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Una vez que terminó de hablar con HeeSeung, sintió cómo su corazón daba un brinco. El pelinegro también iba a venir, aprovechando que Riki estaba presente para que también le ayudara. Una especie de cadena sin fin, todos corriendo en un mismo círculo. Perfecto.

Volvió a sentirse algo nervioso, pero aún no distinguía por qué. ¿Era por lo que tenía que contarle a Riki y cómo iba a reaccionar? O ¿por qué HeeSeung también venía a la casa de Riki? Dos interrogantes que carcomían a JungWon lentamente.

Salió del baño, cerrando la puerta, y bajó las escaleras lentamente hasta llegar al primer piso. Soltó un suspiro y entró a la sala de estar, donde se encontraban Jake y Riki. El castaño iba a decir algo, pero retrocedió al ver la escena de Riki abrazando a Jake.

—¿Ya te dije que eres un increíble amigo? —escuchó decir Riki a Jake.

El castaño asomó un poco más su cabeza y vio el pequeño acercamiento de Jake hacia Riki, provocando un raro sentimiento en él. Retrocedió unos pasos y apoyó su espalda en la pared.

«¿A Jake le gusta Riki?» pensó confundido, pero era algo que tal vez no lo sorprendía.

Varios golpes en la puerta provocaron que saliera de su burbuja de pensamientos, asustándolo.

—¿Eh? ¿Quién será? —escuchó decir a Riki. JungWon se apresuró y subió las escaleras hacia el segundo piso a toda velocidad, escondiéndose en el pasillo.

Pasó saliva agitado mientras trataba de controlar su respiración, sintiéndose algo melancólico. Fue cuando escuchó la voz de HeeSeung venir del primer piso. Se le había olvidado que le había dicho que viniera. El castaño maldijo en voz baja y se tomó unos segundos para volver a bajar al primer piso.

Apareció con una pequeña sonrisa y se acercó a la puerta, encontrándose con Riki y HeeSeung afuera.

—¿HeeSeung? ¿Qué haces aquí? —preguntó el castaño, fingiendo confusión.

—Ah, bueno. Quería verte. —dijo el pelinegro con una de sus caras sonrisas, haciendo que el corazón de JungWon diera un vuelco.

«Ojalá me lo dijera de verdad.» pensó el castaño.

—¿Quién es Riki? —la voz de Jake llegó a los oídos de todos, haciendo que HeeSeung mirara dentro de la casa y se encontrara con Jake. —¿Qué? ¿HeeSeung?

JungWon miró a Jake y luego a HeeSeung, quien lo miraba de manera tonta, provocando nuevamente ese dolor en su pecho.

—Ah, Jake. También estabas aquí... —saludó HeeSeung moviendo la mano.

Riki soltó un suspiro y miró a HeeSeung.

—¿Y entonces? ¿Te vas a quedar ahí o ya te vas? —preguntó el rubio de mala gana.

JungWon miró a Riki con el ceño arrugado. «Déjalo entrar.»

HeeSeung ladeó la cabeza con una sonrisa pícara y miró a JungWon de reojo.

—¿No me vas a invitar a entrar? —dijo HeeSeung.

—No. —respondió seco.

JungWon miró a Riki y le dio una palmada en la espalda, haciendo que el rubio soltara un jadeo de dolor.

—Hay mucha comida, sí. Pasa. —dijo JungWon, provocando que Riki arrugara el ceño y mirara a Jake, quien reprimió una sonrisa.

—Oye, pero es mi casa... —dijo el rubio acercándose al castaño. —No quiero que esté aquí.

JungWon se acercó a él y le sonrió.

—Hazme este favor. Dijiste que me ayudarías con HeeSeung, ¿Recuerdas? —le susurró JungWon.

Riki soltó un suspiro enojado y miró a HeeSeung, quien aún mantenía una de sus sonrisas que le daban dolor de cabeza a Riki.

—Entras, comes y te largas. —dijo el rubio alejándose de la puerta para regresar a la sala de estar, dejando a JungWon con HeeSeung.

El pelinegro le guiñó el ojo al castaño cuando entró y se acercó a la sala de estar una vez que JungWon cerró la puerta.

«No puede ser que haya hecho esto solo para hablar con Riki.» pensó JungWon.

—Gracias por la ayuda. —le susurró el pelinegro a JungWon, haciendo que el castaño se sonrojara. —¿En qué te ayudo?

JungWon se alejó un poco tímido y arrugó el ceño, negando.

—En nada, tú solo ve con Jake... —susurró este de vuelta, sintiendo nuevamente un mal sabor en la boca al ver que el pelinegro se acercaba a Jake.

Su corazón volvió a doler, pero fingió una sonrisa al adentrarse nuevamente a la sala de estar. Sin embargo, nuevos golpes en la puerta hicieron que todos voltearan hacia ella.

—¿QUIÉN CARAJOS INVITÓ A ALGUIEN MÁS? —dijo Riki enojado.

—¡RIKI! ÁBREME, SOY YO. —la voz de Sunoo se escuchó afuera, haciendo reír a JungWon.

Riki miró al castaño de reojo, serio, provocando que JungWon borrara su sonrisa. Este lo acompañó en silencio hacia la puerta una vez que el rubio la abrió.

—¡Traje cervezas! —dijo Sunoo alegre, moviendo dos sixpack frente al rubio y el castaño. —Ah, y también a esos dos. —señaló a Sunghoon y a Jay, quienes venían detrás de él.

—Hola. —saludó Sunghoon con una sonrisa.

—Hey. —saludó Jay, metiéndose las manos en los pantalones. —No sabía que eras vecino de HeeSeung. —comentó Jay.

Riki soltó un suspiro enojado y se alejó de la puerta, dejando en un incómodo silencio a los cuatro presentes. Sunoo ingresó a la casa mirando a JungWon confundido.

—Está HeeSeung aquí. —le susurró JungWon, haciendo que Sunoo abriera la boca sorprendido.

—¿Y Jake también? —preguntó Sunoo, y JungWon asintió.

—¿Cómo sabías? Me hubieses dicho que él estaba aquí, creo que llegué en un mal momento. —le dijo JungWon en voz baja a Sunoo, haciendo una mueca triste.

—No lo sabía, me enteré por una foto que subió Jake a Twitter. —Sunoo le entregó un six pack a JungWon. —¿Qué carajos hace HeeSeung aquí?

—Ah, sí. Bueno, eso... Yo le dije que viniera... —rió por lo bajo JungWon, desconcertando a Sunoo.

—¿Por qué? —cuestionó Sunoo, caminando hacia la sala de estar.

—Luego te cuento.

Sunghoon y Jay se adentraron a la casa de Riki acercándose hacia la sala de estar, encontrándose también con Jake y HeeSeung. Este último se levantó del sofá al ver a sus amigos entrar a la sala de estar, confundido.

—¿Qué hacen aquí? —cuestionó HeeSeung.

—La verdadera pregunta aquí es, ¿qué haces tú en casa de Nishimura? —dijo Jay, cruzándose de brazos. —Hola, Jake. —saludó este.

Jake reprimió una sonrisa y se levantó del sofá.

—¿Ya son amigos? —bromeó Sunghoon acercándose al sofá.

—¡Nunca! —dijeron HeeSeung y Riki al unísono para luego mirarse entre los dos, haciendo reír a los presentes.

—Bien, esto parece una fiesta. —interrumpió Sunoo. —Pongamos un poco de música. —animó este.

Riki lo miró y negó.

—Esto no es una fiesta. —dijo enojado. —Además, ¿quién los invitó? Esto solo era entre Jake y yo. —comentó el rubio, atrayendo la mirada de todos los presentes.

«¿A Riki también le gustará Jake?» se preguntó JungWon.

—Ay, no seas gruñón, Riki. —se acercó Sunoo a él y le agarró el brazo. —Además, mira tanta comida. ¿Solamente Jake y tú se iban a comer todo eso? —cuestionó Sunoo.

Jake soltó una risita y se levantó del sofá.

—Ay, ya Riki. Mejor comamos todos y ya, tampoco es que tú y yo comamos mucho. —tranquilizó Jake.

HeeSeung le dio una mirada de reojo a Jake y carraspeó.

—Sí, ya que Sunoo bueno, trajo cervezas. Puedo ir por una botella a mi casa. —agregó el pelinegro, atrayendo la atención de todos, incluso, la de Jake.

—HeeSeung, tú tienes mucho tiempo sin beber. —dijo Sunghoon. —No te vuelvas loco.

—No lo voy a hacer. —dijo HeeSeung acercándose a JungWon. —Acompáñame a mi casa. —pidió el pelinegro.

—¿A... ahora? —preguntó el castaño, sintiendo cómo su corazón se aceleraba ante el imprevisto acercamiento de HeeSeung.

Las miradas cayeron en los dos, provocando un silencio incómodo en la sala. Jake miró a Riki, quien observaba la escena de HeeSeung y JungWon, enojado. Bajó la mirada y se mordió el labio inferior. Jake se acercó a Riki y atrajo su atención entregándole una barra de chocolate.

—Para que se te endulce la expresión. —bromeó Jake.

Las comisuras del rubio se curvaron hacia arriba una vez que agarró la barra de chocolate que Jake le dió. Suavizó su expresión de enojo, observando como HeeSeung y JungWon abandonan la sala de estar.

—Bueno, momento de la música. —dijo Sunoo acercándose al televisor de la sala de estar.

Sunghoon tomó asiento al lado de Jay en el sofá y se acercó a este para susurrar:

—¿HeeSeung está saliendo con JungWon? —cuestionó Sunghoon a Jay.

Jay se encogió de hombros.

—Recien me entero. —dijo Jay, estirando el brazo para agarra un paquete de papitas.

—Que raro, HeeSeung ya no nos cuenta nada. —dijo Sunghoon con el ceño arrugado y miró a Sunoo para luego suavizar su expresión. —Sunoo, ¿Quieres gomitas?

Jay hizo una mueca al escuchar a Sunghoon.

—¡Sí! —dijo Sunoo haciendo que Sunghoon agarrara un paquete de gomitas y se lo acercara.

Jay soltó un suspiro y sacó su teléfono para distraerse un poco.

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