༘✶ ⋆。˚ ⁀➷ DIECISÉIS
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Después de concluir las clases, JungWon abandonó su aula y se encaminó por el pasillo. Sostenía su bolso firmemente contra su cuerpo, mientras percibía los latidos acelerados de su corazón resonar en su pecho. Dirigió sus pasos hacia el parque, el mismo lugar donde él y HeeSeung habían conversado la semana anterior.
«Jungwon, no seas ingenuo. No aceptes», pensó mientras avanzaba.
«Debo ser un tonto por querer ser la segunda opción, en serio...»
—¡JungWon! —la voz de HeeSeung alcanzó sus oídos, haciendo que detuviera su paso.
Al alzar la mirada, se encontró con el chico alto de cabello negro acercándose con una sonrisa. Aunque su corazón dio un vuelco, la intensidad no era la misma de antes.
HeeSeung se aproximó a JungWon, metiendo las manos en los bolsillos delanteros de su pantalón.
—¿Cómo estás? —preguntó, —¿Ya comiste?
—Oh, no... Yo..., bueno sí. Comí algo antes de venir aquí. —respondió JungWon, sintiéndose algo cohibido.
HeeSeung soltó una risita y acarició la cabeza de JungWon, provocando que este se pusiera tenso.
—Qué bueno... —dijo. —Te compré algo para tomar. —añadió, extendiéndole una botella de jugo.
JungWon frunció el ceño al ver la botella de jugo de mango.
—¿Cómo sabes que me gusta el mango? —cuestionó JungWon al tomar la botella que le ofrecía.
—Ah, Nishimura siempre habla de que te gusta el mango. —explicó. —Así que te compré el jugo.
JungWon inclinó la cabeza, sintiendo un escalofrío al pensar que Riki hablaba de él. ¿Lo había estado ayudando como le pidió?
—Ah, ya... Ya veo... —sus mejillas se sonrojaron, bajando la mirada avergonzado.
—Ven, siéntate. —pidió HeeSeung.
JungWon lo siguió en silencio, y juntos se dirigieron hacia una banca. Una vez sentado, se humedeció los labios y colocó su bolso en el suelo, evitando la mirada de HeeSeung. El pelinegro carraspeó y le preguntó sobre sus clases.
—Voy a ayudarte. —respondió rápidamente JungWon, sorprendiendo a HeeSeung.
—¿De verdad? —casi gritó HeeSeung.
—Sí, pero con una condición. —pidió JungWon sin mirarlo, y HeeSeung asintió rápidamente.
—Sí, lo que tú me pidas.
—¿Puedes hacer que Riki sea titular? —preguntó JungWon, mirándolo fijamente.
HeeSeung lo contempló unos segundos.
—Jungwon, yo..., no puedo.
—¿Por qué no? Él se lo merece, ha estado luchando tanto por ser titular. —argumentó JungWon.
—Lo sé, y sé que es un buen jugador. Pero no puedo hacerlo, ya que yo soy titular. —explicó HeeSeung. —Y la principal razón por la que Nishimura no es titular, es culpa mía.
JungWon frunció el ceño.
—¿De qué hablas? ¿Por qué?
—Es que... —HeeSeung se rascó la nuca. —No sé cómo explicarte esto. Yo era el último voto en la elección de titulares, y se lo di a Jake.
El castaño se levantó de la banca mirándolo incrédulo.
—¿Qué? ¿Por qué?
—Es que..., JungWon... —HeeSeung se levantó y se acercó a él. —Yo..., me gusta Jake, JungWon. —el castaño retrocedió unos pasos, bajando la mirada. —Solo quería tenerlo más cerca de mí.
JungWon asintió a regañadientes. ¿Cómo no se le ocurrió que a HeeSeung le gustaba Jake? Estaban en el mismo equipo, después de todo.
—Eres la primera persona a quien le cuento esto, JungWon. Por favor... —HeeSeung le tomó las manos. —Ayúdame. No sé qué hacer, de verdad, no sé cómo hacer que se fije en mí. Siento que me odia, que le doy asco y no sé por qué... —bajó la mirada, triste, haciendo que JungWon lo mirara.
Un incómodo silencio reinó entre ambos antes de que JungWon apartara las manos de HeeSeung.
—Te voy a ayudar, HeeSeung. Pero, tienes que hacer titular a Riki. —pidió. —Esa es mi condición.
HeeSeung suspiró y se mordió el labio inferior, pensativo.
—Bien, haré lo que pueda. —dijo acercándose. —Gracias, JungWon. —fue entonces cuando sintió los brazos del pelinegro rodear su cuerpo.
JungWon abrió los ojos sorprendido por el repentino abrazo que le hizo sentir un dolor en el pecho.
—Ah, perdón. Que confianzudo soy. —se apartó HeeSeung con una sonrisa tímida. —Lo siento por el abrazo.
Esto hizo reír a JungWon, al ver por primera vez a un Lee HeeSeung físicamente seguro de sí mismo actuando con timidez.
—Yo debo irme. Tengo cosas que hacer. —se excusó JungWon dando algunos pasos hacia atrás, conteniendo las lágrimas. —Adiós, HeeSeung.
—Ah, sí. Adiós, JungWon, y gracias. De verdad, muchas gracias. —le dijo HeeSeung con una sonrisa, la misma sonrisa que tanto amaba el castaño.
JungWon asintió y se dio vuelta permitiéndose derramar algunas lágrimas. Su pecho volvía a doler, sintiendo cómo el mundo a su alrededor se desvanecía mientras caminaba alejándose del pelinegro.
«Soy un estúpido...»
«Queriendo a una persona que no me corresponde, qué inútil.»
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