༘✶ ⋆。˚ ⁀➷ VEINTIDÓS
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Salieron de la casa y HeeSeung se apresuró a cerrar la puerta, pero se giró abruptamente cuando un pequeño chillido atrajo su atención. Una vez que se giró, encontró a JungWon tendido en el suelo.
—Pero, ¿JungWon? ¿Qué te pasó? —cuestionó asustado el pelinegro, arrodillándose a su lado para ayudarlo a levantar una vez que puso la botella en el suelo.
JungWon soltó un quejido una vez que se enderezó.
—Pisé mal. No vi el escalón de bajada... —dijo JungWon algo adolorido. —Mi pie...
—Ah, ven. Te ayudo. —dijo HeeSeung llevando su mano a la cadera hacia del castaño para ayudar a levantarlo del suelo. —¿Puedes apoyarlo?
—Creo que sí... —dijo JungWon, poniendo el pie en el suelo. —Ah, sí duele un poco. —rió nerviosamente el castaño.
—Ven, vamos te llevaré. Apóyate de mí. —pidió el pelinegro. JungWon pasó su brazo por encima de los hombros del pelinegro mientras que este lo tomaba por la cintura. —¿Puedes llevar la botella tú? —cuestionó HeeSeung entregándosela.
JungWon lo miró asintiendo mientras cogía la botella con su otra mano, pero no apartó el rostro, así que HeeSeung volteó su rostro quedando muy cerca ambos. A unos centímetros de sus labios. El corazón de JungWon dio un vuelco al sentir la cercanía de ambos, incluso sus respiraciones se entrelazaron y un leve rubor se notó en ambos.
—QUITALE LAS MANOS DE ENCIMA, LEE HEESEUNG. —y el grito de Riki resonó por todo el lugar haciendo que JungWon se alejara de golpe, empujando al pelinegro.
JungWon se tambaleó y volvió a caer al piso soltando un quejido. HeeSeung se apresuró para levantarlo, pero Riki lo empujó, quitándolo del lado de JungWon. El rubio levantó a JungWon con rapidez y lo acercó a su cuerpo llevando su mano a la cintura de este.
—¿Estás bien? ¿Él te empujó? —cuestionó Riki.
—¿Qué mierda te pasa, Nishimura? —levantó la voz HeeSeung acercándose al rubio con rabia.
JungWon miró a ambos nervioso y empujó a Riki, alejándose de él.
—No, él no me empujó. Yo me caí, no vi el escalón. —dijo JungWon tratando de separar a HeeSeung y a Riki. —Por favor, no vayan a pelear.
—Sí, no caguen la noche. —la voz de Sunoo llegó a los oídos de todos. —Venga, entren. Después pueden matarse con la mirada. —dijo este acercándose a Riki para tirar de su brazo.
HeeSeung soltó un suspiro y a lo lejos vio a Jake de pie en la entrada de la casa de Riki, mirándolo. Este sintió su pecho dolor al ver que nuevamente lo miraba mal, JungWon soltó un suspiro y se acercó cojeando a HeeSeung.
—Por lo menos la botella no se quebró. —dijo el castaño alzando la botella a la vista del pelinegro, atrayendo su atención.
HeeSeung suavizó su mirada ante el castaño y sonrió.
—Vamos, yo puedo caminar. —dijo JungWon, cojeando hacia la otra calle con HeeSeung.
Una vez dentro de la casa de Riki, HeeSeung le quitó la botella a JungWon y la llevó hacia la sala de estar. JungWon también iba a entrar, pero Sunoo lo agarró del brazo llevándolo fuera de la sala de estar.
—¿Estás loco? —cuestionó este. —¿Cuándo aceptaste en hacer esto con HeeSeung? Te dije que vas a salir lastimado.
—Espera, no entiendes. Todo tiene una explicación. —dijo JungWon algo nervioso. —Solamente sé que va a salir bien, creo que la persona con la que él quiere estar no le corresponderá.
—Y sigues con eso... —suspiró Sunoo. —¡Te está usando, JungWon! Date cuenta. ¿Cómo soportas ayudar a la persona que te gusta a estar con la persona que le gusta? ¿Eh? Eso no tiene lógica, Wonnie.
JungWon sintió su corazón doler y era cierto lo que le decía Sunoo. Iba a salir herido independiente de lo que hiciera con HeeSeung. Antes de que JungWon pudiera responder algo, un par de cervezas aparecieron en su campo visual.
—Tengan, bien frías. —dijo Jay animado.
Sunoo le dio una última mirada al castaño y agarró la cerveza para luego darle la espalda y caminar hacia la sala de estar.
—¿Todo bien? ¿Te lastimaste? —cuestionó Jay viéndolo.
JungWon agarró la cerveza y negó.
—Estoy bien. —respondió en un tono triste.
—No parece. —rió Jay y le dio un pequeño codazo. —Ven, juguemos algo. —los dos caminaron hacia la sala de estar y tomaron asiento en el suelo.
JungWon soltó un suspiro, sentándose al lado de Jake, quien le dio una mirada de reojo algo incómodo. El castaño agarró la cerveza y se la llevó a los labios tomando un gran sorbo, atrayendo la atención de todos los presentes.
—JungWon... —dijo Sunoo sorprendido ante el arrebato del castaño.
—Bueno, él al menos sí que sabe beber. —rió Sunghoon.
JungWon soltó un suspiro una vez de haber tomado la lata de cerveza hasta su final sintiendo un hipo escaparse de sus labios. Sonrió algo mareado y miró a Riki, quien estaba enojado mirándolo en frente de él.
—Ya deja de ser tan gruñón, Riki. —dijo JungWon riéndose.
—Oh, no. —dijo Sunoo. —Es mejor que alguien le dé algo de comer.
Jake, quien estaba al lado de JungWon, le extendió una bolsa de papas. JungWon lo miró y la agarró bruscamente.
—Tonto. —le dijo y rompió en risas haciendo que los presentes rieran también mientras veían a JungWon comer de la bolsa de papitas.
HeeSeung se reía mirando a JungWon comer hasta que fijó sus ojos en Jake, quien comía en silencio algunas frutas mientras miraba su teléfono. Este soltó un suspiro mirándolo y le dio un sorbo a su cerveza.
—¿Te gusta verdad? —un susurro llegó a su oído haciendo que HeeSeung asintiera inconscientemente.
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—Como no tienes idea... —dijo entre suspiros mirando a Jake. Fue así como regresó a la realidad de golpe y miró a su lado encontrándose con la sonrisa satisfecha de Jay. —¡No! Espera...
—Ah no, tú mismo lo dijiste. —rió Jay tomando un sorbo de su cerveza, haciendo que HeeSeung se sonrojara. —Ay no, hasta te sonrojas.
—No vayas a decir nada, te juro que luego te cuento. —pidió HeeSeung mirando de reojo a Jake.
—Más te vale, Lee Heeseung. También tienes algo que explicar sobre lo de ser titular. —advirtió Jay.
—Ah, sí. Eso..., luego te cuento todo. —dijo HeeSeung agarrando un paquete de papitas para seguir comiendo.
—¡Bien! ¿Les parece si jugamos algo? —dijo Sunoo llevando una botella de cerveza vacía al centro. —7 minutos en el paraíso.
Los presentes miraron a Sunoo sin entender lo que decía.
—¿Qué? ¿Nunca jugaron 7 minutos en el paraíso? —cuestionó Sunoo, recibiendo seis negaciones con la cabeza. —Ay no puede ser. —se quejó este y se acomodó en el suelo.
—Suena a algo muy caliente. —dijo JungWon riendo, aún estando mareado.
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Riki abrió los ojos sorprendido al ver a JungWon riéndose tanto porque estaba algo ebrio con una sola cerveza. Riki sabía que JungWon no podía tolerar más de una cerveza, pero ahora sabía aún más que con solo tomársela rápido ya tenía efecto en él. Este soltó un suspiro incómodo ya que estaba sentado en frente de él y no podía acercarse tanto.
—Les explicaré el juego. —suspiró Sunoo. —La botella elige a dos jugadores, la primera vez que se gire la botella y le señale a alguno de nosotros, esa persona deberá ir primero a un lugar... —todos asintieron. —Riki, ¿Podemos usar el cobertizo? —preguntó Sunoo, recibiendo un asentimiento del rubio. —Bien. Una vez que la botella elija al primer jugador, este irá de primero, entrará y se quedará ahí hasta que vaya el segundo jugador, que también lo elegirá la botella. Alguien tiene que ser el moderador del juego, y ese voy a ser yo para verificar si todos están jugando correctamente. —comentó Sunoo con una sonrisa maliciosa.
—¿Y qué se supone qué se debe hacer ahí dentro? —cuestionó Jake.
—Esa es la mejor parte. —sonrió Sunoo. —Tendrán que estar ahí por 7 minutos, no pueden hablar, solo tocarse. —dijo este. —Ah, y tienen que estar a oscuras.
—¿No podemos hablar? —cuestionó Riki interesado.
—Sí, no pueden hablar. —respondió Sunoo.
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JungWon soltó una risita nerviosa atrayendo la atención de todos.
—Oye, eso es de una película..., ahí se terminan besando. —rió JungWon provocando que Sunoo le diera un codazo.
HeeSeung soltó un suspiro y miró a Jake sintiendo su corazón latir con fuerza. ¿Existía alguna posibilidad de que los dos pudieran jugar el juego?
—Bueno, bueno. A ver, entonces la primera persona que esté adentro no sabe con quién estará con ella ahí dentro, ¿correcto? —cuestionó Jay.
—Correcto. Solo lo sabrá cuando salga luego de los 7 minutos. —respondió Sunoo.
—Pero, ¿no es injusto? Digo, porque la segunda persona que elija la botella sabrá quién está adentro. —dijo Sunghoon mirando a Sunoo, y este le sonrió inocentemente.
—Ventaja para el segundo jugador, de elegir si va o se vuelve a girar la botella. —dijo Sunoo.
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Riki se mordió el labio inferior y miró la botella que estaba en el centro del círculo que formaban. Podía ser muy arriesgado, pero tal vez querría una oportunidad con JungWon ahí dentro. El rubio levantó la mirada hacia el castaño, quien seguía comiendo de la bolsa de papitas mientras movía la cabeza de lado a lado, esperando para jugar. Se le escapó una tonta sonrisa al verlo de esa forma, pero también hacía latir su corazón al pensar que existía la posibilidad de estar a solas, muy cerca.
—¡Bien! Vamos a jugar... —dijo Sunoo, y vio a su lado levantarse a JungWon.
—¡Un momento! Voy al baño, ya regreso. —pidió JungWon, riendo algo torpe.
Se tambaleó al levantarse del suelo y soltó un quejido por su pie, atrayendo la atención de Riki hacia él. El castaño cojeó hasta las escaleras y subió al segundo piso en dirección al baño, entró para hacer lo suyo y, luego de lavarse las manos, salió encontrándose con Riki en el pasillo.
—JungWon, ¿podemos hablar? —pidió Riki, poniéndose en el camino del castaño.
JungWon borró su sonrisa y lo miró.
—Lamento haberme comportado así hace rato, no debí haber empujado a HeeSeung. —dijo este, bajando la mirada. —Yo, solo pensé que había hecho otra cosa...
—¿Qué cosa? —cuestionó JungWon. —Riki, si tú no hubieses llegado en ese instante, creo que... —y las mejillas de JungWon se sonrojaron con solo pensar que podría haber un beso entre HeeSeung y él.
Riki levantó la mirada asustado y soltó un suspiro.
—Olvídalo... —suspiró este. —Vayamos abajo, quiero jugar.
Le dijo al rubio pasando por su lado, pero este lo retuvo agarrándole la muñeca.
—JungWon, yo quiero hablar de algo contigo... —le dijo Riki.
JungWon se giró y se soltó de su agarre.
—¿Puedes hacer que HeeSeung y yo entremos al cobertizo? —preguntó JungWon, haciendo que la mirada de Riki se entristeciera. —Vamos, ayúdame. ¿Sí? —pidió JungWon acercándose a Riki. —¿Sí?
Riki soltó un suspiro.
—¿Por qué tiene que ser HeeSeung, JungWon? —la voz de Riki sonaba algo apagada.
JungWon ladeó la cabeza y sonrió.
—Porque él me gusta, Riki... —le dijo. —Y sé que soy un tonto por no saber acercarme a él y decirle lo que siento, pero... —se detuvo antes de comentar algo. —Tengo algo que contarte sobre HeeSeung.
Riki arrugó el ceño.
—¿Qué pasó? —se asustó el rubio.
—Solo te pido que no reacciones de mala manera, Riki. Solamente escúchame. —pidió este, pero Riki sentía una mala sensación cuando un escalofrío le corrió por el cuerpo. —Yo, estoy saliendo con HeeSeung. —y esa frase solo hizo que su pecho doliera. —Pero no es como tú crees que salgo con él...
—¿De qué hablas? —suspiró enojado el rubio.
—Lo estoy ayudando con alguien. Bueno, a él le gusta alguien y yo estoy ayudándolo a darle celos... —se encogió de hombros el castaño, haciendo que Riki se frotara la cien.
«A quien le estás dando celos es a mí, Yang JungWon», pensó Riki.
—¿Qué? ¡Te está usando! —levantó la voz, haciendo que JungWon se alarmara y lo callara con su mano.
—Baja la voz, Riki... —pidió. —Ya lo sé, pero también me da ventaja a mí, en que si lo rechazan, puede fijarse en mí... —le dijo. —Sé que es tonto, pero quiero intentarlo.
Riki apartó la mano de JungWon de su boca y puso sus manos en los hombros del castaño para acercarlo a él.
—¿Te estás escuchando a caso? Te vas a lastimar a ti mismo por esto. —le dijo Riki mirándolo, sintiendo cómo su corazón dolía. Cómo JungWon era capaz de lastimarse solo para que otra persona fuera feliz.
—Escucha, Riki... Solo quiero intentarlo. ¿Sí? Si todo sale mal, pues ya está. Renunciaré. —dijo JungWon. —Pero no quiero perder la oportunidad de al menos intentarlo. Por eso te pido que me ayudes tú a mí. Quiero entrar al cobertizo con él.
Riki se alejó de él y se lamió los labios. Dejó caer sus brazos a cada lado y asintió regañadientes.
—Veré qué puedo hacer. —se obligó a decir.
JungWon, al escuchar eso, se acercó al rubio y lo abrazó por la cintura.
—Gracias, gracias. —le dijo emocionado. —Bien, vamos. —el castaño lo agarró de la muñeca y tiró de esta hacia las escaleras para bajar juntos.
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