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Jake soltó un suspiro en la mesa y se puso de pie, atrayendo las miradas de todos los presentes.

—¿Ya te irás? —preguntó Riki. —¿Por qué?

—Sí, estoy exhausto por el partido de hoy. Además, quiero sacar a pasear a Layla. —explicó Jake.

Jungwon asintió.

—Entiendo. Gracias por unirte a nosotros, Jake. Jugaste genial hoy. —elogió JungWon.

—Totalmente de acuerdo. Excelente juego. —añadió Sunoo, sumándose a la conversación.

—Gracias. —dijo sonrojándose y bajó la mirada.

Riki se levantó y se acercó a Jake.

—Te acompañaré a llamar un taxi. —se ofreció.

—No, no te preocupes. Prefiero caminar, además, vivo cerca. —sonrió Jake.

—¿Vives por aquí? —preguntó JungWon.

—Sí, a dos calles de aquí. —confirmó Jake.

—Ah, entiendo. Oye, Jake, siéntate más con nosotros. Necesitamos más amigos. —sonrió JungWon.

—¿Y yo también puedo unirme? —intervino SungHoon, generando risas entre todos.

Jake suspiró y asintió.

—Sí, nos vemos mañana. —se despidió agitando la mano y dirigió una última mirada a Riki, quien le sonrió.

—Envíame un mensaje cuando llegues a casa. —pidió Riki, obteniendo un asentimiento de Jake.

Caminando hacia la salida del restaurante de comida rápida, Jake se lamió los labios, sintiéndose pesado y adolorido por el partido, además de una extraña sensación de vacío en el pecho. Al empujar la puerta, chocó con alguien, levantando la mirada rápidamente para encontrarse con un pelinegro más alto que él.

—¿Jake?

—Ah, HeeSeung. —saludó Jake. —Hola.

—¿Por qué esa expresión? —preguntó HeeSeung al notar la mirada caída de Jake.

—Cansancio por el partido de hoy. —respondió Jake apartándose para seguir su camino.

—¿Te vas solo? —cuestionó HeeSeung.

—¿Ves a alguien más conmigo, Lee? —Jake hizo una mueca, provocando risas en HeeSeung. —Hasta mañana en la práctica. —se despidió.

—¡Oye! —lo llamó HeeSeung, haciendo que Jake se detuviera y lo mirara por encima del hombro. —¿Puedo acompañarte? Es tarde, no me gustaría que un jugador de mi equipo tenga problemas a estas horas.

—Son las 8 de la noche, HeeSeung. —respondió Jake de manera tajante.

—Es tarde. —sonrió HeeSeung acercándose. —Vamos, te acompaño.

—¿No ibas a entrar? —preguntó Jake. —Tu amigo está adentro. —Jake comenzó a caminar.

—No vine por él. Solo quería comer algo. —dijo alcanzándolo. —Jugaste muy bien hoy. Gracias por pasarme el balón, lástima que no pude anotar el gol. —hizo una mueca.

Jake rió al recordar cuando le dio el pase a HeeSeung y este lo pateó fuera de la cancha.

—Al menos te saqué una sonrisa. —dijo HeeSeung.

—Me estaba burlando de ti. —atacó Jake.

—De todas formas, te hice reír. —dijo HeeSeung dándole un suave codazo a Jake.

Jake soltó un suspiro y miró el oscuro cielo, encontrándose con una luna brillante. HeeSeung también dirigió su mirada hacia allí.

—Qué hermosa luna. —comentó HeeSeung.

—Lo es. —respondió Jake con una sonrisa.

HeeSeung bajó la mirada hacia Jake y sonrió al verlo sonreír.

—¿Qué estudias, Jake? —preguntó el pelinegro, captando la atención de Jake.

—Lenguas extranjeras. —respondió Jake. —¿Y tú?

—Fotografía. —Jake abrió los ojos sorprendido.

—¿En serio?

—Sí, me gusta tomar fotos.

—Es extraño, nunca he visto una fotografía tuya. Además, siendo el más engreído de la universidad, no te imaginaba estudiando algo así. —dicho eso, HeeSeung rió.

—No soy engreído. —respondió el pelinegro.

—Ajá. —rodó los ojos Jake. —Eres muy popular, estudiante estrella, tutor, titular en tu equipo de fútbol. Lo tienes todo.

HeeSeung se detuvo, haciendo que Jake también parara de caminar. El rubio ase giró y lo miró.

—¿Por qué asumes que lo tengo todo? —cuestionó HeeSeung curioso.

—Es algo que muchos desearían tener. No eres difícil de leer, HeeSeung. —le dijo Jake seriamente. —No creo que tengas una mala vida; al contrario, debe ser increíble.

Una sonrisa triste se formó en los labios de HeeSeung.

—¿Alguna vez has escuchado la frase "No juzgues un libro por su portada"? —preguntó HeeSeung, recibiendo un asentimiento de Jake. —Bueno, te invito a leer entre líneas ese libro al que le han puesto una mala portada. Conócelo. —dijo.

Jake frunció el ceño tratando de comprender las palabras de HeeSeung.

—Debo irme. —dijo dando unos pasos hacia atrás. —Te veo en la práctica de mañana, Shim.

—Sí, hasta luego. —se despidió Jake, mirando cómo HeeSeung se alejaba. El rubio suspiró y continuó caminando hacia su casa. —¿Qué querrá decir con eso?

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