Jungkook podía describir perfectamente cómo se sentía estar en el interior de Joanne, el cómo lo cabalgaba con destreza mientras sus pechos rebotaban a la par de sus movimientos. Después de follarla en la ducha, habían descansado un poco para recuperar energía, sin embargo, para sorpresa del pelinegro, la rubia lo sedujo de vuelta hacia la lujuría, es así como ahora se encontraban en la cocina, donde el había tomado una silla mientras se enterraba en el interior de ella, escuchando sus cuerpos chocar.

Gritos y gemidos eran el eco de la cocina. El sudor de sus cuerpos los delataba ante el acto sexual que demostraba sensualidad.

—Agh, me encanta coger ese rico coño que tienes. —jadea Jungkook sobre sus pechos mientras la miraba con aquellos orbes oscurecidos por la lujuria, sus pupilas dilatadas y la manera en que miraba a la chica, hacían que apretara su polla.

Una nalgada la hizo gritar, pues Jeon al sentir su pene ser apretado por sus paredes vaginales tenía ganas de correrse ahí mismo, pero quería seguir follando a su novia, seguir escuchando su nombre salir de su boca y que pidiera a gritos por más.

—¡Si, si, si, justo ahí! ¡Más Jungkook, quiero más!—pedía a gritos la rubia al sentir como el tatuado la embestía con rapidez, creando un sonido obsceno en la cocina y escuchar el choque de sus cuerpos junto a los fluidos.

El pelinegro masajeaba su trasero a su antojo, apretándolo a su gusto, sacándole más gemidos a su mujer.

—Me encanta tu trasero, lo tienes tan grande y redondo. —dijo con burla mientras le daba uos azotes duros dejando rojiza su piel.

Joanne sentía sus ojos picar por las lágrimas acumuladas y que comenzaban a salir por la gran estimulación que su tatuado le daba con sus embestidas.

Podía ver claramente cómo su cabello se pegaba a su rostro, gotas de sudor recorriendo su pecho tonificado al igual que sus abdominales, además de que mordía su labio inferior donde tenía su piercing, creando una imagen demasiado erótica para ella, apretándolo más ocasionando que la mirara enojado y comenzara a follarla más rápido y duro, tomando su cintura con su brazo izquierdo mientras que con la mano tatuada tomara su cuello con fuerza mínima, haciéndola abrir la boca por el éxtasis del momento.

Un fenómeno de alquimia que llenaba de placer a ambos amantes.

—Eres mía, ¿si? Eres toda mia, tu coño es mío... —emitió sobre gemidos sin dejar de mirarla. -tus ricas tetas son mías, ¿a que sí?

Joanne asentía levemente con la cabeza, murmurando un leve sí que sacó una sonrisa en el hombre que la llenaba de placer con su grande polla.

—¡Mmm... J-jungkook! ¡Voy a correrme! —gritó al sentir su orgasmo hacerse presente.

—Hazlo preciosa, quiero que mi polla sienta tus fluidos salir por donde está metida.

Esas palabras fueron lo detonante para que la rubia pudiera correrse, manchando un poco el abdomen de Jungkook, quien gustoso paso sus dedos sobre su cuerpo para después chuparlos.

☠️🎃

Joanne sentía su vagina doler por las diversas posiciones en las que Jungkook la follaba. Parecía que su novio actuaba como un ninfómano que no podía dejar de estar dentro suyo porque era su adicción como también la perdición.

¿Y en verdad lo era?

Eso estaba claro, Jungkook había hecho hasta lo imposible por seguir cada uno de sus pasos, vigilarla de cerca y observar con quien hablaba, para después, asesinar a las personas que estorbaban en su camino.

Era loco como había surgido la relación de ambos, sin embargo, ninguno se arrepentía en lo absoluto.

—¡N-no me aprietes así, joder! —exclamó furioso al sentir las paredes de la rubia apretar su miembro por la sobre-estimulación de su intimidad.

Jungkook la tenía en posición de cuatro, dándole una excelente vista de su grande trasero que se encontraba rojo por los azotes que recibió durante las rondas de sexo.

Podía ver de mejor manera como su pene entraba y salía de su vagina, mientras sus hoyuelos de Venus relucían gracias a la posición en la que estaba.

Jeon jalaba un poco de su cabello mientras su otra mano sostenía su cadera para poder entrar con mayor profundidar. La rubia podía sentir estar en el cielo al tener el contacto de su miembro, sintiendo cada vena que lo formaba, volviéndola loca de placer.

—¡Ah, ah, ah...Jungkook! —gritaba de placer. 

El tatuado le dio un azote en su nalga derecha, dejándola rojiza al instante.

—¿Te gusta? —pregunta sin dejar de follarla. —Responde...

Ella tan sólo asiente, sintiendo cómo su saliva se escurre de su boca y su vagina se llenaba de semen por parte del pelinegro.

—Ufff, esto ha sido el mejor sexo que he tenido contigo durante estos días.

Joanne tan sólo sonrió y dejó su cuerpo caer rendido sobre su cama por el cansancio. Estaba agotada.

Jungkook tan sólo podía admirar el desastre que hizo en ella, cómo su semen escurría de su interior sacándole una sonrisa.