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➳꙲᭄᪼⃟⃟𝐂𝐇𝐀𝐏𝐓𝐄𝐑 𝐓𝐖𝐄𝐋𝐕𝐄: 𝐂𝐎𝐌𝐄 𝐁𝐀𝐂𝐊...˖͓ᭃ͕᪶̋

Ahora, tan miserables en medio de la noche. Todos penando ahora por la vida del peliazul.

... ¿Qué? ¿Que qué pasó?

Oh, ese contexto. Simplemente... Todo se descontroló. Una vez más, vayamos a la parte de la historia donde quedamos para relatar una vez más.

Aquellos albinos junto a la peliceleste se habían presentado a los dos chicos que tenían el gusto de nombrarse entre sí "novios" oficializando de esa manera una relación.

Aquella peliceleste tenía una nueva presa; ese peliazul. Lo demostraba sin quitarle la mirada de encima.

—Y tú... ¿Te llamas "Lindo"? Porque eres muy lindo. —preguntó suavemente la chica con una sonrisa coqueta sin quitarle la mirada de encima.

El pecoso rápidamente posó su mirada en la chica ojirosa, pero no atinó a decir nada. Simplemente frunció el ceño dando a notar evidentes celos, los albinos rieron un poco por lo bajo al notar el momento. Después de todo se les había hecho algo cómico, no argumentaron nada más que esa pequeña risa que no pasó por desapercibida por el pelirrojo causando que este acabara por fastidiarte en el proceso.

—N-no digas eso. Me llamo Benjamín. —dijo el peliazul algo avergonzado pero a la vez incómodo, sabía lo que la chica tramaba. Pero él nunca se vio atraído hacia las chicas, de ninguna manera. Sólo a chicos, y en este momento estaba en una relación con cierto pelirrojo pecoso que ya estaba fastidiado con la presencia de la peliceleste de nombre "Sky".

Esa chica, parecía tan inocente y amable. Que cuando actuaba de manera coqueta generan un contraste que causaba que esta pareciera adorable a los ojos de cualquiera. Parecía incluso tímida, parecía algo tierna a los ojos del peliazul. Pero simplemente no le atraía, no.

Ahí fue cuando el pelirrojo algo harto decidió entrar manos a la obra.

—Uh, bebé. ¿De qué vas a querer tu bebida? —preguntó metiéndose en la conversación, llamando de una vez la atención del que de verdad le importa, como extra captó la mirada rosa acusadora de la peliceleste, después de todo acababan de quitarle a su presa. Hizo una pequeña sonrisa fastidiada.

-«¡Espera! ¡Espera! ¿Ese imbécil acaba de llamar "bebé" a mi pequeño?» -pensó para sus adentros, no había pasado ni un momento y ya estaba reclamando a el ojiazabache como suyo. Qué egoísta.

No había que ser científico, el peliazul lo conocía y lo suficiente. Sabía que el pelirrojo estaba celoso, sin embargo, a veces que el que se pusiera así hacía que se le hiciera fácil poder escapar de esta clase de problemas.

—Eh, no lo sé. Sweetheart. Quizá limonada. —dijo con cierta falta de interés mientras le brindaba una mirada de tonto enamorado.

El pelirrojo apoyó su brazo izquierdo en la mesa y giró su asiento para quedar frente a frente a el peliazul.

—¿Podrías repetirlo? —preguntó mientras retiraba el pañuelo con forma de « × » de su boca, para después sonreírle de manera ladina y coqueta a aquel peliazul.

-¿Por qué? -preguntó en su lugar de manera algo tierna quizá, pero a la vez juguetona.

—Porque me perdí por tu belleza, Softie. dijo finalmente, guiñandole un ojo. El peliazul correspondió a ese guiño haciéndole ojitos soñadores al pelirrojo que hicieron que el pecoso se ruborizara al instante.

Vaya, ese chico lo tenía enamorado. No había duda alguna.

—Disculpa. ¿Él es tu novio, novio o sólo están hablando? —preguntó con una expresión algo confusa pero a la vez molesta la peliceleste.

El pelirrojo obviamente no dudaría en echar la garra, oh, claro que no. Nadie aparte de él puede coquetear con el peliazul.

Este estuvo a punto de contestar, sin embargo el pelirrojo le ganó la palabra. Dijo:

—Perra, ¿Si te pego un balazo estás muerta, muerta o sólo no respirando? —preguntó en su lugar sonriéndole de manera fastidiada, la peliceleste frunció el ceño.

—¡Eh! ¿Cuál es tu problema? —preguntó en su lugar ya ofendida. Sí, el pelirrojo le estaba echando leña al fuego a propósito; sabe lo que hace.

O al menos sabía, su idea era espantar a la chica. Pero tuvo otro efecto distinto.

Uno en el que comenzaron a insultarse el uno al otro.

« ¿No lo sabes? ¿No lo sabes? ¿No me conoces en lo absoluto? »
corearon las voces en la cabeza del pelirrojo.

Lo sabía bien, el efecto de la pastilla había acabado y era momento de una siguiente dosis si no quería ser torturado. Pero no era el momento, su orgullo le decía que fácilmente la peliceleste aprovecharía ese punto débil como se entere de lo que ocurre.

Es por eso que en cierto momento se negó rotundamente a sacar el frasco de pastillas. Los insultos subieron de tono a ser más ofensivos y simplemente de mal gusto, los albinos simplemente veían algo impresionados la escena.

Aquella ojirosa jamás había dado alguna impresión de ser grosera. Más bien a primera vista parecía una niña mimada, de las molestas.

« Crees poder estar de pie cuando él cae. »
Le susurraron al pelirrojo de manera felina molesta.

Susurró un suave "dejenme en paz" que no fue capaz de llegar al oído de resto de presentes. En vez de detener las burlas eso hizo se carcajearan en su cabeza. Frunció más el ceño y con sus propios insultos por culpa del momento comenzó a desquitarse con la peliceleste con la que había empezado la ronda de insultos.

« Dominamos, dominamos, dominamos todo lo que quieras y más. »
ahí seguían, estaba siendo torturado y a causa de la apretada, molesta e incómoda situación e peliazul no se había dado cuenta de que su amado estaba siendo torturado por su propia enfermedad para darle un paro a todo esto.

Por primera vez en su vida quería aunque sea no llorar por aquellas voces y encarar a su enfermedad. Pero es díficil si se tiene en cuenta a la peliceleste también insultandolo.

« ¡Él está mejor si estás lejos de él! »
le gritaron en su cabeza, una vez más. Se dejó afectar por esas palabras como si el dicho de la gota que colmó el vaso fuera representante de manera literal en ese momento simplemente incómodo.

De repente la peliceleste se levantó y golpeó la mesa del sitio, llamando la atención de todos los clientes. Los albinos tuvieron que irse, sus padres se preocuparían si no los en devuelta en casa, por lo que ahora el primo del pelirrojo cuidaba el sitio.

Pequeñas flamas rojas irradian de de sus manos dejando ver unos poderes de demonio, su piel comenzaba a tomar un azul realmente pálido oscuro y sus ojos rosa, una tonada roja quería reclamar incluso la parte blanca de estos mismos.

Estaba hecha furia.

—¡¿Quién te crees que eres para insultarme?! ¡A mí! ¡Te estás metiendo con un demonio mitad humano, imbécil! —exclamó con enojo, casi que en un berrinche de esos como una niña pequeña.

—¿Ya empezaste amenazando? ¡Bien! ¡¿Siquiera podrías pensar por un momento, ingrata?! ¡Deja a MI novio en paz! —dijo ya sin más rodeos, la chica al escuchar aquello volteó a ver al nervioso e incómodo peliazul con la situación.

—Lo siento, sí. Él es mi novio. —dijo finalmente con una sonrisa nervioso, el pelirrojo le sonrió victorioso. Su rostro era severo burlándose de la chica; ella fácilmente pudo leer las facciones de su rostro: « Jacke mate perra ».

La chica se sintió humillada... Pero no está dispuesta a aceptar la derrota. Llevó sus dos manos frente a su pecho e hizo un símbolo que haría que el sitio entero se iluminara en un destello con cierto ruido potente que resonó por todo el lugar y hasta un par de kilómetros de lo fuerte que había sido.

Todos por instinto se taparon los ojos con el brazo; la iluminación prepotente que alteró la calmada noche tras verse horrorosamente iluminada.

Cuando la luz se fue apagando todos destaparon sus ojos para encontrarse con la chica en su forma de demonio.

Oh, sí. Se le iba a cobrar clara a ese imbécil pelirrojo.

—¡Bien! Si tan valiente eres, vamos a ver qué tanto duras. —dijo finalmente.

—¿Durar? Durar cuánto tiempo golpeandote imbécil. —musitó. No le tenía miedo, ¡Había peleado con una alienígena gigante con genitales masculinos! ¿Qué es para él un demonio?

—Si yo gano, me quedaré con Benny bunny. —dijo de manera coqueta, mientras le guiñaba el ojo a el peliazul, causando incomodidad en él.

—Ve aceptando la derrota. Él no será feliz a tu lado.

—¿Quién dice?

—Me ama a mí.

—Ya quisieras.

—Yo pensaría dos veces lo que estás diciendo. —sentenció el pelirrojo. El resto de manera silenciosa comenzaba a apostar; sabían bien que era lo que seguía en el sitio.

Hicieron las mesas a un lado para darle espacio a los contrincantes algo violentos esperando por dar el primer puño, el pelirrojo ansiaba ser el victorioso de aquella batalla y joder, lo sería cueste lo que cueste.

Los dos se posicionaron a cada lado. Sacó las UZIS; si la chica podía usar sus poderes de demonio, él podía usar sus armas.

Esta no puso resistencia alguna cuando lo vio sacar las armas. Estaba más que segura que le ganaría a ese pecoso.

Las miradas eran severas y el conteo regresivo desde 3 ya abundaba en la cabeza de ambos.

El primo del pelirrojo había intentado detener todo el conflicto pero ya había sido tarde; todo estaba muy subido de tono para detenerlo ahora. Ya no había vuelta atrás y ninguno de esos dos va a ceder a los tontos y miserables intentos del azabache por detenerlos.

La situación era incómoda, y el peliazul lo pensó dos veces. ¡¿En qué demonios estaban pensando?!

Fue cuando finalmente reaccionó.

Se levantó de su asiento y cuando vio a la peliceleste apunto de dar el primer golpe fue cuando decidió correr.

¡No! exclamó el peliazul en el proceso, sinceramente. Estaba asustado, quería llorar.

Y entonces...

Como si fuera arte de magia, dos personas se interponen. ¡Pero no eran dos rostros bienvenidos! ¡En lo absoluto!

Una vez más, el de tez morena y la amante de los cuchillos habían hecho acto de presencia para tratar de acabar con el pelirrojo. Los dos que los enfrentaron en el primer conflicto que tuvieron quedaron anonadados al verlos.

—¡Hey! ¡¿Qué demonios creen ustedes que hacen?! —preguntó la chica frustrada, parte de su transformación de demonio la había dejado por la desconcentración del momento.

—Ternurita. Él ya tiene asuntos pendientes con nosotros, si creías que te íbamos a dejar hacer el trabajo divertido estás equivocada, fresita. —dijo la pelinegra con una sonrisa fastidiada a la otra ahora ojirosa, guiñandole el ojo en el proceso para poder saltarle la chispera.

El primo del pelirrojo no podía creer lo que está viendo. ¡¿De verdad son Nene y Darnell?! ¡¿Qué está pasando aquí?!

El peliazul simplemente estaba quieto, completamente en shock. Cayó de rodillas al suelo. Quería llorar, siente su respiración comenzando a acelerarse y escenarios completamente catastróficos pasan por su cabeza, no quería que se repitiera el daño que le habían hecho a el pelirrojo, ¡¿Qué debería hacer?! Un ataque de ansiedad algo silencioso hace acto se presencia en él.

Inservible.
Inservible.
Inservible.

—¡Hola! ¿Nos extrañaste? —dijo el de tez negra a el pelirrojo sin dudarlo dos veces. Sonriéndole también a este mismo pecoso. Qué asco.

—Cierra tu puta boca, déjame en paz.

—Hasta que te mueras por culpa de nosotros, ese "angelito" tiene que volver a la casa de sus padres. —¿v-volver? ¡Él no quiere volver! ¡Quiere que lo dejen en paz! ¡Quiere vivir su vida! ¡Es la gota que colmó el vaso el que hayan contratado mercenarios para acabar con la vida de su amado!

Pero al parecer lo dicho en aquel centro comercial no fue entendido por ellos.

Sí, el pelirrojo seguía alucinando. Ya tenía en mente mil y un ideas para matar a esos dos que tanto van detrás de su vida; su propia enfermedad y las voces en su cabeza le aseguran que lo va a disfrutar, claro que sí. Los quiere muertos, y si no pudo matarlos cuando tenía el chance él mismo se dará ese asqueroso chance devuelta.

—Ya sabes cómo es, unetenos o abstente a las consecuencias.

—Antes muerto que volver a ser amigo de ustedes, imbéciles. —dijo con todo el odio posible.

—Bien. No digas que no lo intentamos. —dijo la asiática, pero cierta acción ha de dejarlos desconcertados; tiró los cuchillos al suelo y el de tez morena se hizo a un lado.

Todo el resto de presentes, simplemente veían la situación. Algunos saliendo silenciosamente con miedo porque esto ya se había vuelto un caso más serio.

—¡Oigan! ¡Siquiera escuchenm-! —exclamó la ojirosa, más fue empujada por la pelinegra amante de los cuchillos sin pudor alguno y esta cayó al suelo. Una vez más completamente ignorada.

El pelirrojo se pone en posición, podría estar desconcertado por la acción de esta misma.

—¡Hey! ¿Eres nada sin tus armas, no? —preguntó la azabache con cinta rosa en su cabeza mientras lo veía de manera desafiante. Las voces en la cabeza del pelirrojo aprovechan el chance gratis para burlarse de él.

Este tiró las dos armas al suelo; lejos de él. Una de las UZIS cayó frente al chico de cabello azul que seguía en un trance de shock.

—Bien. El gato va a jugar un rato contigo, pequeño ratón. —vaciló la asiática sin más rodeos a modo de broma. ¡Esto sería fácil! ¡Lo mataría a golpes a ese desgraciado!

Y, sin pudor alguno. Ni cuenta atrás, inmediatamente empieza la pelea. Puño por puño, cueste lo que cueste sacaría a el peliazul y a su primo de esta situación tan incómoda.

Hubo un mal momento, pero que fue suficiente para hacer reaccionar al peliazul de su tortuoso trance.

El pelirrojo recibió una patada en el estómago que fue capaz de arrancarle todo el aire y desestabilizar su respiración en tan solo milisegundos. Este rápidamente, tomó el arma de manera temblorosa.

El pelirrojo llevó su mano a su estómago mientras que caía y trataba de sostenerse con su puño de la mano libre, y una rodilla. Buscaba retomar el aire en sus pulmones, pero nada de lo que hacía era capaz de conseguir retomar su respiración. Era una tarea díficil.

El peliazul apuntó con el arma a la de cabello azabache, aún de manera temblorosa. El pulso en sus manos cada vez iba perdiendo más y más el control.

Nene, sin dudarlo más, preparó su puño derecho y apuntó a la cabeza del ahora débil pelirrojo.

Se escuchó un balazo. Uno muy fuerte. Dejó a todos callados en ese momento.

Voltearon a ver de dónde provino y el causante, alguien recibió la bala. El peliazul.

Nene y Darnell parecieron felices de dicha, pues detrás del peliazul, completamente en shock, dejó caer la arma que no alcanzó a usar. Detrás de él a unos centímetros estaba el causante.

Cyclops, cabello rosado, pantalones de mezclilla negros, chaqueta de este mismo color, una camisa blanca yace debajo de esta misma chaqueta y unas botas también negras de metalero. Tenía un anillo dorado en la mano izquierda.

—¿Me extrañaron? —preguntó divertido mientras se dirigía hacia la asiática y el de tez morena, pasando al lado del pobre peliazul ahora con una bala en el pecho.

Hilillos de sangre salían de su boca y también obviamente de la nueva herida.

El pelirrojo no podía creerlo. ¡Hace falta que Cassandra siga viva!

—No... —bastó con sólo ver quién recibió la maldita bala para que lágrimas se deslicen fuera de sus ojos. Porque ahora las voces le gritaban un sonoro «¡Se va a morir! ¡Se va a morir! ¡Por tu culpa! ¡Por tu culpa!». ¡Maldita sea! —exclamó para luego gritar. Captando la atención de todo aquel que siga ahí.

El peliazul llevó su mano derecha a su pecho mientras bajaba la mirada, estaba luchando a toda costa por mantenerse despierto. El pelirrojo tomó uno de los cuchillos de la asiática y una de sus Uzis en el proceso.

Fue hacia Darnell para enterrar repetidas veces el cuchillo en el pecho de este mismo chico de tez negra mientras que con la UZI... Con la UZI apuntó ala cabeza de la asiática amenazante mientras que Darnell caía al suelo malherido.

Y justo cuando iba a disparar, una leve explosión de magia de demonio. No capaz de lastimar a los presentes pero si para detener el conflicto hizo acto de presencia.

Eran los hermanos albinos; habían venido por un momento a causa de que habían olvidado algo, sin embargo se encontraron con el conflicto. Por lo que tuvieron que intervenir lo antes posible.

El albino hizo un movimiento hacia su izquierda para quitarle el arma y el arma blanca a el pelirrojo, estas cayeron al suelo mientras que el pelirrosa huyó como el cobarde que es.

Nene escaparía también no sin antes llevarse a Darnell, no fue necesario para ella llevar esos cuchillos; tenía una gran colección. Dos eran lo de menos.

—Rasy. Ayuda a Ben. —mencionó el albino, viendo cómo esta asintió y se dirigió a el peliazul que ahora tenía al desconcertado Otis al lado.

El pelirrojo cayó de rodillas al suelo sollozando, abrazándose a sí mismo en el momento.

De manera temblorosa, buscó el frasco de pastillas en su maleta y lo sacó, para luego tomar dos de estas e introducirlas en su boca. Sintió cómo las voces comenzaron a desvanecerse.

«¿Es en serio? ¿Primero hacer defensa a ir por él? ¡¿Qué mierda te pasa en la cabeza tan asquerosa que tienes?! »pensó para sí mismo el pelirrojo, para luego levantar la mirada y así apreciar cómo fue que el albino le ofrecía la mano para ayudarlo a levantarse.

—No tenemos toda la noche, pecas. Hay que ir al hospital. —dijo con simpleza el albino una vez más, el pelirrojo le recibió la mano y se levantó.

Dejaron a Sky sola, tirada en el sitio. Que no se inmutó en lo más mínimo. Tenía ya una carnada fija, aquel peliazul será suyo cueste lo que cueste.

Incluso si eso significa matar al pelirrojo y secuestrarlo.



Hola JAJJAJAJAJA

LOCO, CASI 3.000 PALABRAS EN ESTE CAPÍTULO, Milky está loca confirmamos.

Benjamín en este capítulo:

Las tragedias aún no acaban. La fortaleza y fe que tanto tenían Benjamín y Pico sobre sí mismos será lo que va a destruirlos.

Me llaman poeta.jpg

Ehhh, no. Aún no acaba el libro, aún hay un par de personajes que sí que quiero meter en esta cagada. ¯\_( ͡° ͜ʖ ͡°)_/¯

Pensé en meter a mi OC pero eso es cringe y aparte quedaría forzado en la trama.

Ahora, cuéntenme cómo están mis pimpollos?

ALSO, CUANDO MENCIONA Q SKY SE TRANSFORMA SE REFIERE A ESTO::

Sólo que vestida como se mencionó en el capítulo anterior, con el moñito y así xd

Adivinen quién está trabajando en el nuevo separador y portada de esta monda.🤺

Ahora sí, que hablo mucho y me voy por las ramas. xd

Lindo día/tarde/noche. Chau.

• MILKY.

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