Joanne sentía sus pies entumecerse a causa del placer, su novio tenía sus piernas sobre sus hombros mientras la embestía rápidamente, sus testículos chocaban contra sus nalgas creando un sonido lascivo en la habitación de la chica.

-¡Mmm, sigue!-gemió, observando el sudor recorrer la frente de su novio.

Eliot era el capitán del equipo de fútbol, mientras que ella era la capitana de los matéatelas y porristas. Desde que vio a la rubia quedó impactado por su belleza, era una chica extrovertida y con demasiado sentido del humor, lo que hizo a su corazón latir por la atracción instantánea del momento.

Joanne Holland era la expectativa perfecta para cualquier hombre.

-¿Te gusta esto? -pregunta el castaño, saliendo de su interior para embestir de nuevo pero con dureza. -Responde preciosa.

Tomó sus mejillas con su mano, ejerciendo fuerza en el agarre. Joanne tan sólo gimió alto al sentir las penetraciones duras de su pareja.

-¡Ah sí!-emitió un gemido gutural.

Los pechos de la fémina rebotaban a la par de las penetraciones, sus pezones rosados estaba erectos y ella requería la atención de su novio, que los chupara haciendo más placentero el acto, pero sus deseos no podían cumplirse del todo.

¿Qué si su novio la amaba? Ella ni lo sabía, solo estaba acostumbrada a follar con él y tomarse de la mano cuando entraban o salían de clases en la Universidad.

Eliot salió de su interior al llegar a su ansiado orgasmo, llenando el condón, sin embargo, Joanne no lo hizo, era como si al principio sintiera el placer que su cuerpo emitía pero a la vez nada, una triste realidad del resultado de su relación.

-¡Eso fue genial! Siempre tan dispuesta y sexy para mí, cariño.-dijo con euforia, como si le hubiera dado el mejor sexo del mundo.

Joanne rodó los ojos por el egocentrismo de su novio, algo que le molestaba pero se quedaba callada para no seguirle el juego estúpido que creaba en su cabeza.

-¡Jódete imbécil!-gritó para levantarse de la cama e ir hacia el baño.

-¡Nena!-quiso detenerla pero ella azotó la puerta sin permitir que entrara.

La rubia ignoró sus gritos y cerró la puerta de su baño con seguro, procurando que él de cabello rizado pudiera entrar.

Ella quería llorar, alejarse de todo y comenzar de nuevo sin tener un novio que la estorbara, que apagara su luz brillante.

-Es un idiota...-susurró para sí misma, limpiando las pequeñas lagrimas que se encontraban en sus mejillas.

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La fiesta de Hallowen era la mejor etapa donde toda chica pudiera actuar como una absoluta mujerzuela sin que ninguna persona pudiera juzgarla. Eso es lo que hacia sentir libre a aquella rubia que iba disfrazada de Gabutela, haciéndola lucir hermosa, llamando la atención de cada hombre con el que se encontraba en aquella fiesta que ella misma había organizado en la cabaña de sus padres, alejado de la ciudad donde vivían.

Aquella cabaña lo había comprando el señor Holland cuando su pequeña hija cumplió tres años de edad, quería que fuera un lugar libre donde nadie los molestara en época de vacaciones, o cuando era su aniversario de bodas, podía disfrutar un día con su mujer.

-¡Joanne!-gritó Lauren, su mejor amiga.

Esta venía disfrazada de vaquera, aunque en su lugar portaba una falda corta de mezclilla que dejaba a la imaginación pervertida de muchos hombres.

-¿Sucede algo?-interrogó con poca importancia mientras bebía aquel líquido amargo combinado con refresco.

Pero su mirada captó al mejor amigo de su hermano, Jeon Jungkook. Este no tenía un disfraz llamativo como todos los demás, solo sus típicos skinny jeans de color negro que cernían muy bien a sus muslos grandes, mientras que por la parte de arriba portaba una playera sin mangas que mostraba su brazo lleno de tatuajes, junto a sus típicos lentes.

El pelinegro era guapo, eso no lo negaba, pero el que tuviera un novio le impedía coquetear con otros chicos que podían ser mejor pareja como el que tenía.

-¿Pasó algo entre ustedes?-La rubia no entendía a lo que su mejor amiga le decía, pues su atención estaba centrada en el chico de tatuajes que reía por alguna tontería que le decía su hermano, a lo que ella simplemente soltó un suspiro al imaginarlo en otro tipo de situación en la que esa linda sonrisa se la dedicaba especialmente a ella.-No debes ser así con Eliot, es súper lindo contigo y además, es el capitán de fútbol, todas mueren por tenerlo a su lado...pero te eligió a ti.-murmuró lo último con rencor.

Joanne no dejó pasar desapercibido ese comentario pasivo-agresivo de la morena, era obvio que algo escondía, o mejor dicho, algo escondían ella y su "novio".

-Mira Lauren, lo que suceda entre el idiota de Eliot y yo, no es tu asunto, eres mi amiga pero no mi madre para decirme lo que debo y no hacer.-responde molesta.

Dicho esto, la dejó sola en el patio y se adentró a la cabaña, sintiendo el calor hogareño de ella aunque con los olores desagradables de algunos chicos que habían bebido de más o fumaban. Sintió una penetrante mirada en su espalda, lo que le causó un poco de escalofríos, era raro, pues habían demasiados adolescentes gritando entusiasmados por la fiesta.

-Vaya, te ves jodidamente sexy que siento dura mi polla en estos momentos.-dijo Eliot a la vez que le daba una nalgada, lo que generó cierta molestia en la rubia.

-¿Puedes dejar de actuar como un completo estúpido?-indagó con molestia.-¿Sabes qué? Creo que Lauren tiene razón en algo, no debo ser así contigo...-el castaño sonrió, pensando en que su plan había funcionado.-Debería de mandarte directo a la mierda para que no sigas estorbando en mi vida, maldito precoz.

El pequeño grupo de amigos que se encontraba a un lado, abuchearon por lo que habían presenciado de aquella ex pareja, algunos estaban contentos en que la hermosa chica se diera cuenta que su novio era un patán y hacia otras cosas a sus espaldas, pero era como si la rubia viviera en una burbuja en la que no se enteraba de nada.

-¡¿Y a ustedes que se les perdió imbéciles?!-el rizado salió furioso para seguir a Joanne, quien fue directamente al bosque donde quería estar alejada de todos, no quería ver a nadie ni siquiera escuchar el ruido de la música.

Holland caminaba a toda prisa, alejándose más de la cuenta.

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Aquel hombre de mascara veía divertido la escena, todo estaba funcionando a su favor, hacia tiempo que no disfrutaba de ver el sufrimiento de las personas. Aquel fetiche de ver escurrir la sangre de las personas por ser degolladas, mutiladas o siendo asesinadas con brutalidad, era sin duda su parte favorita.

-¡S-suéltame, por favor!

El tipo se acercó a la chica, quién se encontraba en el suelo con sangre en la cabeza por el golpe que había recibido. En ese momento se arrepentía de haber respondido aquella llamada, pensando en que era su novio quién aún no llegaba a la fiesta.

-Pero si aún no vemos llegar a tu novio, querida.-dijo con una voz fingida de amabilidad.

-N-no me hagas nada...te lo suplico.

El chico con la máscara de ghostface sacó de su túnica un cuchillo afilado, lo miró por unos segundos, pensando en que parte del cuerpo de la fémina se lo clavaria. La observó por unos minutos, para después tomar su rostro bruscamente y abrirle la boca para ingresar el cuchillo.

-¡Aghh!-los gritos de dolor no se hicieron esperar, así como la pequeña fuente de sangre que salía de la boca de la mujer.

Ghostface jaló el cuchillo hacia abajo, rasgando el interior de la chica hasta llegar en la parte de su ombligo, donde empezo a escurrir demasiada sangre que salpicó la máscara blanca que este portaba.

-¡Amor!-gritó aquella voz.-¿Cindy, donde estás?

El asesino aún seguía descuartizando el cuerpo de su primera víctima esa noche, después de todo, era una simple zorra que se metía con el novio de su chica.

-¿Amor?-murmuró en voz baja el chico al reconocer de espaldas el cabello de su novia.-No no no...despierta bonita...Cindy, no estoy para bromas nena.

-¿Y quién dijo que era una broma?

Marco volteó hacia aquella voz y miró con curiosidad al tipo, pero no le dió tiempo de recriminar cuando este se abalanzó y comenzó a apuñalarlo reiteradas veces en cada parte de su cuerpo, dejándolo tirado con los ojos abiertos del asombro. Sonrió orgulloso al ver que sus dos asesinatos resultaron un éxito, además que las demás personas que se encontraban en la fiesta no tenían ni la más remota idea de lo que sucedía afuera, siendo ajenos de lo que se avecinaba.

Era noche de Halloween, donde se celebraba de la mejor manera esa fecha llena de terror y diversión, sin imaginar que ocurrirían las peores masacres en aquel lugar.

-¡Joanne! ¡Maldita sea, vuelve aquí que no estoy para tus juegos estúpidos de mujer dolida!

El pelinegro tan solo suspiró harto de la situación, así que acomodó mejor los cuerpos en la parte trasera de la casa para después ir por su siguiente víctima, lo bueno lo dejaría para lo último.

La noche era demasiado larga para seguir haciendo travesuras.

¡HOLA! LES TRAIGO EL PRIMER CAPÍTULO DE ESTE ESPECIAL DE HALLOWEEN, ESPERO LES GUSTE.

¿QUÉ CREEN QUE SUCEDA DESPUÉS DE ESTE PRIMER ASESINATO? LO HICE MUY LEVE PARA UN COMIENZO ESTABLE JAJAJAJAJA.

NOS LEEMOS PRONTO, BESITOS Y FELIZ NOCHE DE BRUJAS 💀🎃.