se alejó del auto abrazándose a el mismo. Estaba frío.

El viento comenzó a soplar y su cabello dorado se movió mientras veía con algo de pena saber que pasaría la noche solo.

Pero lo vio partir rápidamente. Su motor rugió y se alejó de la mansión con velocidad.

Pero aunque se alejaba cada vez, el podía verlo a través del espejo retrovisor como se alejaba del rubio y poco a poco dejaba de verlo debido a la distancia.

𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭 𝐒𝐞𝐱

-¡Hey! ¡Aquí estaba mi compañero de aventuras sobre ruedas!

Hoseok, su amigo de hace años y compañero de carreras callejeras. Estaba de regreso por su taller luego de que tomará un vuelo a Nueva York.

-¿Hoseok? Eres.. oh vamos amigo.

Jungkook corrió hasta el y se abrazaron fuertemente. Después de un tiempo sin verse mutuamente. Había pasado un año desde que habían dejado de verse.

-Me alegra que estés cumpliendo tu sueño de tener un taller. Era lo que soñabas.

Hoseok observó todo el taller con alegría. Estaba feliz por su amigo y su sueño cumplido.

-Crei que jamás lo lograría pero aquí lo ves.

Jungkook sonrío feliz de verlo y finalmente fue abrazado nuevamente por Hoseok. Palmo su espalda y se alejó para verlo.

-¿Que tal tu viaje?

El azabache caminó hasta la mesa de herramientas con su amigo detrás, quien seguía sus pasos lentamente.

-Fue agradable. Realmente estudiar medicina fue difícil pero lo mejor fue que tuve buenos promedios.

-Me alegro por ti.

-Sabes... Aún no paro de recordar nuestras carreras. Dios eran geniales. Sobre todo cuando nos apoyamos entre nosotros. ¿Crees que podríamos volver?

-No sé si realmente aún las carreras sigan en la ciudad pero si es así. Sabes que no puedo negarme a una.

Dejó de trabajar en la mesa y caminó rápido hasta un pequeño refrigerador. Sacó dos cervezas en botella y le extendió una a Hoseok. Este la abrió y luego se apoyo en el capó del auto del azabache que se encontraba dentro del taller.

-Es un buen auto. No puedo creer que lo conserves aún.

-Es mi mejor auto. El único.

Sonrío al verlo. Era un buen auto como también lindo de afuera y dentro. El color negro le encantaba como quedaba en el.

-Bueno. Puedes correr con el si tenemos la oportunidad de otra carrera este año.

-Lo haré.

Ambos chocaron levemente sus botellas en un brindis y le dieron un sorbo a sus botellas al mismo tiempo.

Aún recordaba todo lo que habían pasado en dos años. Su amistad había crecido demasiado rápido pero segura.

Pero cada vez que recordaba lo que habían pasado, la sangre le hervía.

Hace dos años.

-¿Realmente crees que puedes correr?

Un hombre algo anciano se acercó a el. Luego lo observó de arriba a abajo. Se sentía intimidado por aquel hombre.

-Si. De hecho, se conducir muy bien. Mi padre me ha enseñado.

-Oh entonces eso me deja tranquilo. Sabes.. la mayoría aquí dicen que aprenden solos, eso sí es peligroso. Quien sabe cómo realmente conducen si aprenden solos.

Jungkook asíntio y luego sonrío agradecido cuando recibió entre sus manos un traje completo de carrera de color negro. Era el típico traje de corredores de autos.

Quizás las carreras eran ilegales pero está era muy ilegal y demasiada callejera cuando solían haber muchas trampas sucias a la hora de correr un carrera.

Famosa por sus trampas y peligrosa por qué posiblemente podrías perder la vida.

-Ahora perteneces a nuestro equipo. Cada conductor en la carrera tiene su equipo. El cual se encarga del auto y de las reparaciones. No tienes que preocuparte por nada, solo en conducir y ganar.

-Oh. Está bien. ¿Cuando comenzaré a competir?

-Bueno. No tan rápido. Estarán bajo pruebas por una semana y si la pasas... Será unos de nuestros corredores junto a ese chico de allí.

El hombre señaló a un chico que se bajaba de un auto deportivo amarillo y en su identificación de su traje decía su nombre. Hoseok.

Jungkook se volteo a mirar al hombre y luego acepto la prueba.

A los días siguientes. Su cuerpo era protegido por chaleco, casco y más protección para evitar lesiones.

Camino hasta el auto que tenía asignado. Era de color rojo oscuro. Parecía rápido cuando lo vio muy bien para el. Era un toyota celica gt-s. Lindo y de color negro.

-Obtendrás uno mejor si pasas la prueba. Suerte.

En su audífonos podía escuchar al hombre comunicarse con el. Corrió un poco hasta el auto para apresurarse.

Encendió el motor y soltó un largo suspiro cuando escuchó como rugía el motor con tan solo pisar levemente el acelerador.

Luego de unos minutos. Se preparó en la línea de salida. Llegó hasta ella lentamente sin ir muy rápido y espero el conteo del hombre en su oido para comenzar la prueba.

La prueba consistía en practicar la velocidad en la que podía conducir. Cuando más rápido llegará a la meta, mejor sería. Eso servía mucho a la hora de correr. Debían practicar y examinar la velocidad de los conductores.

El motor rugió cuando el solo quería que lo hiciera. Apretó los guantes sobre el volante del auto. Luego bajó una mano a la palanca.

Sonrío de lado. Le enseñaría lo que sabía hacer. No era solo una cara bonita. Podía ser más de lo que quería.

-Sales en cinco segundos. Prepara tu acelerador. El contador de velocidad y tiempo comenzará a contar desde el primer minuto en el que avances. Estas siendo controlado por una máquina. Ya sabes de lo que dicen de ellas, siempre nos ganan pero mejor debes vencerla tu a ella.

Volvió a apretar lentamente el acelerador y hizo rugir el motor. Volteó su cabeza hacia la cabina del hombre donde el se encontraba hablándole a través de micrófono y el solo escuchaba a través de su auricular.

Luego volvió su mirada al pequeño semáforo frente a el. Este estaba en color rojo. Estaba ansioso por el color verde.

-El récord que debes superar es de un tiempo de once minutos con diez segundos para entrar a las carreras. Es complicado pero confío en ti. Suerte.

Sin más el auricular se apagó. Pero el no le importaba eso. Solo el color verde que rápidamente se encendió.

Su mano apretó la palanca y luego con todas sus fuerzas apretó el acelerador con su bota. El auto reacción inmediatamente. Apenas había hecho unos metros, la palanca fue tirada bruscamente hacia adelante.

Debía tener sus ojos sobre el circuito de carrera. Las curvas en ella eran muy difíciles a la vista pero no pensaría como algo imposible.

Aceleró más cuando sentía toda la adrenalina subir por sus piernas hasta su cabeza.

Con solo una mano, volteo el volante con agresividad. Debía ser rápido. No había tiempo para ser delicado. Nuevamente la palanca fue manipulada hacia un lado.

Mordió su piercing al verse tan cerca de la meta en tan poco tiempo. Volteo el volante nuevamente con solo una mano contraría y luego presionó el acelerador con bestialidad.

Entraría a las carreras aunque le contará la prueba una y otra vez. Pero lo conseguiría.

-Tu tiempo casi acaba.

Solo se había encendido su auricular solo para escuchar eso. Eso le hizo sentir presión.

Negó y mordió más fuerte su piercing. Solo tenía que llegar rápido, no era tan difícil.

-¿Quien es ese chico?

Hoseok interrumpió en la oficina del hombre, quien se volteo al escucharlo. Sonrío orgulloso al ver a uno de los mejores corredores en su oficina.

-Su nombre es Jeon Jungkook. Está apunto de conseguir su récord. Después de todo debe romper el tuyo para entrar.

-Espero que lo logré. Se ve capaz de todo. Me agrada.

Hoseok sonrío amable y vio por las camaras como el auto que conducía Jungkook, avanzaba a toda velocidad en diferentes lugares del circuito.

Pero mientras ambos sonreían orgullosos por lo que veían en las máquinas, Jungkook no paraba de girar el volante con brusquedad y luego tomar la palanca para manipularla. Está le daba más velocidad en el camino.

Apretó bajo sus gustes aquel volante y cuando finalmente paso la línea de llegada, suspiró aliviado.

-Buen trabajo.

Volteo el volante para luego frenar en una curva, marcando los neumáticos sobre la carretera.

Suspiró por última vez y se dejó caer hacia atrás.

-Tu tiempo es de nueve minutos con cincuenta ocho segundos. Es increíble pero también buena suerte. Unos minutos más y pierdes. Pero estás dentro chico.

Quitó su casco mientras salía del auto. Ese tal Hoseok camino hasta el aplaudiendo mientras llevaba a el con una sonrisa alegre.

-Realmente quiero felicitarte. Eres muy bueno. Por en general, mucho fallan el la primera prueba y siempre deben insistir hasta romper el récord pero contigo fue diferente. Dime, ¿ya has participado en carretes antes?

Jungkook sonrío peinó un poco su cabello largo. Luego se tomó un tiempo para pensar mientras ambos caminaban de regreso a la oficina del hombre.

-Lamento desilusionar pero no soy corredor pero mi padre solía serlo. El fue quien me enseñó.

-Oh. Entonces tú padre habrá de ser un buen corredor.

-Seguro que si. Aún no lo veo desde hace años.

El contrario solo asíntio y luego ambos llegaron a la oficina del hombre, quien esperaba a Jungkook con una medalla por haber completado la prueba con un nuevo récord.

Jungkook sonrío asombrado al verla.

-¿Es para mí?

-Toda tuya. Eres bienvenido al equipo.

Hoseok palmeo su hombro y el hombre sonrío.

-Eres un corredor de rango b. La mayoría suelen ser de rango c cuando apenas comienzan como tú pero tú eres diferente. Te mereces el rango b. Pero si algún día quieres ser rango A o S. Tienes que ganar cinco carreras consecutivas. Buena suerte.

Eso había sido todo. Hoseok le había contado desde ese día que el era un corredor de rango A. Estaba en camino al rango S, uno de los mejores. Decía que tenía una vida genial y llena de lujo. Las carreras tenían premios como mucho dinero. Solía ganar demasiado y con eso tenía sus lujos.

Era una buena ganancia.

Una ganancia que le gustaría tener y así fue.

Cada día se esforzaba en romper su propio récord para aumentar su habilidad con la velocidad.

Cada día ganaba una carrera diferente. Y el equipo se volvía orgulloso de él. Pero no estuvieron muy orgullosos cuando la última carrera llegó. Sería la quinta carrera que debía ganar.

Pero solo había perdido la oportunidad de hacerlo. Alguien era más rápido que el.

Cuando bajo del auto después de finalizar su carrera. Se quitó el casco y observó su nombre en segundo puesto en una de las grandes pantallas del lugar. Sin duda había sido el circuito de carrera más difícil para el.

Pero solo negó. No sé enojaría por no conseguir algo. Podía intentarlo una vez más.

-Que bien. Acabas de perder. Yo te conozco. Eres el chicos que ha estado ganando carreras una tras otra pero creo que rompí tu racha.

Una voz lo hizo girarse sobre sus botas y lo observó fijamente. Era un joven chico como el. Llevaba un traje de color naranja y su cabello era algo gris.

-¿Mi racha? Puedo volver a hacerla.

-Mientras compitas contra mi, nunca podrás volver a obtenerla.

-¿Por qué? No siempre tienes que ganar.

-Lo mismo digo, Jeon.

Jungkook solo sonrío falsamente y se alejó de ahí antes de que todo se volviera peor. No quería enojarse. No valía la pena enojarse por malos comentarios.

No era el tipo de persona que se enojaría por eso. Solo lo ignoro.

Prefería dar ánimos a Hoseok, quien sería el siguiente en correr la siguiente carrera.

Lo vio prepararse. También lo vio respirar profundo y luego relajarse de sus nervios hasta que tomó valor. Finalmente camino hasta su auto y subió.

La carrera transitaba de buena manera. Solo quedaba una ronda para que terminara. Hoseok iba ganando. Era un buen punto para el equipo. Quizás el no había podido ganar pero Hoseok lo lograría por todos.

Sonrío al verlo casi cerca de la meta pero su sonrisa borró cuando el auto del corredor comenzó a expulsar fuego de su parte delantera. Su capó estaba en llamas.

Todas las personas del equipo que observaban al chico, se preocuparon y rápidamente corrieron hasta la salida de la oficina para salvarlo.

Antes de que todo fuera peor.

El tampoco se quedaría allí. Corrió hasta la salida. Salvaría a Hoseok aunque fuera una locura.

Corrió hasta finalmente encontrar la salida hasta encontrarse en el circuito. Intentó correr hasta el auto en llamas pero todos los miembros del equipo tomaron sus brazos. No dejarían que Jungkook se acercará a la autopista con tantos autos pasar rápidamente. Pero eso no le preocupaba al azabache. El solo quería correr hasta el otro lado de la autopista para rescatar a su compañero.

Intentó safarse de los agarres que no lo dejaban ir. Grito con todas su fuerzas la realidad de lo que sucedía. Si no lo dejaban ir, Hoseok moriría ahí mismo.

Mientras tanto el mismo nombrado, no paraba de intentar quitar todos los cinturones de seguridad de su cuerpo. Pero las llamas cerca de su cuerpo lo hacían sentirse desesperado y su intento por salir del vehículo era inútil.

Finalmente todo fue violento. Jungkook empujó a todos con los que los sostenían del cuerpo para no dejarlo ir. Empujó, grito y nuevamente empujó más violento.

Se quitó la parte superior de su traje y la arrojó al suelo. Corrió hasta el auto de Hoseok, cruzó la autopista sin mirar y llegó al auto. Todos los miembros del equipo trataron de sujetarlo antes de que cruzará pero fue inútil. El ya estaba a lado del vehículo en llamas.

Podía escuchar a su compañero llamarlo por ayuda. Abrió la puerta del copiloto y las llamas quemaban pero no importaba. Sus brazos se extendieron y Hoseok los tomó.

Rápidamente se impulsó hacia atrás y intentó sacarlo lo más rápido posible antes de que le auto pudiera explotar. El fuego estaba consumiendo la mayoría de todo el vehículo.

Su cabello largo de quemó un poco en sus puntas pero lo apagó rápido.

Jaló de Hoseok pero se tropezó hacia atrás y sin querer lo soltó pero lo tomó rápidamente de nuevo.

Jaló una vez más mientras mordía su labio al ejercer tanta fuerza.

Finalmente logró sacarlo pero tenían que alejarse antes de que explotará aquel vehículo. Paso el brazo de Hoseok sobre sus hombros y corrió con el lo suficientemente lejos para no ser atacados por explosión.

Ambos cayeron al suelo cuando habían tropezado con sus propias botas. Pero debían seguir. Hoseok no tenía fuerzas para ponerse de pie.

Pero Jungkook solo jaló de sus brazos. Jaló de el por el suelo aunque sea para salvarle la vida.

Ambos se cubrieron los oídos cuando la fuerte explosión llegó a sus oídos. Por unos segundos dejaron de escuchar. Sus audiciones se volvieron nulas. La explosión los había dejado algo sordos temporalmente.

Pero rieron ambos cuando finalmente estaban vivos. Hoseok abrazo a jungkook. Y desde ahí podía pasar todos los días agradeciéndole que gracias el, había sobrevivido.

Hoseok fue ayudado por los miembros del equipo y llevado a emergencias.

Mientras eso sucedía. Jungkook se volteo a ver al chico de pelo gris que anteriormente había hablado con el. Se estaba riendo. ¿Por qué?

-¿De que te ríes? Casi muere una persona.

Su expresión sería llegó a todo su rostro. Pero el chico peli gris lo miró con mala cara pero a la vez se veía orgulloso por algo. Y ahí fue cuando entendió todo.

-imbécil ¿Has sido tu el que provocó todo esto?

Jungkook caminó furioso hacia el. Sin miedo de que lo que podía suceder. El había sido el responsable de que Hoseok casi perdiera la vida.

Algunos miembros del equipo intentaron pararlo pero fue imposible. Volvió a empujarlo mientras escuchaba como el chico reía burlón a todo lo que daban sus pulmones.

Comenzó a odiar su risa.

-¿Que sucede, Jungkook? Acaso no sabes las trampas de la carreras como estás.

-No son así las trampas.

-Lo siento. El se lo busco solito.

Pero antes de que el chico se marchará con su sonrisa de burla en su rostro, Jungkook empujó al último miembro que lo sujetaba y golpeó el rostro del chico con enojo.

Este se tomó el rostro pero no sé quedó de brazos cruzados. También golpeó a jungkook de regreso.

Ninguno se quería quieto. Ambos se golpeaban y gritaban insultos mutuamente. Grito aún más cuando el chico le arranco algunos cabellos negros pero el fue más rudo y le arranco un pendiente que llevaba en la oreja aquel chico.

Sonrío burlón al ver el dolor que reflejaba el contrario y fue arrastrado por los miembros. Lejos de ahí antes que todo se volviera peor. Pero le importaba poco. Había causado algo horrible a su compañero y no se quedaría de abrazos cruzados. Lo protegiera.

Parpadeó varias veces y luego Hoseok golpeó su botella levemente contra la suya, sacándolo del trance.

-¿Es lo que estás pensado? -Su compañero estaba curioso de saber porque estaba tan callado de repente.

-Nada. Solo creo que salvarte fue mi mejor acto heróico.

Hoseok sonrío cálidamente. Tenía razón. Le había salvado la vida y era algo que nunca olvidaría.

-Entonces... ¿El dinero de tu última carrera la has utilizado para crear tu taller?

-Crei que era una buena idea utilizarla de esa manera.

-Bueno, nada mal. Es un increíble taller.

-Gracias.

Tomó un sorbo de cerveza luego de agradecerle pero cuando iba a pasar la cerveza por su garganta, observó como un Lamborghini blanco se estacionaba frente a su taller. Ya sabía quién era.

Escupió la cerveza y Hoseok se sobresalto cuando lo tomó desprevenido cuando minutos antes se encontraba viendo el taller a su alrededor con una leve sonrisa.

-¿Pero que mier-

-Tranquilo. Yo limpio luego, espera un segundo

Jungkook dejo la botella de cerveza sobre la mesa de herramientas y corrió hasta la entrada del taller. Espero por Jimin pero nunca bajo de su auto. Fue así por muchos minutos y retrocedió hasta Hoseok.

-¿Todo está bien?

-Si. Solo que.. parece que vino un cliente.

-Oh. Entonces mejor me voy.

-No. Quédate.

-¿Seguro?

Jungkook asíntio rápido y luego se volteo al escuchar el ruido de los zapatos de Jimin caminar por el suelo del taller. Luego lo vio cara a cara. Pero fue ignorado. Sus ojos azules se desviaron hacia Hoseok, quien sonrío contento y estrecharon sus manos.

-Mi nombre es Jung Hoseok, ¿El tuyo?

-Park Jimin. Y tu nombre se me hace conocido.

Jimin bajó sus lentes de sol por el puente de su nariz y lo miró por encima de estos.

-Oh.. bueno. No sé de dónde.

-Mmh, quizás solo creo que se me hace conocido.

Jungkook ladeo la cabeza un poco y luego siguió con su mirada a la cabeza de Jimin, la cual se volteo a verlo. Luego el rubio lo examinó de arriba a abajo.

-Y tu que... ¿Por qué no estás trabajando? Ponte a trabajar. Mi auto tiene problemas.

El azabache frunció en ceño mientras se cruzaba de brazos. Ahora ese rubio actuaba como su jefe. Lo más gracioso es que azabache era el jefe. Solo caminó hasta la mesa de herramientas.

Esa manera de mandarlo le saldría caro.

-Disculpa. ¿Eres jefe de Jungkook?

Hoseok estaba curiosos por saber que sucedía. Pero Jimin tuvo que pensar muchas veces en lo que iba a decir. Jungkook se volteo a mirarlo lentamente para escuchar lo que diría.

-Mmh.. Pregúntale a Jungkook... Yo debo irme.

El rubio sonrío nervioso y luego se marchó rápidamente. No quería perder su culo por decir cosas que no estaban bien. Ni siquiera era el jefe. Ese le costaría caro luego.

Solo lo siguió con la mirada hasta que el rubio desapareció.



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