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Capítulo OO1: Secret Sex

"Eres demasiado inapropiado como también muy atractivo."

Jungkook caminó por su taller repleto de autos de todos los modelos antiguos y nuevos que podían existir.

Así es, era el mejor mecánico y también el mejor taller mecánico lo tenía el. Todos los millonarios solían pedir por su ayuda cuando una mínima falla aparecían en sus carros costosos.

Amaba los autos como a su vida. Fanático de las carreras callejeras como los autos de todo modelo.

Debía atender a un cliente lo antes posible. Solían enojarse si la atención al cliente no era rápida pero ellos no eran muchos en el taller. Debían esperar si o si sus turnos pero no había forma. Eran muy famosos en la ciudad por su increíble solución a los carros.

Sus ojos estaban puestos en un Ferrari rojo. Brillante y bien cuidado por fuera pero por dentro demostraba fallas.

-Mi freno está roto. ¿Crees que puedes arreglarlo chico?

El dueño del Ferrari salió de este con la voz en alto y cabeza también. Sacudió sus llaves en el aire y luego las colocó en la palma abierta de Jungkook.

-Cambiare sus frenos. Mejor prevenir que lamentar.

-Lo dejó en tu manos, chico.

El dueño del Ferrari palmo su hombro derecho y luego dos bellas mujeres bajaron del Ferrari. Caminaron hasta el dueño de este con sensualidad pero sus miradas se desviaron hacia Jungkook y sin dudar ambas guiñaron sus ojos hacia el azabache, quien sonrío de lado.

«Maldito anciano con suerte.»

Lanzó la llave al aire y luego la atrapó en el mismo instante.

Movió el Ferrari hacia dentro del taller. Lo conducio hasta dentro y luego lo apagó.

Salió de este mismo y luego cerró la puerta.

Corrió hasta su caja de herramientas. La tomó con una de sus manos y volvió hacia el carro. Debía pensar como cambiaría los frenos.

Mientras se mantenía atrapado en sus pensamientos, nunca se dió cuenta que un Lamborghini comenzaba a estacionar casi dentro del taller. Era blanco y brillaba de limpio. Estaba reluciente con un cuidado muy bueno.

Un rubio de traje blanco bajo de él con toda la delicadeza. Luego bajó la puerta lentamente. Sonrío al ver que por fin el taller se encontraba disponible.

Bajo sus lentes de sol oscuros y caminó lentamente hasta dentro del taller.

Solo quería encontrar a alguien quien lo ayudará con su pequeño problema.

Para su suerte fue visto por un mecánico castaño de cabello largo que se acercó a el corriendo. Sonrío cuando lo vio frente a el, lo suficiente para entablar su problema.

-¡Señor Park! ¿Problemas con su auto?

El rubio millonario asintió y dió su mejor sonrisa encantadora. Movió con delicadeza su mano y apuntó a su Lamborghini. Y habló en un tono coqueto.

-Mi manija de la puerta está comenzando a tener problemas desde el interior. Temo quedarme solito y atrapado. Por favor haga algo.

Taehyung desvío su mirada al Lamborghini y su boca cayó al suelo. Era uno de los autos mas costosos en el país. Era uno de sus favoritos y el señor Park lo tenía. Sin duda moría por ser millonario también.

-Me encargaré de eso, Señor.

-Bien. Las llaves son tuyas. Daré un paseo mientras. Mis piernas duelen. Conducir es agotador. -Suspiro y luego dejó caer sus llaves en la palma del mecánico castaño. Sonrío cuando lo vio pasar por su lado hacia su carro.

Solo se cruzó de brazos y se giró a su alrededor para contemplar las casas que habían cerca del taller. Nada mal. Parecía un buen lugar pero no tanto como su lugar de resistencia. Solo tocó un poco sus labios con su dedo índice y se volteo a ver el taller por dentro.

¡Agh! Siempre que veía talleres distintos, nunca faltaban aquellas mujeres casi desnudas en carteles que colgaban de las paredes. O otras cosas. No le gustaba que fueran tan atrevidos.

Solo negó y dió unos pasos hacia dentro. Vio como un Ferrari de último modelo estaba siendo tratado.

Lo miró de arriba a abajo. Era lindo carro pero no tanto como el de el. Solo soltó un pequeño «Ja.» y continúo.

Solo lo rodeó hasta que sus piernas decidieron parar. Su mirada bajo y se encontró con un par de piernas algo flexionadas. Se cruzó de brazos mientras las veía.

Definitivamente aquel mecánico estaba debajo del auto. Seguramente estaba examinando algo. O arreglando.

Iba a continuar con su camino y ignorarlo pero su voz lo confundió con otro.

-Taehyung. Pásame otra herramienta, parece que la mía no es la correcta.

Aún sin moverse, se quedó mirando sus piernas como si fuera su rostro.

-Kim, no tengo todo el puto dia.

Su mano fuerte golpeó debajo del auto como queriendo dar entender que estaba esperando por la herramienta.

Los ojos de Jungkook se desviaron debajo del auto hacia los zapatos costosos que lucian aquellas piernas junto a sus pies.

ladeó la cabeza sin levantarla para no dañarse y luego arqueó una ceja. ¿Que carajos hacia Kim con traje blanco y zapatos de lujos? ¿Ya se iba o que? Seguro tenía pensado ir por unas mujeres pero no ahora cuando debía trabajar.

Pero Taehyung no era ese. En realidad su amigo estaba arreglando la manija del Lamborghini, lejos de la entrada al taller, por ende, no escuchaba absolutamente nada de lo que decía Jungkook aunque lo intentará.

Solo colocó su herramienta en el suelo, a lado de su camilla roja con ruedas donde recostaba su cuerpo para poder impulsarse fuera y dentro por debajo del auto para tener mejor accesibilidad para reparar.

Su mano empujó la herramienta hasta fuera de debajo del auto. Está chocó con el zapato de Park, quien se sorprendió y se preocupó que su zapato no esté dañado.

-Pásame otra. Y quítate ese traje, o lo que lleves. No es hora de fiestas.

Su mirada volvió a lo que estaba haciendo debajo del auto.

El rubio fue tan delicado. Se agachó lentamente y tomó con mucha suavidad la herramienta. Le dió asco al verla toda repleta de aceite oscuro.

Negó rápidamente mientras alejaba la herramienta un poco de su traje. La sostuvo con dos dedos mientras caminaba hasta una mesa de herramientas. No sabía que escoger de allí. No entendía sobre herramientas o arreglos.

Pero su voz insistía que se diera prisa.

-Hombre apúrate. No tengo todo el día. Sabes que el dueño es muy exigente.

Solo eligió una herramienta al azar. Caminó despacio y se agachó lentamente cuando estuvo a lado de aquellas piernas. Luego golpeó la herramienta suavemente en el suelo para indicarle que allí estaba la herramienta.

Nunca se espero que el dueño de las piernas se impulsará hacia afuera del carro. Solo salió un poco solo para tomar la herramienta.

El aire de Jimin se escapó y nunca volvió. Vio como una bella mano tatuada pero algo cubierta de aceite en sus dedos, acarició su mano pequeña y luego tomó la herramienta algo rudo. Luego su cuerpo se impulsó de nuevo debajo del auto. Aún seguía sin ver su rostro.

Pero seguía sorprendido. Desvío su mirada un minuto hacia su Lamborghini, que estaba muy lejos ahora siendo atendido por el otro mecánico que solo parecía estar metido en su trabajo con concentración absoluta.

-Kim Taehyung, este es un martillo. No puedo hacer nada con esto. Y quítate ese traje. Pareces el señor Park.

Soltó una pequeña risa burlona que para otros sería inaudible pero para Jimin fue muy bien escuchada. Sobre todo cuando había hablado sobre el. Sus labios se abrieron sorprendido y luego su expresión de indignado apareció en su rostro.

Luego se mantuvo agachado desde que había alcanzado aquel martillo. Nunca se movió. Estaba en su momento de molestia.

Entrecerró los ojos algo molesto por sus palabras. ¿Que quiso decir? ¿Le estaba faltando el respeto? ¿Acaso se estaba burlando de su vestimenta lujosa?

-Cambia está herramienta o te pateo el culo.

Nuevamente se sorprendió por el inapropiado vocabulario que tenía ese mecánico. Era muy vulgar para sus oídos. No, no y no.

El martillo salió disparado debajo del auto, había sido empujado hasta su mano.

Lo tomó lentamente y los ojos de Jungkook estaban en sus dedos que se movían lentamente. La herramienta estaba manchada de aceite. Le dió asco tocarla.

El azabache miró extraño el comportamiento de su amigo, quien no era su amigo.

-¿Por que agarras la herramienta así? ¿Te da asco acaso? Tu no eres así. Con ese traje blanco y esa forma de agacharte, además de tomar la herramienta de esa manera... Pareces el señor Park.

Otra risita burlona salió debajo del auto. Y sus piernas se extendieron y luego se flexionaron de nuevo.

¿Acaso este hombre tenía algo en contra con su traje? Siempre era la última cosa con la que terminaba sus palabras.

Ahora sí, molesto, camino rápido hasta la mesa de herramientas. Dejó el martillo y luego tomó otra herramienta. Basta de juegos. Le entregaría la herramienta y se iría a su casa.

No soportaba personas tan inapropiadas para sus oídos. No señor. El era un hombre como mucho modales y mucha educación.

-Oh, estás devuelta señor Park 2.0. Lanza la herramienta, puedo atraparla.

Su mano pequeña colocó la herramienta en el suelo y luego se puso de pie. Pateó la herramienta con fuerza pero nunca llegó un quejido de dolor o algo, como el esperaba. Tratando de vengarse pero nunca sucedió.

Frunció el ceño y luego fue descubierto.

-¿Acaso no crees que lanzaste la herramienta muy fuerte? Además eso era un destornillador.

Los ojos de Jungkook anteriormente vieron como la herramienta pasaba por su lado rápidamente y chocaba contra la pared del otro lado del auto. Eso lo hizo enojarse un poquito. ¿Desde cuando era tan rebelde por solo pedirle una herramienta?

-Voy a patearte el culo. -Sus manos cubiertas de aceite se colocaron debajo del auto y se impulsó hacia afuera rápidamente pero antes... -Pero si voy a patearte el culo, con ese traje pensaré que estoy pateando a Park.

Luego río burlón una vez más y su sonrisa se borró cuando sus ojos conectaron con un Jimin enojado y cruzado de brazos mientras lo miraba.

Sonrío nervioso al verlo y intentó impulsarse lentamente hacia debajo del auto de nuevo pero sus piernas fueron tomadas para que saliera del auto.

-Asi que no solo eres inapropiado con tu amigo, si no, que también eres muy inapropiado conmigo. Eres un irrespetuoso.

-Señor Park. ¿Que tal? ¿Quiere que le arregle el auto? Por favor espere su turno.

Intento volver debajo del auto de nuevo pero fue sacado nuevamente debajo de este. Rodó los ojos cuando volvió a ser Jimin.

-¿Qué?

Su tono fue de mala gana mientras recordaba que el había sido quién había alcanzado sus herramientas equivocadas.

-Te conviene hablar en este mismo instante.

Su zapato lujoso estaba ahora colocado en el abdomen del mecánico. Lo mantenía atrapado para poder asegurarse de que no escapara.

-Solo bromeaba. ¿Debo explicar que es bromear?

Tan rápido en cuanto habló, arqueó una ceja y rápido con una de sus manos cubiertas de aceite, tocó la pierna de Jimin, ensuciando su traje blanco.

El rubio se sorprendió y parecía querer montar un show de escándalo por haber ensuciado su traje.

-¿Que has hecho? ¡Oh por dios! ¡Que asco! Sal de ahí abajo y pide disculpas ahora mismo.

Jungkook rodó los ojos. Salió un poco más. Luego se puso de pie mientras lo miraba con mala gana. El rubio se sorprendió al verse tan pequeño a su lado.

-¿Debo disculparme en mi propio taller? Se equivoca.

-Bien, seguro que mi abogado le haga pensar en una disculpa hacia mi persona.

-¿Un abogado? Mejor ponte a pensar como quitarás esa mancha de tu traje.

Tomó una toalla que se encontraba en la pared de atrás de Jimin y luego secó su sudor de su frente. El rubio solo podía mirarlo y luego se dió cuenta que aquel mecánico no estaba tan mal pero su vocabulario no era muy bueno.

Sus brazos eran tan fuertes, solo imaginaba sus brazos alrededor de el, en ese mismo instante.

Pero toda su imaginación se esfumó cuando lo vio alejarse hacia la mesa de herramientas. Caminó detrás de el lentamente y luego intentó hablar pero parecía que lo ignoraba.

-A-ah yo... Cómo sea. No perderé mi mas valioso tiempo con alguien tan inapropiado y tan baja clase social. Debo arreglar mis asun-

Jungkook solo se volteo rápidamente y con velocidad enrollo la toalla para luego golpear en el trasero al rico chico sin una pizca de respeto por el. Eso le causó un gemido al contrario.

¿Había sido azotado con una toalla? Se sobó su trasero. Dolió un poco pero lo había disfrutado. Era un poco masoquista. Su más oscuro secreto.

Después de todo el dicho de que los millonarios tenían un secreto también como los demás, era cierto.

Se volteo con rapidez para poner una queja en alto pero el azabache fue más rápido y lo apunto con su mano tatuada.

-Mejor cuida tu vocabulario aquí. Estás en mi zona. Barrio bajo pero peligroso. Tienes suerte de estar de día por aquí y no de noche. Serías una jugosa carne para aquellos que están afuera.

-¿Ah? ¿Disculpa? ¡Agh! No quiero perder mi tiempo. Me voy en este instante. ¡Agh! ¡Que asco toda esta aceite en el suelo!

Jungkook rodó los ojos y luego se volteo para ver cómo el rubio se iba rápidamente. Aunque sonrío burlón por la mancha de aceite que había ahora en el trasero de Jimin. No fue el. Fue la toalla.

Regreso a la mesa de herramientas, observó si encontraba la herramienta que necesitaba pero Taehyung lo interrumpió.

-Hey amigo, obtuve mucho dinero. El señor Park me pagó una suma muy grande.

-Buena noticia. Disfruta ese dinero, quizá no regrese jamás por aquí.

Jungkook se giró hacia el. Paso por su lado con una sonrisa orgulloso. Solo porque había hecho enojar a un niño rico. Le causaba gracia.

𝐒𝐞𝐜𝐫𝐞𝐭 𝐒𝐞𝐱

Al día siguiente. Aquel Lamborghini blanco volvió. Solo tenía problemas un poco con su motor. Que mala suerte para el comenzar a tener esa clase de problema cuando se había peleado un poco con el jefe del taller.

Para completar su mala suerte. El jefe del taller era el encargado hoy. Taehyung se había tomado un dia libre. Así que, estaría absolutamente solo con los carros.

Camino lentamente hacia dentro del taller y vio como aquel mecánico tomaba largos sorbos de agua de una botella mientras su cabeza se inclinaba hacia atrás levemente. Dejando ver perfectamente su mandíbula marcada y afilada. Un increíble perfíl.

Luego terminó y observó un carro distinto al del otro día. Parecía ser un mustang de color negro totalmente.

Paró de caminar cuando su mirada cayó ahora sobre el. Solo un poco nervioso se removió en su lugar y desvío la mirada del azabache un poco tímido.

Su traje era otro. Está vez llevaba un traje rojo. Su cabello rubio estaba hacia atrás peinado. Su cuello dejaba que colgará un collar de diamantes super costoso pero lujoso.

Pero Jungkook continúo mirando el auto como si nunca lo había visto. Eso le molestó un poco. Quería que lo ayudará con su auto pero lo ignoraba.

Rápido observó como el azabache sacaba una llave inglesa de su cinturón de herramientas que colgaba en sus caderas. Jugó un poco con la herramienta haciéndola girar un poco en el aire y luego la atrapaba. Solo era para ignorar a Park.

Camino hacia otro lado. Pero Jimin caminó lentamente siguiendo sus pasos con delicadeza.

-¿Vienes por otro azote en el trasero? Te digo que no tengo ganas.

Las mejillas de Jimin se volvieron rojitas y rápidamente se abrazo a el mismo. Observó sus propios zapatos oscuros. Y tímido como estaba decidió responder.

-Yo quiero que soluciones mi auto. Tiene algunas fallas.

Jungkook se volteo mientras se apoyaba contra la mesa de herramientas. Colocó sus palmas en esta y luego lo miró. Soltó una carcajada corta al escuchar perdí su ayuda.

-No gracias. Hay un taller cerca. Ve a ese.

-¿En serio? Solo quiero que lo soluciones y me largo. No me verás jamás, lo juro. Es imposible que llegue tarde a una fiesta muy importante hoy.

-Dejame pensarlo...

-¿Si?

-No.

Su sonrisa sarcástica se borró y Jimin perdió la esperanza de poder llegar a la fiesta. Solo estuvo cabizbajo. Sabía que su madre se enojaría por su ausencia por unos minutos. Debía llegar.

-Te pagaré el doble. Tengo mucho dinero.

-Me convences pero no del todo.

-Hmm... Puedo regalarte lo que quieres, solo una cosa.

-No creo que me sigas convenciendo.

-¿Que tal un auto de último modelo? Puedo regalarte mi auto.

-Mmh, me gustan otros modelos.

Jimin maldijo en su mente. Estaba comenzando a no tener más ideas. ¿Que podía regalarle a ese mecánico para convencerlo?

-No se que... Solo dime lo que quieres... ¿Acaso quieres una noche conmigo?

Jungkook lo miró con una expresión en blanco. Luego se rió de el. La mejor broma de su vida.

-No gracias. No quiero tener pesadillas.

Pero Jimin volvió a tener la misma molestia que el otro día.

-Es increíble que te niegues a una noche. Nadie se resiste a eso. Pero que me rechaces tu no significa que otros lo hagan.

-Realmente les deseo mucha suerte a esos hombres.

Jimin caminó rápido hasta el y lo tomó por el cuello de su traje de mecánico. Sus manitos no eran muy fuertes pero si lo eran como para sacudir el cuerpo del contrario.

-¡Quiero mi auto solucionado! ¡Trabaja ahora!

El azabache rodó los ojos y luego lo alejó. Está bien, lo ayudaría solo porque no quería seguir escuchando su voz.

Camino hasta su auto con su caja de herramientas. Luego abrió el capó de este y luego echo un vistazo. Se detuvo por largos minutos y extendió su mano hacia donde estaba el problema.

Su mano tomó y saco una braga roja de encaje. Mejor dicho, de lencería erótica. Solo se la enseñó, la balanceo delante de sus ojos. ¿Cómo había llegado eso ahí? No sabía, el no era dueño de ese auto.

Jimin se sorprendió y luego tomó la braga con nerviosismo. La ocultó detrás de su espalda.

Jungkook arqueó una ceja al ver su reacción desesperada y era bastante inteligente como para saber que había pasado. Después de todo no preguntaría algo que no era su problema.

-No es lo qué-

-No es mi incumbencia. Alguien está reparando y metiendo las manos en tu motor ¿eh?

El doble sentido estaba en el aire. Solo cerró lentamente el capó y luego se volteo para ir dentro del taller, seguido de Jimin detrás de el. Quien quitaba su billetera de su bolsillo, listo para pagarle.

-Son... Olvídalo. Dices que llegas tarde así que puedes pagarme luego.

-Oh.. esta bien. Gracias por todo y... Bueno eso que viste.

-No te preocupes. Solo haré que no ví nada.

Jungkook regreso a la mesa de herramientas y dejó su caja ahí. Luego buscó las demás herramientas que estaban en la mesa. Algunas estaba sucias, así que mejor las comenzó a limpiar.

En lo contrario, Jimin solo se mantuvo unos minutos mirando su espalda y luego sus brazos tensos. Negó rápidamente y se fue de ahí algo avergonzado.

El estaba avergonzado pero el mecánico estaba imaginando cómo se vería aquel rubio mimado de mami con aquellas bragas roja. Sonrío algo lascivo y siguió limpiando las herramientas sucias.

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